Flor de Andén Vol. IV

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CONTENIDO

Pensar las memorias desde la escuela [EDITORIAL]

John Estrada

La memoria en la escuela

Mariana Ardila Gil

Mapeas o te mapean

Erik Arellana Bautista

Las calles del centro de Bogotá laten diariamente

Cecia Esther Salazar Ariña

Las décimas de la octava

Pablo Moraga G.

¿Avenida Jiménez o Avenida Misak?

Danna Roman

Karen Capacho

¡Que viva la música!

Natalia Veloza

Ritmo sin frontera

Nicol Murcia

Cristian León

Teatro desde el Amazonas: “Sikame”

Cecia Esther Salazar Ariña

Zharith Lorena Paky Pijachi

Voces sin olvido: crónicas de la violencia en Colombia.

Jaider Santiago Suárez Rivera

LA SALVAJE ESPERANZA

Gonzalo Arango

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02. 04. 06. 08. 11. 14. 16. 19. 20. 22. 24.

Pensar las memorias desde la escuela

Para la cuarta entrega de nuestra Flor de Andén, hemos decidido hacer balance de la octava edición de nuestra estrategia pedagógica Semana de las Memorias. El ejercicio busca ser una indagación, una búsqueda que intenta comprender la idea de las memorias dentro de la complejidad y la riqueza que puede representar el(los) territorio(s) y las personas en un país como el nuestro; segundo, la semana de las memorias es un lugar de encuentro, el colegio y la comunidad, sus estudiantes y profesores, que por medio de acciones pedagógicas y artísticas buscan generar diversas reflexiones en torno a la necesidad de recuperar y reconstruir las pequeñas y grandes historias de una nación fragmentada por un sinnúmero de violencias, entre ellas el olvido sistemático de hechos relevantes que afectan el transitar de lo humano.

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EDITORIAL

Para 2022, con el propósito de seguir reflexionando sobre las pedagógicas y didácticas de las memorias y su lugar en las comunidades educativas, nos propusimos, bajo márgenes amplias, abordar lo que denominamos las memorias en movimiento, aquellas que transitan por lugares y “no lugares”, de maneras distintas y por distintas situaciones; aquellas memorias que resisten al olvido y son origen mismo de comunidades que defienden su cosmovisión, sus formas de ser en el mundo. Las historias de las personas, colectividades y pueblos, que en distintos tiempos y por distintas razones, han tenido que migrar ante situaciones sociales, económicas, políticas, en el marco del conflicto armado interno, etc. Pero, la movilidad, el tránsito, visto también desde una perspectiva cultural y artística. Aquellos mestizajes, las simbiosis y las formas de la cultura que se amplían ante el constante movimiento de personas y ellas cargadas de historias, rituales, sabores, sonidos, etc.

Construimos, junto con estudiantes, maestros, colectivos, instituciones e individualidades, una programación que nos permitió, durante algo más de una semana, pensar y repensar las memorias que caminan, cruzan las fronteras, las evaden, nutren la cultura del lugar donde llegan.

Años tras año tenemos la oportunidad como comunidad educativa de tender puentes para propiciar conversaciones urgentes en la escuela. Que sea la oportunidad para agradecer a los chicos y chicas de la promoción 2022. Notable trabajo, maravilloso compromiso en favor de una escuela que desea estar lejos de la quietud. En especial al equipo base del laboratorio: Laura Julieth Suarez Lopez, Natalia Alejandra Veloza Carrascal, Asly Valentina Roa Torres, Cristian David Martinez Galindo, Cecia Esther Salazar Ariña, María Camila Castañeda Arroyo, María Victoria Pinilla Chaparro, Lorena Medina, Nataly Bejarano, Emily Bolivar, Juan Esteban Alarcón, Danna Roman, Karen Capacho, Sara y Nikol Gutierrez, Mariana Ardila, Alejandro Dueñas, Angela Espinosa, Maria Celis, Jaider Suárez y Cristian Arrieta.

A las y los estudiantes que estuvieron al frente de talleres, exposiciones, obras de teatro, performances, etc. Un trabajo maravilloso de todas y todos. A los maestros y maestras

del equipo base del laboratorio: Rolando Franco, Manuel Pachón, Andrés Rivera y Patricia Rodríguez. A la gran Emma que desde siempre hace equipo con nosotros y dispone la biblioteca como espacio de amplios saberes. Que bueno saber que el trabajo colectivo cuenta con ustedes para ampliar las posibilidades de la escuela. A nuestros invitados y amigos que trabajaron junto con nosotros/ as: Miguel Franco, Magali Pinilla, Maria Paula Herrera, Lorena Torres, al Centro de Memoria, paz y reconciliación, Alta Consejería para las víctimas, Colegio Anexo San Francisco de Asís, Justicia Escolar Restaurativa (Secretaría de Educación), Sandra Novoa y Esteban Corzo (Gata Negra Films), Festival Colombia Migrante, a los profesores y estudiantes de los colegios IED Virginia Gutiérrez, IED María Velas, IED Salitre, IED Isabel II, Proyecto construyendo memoria, Equipo pedagogías de las memorias y las migraciones - Dirección de inclusión e integración de poblaciones SED, Diego Pereira Rios (Uruguay), Pablo Moraga (Chile), Casa Cultural La Roja, al profe Camilo Muñoz y el Proyecto Reconstrucción del Conflicto Armado en Familia. Jairzinho Panqueba (Docente UPN), Línea de Comunicación, Banco de la República, Casa B, Casa Comunitaria de Egipto, Legal Style, Soul 90, Lyon, Jacob DMC y la Alcaldía Local de Suba (Sebastián), Erick Arellana, a nuestra querida Denise y al coordinador Michel Baracaldo. A quienes se nos quedan por fuera, perdón. La memoria, en estos casos, a veces falla, pero en el corazón están tatuados. Por último, a la comunidad de la IED Gonzalo Arango (nuestra casa), docentes y directivos que siempre nos acompañan y apoyan, al equipo administrativo de nuestro colegio (vitales para lo que no se ve). A todas y todos, mil gracias por entender que otra escuela es posible.

En este 2023 no habrá semana de las memorias por múltiples razones. Preguntas al aire y para los y las interesadas: ¿Es importante viabilizar espacios pedagógicos alternos al aula de clase? ¿Qué compromisos deben asumir quienes dirigen la escuela para potenciar el trabajo pedagógico por proyectos? En 2024, ¿Se realizará la novena versión de la semana de las memorias? ¿De quiénes depende?

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La memoria en

El Laboratorio de Derechos Humanos y Ciudadanías ha posibilitado la creación de un lugar para el encuentro, donde muchos estudiantes y maestros pueden conocerse y escucharse a sí mismos, a los otros, el territorio y sus historias.

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en la escuela

esde el año 2012 fui estudiante e hice parte de la comunidad del Colegio Gonzalo Arango. Pase por cada una de las aulas y asientos, participé en bastantes actividades, aprendí y conocí mucho. Pero, durante mi instancia en el colegio, jamás había hecho parte de un espacio en donde se propiciará un escenario de empatía, diálogo y encuentro con el otro. Y es que, en otros ejercicios, clases o actividades, no sucede con la misma magnitud e impacto de lo vivido por mi parte en el laboratorio.

El Laboratorio de Derechos Humanos y Ciudadanías ha posibilitado la creación de un lugar para el encuentro, donde muchos estudiantes y maestros pueden conocerse y escucharse a sí mismos, a los otros, el territorio y sus historias. Durante la octava Semana de las Memorias, una de las tantas estrategias del Laboratorio, se realizó una reflexión alrededor de la idea de las Memorias en Movimiento / Memorias en Tránsito. Es decir, pensar y recordar por medio de conversatorios, talleres, performances, obras de teatro, presentaciones audiovisuales, exposiciones, presentaciones musicales y otros más, la memoria de las poblaciones inmigrantes, del exilio, de los pueblos originarios y de la migración en relación con el conflicto armado interno.

Durante esa semana resonó en mí la palabra “recordar”, puesto que durante el desarro-

llo de estas actividades, podemos entender que todos tenemos historias, pasados, pero que en absoluto esto se cuenta o se reconoce, porque no existen regularmente estos espacios en el colegio. No está de más parar, recordar y/o escuchar al otro.

Y durante toda esa semana se reflexionó sobre eso y cada una de las actividades presentaba este escenario de diferentes maneras. Una de mis actividades favoritas fue la titulada “Mestizo y sin fronteras”. En aquel espacio, se hizo énfasis en el arte y la música, sobre la diversidad que existe en nuestro país, por las tantos movimientos que dentro de ella suceden, las formas de la cultura que se extiende ante el constante movimiento de las personas, en las cuales al interior de su motete o equipaje de viaje cargan historias, sonidos, sabores, lenguajes, creencias, simbolismos, etc., que durante este espacio se manifestó con toda la libertad que el arte les permitió.

El Laboratorio fomenta, en sus procesos y estrategias, reflexiones pedagógicas alrededor de las memorias, que facilitan que el estudiante reconozca el movimiento, las personas y lo que sucede en los territorios. De forma adicional, considerar las historias sobre los que han tenido que migrar y que sus memorias merecen resistir al olvido.

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MAPEAS O TE MAPEAN

Desde imborrables nos preguntamos sobre los cómo para lograr que las nuevas generaciones de jóvenes estudiantes se apropien de las narrativas del pasado, relacionado con la violación sistémica de los derechos humanos. Por ello le apuntamos a la integración de lenguajes artísticos, nuevas tecnologías, cartografía colaborativa y sobre todo, un trabajo construido con y para las víctimas.

La oportunidad que nos brindó el Laboratorio de Derechos Humanos y Ciudadanías, y que experimentamos en la biblioteca del colegio Gonzalo Arango, fue muy emocionante y motivadora. En esa oportunidad, dos jóvenes estudiantes se apropiaron de la exposición y se convirtieron en los guías, presentando ante otros grupos de estudiantes el trabajo, las historias y los mapas que ubican en la ciudad de Bogotá las emergencias de la memoria, los itinerarios y las derivas que trabajamos en el mapeo web. Así que de esta manera se convierte en el primer punto del metamapa, el lugar en donde se exponen los mapas que conforman la cartografía imborrables. Otro mapa.

Después de un año arduo de trabajo, con colectivos de artistas, en el que se realizaron murales, videos, encuentros, recorridos, charlas y un ejercicio de documentación, cerramos actividades con esta oportunidad para acercarnos a los jóvenes y explicar cómo el internet es, también, al igual que las calles, un territorio en disputa donde las representaciones sobre el pasado nos muestran y evidencian relaciones de poder. Pero también la fuerza creadora y la resistencia para que ciertos eventos y personas no sean olvidadas, sobre todo cuando exista responsabilidad directa por parte del Estado.

El mapa viajó al colegio y el colegio se unió al mapa, dos jóvenes y la amable bibliotecaria nos acogieron y nos acompañaron para narrar, entre tantas historias y nombres, la memoria sobre Nydia Erika Bautista que se presenta en el itinerario “puro pueblo” y cuando soñábamos la educación como un derecho de los pueblos.

Eso es justicia poética. Gracias a todos los estudiantes que nos retroalimentaron y emocionaron con sus ganas de aprender sobre los derechos humanos, la memoria y la paz.

Utilizando tu equipo celular y escanea el siguiente código QR para conocer más de IMBORRABLES.

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LAS CALLES DEL CENTRO DE BOGOTÁ LATEN DIARIAMENTE

Cecia Esther Salazar Ariña

Mi corazón estaba acelerado y mi cuerpo sudaba por el miedo y el terror. Sentía que cada paso sentenciaba miles de juicios y situaciones negativas en cada mirada, de lado a lado, de individuos que en algún momento estaban del todo conscientes y tenían otro estilo de vida, pero que en ese momento, mientras estaba iniciando el día, se encontraban sin alimento, en la calle y recogiendo basura.

Sé que puede sonar raro, pero el miedo también se mezclaba con curiosidad acerca de estas personas. Qué las llevó a estar allí y fue inevitable pensar en la injusta manera en que los gobiernos generan o no oportunidades para quienes habitan la calle. Y cuando se trata de la justicia, pareciera que se intenta enterrar la memoria para que los culpables queden sin una mancha y el país siga en la tierra desértica de verdades y sin futuro.

Pero, retomando y como solo puedo comenzar el camino de esta historia desde mi punto de vista, te contaré cómo el susurrador de la calle séptima, al frente del muro y placa que intentan que Nicolás Neira no quede en el olvido,

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me contó su historia y la de la carrera de observación, donde un grupo de muchas mentes y corazones, que intentan enseñar y recordar de una forma diferente, dan cuenta de las historias desde el pulso acelerado, el trabajo en equipo y el descifrar pistas que nos ayudan a recordar para que no se detenga la lucha, el deseo y el proyecto de aquellos que murieron intentando ese cambio.

Nicolás Neira tenía 15 años cuando injusta y dolorosamente fue asesinado por aquellos que se supone, deben protegerte. No digo que todos sean malos, porque de hecho vienen de barrios populares, de vidas difíciles y de sueños de intentar un mejor futuro como nosotros. Pero, si pido justicia y juicio para aquellos que actuaron mal y quebrantaron el corazón de muchos y la vida de los que intentaban el cambio.

El susurrador me contó 13 historias distintas. Cada una armaba el rompecabezas de una historia que no está definida, sino que se sigue construyendo y alimentando con las mentes de todos los grupos que cada año realizan la carrera de observación. A pesar de circunstancias como el clima, los corazones que están dispuestos a escuchar lo que pasó, para no repetir la historia, están latentes y fuertes; los susurros también me contaron que en aquella calle, que es bastante concurrida,

se ven pasar otras tantas historias, el muro y la historia de Nicolás, siempre están hablando y están disponibles para aquellos que quieren pasar por ahí a observar y dibujar sobre lo que saben y quieren cambiar.

Yo lo vi lleno de marcas, colores y texturas. Yo escuché al susurrador de la calle séptima que año a año ve correr a cerebros intrigados y esforzados recorrer trece puntos para saber la verdad y usarla como ellos consideren que sea correcto. Siempre ten presente que él nunca deja de ver, escuchar, contar y sentir. Siempre vivo y siempre lúcido.

Se vio el impacto que ejercicios pedagógicos como estos. No solo impactan a los chicos de los colegios participantes, sus familiares y los que organizamos este bello proyecto, sino a los demás colombianos que se salpican y detienen sus vidas aceleradas, ocupadas y estresadas para escuchar y ver. Se obtuvo resultados positivos y se logró llegar a los chicos y sus acompañantes en una actividad fuera del común escenario de las aulas de clase y un sistema de educación rutinario.

Entre tanto, el perdernos, es también una forma de encontrarnos y llegar al punto correcto. No siempre el camino es recto y esos obstáculos hacen que siempre se esté en busca de lo mejor.

Conoce algo más de la historia de Nicolás Neira utilizando tu equipo celular y escaneando el siguiente código QR

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LAS DÉCIMAS DE LA OCTAVA

No olvido nunca esta historia ni olvidaré esa mañana, era la octava semana hermosa de las memorias. Sospechaba la victoria de aquella comunidad, volando pa’ Bogotá y pensando en el avión, sentía ya una emoción que no podía explicar.

Me preguntaba silente, ¿será que aquí en este mundo hay profesores y alumnos tan lúcidos en sus mentes?

Con esa intriga latente, llegué temprano a la escuela y la miré desde afuera, era el colegio Gonzalo no imaginaba el regalo que pronto allí recibiera.

Más bien fue una colección de obsequios inolvidables, simplezas incomparables, gente llena de pasión. Profesores en acción y alumn@s comprometidos, todo le daba sentido a la memoria presente, se hacía tan evidente cerrarle paso al olvido.

Fue como una sacudida que me llenó de colores, eran ellos los actores que a todo le daban vida. En esa calle escondida toda una comunidad se empapaba de verdad, rindiendo honor a su historia y a través de la memoria, forjaba su identidad.

Y yo que todo este tiempo trataba de imaginarme cuál es la misión del arte o cómo ser un ejemplo, en esta suerte de templo comprendí la mejor pista: el tesoro está a la vista y la acción muestra el camino mostrarnos, es al destino como el pincel al artista.

En esas niñas y niños observé la libertad, abierta de par en par, mirando atrás con cariño. Mi corazón que se vino de lejos a este país reconoció la raíz de alguna señal divina y desde entonces camina esperanzado y feliz.

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¿AVENIDA JIMÉNEZ O AVENIDA MISAK?

os ubicamos en uno de los lugares más importantes de nuestra ciudad: el centro de Bogotá. Más específicamente, la Avenida Misak o la Avenida Jiménez. Pero, ¿por qué ese nombre?, ¿qué significa?. Estas preguntas son las que se necesitan responder, cuando los jóvenes de la ciudad quieren esas respuestas, se disponen a buscarlas; sin embargo, no solo es ir a internet e investigarlas. ¿Y si encontramos las respuestas por nosotros mismos?, ¿y si creamos nuestras propias respuestas?

En el momento en que te tomas en serio las preguntas, no es mala idea ir al lugar donde están todos los hechos y eso fue a lo que muchas chicas y chicos se animaron, ir al centro, en una carrera de mucho aprendizaje y observación. Encontrando muchas respuestas, como, por ejemplo, las dudas alrededor de la Avenida Misak. Cuando te enteras de la historia que hay alrededor de su nombre y significado, de por qué estas comunidades se hicieron escuchar el 7 de mayo del 2021 en el marco del paro nacional, después de derribar la estatua de Gonzalo Jiménez de Quesada y exponer su descontento con ser llamados tierra de Colón. De cómo un grupo de chicos, en ese momento, tomaron la decisión de conmemorar estás comunidades nombrando a la Avenida cómo Misak, ¿comprendes las importan tes historias y memorias que pueden compartir nos al caminar?.

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El 29 de octubre 2022 en la Plazoleta del Rosario, Karen Pinilla, tallerista y cercana a los procesos etnoeducativos en primera infancia, realizó para todos los estudiantes de grados undécimo de los colegios Gonzalo Arango y Anexo San Francisco de Asís, una actividad para conocer un poco sobre la comunidad Uitoto. El taller empezó con la pregunta, a los chicos, sobre su conocimiento de las comunidades indígenas colombianas, lenguas, cultura o apellidos indígenas.

A continuación, nuestra tallerista preguntaba a los grupos que iban llegando, sobre cuáles elementos de la comunidad Uitoto y otras comunidades indígenas les parecían interesantes o tenían curiosidad de ellas. Fuesen cuentos, totumas, tejidos, prendas y artesanías; por ejemplo, todos los cuentos tratan de historias indígenas diferentes, tejidos realizados para proteger a las mujeres de la comunidad en forma de cinturón, artesanías como jarras de barro y canastas tejidas,

totumas que se creaban por medio del árbol del totumo y servían como cucharones y por último, las prendas referentes al vestuario de comunidades indígenas.

Por último, se realizaba una danza para poder cantar una canción de cuna en lengua Uitoto, que traduce “la historia de un mosquito”, que le picó la mano a una mamá y se fue volando. Cerrando la actividad programada, en corto tiempo, en ese punto de la carrera de observación, llegamos a la conclusión que son muy pocos los jóvenes que conocemos sobre las diversas comunidades indígenas en Colombia. Algunos no sabemos de estas comunidades o simplemente puede pasar que las confundamos con grupos de otros países. Finalmente existe poca información para los jóvenes respecto a la diversidad étnica del país, por ello es muy importante que las comunidades educativas propicien espacios para ampliar la información y las reflexiones al respecto.

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¡QUE VIVA LA MÚSICA!

La semana de las memorias es sin duda alguna el mejor momento del año, es el momento donde nos conectamos con nuestra cultura, raíces, antepasados y mucho más.

Especialmente me gustaría enfocarme en aquel 28 de octubre del año 2022. ¡El concierto más especial del año para mi! ¡En nuestro colegio! En aquel espacio tuvimos varios artistas y, sin duda alguna, mi favorito fue Pablo Moraga. Él es un cantante chileno y desde ese día podría decir que es mi músico favorito. Pablo es una mezcla de romanticismo, alegría y melancolía, todo junto.

Sin duda alguna la presentación de Pablo fue una de las mejores, nos permitió reír, cantar, aplaudir, jugar, llorar y por supuesto, nos llenó de felicidad. Definitivamente es una invitación a disfrutar la vida, gozar de las cosas que tenemos y aprovechar las oportunidades que te da el destino para poder ser feliz. Gracias siempre Pablo. Al equipo, que fuimos muchos, del laboratorio, gracias por permitirme entender la música y la escuela de otra forma.

Natalia Veloza

RITMO SIN FRONTERA

El jueves 27 de octubre de 2022, en la octava semana de las memorias, organizada por el Laboratorio de Derechos Humanos y Ciudadanías, fuimos intérpretes de un ejercicio de danza teatro sobre la migración; usamos la danza como excusa para hacer llegar un mensaje sobre lo que significa la migración y lo que sufren las personas que deben abandonar sus países de origen, ir de un lugar a otro por cuestiones como la violencia, economía y otros motivos.

Nuestra presentación consistió en una interpretación de bailes típicos de países como Cuba, Brasil, India y Estados Unidos. Inicio con una pareja de chicas que bailaron samba brasileña. Luego, se acerca una pareja para ensayar con las chicas y ellas aceptan. Sin embargo, después de un corto ensayo, ellas de una mala manera denigran del desconocimiento de sus nuevos integrantes y los retiran del grupo.

Tristes, descubren la salsa Cubana y con nuevos conocidos la interpretan encontrando mientras bailan su lugar seguro. Luego se

suma otra protagonista, una chica estadounidense que se acerca con la misma intención de aprendizaje y, volviendo a repetir la misma actitud de exclusión. Es la situación que se reitera en muchos lugares del mundo con los migrantes.

Hay una suerte de bucle representado en la obra, todo para simbolizar la inmadurez a nivel mundial que se tiene a la hora de manejar las situaciones que se desprenden de la migración. Finalizando el taller, todos y todas se reencontraron y cada uno danzó junto al otro, dando a entender que sin importar la nacionalidad, todos y todas tenemos el derecho humano de desplazarnos por el mundo, que llevamos herencias culturales que pueden nutrir otras realidades. Pero, sobre todo, que merecemos un trato digno.

Los chicos de los dos cursos que participaron estuvieron muy activos. Hubo una participación significativa. El mensaje que la obra quiso dar, fue bien recibido: todos los corazones del mundo laten al ritmo del encuentro, la alegría y la dignidad.

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Nicol Murcia Cristian León

TEATRO DESDE EL AMAZONAS: “SIKAME”

Cecia Esther Salazar Ariña

Olor fuerte y color rojo es lo que percibo. Se parece un tanto al sabor de la salsa bbq, pero es un poco más fuerte al degustarla. Siempre hemos tenido bajo un concepto enrarecido a la cultura indígena, una idea que excluye. Yo nunca los he despreciado o mirado mal. Por mi desconocimiento, no he tenido muy presente las causas, sus luchas por reafirmarse en los que fueron, lo que son y lo que quieren conservar de su cultura y como pueblo. Sikame, una hermosa joven de cabello largo, liso y negro, de estatura mediana y piel suave. Morena y con símbolos desconocidos para mí en su cara y brazos, hechos de pintura que la identifican como indígena y parte de su pueblo. Sikame nos sumergió en la realidad de sus mañanas en el Amazonas, con el canto de los pájaros y el canto armónico del río al despertar y al acostarse. Donde inicias y terminas el día con la conexión y respeto hacia la madre tierra.

Una joven que tal vez en muchas cosas se parezca a mí o a cualquier joven, en tener sueños, atesorar memorias y construir formas de protegerlas. Mi familia ama la yuca, pues mis padres acompañaban a mis abuelos a sembrarlas, cuidar su crecimiento y luego recogerlas para hacerla en diferentes preparaciones y comidas. Desde la costa Atlántica y en particular el departamento de Bolívar se prepara el bollo de yuca, la carimañola, arepa de yuca, enyucado o sencillamente está cocinada con un guiso delicioso de berenjena y huevo.

Sin embargo, la riqueza del conocimiento y ampliar los horizontes de su preparación es tan amplia como nuestro país. Durante la obra que, Zharith Lorena Paky Pijachi, estudiante del Gonzalo e integrante de una comunidad indígena, nos contó fragmentos de su vida en la selva, vimos que el pueblo indígena de Sikame y el mio coinciden en el uso del almidón de yuca. Ellos la sacan distinto provecho y usan de formas diferentes.

A veces lo bueno es utilizado para lo malo. Sin embargo, Sikame nos quiso mostrar y dar a probar la forma inicial y beneficiosa en que su pueblo utiliza la yuca, los usos ancestrales de la hoja de coca; para hacer medicina y alimentos, nos quiso decir que ellos no lo usan con maldad del hombre blanco.

Con la historia que nos narró, hace un llamado para ayudar a proteger toda esa historia y cultura del pueblo de Sikame y los otros tantos que tiene Colombia y el mundo. Recordemos que ellos estuvieron en estas tierras primero que nosotros. Tenían su propia lengua, formas de la cultura, conexión con la tierra y la existencia de todo y todos. Es importante respetar sus luchas por recuperar lo que se les ha sido quitado y apoyar sus marchas por los derechos y su memoria. Ellos son memoria viva. Sikame sigue creciendo recordando de los abuelos la historia y la sigue llevando por Colombia y a otras generaciones.

Fue una experiencia bonita y poderosa entender un poco más de la vida de los pueblos indígenas, también sentir esa cercanía como ser humano y el entender las formas en

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que extrañaba su pueblo, sus costumbres y la conexión de la naturaleza al levantarse.

Todos apreciamos y probamos las distintas formas de usar la yuca o entender que la hoja de coca es una planta que bendice la vida humana, como todo lo que la naturaleza nos brinda, eso nos enseña a no juzgar y catalogar todo como malo. Conocimos su lenguaje y la forma de saludar y despedirse, aprendimos a valorar la cultura indígena desde el aceptar que podemos conocer y recordar lo que un día “los conquistadores” nos hicieron enterrar, pero no murió del todo. Somos herencia y somos fruto de la sabiduría de las comunidades indígenas.

Araracuara, corregimiento del departamento de Amazonas y resguardo de monochoa, en donde viven culturas aisladas como las tribus uitotos, muinanes y Macunas (entre otras); es conocido mayormente porque en la cabecera de la pista de aterrizaje, se encuentra el balcón o Cañón del diablo. Está dividido por dos ciudades, Puerto Santander en Amazonas y Araracuara en Caquetá.

Hace 18 años nací en este hermoso lugar en la comunidad indígena muinane nonuya de Villazul. Mis padres me bautizaron Sikame, que en lengua muinane significa “flor de palma de coquillo”; Zharith Lorena son los otros dos nombres que tengo y ya son en lengua castellana.

A los 11 años llegué a vivir en Leticia (capital del Amazonas), en donde comencé cursando grado quinto, hasta séptimo en la comunidad indígena de San José, en el colegio Francisco José de Caldas. Después estudié octavo hasta décimo en el colegio INEM

“José Eustasio Rivera” en la misma ciudad. A finales del 2020 llegué a vivir en Bogotá por cuestiones personales. A mitad de año del 2021 comencé a estudiar en el colegio Gonzalo Arango, décimo grado. Pasar de estar viviendo rodeada de selva, del sonido

de los pájaros, de los botes, del sonido del río, a estar viviendo rodeada de edificios, los sonidos de las motos, los carros, los camiones, etc. Es un cambio completamente drástico, pero no es que me queje tanto por eso, es una nueva forma de vivir y me he acostumbrado un poco a ello.

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VOCES SIN OLVIDO: CRÓNICAS DE LA VIOLENCIA

EN COLOMBIA.

as imágenes relatan hechos históricos, memorias que marcan a mucha gente y sus comunidades. Sebastián Ardila, profesor del colegio Fe y Alegría, que dicta la asignatura de filosofía, nos compartió todo lo que tuvieron que pasar para crear su Fanzine “Voces sin olvido”, el cual cuenta las violencias que se viven día a día en Colombia.

Este proyecto nació por iniciativa de docentes y alumnos de la institución y el marco del proyecto “reconstrucción del conflicto armado en familia”. Como parte del proceso tuvieron que visitar muchos lugares, hablar con muchas personas de la localidad de Suba y se realizaron una investigación muy profunda, la cual ayudo para la realización del fanzine que presentaron en el marco de la VIII Semana de las Memorias.

El profesor Sebastián y los estudiantes involucrados fueron investigadores / creadores de cada texto e imagen que componen el fanzine. La actividad con la cual presentaron su trabajo con estudiantes de nuestro colegio, permitió conocer el proceso y por medio de un taller, reconocer algunos aspectos del conflicto armado que vivimos en el país. Siempre es bueno conocer y compartir las experiencias que en otras instituciones realizan para mantener la memoria viva.

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LA SALVAJE ESPERANZA

Éramos dioses y nos volvieron esclavos.

Éramos hijos del Sol y nos consolaron con medallas de lata.

Éramos poetas y nos pusieron a recitar oraciones pordioseras.

Éramos felices y nos civilizaron.

¿Quién refrescará la memoria de la tribu?

¿Quién revivirá nuestros dioses?

Que la salvaje esperanza sea siempre tuya, querida alma inamansable.

Gonzalo Arango
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