CRUCES SOBRE EL AGUA

Cruces sobre el agua Joaquín Gallegos Lara

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CRUCES SOBRE EL AGUA

colección

obras completas

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Obras completas/videos/conferencias/talleres Estilística / Estudio crítico Visite canal educativo virtual / www.edupedia.ec Análisis literario / Talleres

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Joaquín Gallegos Lara

LAS CRUCES SOBRE EL AGUA

ESTUDIO, ANÁLISIS Y TALLERES Ermel Aguirre González

Introducción

Créditos Coordinación General Estudios, análisis literario, Selección textual, talleres, Ermel Aguirre González.

Levantamiento de textos Editorial A.B.C. Ángela Bermúdez, Isabel Cruz Sánchez.

Diseño Gráfico: Creativo

Ermel Aguirre González

Técnico

Danny Delgado Vera.

®

Derechos Reservados Instituto Ecuatoriano Propiedad Intelectual (IEPI) / ISBN.

Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización de los editores.

Edición:

Editorial A.B.C. Vélez 1915 y Carchi.

Cell/ Whatsapp: (593) 0993331353 edupedia-guayaquil1945@hotmail.com ermelaguirre_gonzalez@ hotmail.com Guayaquil-Ecuador.

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La Colección Clásicos de Estudio A.B.C., es un importante proyecto editorial que circula en América, el cual ha sido preparado para apoyar el rescate, difusión y estudio de las obras clásicas de la literatura nacional, hispanoamericana, española, universal; las que están consideradas para su lectura, estudio y análisis dentro del pensum de los planes y programas de estudio de los países de América.

La colección está formada por las obras más representativas e importantes de la producción literaria mundial.

Está dedicada a los lectores del mundo, porque consideramos que la cultura se la adquiere a través de la lectura; está destinada de manera especial para maestros, estudiantes y lectores por la forma, el sistema y el método que se ha empleado.

Contiene la biografía del autor, un breve comentario general de su obra, argumento, análisis detallado de acuerdo a las características señaladas por la crítica especializada , la preceptiva literaria moderna, la estilística y la crítica especializada según el género al cual pertenece la obra (novela, cuento, poesía, teatro, ensayo). Al final contiene los respectivos talleres con actividades preparadas en forma objetiva, didáctica, dinámica, funcional y práctica. Las obras contienen gráficos significativos para relacionarlos con la temática de la obra, además de facilitar y fundamentar los temas que se tratan.

Nuestro canal educativo virtual, contiene información en diversas áreas, variedad de temas y todo dato e información completa en literatura; además el curso práctico audiovisual con clases virtuales; más de mil escritores con su producción literaria; obras en pdf,audios,vídeos,documentales, entrevistas, cátedras, conferencias de renombrados escritores.

Esperamos, de esta manera, contribuir con la educación universal.

El Editor.

Las cruces sobre el agua

Biografía del Autor JOAQUÍN GALLEGOS LARA

JOAQUIN GALLEGOS LARA (1909- 1947)

Nació en Guayaquil el 9 de Abril de 1909. Desde su nacimiento padeció de u n a deformación en sus piernas por atrofiamiento debido a un accidente que sufrió su madre doña Emma Lara Calderón al caerse de una mesa e incrustarse la pata de una silla en su vientredurante el embarazo.

Por esta razón, Joaquín estuvo sentenciado a no poder caminar, y arrastrarse en condiciones deplorables.

Con el fallecimiento de su padre Joaquín Gallegos del Campo, pasó a vivir en unión de su madre donde su abuelo materno el prestigioso médico Dr. Julián Lara Calderón.

Joaquín Gallegos Lara nunca pudo asistir a la escuela; pero, llevaba una infancia tranquila dedicado a la lectura hasta que adquirió una cultura solida solamente a base de una tenaz autodedicación. Con su madre frecuentaba el campo, las sabanas y los esteros en donde se familiarizó con la vida y el lenguaje de los montuvios. Su madre se preocupó de ponerle profesores de francés e italiano, cuyos idiomas los fue perfeccionando hasta dominarlos de allí su buena preparación al leer a los clásicos en su idioma original. Ya para 1927 su personalidad había logrado encumbrarse y ganar respetabilidad.

En su buhardilla de las calles Eloy Alfaro y Manabí en donde vivía, era visitado por jóvenes intelectuales de ese tiempo que acudían a recibir consejos y además a compartir de

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Joaquín Gallegos Lara

sus sabias enseñanzas, a quien lo consideraban el maestro sabio y el estimulador permanente. Desde su hamaca, leía, investigaba, orientaba y adoctrinaba. Conoció a la intelectual Nela Martínez oriunda del Cañar, con quien se casó, sin dejar hijos.

A pesar de su invalidez se desempeñó como empleado municipal, Jefe de la Sección de Archivos del Ministerio de Educación. Tras una vida desasosegada y triste falleció en Guayaquil el 16 de Noviembre de 1947.

J o a q u ín G allegos Lara “Los que se va n ” cu e n to s d e l cholo y del montuvio (1930) en unión de Enrique Gil Gi l b e r t y D emt rio Aguilera Malt a; “Cru ce s so b re e l a g u a ” ( 1 9 4 6 ) ; d e jó inédit as e inconclusas a l g u n a s o b ra s co mo u n a b i o g r a f í a de Rumiñahui, una n o ve l a “L a b ru j a ” c u y o te m a cent ral debí a ser sobre la p e ste co n o ci d a co n e s e n o m b r e que asoló los cacaot ale s d e l a s h a ci e n d a s d e l l i to r a l e cuat oriano.

E n s u est adí a en Cuenca (19 3 3 ) p re p a ra b a “L o s g u a n d o s ” q ue narraba las peripecia s y e l d u ro tra b a j o d e tr a n s p o rt ar en hombros de los ind i o s l a ca rg a p e sa d a q u e v e n ía del ext erior para las ca sa s se ñ o ri a l e s d e C u e n c a . S u esposa la escrit ora Cañ a ri N e l a Ma rtín e z l a c o m p l e tó y salió a la luz en 1983; Bi o g ra fía d e l p u e b l o i n d i o ( 1 9 5 2 ); Cuent os complet os (19 5 6 ).

La novela “Cruces sobre el agua”, es una auténtica novela realista que narra los acontecimientos sangrientos como consecuencia del levantamiento obrero del 15 de noviembre de 1922 en el puerto principal, entre los sacrificados estuvieron los panaderos, cacaoteros, obreros y artesanos de Guayaquil;así mismo evoca aspectos de la vida social del pueblo proletario del Ecuador.

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Las cruces sobre el agua

Estudios de la obra ●

Posiblemente sea Joaquin Gallegos Lara q ui é n dio el af or tu n a d o títu l o de “Los que se van” al libro de cuentos, escrito junto a sus companeros Aguilera Malta y Gil Gilbert por ser el autor del “epigrafe” que precede al libro.

● Dominaba latín, francés y español y pudo leer obras clásicas en sus propias lenguas. ● Sus obras pintaba la brutalidad humana en forma directa y desnuda.

l o c u a l u ti l iza su observación aguda e irónica.

● Los textos narrativos caracterizados por la ironía: alegre, mordaz y trágica con lo que envuelve al lector para que se interese en la lectura, hasta llegar al desenlace. ● Es el más influyente entre sus otros compañeros (Aguilera, Gil Gilbert) caracterizado por una f u e r t e e i n t e r e s a n t e personalidad.

● Es un escritor con características de artista: par a pint ar pais a j e s , ro s tro s humanos y con ellos poder hilvanar las historias de su narrativa. ● Es el encuentro con las malas palabras y la c r u d e z a en el habla popular montuvia, s i n e u f e m i s m o s . ● Su habilidad para construir diálogos, hace que sus cuentos adquieran un estilo dramático, para

Violeta pretendiente de Alfonso Cortez.

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Joaquín Gallegos Lara

Características Importantes ●

Cruces sobre el agua”, es una novela que reseña el Guayaquil de principios del siglo XX, (año 1900), con una descripción elocuente acerca de sus plagas, como el de la bubónica, la pobreza y la fisonomía atrasada en servicios de aquella época.

● El escritor, con gran maestría pinta el paisaje con absoluta nitidez y conmovedor realismo, la vida de los barrios periféricos (hoy pleno centro) sobre el pantano. ● Con firmeza de buen n a r r a d o r, describe con pinceladas magistrales i m p r e siones de la atmósfera s o c i a l y d e l a s interioridades de grupos sociales, familias y personajes de la ciudad del año 1920. ● Antes de llegar al desenlace se enriquece el hilo narrativo con hechos y acontecimientos relacionados con personajes principales (Alfredo Baldeón y Alfonso Cortés).

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● Presenta propuestas claras de captar por parte del lector acerca del drama de los trabajadores y sus miserias.

Presenta la desigual fortuna de las clases sociales. ● Hace una reseña de la revolución de Carlos Concha en Esmeraldas en contra del asesinato de Alfaro y sus líderes; aunque presentada en cuadros fugaces. ● En la secuencia narrativa se puede sentir la destreza de un verdadero creador de novela, escrita con mano firme y dotado de las técnicas necesarias para esa clase de narración. ● En ciertas partes se detecta un rompimiento de la secuencia narrativa; pero, superada con el interés que despierta el hecho narrado en el lector y hace que pase por desapercibido. ● La introducción de personajes fuera de lugar en el desarrollo narrativo,

Las cruces sobre el agua

halla justificación en los episodios siguientes, aunque ya desconectados de aquellos en los que son presentados.

● Hechos y acontecimientos relacionados con el paro obrero, adquiere vivencias magistrales por la forma elocuente en que es narrada. ● Los personajes principales se presentaan en forma alternada y en otras particpan juntos.

Los estados anímicos de la acción sigue en relación al de sus personajes principales; así: los de Alfredo Baldeón, encarna el coraje, la altivez, la fuerza, la humildad, cuyas virtudes no demandan de una formación intelectual; el otro, Alfonso Cortés, actúa con la influencia de su cultura adquirida en el colegio y en su ambiente social de clase media a la que pertenece. ● Un episodio interesante es el encuentro de Alfonso y Victoria, su enamorada, quienes impregnados de valores, de crisis, angustias y sinsabores; satirisan la desigualdad social.

● To d o s y c a d a u n o de los acontecimientos narrados en la novela, adquieren un vigor impresionante, pintados de acuerdo a como correspondía hacerlo. ● Cuando se refiere a la lucha obrera el autor se convierte en un sucitador de líderes y en un catequizador de espíritus para adoctrinar con ideas de su tendencia izquierdista.

Sala de cine de aquella época ( 1920).

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Joaquín Gallegos Lara

Personajes Familia Baldeón

-Juan Baldeón, padre de Alfredo -Trinidad, madre de Alfredo -Alfredo Baldeón, hijo de Juan y Trinidad -Magdalena, segunda esposa de Juan -Juancito Baldeón. hermano de Alfredo -Anita Baldeón, hermana de Alfredo -Flora Baldeón, hermana de Alfredo -Amalia Baldeón, hermana de Juan -Belisario Estrella, esposo de Amalia.

-Laura Estrella, hija de Belisario y Amalia

Familia Cortés -Leonor Jarrín, (madre) -Alfonso Cortés Hermanas de Alfonso -Paca Cortés -Carmela Cortés, -Carolina Cortés

Vecinos de “La Artillería” -Petra Martínez (doña Petita) -Falconí, dueño del chalet -Clemencia, (Cleme) -Yulan, dueño de la tercena -Maestro Moncada - A na Ros a Vd a . d e A n g u l o ( M am a J ijí ) -Victoria, la blanca que defendió a Alfredo -Jacobo, esposo de Victoria

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-Manuela García, madre de Segundo, alias el “Chupo”

Muchachada, amigos de Alfredo, del barrio “La Artillería” -Segundo García, alias “Chupo” -Aquilino Morán -Vicente Morán -Fernando Pizarro, primo de los Morán -Reinaldo Pizarro, hermano de Fernando Dña. Natalia, abuela de los Pizarro y dueña del solar

Del barrio “La Plazuela” Onésimo Alfonso Cortés, amigo de Alfredo

Músicos -Odilón Cervantes, violinista, amigo de Alfonso -Macario, músico y ciego

Del taller mecánico -Ortega, alias “Mano de Cabra”, dueño del taller -Viejo Chacón, maestro -Barco.

Oficiales

Las cruces sobre el agua -Daniel -”El Pirata”

Trabajadores de la fábrica La Florencia -Murillo, muerto con la peste bubónica -Dario, chofer

Cacaoteros -”Gallinazo” Morales -Juana de Jesús, esposa de Morales -Loco Becerra -Julia, esposa del Loco Becerra -Julita, hija de los Becerra

Choferes -”Chino” Sánchez -”Chino” Pedro -Gerardo “El Rojo” -”Vaya- Vaya” -Se lo guardo -Gringo viejo -Cacapicha -Shaffry -”Gato” Pagués -”Negro” Waterloo -Guzmán “Zorro Ciego” -Ernesto alias “Tubo Bajo”

Panaderos -Adriano Rivera, dueño de la panadería “La Cosmopolita” -El “ S am bor ond e ñ o ”, s o c i o de A lf r edo.

Anormaliza, dueña de la chingana, donde se reunían los panaderos.

-Mercedes Reyes, madras-tra de el “Samborondeño” -Viuda de Garrido, dueña de la chingana.

Familia Montiel -Margarita Montiel -Felipa Montiel -Emilio Montiel, alias “Malpuntazo” -Jacinta, madre de las Montiel.

Otras familias -Albert, profesor de música -Pepina Albert, hija del profesor y amiga de Alfonso Enrique Moreno, tío de Alfonso Enrique Moreno Jr., hijo María Moreno Gloria Moreno Piedad Moreno

Familia Mendoza Germania Mendoza, Leandro y Elvira (padres) Violeta y Luisa (hijas) Violeta, novia de Alfonso Jorge, novio de Luisa Dueñas de la chichería “Las Tres Rosas” Rosa Elena Rosa Miche Rosa Esther Leonor, enamorada de Alfredo Panchita, madre de Leonor

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Joaquín Gallegos Lara Ignacio Mora, suicida Teodora, mujer que traicionaba a Ignacio Tomasa, madre de Ignacio Juana, madre de Teodora

De Esmeraldas Remberto Mina, dueño del rancho Trífila Mina, hija de Remberto y enamorada de Alfredo Ña Juana, mujer de Remberto Capitán Medranda, Jefe guerrillero Carlos Concha, líder de la revolución Alfarista en Esmeraldas.

Militares Capitán Gabriel Basantes Aurea Latorre, esposa de Gabriel Carlos, hermano de Aurea.

Zoila, sirvienta de Aurea General Panza, Jefe de Zona Militar de Guayaquil Capitán Mora

Del movimiento obrero Pancho “Loco” “Chino” Sánchez “Cuero Duro” Don Franco alias “El Paiteño” Cirilo Santiana, barretero “Negra” Dominga.

Pulpera, esposa de Cirilo.

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Oficiales del taller mecánico Falcón Negro Carrión Margary Obando, del taller de Villamil

Otros Gringo Reimberg, dueño de la tienda Ma n o l o Vi zcaíno, boxeador C h i n i q ue, boxeador Ve rru g ate, j uez de l a pel ea Juancho, obrero desem-pleado Antonio Sierra, adoctrinador político Mena, viejo artesano Malavé, ayudante del cuerpo de bomberos Naranjo, peluquero Dr. Heinert, médico Ricardo Ortíz, dueño de la funeraria Tama, “lord caca” Garaicoa, comisario Roura Oxandaberro, pintor Go rd o Fantasía, cobrador de a rri e n dos Primero, hijo del dueño de la fábrica “El Progreso”

Delincuentes “Mayoma”, conviviente de Rosa Elena Severo Villamar, célebre por sus fechorías.

Las cruces sobre el agua

Figuras o recursos literarios Lenguaje figurado

ADICIÓN

Figuras de Dicción

REPETICÓN

Epíteto Polisíndenton Asindenton

Anáfora Repetición Reiteración Sinonimia Conversión Concatenación Conduplicación Reduplicación Similidicadencia Retruecano Complexión Epanadiplosis

COMBINACIÓN Aliteración

Onomatopeya

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Joaquín Gallegos Lara

PINTORESCAS O DESCRIPTIVAS

Figuras de Pensamiento

PATETICAS O EMOTIVAS

LOGICAS

OBLICUAS

Otras

Topografía Etopeya Prosopografía Retrato Paisaje Hipotiposis Cronografía Apóstrofe Hipérbole Optación Obtestación Execración

Interrogación Exclamación Imprecación Prosopopeya

Antítesis Paradoja Epifonema

Ironía Concesión Sentencia

Preterición Reticencia Ironía Perifrasis

Gradación Apocope, Bimembración, Prolepsis, Derivación, Espoliación, Enumeración, Polipote, Sincopa, Dialoguismo, Arcaismo, Alusión, Sinestesia, preterición, deprecación, Sujeción.

FIGURAS GRAMATICALES

Elipsis Pleonasmo Hiperbaton

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Tropos o Mixtos

Metonimia Sinécdoque Metáfora Simil Alegoría Imagen, Imagen visual y auditiva

Las cruces sobre el agua

Figuras literarias

Figuras literarias son ciertas formas de expresión que, sin modifi car el sentido de las palabras, las confi eren mayor animación fuerza, color, elegancia.

Figuras de adición, son: Epíteto, polisindenton y asindenton.

bruscos relinchos/ trote lento/ esclavos azotados/lugubre canto.

Epíteto.- Es la palabra o reunión de palabras que caracteriza al sustantivo, para destacar su calidad habitual.

Se refiere a cualidades permanentes en las personas o cosas.

Capítulo VII.- Viejos recuerdos/ casa nueva/ viento sabanero/ perfecta montubia/ ropa usada/ chicuelo descalzo/ mezcla vieja.

Capítulo I.- Tranvía eléctrico / mujer blanca/ juegos populares/ bandera amarilla/ terrible peste/ breve diálogo.

Capítulo II.- Nuevos amigos/ joven apuesto/ hermanos cristianos/ viejos recuerdos/ viejo taguero.

Capítulo III.- Afiebrado sueño/ amargas visisitudes/ enorme canchón/ mujeres elegantes/ pobre lavanderita.

Capítulo IV.- Primer fi erro/ cuerpo fortachón/ buenas horas/ piano milagroso/ fuerza original/ sueño interior/ grave situación/ anciano perfecto.

Capítulo V.- Zambo Baldeón/ sobrinos pobres/ lenguaje literario/ expresiones románticas/ único hombre/ cama sucia.

Capítulo VI.- Jornada apestosa/ viejo antipático/ mañana asoleada/ mameyes espesos/ sembrío vecino/

Capítulo VIII.- enorme muleta/ negra mohina/ pata grande/ patio opuesto/ ojos azules/ piojosos oficiales/ invierno tropical/ serrano chupista/ chupista insigne/ botones dorados/ pocas calles/ cara tartada/ blancas manos.

Capítulo IX.- pueblo sufrido/ tenues golpes/ pequeña panadería/ hombres desnudos/ terrosos escombros/ lengüetazos dorados/ altas estrellas/ papel picado/ vida esclava/ salarios ínfimos.

Capítulo X.- grandes oleadas/ oscura plazoleta/ montaña brava/ viejos mutualistas/ causa real/ chiquilla abejucada/ grito agresivo/ antigua lavanderita/ párpados tiznados loras mangleras.

El Símil.- Es una figura de pensamiento en donde están presentes los términos de comparación (como, cuál, semejante, parecido, etc).

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Joaquín Gallegos Lara Capítulo III.- Magdalena que lo cuidaba como hijo/ En la ducha silbaba como cacique/ ciento de sillas como limetas.

Capítulo IV.- su lengua decía es grandota como la de su perro Hatchis.

Capítulo VI.- se trenzaron como tigres / Alfonso la abrazaba como a una mujer (guitarra).

Capítulo VII.- Eran tan altos que su cabeza no les alcanzaba ni al lomo.

Capítulo IX.- lo esperaban como el juguete de Navidad.

Capítulo X.- Cabalgador de la sabana y hoy como desterrado en la ciudad.

Metáfora.- es una comparación o símil elíptico, es decir, que se eliminan los términos de comparación.

Capítulo I.- los cañones eran las bocas de sus vecinas.

Cap í t u l o I I . - “lomo de tortuga de la canoa” Capítulo III.- Alfonso consideraba digno el apodo de víbora para Moncada/ sus trompadas eran mazazos/ hasta derribarlo al suelo a la mole.

Capítulo VI.- Tengo el radiador más seco que mi guargüero/ le clavó los ojos, de un negro metal o de miel.

Capítulo VII.- Ella le miraba la frente que tenía una aspereza de corteza de árbol.

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Capítulo VIII.- cuerpos salpicados de lentejuelas de gotas / cabellos de betún de él (negro), de oro (rubio) ella / lentamente se arrimaba al muelle el cuerpo de ballena muerta del pailebot.

Imagen.- Palabra o expresión que sugiere algo con lo que tiene alguna relación o analogía.

Capítulo X.- El cristal femenino de sus voces dulcifi cada el canto viril.

Figuras de repetición, son: Anáfora, Repetición, Reiteración, Sinonimia, Conversación, Concatenación, Conduplicación, Reduplicación, Similidicadencia, Retruecano, Complexión, Epanadiplosis.

Anáfora.- Es el empleo de la misma palabra al principio del verso o de las oraciones.

Capítulo V.- Quiso matarse con una tijera

huir,

quiso

Repetición.- Es la utilización de lamisma palabra en oraciones sucesivas para crear belleza de expresión.

Capítulo III.- Remacho, remacho.

Capítulo VI.- pecho contra pecho / abrazándose cara a cara.

Capítulo VII.- Se encontró cara a cara con Violeta/ ¡Vean, vean a la galla esa!

Las cruces sobre el agua Concatenación.- Repetición en una serie de miembros de una palabra del miembro anterior.

Capítulo X.- encontraría su propia alma y su propia música en su pueblo/ La multitud tenía alma, tenía alas.

Conduplicación.es cuando empieza el verso o la oración con la palabra o palabras fi nales del verso anterior.

Capítulo VII .- ¡Las manos le temblaban, las manos!

Reduplicación, es la repetición seguida en el mismo verso o inciso, una o más palabras.

Capítulo VII.- Carrera, carrera, carrera/ las tres de latarde, las tres de la tarde, las tres de la tarde.

Capítulo X.- ¡No! ¡No! ¡No! - sin autor, sin coches, sin público.

Pintorescas o descriptivas: Topografía, etopeya, prosopografía, retrato, hipotiposis, paisaje, cronografía. Prosopografía, cuando la descripción hace referencia al exterior de una persona o sea el aspecto físico.

Capítulo IV.- Era blanca, rosada de cabellos y ojos negros y con un cuerpo estupendo.

Capítulo VIII.- él blanco, rubio, de ojos aleonados/ ella negra carbón,

eso sí no jetona: fi na de labios y narices/ era corpulentísimo, saco café, pantalón blanco y sombrero tostado. Cronografía, que reseña el tiempo y la época de la narración con fechas que determinan los sucesos históricos.

Capítulo II.- Sin sentir pasaron los años/ hace diez y seis años.

Capítulo III.- Un año hacía que se fugó para la guerra / Convinieron en verse al siguiente día/ A las siete de la noche/ funcionaba desde el año anterior.

Patéticas: Apóstrofe, hipérbole, optación,interrogación, exclamación, imprecación, prosopopeya.

La prosopopeya, es utilizada por el poeta cuando personifica y hace hablar a los seres inanimados a los mismos que hasta les reviste con caracteres humanos que se puedan expresar.

Capítulo I.- los meses volaron Capítulo VII.- A su madre se le derrumba sus ilusiones.

Capítulo IX.- (el sol) metía lengüetazos en el horno. La hipérbole, se lo uitliza para exagerar las características Hipérbole, es la exageración de la realidad.

Capítulo VII.- El viento sabanero, inflándolas (cortinas) parecía que quería hacer navegar la casa/ Mantuvo mozas en todos los pueblos y recintos.

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Joaquín Gallegos Lara Capítulo VIII.- Se dueños del mundo/

metieron

a

Capítulo X.- Gallinazo suponía que era todo Guayaquil.

La interrogación, enaltece lo que pregunta para despertar emoción.

Capítulo II.- ¿cómo le cortó el ombligo?

Capítulo III.- ¿Qué pasa Cortés? ¿Y qué quieres? ¿Qué diría Alfredo?

Capítulo IV.- ¿A cuál se cree?

Capítulo V.- ¿Lo querría Gloria?

Capítulo VI.- ¿Cumpliría Gloria?

Capítulo VII.- ¿Y qué fuera que éstos se salieran enamorándose?/ ¿Sientes la noche?. La exclamación, expresa variadas emociones que pueden ser de alegría, pena, exaltación, abatimiento o cansancio.

Capítulo II.- ¡A matar negros!/ ¡Se largó el muy condenado!/ ¡Afl oja o grito!/ ¡Esta noche me meto a tu tarima!

Cap í t u l o I I I . - ¡Ajá, ajá, los pillé besándose!.

Capítulo V.- ¡Cómo voy a pegarle con la sufrida que está la pobre!/ ¡Felizmente está en la cárcel!/ ¡Quita! ¡Quita! ¡Suéltame víbora! Lógicas: Antítesis, paradoja, epifonema.

Paradoja, es cuando el autor expresa una idea que aparentemente es contraria a sí misma.

Capítulo I.- Su madre Trinidad lo impedía; pero su padre, lo consentía.

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Capítulo VII.- Era como si recién se conocieran o como si se hubieran conocido siempre.

Oblicuas, Preterición, reticencia, ironía, perifrasis. Reticencia, Aquí el autor deja sin completar la idea porque se sobreentiende el final. Esta figura suele darse en refranes o frases hechas.

Capítulo VI.- Esta noche... tus besos... creía.

Capítulo VII.- ¿Ciruela? Violeta...

Dame.

Capítulo VIII.- La escoba de bruja... la peste... el cacao se acabó.

Gradación, serie de cosas ordenadas gradualmente.

Capítulo V.- A charlar, a tocar el piano, a llevar las novelas y jugar dominó / Gloria, por días era cariñosa, hostil,tierna o burlona, lejana o tímida y atrayente.

Capítulo VIII.- Sin desamor ni cansancios ni riñas conyugales/ En respuesta, cocinó, lavó, cosió para él / Se vio pronto en un mundo de palabrotas, borracheras, golpizas y velocidad.

Dialoguismo.- Es el diálogo que abre el autor dentro del desarrollo del asunto, en el cual la narración corresponde a los personajes.

Capítulo IV.- Usted que es italiana lo habrá leído en su propia lengua.

Le inquirió - Yo no soy italiana. Soy montubia

Las cruces sobre el agua

NOVELA

“LAS CRUCES SOBRE EL AGUA” Joaquín Gallegos Lara

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Joaquín Gallegos Lara Novela:

“LAS CRUCES SOBRE EL AGUA”

Jaoquín Gallegos Lara

CAPÍTULO I La Artilleria En una sabana de pocas casas vivía la familia Baldeón. Alfredo, gustaba de salir a jugar con sus amigos; su madre Trinidad lo impedía; pero su padre lo consentía. Carlos Vera, un amigo de Alfredo, invitó a sus amigos del barrio a que vean una de sus travesuras: la de poner torpedos en los rieles para que al pasar el tranvía eléctrico reventara con estrépito.

Ellos observaban escondidos desde el chalet de Falconí. Al producirse el fulgorazo, el motorista bajó y pudo detener a uno de ellos, era a Alfredo, quien fue defendido por una mujer blanca del barrio, a la que Alfredo a partir de ese momento la veía con rostro de virgen.

Frente a la covacha una carreta paró para llevar los barriles de excremento, que el bacinero debía hacerlo transportando al hombro los abromicos cada semana. Trinidad se mostraba malhumorada por vivir en una covacha que era peor que un chiquero a la que llamaban “La Artillería”, porque semejaba a un cuartel y los cañones eran las bocas de sus vecinas.

Por eso amenazaba con largarse a Daule, su pueblo.

Alfredo, esperaba ver pasar a la mujer blanca que le había defendido del motorista. Escondido en la tercena de Yulan esperaba su paso por la esquina donde todos los días tomaba el tranvía. Mientras que Trinidad, cumplió su amenaza. Juan le hizo saber a su hijo la trágica noticia que se había ido su madre a Daule. Alfredo estalló en llanto. Alfredo pegada su cara en la almohada, juró dos cosas: fugarse a Daule a buscar a su madre y no volver a llorar más.

Los meses volaron. Alfredo conoció a Alfonso Cortés en la panadería de su padre. La amistad creció y ya ningún juego salía bien sin él. Los muchachos de la artillería jugaban a los juegos populares de aquella época; como: el taitaco. Los jugadores eran Aquilino y Vicente Morán, los primos de estos: Fernando y Reinaldo Pizarro, nietos de doña Natalia, dueña del solar. A donde se había cambiado recién el maestro Moncada, padre de Jacinto; un muchacho de malos instintos: pegaba a los chicos, le sacó un ojo a un perro, sacó una a una las plumas a un pollo y meterle un palo en el trasero a una mula. Jugaron los amigos al taitaco, que consistía a la casería del tigre con lanza. Jacinto pidió ser el cazador, Aquilino fue

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Las cruces sobre el agua el tigre y Reinaldo, hizo de taitaco, quien entregó la lanza embarrada con excrementos y que Moncada empuñó con ambas manos, ante las risas de los amigos. Jacinto les maldijo y les refregó en la cara, el pelo y la boca el palo embarrado y hediondo. -¡Con engaño desgraciados! ¡Pero a mí solo fue en las manos y yo se la he hecho comer a este mariconcito!. Alfredo preocupado que hacia tres días que Segundo no salía a jugar. Decían que estaba con fiebre. Subió a averiguar y lo encontró en su tarima, gacho los párpados y reseca la boca. Al llegar su madre lo sacó de un tirón, recriminándole que podría contagiarse. Al salir a la calle vio un carretón con una bandera amarilla. Venían a llevarse al lazareto a Segundo, hijo de la lavandera Manuela García a quien un gringo le dejó preñada y se marchó. El muchacho estaba contagiado de peste bubónica. Alfredo vio entrar a su padre cojeando. El carretón y su bandera amarilla se volvió cotidiano en el barrio del astillero. Pocos regresaban del lazareto, muchos morían allí.

El gringo Reimberg, dueño de la tienda a donde fue Alfredo a comprar una cerveza para su padre, le aconsejó llevar a su padre al lazareto.

Muchos habían caído con la terrible peste que azotaba la ciudad; entre ellos; Murillo, un serrano trabajador de “La Florencia”, doña Ana Rosa vda. de Angulo, llamada mama Jijí de la “patria de Esmeraldad” según ella decía, era su origen. Otros pestosos eran la “Catira” Teodora y su madre Juana.Alfredo llevó a su padre al lazareto y lo iba a visitar siempre hasta cuando mejoró y regresó Juan a su casa. De regreso Juan a su casa, en un breve diálogo dijo a su hijo:-Lo que es ésta le pongo madrastra a mi zambo. El hombre no puede vivir sin mujer. Alfredo salió a jugar y vio bajar a don Jacobo trayéndolo en brazos a Victoria su mujer, contagiada de la peste bubónica.

CAPÍTULO II “El Primer Viaje De Alfredo Baldeón” La plazuela Chile era a donde ahora vivían los Baldeón, por haberse cambiado de la Artillería. Juan ya tenía a Magdalena, con quien procrearon dos hijos.Alfredo y sus amigos del barrio acostumbraban bañarse en la ría; desde donde vieron partir hacia Esmeraldas al buque de guerra “Cotopaxi”. Alfredo contaba con quince años de edad estaba hecho un joven apuesto. Decidió ir a Esmeraldas a combatir junto a los negros y las tropas revolucionarias de Carlos Concha; en contra del gobierno para vengar la muerte de Alfaro y sus líderes. Juan comparó el

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Joaquín Gallegos Lara viaje de su hijo con el suyo cuando se decidió venir desde Cajabamba a Guayaquil. El viaje se hacía a lomo de mula de los arrieros que venían a la costa. En esta parte aparece el drama común de los emigrantes a las grandes urbes: vender los animales y pertenencias para completar con los ahorros y aventurarse a la ciudad. Al llegar, se ubican donde algún familiar y buscan trabajar en lo que sea. Lo mismo hizo Juan, se ubicó de obrero, en una panadería donde conoció a Trinidad su primera mujer y vivieron juntos. Nació Alfredo. Narra acontecimientos relacionada con la guerra revolucionaria de Esmeraldas, desde que desembarcaron en Manabí y luego llegaron a la hacienda y cuartel general. Trífila es con quien tuvo el primer romance Alfredo. Hija de Remberto, dueño del rancho donde estaba alojado. Allí cumplía faenas del campo, hasta que llegó la orden de partir a Esmeraldas. En la oscuridad de la noche avanzó a la tarima de Trífila para despedirse y le cogió la mano -Respiraba su olor conocido- a sol y agua de río. ¡Alfredo! ¡Malo!. Ah, te vas mañana. Ven. Ella le correspondió con su entrega de mujer.

CAPÍTULO III “Las Montiel” Alfredo de regreso a su casa en Guayaquil, llegó enfermo de paludismo y beri-beri. En su afiebrado sueño recordaba los juegos con sus amigos de barrio, tanto de la Artillería, como de la plazuela Chile.

Era ya todo un hombre: había peleado en la guerra. Se había acostado con mujeres. Recostado en su cama recibió la visita de Alfonso, su entrañable amigo desde la infancia. Encontró a su padre, como dueño de la panadería donde trabajaba. Alfonso estudiaba en el Vicente Rocafuerte. El resolvió entrar a trabajar en el taller de Mano de Cabra.

Alfredo yAlfonso fueron a visitar a las Montiel, amigas de las hermanas de Alfonso. Margarita y Felipa les recibieron y se hicieron enamorados.

Emilio el hermano de ellas apodado “Malpuntazo” les descubre besándose y amenaza con avisar a la madre. En otra visita de ellos a las Montiel fueron al cine que era una novedad en la ciudad. Se llamaba el crono proyector que funcionaba en un enorme canchón rodeado de alambre de puas, había cientos de sillas. Adelante un telón y una pianola.

Pasaban cintas del momento, como la de Charles Chaplin. En la sala se notaba la diferencia de clases sociales. Alfonso enterado que Moncada su antiguo amigo de barrio a quien apodaban La Víbora, le rondaba a Margarita su enamorada, le desafió a pelear. El desafío corrió por todo

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Las cruces sobre el agua el barrio. Los espectadores formaron cola tras ellos hasta el lugar pactado.

Un estibador a quien llamaban Verrugate, asumió la responsabilidad de juez, quien los puso frente a frente a los contendores. Al principio Alfonso llevó la peor parte Moncada era mucho más corpulento, sus trompadas eran mazazos. Alfonso había peleado desde la escuela pero con tanta desventaja. Viéndose perdido, Alfonso reaccionó, pensó en Margarita, ¿Qué diría Alfredo? ¿Con qué cara volvía al barrio? ¡Lo oyeron roncar! ¡Maldita víbora! Remachó, remachó, tres, cinco, diez veces hasta derribarlo al suelo a la mole. Emilio se acercaba blanqueando más el ojo y alguien le gritó:-¡Ah, Malpuntazo, ya ganó la pelea tu cuñado!.

CAPÍTULO IV “Los Apuros De Mano De Cabra” Mano de Cabra, dueño del taller era malgenio y trataba mal a los obreros.

Allí trabajaba Alfredo y otros ofi ciales; como: Daniel, el “Pirata”, el viejo Chacón, quien dio a conocer el origen de Mano de Cabra. Que en Juján fue contagiado de garrotillo por una meca, por lo que fue traído a Guayaquil, aquí se sanó; pero quedó capado. Que no era maricón, porque si tenia mujer, ella le pedía sexo, pero no podía hacer nada. Alfredo sin necesidad de sacarla a cuarto, llegó a hacerla suya a Felipa. Alquiló un cuarto en la calle Santa Elena en donde pasaron buenas horas. Que lo mismo debió hacer Alfonso, quien después de la pelea se separó de Margarita. Pepina Albert era otra buena amiga de Alfonso, era hija de su profesor de Música en el colegio. El pensaba que en su coqueteo, ella se le estaba declarando. Simpatizaban por la afi ción a la música. Alfonso vivió tardes llenas de éxtasis al escuchar los acordes del piano milagroso. Alfonso sabía música solo de oído. Una canción que la silbó, Albert la compuso en notas y Alfonso pudo oir en el piano lo que había sido su sueño interior. Las fábricas pitaban a deshora, unas antes, otras después. Alfredo acudía a la salida de las enpaquetadoras de cigarrillos de “El Progreso”. Entre ellas una le gustaba. Era blanca, rosada, de cabello y ojos negros y un cuerpo estupendo. Alfonso llegó a saber por su amigo que Margarita se fue con Moncada. El ya estaba trabajando en una oficina de una casa exportadora de cacao. Su sueldo aunque poco, entregaba íntegro a su madre. Narra acontecimientos relacionados con los trabajadores de Mano de Cabra, quienes decidieron reunirse para hablar de la situación de ellos en el taller y planifi car una huelga por haberles rebajado los jornales. En su ventana se veía asomada Leonor, que era de quien se había enamorado Alfredo. El sabía que también le pretendía Dario, un chofer vecino mucho mayor que ella.

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Joaquín Gallegos Lara

CAPÍTULO V “La Hermana” Era epoca de carnaval. Paca jugaba con su hermano Alfonso y Carmela se quejaba ante su madre del encharcadero que hicieron.

Alfonso y Alfredo fueron a seguir el juego en casa de las Moreno, primas de Alfonso, por ser hijas de Enrique, hermano de su madre. Madre, Gloria y Piedad les empastelaron de mixtura, polvo y agua. Felipa, “ LLoraba a todo moco” porque alfredo andaba con Leonor.Apareciò Margarita, hacìa màs de un año que desapareciò con Moncada. Venìa dispuesta a quedarse en casa de su madre, la uniòn con Jacinto fue un fracaso.

-!Felizmente ya estaba en la càrcel!.

Las primas de Alfonso invitaron a su madre y hermanas a la hacienda de ellas. Desde carnaval èl se enamorò de Gloria. Enrique hizo un acercamiento con su hermana y sobrinos pobres.Alfonso se volviò asiduo a la casa de sus primas a charlar, tocar el piano, leer novelas y jugar dominò. Gloria era muy cambiante, por dìas era cariñosa, hostil, tierra o burlona, lejana o tìmida y atrayente. Todos viajaron a la hacienda “La Gloria”. El le hablaba en lenguaje literario; pero, ella nada entendìa de expresiones romànticos.

Al caer la tarde todos se retiraron a descansar. Felipa reflexionaba de la traiciòn de Alfredo. En la ciudad se veìa pasar las tranvìas elèctricos, las mulas halando los carros la gente que entraba a los cines, dirigirse a los bailes a pasear en automòvil. Margarita recordaba la golpiza que habia dado Alfonso a Moncada. Al ùnico hombre a quien ella habìa querido era Cortès.

La primera noche cerrò los ojos y pensò en èl quien se le hechaba encima y no Moncada. En su casa revelò que estubieron tres meses hospedados donde una tìa. Que una noche la invitò a salir, la emborrachò y la condujo a un burdel. Le dio una golpiza que le dejò enferma una semana. Cada mañana acudìa donde la dueña del antro a recibir dinero que los hombres pagaban por margarita. Cuando supo que le metieron a la càrcel por un robo, ella pudo huir a la casa de su familia.La madre le hizo saber que Ignacio Mora, hijo de la señora Tomasa se habìa matado de un tiro porq su mujer Teodora le traicionaba con los vaporinos y beteros cuando el iba a pintar. Habìa traìdo el cadàver desde la calle maldonado, donde vivìan hasta donde doña Tomasa; ella era una viejeita trigueña que olìa a bondad. Era la madre de ignacio. Llamò a su comadre Jacinta para q fuera avisar a la familia Villfuerte y a la familia Lara a quienes ella lavaba la ropa. Margarita regresò a

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Las cruces sobre el agua su cuarto a dormir. Ya dormida tubo pesadillas.

-!Quita¡ !Quita! ¡Suèltame vìbora!. El peso de ese cuerpo caliente era insoportable y no era de Moncada: era Malpuntazo. Que dormìa ella, quiso violar a su propia hermana. Ella gritò para llamar a su madre.

Callado, el le mordìa los brazos, los senos. Un escalofrìo paralizaba a Margarita que se ahogò en sollozos.

CAPÍTULO VI “El Segundo Viaje De Alfredo Baldeón” Leonor vivía con su madre Panchita. Seguía de empaquetadora en la fábrica El Progreso. Darío guardaba el carro de La Florencia en el garaje junto a ellas. Y quien tuvo una plática con Virgilio el carretero. A Leonor le parecía un viejo antipático y le disgustaba que la enamorara. En la fábrica también evitaba el asedio de Primero, el hijo del gerente. Alfredo la esperó a la salida; le clavó los ojos de un negro metal y acababa de ver el amor.

La familia Moreno disfrutaban en la hacienda. Gloria y Alfonso cabalgaban, ella quitó las trancas y entraron al corral. Hortensio les atendió y se disponía a separar dos caballos que se disputaban una potranca. Gloria pidió que los dejara para ver la pelea. A la hora de la siesta, la familia bajó al jardín. Gloria no cesó de burlarse. Lo desafió a Alfonso que saltara en caballo una cerca de alambre de púas. Sin vacilar Alfonso taloneó y lanzó al animal. Fue lanzado de espaldas a las púas. Con la camisa ensangrentada avanzó hacia ella.

-¡Ya ves como sí salté!. Gloria lo curó con sus manos. Ella sonrió: vas a quedar como los esclavos azotados. Soplándolo al oído le dijo: -Esta noche, espérame. Iré a tu cuarto. ¿No lo querías?. Alfonso dudaba; pero, quien diablos entiende a las mujeres.

Gloria en pijama entró al cuerto de Alfonso y le puso la mano en la boca y en silencio se deslizó a su lado. Los tres amigos se divertían en la chichería “Las tres Rosas” era de Rosa Elena, Rosa Miche y Rosa Esther. María Esther apegada a Alfonso que tocaba la guitarra. Rosa Elena abrazada a Alfredo les dijo: -¡El ciego Macario es taita para un sanjuanito!

De inmediato el músico rompió el ambiente con su guitarra.

Rosa Elena, hizo mención a Mayoma, un famoso matón que vivía con ella.

-Pero si Mayoma está en la cárcel -dijo Rosa Esther.

Alfonso evocaba a Gloria. Su pensamiento se trasladó a aquella noche que pasó furtivamente junto a ella en la hacienda de su tío.

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Joaquín Gallegos Lara Gloria reclinada la cabeza en su brazo le dijo: -Déjame, negrito, que por los juegos nos van a pillar.

-¿Qué importa? Nos casamos un poco más pronto.

-¿Qué dices?

-¿Y quién te ha dicho que nos vamos a casar?

-Esta noche... tus besos... creía -¡Ja, ja, ja! ¡Valiente negocio! ¿Con qué te gusta la plata de mi padre? ¡Todo en casa, como sobrino y como yerno!. Alfonso se levantó. A sus pies se abría un precipicio. Apuntó con el índice a la puerta. Su voz, a su vez glacial, le escupió: -¡Andate!... Alfonso -¡Andate, antes que te pegue!. Cuando volvió a darse cuenta de lo que le rodeaba, harían minutos o meses que se había ido. Le quedó su fragancia en las manos, en la piel, en el alma. Aun hoy que hacían siglos ya de esa noche, no lograba olvidarla, ni con otra mujer en los brazos, bailando medio ebrios. De pronto apareció Mayoma y puteaba a Rosa Elena.

Alfredo, el “Pirata” y Alfredo a puñetazos sacaron a los intrusos. Las tres Rosas premiaron entre sus brazos y entre sus piernas a los vencedores.

Alfredo fue a la casa de Alfonso. Venia a despedirse, se iba a Lima con su tío Miguel que trabajaba a bordo. Leonor recordaba como Alfredo la besaba y sus manos buscaban sus senos. Ella lloraba y su madre la consolaba. Le pedía que se enamore de Darío, que es hombre serio.

CAPÍTULO VII “Intermedio De Amor Y De Recuerdos Felices ” Al paso del tranvía, Alfonso leyó un Cartel: ¡”Viva Tamayo”! Cami-naba y se encontró cara a cara con violeta. El venía de su oficina en donde trabajaba diez horas diarias en su máquina de escribir. Desde el principio quiso alejarse de Violeta y no pudo.

La invitó a comer chirimoyas en el mercado sur junto a la avenida Olmedo.

-¡Las más dulces, caserita, las más dulces!

-¡Estas son verdaderas de Puná!

-¡A tres por dos las sin pepa!

El padre de Violeta era un alto empleado de banco. Vivían bien. Alfonso iba a visitarla y tocar el piano. Tocó la serenata de Shubert que a su madre le gustaba cuando tocaba el piano que tuvieron que vender por la enfermedad de su hermana Carmela. Con el maestro Odilo Aguilar, violinista y Alfonso en la guitarra llevó una serenata a Violeta. A pesar de la oposición de la familia de ella a sus amores, él recibió una carta. “Querido: anoche, después que

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Las cruces sobre el agua hablé contigo, sentí que te quería más. No puedo vivir ni pensar ni leer; solo tu ocupas mi pensamiento, mi alma. Sin tu amor, no podría seguir. Todavía conservo en mis párpados tus besos. Te beso muy despacito”. Violeta Violeta y Alfonso se encontraban en el silencio.Ella y él evocaban viejos recuerdos desde su niñez. Vivencias de la hacienda que su padre administraba, los perros que cuidaban la casa. Mostró una fotografía en la que aparecía don Leandro y toda su familia. El evocaba cuando acompañaba a su madre a la iglesia de la Catedral; el hombre que pasaba en su casa. A su madre Leonor que cosía en su vieja “Selecta” y tocaba en el piano La Marcellesa. En los corredores de la casa de hacienda, el viento sabanero infl aba las cortinas como queriendo hacer navegar la casa. El sufrimiento de su madre por las mozas de su padre, que tenía en todos los pueblos y recintos; por eso le mandaron a matar muchas veces sin conseguirlo.

La ausencia del profesor que les enseñaba en la hacienda y tuvieron que educarse en la ciudad. Alfonso, recordaba de su madre viuda, que luchaba sola junto a sus costuras. Recordó que para una navidad a su madre el dinero de las costuras le alcanzaba solo para pagar un mes de arriendo de los tres que debían y no alcanzaba para el revólver que a él le gustaba; pero él le manifestó que ya el revólver no le gustaba sino un barco que lo iban a construir con Alfredo en un trozo de balsa. Era para no afligir a su madre. Cuando vino a la escuela, era una perfecta montubia.

Recordó a los Mendoza, una familia muy pobre. El día que al volver de la escuela, el frutero vendía ciruelas en la esquina de su casa. Germania una de las vecinas le pidió. Violeta... Dame. -¿Dame? Compra con tu plata - le dijo. A pesar que jugaban juntas. Después de reflexionar, le ofreció; pero Germania ya no quiso recibir. Al subir a su casa retuvo los sollozos, tiró el puñado de ciruelas en la mesa. Desde ese día, ella y sus ñañas llamaban a las chicas vecinas, quienes a la hora de comer, en su hamaca, solo cantaban el himno nacional.

La conmoción de Alfonso, cuando acompañó a su madre al cementerio para exhumar y poner los huesos en un solo nicho, al no poder pagar el alquiler de cuatro bóvedas. Al quitar la lápida y sacar el contenido de lo que aún quedaba se le erizó el cabello. Ver como termina: la vida, el amor y la música.

-¿A qué seguir si es así el fi nal?

-¡Alfonso! ¡Cómo hemos conversado!

- No hemos sentido las horas. Conversaban los dos, en compañía de Luisa y de Jorge, su novio. Alfonso no atendía la charla. Frente a él, Violeta se

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Joaquín Gallegos Lara mecía en un sillón. Luisa se volvió de pronto: -Vean, vean a la galla esa.

Violeta se levantó rápidamente y se asomó. Cuando Alfonso se acercaba, le puso las manos en los hombros, deteniéndolo, rió: -No, usted no ve eso. Eso no ven los niños.

-Es una vecina de la casa del frente, que se pasea medio desvestida, con las persianas abiertas. Ajá, ya sé. No me interesa -¿No tocas piano?

La música vino una vez más a identificarlos ardientemente.

CAPÍTULO VIII “Los Barrios Silenciosos” Doña. Petita cuando recogía la ropa almidonada como de leche, recibió la visita de su comadre María, madre de Moncada, que venía a que interceda por su ahijado Jacinto Moncada que estaba preso, para que no le manden a la colonia presidaria de Galápagos, o a la cantera a picar piedra y que lo iban a retratar entre los mañosos. Petita se quejaba que los bachiches de “La Florencia” se apoderaban de todas las casas y solares del entorno. Que este año no iba hacer Nacimiento.

-¡El primero desde que soy Petra Martínez! -dijo.

Petita era joven cuando se metió con Pareja. El blanco, rubio, de ojos aleonados, ella negra carbón, le cuidó cuando el tranvía le cortó la pierna derecha, cerca de la ingle. Desde entonces andaba con una enorme muleta, era corpulentísimo, vestía saco café, pantalón blanco y sombrero.

Los domingos hacia pasear a Juana de Jesús, su mujer y a los chicos. En el patio vecino unos amigos cacaoteros conversaban. No había embarque.

“Gallinazo”, que así apodaban a uno de esos cacaoteros, meditaba en una serie de cangrejadas: que con los cuatro sucres diarios que ganaba le alcanzaba para todo, hasta para echar trago y ahora debía tanto a todos, que ya nadie le fiaba. Lo que le sucedió al loco Becerra cacaotero como él, que regresaba a la madrugada a su casa y sorprendió desnuda a Julia, su mujer, que le traicionaba con el gordo Fantasía, cobrador del arriendo a quien debían seis meses y que el gordo quedó a pagar si le dejaba entrar.

Becerra cogió el cuchillo y logró solo herir al gordo.

Fantasía por eso fue a la cárcel.La negra Dominga dueña de la pulpería a muchos indignaba por no querer fiarles. Cirilo era viejo y no se ocupaba de semejante espantajo. El tenía a Rosa quien le atendía porque se moría

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Las cruces sobre el agua con su tos.Rosa era acosada en la calle, cuando iba a la tienda “La Estrella” -frente a la cárcel- o donde una amiga que tenía un puesto de carbón.

Tenía que cruzar el potrero y el Camino de la Legua que eran lodazales y yerba alta que tapaba hasta las cabezas de la gente. A cuantas mujeres y muchachas les habían hecho fusílicos. Rosafue criada en una casa de blancos a puntapiés y cocachos. A los doce años fue abusada por el hijo de los patrones, fue despedida y acusada de arrastrada y volantusa. Rodó de casa en casa. Se largó con un policía que la mantuvo con palizas. Por contagio fue al hospital; dada de alta Cirilo Santiana la recogió desmayada de hambre, a la puerta del panteón. Le hablócon dulzura, le dio de comer, no exigió nada. Ella en respuesta, cocinó, lavó, cosió para él. Lo quiso como quieren los perros. Los modestos y humildes barrios de Guayaquil.

Fue llevado al hospital Calixto Romero, el asilo de tísicos, era el zaguán de la muerte. En la balsa Cuero Duro hacía lo que le mandaban, sin cobrar jornal ni propina, solamente por la comida. Llegó del campo.

Descalzo, con ojos de buey manso, bigotes achinados y gestos lentos.

Había venido a quedarse porque en su tierra no hay trabajo a causa de la escoba de bruja..... la peste ..... el cacao se acabó. Franco “El Paiteño”, recordó a muchos montubios quedados en la ciudad. Cargaban en el mercado, comían guineos y nada más. Aurea, inquieta, miró el reloj dio las ocho. Seguro que su marido andaba bebiendo. Gabriel era capitán asignado a la Segunda Zona Militar. Mandó a Zoila a ver si venía el carro urbano, ante la resistencia, le dijo: -¡Anda, so mierda! chispeando sus ojos azules.

-¡Que se fuera al diablo Gabriel con todos los piojosos ofi ciales con quienes bebía! Gabriel era sobrio, cuando hacía guarnición en Riobamba se dio a embriagarse. Ella la quería, pero no estaba dispuesta a aguantarle borracheras. Cuando venga tragueado no dormiría con ella ni le tocaría un dedo.

Se conocieron en Portoviejo, donde ambos nacieron. En vestidos de baño, con sus cuerpos salpicados de lentejuelas de gotas de agua, y los cabellos de betún de él, de oro de ella. La luna de miel pasaron en una hacienda de la madre de él. De subteniente fue ascendido y destinado a Loja. Vagaron los nueve años por cinco o siete ciudades. Era una vida de gitanos. En Riobamba aprendió a beber.

Ascendió a capitán lo adjuntaron al grupo de Estado Mayor de la Zona Militar de Guayaquil. El general Panza, Jefe de Zona, era un serrano chupista insigne.

“Tubo Bajo”, Pancho “Loco” y el “Chino” Sánchez, hacían plantón con sus carros en Ballén a la luz del farol. Presentían que iban a llegar los “Sello

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Joaquín Gallegos Lara Rojo”. Tubo Bajo antes de ser chofer vendía tortillas con su madre, le quedaba tiempo para estudiar, cargaba costales de maíz. Entró a servir en una casa, al tercer día regresó con el cuerpo acardenalado y la boca hinchada. Para no volver, contó que el niño le pegó por no querer prestarle su horqueta de algarrobo. El en cambio le sacó chocolate de la ñata. La mama gritaba como clueca y el taita le cayó a patadas. Los autos en las calles era un peligro: Arrollaban perros, chanchos y muchachos. Dominaban en verano y levantaban polvo. El imperio terminaba al llegar el invierno; los carros que se arriesgaban a rodar fuera de las pocas calles pavimentadas del centro, iban a clavarse en algún fango. Los más conocidos eran: el Chino Pedro, Gerardo el Viejo, Vaya - Vaya, Seloguardo, Gringo Viejo, Cacapicha, Schaffry, el Gato Pagés y el Negro Waterloo. Tubo Bajo se vio de pronto en un mundo de palabrotas, borracheras, golpizas y velocidad.

La catástrofe vino cuando los señoritos aprendieron a conducir. Ellos también se sintieron dueños del mundo. Los autos en sus manos se volvían monstruos devastadores: mujeres levantadas a la fuerza eran violadas; se apaleó a transeúntes; se asaltó fiestas de las de arroz quebrado.

Aristócratas mozos, sostenían la ola de violencia. Ellos organizaron la “Liga Sello Rojo”. Los choferes de autos de alquiler tuvieron la “Sello Gris”. El pueblo respondió violencia con violencia y organizó: “Los Corta nalgas”.

En la lucha a muerte la peor parte llevaron los niños. Muchos quedaron marcados. Ante aquello empezaron a sacar revólveres. Alfredo de regreso de Lima de dos saltos traspuso la plancha. Lentamente se arrimaba al muelle el cuerpo de ballena muerta del pailot. Vio a su viejo con la cabeza más gris; a su hermana Flora, espigada; a Juancito hecho un hombre y a Magdalena gorda fofa. Alfonso con la barba fuerte, rasurada. También él se había terminado de construír hombretón, con pectorales bombeados. Se despidió de su tío. Deseaba trabajar con su padre en “La Cosmopolita”. ¡Todo Baldeón es panadero! -decía. Juan le hizo saber que ya no hay Cosmopolita; ahora se llama “La Flor del Guayas”. El viejo Rivera le quitó por estar atrasado en los pagos. Alfredo caminó a la covacha de su niñez, de la plazuela Chile. Juan la volvió arrendar por los recuerdos que tenía de ella. Padre e hijo salieron a rodear el barrio, preguntó por Leonor, la muchacha que dejó cuando se fue a Lima. Seguía viviendo al lado de la caballeriza de “La Florencia”.

Alfredo llegó a la casa de ella, estaba en el balcón, abrió los ojazos y abrió la dentadura en la penumbra. Se miraron ojos a ojos.

-¡Alfredo! ¡Mamá, si es Alfredo! -y se hechó a llorar en su hombro. La señora

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Las cruces sobre el agua Panchita, lo hizo entrar: la lámpara el portaretratos, la mesa, las viejas sillas eran antiguas amistades. Cuando la tomó sus blancas manos, pensó que eran las de Victoria, la blanca de su niñez que la llevaron con bubónica.

CAPÍTULO IX “Puerto Duarte ” Antonio, acompañado de Alfonso y Violeta, acudieron a la escuela para presenciar el examen de Carolina su esposa, quien enseña en primer grado.

Alfonso quedó impresionado de la manera efectiva de enseñar de Carolina.

Antonio hablaba de sus preocupaciones: la política del país, la actividad obrera, la miseria de aquel año. A España no podía regresar, ya hechó raíces aquí.

Amaba esta tierra y a su pueblo sufrido. Los estragos de la Primera Guerra Mundial en Europa habían caído como chispas en América ese año (1921).

Antonio presagiaba cosas terribles en la ciudad debido a la crisis. Leonor miraba a Alfredo, con angustia tragándose el llanto. En su barriga llevaba el hijo que iba a nacer en Navidad. Su marido había renunciado el trabajo en la panadería de Rivera, ante el anuncio de rebaja de jornales. ¡Cuarta en ese año!. Para tranquilizarla se sentaron en la hamaca.

-Nacerá en Navidad.

-¿Qué nombre le pondremos?

-Si es hombre, el mío; si no, el tuyo. Cuando Alfredo se fue a Lima, su unión corría el riesgo de romperse. Darío se hizo asiduo a casa de Leonor.

Doña Panchita insinuaba a su hija que acepte a Darío. Ella nunca hizo caso.

Leonor se fue con su zambo, sin casarse ni nada, al departamento que él arrendó. Después vino a vivir con ellos doña Panchita. Allí el amor y los días le habían llenado el vientre y los ojos. Alfredo atrajo con la pala la brazada de pan. Olía bien. Salía para dos canastas que su socio el Samborondeño llevaba a vender una canasta en cada brazo. El Samborondeño también fue obrero en “La Cosmopolita”. Supo que Alfredo le botó el trabajo al viejo Rivera y lo fue a buscar. No consiguió trabajo en ninguna parte y de nada. El Samborondeño rehabilitó las instalaciones de una pequeña panadería abandonada por su madre Mercedes Reyes años atrás.

La mujer de Alfredo y la señora Panchita acomodaron el destartalado rancho y se acomodaron allí. Debido a la crisis su socio cada día vendía menos pan. Alfredo iba a conversar con su taita. En esa covacha y las de otros barrios, había obreros, trabajadores y empleados botados de sus trabajos debido a la crisis.

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Joaquín Gallegos Lara -Vecinita ¿Me presta unos pedacitos de carbón? ¡Jesús! Hoy no he prendido ni candela.

-Dos noches ya que acuesto a los chicos sin verde asado ni café puro siquiera. Leonor y él esperaban a su hijo como el juguete de Navidad que les pondría el Niño Dios. Nacerá en diciembre igual que él. En la ciudad morían los gatos. Los muchachos rebuscaban en pandillas, abundaban los mendigos. Los varones eran rateros y las chiquillas mecas. Una pordiosera tuerta, se acostaba, echándose encima al mayor de los chicos de la pandilla. ¡Alfredo se resolvió: iría a buscarlos!. Altas estrellas se quemaban en el horno hondo que era el cielo sin viento. Se lamentaba que su gremio anduviera aplanado. La paralización hizo sentir la escasez de víveres de la sierra. Pararon los tranviarios y basureros.

Era día de difuntos aprovecharon para ir de romería al cementerio a comer mazamorra morada y ofrendar coronas de papel picado a sus deudos. Todos estaban en las calles. ¿Y los panaderos?.

Le sonreían aceitosos amigos de los talleres mecánicos, el Pirata, Meza, el tímido Daniel y hasta el mismo pejesapo de Malpuntazo. Envidiaba los cuerpos de matapalo grande de los cacaoteros. Las cigarreras también habían plantado. El martilleo de las construcciones calló. ¿Y los panaderos? ¡Todos ante la vida esclava, los salarios ínfi mos y el hambre, levantaban la voz y la mano exigiendo vivir! La Planta Eléctrica y la de Gas pararon.

Alfredo decidió ir hablar con los de su gremio. Golpeó la puerta de la chingana de Anormaliza, allí se reunían los panaderos a jugar y a tomar café, al salir con desvelados ojos de lechuza.

-¿Qué hay del paro? -preguntó Baldeón.

-¡Al fi n se resolvieron a ser hombres!

Voces entrecortadas por la embriaguez se escucharon. ¡Tómate este lapo, si eres hombre Baldeón!

-¡Lo tomó porque mañana no demos la pata a torcer!

-¡Lo tomó por el paro hasta ganar o hasta morir!

CAPÍTULO X “Fuego Contra Pueblo ” Alfredo estaba sentado en la mesa del comité de huelga: representaba a los de su ramo. La reunión era dentro de la Sociedad de Cacaoteros “Tomás Briones” y fuera en la oscura plazoleta de San Agustín, la muchedumbre se estriaba de impulsos, con la unanimidad de las espigas de arroz en las vegas.

Alfonso, como gato en tempestad, estaba con sus ademanes espantadizos

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Las cruces sobre el agua y seguros. Alguna vez Antonio le había dicho que solo encontraría su propia alma y su propia música en su pueblo. Unicamente el pueblo es fecundo.

Las palabras pueblo y libertad las aprendió en los libros de Montalvo.

Pensó en don Leandro, el padre de Violeta, cabalgador de la sabana y hoy como desterrado en la ciudad.La agitación de este instante aprendía a encontrar la patria en el pueblo. Su amigo Baldeón le dijo una frase que la oyó en Lima: -¡Los que se avergüenzan de ser pueblo, no son hombres!.

La multitud tenía alma, tenía alas. Acaso Alfonso volaba con ellas. El zambo, quemándose de ansia, olfateaba la derrota. Meses antes, Alfonso había hecho a Baldeón amigo de Antonio Sierra su cuñado, con él había aprendido a reflexionar. El paro carecía de unidad. Los independientes eran minotarios. Dominaban los viejos mutualistas. La huelga reclamaba mejores salarios, cumplimiento de las ocho horas de trabajo. Exigía al gobierno bajar la tasa de cambio. La causa real del hambre es que el dólar a subido de dos a cinco sucres. Los contrarios llamaban bolchevique a Alfredo. El los afrentaba de traidores. Dos dirigentes de la Confederación Obrera, se aseguraba, estaban sobornados por uno de los bancos de la ciudad. En las calles se oían gritos: -¡Pan es lo que hay que exigir!

-¡Qué suban el jornal esos caimanes!

-¡Queremos la baja del cambio!. En la asamblea Alfonso reconoció a Margarita.

Atraía la atención por lo pindados, sus labios, sus mejillas. Allí estaban las mujeres del Rosa Luxemburgo junto a las de otros comités. Brotaron gritos: -¡Fuera la hamaca Montiel!

-¡Esa meca profana la Asamblea!

-¡Anda, vete, Margarita al burdel de Generoso!. Alfonso cayó en cuenta del por qué del colorete de la antigua lavanderita de su barrio. Ella con el llanto al borde de los párpados tiznados, quebrando el brazo en gesto obseno, les escupió: -¡Maricones! . Gallinazo ante tanto discurso estaba arrepentido de haber ido. Manoteaba el hombro del “Loco” Becerra. Quien el día anterior salió de prisión. Gallinazo lo llevó a la asamblea de la plaza San Agustín; desde allí va arrancar la marcha.

-¡Al centro! ¡Al centro! Miembros de la Federación Regional de Trabajadores pedían no hacer la manifestación.

-¡Los presos! ¡los presos!

-¡A la gobernación!

Atrancando los zaguanes, chillaban.

-¡Cierra puertas, San Vicente lindo, cierra puertas!

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Joaquín Gallegos Lara Era demasiada gente. Nunca se había lanzado tanta gente de golpe a las calles. Gallinazo suponía que era todo Guayaquil, menos los ricos. La manifestación llegó a la plaza de San Francisco, Becerra y Gallinazo se ahogaban, confundidos en la gente.

-¡Allá están dando bala!

-¡Nos matan carajo! Eran vendedores de diarios, betuneros chicos, como hoy sus hijos. La marea de la multitud los arrastró -¡No son pacos, son milicos!

-¡Pupos del Marañón!

-¡Criminales del Cazadores de Los Ríos!. Había orden de fuego desde el gobierno para el general Panza; quien le dijo al capitán Basantes: -No me vengas con vainas cuando tengo que cumplir órdenes superiores.

-¡Los vamos a coger cagando, como dicen!

-¡Hay que comerse algunos, para que al resto se les quite las ganas de joder la pita!

-¡Si dizque lo que quieren es saquear, incendiar, tirarse a las mujeres!.

El capitán Mora, veterano de los combates de Tumbes, y el ofi cial Recalde escucharon el contenido del oficio llegado del Ministerio que leyó el general Panza. Gabriel quería intervenir para hacerle cambiar de opinión al superior.

Cogio del brazo a Mora, le sopló: -¡Si fuera contra los peruanos!Aurea la esposa de Basante era hija y nieta de viejos alfaristas que vencieron a los godos del obispo Shumaker, un fraile gringo de moza y carabina. Panza alzó la mano y dio la orden al Jefe del Marañón. En la avenida Olmedo, rodilla en tierra, prepararon y apuntaron.

-Alerta a la orden de fuego... ¡Arrr!

El capitán Basante, alzó la voz, rugió, con el acento con que los tambores tocan prevención: ¡Ecuatorianos, no tiremos contra ecuatorianos!

-¡Pendejo! -gruñó el ofi cial del pelotón. El tiro de pistola zumbó. Pero, al caer Gabriel, doblándosele las rodillas, en su boca varonil, sonreía a la muerte.

Trescientos desarrapados jadeantes, de rostros de ladrillo recibieron la descarga. Franco “El Paiteño” le confi ó la balsa a Cuero Duro para que cuide a su vieja y a su zamba.

Las aguas mecían las canoas como hamacas, como mujeres. Cuero Duro se acordó de ir a comer en la chingana de la viuda de Garrido, quien le sirvió lo que había., solo las tres cositas de Piura: pan, queso y raspadura. Oyó las rachas de tiros, parecía por el Paseo Montalvo. Los rurales colgaban a los peones de los dedos, quemaban las chozas. Allá de donde venía Cuero Duro.Becerra prometió que si salía de ésta, le llevaría manda a Yaguachi a San Jacinto. Gallinazo le replicó; que debía llevarle de

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Las cruces sobre el agua manda lo que le estaba faltando: un corazón. A Gallinazo le atormentaba su conciencia por haberlo llevado al Loco Becerra. Del fondo de todas las calles avanzaban soldados disparando.

-Están sacando revólveres en la calle Pichincha.... de las tiendas.

-¡Vamos para allá, carajo!. Sobre el pavimento, yacen cien, trescientos, quién sabe cuántos muertos y heridos. En vano soñaron con armas, fueron sorprendidos en los almacenes entre descarga y descarga se iban apagando los alaridos de misericordia de los atrapados. Gallinazo, buscó al Loco Becerra, ya no lo encontró. Se encomendó a la oración del Justo Juez, plegaría de los perseguidos.Se acordó del Gran Severo Villamar, que en campo abierto se les hacía humo a los rurales. Debajo de una canoa, en Playas de Vinces, fue que pudo matarlo Barcia Pico.

-¡A la Bomba! ¡A la Belisario, hermanos!

-¡Ayudante! ¡Ayudante Malavé! ¡Amparo! ¡Amparo!

-Pasen y suban al otro piso aquí no entra ni el Papa -Entréguenos enseguida a esos ladrones -le gritaron diez fusiles.

-No son ladrones ¿sabe? Es el pueblo.Enrique, tío de Alfonso le hizo saber que tenía información creíble, de la orden del gobierno de darle bala al pueblo. Va a haber muertos para imponer el orden. Aconsejaron todos no salir a Alfonso; pero él tenía que avisar a Alfredo en Puerto Duarte.

El gobernador ofreció soltar a los presos.

-¡A la policía! ¡A la policía! En las calles chispeaban azulados los fogonazos. Gritaba la descarga en sus oídos.

-¡Hemos sudado, mi teniente, con estos pendejos! ¿Para botarlos al agua es que les hemos acarreado acá a la orilla?

Era un por si acaso una exhumadera, no hallen tantos en el panteón.

-Pero van a fl otar- ¿No ve que para eso, antes de largarlos, les abrimos la panza?

-Alguien quiso gritar. Gritó.

-¡A mí no, que estoy vivo!

CAPÍTULO XI “El Útimo Viaje De Alfredo Baldeón” Alfredo se hamaqueaba en su ranchito de Puerto Duarte. Lo atrajo por el talle. Leonor le hundía los dedos en el cabello. Grupos de panaderos recorrían los locales, cuidando que no metan rompehuelgas. Alfredo y el Samborondeño oyeron el aullido de un perro mal agüero. Le hago la contra.

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Joaquín Gallegos Lara -Estás jumo. Vete, anda a dormir.

-Le dijo Alfredo. Alfredo estaba dispuesto irse a vivir al monte con su mujer.

Ir a Daule; pero sería después que nazca el hijo de ambos. Alfredo decidió salir. Le pidieron que no lo hiciera.

-Ha de ser una de las últimas veces. Ya el paro se está acabando.

De pronto decidió no salir. Llegó el Samborondeño, con la cara chorreando sudor -Y dijo: Alfredo. Los compañeros te mandan a llamar....

Leonor no necesitó preguntar. El le puso la mano en el hombro.

-¿Qué van hacer Alfredo? ¿Vienes prontito?

-Nada, nada, Leo. Prontito.

Hasta luego. Salió mirándola el vientre, ella sonrió, él se llevó la sonrisa. Los obreros le aguardaban en la esquina de La Flor del Guayas.

Adentro estaban los rompehuelgas y pacos con rifl es. Al entrar Rivera gritó, gangoso. -¡A Baldeón desgraciado! ¡Debías de ser vos! Alfredo lo sentó de un empellón.

-¡Me jodieron! -gritó el Samborondeño. En la camisa pringosa, se extendía la rápida araña de la sangre. Alfredo bajó el botellazo, el cráneo dio un gemido de madera astillada. Cayó el clase junto al Samborondeño. Alfredo ordenó llevar el cuerpo del Samborondeño a la casa de su viejo para velarlo.

En las calles, grupos dispersos corrían para el Astillero.

-¡Baleo! ¡Baleo! ¡Están matando a la gente! ¡Quien le hubiera dicho que acabaría así el paro!

En la desesperación estallaron gritos: -¡A las tiendas de armas!

-¡A coger revólveres!

-¿Y vamos a romper las puertas?

-Eso es saqueo -¡No mierda: es defensa!

-¡Solo revólveres y balas! ¡Nadie me toca más nada! -roncó Alfredo -¡Una gran perra! ¡Hasta las balas se conspiran!

No coincidían los calibres. La tropa llegaba disparando a tres pasos de Alfredo, quien se satisfacía de poder devolver golpe por golpe, muerte por muerte. En la entrada del parque Montalvo se doblaron dos de los panaderos. Frente a La Vienesa cayó Mosquera, sin soltar una queja.

Ordóñez, agotados sus cartuchos, tiró el rifl e, más no abandonó al amigo.

Alfredo seguía disparándoles, era uno contra treinta. Los proyectiles le zumbaban, raspantes, a los lados. También fue corazonada al venir, mirar el vientre de Leonor, donde latía su hijo, al que no conocería; corazonada,

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Las cruces sobre el agua traerse la callada sonrisa con que lo despidió. Por ella y por el chico nada más le importaba. Pues él sabía por qué moría: e iba contento.

Libre escogió su camino. Otros lo seguirían mañana. Dejando cerros y cerros de muertos, el pueblo continuaría adelante. Quisiera conversar de esto con Baldeón su viejo, con Alfonso su hermano. ¿Por qué no le acertaban? Ya le disparaban del pedestal de la estatua, a diez pasos. Entre descarga y descarga, podía hacerse oír. Al abrir la boca para insultarlos, el balazo le apagó el grito: el golpe seco en la garganta, sin tocar los dientes, lo precipitó en las tinieblas.Sentada a la puerta de su cuarto, se sacaba los piojos con un peine de cacho. Adentro, en el catre Santiana tosió.

La tos lo golpeaba como si su pecho fuera de madera.Ultimamente ya no escupía sangre. Talvés ya iba a mejorarse. Rosa iba donde la negra Dominga, por las noches, con pretexto de ganar algo, ayudándole a coser.

En la trastienda de la pulpería, ambas se acostaban con peones de las canteras vecinas. Rosa lo hacía por él, pero si él lo supiera la botaría. ¡Preferiría perecer como perro en basurero, lo conocía, antes que tocar nada de esa plata!. Los milicos habían entrado ya al potrero, correteando a los huidos y forzando a toda mujer, hasta a las doncellas.

- A la gringuita, la hija del italiano de la otra pulpería, que es niña, la han acostado como diez en el patio. Rosa cogió a Cirilo rodeándolo con una cobija y se la hechó a la espalda. Si no pesaba, era hueso y pluma, como los chagüices. Tomaron el camino de La Legua, podían atravesar los lodazales de marea baja del Salado y esconderse en los algarrobos, en la sabana.

Pepina se arrepentía de haber salido. Con felicidad, el baleo no le sorprendió en la calle. Allí donde las Moreno no había temor. Lo que le inquietaba era el padre. ¿Dónde le habría cogido la bulla? Toda la familia procuraba calmarla. Las hijas de Enrique se quejaban: -¡Tres días sin leche, papá! ¡Dizque en las balsas regaban al río los tarros que llegaban!

-¡El populacho alzado!.

Negras jetonas desde el arroyo les gritaban a señoras, a damas: ¡blanca, pronto vendrás a ser tú mi cocinera!

-¡Han de ser exageraciones! suavizó Pepina.

-¡No, crea, niñita! -replicó don Enrique -Nuestro pueblo es bueno, pero es bruto. Y ahora lo azuzan los anarquistas y los políticos.¡Si no se hiciera lo que se está haciendo, que sería de las

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Joaquín Gallegos Lara familias!. Pensaron en la ausencia de Alfonso. Gloria observó.

-El mismo tendrá la culpa si algo le pasa. Por mi tía Leonor es de sentir.

Saltó Pepina: -¡Tu primo es un gran muchacho y un artista! ¡Sería una lástima!.

El tiroteo se acercaba a dos cuadras tal vez.

-¡Papá! ¡papá! ¡Han matado a Pepina!

Tendida, recta se hundía en negros abismos. A su padre lo llamaba.

Pronunciaba su nombre. Junto a ella se extinguía Alfonso, también muerto.

-El balazo le ha atravesado el pulmón derecho.Con Alfonso se unían en la muerte. Pues no se habían amado. ¿No se habían amado?

-El doctor Heinert dice que vivirá. Gloria se inclinaba hacia ella, sonriéndole.

-¡Pepina, ñañita, qué angustia nos has dado!

-¿Dónde estoy?

-En mi dormitorio, en mi cama, no te muevas. Te hirió una bala perdida. Tu papá está aquí, en el cuarto de al lado. Ya viene.

-Oye, ñaña ¿por qué en el tiempo en que Alfonso iba todos los días a mi casa, nunca se me declaró? Gloria volvió la cabeza y la mirada, porque lo sabía. Alfonso buscaba afanosamente a Alfredo por las calles centrales, se dirigió a donde vivía Baldeón padre. El veterano se sobresaltó.

-¡Le ha pasado algo a mi zambo!

-No, pero no está en su casa. Salieron juntos. No pudieron hallarlo. Les salvó la vida el azar. Pero vieron matar. Fueron al hospital, esquivaron las patrullas. La soledad, la oscuridad.

-Suba, don Juan y averigüe. Yo voy hasta el panteón. Arriba había cavado una fosa ancha, a sus lados montones de tierra; al otro, los cadáveres.

-¡Acallen aunque sea a bala a esas gran putas!

-¿Quienes son?

-¡Madres y viudas! ¡Vienen a rodear las perras a sus perros! La mano de Alfonso estremeció la linterna. Echaban ya al hoyo los muertos. De pronto vio a Alfredo: su overol, su frente, su pelo. Iba a gritar, reclamándolo, cuando de ese cuerpo claro, distinto, brotó un gemido. Rápido le enfocó la luz: no, no era Alfredo; ¡pero no un muerto, no, no, no! El soldado también había oído: roncó: -Son quejidos o que jodes? -y aplicándole en las costillas la suela de la bota, antes que Alfonso pudiera intervenir, lo arrojó al hueco.

-¡Mire lo que hace! ¡Ese hombre está vivo! -gritó, sacudiéndolo del brazo.

-Más muerto o menos muerto ¿qué mierda importa uno de estos?

Fueron a la maternidad, a donde habían llevado centenares de heridos, revistaron filas de camas, tampoco.

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Las cruces sobre el agua -¡Hombre! -dijo un Barchilón-.

Deben ver, por si acaso, a dos que trajeron por heridos y que resultaron muertos. Los pusimos ahí abajo, hasta ver... En una ramada de cachivaches, entre santos de bulto, de madera apolillada, reposaban Mosquera y Alfredo. Mosquera tenía una enorme herida en el pecho. Un cuajarón de sangre se prendía a una de las comisuras de la boca de Alfredo.

-¡Mi hijo! ¡Mi zambo!. Vinieron los lloros familiares, la funeraria de Ricardo Ortíz, la noticia dolorosa a Leonor. Era ya media noche y en el duelo no estaba Leonor. La habían dejado malísima en la maternidad.

-Apenas supo que el zambo estaba en la sala, por más que se lo dijimos con rodeos, la agarraron los dolores... ¡Tu nieto ha nacido muerto! -le explicó su hermana Amalia -Juan dijo: -Nos queda todo él. Y ya no es solo su hijo y nuestro hermano: pertenece al pueblo. Lo que Alfredo enciende en el alma del pueblo, ya no se apagará.

Ni él ni ninguno de los que han caído esta tarde, muere en vano. El 15 de noviembre y la lucha de Alfredo quedaban grabados, como la mordedura del hacha en el tronco del guayacán: los lustros ampliarán su huella en las capas de los nuevos años. A las cinco de la madrugada, lo enterraron en el cerro, cerca de la tumba grande de los otros. Días antes, Violeta le había dicho a Alfonso acerca de la oposición de su familia a su amor, decía: que hasta le martirizaban.

Convinieron en que ella reflexionaría todavía.

Alfonso nada esperaba ya. Las mujeres que aman, por sus hombres, no solo abandonan a sus padres sino hasta sus dioses. De antemano había triunfado el yugo maternal. No lo asombró la carta que había recibido esa mañana en su oficina. “Alfonso: Esperas una carta mía. Ella no te llevará, como otras veces, la dulce persuasión de una dicha profunda y tierna, que latía en el ritmo de nuestros corazones y golpeaba lágrimas de emoción a nuestros ojos”.

“El ambiente grato y tibio de nuestras reuniones familiares ya no existe. Tu voz ya no resuena en esta casa, donde siempre aceleraba los latidos de un amante pecho. Hoy sólo estamos frente al más grande sacrificio de nuestras vidas. Y yo te exijo que seas fuerte Si el destino nos ha señalado víctimas, tenemos que afrontarlo con valentía, igual como defendimos nuestro amor. Le ofreceremos el silencioso sacrificio de dos almas, la mejor enseña del triste caminar”. “Quiero saberte sereno ante el designio de una voluntad que no es la nuestra. Cuando mañana se

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Joaquín Gallegos Lara haya callado el corazón, veremos que más grande es la llama de nuestro sacrifi cio que esas bellas horas de dulzura y regalo con que engañamos a la pobre esperanza alucinada”. “Soy una mujer que no vale la pena hayas puesto toda la ilusión de tu vida en amarme, ya que en la hora de prueba no he sabido ser rebelde y sustraerme al pupilaje de los míos. No me quieras; siente sólo una inmensa piedad por un ser débil y desvalido como un niño’”. “Llevo el signo de la cobardía: pero todo lo que te amé y te quiero, no lo mancilles con una maldición o un cruel rencor. Estoy sola como nunca, hostil frente al camino de esta mi vida con su cosecha de dolor. Te envío el manso ardor de mis manos que tanto amaste. Adiós. Violeta”. Regresó a la ofi cina como desenterrado del cementerio. Salió y pidió un teléfono: -Quiero verte. Decirte adiós es más que morir. La vos de Violeta le llegaba frágil, remota. ¿Dónde?. -Allí donde viniste esa ocasión con tu hermana, ¿a las cuatro? Violeta cruzaba por la calle Vélez. La contempló Alfonso llena de leve gracia. Se estrecharon las manos. -Nuestro imposible era más imposible de lo que creíamos.

-En este parque nos vimos por primera vez a solas.

-¡Y yo soñaba con la dicha, Alfonso, la dicha de tener una casa contigo, tener un hijo tuyo y mío!

-También yo soñaba contigo Violeta ¿Cómo pretender ser felices en un mundo en que reinan el hambre y la muerte?

-Ah, ya tengo que irme....

-¿Qué importa que yo te quiera? ¿No me has dicho tu misma adiós?

-¿Qué te habría dado de regalo de bodas?

Nada es mío en el mundo y no quiero que nada sea mío.

-Aporta esa amargura...

Te he querido por tí mismo, no por lo que tuvieras o no tuvieras.

-¿Nos decimos adiós?

-No soy yo el que hace que nuestros caminos se alejen opuestamente.

CAPÍTULO XII “La Esperanza ” Iba con lentitud, bajo la pesadez de los pensamientos. La campana de San Alejo, cuyos sones aleteaban en la llovizna sobre el parque Montalvo, despertaba en Alfonso remotos ecos.

-¡Otra vez estaba en Guayaquil! Tenía una semana de haber regresado, todavía tropezaba novedades. No en vano vuelan los años.

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Las cruces sobre el agua -Ñaño -bromeaban las hermanas.

-Que no vaya a pasarte como a Tama, ese que le decían Lord Caca, que al volver del extranjero, viendo a la mamá preguntaba quien era esa señora; y de los tamales, que eran esas cosas envueltas en hule.

-¡Descuiden, que yo soy montubio viejo! Alfonso viajó, llevando consigo a su madre, sus dos hermanas quedaron casadas. Todas las mañanas, desde que retornaron, dejaba a la madre mimando a los nietos, y salía a sentir la ría, a la Rotonda, que con sus follajes reemplazaba el malecón pedregoso de antes. El cisco de carbón de las callejuelas coloniales del barrio Villamil había desaparecido: no más Tahona, taller de Obando, casa de las cien ventanas. Se habían robado el viejo Guayaquil que dibujó Roura Oxandaberro. Tampoco quedaban nada de las quintas, hoy evocaba el salvaje atractivo de esos barrios esclavos denominados con los apellidos de sus amos. También como un sueño se había borrado La Legua, la Puerta de Zinc, el Hipódromo viejo, los tranvías de mulas, el puente de tablas del Salado, cambiado por uno de cemento que se llama Cinco de Junio.

Las ciudades viejas guardan recuerdos. Pero Alfonso Cortés, autor de música sinfónica que expresaba el destino y la esperanza de su gente, ejecutada en América. La ciudad contaba con cincuenta manzanas centrales. Unos cuantos parques, unos muelles y algunos edificios de mampostería. Seguía achatada en covachas y casuchas, sin agua y azotada de pestes. Subsistían intactos los tugurios de donde salió a reclamar pan y a recibir plomo, el pueblo ceñudo e ilusionado el 15 de noviembre de 1922.

En los calientes campos costeños, los hacendados y la Rural continuaban manteniendo a balazos la esclavitud de los montuvios, y más adentro, en la sierra, el acial caía en los indios. Su pueblo seguía a ciegas sin hallar su ruta. Ecuador con sus trabajadores oprimidos, sus juventudes asfi xiadas, su heroísmo aparentemente muerto.

Permanecía eso que al separarse le dijo a Violeta: una tierra en que reina el hambre y la muerte, donde aspirar a ser feliz es una canallada.

Llegó a la barandilla final. El Guayas hinchaba su rugoso lomo de su vaciante. Corría a volverse amarga y pura agua de océano.De repente, por el extremo de los muelles, Alfonso vio un grupo de negras cruces. Se erguían fl otando sobre boyas de balsa. Eran altas. Las ceñían coronas de esas moradas fl ores del cerro, que se consagra a los difuntos.

-¿Viendo las cruces, blanco?. Un zambo cargador, de cejas hirsutas y

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Joaquín Gallegos Lara desnudo torax nudoso, puso las manos en las barandillas. Alfonso se volvió.

-¿Qué signifi can esas cruces?

-¿Cómo, no sabe jefe? ¿No es de aquí?

-De aquí soy, pero he pasado algunos años fuera. -Ahí debajo -Ahí debajo de donde están las cruces hay fondeados cientos de cristianos, de una mortandad que hicieron hace años. Como eran bastantísimos, a muchos los tiraron a la ría por aquí, abriéndoles la barriga con bayoneta, a que no rebalsaran. Los que enterraron en el panteón, descansan en sagrado. A los de acá ¿cómo no se les va a poner la señal del cristiano, siquiera cuando cumplen años?

Entonces, Alfonso reparó en la extraña coincidencia: ese día era 15 de Noviembre.

-¿Quién las pone?

-No se sabe, alguien que se acuerda.

-¿Las ponen siempre?

-Todos los años, hasta hoy ni uno han faltado. Las ligeras ondas hacían cabecear bajo la lluvia las cruces negras, destacándose contra la lejanía plomiza del puerto. Alfonso pensó que, como el cargador lo decía, alguien se acordaba. Quizás esas cruces eran la última esperanza del pueblo ecuatoriano.

A pesar de los años transcurridos, subsistían las casas de madera y enquinchadas de caña.

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TALLERES

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TALLERES

Novela:

“Las cruces sobre el agua” Joaquín Gallegos Lara

En relación con el autor de la novela “Cruces sobre el agua” escribir: Nombre delAutor:_________________________________________________ Nacimiento: Lugar: _______________________________________________ Fecha: ________________________________________________________ Educación:______________________________________________________ ______________________________________________________________ Juventud ______________________________________________________ ______________________________________________________________ Acontecimientos de su vida ______________________________________________________________ Fallecimiento: __________________________________________________ Producción Literaria_______________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Aspectos importates del autor: Como escritor: __________________________________________________ Construcción de diálogos:___________________________________________ ______________________________________________________________ Los textos narrativos: _____________________________________________ ______________________________________________________________ La descripción: __________________________________________________ ______________________________________________________________ Lenguaje: ______________________________________________________ ______________________________________________________________ Características importantes de “Cruces sobre el agua”__________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Capítulo 1.- La Artillería Leer los párrafos y escribir lo que se pide: Escenario geográfico:_____________________________________________ Personajes que intervienen: ________________________________________

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TALLERES ______________________________________________________________ Análisis lexicológico.- Escribir el significado de las palabras: Basinero.- ______________________________________________________ Abromicos.- ____________________________________________________ Covacha.- ______________________________________________________ Ideas principales. ________________________________________________ ______________________________________________________________ Ideas principales del párrafo.

El pensamineto de Alfredo. _________________________________________ ______________________________________________________________ El amigo de Alfredo: ______________________________________________ ______________________________________________________________ Amigos de juegos: ______________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Lo sucedido a Segundo: ___________________________________________ ______________________________________________________________ Peste que atacaba a la ciudad: _____________________________________ Explicar el contenido de cada párrafo: ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Capítulo 2.- El primer viaje de Alfredo Baldeón Ideas principales del párrafo: _______________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ Capítulo 3.- Las Montiel Análisis de figuras literarias. Escibir la figura literaria que es Afiebrado sueño y entrañable amigo ____________________________ Significado de epíteto _____________________________________________ ______________________________________________________________

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TALLERES Leer el párrafo y escribir: En relación a: Juan: ________________________________________________________ _____________________________________________________________ Alfonso: ______________________________________________________ _____________________________________________________________ Alfredo: ______________________________________________________ _____________________________________________________________ Alfredo y Alfonso: _______________________________________________ _____________________________________________________________ ¿Quiénes era las Montiel? _____________________________________________________________ Relación sentimental: ___________________________________________ _____________________________________________________________ Emilio: _______________________________________________________ Describir como era una sala de cine en aquel entonces. _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Explicar el contenido del párrafo.___________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Capítulo 4.- Los apuros de mano de Cabra Dueño del taller: ________________________________________________ Trabajadores del taller: ___________________________________________ Origen de mano de cabra: Explicar el segundo párrafo: _______________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Personajes y Aficiones:___________________________________________ ______________________________________________________________ _____________________________________________________________ Capítulo 5.- La hermana Escribir el argumento del capítulo ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________ ______________________________________________________________

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TALLERES El episodio relacionado con Margarita _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Las ideas principales relacionadas con la invitación ___________________________________________________ _____________________________________________________________ Alfonso y Gloria: _______________________________________________ _____________________________________________________________ Afición de Alfonso: ______________________________________________ _____________________________________________________________ Carácter de Gloria: ______________________________________________ _____________________________________________________________ Capítulo 6.- El segundo viaje de Alfredo Baldeón Escribir la narración relacionada con Leonor _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Los acontecimientos en la hacienda _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Escribir un breve dialogo en relación con el párrafo ____________________________________________________________ _____________________________________________________________ ____________________________________________________________ Capítulo 7.- Itermedio de amor y recuerdos felices Escribir el argumento del capítulo relacionado con Alfonso y Violeta. _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Capítulo 8.- Los barrios silenciosos

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TALLERES Escribir una breve explicación de los capítulos _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Leer en forma comprensiva 2,3,4,5, 6 y 7 y escribir un resumen de cada uno en sus respectivos cuadernos.

Capítulo 9.- Puerto Duarte Escribir los acontecimientos relacionados con las partes 1.- ___________________________________________________________ _____________________________________________________________ 2,- ___________________________________________________________ _____________________________________________________________ 3.- ___________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ 4.- ___________________________________________________________ _____________________________________________________________ _____________________________________________________________ Capítulo 10.- Fuego contra el pueblo.

Lectura comprensiva y escribir un resumen de las partes 1,2,3,4,5,6 y 7.

- Analizar las figuras literarias principales.

- Seleccionar palabras del vocabulario y escribir oraciones.

Capítulo 11.- El último viaje de Alfredo Baldeón.

- Lectura comprensiva y escribir un resumen de las partes 1,2,3,4,5.

- Leer la parte número 6, analizar y comentar la carta de Violeta para Alfonso.

Capítulo 12.- La esperanza Leer en forma comprensiva la narración del capítulo.

- Escribir el argumento en sus cuadernos respectivos - Breve comentario con el regreso de Alfonso.

- Relacionar las ideas del capítulo con el título de la obra - Comentario y debate general

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ÍNDICE Créditos........................................................................................................ 2 Introducción................................................................................................. 2 Biografía del Autor....................................................................................... 3 JOAQUÍN GALLEGOS LARA................................................................... 3 Estudios de la obra...................................................................................... 5 Características Importantes........................................................................ 6 Personajes................................................................................................... 8 Figuras o recursos literarios........................................................................ 11 Figuras literarias.......................................................................................... 13 CAPÍTULO I................................................................................................ 18 CAPÍTULO II............................................................................................... 19 CAPÍTULO III.............................................................................................. 20 CAPÍTULO IV.............................................................................................. 21 CAPÍTULO V............................................................................................... 22 CAPÍTULO VI.............................................................................................. 23 CAPÍTULO VII............................................................................................. 24 CAPÍTULO VIII............................................................................................ 26 CAPÍTULO IX.............................................................................................. 29 CAPÍTULO X............................................................................................... 30 CAPÍTULO XI.............................................................................................. 34 CAPÍTULO XII............................................................................................. 39 TALLERES................................................................................................... 41

Cruces sobre el agua Joaquín Gallegos Lara

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CRUCES SOBRE EL AGUA

colección

obras completas

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Obras completas/videos/conferencias/talleres Estilística / Estudio crítico Visite canal educativo virtual / www.edupedia.ec Análisis literario / Talleres

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