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SOMOS SALUD
SOMOS SALUD/Atención farmacéutica
Problemas en los pies: del sufrimiento silencioso a la búsqueda de solución desesperante
Uno de los grandes olvidados del cuerpo suelen ser los pies, y eso a pesar de su papel principal en la movilidad de todos. Las estadísticas nos dicen que las personas que sufren dolores en los pies superan el 50 % de la población adulta. Aun así, no se le suele dar importancia hasta que realmente el dolor supone un problema.
Clara Pérez-Bonfils Llauradó
Farmacéutica ortopeda
En esta perspectiva es evidente el papel sanitario de la farmacia en su abordaje, tanto en el tratamiento de las dolencias como en el fomento de hábitos para la prevención y concienciación. Veamos algunos casos clave.
Problemas en el antepié
El pie se puede dividir en 2 partes: antepié (dedos y almohadilla) y retropié (talón y tobillo).
En relación al antepié, una consulta habitual es el hallux valgus. Se trata de una deformidad que afecta al primer metatarso del pie. La forma visible de esta desviación es lo que conocemos como juanete, y corresponde con la proliferación ósea, localizada a nivel de la articulación. Su origen es multifactorial, aunque lo más habitual es que se produzca por un déficit patomecánico de base, es decir, la forma de caminar.
Tiene mayor incidencia en mujeres por el uso de zapatos inadecuados y el aumento de laxitud articular en determinadas etapas de su vida (embarazo y menopausia). Aunque también se ha estudiado su etiología genética y de herencia, factores hormonales y de género.
Según la fase y el grado, desde la farmacia se pueden recomendar diversas soluciones como los separadores de silicona, los correctores diurnos y nocturnos, los protectores del hueso y los zapatos de pala elástica.
SOMOS SALUD/Atención farmacéutica
El tratamiento quirúrgico se aconseja cuando se ve afectada la deambulación de forma considerable.
Otra dolencia común suelen ser los dedos en garra, mazo y martillo. Es una deformidad que se produce en los dedos del pie, a excepción del dedo gordo. A diferencia de éste, los demás están formados por 3 huesos y varias articulaciones. En función de la articulación que se ve afectada, se encuentran 3 tipos de deformidad (ver infografía).
Ante las deformidades que afectan a la articulación interfalángica proximal (dedos en garra y martillo), se pueden encontrar dos casos: articulaciones flexibles, es decir, los dedos se estiran si los manipulas y articulaciones rígidas, cuando los dedos no se mueven.
En el primer caso, la recomendación se tiene que orientar a estiramientos y usar plantillas con bóveda metatarsal para hacer que los dedos se estiren. En el segundo, igual que con los dedos en mazo, para paliar las molestias la farmacia cuenta con los zapatos de pala elástica, siliconas y ratoncitos.
Por su parte, la metatarsalgia es una lesión que se produce en la base de los huesos metatarsianos o cabezas metatarsales, provocando dolor. ¿Por qué se produce? La parte delantera del pie acaba en 5 huesos largos llamados metatarsianos, que acaban con las falanges de los dedos del pie. El pie se dobla al andar por esa zona cuando realiza el despegue a cada paso. Los metatarsos del pie son los encargados de soportar todo el peso al caminar. Al recibir tanta carga y repetir constantemente el mismo movimiento, se pueden inflamar, produciendo dolor.
Además, otros factores pueden ser responsables. Por ejemplo, las alteraciones morfológicas de antepié: juanetes, dedos en garra, o martillo; ya que estas patologías producen un cambio en el apoyo del pie y el reparto de presiones. También influye si los pies son cavos o pies planos, el calzado inadecuado, pues el uso de tacones altos multiplica el peso ejercido en la zona metatarsal, mientras que los calzados estrechos comprimen cabezas y nervios; o si se realiza deporte de impacto o que implica saltos. Otros factores que pueden influir son el tipo de suelo por el que se camina, si existe sobrepeso o enfermedades reumáticas.
Desde la farmacia se pueden recomendar productos como almohadillas plantares de silicona de cierto grosor, y plantillas o almohadillas con descarga retrocapital, es decir, con una pieza que eleva/acolcha el arco metatarsiano transverso.
Otros consejos que se pueden dar es el uso de calzado adecuado o el cambio de tipo de calzado si es necesario, el control del peso y la eliminación de durezas si las hubiera.
Problemas en el retropié
Sobre los problemas del retropié, el talón es la estructura que aguanta mayor impacto en nuestro cuerpo. Los problemas son frecuentes y dolorosos, llegando a ser invalidantes en algunos casos.
Entre las consultas que pueden darse en el mostrador, se halla el espolón calcáneo. Se trata de una calcificación que se da en la inserción del tendón de la fascia plantar, en el hueso, por excesiva tracción o sobrecarga, que produce un dolor punzante en el talón. Tener un espolón no es sinónimo de dolor, tiene que sucederse la irritación e inflamación del tejido circundante, que es lo que provoca el dolor.
Las molestias se exacerbarán a medida que pasan las horas estando de pie o en movimiento, ya que el peso del cuerpo va a ejercer presión en la zona irritada y cada vez se inflamará más.
Las causas más comunes son determinadas formas de pie (cavo/valgo), calzado duro/inadecuado, enfermedades reumáticas, practicar deporte en superficies duras y el sobrepeso.
Ante consultas de espolón calcáneo se pueden recomendar productos para liberar de presión el talón. Es el caso de taloneras de silicona blandas con zonas de menor densidad o plantillas con descarga de talón. También puede ayudar la aplicación de frío y tomar antiinflamatorios si se precisara.
Otra patología del retropié es la fascitis plantar, una inflamación del tendón de la fascia plantar en el talón, sin calcificación del mismo. Aunque un espolón sí puede dar lugar a una fascitis y al revés.
De hecho, se confunden muchas veces, ya que los síntomas son los mismos: dolor en la parte interna del talón, aunque, esta vez, dolerá más por las mañanas y después de largos ratos de reposo, a diferencia del espolón, en el que las molestias aumentaban con el movimiento o carga.
Las causas que pueden provocar fascitis plantar son diversas y similares a las que provocan el resto de dolencias de los pies. Entre ellas, mencionar la forma del pie, si son pies con mucho arco suelen tener una fascia más tensa, el tipo de calzado, la práctica de ciertos deportes de impacto (como correr en superficies duras) y el acortamiento de la musculatura plantar y posterior de la pierna.
EL PAPEL SANITARIO DE LA FARMACIA ES CLAVE EN SU ABORDAJE, TANTO EN EL TRATAMIENTO COMO EN EL FOMENTO DE HÁBITOS PARA LA PREVENCIÓN Y LA CONCIENCIACIÓN
Para la fascitis plantar, desde la farmacia se puede recomendar aplicación de frío con cremas y productos de masaje para la planta del pie. También se recomiendan antiinflamatorios tópicos/orales, taloneras para descargar el talón y disminuir la tensión de la fascia y plantillas buscando la estabilidad plantar y descargas de talón.
Abordaje y educación sanitaria desde la farmacia
Al ser dolencias muy comunes entre la población y al ser la farmacia el profesional sanitario más cercano y de confianza para el ciudadano, su rol en el abordaje de éstas es importante.
Además de su importancia en la recomendación del producto y en el seguimiento del paciente, la farmacia juega un papel con repercusión en la toma de conciencia de la necesidad de no dejar pasar los signos de dolor en los pies y tomarlos como una alarma antes de que deriven en mayores problemas. También es un agente activo en la recomendación de hábitos que ayuden a prevenir el dolor de pies y las dolencias mencionadas, como la elección de calzado adecuado, tanto para el deporte de impacto como para la vida diaria, o en cuidados básicos como la hidratación de la zona. EL DEDO EN MAZO
La articulación que se deforma es la más próxima a la punta del dedo (distal).
EL DEDO EN MARTILLO
La articulación que se deforma es la del medio.
EL DEDO EN GARRA
Se produce por una hiperextensión de la articulación metatarsofalángica y una flexión de la articulación interfalángica proximal y distal.