Paul Gutierrez Musico y Periodista-comunicador social, colombiano radicado en Toronto. Musico: Guitarra de jazz del Toronto Royal Conservatory, recipiente de tres grands una en Factor y dos en Ontario Arts Council de los cuales tiene en su haber la produccion de dos albumes.
CIVILIZACION Y BARBARIE EN LA COLOMBIA DE HOY En su devenir histórico, los pueblos están permanentemente enfrentados a la disyuntiva de Civilización o Barbarie, que el romanticismo solía mostrarnos como dos mundos opuestos e irreconciliables. Esta dicotomía fue utilizada a lo largo del siglo XIX hasta mediados del siglo XX en diferentes contextos y con muy dudosos fines, bien fuera para imponer las economías liberales y sus imaginarios de progreso sobre la naturaleza considerada madre de todas las barbaries, o para justificar invasiones y guerras de exterminio contra otros pueblos dentro y fuera de sus fronteras. Pueblos que la mayoría de las veces superaban a los invasores en tradición, cultura, espiritualidad y antigüedad como fue el caso de la India, una de las grandes civilizaciones de la humanidad, brutalizada por el colonialismo ingles. Consciente de la relatividad de estos conceptos, quiero insistir en ellos, aclarando que por barbarie significo las realidades que nos imponen los proyectos de muerte y sus mecanismos de insensibilización, degradación, desvalorización y destrucción de la vida en su
amplitud. Y, por Civilización, la construcción social y política desde y por fuera del estado, de redes e instituciones sociales, económicas, políticas, científicas, artísticas, jurídicas, comunitarias, etc., que garantizan, protegen y enaltecen la vida cargándola de sentido. A raiz del levantamiento popular y el paro nacional, la brutal respuesta del estado colombiano para aplastar la protesta social, ha dejado en evidencia el poco valor que la vida tiene en nuestra sociedad y la velocidad conque el país se ha ido hundiendo en la barbarie de un proyecto de muerte, financiado tanto por capitales legales, nacionales y extranjeros, como por los ilegales que hoy en día cooptan el estado y hacen presencia en las distintas esferas sociales y políticas. La actual tragedia colombiana es el resultado de dos fenómenos económicos que afloraron en los años setentas: el neoliberalismo y el narcotràfico, los cuales lejos de confrontarse se complementaron, pues ambos, desde la legalidad el uno y la ilegalidad el otro, comparten la misma lógica del capital.
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