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Ventura Arq. Daniel

Entrevista por el Arq. Ariel Morenghi

proyecto los va a tener que llevar directamente al campo profesional, pero entender eso como un tema cultural y entonces hacer arquitectura va a tener que ver directamente con lo que aprende en la facultad el estudiante y lo que puede hacer después en la disciplina. Hay una relación muy directa, no son dos cabezas las que piensan, en un estudio una, y en un proyecto la otra, sino nosotros tenemos la obligación de formar arquitectos que tengan la capacidad de pensar arquitectura desde todo punto de vista, desde todos los problemas, desde los problemas materiales, estructurales, físicos, ambientales, de contexto sociales. El estudiante está puesto directamente en relación a pensar un proyecto arquitectónico desde su propio contexto en el que vive, por eso nosotros, de alguna manera, cuando lo llevamos al campo del proyecto en el estudio pensamos todo el tiempo cómo hacemos este proyecto pensando en el estudiante. A parte tiene que ver bastante con la coherencia entre el hacer y el decir, nosotros nos vemos casi con esa obligación de hacer arquitectura pensando que también es la que enseñamos.

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AM: Cuestión ética...

DV: Por supuesto, como una cuestión en la que el estudiante pueda ver en el que le está enseñando la forma en la que lo que esta persona dice en la facultad tiene coherencia con lo que hace en la arquitectura. Es por esto que para nosotros es muy importante esta relación y no es tan distante, no es que al alumno se le enseñan utopías difíciles de resolver y uno en la arquitectura hace la arquitectura posible, sino que hace la arquitectura que debe hacer como un profesional que es consciente de los problemas de la arquitectura y de la cultura arquitectónica.

AM: Independientemente del encargo proyectual que reciban ustedes en el estudio y del análisis que hagan del programa de necesidades del encargo, ¿qué importancia tiene la interpretación del lugar en el desarrollo del proyecto?

DV: ¿Del lugar físico?

AM: Del lugar donde se implanta el proyecto y que implica un montón de cosas

DV: Sí, por supuesto. Para mí, digamos, hay un texto de Moneo que habla de que la arquitectura encuentra su propio lugar en el momento que encontró su propio contexto y ese contexto tiene que ver no solo con el lugar físico, sino que es el lugar físico, el lugar político, el lugar social, el lugar climático, el lugar donde encuentra la arquitectura su propio territorio. Para nosotros es super importante porque es en el único momento en el que la arquitectura termina siendo lo que debe ser y no puede haber un proyecto que puede ir para cualquier lugar, ósea que la conciencia sobre los bordes, cómo un proyecto se manifiesta a partir de mirar hacia determinados lugares, lo climático, lo ambiental, las posibilidades que tiene en ese lugar de desarrollarse un proyecto, los materiales que se pueden usar a partir de entender el propio territorio. Para nosotros es fundamental también entender el lugar como el lugar de la ciudad, cómo se manifiesta un proyecto dentro del propio tejido, cuáles son las relaciones que tiene que tener de medida, de tamaño, de distancias. Es fundamental entender el territorio y el espacio físico donde se implanta un edificio de arquitectura, sea en la ciudad como puede estar en el campo

AM: El paisaje, digamos, más natural...

DV: El paisaje natural o el paisaje urbano, manejar eso con el mayor grado de conciencia, es uno de los problemas por los cuales el proyecto tiene que atravesar, no es el único, pero es uno de los importantes.

AM: ¿En la facultad el análisis del sitio lo desarrollan en los ejercicios? ¿Lo ven como determinante para la elaboración de los trabajos?

DV: Sí, hay un momento, nosotros no vamos a la primera instancia en el lugar, sino que antes hacemos una prácticas sobre el desarrollo de estructuras espaciales y una vez tenidas esas estructuras que manifiestas de alguna forma una construcción posible que no tiene territorio vamos al lugar para que se transforme y en ese momento es cuando hacemos el análisis del sitio, pero hacemos el análisis del sitio ya con un material predeterminado para ver cuánto puede llegar a transformarse. Ahí es donde empezamos a medir las escalas de las cosas, las medidas, los espesores, las pendientes, el asoleamiento, empezamos a fotografiar el contexto para ver cómo puede o no cambiar el proyecto que estoy pensado

AM: Los condicionantes.

DV: Los condicionantes que tiene respecto del sitio. Sí hacemos un análisis y es un análisis que no solo es el dibujo de las cosas sino también lo que la persona percibe que va a ver ese lugar, también para nosotros es muy importante, cómo se siente uno frente a ese espacio. Entonces el tema de los sentidos, la percepción, llevar al estudiante para que perciba, no solo mida, qué es lo que le pasa cuando llega a ese lugar, si es un lugar donde pasan muchos autos o pasan pocos autos, un lugar donde hay sonido, viento, eso va a influir directamente en las posibilidades de transformación del proyecto que está intentando hacer cuando se encuentra con el sitio.

AM: Un programa que es recurrente en la vida profesional es el de la vivienda, sea colectiva o sea vivienda unifamiliar, ¿qué particularidades presenta el programa hoy en día para ustedes en el estudio?

¿Cómo interpretan y piensan los espacios que componen una casa en base a las necesidades de vida actual y cómo se aborda, si es que lo hacen, esa temática pedagógicamente?

DV: Nosotros abordamos el programa más pensando en las acciones que pensando en la superficie que esos programas requieren, a nosotros nos interesa pensar más en los lugares, un lugar para estar, un lugar para comer, un lugar para dormir. Eso lo que hace es no prefigurar la forma que puede llegar a tener un dormitorio, porque uno piensa en dormitorio y ya está pensando en tres por tres más un placard y nosotros pensamos que el lugar para dormir no tiene límites, no sabemos cuál es, dónde empieza y dónde termina ese lugar y cuál es el umbral que existe entre el lugar para dormir y el lugar para estar y quizás es un punto de conexión, es una transición que no es una pared con una puerta. En ese sentido, para mí está muy involucrado el espacio, entonces las medidas que tiene el espacio son las que pueden determinar la forma que tenga ese uso, por eso nos gusta hablar más de usos, nos gusta hablar más de acciones, nos gusta cambiarle los nombres a los programas, también lo hacemos en el estudio, pero fuertemente lo hacemos con los estudiantes. Nosotros no damos programas de necesidades porque esos programas de necesidades se van construyendo, donde se supone que es una vivienda tiene que haber determinados lugares, pero las mejores viviendas son las que no determinan justamente con un nombre un espacio, porque a veces los programas de necesidades no ponemos la palabra galería o no ponemos la palabra hall de acceso a la casa y eso se va dando porque son lugares de uso que se van mezclando con otros usos entonces van empezando a aparecer metros cuadrados que posiblemente no estén en esos programas y que el estudiante o uno como arquitecto tiene que empezar a construirlos para entender las acciones. Uno empieza a encontrar que tiene muchos otros lugares que un programa de necesidades no tiene como, por ejemplo, un espacio para contemplar y espacio para contemplar pueden ser muchos, no necesariamente es balcón. Nosotros siempre decimos a nuestros estudiantes que a veces uno piensa que cuando te dicen que hagas un balcón de nueve metros cuadrados uno tiene en la cabeza el de uno por nueve, que es el que prefigura respecto de muchos edificios que hay en la ciudad

AM: Lo que ve cotidianamente.

DV: Claro, y no es lo mismo uno por nueve que tres por tres, En uno por nueve vos no podés hacer ninguna acción más que apoyarte en la baranda y mirar hacia abajo y en uno de tres por tres podés poner una mesa, una hamaca paraguaya, unos sillones y tomarte un desayuno y ese balcón, que dejamos de llamarlo balcón, lo llamamos un espacio para contemplar, para disfrutar, tiene otras características. En ese sentido para mí hay que revisar en las escuelas de arquitectura el momento en el que se les da a los estudiantes ese programa de necesidades porque en general siempre aparece al principio y es el que predetermina formas por las cuales hacer los proyectos y entonces se empiezan como a encajonar prefiguraciones para conseguir, con los metros cuadrados justos, el proyecto más adecuado que responda a ese programa. Yo creo, y con la experiencia que nosotros tenemos en la facultad, que lo mejor es repensar la forma y encontrar que el programa o esos lugares, esas acciones, aparezcan una vez que uno empezó a construir los espacios de uso y entonces los empieza a predeterminar y ahí cambian las alturas. El programa se puede estudiar en corte no solo en planta, porque un estar probablemente pueda tener más altura que un lugar para dormir, una cocina un lugar para cocinar, tienen distintas medidas, tanto en planta como en corte y eso le pertenece como al estudio del espacio, entonces el programa está ligado directamente con lo espacial y no necesariamente con una relación en planta.

AM: ¿Y le dan alguna especificación sobre un posible usuario? Digamos, el famoso comitente, ¿o no trabajan eso en la facultad? Porque en la casa es muy específico.

DV: Nosotros trabajamos con historias entonces armamos historias con las cuales el estudiante tiene que pensar en el programa, entonces la historia que construimos es que acá vive una familia, que están divorciados, la mujer sale a trabajar a las ocho de la mañana, tiene un hobbie que es plantar verdura y entonces necesita una huerta para poder encontrar ese lugar, la abuela viene cada quince días, etc. Cuando uno arma esa historia el estudiante tiene que hacer el ejercicio de pensar que si viene la abuela cada quince días necesita un lugar para dormir la señora y esos espacios se van construyendo y quizás no necesariamente tiene que hacer un dormitorio para cada quince días, quizás es un lugar que se comparte y entonces ese lugar para dormir tiene que ser más grande y lo comparte con otras personas. Construir desde la historia es lo que te hace construir las acciones para armar el programa y no predeterminar un programa que te limita a veces en pensar qué es lo que puede estar pasando adentro de esos lugares.

AM: Precisamente de esto que estás hablando, de la manera en la que llevan adelante un ejercicio proyectual, por ejemplo, el de la vivienda, el tema de la materialidad, lo veo en los proyectos que llevan adelante en el estudio y que indudablemente le destinan su tiempo; por eso quería saber la importancia que tiene la elección de un material específico a la hora de determinar una resultante formal expresiva y espacial de una obra y cómo lo abordan pedagógicamente en la facultad al tema.

DV: Así como te cuento que el uso aparece casi al final del proceso, digamos, pedagógico, la materialidad es una de las cosas que empieza desde el comienzo. Empieza desde el comienzo porque nosotros empezamos a trabajar sobre casos de estudios que empezamos a analizarlos desde sus estructuras y sus materiales y la potencialidad que tienen estos trabajos, nosotros hacemos foco en una parte y empezamos a construir desde fragmentos, que llamamos recortes, piezas con las cuales se va a empezar a transformar para hacer el propio proyecto. Esos recortes tienen la capacidad de tener implícitos sus formas de ser construidos y el estudiante tiene que hacer el esfuerzo de pensar que las transformaciones que está haciendo para llegar al proyecto están relacionadas directamente con esa forma de producir. Nos interesa empezar a pensar que el estudiante ya sabe desde que comienza el proyecto qué sistema de producción tiene ese trabajo que está haciendo, si es de montaje, si es de mampuesto, si es un sistema de producción hecho por colado, entonces sabe que tiene que hacer un muro y que si es de hormigón no puede ser construido de alguna manera, entonces tiene los espesores que tienen el hormigón y no tiene la sistematización que tiene un sistema de montaje, por ejemplo. Cuando va construyendo el proyecto la va construyendo desde su sistema con la cual se produce y lo va transformando respecto a ese sistema, ósea que el proyecto no encuentra la materialidad al final, que uno necesita después decidir si lo voy a hacer de ladrillo lo voy a hacer de hormigón, ya sabe desde el principio que está construyendo un sistema que permite tener determinados espesores y cualidades y materialidad, también perceptiva, para hacer su propio proyecto. Para nosotros es muy importante, es muy importante porque es el que determina la expresión y el lenguaje del proyecto y esa expresión y lenguaje no se da después de resolver una planta, no se da después de resolver un programa, eso se va construyendo a medida que se va transformando el espacio para que se determinen esos usos para que finalmente el objeto en el que estaba construyendo encuentre ese sitio, encuentre el uso y encuentre finalmente que es una obra de arquitectura y que no es un objeto.

AM: Complejo encaminar eso en un ciclo básico por el entendimiento, hablo de un alumno de segundo año, pero es interesante. La última pregunta que te quería hacer es la manera de incentivar al alumno que busca, que por ahí es un desafío también dentro de la docencia, no sólo el aporte teórico que uno puede hacer e instrumental hacia un alumno del ciclo básico.

DV: Es un trabajo que requiere tiempo y es un trabajo artesanal. Nosotros tenemos pautados una serie de ejercicios por los cuales el estudiante los atravesando y los va atravesando de manera natural, sobre todo en los primeros años donde está también consiguiendo sus propias herramientas. Nosotros le damos las herramientas desde esos lugares, desde el lugar del artesano, nos interesa que el estudiante manipule en maquetas, en escalas grandes, maquetas en escala uno en veinticinco, o uno en veinte, donde puede de alguna manera entender cuáles son los elementos con los que están construyendo ese proyecto y entonces va recortando los va armando, los va pegando los va despegando. Las maquetas son procesos, las maquetas no son resultados, con las maquetas construye las formas por las cuales se van a ir dando las posibilidades de hacer proyectos y va encontrando con la representación los elementos constitutivos de la estructura espacial que también va construyendo su propia materialidad. El alumno se va encontrando qué va construyendo esas piezas y ya el propio manejo artesanal hace que se incentive y para nosotros esa ejercitación es siempre alentada y es alentada en el sentido de que nosotros cuando rompemos una parte de la maqueta no estamos rompiendo, estamos reproyectando y el alumno sabe que reproyectar implica volver a pensar el proyecto y hacer un proceso de armado que dura un año, un cuatrimestre, lo que dure el ejercicio. Como él va siguiendo determinadas pautas con las cuales nosotros les vamos dando damos la seguridad, más allá que hay un grado de inquietud porque uno nunca sabe para dónde va, existe como esa posibilidad de encontrarse en un lugar donde va desarrollando un pensamiento y para nosotros eso es importante y es alentador

AM: La verdad te agradezco mucho, ha sido un gusto charlar un rato con vos.

Ariel Morenghi es arquitecto y docente de Introducción y Análisis ProyectualFAPyD UNR

Griselda Fresler es diseñadora gráfica y Esp. en Teoría del diseño comunicacional (FADUUBA). Magíster en Diseño Comunicacional. Desde 2020 es Doctoranda en la Facultad de Cs. Sociales-UBA.

Prof. titular de la materia Diseño y Estudios de Género y de los cursos de posgrado "Diseño, Teoría Feminista y Estudios de Género" y "Perspectiva de Género en la Universidad" (FADU-UBA).

Desde 1999 es docente FADU-UBA. Desde 2017 es Coordinadora de la Unidad de Género-FADU-UBA. Capacitadora Ley Micaela Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual-Pcia. de Buenos Aires, entre otros proyectos, convocatorias e intercambios.

Rita Cabrera: Tengo el enorme placer de entrevistar hoy a la profesora Griselda Fresler, quien justamente está invitada a dar una conferencia en estos territorios feministas que vamos a transitar empezando por hoy con ella y organizados por la Cátedra Libre, en el marco de esta cátedra, la Cátedra Libre Mujer Arquitectura y ciudad, es una asignatura optativa y ellos han organizado estas charlas. El título que nos convoca hoy para charlar con Griselda es:"diseños poscoloniales, más allá de las curvas, el calor y el color". Vamos a pedirle a la profesora que nos cuente un poco de su trayectoria y como desde el diseño gráfico llegamos a ser una autoridad hoy en todo lo referido a teorías feministas y políticas de género.

Giselda Fresler: Bueno, lo de autoridad es discutible, pero mi recorrido es porque yo empecé formándome como docente desde muy chica, apenas empecé al segundo año de cursar la carrera ya me llamaron como auxiliar de una materia, materias que eran materias teóricas donde tuve la suerte de cruzarme con gente muy formada en las ciencias sociales. Esta perspectiva, esta manera de cruzar la cuestión del diseño como una práctica cultural hizo que yo estuviera también en contacto y sensibilizada con otros discursos que hicieron que después, a la hora de especializarme más en la etapa de posgrado, me inclinara hacia los estudios de género. En un primer momento mi directora fue la profesora Leonor Arfuch, que me incentivó muchísimo a que siguiera por este camino porque en realidad en nuestra facultad no estaba muy desarrollado este cruce de pensar el campo del diseño y la perspectiva de género, algo que si ocurría en otras disciplinas, en otras facultades, como podía ser de Ciencias Sociales o Filosofía y Letras o Psicología, donde la perspectiva de género hacía décadas que estaba instalada en