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La "wifala" ................................................................................................................................................ 1
from QEROS


es posible suponer que en esas escenas de batalla el felino rep.resenta al invasor ibérico. EN JARROS DE PLATA sobredorada de la época de Felipe IV (1621-1665), que se usaron en el virreinato peruano, se ven representaciones de animales fabu lasos. Se trata de basi I iscos, parecidos a grandes perros alados, que según la leyenda mataban con la mirada. También en fuentes de plata circulares se ven cenefas de roleos vegetales alternados con dragones, animales fabulosos con figura de serpiente y patas y alas de murciélago. Los numerosos qeros que contienen tan singular representación obedecen sin duda a una intención simbólica o poseen un significado encubierto. Acaso se trata del amaru de la mitología andina, la gran serpiente que es también felino míticor EN LA CRÓNICA DE JUAN DE SANTA CRUZ PACHACUTI se recoge el mito del amaru con características semejantes a las del dragón europeo: En este tiempo dizen que llegó la nueva cómo en el Cuzco abo un milagro 1 que como un Yauirca o amaro abía salido del serro Pachatusan1 muy fiera bestia 1 media legua de largo y grueso de dos brac;as y medio de ancho 1 y con orejas y colmillos y barbas; [. .. ] los cuales dizen que eran animales con alas y orejas y colas y quatro pies 1 y encima de las espaldas muchas espinas como de pescado; y desde lejos dizen que les parecía todo de fuego 8 .

ESTA REFERENCIA DE 1613 nos muestra que la deidad andina fue reemplazada por un símbolo europeo similar, al que el orden social establecido aceptaba, sin la censura impuesta al mito indígena. Es importante señalar que la bestia dragontina, el amaru de la época del Tawantinsuyu, es en realidad más antigua. Aparece en un vaso cerámico de la cultura Tiwanacu del período clásico (374724 después de nuestra era). Allí figura como un animal con cabeza alargada, colmillos, una cresta que parece una corona, alas y patas. Con sorprendente continuidad, y después de un intervalo de varios siglos, los qeros de la región del lago Titicaca vuelven a representar esa deidad Tiwanacu. Su imagen es pues anterior a las representaciones mochica de serpientes con cabeza de felino. POSTULAMOS QUE LA REPRESENTACIÓN ESCULTÓRICA que decora la portada de la iglesia de la Compañía de Jesús de Arequipa, de 1680, muestra un ser estilizado mitad felino y mitad artrópodo o ciempiés, con la cabeza levantada de cuya boca salen volutas que representan fuego. Como el animal mítico de Tiwanacu, tiene la cabeza rematada por una cresta, y detrás el ala sobre el cuerpo alargado que termina en cola enroscada, mostrando en el dorso cartílagos salientes.
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DETALLE DE QERO con felino esculpido del siglo XVII con escenas pintadas en época posterior. Museo lnka, Universidad Nacional del Cuzco.
OTRA FORMA de representación de otorongos sobre fondo de colores intensos. Siglo XVII. Museo de Arqueología, Universidad Nacional de Arequipa.
CENTAUROS ENFRENTANDO a dragón de cuatro cabezas. En la banda central escudos in kas y peces del lago Titicaca. Siglo XVIII. Museo lnka, Universidad Nacional del Cuzco.


A FAUNA Y FLORA AMAZONICA. Qero del siglo XVIII. Museo de América, Madrid, España.

A AMARU DE LA MITOLOGIA andina representado bajo la forma del dragón occidental. Fines de siglo XVII. Museo lnka, Universidad Nacional del Cuzco.
QERO ornamentado con centauros de la mitología greco-romana, enmarcado por felinos y arco iris andinos. Siglo XVIII. Museo Municipal, La Paz, Bolivia.

DESARROLLO de uno de los vasos con centauros y sirenas. Siglo XVIII. Museo Municipal, La Paz, Bolivia.
EL AMARU ANDINO representado como un dragón europeo. Siglo XVIII. Museo de Arqueología, Universidad Nacional de Arequipa.
VERSION POPULAR del amaru andino bajo el arco iris. De su boca sale una lengua de fuego que se convierte en flor. Siglo XVIII. Museo de Arqueología, Universidad Nacional de Arequipa.


.A. DESARROLLO DEL QERO con dragón de cuya boca sale una lengua de fuego que se convierte en flor. Siglo XVII. Museo de Arqueología. Universidad Nacional de Arequipa.
SIRENAS DE LA MITOLOGIA occidental sosteniendo charangos, y plantas de ají, enmarcadas por arco iris y felinos andinos. Es el mismo Qero que tiene pintados los centauros, en la otra cara. Siglo XVIII. Museo Municipal, La Paz, Bolivia.
EN BOLIVIA EXISTE una pieza excepcional de madera maciza, un arcón decorado con la misma técnica de los qeros, que proviene de la zona de Charazani. En ella figuran tres dragones poi icromados, entre los que se destaca el de la tapa, con cabeza de felino de afilados colmillos, cuerpo de serpiente, alas con membranas y sólo dos patas. En la parte posterior del cofre están los otros dos, siguiendo una composición heráldica, con las cabezas vueltas hacia atrás, mirando a un inka y un cacique local. Se muestran además jinetes españoles y un arcabucero a pie, en una entrada a la región amazónica, rodeados de serpientes, aves y otros animales del Antisuyo, tierra del Sol naciente. La representación del ser mítico amaru o dragón tiene aquí un significado mesiánico, en oposición al dominio español y en reclamo del retorno del Tawantinsuyu y la autonomía nativa.
- EL TEMA DE LA SIRENA, que también forma parte de la tradición europea pero puede significar mucho más en el mundo andino, ha sido estudiado por Teresa Gisbert
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9 quien señala que su utilización generalizada se debe a que se as?c.ió con ella la leyenda de Quesintuu y Umantuu del lago Titicaca, dos hermanas con quienes, según los cronistas, pecó Tunupa, dios andino. Sus nombres se han transformado y se usan en la actualidad para denominar dos variedades de peces del lago. POR OTRA PARTE en el grupo étnico Chipaya todavía se guarda la costumbre de adornar a las doncellas con pequeños dijes de bronce llamados lauraques, que tienen forma de sirena. Como las sirenas representan el pecado, se deduce que la relación del dios Tunupa con las mujeres-pez fue de pecado carnal, si nos atenemos a la doctrina católica. Este mito de la cosmovisión andina se ha preservado con ayuda de las representaciones plásticas de las sirenas que aparecen en temas escultóricos o en los qeros.

LA ARQUITECTURA FIGURADA
AL ESTUDIAR LAS IMÁGENES DE LOS QEROS podemos descubrir alusiones reveladoras y sugerentes, como es el caso de las representaciones arquitectónicas. No se trata de imágenes sintetizadas, ni de construcciones ficticias o representaciones ideales. Son más bien descripciones referidas a recuerdos figurativos de arquitectura real. La verosimilitud de esas referencias debe bus-
SER MITOLOGICO mitad felino y mitac cien pies, relieve escultórico en la fachada dE la iglesia de la Compañía de Jesús, Arequipa, 1680.
VERSION POPULAR DE SIRENA tocando arpa y danzante con pañuelos en la mano. Fines del siglo XVIII. Museo Municipal, La Paz, Bolivia.
TORREÓN, símbolo del poder inka, mostrado con estandartes y otras insignias reales. Siglo XVIII. Colección Privada, Lima.
DANZANTE conocido como Pablito sostiene planta de ají frente a una sirena que toca charango. Siglo XVIII. Museo lnka, Universidad Nacional del Cuzco.
BAU L DE MADERA trabajado con la técnica de los qeros policromados. Aparecen dragones, inka y epañoles. Siglo XVIII. Museo Municipal, La Paz, Bolivia.



carse pacientemente en las fuentes referenciales del conocimiento de la cultura andina mediante investigaciones más profundas. SUSCITA INTERÉS, en tal sentido, el vaso ceremonial con representaciones de deidades y cultivos que forma parte de la colección del Museo lnka del Cuzco. Su composición está distribuida en bandas verticales, ocho de las cuales son en bajo relieve y muestran en la parte superior esas edificaciones de la época inkaica que se uti I izaban para depositar las cosechas, denominadas qolcas, acompañadas en la parte inferior por los diversos frutos que, una vez cosechados, se almacenaban en ellas. Las construcciones representadas en el referido vaso ceremonial, y la que aparece en otro qero que muestra a un pastor con una honda al lado de cuatro llamas, con una edificación de piedra y techo de pajaw muestran elevaciones o fachadas de construcciones inkaicas de planta rectangular con mojinetes o hastiales, sobre los que se apoya el techo.

LAS CUBIERTAS DE LOS EDIFICIOS de la época inkaica formadas por dos o más vertientes constituyen uno de los aspectos constructivos menos conocidos. En estos vasos encontramos imágenes di rectas y realistas que representan esos techos con gran fidelidad. Esas edificaciones con dos mojinetes triangulares en los extremos portaban una viga cumbrera apoyada directamente sobre ellos, y que a su vez recibía vigas inclinadas transversales. Las cubiertas se hacían con una gramínea fina, flexible y resistente, el ichu, en un trabajo que el cronista Bernabé Cobo describe con las siguientes palabras: En su enmaderamiento y cubierta 1 no se gastaba clavazón [ ... ]porque sólo las vigas o varas atan y tejen con cuerdas y ramales delgados un zarzo de varillas y ramas sobre el cual en lugar de tejas ponen cantidad de hicho [. . .] 77
ES INTERESANTE DESTACAR que en las figuras de los vasos esa cumbrera se prolonga y sale en voladizo más allá de los apoyos laterales, formando puntas horizontales que caracterizan la silueta de las construcciones, y cuyo estudio detenido no se ha hecho hasta ahora, al no haberse recurrido a las imágenes de los vasos ceremoniales. En el primero de los vasos nombrados las qolcas presentan una pared con una puerta central y dos ventanas a ambos lados. Se aprecia que encima de esa pared aparece una banda superior de otro color, inmediatamente antes del techo de paja. Esa representación hace alusión a que los muros de las construcciones inkaicas eran de piedra y tenían como remate unas hiladas de adobe, que podía enlucirse y pintarse de colores.
BRINDIS CON QEROS de una pareja jun to a la representación de una casa con tech( a dos aguas. Siglo XVIII. Museo de Arqueolo gía, Universidad Nacional de Arequipa.
VISTA DE LA CIUDAD enmarcada por columnas. Qero del siglo XVIII. Colección privada, Cuzco.



EN OTRA PIEZA, SINGULAR POR SU REPRESENTACIÓN alegórica de la leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo, figura una edificación -de piedra con techo cónico de paja, que posiblemente representa la sagrada ciudad que fundaron. Su forma no es casual y coincide con la descripción de Garcilaso de la Vega, el cual, al hablar del Cuzco, y en particular de un techo cónico en uno de sus edificios de planta circular, dice lo siguiente: [ ... ] pero la techumbre tan alta1 según la buena madera que en las casas reales gastaban, que estoy por decir, y no es encarecimiento, que igualaba en altura a cualquier torre de las que en España he visto, sacada la de Sevilla. Estaba cubierta en redondo, como eran las paredes; encima de toda la techumbre [ ... ] 72 OTRA REPRESENTACIÓN A LA QUE NOS REFERÍMOS en esta obra es la de batallas entre los inkas y los habitantes del Antisuyo. En esos enfrentamientos el jefe inka dirige a sus solda~os de pie sobre un torreón de piedra que representa el sunturhuasi, símbolo del poder imperial. Por lo general se muestra la torre con una base escalonada, un vano central y cornisa saliente en el remate superior. Siempre se acentúa el hecho de que la edificación es de piedra, dibujando esquemáticamente los sillares. POR SU SIMILITUD CON LAS TORRES EUROPEAS que aparecen en los escudos heráldicos, muchos estudiosos han creído ver en los qeros esa referencia. Sin _embargo la intención de los anónimps creadores de las imágenes pintadas en los vasos ceremoniales era otra. Aludían simbólicamente a los torreones de la época inka, que podemos conocer gracias a una maqueta ritual de piedra rojiza que representa una de ellas, y que se ha conservado en la colección del Museo lnka del Cuzco. Tiene muros de perfil trap~zoidal, como es característico de la arquitectura inka, su planta es cuadrada, y presenta dos puertas también trapezoidales de doble jamba, una frente a otra. En los costados se aprecian nichos trapezoidales de similares proporciones. El torreón tiene un segundo cuerpo con ventanas de la misma forma, y en el coronamiento una amplia cornisa. Su representación de bulto parece fidedigna, y no el producto de una elaboración imaginativa, y constituye un reto para seguir buscando en la etnohistoria y la arqueología los datos que aún faltan para conocer en detalle cómo era la arquitectura inka. LA ARQUITECTURA RENACENTISTA surgió primero en descripciones literarias y en representaciones gráficas. El uso sisteméÚico de la perspectiva se generalizó en la representación de monumentos y espacios urbanos. Los vasos ceremoniales del siglo XVIII no son ajenos a esa modalidad figurativa. Consideramos de sumo interés, en tal sentido, un qero de colección privada que muestra en el reverso una "vista de la ciudad". Debajo de una banda de tokap'us que rodea el borde superior del vaso, dos columnas abalaustradas, con base y capitel sobre el cual se apoya un ábaco, enmarcan una vista de altura sobre los techos de un conjunto urbano, con líneas que representan tejas de cerámica. En el más elevado se aprecia un hastial con un óculo o ventana circular, que podría corresponder a una iglesia o capilla. Otra edificación mostrada en primer plano es una casa con techo a dos vertientes, con ventana en el mojinete, como corresponde a las casas con altillo o marka para guardar productos agrícolas. La escala de la casa la aporta la figura de una mujer indígena vestida con lliqlla o mantilla y vestido largo, que se halla

_._ CUBIERTAS Y HASTIALES en construcciones in kas. Dibujo de Guarnan Poma de Ayala, 1615.
DETALLE DEL QERO del cultivo de la coca. Se ve la casa de madera característica de la región amazónica. Siglo XVIII. Museo lnka, Universidad Nacional del Cuzco.


delante. Esta representación al "modo" pictórico renacentista muestra un paisaje imaginario, pero que contiene referentes reconocibles. La visualización de la ciudad funciona en este caso como una alusión a la posición social del propietario del vaso, dueño quizás de una casa con mirador, del cual se enorgullecía. ENTRE LAS INNUMERABLES REPRESENTACIONES arquitectónicas que hay en los vasos de madera, están las que tienen como referentes casas de las zonas cálidas de la vertiente amazónica de los Andes. En el qero que representa la cosecha de las hojas de coca, del Museo lnka de la Universidad del Cuzco, se aprecia, además de figuras humanas y una recua de mulas, la cosecha y la casa que aún hoy se denomina matuwasi, lugar donde se depositan y secan las hojas, con un patio posterior donde la coca se termina de procesar golpeándola con un palo, tal como se muestra en esa composición. LA CASA REPRESENTADA tiene techo de hojas de palma con faldones inclinados para dejar correr las aguas de lluvia. Se apoya en pilotes para evitar los riesgos de un terreno inundable. En la figura ese espacio debajo de la casa se usa para almacenar objetos. Observando con cuidado se aprecia que la casa tiene una portada al centro, con jambas en relieve y pilares decorados, lo cual lleva a pensar que esas edificaciones uti1 itarias de madera se ornamentaban y decoraban artísticamente.
LOS VASOS DE MADERA recogen representaciones arquitectónicas no sólo como alegorías del pasado inkaico, sino también como imágenes más o menos realistas del presente.
Intento de sintetizar lugares que no carece, desde luego, de una tendencia a enfatizar los aspectos simbólicos de algunos edificios anti, guos, testimonios de una antigüedad que siempre se evocaba.
EN OTRO VASO DEL MUSEO inka del Cuzco en que se representa personajes y caballerías del "arrieraje", se ve a dos jinetes a caballo con cuatro mulas de carga que llevan sacos, cajas y grandes piezas de madera. La escena se complementa con edificaciones en un segundo plano, en las cuales, en un ambiente festivo, se venden comidas y bebidas. Negocios que están instalados en toldos y cabañas de material ligero, con los lados abiertos y la cubierta sustentada por postes de madera de forma triangular. En el extremo se representa una sólida construcción de piedra con dos mojinetes que sostienen un techo de paja. Se trata de una casa de la época inkaica, como muchas que subsistían en ruinas en la región del Cuzco y en otras del imperio. En el qero referido la representación temática no guarda relación aparente con ese recuadro y su evoéadora representación de "lo antiguo".

