La Belle Époque • Rita Gonzalez Hesaynes

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] EXPANSIVA ]

colección de nueva literatura latinoamericana 2017

] Diseño, edición y diagramación / Nadia Sol Caramella - Juan Manuel Corbera ] Contacto editorial / escrituras.indie@hotmail.com ] Ilustración / Stephanie Reiter [ stephaniereiter.tumblr.com ] [ escriturasindie.blogspot.com.ar ] + facebook.com/escrituras.indie [ issuu.com/escrituras.indie ] + facebook.com/difusionalternaed

difusión a/terna, la editorial de Escrituras Indie [4]


La Belle Époque Rita Gonzalez Hesaynes

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las civilizaciones Las civilizaciones de las piedras y las civilizaciones de los ciclos; las civilizaciónes del poder y las civilizaciones del deseo. De las primeras nadie conoce el nombre del secreto, el secreto del nombre la sombra más profunda / el ojo que trasciende, el gran cetro de oro en la diestra del padre / sobre el trono de cedro. El tamaño sí importa para los obeliscos, las calendas solares para los aerolitos. Hay un reino infinito en el espacio donde la raza verdadera perdura, murmuran milenarios los grabados. En civilizaciones recursivas muchos brazos cabríos / muchas encarnaciones; se mueren los críos por millares / se esparce la sangre por el río son el río, sonríen ante los nacimientos cantan a la existencia / esa comedia amarga. Hemos de morir y habremos de nacer continuamente: setenta veces siete nos contemplaremos con la mirada nueva y la sospecha anticuada de otras lunas. Todo esto me lo contó la música, que desconfía por principio de la huerfanita Eternidad y sus estrategias contrastantes.

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noches de indochina Ladraban los mastines a través de la niebla el día que ascendimos a cubierta por la escala de soga. El cielo, un lienzo en blanco; y un extraño presagio me embargó de temor. En el puerto mi pañuelo ondulaba en los aires, en el barco se vertía sobre un lujo de mapas y libros de botánica apilados al borde de la cama (nosotros apilados al borde de la cama, los libros de botánica arrastrándose sobre un atlas abierto, las hojas acorazonadas bajo la sombra fantasmal del pañuelo). No hay imagen que no se haya cifrado entre mis sueños, corriendo por cubierta como polizones a salvo del olvido. Te costaba entender mi fijación con las enredaderas, mi vocación de hiedra, la melodía sexuada de las frases latinas. Contemplabas, ardiente, las islas fantasmales, el Índico infinito, el desorden imposible de la vida Detrás de tu figura transparente, el cielo se interrumpía en las gaviotas. El sueño dormitaba. Me bastaba con crecer a tu costado como un liquen hambriento, seducida por el continente y sus peligros; nos abrazaba el aire como una mortaja luminosa. Navegando con los ojos oscurecidos tu desnudez se estremecía entre los relámpagos y el colmillo de enero. Respirabas como un silfo cachorro al confesar que tenías miedo del regreso con tu voz visionaria, raída por el láudano [8]


De nuevo te vislumbro en la noche sin pausa. Recluida en aquellas tareas imperiales, trazando de memoria tu espalda lanceolada a la luz de los astros y sus más bellos fósiles, reaparece tu nombre impronunciable Las academias me cubrieron de honores. Los vapores franceses me arrastraron hacia golfos distantes. Tu rastro se extravió en el océano de mis habitaciones, con la garganta en llamas, acaso devorado por un monstruo prehistórico, presa de las sirenas, persiguiendo ballenas con rabia milenaria. El rumor de las hélices te devuelve, íntegro, detallado, ante mí. No hay imagen que no encuentre el camino de regreso. Me sujeto a tu réplica con raíces aéreas, emerjo de los sueños con la mirada fija en el abismo. Se suceden las décadas como las pulsaciones, tu rostro cada vez más débil me susurra mi propio nombre En la cubierta la noche inunda todo con su espejo salvaje Aún hoy ladran los peces que te vieron desaparecer: estarás en la fosa de los mares, buceando cada vez más lejos de la atmósfera, de esta barca inmensa donde te convoco sin descanso cubierta de follaje, repitiendo afiebrada los nombres misteriosos, las especies fantásticas que te ocultan bajo sus escamas, sus cabellos eléctricos, sus inmortalidades.

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las medidas del mundo Nadie recuerda el nombre pero todos recuerdan Estrujaban los pliegues de un vestido invisible con sus manos grisáceas, sumergidos en las décadas del hambre y la esperanza Ella giraba como un cisne, decían, detrás de un abanico, con lágrimas de strass y baratija. Ella nos quitaba una vida por cabriola, una familia por labio y acordeones. Alguien pedía café, otros no cesaban de mirar a la cámara con terror religioso. Era el más justo de los comercios, decían y en sus grietas se leía el vaivén de un trapecio, la curva del escorpión, la proeza siniestra que aguardaba descalza en los zaguanes Las dentaduras postizas se encendieron como lentejuelas al hablar de su huida en un auto extranjero, un féretro de espuma, un apellido infame de amarga descendencia Han ocultado su imagen tantos años, la han enterrado en el fondo del jardín, en diarios amarillos. Incendiaron la regla, subsistió la medida de su cadera arbórea, sus tristes artificios de azúcar y hojalata girando en los teatros, en los pensionados. Ella en la cima de los sueños, ella en los abismos de sus úlceras ciegas y de sus matrimonios, ella triunfante al filo de los pianos, ella la única mujer sobre la tierra, con su coro de sombras burlándose del tiempo. [10]


Nada ha sucedido desde entonces más que sus acrobacias, su talle inaprensible eternamente a salvo de los portarretratos, de los taxidermistas, de los documentales loop and chain A loop in a chain, a chain in a loop, follow the cycle to infinity –bigbang-powered helix, bangbangpowered axis–, every bomb a world ready to awaken, every world a bomb on the bed of your fingers: war shall unleash on time, ambitious species multiply, titanlike hiveminds strife. We keep meeting each other with space still full of space between our boundless molecules, an all-encircling abyss. We keep making pictures of perceptions. A loop in a code, methinks; a code in a loop, you say. You contradict | I counteract, we crosstalk | we outmean. Fire you notice, fire you would steal to encroach creation, increase entropy, fire to set free the smiths and bakers of the land, their useful tools and progeny, [11]


fire to forge a chain –a chain in a spark, a spark in a loop– then parse the parsers, the sparse peers down the torrent of life on a leaf on a system log. Tell me: how long have you been here altogether? how deep have you traversed the rabbit hole? how rabid have you intraversed the whole? the whale of realness? A while, awhile, a loop in time, a time in code, a code in chain again. Ask me about the loom of days. I am but a pirate of mental streams as treasure’s all around, the abstract currency of thought arousing ghosts and newness. Newness. Listen up, repeat now in loud silence. Newness, the most beautiful word in the language of plentiful worlds in a loop in a chain evernew, everweaving. Ask me about the patterns, [12]


symbols in the live tongue of dead gods, ask me about the choir, bring me the soundwave | breathe in the vibrato. Ask me about the answers I lack but can’t forget. Remind me to remind you love was forged in distant stars: it will remain a traveler, conjoin all distances, fix broken loops in broken chains of broken code, break the crystals again in pieces and in fury for the optimisation of the working network. Let’s be the world again, says one of us. Next step, replies the other. Let’s twist another loop, another chain, another lovely forgery.

odisea Tantas veces en sueños hablé con Odiseo Había conocido ciudades perdidas al margen de los mapas y las cartas marinas, condenadas al fuego por las cartas astrales y sus revoluciones, condenadas al hielo por patricios adictos al brocado en el siglo diecinueve, y a la seda italiana al servicio de Su Majestad, la Reina de diamantes y esterlinas pistolas en mil nueve sesenta [13]


Hay un instante en que todo queda detenido en un detalle, en el reverso de una hoja rojiza o un grillo que se vuelve la palanca central del mecanismo, el áspid del universo por un milisegundo La cifra de repeticiones de esta escena (por cada posibilidad de mundo) (por cada decisión que se tuerce o juicio que varía) me arroja al infinito, el horror, el horror Hace siglos que ni siquiera intento regresar, confesó Ciertos cordones, al desatarse, desanudan el tiempo Debbie se saca los borcegos antes que las plumas y se sumerge en la desnudez en el mejor de todos mis recuerdos (los grillos crujen en las salas de maderas oscuras, más tarde crujen en las gargantas de los gatos), Debbie se disuelve y se regenera como los amantes en el mundo del sueño El tiempo pertenece a los académicos y a los apostadores: este juego hace siglos que se desencadena en el lomo de un grillo, en los cuentos y danzas y el largo de las medias, en la caída de los reinos humanos Cómo escapar de las analogías si al Universo le agrada contemplar su imagen, las sombras que proyecta, las sombras del reflejo, las que nos acunan, las que nos aterran, las que nos abrazan en los confines No soy más que un fantasma, pienso a veces, un desecho del propio devenir

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Si a bordo de mi sueño circunvalo los tiempos, ¿llegaré a latitudes ignotas, sin otra consciencia que la mía, paisajes extrahumanos ajenos al transcurso? Cuando el viajero duerme yo despierto al instante para transcribir nuestras conversaciones Alguna vez me dijo, con la voz quebrada por el gin Me es imposible volver a casa, y no obstante hay un punto al que me es preciso retornar sobre todos los otros: hay un grillo ensayando en la ventana el fuego arde como un dios y ella reinventa el jazz sobre la alfombra En otro de mis sueños decidí no hablar con Odiseo con el fin de cambiar las condiciones, un pequeño detalle que impacte en este mundo al que regreso cuando abro los ojos entre sábanas, el parpadeo preciso en que el viajero se rinde ante el cansancio y Debbie la cantante desanuda sus botas jadeante junto a los leños, y entonces Odiseo loco de amor, loco de nostalgia, inmóvil contra la columna escucha su canción, su boa de plumas, el aleteo de Itaca a la que no se vuelve sino en sueños

la alegría de un hombre ¿Qué diremos de aquel que corrió en Maratón, Filípides, el griego, después de la batalla legendaria? [15]


Sobre el polvo y las rocas y los campos de hinojo, mientras los pies remontaban la brisa por las inagotables millas otoñales, pensó acaso en Darío, en la temible caballería del persa que habría ciertamente pisoteado ese templo del hombre para el hombre, Atenas la magnífica. Rememoró también la ventaja numérica de la tropa enemiga sedienta de riquezas y esclavos y terrenos; lo estremeció el recuerdo de alguien que lo amaba en la ciudad o que lo esperaba, herido, allá en el campamento. Tuvo tiempo de sobra para observarlo todo: la soledad, la distancia, los arbustos, la sombra tan hermosa de las murallas próximas, para aullar con ardor el último mensaje: ¡Alégrense, atenienses, es nuestra la victoria! y caer, extenuado, en brazos de la muerte. Entre los dientes, la sangre y la sonrisa. Sobre el polvo y las rocas y los campos de hinojo, bajo las flechas maliciosas del sol, corrió Filípides, humilde entre los héroes. No el que entrega la muerte a manos llenas, ni el que inicia, furioso, la voz de la batalla. [16]


Para aquellos, los bronces, las estatuas, los mandos militares. Para Filípides, el viento, las canciones, nuestra más luminosa resistencia: ¡alegría, alegría!

la orquídea del imperio Good fences make good neighbors Robert Frost En voz alta dijeron Coronel Turner, felicitaciones por su nombramiento. A defender, ahora, nuestros intereses en el Índico. Me palmearon la espalda, me prometieron gloria y me enviaron / a los continentes terminales donde la niebla asfixia con sus grises tentáculos y los hombres son almorzados por las bestias y las bestias son devoradas por los hombres Las batallas caldearon nuestros huesos con la misma presteza con que los astillaron en forma de herramientas y muñecos de plomo Arriesgué a los mejores padres del imperio, a los mercenarios más leales, a los peones, a cambio de un recuerdo digno de los mármoles Pisamos la emboscada como rinocerontes Huimos hacia la selva dejando atrás los puentes Dinamítenlos, me escuché gritar a la distancia Inhabilitemos sus comunicaciones, sembremos plutonio en sus jardines, enviémosles a sus esposas en fascículos. [17]


Nada quedó sin intentarse. Algunos desaparecieron bajo la luna nueva. Otros fueron tragados por las aguas y los juncos perversos. Fui traicionado por mi segundo al mando y varios capitanes. Unos y otros fuimos diezmados por la inundación, debilitados por los mosquitos y las sanguijuelas, molidos por la fiebre, aturdidos de sol. Los vivos sólo queríamos enterrar a los muertos o acaso una avioneta (pero sólo en voz baja), los más hambrientos experimentaron con sus semejantes (ese mes se expidieron sendas condecoraciones), algunos perturbados sonreían y limpiaban sus armas. Década tras década me han atormentado los zumbidos, las palabras de aliento, las fotografías que escupía el correo de escuadrones de madres, prometidas, novias de ocasión con hijos de ocasión, viejos amigotes, íntimos amiguitos. El zoológico de la guerra brinda un tour incesante por su serpentario, murmuro sibilante como un áspid. Escapamos a lomo de dólares dudosos, de generales ávidos y los tíos correctos. En un hidroavión abandoné las naves, en una silla de cuero impoluto anuncié mi retiro, en una ford sin patente reuní a mis familiares y desde entonces vivimos con modestia en esta parcelita en paz con los vecinos que habitan tras las cercas.

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1789 Se trata de un abanico de hechos que se niegan a suceder. Se trata de cómo las enredaderas dibujan fractales rotos en el muro. Se trata de tu mente jugando al dominó con la locura. Se trata de la Nada. Siempre todo se trata de la Nada. De vez en cuando buscamos minuciosamente el trazo subyacente, el hilo que enhebra todos los laberintos, la trama que se teje y se desteje con horror. De vez en cuando creemos ver en nuestros ropajes / el patrón imperativo, la correa que se nos anuda al cuello / y nos lleva de paseo por los bulevares, siempre hacia las catedrales siempre hacia las bibliotecas siempre al déjà vu siempre nos dejamos llevar como perros / que presienten el Premio. Entonces viene un hombre y pronuncia una palabra nimia, una declaración un manifiesto un alegato irreverente. Dice que ha nacido. Y todos estallamos en llanto como apóstoles en éxtasis: es que se trata de que ese hombre ha nacido ha desterrado a su amo inexistente ha expuesto su autorretrato a la razón y el escarnio. [19]


Alguien en la multitud le concede una pluma, ofrece en holocausto toda la esperanza / que ha ahorrado en estos siglos, se entrega. Se trata de que escribe su nombre en la Enciclopedia. ¿Así que esto era un hombre? A los demás les sobraban destinos para nacer / por propia voluntad, repudiaban el estigma que impulsa los pies de los vagabundos, carecían de la indefinición, del desarraigo. No. Los demás no podían ser hombres quizás bestias herederos arzobispos artefactos. Se trata de un hombre que se contagia a otros, se trata de una conjunción de redenciones múltiples. Uno de ellos agrega una cifra a la fórmula maestra: he nacido libre. Ahora nos azotan. Nos apuñalan con el sueño prohibido, el pecado, la república de perros con derechos. Yo no había muerto para esto: era el cadáver del segador y la hiladora, uno de los espectros de aquel ciego concierto de manos y herramientas y rabia sometida. Se trata de mí naciendo sobre el ocaso eterno. De la oportunidad de la denuncia, de la hoguera, de la puerta de salida del silencio absoluto / de los que no tienen lenguaje. [20]


Yo también había nacido libre. Entonces huyó otro vocablo de mi boca: se pronunció a sí mismo con el color de mi voz. Me levanté entre los escombros, me dirigí a los otros, a los hermanos de armas. Igualdad. Una mujer lloraba en las trastiendas del mercado. En las calles todos portábamos los mismos colores, éramos una sola forma informe, una fuerza indisoluble, una montaña que latía y arrasaba. Una marioneta descontrolada que estrangula al titiritero con sus propios hilos, con sus propias farsas. En realidad se trata de todos. Del futuro. Me creía erigiendo la forja de los siglos y solo hallé el suicidio colectivo y sus venenos riéndose a carcajadas por las arterias del cosmos. Sólo hallamos los restos del ultraje al altar de la bandera, del ultraje al altar de la razón de la bandera, del ultraje al altar de la razón. Hemos nacido libres para esto. ¡Qué triste la igualdad (la fúnebre igualdad)! Se trata simplemente de una supernova condenada al cadalso. Vinieron los años y se fueron tragando las sobras: primero la igualdad, siempre primero la igualdad. Ahora reniego de las palabras y los discursos ardorosos, abomino las soñolientas dentelladas de las guillotinas, impugno a los caudillos que se visten de próceres y secan mi anciano sudor con jirones de gorro frigio. [21]


Se trata de una jauría que superó a la historia se superó a sí misma, traicionó a su propia cola. ¿Y los recuerdos? -preguntan los estudiantes¿qué fue de los documentos, de las ideas, de la fiebre? Sucede que nadie logró asestarles un mordisco, se cubrieron de nieve, se volvieron estatuas y marchas militares. Pero están siempre ahí, detrás de todo, aguardando la diapositiva correcta de la cinta, el acto final en que el tiempo de los hombres diga he nacido y la raza de los iguales amarre en estas tierras para siempre.

página blanca página roja de esta página en blanco una página roja teñida con la voz de cráneos indigentes que han muerto en las salinas / que han sido exprimidos en las tintorerías que se han traspapelado tras huestes pegajosas / de ordenanzas y edictos judiciales de leyes con un quórum de imberbes en las bancas de lirones dormidos en sus tacitas / de oro y vacaciones en montecarlo pregúntenle a la chica de las flores / lo que sucede en las avenidas corrosivas a las cinco de la mañana a las nueve de la mañana / a las veintisiete de la tarde fantasma pregúntenle si cuando duerme sueña con la bolsa de valores pregúntenle con cuántos crisantemos se compra la pasión una siesta sencilla un diálogo sentido en las clavículas amo esta tierra amarga nacida del asfalto y los leds fulgurantes amo el aire viciado de las horas meridianas / y las habitaciones cerradas bajo llave [22]


no tengo otra nación que este planeta y sus partículas que estos antropoides que se levantan a las cinco / en buenos aires en saigón o edinburgo cuando todos los relojes suenen al unísono cuando todas las madrugadas se condensen / en un solo rugido cataclísmico cuando desactivemos nuestros mecanismos /y juguemos al bingo con nuestras medicinas hemos de alzar las voces y escribir sin reparos / nuestra obra maestra un niño ya crecido sepultará el quijote / y se hamacará en las plazas milenarias cinder and heaven To you, World, I raise my cup of blood and piss, synovial fluid, my pounds of flesh in motion, the complete set of bones, entrails, bacteria; my body, in a nutshell, I shall bestow on you; my petty crimes and admirable deeds, divide with you; thoughts of the kindest, cruellest nature, friendship and mayhem, makings and carnage, consecrate to you. Before your image, I shall grind my teeth and bite the rain, coil with the pangs of passion, renounce all peace that comes from death, all death that lies in life. Now, for you, World, I spend my precious days in contemplation, get mad lost in your features, hunt down your treasures, conjure up your demons. [23]


It’s your equals I love, your victims, your wonders, your hopeless creatures from your hopeless tribes staring at your glory, at your vanishing shapes. And, when time comes, you will give your orders and retrieve my corpse, you traitor, incurable disease, you finest poison, you dying monster feeding on dead kindred. You too will come to nothingness. Naught will keep track of our travels, our mystery trajectories as we cease to be, but the Void itself, the memory of an echo of a story of burnt beautiful things dispelling into cinder and heaven.

ejercicio apocalíptico al modo de marvell, dickinson, frost La fuerza gravitacional todo lo devora con suficientes partículas, y tiempo. Si las partículas escasean, basta el tiempo. Pero si otra vez tuviera que extinguirme conozco lo suficiente del desorden para sostener que la entropía también es poderosa y bastaría. [24]


] EXPANSIVA ]

colección de nueva literatura latinoamericana 2017 ] La Belle Époque

/ Rita Gonzalez Hesaynes (ARG) ] Los tiempos de una obra

/ Fernando Bogado (ARG) ] Índigo tirando a negro

/ José Villanueva Criales (BLV) ] Motel Ciudad Negra

/ Cristóbal Gaete (CHL) ] Primavera nuclear andina

/ Agustín Guambo (ECU) ] Me llamo Sudor

/ Antonio Chumbile (PER) ] Oh! Yo

/ Willni Dávalos (PER) ] Flores muertas en jarrones sin agua

/ Pamela Rahn (VNZ)

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1ra y 3ra impresión Buenos Aires, enero y abril del año 2017 en los talleres de Dagas del Sur 2da impresión Lima, febrero del año 2017 *siguientes impresiones* en algún lugar de este bello continente disponible y descargable en escriturasindie.blogspot.com

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