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Cine Noir con Color
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Frank Miller| Sin City (2005)

Cine Noir con Color
El cine noir con color es conocido oficialmente como cine Neo-noir. Neo-noir es un estilo de cine que utiliza gran parte de los elementos del género del cine negro, pero que trata temas con contenidos actuales, y estéticamente se observan elementos que estuvieron ausentes en el cine negro de las décadas de 1940 y 1950. La crisis de identidad, vulnerabilidad del protagonista y el aumento de la carga sexual son algunos de los cambios que aparecieron en esta evolución del género. El término comenzó a utilizarse para designar a producciones de los años 1970 en adelante. Este estilo está presente en la última entrega de la trilogía Europa (1991).
Si bien los temas de la historia hablan de los años post segunda guerra mundial, igualmente los desarrollos de personajes se apegan a un cine Neo-noir. Estas características de la historia son llevadas a lo visual con colores fríos y en ausencia. Un blanco y negro es inundado por un color especifico el cual destaca la idea de la escena. La pregunta llega cuando se despierta la duda de cuál es el propósito de crear una película con una paleta cromática tan cerrada y destacada. Lo conceptual ocupa un rol gigante a la hora de entender hacia dónde viene la idea. Antes de entender esto tenemos que ver el contexto cultural en el cual Lars crece acorde al cine. En la década del 60, el cine noir estaba perdiendo vigencia ya que los temas eran en su mayoría rehusados y hacían vueltas dentro de las mismas historias policiacas. Fue por esto mismo que el estilo evolucionó hacia el cine neo noir. Mientras todos estos cambios suceden, un joven Lars estudiante de cine se veía inspirado por sus grandes ídolos los cuales se apegaban a esta forma de dirigir películas ya que era la más novedosa. Es también importante recordar que el director es proveniente de Dinamarca, lugar donde algunos discuten que se originó el Cine Noir. Lars logra mostrar Europa de tres maneras diferentes conservando siempre su interpretación acerca de ese continente. Alemania en “El elemento del crimen” es una ciudad gastada, sucia, subdesarrollada mientras que el mismo país en Epidemia es una ciudad sobrepoblada y desinteresada. Ambas películas varían mucho pero la connotación negativa
El Cine Neo-Noir sigue siendo uno de los estilos más elegidos entre los directores para representar sociedades distópicas y en decaimiento.
Frank Miller| Sin City (2005)


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“El elemento del Crimen”, es uno de esos ejercicios donde lo visual prima por encima de su intrincada y en algunos momentos errática historia, la cual se establece como un “flashback” disfrazada de hipnosis, pero más allá de lo complejo que resulta el argumento, el trabajo visual es realmente una excelente muestra de las capacidades no sólo artísticas sino técnicas del controvertido director, quien puede pecar de excesivo en las metáforas narrativas del guión que escribe en conjunto con Niels Vorsel, pero sabe traducir la angustia y la atmósfera sofocante que emana la ciudad, ciudad caótica y perturbada como la mente de Fischer (Michael Elphick) el detective que ha llegado de nuevo a Europa, para intentar resolver los misteriosos asesinatos de los niños de la lotería, que junto a su mentor y sus singulares métodos de investigación, tendrá que reconstruir y adentrarse en la mente de un asesino serial.o por la complejidad del argumento sino por que el propio Von Trier asume que la confusión, lo extraño, lo anormal haga parte de la estructura de la narrativa diegética (como lo sería un recuerdo, hipnosis o demás).
La grave y exageradamente “Noir” voz de Elphick, complementa el “manierismo” visual de la película, que a través de una fría y ámbar paleta de color, se nota la influencia del expresionismo (pintura y cine). Pero no es sólo la imagen y la composición de ésta, la que se manifiesta como elemento estético, sino que el montaje y la edición, generan una multiplicidad de lecturas, no sólo a nivel narrativo (como imagen) sino a nivel estructural y de cierta poética que se asume como representación de la mente de Fischer, la cual se imbuye en los pasos de un psicópata, tan complejo y místico como la atmósfera que se respira en la ciudad. Para cerrar la idea del capítulo, recalcó que no existe nadie mejor para darle uso al cine noir y neo-noir que Lars Von Trier, un cineasta de Dinamarca con odio a su propio contintente.



