LAS CABALLERESAS DEL SOL

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CABALLERESASCABALLERESASDELSOLDELSOLBiografÍasAmor•PasiónAnécdotasGloria•OcasoMujeresamantesemancipaciónamericanaBiografÍasAmor•PasiónAnécdotasGloria•OcasoMujeresamantesemancipaciónamericanaErmelAguirreGonzález

3 1 "LAS CABALLERESAS DEL SOL" Y LA INDEPENDENCIA DE GUAYAQUIL Manuelita Saenz LA LIBERTADORA Rosita Campusano LA PROTECTORA ERMEL AGUIRRE GONZ Á LEZ

"Las caballeresas del Sol y la Independencia de Guayaquil"

LAS CABALLERESAS

Gracias al notable escritor y poeta don Ricardo Palma, a través de sus célebres "Tradiciones Peruanas", tenemos referencias de nuestras hermosas compatriotas: la guaya quileña Rosita Campusano y la quiteña Manuelita Sáenz, acerca de la estadía en Lima - Perú, de estas dos damas caracterizadas por un sensible patriotismo a favor de la emancipación americana. Además de la importante contribución que las dos damas ofrecieron a favor de la campaña libertadora del sur americano; por cuyas razones el Protector del Sur, el general José de San Martin decidió condecorarlas con la honrosa distinción de "Caballeresas del Sol" . Ricardo Palma Poeta, escritor y literato peruano (1833 - 1919) "Las Caballeres del Sol", la guayaquileña Rosita Campusano y la quiteña, Manuelita Sáenz, estaban radicadas en la ciudad virreinal de Lima - Perú. DEL SOL Y LA INDEPENCIA DE GUAYAQUIL

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ROSITA CAMPUSANO ERMEL AGUIRRE GONZÁLEZ

La distinguida y apreciada dama porteña, cambió a su primer amante con el que viajó a Lima, por el general Domingo Tristán, oficial del ejército realista español, acuartelado en Lima; pero a su alrededor, de la dama guaya quileña daban vueltas, como el colibrí al néctar, importantes mancebos entre ellos: el general cuencano José La Mar y el general Tomas de Heres, que comandaba el Batallón "Numancia" y que cus todiaba la Plaza limeña; pero ambos oficiales bajo órdenes de la corona española; cuya atracción física y senti mental de los militares realistas, la hermosa y apasionada patriota supo aprovechar para obtener información estratégica y confidencial, para luego ser pasada a los oficiales del ejército patriota acampados en Huaura, en los alre dedores de Lima. El general José de San Martín, conoci do como el Protector, no disimuló su atracción a los encantos de la guayaquileña Rosita Campusano; pero, par co y reservado en sus actuaciones no dio motivos de escándalo, a pesar de haber sucumbido a sus encantos y tampoco, jamás se paseó en público con su amante; pero su relación era tan conocida que pronto ella también fue bautizada como la Protectora.

Rosita Campusano, nació en Guayaquil, (1796), fue bautizada el 31 de mayo del mismo año de su naci miento por el P. Manuel Páez. Su padre f ue don Francisco de Herrera Campusano y Gutiérrez; un criollo distinguido e hijo del español el capitán de infantería que llegó a ser Gobernador del puerto de Guayaquil. Rosita a pesar de ser hija ilegítima recibió una esmerada educación en el más selecto convento de la Perla del Pacifico.

A los 18 años se trasladó a Lima, como compañera de un rico comerciante español, que le doblaba en edad y con quien se instalaron en una gran mansión ubicada en la calle de San Marcelo, a poca distancia de otra Rosita(1796Campusano-1851)

5 mansión en donde habitaban el doctor Jaime Thorne y su esposa la quiteña Manuelita Sáenz; cuyas familias vivían con especial lujo y rodeadas de la más exigente sociedad limeña; la misma que estaba formada marqueses, con des, militares y hasta por el mismísimo virrey del Perú, José La Serna.

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Manuelita Sáenz

Nació en Quito, el 27 de diciembre de 1797; sus padres de ascendencia es pañola y posición distinguida y aco modada. Para que la niña tenga com pañía, su padre Don Simón Sáenz de Vergara, compró una "negrita esclava" del Chota: Jonatás, cuatro años mayor a Manuela, quien resultó fiel y la mejor compañera en toda su vida. Cuando Manuelita entró en su juven tud, se inclinó por la causa emancipa dora de la independencia americana, de la cual simpatizaba, también su madre Yedra María Joaquina de Aispuro; no así su padre, quien odiaba a los patriotas insurgentes que seguían las ideas del mestizo de oro, Eugenio Es pejo; produciéndose un gran problema familiar con ideas divididas, además del hogar; pues, su padre vivía con su pro pia esposa, puesto que Manuela, nació de la relación clandestina de sus padres.

10 de agosto de 1809 2 de agosto de 1810 Manuelita Sáenz, en Quito, le tocó vivir los acontecimientos relacionados con el 10 de agosto de 1809 y también los sangrientos hechos de sangre ocurridos el 2 de agosto de 1810; además de toda la agitación política que se vivía en las calles y Ante los momentos de agitación y el clima de inseguridad y zozobra: Manuela acompañada de sus dos esclavas de color: Jonatás y Nathán, otra negrita, también regalo de su padre y de la misma edad que élla, fueron enviadas a la hacienda familiar llamada "Cataguango", ubicada en el valle de los Chillos (cercano a Quito); allí aprendió a montar a caballo, hacia grandes caminatas, respiraba el aire fresco del lugar.

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1816, se trasladan el Dr. Thorne, esposa Manuela y sus dos inseparables esclavas Jonatás y Nathán a Lima (Perú) para fijar su residencia después de haber vendido las pertenencias de Thorne en Quito a Don Simón Saénz, padre de su esposa Manuela.llegara la ciudad virreinal, Ma nuela se mostraba feliz; pués, a ella le gustaba la aventura, las emociones, etc. De inmediato se relacionó con familias de buena posición y alcurnia; allí conoció a la guapa guayaquileña Rosita Campuzano; quien, después de intensos amoríos con comerciantes y militares se vinculó como la amante oficial del general José de San Martín, por cuya relación fue conocida como "La Protectora".

A pesar del distanciamiento de su familia, había una buena relación con su padre y sus hermanos José María e Ignacio, quienes militaban en el ejército realista al servicio del rey. Su madre ingresó a Manuela al Convento de Santa Catalina de Siena, en donde aprendió a leer, escribir, bordar, etc. Ejército realista.

Después, fue seducida por Fausto D' Elhmayor, oficial del ejército realista que la llevó a su lado por algún tiempo hasta que la devolvió al mismo convento. Era sobrino de Juan José e hijo de Fausto D' Elhmayor (descubridores del tungsteno) Por esa época había llegado a Quito el médico inglés Dr. James Thorne, de cuarenta años de edad y poseedor de suficientes recursos económicos; quien, al conocer a Manuela, decidió casarse de inmediato (1871) pero; debido a la diferencia de edad y de caracteres mútuos no compaginaron; sin embargo ella, mantenía una relación fingida y alternaba con el adulterio reservado y discreto.

Su madre enseñaba a rezar, a tejer, a bordar, a preparar pastelillos y m anjares, que M anuelita aprendía con facilidad, debido a su habilidad y clara inteligencia, la que resaltaba aun más su hermosura, por su blancura y su delicada tez, la que contrastaba con el color negro de sus ojos profundos y radiantes y el de su pelo de azabache largo y brillante.

Durante la amena y alegre reunión social t uvieron l a oportunidad de asistir selectos invitados pertene cientes a la más encumbrada sociedad limeña y confraternizar con los apuestos oficiales del "Numancia" , entre ellos: el General Tomas de Heres, Jefe del Batallón Numancia, quien además quedó prendado de la hermosura de la guayaquileña Rosita Campusano, invitada especial de su intima amiga Manuelita Sáenz y anfitriona de la reunión de gala; estuvieron también el Mayor Miguel Letamendi y los capitanes León de Febres Cordero y Luis Urdaneta.

El Batallón "Numancia" , pertene ciente al ejército realista al mando del General Tomas de Heres(1), y en el cual estaban enrolados 900 soldados contratados por la corona española para contrarrestar la independencia americana.

"Las Caballeresas y el Batallón Numancia"

LAS CABALLERESAS DEL SOL Y LA INDEPENCIA DE GUAYAQUIL (1) Después se pasó al ejército patriota y combatió en la batalla deTarqui, el 27 de febrero de 1824, en el nudo de Portete de Tarqui, provincia del Azuay.

El Batallón "Numancia"

El 2 de Diciembre de 1819, llegó al Perú el batallón "Numancia", com puesto en su mayoría por soldados españoles; allí estabá el capitán José María Sáenz, hermano de Manuela; a él, pertenecían también los oficiales venezolanos: León Febres Cordero, Luis Urdaneta y Miguel Letamendi.

Entre los oficiales que pertenecían al renombrado batallón, estaban los venezolanos: Miguel Letamendi, León de Febres Cordero y Luis Urdaneta y también el quiteño José María Sáenz, quien al enterarse de la estadía en Lima de su hermana (de padre) Manuelita Sáenz, decide visitarla en su casa y a cuya visita acudió junto a su compañero de armas el mayor Mi guel de Letamendi; en dicha reunión familiar decidieron organizar un "soiree" para celebrar el oportuno y afectuoso encuentro familiar.

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El virrey La Serna decide no dar batalla en la ciudad de Lima y más bien retira de las calles limeñas que custodiaban la ciudad y ordena retirarse a sus cuarteles.

Oficiales del Numancia se adhieren a la causa emancipadora

Entre flirteos, intercambios galantes, brindis afectuosos, al compás de ritmos de la época virreinal, colonial y limeña; nuestras solícitas coterráneas: Rosita Campuzano y Manuelita Sáenz, convencieron a los oficiales del "Numancia" para ad herirse a la causa emancipadora americana.Entrelosnuevos adeptos a la causa libertadora figuraban el general Tomás de Heres, Jefe del batallón y los oficiales: Letamendi, Febres Cordero, Luis Urdaneta y José María Sáenz (hermano de Manuelita).

Los mismos oficiales se encargaron de incentivar a la tropa del Batallón "Numancia" de apoyar a la causa independentista.ElgeneralJosé de San Martín, al conocer de este hecho extraordinario pudo entrar con su ejército al Callao y luego a Lima, sin mayor resistencia del ejército realista español. Tomás de Heres, Jefe del batallón. Luis Urdaneta.León de Febres Cordero. Miguel Letamendi.

El cual estableció la condecoración la "Orden del Sol", para premiar al patriotismo femenino por la causa emancipadora.Lasmujeresde la Presidencia de Quito (hoy Ecuador) que recibieron tan alta distinción, son las guayaquileñas: Rosita Campusano, M aría Aguirre Abad (esposa de Francisco de Marcos, vicepresidente de la Gran Co lombia, 1826), Mercedes Decima-Villa (esposa del Almirante Juan Illing worth) y la quiteña Manuelita Sáenz. A pesar de la gran valía de l as damas que recibieron aquella meritoriosa distinción no han sido reconocidas en su patria de origen.

General José de San Martín

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El general José de San Martin, llamado el Protector luchaba por la inde pendencia de los países americanos del sur (Per , Argentina, Chile). Momentos de la entrega de las banderas corres ondientes entre los comandantes de los e ércitos realista atriota. ara sellar la inde endencia is anoamericana.

El ejército del general José de San Martín, hace su entrada triunfal a Lima SOL Y LA INDEPENCIA DE GUAYAQUIL

El Protector del Sur, general José de San Martin, por decreto (11 de enero de 1822) las designó "Caballeresas del Sol", otorgándoles la Medalla de Oro a cada una de ellas, la cual estaba adherida a una banda roja y blanca, con la siguiente leyenda bordada en letras doradas: "Al patriotismo de las más sensibles".

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Rosita Campusano Rosita Campusano, residía en la ciudad virreinal (Lima-Perú) y era reconocida como la "Protectora" , por sus relaciones sentimentales con el general José de San Martin, llamado el "Protector". Gracias a la gestión patriótica de la guayaquileña Rosita Campusano y la quiteña Mauelita Sáenz, al haber convencido a los oficiales del batallón "Numancia", de adherirse a la causa libertaria americana, dicho ejército no hizo oposición y el general José de San Martín, líder del movimiento libertador en el Sur, pudo entrar a Lima sin necesidad de librar ninguna batalla.

El general José de San Martín, Protector del Sur, resuelve condecorar a quienes habían apoyado a la causa emancipadora; entre ellas: la quiteña Manuela Saenz y a la guayaquileña Rosita Campusano, gestoras en la decisión que tomaron los oficiales del batallón "Numancia" y quienes se encargaron de convencer a la tropa del mismo batallón, para adherirse a la causa libertaria. Más tarde, al pasar por Guayaquil, los tres oficiales venezolanos (Febres Cordero, Letamendi y Urdaneta) se unieron a los patriotas del puerto principal y alentaron a la causa libertaria que culminó con los acontecimientos del 9 de octubre de 1820, y consiguió Guayaquil ser libre.

Manuelita Sáenz

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Por este singular acto patriótico, tanto la guayaquileña Rosita Campusano y la quiteña Manuelita Sáenz, deben ser re conocidas por la historia ecuatoriana como las mujeres más importantes en la gesta americana; pues nadie más que ellas contribuyeron con su patriotismo a la causa libertadora - americana.

Los oficiales del batallón Numan cia, que llegaron a Guayaquil eran el mayor Miguel de Letamendi y los capitanes León de Febres Cordero y Luis Urdaneta; quienes,enterados que al llegar a su patria de origen (Venezuela) iban a ser reducidos a prisión, prefirieron no avanzar y quedarse en Guayaquil para apoyar la causa liberadora.

Cap. León de Febres Cordero Cap. Luis Urdaneta Mayor Miguel de Letamendi

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9 de Octubre de 1820 INDEPENDENCIA DE GUAYAQUIL

Sus habitantes anciaban la libertad Felices circunstancias contribuy eron e normemente a levantar el espìritu y acelerar el movimiento emancipador, como la campaña "Rosa de los Andes" (1819) al mando del comandante Juan Illingworth, que derrotó a la fragata española "Piedad" en el Golfo de Guayaquil. La llegada oportuna a principios de septiembre de 1820 a Guayaquil en tránsito para Venezuela, que era la patria de los tres oficiales del ba tallón "Numancia"; quienes, habían sido separados del ejército realista debido a sus inclinaciones a la causa americana.

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Debido a una bién planificada estrategia preparada por el Cap. León Fe bres Cordero, los patriotas se tomaron los cuarteles de las tropas realistas, al amanecer del día 9 de Octubre de 1820; la acción se produjo sin derra mamiento de sangre. León de Febres Cordero, mediante un ardid prepara do con el oficial Damián Nájera, invi taron al teniente coronel Manuel de la Torre Valdivia, comandante de la brigada de artillería a quién le gustaba el juego de azar, (naipe o baraja) el cual, al llegar a la casa de Nájera para el su puesto juego, fue reducido a prisión y despojado de las llaves del cuartel; al que pudo entrar Febres Cordero, con un pelotón del batallón "Granaderos"; cuyos oficiales apoyaban el movimien to revolucionario.

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Teniente Crnel. Manuel de la Torre Valdivia comandante de la brigada de Artilleria fue detenido por los patriotas en casa del oficial Insurgente Damian Nájera. El Cap. León de febres Cordero planificó la estrategia para el golpe revolucionario del 9 de Octubre de 1820.

El puerto de Guayaquil (1820). Este lugar corresponde al Palacio de Cristal, construído en el lugar del Mercado Sur. Guayaquil, era el puerto estratégico para la anciada libertad por su gran as tillero, sus abundantes recursos, sus buenos fondeaderos, su situación geográfica; y eran mirados con mucho interés por los libertadores, tanto el del Norte (Bolívar) como el del Sur (San Martín).Anteuna petición de la hija del tesorero Dn. Pedro Morlás, una niña de trece años llamada Isabel, convinieron en organizar un soirieé (baile) en casa del General José de Villamil; a la que acu dieron prestantes caballeros que abri gaban la causa emancipadora; también asistieron los tres oficiales del batallón "Numancia" recien llegados a la ciudad y algunos oficiales del batallón "Granaderos" del ejército realista que resguardaba Guayaquil.

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Mayor Miguel de Letamendi

El Cap. Luis Urdaneta se tomó el cuartel de caballería, cuyos oficiales estaban hablados y eran partidarios del golpe José Joaquín de Olmedo

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El Cap. Luis Urdaneta, se tomó el cuartel de caballería al m ando de otro pelotón y de un grupo de patriotas, cuyos nombres han pasado a la historia; ellos son: el Crnel. Francisco de Paula Lavayen, José de Antepara, Lorenzo de Garaicoa, Coronel Baltazar García y de la Rocha, Miguel, Manuel y Agustín Lavayen, Manuel Llona y José Ponce. De inmediato se organizó el go bierno provisional. El Dr. José Joaquín de Olmedo fue nombrado Jefe Político; la Junta de Gobierno quedó integrada por el Coronel Gregorio Escobedo, como presidente y jefe militar, y con los señores Vicente Espantoso, Coronel Rafael María Jimena y el Dr. Luis Fernando Vivero, como secretario.

Independencia de Guayaquil

Los patriotas Letamendi y Villamil viajaron al sur a bordo de la goleta "Alcance", para dar la gran noticia al general José de San Martín, a bordo de la cual, Villamil hizo su célebre procla ma: "Guayaquil por la patria", en base a la cual, se organizaron los ejércitos patriotas al mando de los oficiales venezolanos: Febres Cordero y Urda neta, para salir a luchar en el interior de la patria en favor de las otras ciu dades, que una a una fueron procla mando su Obtenidaindependencia.laindependencia de Guaya quil, que había tomado como postula do básico de su revolución el lema: "Guayaquil por la Patria" y lanzado por Villamil a bordo de la Goleta "Alcance"; los patriotas consideraron un deber impostergable liberar a los pueblos del interior; para lo cual, organizaron contingentes a órdenes de los militares venezolanos: Febres Cordero, Letamendi y Urdaneta; de brillante actuación en el movimiento octubrino. El primer gran triunfo obtuvieron en la batalla de "Camino Real" el 9 de noviembre de 1820.

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Campaña libertadora del interior Gral. Antonio José de Sucre Mientras que el ejército realista al mando de Aymerich tuvo que replegarse a Ambato. Las tropas patriotas, seguían muy cerca, por cuanto habían ocupado ya la ciudad de Guaranda y había declarado su independencia (10 de noviembre de 1820). El 11, se independizó Latacunga, Riobamba y Machachi; el 12, Ambato; 13 Alausi, el 18 Loja y el 19, Tulcán y el 26 Zaruma. Seguían en su avance hacia el norte para enfrentarse en un sangriento combate en Huachi (primero) con una mortal derrota para los patriotas que tu vieron que replegarse a Guayaquil para reorganizar el ejército.

Gral. Jose Villamil Los patriotas solicitaron refuerzos para la causa tista al libertador Simón cual, envió de inmediato: mando de l os generales M ires que llegaron con soldados, abundantes pertrechos y armas.

El Gral. Antonio José de Sucre, quien organizó su cuartel general en "Buijo" cerca al puerto principal. Desde allí organizó y planificó su estrategia militar para combatir al ejército realista y que después de muchos triunfos y derrotas consiguieron liberar como estado in dependiente de la Presidencia de Qui to, el 24 de Mayo de1820 en la inmortal Batalla del Pichincha.

A Rosita, Dios le concedió el goce de la maternidad y pudo procrear un hijo de nombre Alejandro y producto de sus amoríos con el comerciante Juan Weniger, dueño de un almacén de calzado en Lima.

16 14 LA PROTECTORA Y LA LIBERTADORA

Manuelita Sáenz, era quiteña, una dama desbordante de sensualidad, salpicada de caprichos, que gustaba de la aventura sin límites. El corazón de la guayaquileña, era un lago lleno de lágrimas producto de

Rosita Campusano, era guayaquileña, una dama adornada con delicados sentimientos y debilidades sensibles emanados de su propio feminismo.

A Manuelita, la divina providencia le negó el fruto de la descendencia, quien a pesar de estar casada con el médico inglés, el doctor Jaime Thorne (1821) y de sus apasionados amoríos con el Libertador Simón Bolívar (1822), Rosita Campuzano junto al Protector José de San Martín. Manuelita Saenz junto al Libertador Simón Bolívar.

inmensas tristezas represadas en el tiempo que le tocó vivir; en cambio el corazón de la quiteña era un volcán que emanaba fuego ardiente y volitivo capaz de incendiar todo lo que estaba a su alrededor.

Gracias al mismo Ricardo Palma, podemos conocer de una bien lograda descripción de las dos exuberantes mujeres: la guayaquileña Rosita Campusano y la quiteña Manuelita Sáenz, con cuyos datos de sus características me propongo entregar el paralelo de estas dos hermosas mujeres patriotas americanas.

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En cambio Rosita Campusano, fue abandonada en el peor momento por el Protector, el general José de San Martín, cuando la reacción de las fuerzas realistas se volvieron amenazantes y peligrosas.RositaCampusano, necesitó esconderse durante largo tiempo y en re taliación a la frialdad, incomprensión y desconsideración de su importante amante y protector, tuvo que desposarse con el suizo Adolfo Gravert (1823), quien había llegado a Guaya quil, atraído por sus ideas libertarias. Para ella fue la solución más oportuna, pues había perdido su casa, sus muebles, su biblioteca, documentos secretos relacionados con la emanci pación americana.

Diferentes destinos

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Rosita y Manuelita no vivieron la misma suerte: mientras la primera mantenía una relación clandestina con el Protector, el general José de San Martín; la segunda se convirtió en la amante pública y en la secreta ria confidente de la correspondencia del Libertador Simón Bolívar. Manuelita Sáenz, se volvió la amante y secretaria inseparable del Libertador Simón Bolívar, y cuando él se alejaba de ella, por motivos de impostergables políticas de estado; ella no soportaba estar alejada de su hombre, amante y héroe por mucho tiempo y por ini ciativa propia se enrumbaba para estar a su lado, no importaba la distan cia ni las circunstancias. Bolívar entra a Quito. San Martín entra a Lima.

El libertador Simón Bolívar, llegó a Quito (16 de junio de 1822) después del glorioso triunfo de la batalla de Pichincha y también quedó prendado de la espléndida mujer quiteña, con quien, después de una amena plática durante la fiesta de gala en homenaje al mismo libertador, se encendió en el alma de la pareja el amor cual una llama inextinguible y eterna la que no se apagará jamás.

La gallarda e imponente figura del general José de San Martín, montado en su brioso corcel dirigiendo a las tropas patriotas que luchaban por la libertad americana en el Sur del continente; por cuya razón era denominado "El Protector". A pesar de ser un personaje reservado y dueño de una parca y prudente personalidad supo mantener en reserva la clandestina relación con la hermosa guayaquileña Rosita Campusano.

Alejandro, el hijo de Rosita Campusano, vivía bajo la tutela de su padre y visitaba a su madre de vez en cuando, en su modesta habitación ubicada en los altos de la Biblioteca Nacional de Lima, en la que vivía su pobre madre, gracias a la misericordia del director de la misma el señor Francisco González Vigil. Ante la miserable situación económica, la otrora admirable mujer que vivió sueños majestuosos y compartió ha lagos y caricias con hombres de for tuna y otros de prominente prestigio.

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CABALLERESAS DEL

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INDEPENCIA DE GUAYAQUIL

La imponente, majestuosa y célebre Biblioteca Nacional de Lima - Perú Rosita Campusano

OCASO LAS CABALLERESAS DEL SOL

DE

LAS SOL LA

Vivía en una aislada soledad y para superarla se entregó a los brazos del amor que le ofrecía el ciudadano inglés Juan Weninger, dedicado al oficio de zapatero y mantenía un pequeño almacén de calzado en la calle Plateros de San Agustín; con quien procreó a su único hijo Alejandro (1835).

A pesar de la enorme popularidad de la que gozaban las preciosas amantes de los libertadores: Bolívar y San Martín, las soberbias damas tuvieron que someterse a un ocaso lleno de amenazas, tensiones, miseria y maledicencia. guida por sus inclinaciones emancipadoras; y vivía escondida en casa de los González, unos familiares que vivían en Lima. Con la llegada del Comandante realista el general Monett, la tensión fue peor y el nerviosismo se apoderó de la insigne patriota.

Q U I T O G U A Y A Q U I L

Rosita se trasladó desde Guayaquil a Lima a los 18 años de edad y del brazo como amante de un rico comerciante español; Manuelita, tam bién viaja desde Quito a Lima a los 19 años de edad, acompañada de su esposo el doctor Jaime Thorne, un médico inglés de gran fortuna. Los dos hombres procuraban a sus mujeres dotarlas de gran lujo y rodearlas de muchas consideraciones, a pesar que ambos doblaban a sus mujeres por sus edades. Quito; tanto la una como la otra, eran hijas ilegítimas; pero a pesar de aquello, ambas recibieron esme rada educación; fueron educadas en los mejores conventos religiosos de Guayaquil y Quito, respectivamente.

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A pesar de sus orígenes, las damas se radicaron en Lima

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La futura "Protectora", nació en Guayaquil (1798); la futura "Libertadora", nació en Quito (1797); cuyas fechas m arcaban la d iferencia de un a ño entre las prominentes damas. Am bas eran descendientes de es pañoles; el padre de Rosita era don Francisco de Herrera Campusano y Gutiérrez, un criollo de cepa, hijo de un español que ejerció de Gobernador en el puerto de Guayaquil; el pa dre de M anuelita era Don Simón Sáenz de Vergara, un acomodado comerciante, oriundo de Valencia (España) que sentó sus raíces en con ninguno de los dos pudo procrear un hijo, debido a la esterilidad de aquellos varones; en el esposo su es terilidad era de origen congénito y en el amante producto del continuo cabal gar, lo cual atrofió las glándulas de su aparato reproductor masculino. Simón Bolívar, era un hombre esteril debido a su permanente cabalgar por caminos americanos.

Eran ellas las más animosas, para hablar de temas, como: la libertad, el patriotismo, la revolución y que las otras damas no tenían tanto interés.

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DE GUAYAQUIL

Libros de la época de Rosita y Manuelita.

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Mansión limeña en la que vivió Manuelita Sáenz con su amante el Libertador Simón Bolívar, en la cual se ha erijido un pequeño monumento en honor de la patriota dama quiteña. El Libertador Simón Bolívar con su adorable "loca", como él cariñosamente la llamaba a su amante Manuelita Saenz. Familias relacionadas con la más alta sociedad limeña LA INDEPENCIA

Las dos encumbradas familias a las que pertenecían (Rosita y Manuela), estaban relacionadas con la socie dad más destacada de la aristocracia criolla limeña.

Las dos damas leían libros prohibidos, cuyas lecturas las alejaban de actitudes no muy r eligiosas, de acuerdo con los conceptos de aquella época.

En inteligencia, belleza y sensualidad, las dos mujeres estaban a la par, a cuyos ambicionados atributos se sumaban las riquezas de sus afortunados consortes; todo lo cual contribuyó a que se abrieran de par en par las puer tas de la cerrada sociedad limeña.

A sus mansiones e splendorosas ubicadas en la misma calle de San Marcelo, acudían: el conde de la Vega del Rey de San Juan de Lurigancho, el marqués de Villafuerte, el vizconde de San Donás; además de otros personajes nobles y otros partidos tanto de la política como de la revolución a favor de la causa emancipadora americana, en cuyas interesantes tertulias, al olor de la brisa perfumada por el venteo de sus es pañolizados abanicos, a llí estaban presentes nuestras dos beldades con sus cuerpos tallados a la perfección, con armonía y preciosidad.

Diferente carácter pero un solo patriotismo

Las dos mujeres en su juventud, fueron educadas por monjas dentro de fríos y silenciosos claustros religiosos de Guayaquil y Quito; sin embargo, los resultados fueron distintos: El temple de carácter era distinto en las dos damas: Manuelita, dominaba sus nervios, en ambientes tem pestuosos o en medio del silbar de las balas o de rojas espadas de sangre o del afilado puñal asesino; ella mostrábase serena y hacia relucir su energía; en cambio la otra (Rosita) con el m enor ruido del ratoncillo que se cruzaba en su camino caía desmayada, como toda niña preciosa y engreída.

la quiteña formó su pensamiento como librepensadora y en cambio la guayaquileña a pesar de la agitación social anidada en su alma era devota creyente.

Las dos mujeres, fueron unas apasionadas de la actividad revolucionaria, y con sus atributos de mu jeres bellas, les resultaba fácil convencer y conseguir adeptos a la causa emancipadora; a cuyas galantes insinuaciones se rindieron los oficiales del Batallón "Numancia", como el mismísimo comandante el General Tomás Heres, los oficiales León de Febres Cordero, Miguel de Letamendi, Luis Urdaneta y José Sáenz (hermano de Manuelita).

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También ambas fueron motivos de sospechas y acusadas de pasar in formación reservada a los militares patriotas acampados en Huaura.

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Tanto la Protectora, como la Libertadora, fueron vilipendiadas, perseguidas y atacadas por la envidia y la maledicencia de la sociedad limeña.

LAS CABALLERESAS DEL SOL Y LA INDEPENCIA DE GUAYAQUIL

En aficiones literarias eran distintas las encantadoras mujeres; la criolla Rosita, en poesía prefería las g alanterías literarias de A rriaza y los dulces versos de Meléndez, aunque a veces gustaba embriagarse con lecturas prohibidas, como el libro "Eloísa y Abelardo" y otros libritos considerados pornográficos; cuya prohibición a sus lecturas fue ordenada por el Santo Oficio de Lima y que el nombre de Rosita Cam pusano figuraba en aquellos regis tros prohibidos y secretos; en cambio la serrana Manuelita, prefería leer a Tácito y a Plutarco, seguía de cerca la historia de la madre patria (España) escrita por el padre Mariana; y la de América, a través de Solís y Garcilaso de la Vega; pero Rosita Campusano además era lectora apasionada de Cervantes; en poesía prefería a Quintana y a su compatriota José Joaquín de Olmedo, con su obra "La Victoria de Junín" o "Canto a Bolívar", el cual lo recitaba de memoria.

Las dos exuberantes y apasionadas mujeres se convirtieron en las amantes de los hombres más importantes de la Independencia Ameri cana: el libertador Simón Bolívar y Manuelita Sáenz; el general José de San Martín y Rosita Campusano.

Libros de la Colección ABC., ilus trados, con talleres, lámina y video preparado por el autor del presente trabajo, Prof. Ermel Aguirre González.

El general San Martín, llegó a Pisco, y q uedó p rendado de la hermosa guayaquileña Rosita Campusano, que después de una ardiente y apasionada relación amorosa (clandestina); puesto que el general llamado "El Protector", era casado; a pesar de ello, el importante militar no quiso escandalizar con su relación furtiva al pueblo y a la sociedad limeña.

Preferencias exóticas y literarias distintas

22 18 pañuelo con los más exquisitos perfumes traídos de Francia o Inglaterra; la otra prefería la frescura de las rosas naturales o el agua de verbena para mitigar sus dolores.

La gallarda e imponente figura del general José de San Martín, montado en su brioso corcel dirigiendo a las tropas patriotas que luchaban por la libertad americana en el Sur del continente; por cuya razón era denominado "El Protector". A pesar de ser un personaje reservado y dueño de una parca y prudente personalidad supo mantener en reserva la clandestina relación con la hermosa guayaquileña Rosita Campusano.

Diferentes destinos

En cambio Rosita Campusano, fue abandonada en el peor momento por el Protector, el general José de San Martín, cuando la reacción de las fuerzas realistas se volvieron amenazantes y peligrosas.RositaCampusano, necesitó esconderse durante largo tiempo y en retaliación a la frialdad, incomprensión y desconsideración de su importante amante y protector, tuvo que desposarse con el suizo Adolfo Gravert (1823), quien había llegado a Guaya quil, atraído por sus ideas libertarias.

Rosita y Manuelita no vivieron la misma suerte: mientras la primera mantenía una relación clandestina con el Protector, el general José de San Martín; la segunda se convirtió en la amante pública y en la secreta ria confidente de la correspondencia del Libertador Simón Bolívar.

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Manuelita Sáenz, se volvió la amante y secretaria inseparable del Libertador Simón Bolívar, y cuando él se alejaba de ella, por motivos de impostergables políticas de estado; ella no soportaba estar alejada de su hombre, amante y héroe por mucho tiempo y por ini ciativa propia se enrumbaba para estar a su lado, no importaba la distan cia ni las circunstancias. Bolívar entra a Quito. San Martín entra a Lima.

Para ella fue la solución más oportuna, pues había perdido su casa, sus muebles, su biblioteca, documentos secretos relacionados con la emanci pación americana.

El libertador Simón Bolívar, llegó a Quito (16 de junio de 1822) después del glorioso triunfo de la batalla de Pichincha y también quedó prendado de la espléndida mujer quiteña, con quien, después de una amena plática durante la fiesta de gala en homenaje al mismo libertador, se encendió en el alma de la pareja el amor cual una llama inextinguible y eterna la que no se apagará jamás.

ERMEL AGUIRRE GONZÁLEZ

Vivía en una aislada soledad y para superarla se entregó a los brazos del amor que le ofrecía el ciudadano inglés Juan Weninger, dedicado al oficio de zapatero y mantenía un pequeño almacén de calzado en la calle Plateros de San Agustín; con quien procreó a su único hijo Alejandro (1835).

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La imponente, majestuosa y célebre Biblioteca Nacional de Lima - Perú. Rosita Campusano

INDEPENCIA DE GUAYAQUIL

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Alejandro, el hijo de Rosita Campusano, vivía bajo la tutela de su padre y visitaba a su madre de vez en cuando, en su modesta habitación ubicada en los altos de la Biblioteca Nacional de Lima, en la que vivía su pobre madre, gracias a la misericordia del director de la misma el señor Francisco González Vigil.

Ante la miserable situación económica, la otrora admirable mujer que vivió sueños majestuosos y compartió ha lagos y caricias con hombres de fortuna y otros de prominente prestigio.

DE

A pesar de la enorme popularidad de la que gozaban las preciosas amantes de los libertadores: Bolívar y San Martín, las soberbias damas tuvieron que someterse a un ocaso lleno de amenazas, tensiones, miseria y maledicencia. guida por sus inclinaciones emancipadoras; y vivía escondida en casa de los González, unos familiares que vivían en Lima. Con la llegada del Comandante realista el general Monett, la tensión fue peor y el nerviosismo se apoderó de la insigne patriota.

OCASO LAS CABALLERESAS DEL SOL

CABALLERESAS DEL SOL Y

Según relata el mismo autor Ricardo Palma, en su crónica, correspondiente a la Séptima Serie, de su libro "Tradiciones Peruanas" , en el cual, señala que su compañero le dijo: - Ven, quiero presentarte a mi madre. Y en efecto. Me condujo a los altos del edificio en que está situada la Biblioteca Nacional, y cuyo director, que lo era por entonces el ilustre Francisco González Vigil, concedía habitación gratuita a tres o cuatro familias que habían venido a menos. En un departamento compuesto de dos cuartos vivía la madre de mi amigo. Era ella una señora que frisaba en los cincuenta, de muy simpática fisonomía, delgada, de mediana estatura, color casi alabastrino, ojos azules y expresivos, boca pequeña y mano delicada. Veinte años atrás debió haber sido mujer seductora por su belleza y gracia y trabucado el seso a muchos varones en ejercicio de su varonía. Se apoyaba para andar en una muleta con pretensiones de bastón. Rengueaba ligeramente. Su conversación era entretenida y no escasa de chistes limeños, si bien a ve ces me parecía presuntuosa por lo de rebuscar palabras cultas.

Por referencias de Ricardo Palma en su crónica, se sabe: que el Congreso del Perú, asignó a Rosita Campusano como Caballeresa de la Orden del Sol una modesta pensión.

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Triste y lamentable pobreza de Rosita Campusano

En su etapa crítica se vio obligada a solicitar ayuda al gobierno (1836) y le conceda aunque sea una mísera pensión por sus múltiples servicios a la emancipación americana; pero la indolencia y la ingratitud pudieron más y la petición fue denegada por el gobierno de la Confederación PeruanoBoliviana.

Casa de Gobierno de la Confederación Peruano - Boliviana. Ricardo Palma, prestigioso y célebre escritor peruano.

A pesar de su pobreza y con la poca ayuda del padre, y la modesta pensión que recibía del Congreso del Perú y además el voluntarioso apoyo de viejos amigos que recibía la patriota mujer, pudo educar bien a su hijo Alejandro, del cual, en su juventud, fue compañero Ricardo Palma, y quien después llegó a brillar en la poesía y en la literatura, y fue el autor del célebre libro "Tradiciones Peruanas" en el cual consigna referencias valiosas de las "Caballeresas del Sol" (Rosita Campusano y Manuelita Sáenz) por haberlas conocido personalmente y especialmente por la coincidencia de haber sido compañero de estudios en el colegio en donde estudiaba Alejandro Weninger Campusano hijo de Rosita Campusano y a quien lo acompañaba cuando visitaba a su pobre y anciana madre.

Hasta aquí el relato del notable escritor peruano. Si alguien pregunta: ¿En donde reposa aquella histórica medalla? El curioso no tendrá respuesta; pero lo más seguro es que aquella valiosa dis tinción debido a la angustiosa pobre za de la poseedora, ésta, debió haberla vendido a algún joyero al peso y al valor del gramo de oro de aquella época, para luego ser fundida y confeccionar nue vas prendas y joyas preciosas. Rosa estaba tan pobre e imposibili tada de visitar a su entrañable amiga Manuelita Saénz. Vivía en medio de Antigua Iglesia Matriz, actualmente la Cátedral del Callao, Lima - Perú., en donde vívia Rosita Campusano Puerto de Paita.- Perú, en donde vívia Manuelita Saénz

Rosita Campusano, escribiría su tes tamento el 1 de julio de 18 3, a pe sar que nada tenía que llegar. Murió en la indigencia en el año de 18 1, a los años de edad y sus restos fueron sepultados en la glesia de San Bautista en ima - Perú.

LAS CABALLERESAS DEL SOL Y LA INDEPENCIA DE GUAYAQUIL

La condecoración en mención, consistía en una medalla de purísimo oro, la cual llevaba además en letras de oro la siguiente inscripción "Al patriotismo de lasmás sensibles". una pobreza lamentable, junto a su soledad y a una nostálgica tristeza; saboreando el trago amargo de la in gratitud, sin reconocimientos a su exaltado patriotismo y a sus invalora bles servicios a la causa emancipadora especialmente a la ndependen cia de uayaquil.

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El interesante relato de Ricardo Palma, tomado de su libro "Tradiciones Peruanas" Tal era en 1846 ó 47, años en que la conocía, a la mujer que en la crónica casera de la época de la independencia fue bautizada con el apodo de la Protectora. A los quince años bailaba como una almena de Oriente, cantaba como una sirena y to caba en el clavecín y en la vihuela todas las canciones del repertorio musical a la moda. Con estos atractivos, unidos al de su personal belleza y juventud, es claro que el número de sus enamorados tenía que ser como el de las estrellas, infinito. La niña era ambiciosa y soñadora, con lo que está dicho que después de cumpli das las diez y ocho primaveras, prefirió a ser la esposa de un hombre pobre de for tuna que la amase con todo el amor del alma, ser la querida de un hombre opulento que por vanidad la estimase como valiosa joya. No quiso lucir percal y una flor en el peinado, sino vestir seda y terciopelo y deslumbrar con diadema de perlas y brillantes.Encuanto a la distinción que había recibido como "Caballeresa del Sol" por deci sión del mismo Protector del Sur, el general osé de San Martín, mediante decreto del 11 de enero de 18 ,que creó ciento doce caballeresas seglares y treinta y dos caballeresas monjas escogidas entre los más notables monasterios de Lima.

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Cuando Bolívar se embarcó hacia Europa y navegaba por aguas del río Magdalena, se enteró por medio de la "Gaseta de Gobierno de Venezuela" que sus coterráneos le habían declarado proscrito de Venezuela; que Flores había separado al Distrito del Sur con el nombre de Ecuador. Manuela, sola, triste y abandonada buscaba la manera de hacer regresar a Bolívar; pues, la pobreza había azotado también su casa. Para subsistir tuvo que vender sus joyas, me nos la medalla de oro, colocada en la cinta blanca y roja, que recibió de manos del Protector, el general José de San Martín, al ser reconocida como "Caballeresa del Sol" y cuya descripción decía: "Al patriotismo de las más sensibles".

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Condecoración Caballeresa de la Orden del Sol, medallas de oro, auténticas correspondientes a dicha distinción.

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Manueilita Sáenz, después de navegar algunos días llegó al puerto de Guayaquil y se puso en camino hacia la serranía; pudo ascender un gran trecho de la cordillera andina; llegó a Guaranda, allí fue sorprendida con un oficio que traía un emisario del gobierno de Vicente Rocafuerte, en el que se la hacía saber del impedimento de radicarse en el Ecua dor; posiblemente, porque la intrépida mujer, venía dispuesta a vengar el asesinato de su hermano el general José María Sáenz, masacrado junto a otros miembros de "El Quiteño Libre" por orden del general Juan José Flores, ex-presidente del Ecuador. El entendimiento entre Rocafuerte y Flores era manifiesto después del acuerdo firmado en Guayaquil, el cual es muy criticado por la historia ecuatoriana.

(1) Este acontecimiento es por demás conocido en Guaranda, cuya valiosa reliquia fue conservada por la familia Dávila y en la ciudad de las Siete Colinas, era "voz populi", que quien conservaba aquel "tesoro", era el señor Cicerón Dávila. Como este caballero ya falleció, pero hay descen dientes en Guaranda; por lo mismo se hace necesario que las autoridades correspondientes del gobierno nacional, por considerarse aquella medalla como una reliquia in valorable, debe negociar con los custodios de la misma y colocar aquella célebre distinción en un lugar de honor de uno de los valiosos museos ecuatorianos.

LAS CABALLERESAS DEL SOL Y LA INDEPENCIA DE GUAYAQUIL

El hermoso puerto de Guayaquil, ciudad llamada la Perla del Pacífico en la época de 1835. Manuela Sáenz, fue obligada a regresar al puerto de Guayaquil para ser embarcado a su destierro hacia el puerto de Paita, en el Perú. Para solventar el viaje de su destierro, ofreció en empeño la medalla de oro puro que había recibido como "Caballeresa de la Orden del Sol". Un miembro de la familia Dávila, en Guaran da entregó cien pesos a Manuelita a cambio de su valiosa Medalla. (1) En cuanto a la entrañable amistad de las dos exaltadas damas ecuatorianas residentes en el Perú; Manuelita confinada en Paita y Rosita en medio de una pobreza sin nombre en Lima, sin posibilidades para visitar a su amiga; lo mismo la quiteña, sin salud por la inmovilidad de su cuerpo y sentada en una silla de ruedas estaba imposibilitada de visitar a su amiga en la ciudadAsí:virreinal.tristes, pobres y abandonadas estas dos entrañables amigas, que corrieron destinos similares en la lucha independentista americana, ter minaron sus días de forma parecida y miserable, en medio de la pobreza, la soledad y la nostalgia; sobre todo: olvidadas de la gratitud y sin las considera ciones o reconocimientos que merecían por sus invalorables servicios a la causa emancipadora americana; de manera especial a la independencia de Guayaquil, considerada la Perla del Pacifico.

Dr. Vicente Rocafuerte Presidente del (1834-1839)Ecuador Gral. Juan José Flores Presidente del (1830-1845)Ecuador Esta medalla de oro considerada una reliquia reposa en manos particulares en la ciudad de Guaranda Prov. Bolívar.

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