suficientes para relatar los últimos momentos del ave, inmortalizada por su primera intérprete, Ana Pavlova. Llegamos así a la actualidad, donde conviven lo contemporáneo y lo neoclásico con la permanente revisión de la tradición. Representantes de ese neoclasicismo que toma elementos de la técnica académica para resignificarlos son las dos obras inspiradas en la música de Frédéric Chopin que hoy se presentan. Romántico es una coreografía abstracta debida a la ex bailarina del Ballet Estable del Teatro Colón Paula Argüelles. Pensada para una decena de bailarinas ataviadas con ligeros vestidos, una pareja y un solo masculino, la coreógrafa desgrana siete partituras del compositor polaco con la invalorable participación del pianista en escena. Por su parte, el dúo extractado de Cuentos de Chopin (Buenos Aires, 2016) lleva coreografía del bailarín argentino Iñaki Urlezaga. Se trata de una obra abstracta, sin argumento, inspirada en el Concierto para piano y orquesta N° 2. Estos Cuentos describen las distintas facetas del amor: el fuego de la pasión, el dolor del desengaño, la pureza de un sentimiento eterno. Eterno como el prisma de la Danza, cuyos distintos colores ofrecen siempre diferentes caminos para seducir al público.
Patricia Casañas
CHOPIN Y EL ROMANTICISMO
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