COMENTARIOS SOBRE LA GALA DE PAWEL KOWALSKI + CUARTETO PETRUS Dos polacos ilustres inauguran este programa. Fryderyk Franciszek Chopin, más conocido como Frédéric Chopin, describe desde su propio nombre un arco que comienza con el apego a la nacionalidad polaca y desemboca en una vocación universalista, representada en su momento por la Francia que clamaba al mundo por la libertad, la igualdad y la fraternidad. De sus 39 años de vida -a partir de su nacimiento en 1810 en Zelazowa Wola, Ducado de Varsovia, hasta su muerte en 1849 en París-, los primeros 19 los palpitó en su tierra natal, de la que partió justo antes del levantamiento de 1830 que contribuyó a preparar con su arte. En la Ciudad Luz pasó, con intervalos, los restantes 19, viviendo de la publicación de sus obras y de lecciones de piano, y haciéndose célebre como artista de su época por sus veladas pianísticas y su mentada relación con George Sand, pseudónimo de la escritora Amantine Dupin. Por su parte, Ignacy Jan Paderewski, nacido en Kurylovka en 1860 y muerto en Estados Unidos en 1941, tuvo el raro privilegio de ser considerado, como pianista, el mejor intérprete de Chopin de su época, y al mismo tiempo llegar a ser, tras la Primera Guerra Mundial, primer ministro de su país, luego de alentar a la defensa de la ciudad de Poznan del control de los alemanes. Sin embargo, Paderewski deseaba ser recordado como compositor, y este Nocturno, simple en apariencia, es un tributo a Chopin, cuyas partituras homónimas él editó personalmente. El Nocturno es sólo una de las “microformas” a las que Chopin dedicó su talento a través de 18 exponentes que evocan, naturalmente, la noche, el encantamiento lunar y la furtividad del amor. A ella se suman los demás ejemplos de este programa: el Vals, que en sus manos no pretende ser un sucedáneo del vals vienés, bailable por excelencia, sino de una pieza para piano amable. Los Estudios, que amplían los horizontes técnicos de la ejecución pianística, compendian una enorme diversidad de recursos, sin renunciar a su innegable naturaleza expresiva. De todos ellos, el último, llamado “Revolucionario”, es sin duda uno de los más famosos de la serie del Opus 10. _20
5° FESTIVAL KONEX DE MÚSICA CLÁSICA