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urante el enamoramiento no se ve a la persona en su totalidad, sino sólo algunos de los rasgos de su personalidad, aquello que se desea ver o se espera que tenga. Cuando se vive el enamoramiento, la pareja está en un sueño, muy lejos de los problemas cotidianos. Después del enamoramiento, todos los elementos que influyeron para elegir a la persona con quien deseamos compartir la vida adquieren una dimensión diferente. La clave del éxito consiste en construir una relación lejos de ensoñaciones y, por el contrario, cimentarla con características reales. Por eso, es importante que en el noviazgo cada persona se muestre tal cual, sin fingir actitudes o creencias para no construir una relación que no corresponde a los intereses de ambos y que, finalmente, puede llevar al fracaso.
Comienza el "nosotros” Al iniciar la vida en pareja, no se dejan a un lado el “tú” y el “yo”, por el contrario, se suman. Se comparte una buena parte de las áreas de vida, comenzando por el hogar. La creación de la intimidad no sólo se refiere al ámbito sexual, también incluye el cómo participan del tiempo y sus vivencias. La intimidad se construye desde el primer momento en el que ella y él van descubriéndose por medio de una comunicación privada y confidencial. Es decir, a partir de lo que muestran abier-
tamente respecto a lo que sienten, piensan, valoran y hacen. La psicóloga Ana Patricia Rivas, profesora y psicoterapeuta, afirma que la autenticidad es una parte fundamental dentro de una relación: “Cuando dices y/o haces lo contrario de lo que piensas, abres un abismo entre tu pareja y tú, debido a que intentas representarte como alguien diferente, perdiendo así la capacidad de escuchar tanto a tu pareja como a ti misma”. Y agrega: “Únicamente serás auténtico cuando lo que piensas, sientes y dices, corresponde a tu realidad”. Según Rivas, cuando no se es auténtico o existe el temor de serlo, es porque quizá la persona no se siente segura dentro de la relación.
¿Qué faltó decir o hacer antes de la boda? Es posible que tu pareja y tú no tengan las mismas costumbres, comportamientos o valores. Para algunas mujeres, la paternidad y todo lo relacionado con la formación de una familia es un tema vital de coordinación y concordancia con la pareja, mientras que para otras, el desarrollo profesional de ambos, es prioridad. Lo importante es hablar con la pareja sobre temas importantes como planeación personal y familiar para conocer tanto su escala de valores, como sus expectativas y así evitar problemas posteriores. Al paso del tiempo, no habrá sorpresas sobre su manera de ser. Por el contrario, las cualidades y defectos