4 minute read

Los colores de la trilogia

Next Article
La cultura de Lars

La cultura de Lars

127

Los colores de la trilogía

Advertisement

Desde sus comienzos en el cine, Lars von Trier se mostró interesado en contar algo más de la historia a traves de diferentes técnicas como lo es la paleta de colores.

La trilogía “Europa” de Lars Von Trier, fue la primera de sus cuatro trilogías actuales. En esta se presentan diferentes temas los cuales se sitúan en una Europa distópica en la cual temas como las epidemias o los asesinatos son algo normal. Las tres películas que conforman esta trilogía utilizan diferentes técnicas para representar el mismo clima pesimista que Lars von Trier estaba buscando. Por un lado, la primera película, El elemento de Crimen, mediante un filtro utiliza una paleta cálida representada mayormente por colores naranjas los cuales dan la sensación de pesadez a los diferentes escenarios Europeos los cuales el personaje principal recorre. Las próximas películas, utilizarían filtros conocidos como cine noir o cine negro los cuales son filtros en blanco y negro que se orientan a un tipo de genero en particular.

En Europa, la última película, se destaca la diferencia de que su cine noir es intervenido por escenas con colores las cuales destacan ciertas ideas específicas. Por más que las paletas de estas tres películas sean cerradas, su interés compositivo sigue siendo enorme. Lars logra mostrar Europa de tres maneras diferentes conservando siempre su interpretación acerca de ese continente. Alemania en “El elemento del crimen” es una ciudad gastada, sucia, subdesarrollada mientras que el mismo país en Epidemia es una ciudad sobrepoblada y desinteresada. Ambas películas varían mucho pero la connotación negativa siempre está allí.

La decisión de qué filtros usar no es aleatoria y suman muchísimo a la hora de sentir e interpretar lo que está pasando en cada ocasión.

128

El elemento del Crimen

La trama de este film discurre en una Europa distopica a la que llegará el detective de policía Fisher, que se hallaba a la sazón en la ciudad de El Cairo, tras ser reclamado por la policía europea para colaborar en la investigación de los homicidios en serie de las niñas que venden lotería (Lotto). El escenario que lo recibe es un espacio anegado en el que sobrevive una sociedad decadente sin voluntad por mejorar sus condiciones de vida. Están dominados por un régimen totalitario policial y una hermandad de jóvenes que rinden culto a una deidad a la que dedican sacrificios humanos. El detective Fisher representa —siguiendo las palabras del director— la figura del último humanista , el último hombre con posibilidad para soñar y luchar por un cambio positivo en la sociedad; es decir, Fisher viene a encarnar la esperanza de ese posible cambio. Un cambio positivo que no obstante no se llevará a cabo porque el detective perderá su fe en aquello en lo que creía: su sistema. Un método aprendido de su maestro que aplicaba en lo profesional y en lo personal y que terminará fallando. La historia de este film es, por tanto, el relato del declive de unos valores humanistas que no encajan, no son válidos en la sociedad descrita en tanto que en ella prolifera lo contrario, su otra cara, la destrucción.

Se está narrando el desmoronamiento del último sueño de esperanza para Europa, elemento que nos lleva a pensar que no hay posibilidad para el cambio positivo, sino todo lo contrario, sólo para el negativo: la destrucción. Es de esta manera por la cual El elemento del crimen adquiere un tono onírico, casi surrealista, potenciado por la intensamente formalista puesta en escena de Von Trier, quien retrata las acciones de sus personajes y su colocación en los espacios como si formaran parte de una pesadillesca ensoñación: los travellings que recogen a los personajes estáticos, casi fusionados con el entorno como si fueran tableaux vivants; la obsesiva utilización de las cámaras lentas; los saltos entre secuencias, dando a éstas una forma independiente, autoconclusiva; los extraños diálogos, como si el mensaje nos llegará sólo parcialmente y parte de la información se hubiera perdido en los recovecos de la memoria. os ballardianos escenarios redondean la adscripción fantástica del film, catalogable en los parámetros de la ciencia-ficción, mostrándonos un mundo apocalíptico, en el que el hombre se mueve entre las ruinas y los desechos de una civilización anterior.

La primer impresion que tenemos de Europa en el universo de Lars, es una de devastacion, muerte y crimen.

Epidemia

Dos individuos, un cineasta llamado Lars, (es Von Trier, en su faceta actoral) y Niels (Niels Vorsel, su guionista y colaborador en la vida real), están escribiendo un guión para una película, el guión se llama El Policía y la Prostituta, en un claro guiño a su anterior filme, El Elemento del Crimen. Pero el guión de más de 200 páginas se pierde en un disco, y se ven obligados a re-escribirla, para luego decidir escribir una obra distinta, escriben la historia que veremos, y entonces tipean Epidemic, tanto en su máquina de escribir como en la pantalla que vemos... Lars, vaya personaje.

Paralelamente, se desata la terrible enfermedad en Europa, el virus, que los doctores saben incurable, se ha desatado, sólo un doctor desafía el miedo, el doctor Mesmer (sí, también es Von Trier). Los escritores continúan creando su guión, ignorantes de que todo lo que escriben se materializa, diagraman la estructura del relato, sus direcciones, y viajan a Alemania para ver a su productor, en un viaje por carretera donde irán viendo el irreal mundo donde se encuentran. Se reúnen con unas chicas amigas por correspondencia de Atlantic City,

This article is from: