El Sol de San Telmo

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S A V E T ¡ 2 0VA2M0 OS A NO TE E XT R A ÑA R

Unidos por la sangre y el amor al prójimo

Gilberto y Ramón Ferreira Benitez son dos hermanos paraguayos dedicados, de una manera u otra, a la entrega en cuerpo y espíritu por la solidaridad y ayuda comunitaria.

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Solidaridad = EMAÚS

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Este fin de año, donde todo es tan difícil, ojalá podamos terminar el 2020 de la mejor manera y una forma de lograrlo es pensando en el otro.

Número 133 - Año 13 -Buenos AiresEjemplar

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Despedidas de un año descartable

2 -DICIEMBRE 2020

Nuestra MisiĂłn: El Sol de San Telmo es un periĂłdico no-partidario dedicado a fortalecer y celebrar el barrio de San Telmo y el Casco HistĂłrico de la Ciudad AutĂłnoma de Buenos Aires.. Definimos nuestra visiĂłn editorial como periodismo comunitario.

Valoramos toda comunicaciĂłn que genere un foro abierto de participaciĂłn y diĂĄlogo para las muchas voces que constituyen la comunidad de San Telmo. Reconocemos que vivimos en una ĂŠpoca en la cual los medios (tanto masivos como independientes) ocupan cada vez mĂĄs el espacio de intercambio y comunicaciĂłn que antes ocupaban nuestros espacios pĂşblicos-las plazas, parques y veredas donde nuestros abuelos se juntaban para conectarse con el mundo y con sus comunidades. Por eso queremos revalorar el intercambio y la conexiĂłn humana a travĂŠs de un periĂłdico cuya identidad, contenido, y espĂ­ritu se definen a travĂŠs de la participaciĂłn activa de sus lectores y colaboradores. Todos los que viven o trabajan en el barrio, o simplemente le tienen cariĂąo, estĂĄn invitados a formar parte del debate sobre San Telmo: su patrimonio tangible e intangible, su pueblo y su futuro.

w Propietaria / DirecciĂłn y EdiciĂłn: Isabel BlĂĄser GestiĂłn y distribuciĂłn: Hugo M. Del Pozo DiseĂąo: Samanta Cardo AdministraciĂłn, web y redes sociales:

Hugo Lavorano elsoldestelmo@gmail.com elsol.desantelmo@yahoo.com.ar Isabel.elsol@yahoo.com.ar www.elsoldesantelmo.com.ar El Sol de San Telmo 4307 9704

Carlos Calvo 717 - CABA Colaboraron en este nĂşmero: JosĂŠ MarĂ­a FernĂĄndez Alara / Isabel Barutti / Federico Poncerini / NĂŠstor Sachi / Cristina FernĂĄndez / Stella Maris CambrĂŠ / Graciela FernĂĄndez / Diana RodrĂ­guez / Jorge Carrachino / DarĂ­o Mosso / MarĂ­a Silvia Machicote / Ignacio Sourrouille / Frida Leon / Hugo CĂŠspedes / Gloria Audo / Eduardo VĂĄzquez El arte de nuestro logo es un fileteado del maestro Martiniano Arce

w ISSN: 2313 9722 DNDA 63939703-2020 DiseĂąo: SBC - Tel. 4383 5889 ImpresiĂłn: Editora del Plata S.R.L. Neyra 75 - GualeguaychĂş - E2820DQA Entre RĂ­os - Argentina

El Sol de San Telmo es una publicaciĂłn cultural de carĂĄcter comunitario y distribuciĂłn gratuita mensual de 3000 ejemplares, orientada a la difusiĂłn de la historia y actividades barriales del barrio de San Telmo y el Casco HistĂłrico de la Ciudad AutĂłnoma de Buenos Aires. Se autoriza la reproducciĂłn total o parcial de las notas citando la fuente. Los artĂ­culos firmados son de exclusiva responsabilidad de los autores.

Fundadores: Catherine Mariko Black y Marcelo BallvĂŠ

EL SOL DE SAN TELMO

Unidos por la sangre y el amor al prĂłjimo

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ilberto y RamĂłn Ferreira Benitez son dos hermanos paraguayos dedicados, de una manera u otra, a la entrega en cuerpo y espĂ­ritu por la solidaridad y ayuda comunitaria.

fue pasando el tiempo y por el impulso que le dio el padre Eduardo -quien inclusive inició un Taller de Biblia- la gente empezó a venir y, por ende, a colaborar. Eso es lo que mås necesitamos, porque -aunque el comedor de todos los días no se pudo abrir mås- se sigue dando alimentos en la puerta; lo mismo pasó con Cåritas, que nunca dejó de entregarlos a las familias necesitadas del barrio�.

Beto (67) -asĂ­ lo conocemos todos- estĂĄ radicado hace mĂĄs de 41 aĂąos en nuestro paĂ­s y, desde hace mucho tiempo, es vecino y un permanente colaborador de la Parroquia de San Telmo. “Me dedico a la restauraciĂłn y generalmente doy clases de dibujo y pintura en mi taller de Belgrano, pero este aĂąo la actividad fue nula. Soy tambiĂŠn Presidente del Movimiento Pesebrista y dicto clases de Pesebrismo en la Parroquia Madre Admirable (Arroyo 931, CABA); para el aĂąo prĂłximo, esta actividad quiero realizarla aquĂ­ en la Parroquia, para ayudar tambiĂŠn al barrio de San Telmo al cual pertenezcoâ€?, dice a modo de presentaciĂłn. ÂżCĂłmo fue que tu hermano y vos coincidieron en el trabajo para la Parroquia? ÂŽ RamĂłn (54) es sacerdote y el menor de la familia de diez hermanos. EstĂĄ aquĂ­ colaborando, circunstancialmente, con el Padre Eduardo Graham hasta que pueda volver a Suiza donde estĂĄ como CapellĂĄn en un hospital, ya que viajĂł antes de la pandemia y tuvo que quedarse por razones de pĂşblico conocimiento.

Por otro lado, el Padre Eduardo viene poco porque estĂĄ con licencia por el fallecimiento de su madre -aunque dirige desde donde reside- por lo que RamĂłn -desde que se permitiĂł nuevamente la realizaciĂłn de actividades en el templo- quedĂł a cargo de la parte litĂşrgica: la misa, los bautismos, etc..

En cambio yo vengo todos los dĂ­as para hacer este voluntariado, estoy un poco en la casa parroquial, ordeno las cosas, trabajo en el comedor de la parroquia con los sacerdotes y empleados -no el de CĂĄritas-, hago arreglos, organizo el museo -que ahora estĂĄ

ÂżQuĂŠ hay que traer concretamente para ayudar? ÂŽ Para las familias, los alimentos son lo mĂĄs importante. Antes de la pandemia la gente colaboraba mucho con bolsas, por mĂĄs pequeĂąas que fueran y eso se cortĂł un poco, lo que provocĂł un esfuerzo mayor para la parroquia que, con su escasa economĂ­a, saliĂł a comprar para que no faltaran. Ahora algo se activĂł y llegan algunas colaboraciones de personas que se acercan, sabiendo las necesidades que existen. Pero yendo a tu pregunta, se necesita: fideos, arroz, leche larga vida o en polvo, azĂşcar, latas de arvejas y tomates, polenta, porque donde hay chicos eso es primordial.

cerrado y del que soy guĂ­a- tratando de actualizar los archivos, hacer relevamientos y todo lo que puedo teniendo en cuenta que al estar mi hermano eso me compromete mĂĄs en la colaboraciĂłn.

La charla nos lleva a observar el comportamiento de las personas en este momento diferente y difĂ­cil del mundo todo, donde las necesidades se potenciaron; Beto, que estĂĄ en la parroquia desde Semana Santa, dice que “al principio la gente, inducida por el miedo y las prohibiciones y limitaciones, colaboraba muy poco teniendo en cuenta la escasa asistencia que impuso la situaciĂłn. A medida que

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¿Dónde los reciben y en quÊ horarios? Ž Como ahora el templo se abre todos los días de 10 a 12 y de 16 a 19 horas, incluso såbado y domingo, pueden dejar lo que donen en el canasto de San Cayetano que ponemos en la entrada o tambiÊn en Secretaria de lunes a viernes en el horario de la tarde. La dirección es Humberto I° 340, CABA y el telÊfono: 4361-1168 si quieren consultar algo. ¿Reciben alguna colaboración de instituciones? Ž Cåritas siempre hace aportes y Coto, hasta hace poco, hacía una importante donación, pero es insuficiente por la cantidad de gente necesitada. A principios de la pandemia venían a buscar comida alrededor de 18/20 personas y ahora son mås de 50 las que se acercan. Para poder asistirlos, lo que juntamos lo dividimos en mås partes sabiendo que es insuficiente, por eso nuestro pedido de ayuda.

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¿Cuáles son los cuidados en la apertura? ® Cuando abrimos, al principio se acercaban entre 10/12 personas, se pedía documentos y teléfono para tener los datos por si había algún contagio manifiesto. Esas medidas ya no se toman y así empezó a fluir más gente y también se nota la llegada del turismo, tanto en la semana como los domingos, porque San Telmo es un gran atractivo y nosotros que andamos por el barrio lo vemos.

Susana Gargiulo de la Feria de Antigüedades, nos comentó que también hay una feria americana para recaudar fondos… ® Sí, justamente se está utilizando todo lo que se toma de esa feria para comprar alimentos. Se realiza los domingos de 10 a 17 horas -por el movimiento de gente que se produce en San Telmo ese día con los turistas, se abre una puerta sobre la calle Humberto I° para hacerla en el atrio- y también los jueves de 16 a 18:30 horas. ¿La iglesia tiene relación con la Feria de Antigüedades? ® Todos nos relacionamos de una u otra manera, pero son dos cosas diferentes. La Feria pertenece al Museo de la Ciudad; nosotros, como templo, representamos lo litúrgico y como museo por lo que se puede ver históricamente en la parroquia, aunque aún no lo abrimos. Quizás en diciembre y enero haya algún movimiento en ese sentido porque este año no se pudo hacer ni La Noche de los Museos ni La Noche de los Templos, pero igual hay que estar siempre atentos a los pedidos ya que es muy rico en historia.

Contanos un poco de ella… ® Es una construcción jesuítica donde ellos vivieron y de donde fueron expulsados, de lo cual hay muy poco pero son cosas muy interesantes. Luego vinieron los padres de la Orden de los Hermanos Bethlemitas que tomó la iglesia, fundamentalmente, para hacer el Hospital. Estamos hablando de alrededor del año 1748, por lo tanto hay mucha historia. También por aquí pasaron las dos invasiones inglesas y fueron curados sus soldados y termina ahora con el clero

necesitaba presentar y se quedó por el tema de la pandemia.

Primero estaba en mi casa, luego -habiendo hablado previamente con el padre Graham y Monseñor Baliña- se instaló en la parroquia, pero seguramente el año que viene volverá a Suiza para terminar sus papeles y saber dónde lo destinan, ya que siendo de una Congregación él no toma decisiones. Sí, puede pedir licencia y dedicarse a una parroquia que es lo que a él ahora le gustaría.

Foto: Flickr -Luiz Pantoja

¿La gente aporta también dinero? ® Con la apertura del templo y las misas ha comenzado la colecta, pero en estos largos meses prácticamente no hemos recibido nada porque no había actividad.

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LA SOLIDARIDAD EMPIEZA POR DAR

LUNES A VIERNES DE 16 A 19 HORAS

NO TE LO PODES PERDER HUMBERTO PRIMO 340 – CABA TELEFONO 4361-1168 secular que tiene la parroquia. Por tanto hacemos un pequeño recorrido e incluso por la sacristía donde están Las Sibilas, que son la atracción del museo, ya que las personas que conocen sobre pictografía de los templos tienen la data de que son únicas en el mundo por la cantidad, la antigüedad y el misterio que encierran. En general, vienen a pedir ver exclusivamente eso. ¿Esta Navidad la parroquia hará el pesebre? ® ¡Este año más que nunca! Siempre pongo el pesebre en Parroquia Madre Admirable donde teníamos la sede del Movimiento Pesebrista, como te comenté antes y después

en la Inmaculada donde el párroco me pidió hacerlo. Aquí, por supuesto, como vecino y parroquiano vamos a hacer un lindo pesebre.

A tu hermano, parece que Dios lo mandó para mostrarle el camino… ® Ramón es de la Orden española de los Carmelitas Descalzos. Estudió en Buenos Aires -en Villa Devoto-, España y también en el Vaticano donde, inclusive, fue diácono de Juan Pablo II. Tuvo, en principio, una pequeña estadía en Como, Italia y de allí pasó Bellinzona, en la Suiza italiana, como capellán del importante Hospital San Giovanni donde está desde hace 13 años. En febrero de este año vino para hacer unos documentos que

¿Está contento de estar en esta histórica parroquia? ® Está muy contento aquí, porque es distinto el trato de la gente porteña de este barrio tan particular, que estar en Suiza donde la gente es muy buena pero se relaciona de otra manera.

Monseñor Poli le dijo que había caído como de providencia, porque justo empezó todo esto y, además, la madre del padre Eduardo se enfermó. ¿Qué hacer para acercar a los vecinos? ® Queremos que los vecinos sigan siempre en contacto con la parroquia porque muchos de los que venían antes, señoras muy del templo, lastimosamente, fallecieron y otros aún no vienen por el Coronavirus. Hay nuevas personas que se acercan y lo que queremos es integrarlos porque estamos dispuestos a armar nuevamente el grupo de Scoust, seguir con Alcohólicos y Narcóticos Anónimos y, para el año que viene, pensamos hacer un Taller de Pintura para los chicos del barrio, como alguna otra cosa que se necesite.

Por otro lado el padre Graham, que tiene un grupo de teatro que no es del barrio pero que a veces vienen esporádicamente, me decía que tiene muchas ganas de formar uno en San Telmo. Incluso en este barrio que está lleno de artistas, quizás se los podría invitar a formar parte del grupo. Además, tenemos un salón y la idea es poder alquilarlo para pequeñas reuniones familiares o actividades acordes al lugar. ¿Este año se hará el almuerzo de Navidad? ® Aún no sabemos porque eso convoca mucha gente y lo organiza la Comunidad de San Egidio, que no lo ha confirmado aún. Por supuesto que la parroquia siempre se ofrece para ayudar a los que más lo necesitan.

Isabel Bláser

FE DE ERRATAS: Por un error involuntario en el artículo “Los actores y su obra social OSA”, de la edición de noviembre ppdo. figura el nombre de la actriz Morelli como Nora, cuando debió figurar Noemí.

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Si hablamos de solidaridad, hablamos de EMAÚS

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ste fin de año, donde todo es tan difícil, ojalá podamos terminar el 2020 de la mejor manera y una forma de lograrlo es pensando en el otro.

menzó a mendigar por las calles de París para obtener fondos. Al mismo tiempo, otros integrantes propusieron buscar en la basura para recuperar lo posible y venderlo, conociéndoselos como “traperos de Emaús”.

El mes pasado, cuando le dejé ejemplares de El Sol a Marcelo Calabretta (53) -quien está a cargo del local de Cochabamba 466, CABA- me dijo si podíamos hacer algún artículo sobre la Institución para recordarle a la gente del barrio lo que ellos hacen, a fin de incentivar las donaciones sobre todo en un año donde la pandemia hizo estragos en muchos sectores de la sociedad.

Al país, la Institución llegó de la mano del sacerdote jesuita José Balista en el año 1952 y Marcelo cuenta que trabaja en ella “desde hace 17 años. Estaba desocupado y me anoté en Emaús en Isidro Casanova, porque estaban buscando gente. Fueron muy amables y acá estoy. Vivo en Palomar con mi señora y sus dos hijos y vengo de lunes a sábado desde las 9:30 hasta las 17:30 horas, aunque ahora -por el tema de la pandemiaatendemos de 10 a 17hs.”.

Es una entidad sin fines de lucro y su origen se remonta al año 1947 cuando el Abate Pierre (1912-2007) -sacerdote católico francés conocido como “el ángel de los pobres”- alquila una casa, la reconstruye y abre un albergue juvenil con el nombre de Emaús -para todas las nacionalidades y razas, a fin de luchar contra la exclusión y la pobreza-, simbolizando así la esperanza renovada. Inicialmente se financiaba con su sueldo de diputado, pero al renunciar y ya no tener el dinero para ello, co-

Con relación a cómo es el sistema para hacer donaciones, explica: “Las recibimos y si hay que reparar algo lo hacemos. Luego lo vendemos a un bajo costo, porque la idea es realizar una acción social y contribuir a que otras personas puedan emprender tareas. Por ejemplo tenemos libros que están en desuso y se podrían vender como papel, pero muchas veces los juntamos y se los damos a la gente

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del barrio, como los cartoneros, porque ellos sacan los que no sirven y lo venden como papel y los utilizables los llevan a puestos, que los comercializan. Es muy valioso lo que realizan, hacen un trabajo digno, los mantiene ocupados y se sienten útiles. Eso es lo que también buscamos que suceda”.

Son útiles, es la sociedad los que los trata como inútiles… “Sí hay que darles la oportunidad. Otra cosa que hacemos es venderle ropa a muy bajo precio a gente que tiene un emprendimiento de feria americana, para que puedan trabajar con eso y mantenerse.

Son pequeños actos, pero la idea es hacer algo para ayudar de alguna manera”, relata Marcelo.

En cuanto a las donaciones, que van a buscar gratuitamente, comenta: “Por suerte recibimos muchas, aún en estos momentos que la gente es reacia a dejar entrar personas a su casa. Son cosas que, en general, están en buen estado y otras que hay que arreglar, pero vale la pena porque de esa manera damos trabajo a otros. Lo que más donan son libros, muebles, ropa, zapatos, colchones y lo que menos recibimos y estaríamos necesitando son electrodomésticos. Como toque de color una vez una productora nos donó un ataúd que después se lo vendimos a otra, para una película (lo que provoca sorpresa y risas). La verdad es que tenemos un muy buen aporte de la sociedad. Por otro lado, mucha gente compra y después empieza a donar. A veces es muy amable y deja más plata de lo que sale, como hay otros que se quejan y piden rebaja; cuando es así vemos cómo hacer para que puedan

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necesita alguna cosa, porque saben que los ayudaremos”.

Pero Emaús no se salva de la crisis y tiene que pagar sus gastos porque no recibe ningún subsidio. Con relación a eso detalla que “de lo recaudado, un porcentaje se aplica a los sueldos de los que trabajan en la institución y en ese sentido tenemos muchas deudas con el sindicato y con la obra social, porque a veces no llegamos a cubrir todo aunque hacemos más de lo posible. Además hay que agregar: el mantenimiento de los camiones que se usan para retirar las donaciones, impuestos y todos los servicios de agua, luz, teléfono, etc.”. llevarse lo que necesitan. Algunos buscan un repuesto de algo que se rompió y no lo consiguen, por ejemplo el vaso de una cafetera -no toda la cafetera- y se lo damos, porque es una manera de solucionarle el problema”.

Y agrega: “Viene mucha gente de Uruguay, Chile y, últimamente, muchos venezolanos y colombianos que tienen que armar su vida acá y buscan las cosas básicas para hacerlo y a todos hay que ayudar, simplemente porque son personas con necesidades. A veces ofrecen vendernos algo y en eso no podemos darles una mano, pero tratamos de orientarlos con algún dato a dónde dirigirse porque sabemos que todo sirve”.

En cuanto a la relación de la entidad con los vecinos de San Telmo, siempre muy agradecido y con la sencillez que lo caracteriza, relata que: “En el barrio estamos bien vistos, porque saben que tratamos de resolver los problemas

que nos presentan. Últimamente la gente se vuelca mucho, porque cuanto más caro están las cosas busca estos lugares. Me doy cuenta, por los años que hace que estoy en contacto con las personas y por la actitud que tienen, que hay una gran necesidad y sobre todo mucha tristeza por la incertidumbre generalizada.

Eso no deja ver las cosas que se pueden llegar a lograr, si entre todos nos damos una mano para salir de esta situación. Hay que seguir adelante, porque vamos a superar este momento difícil”.

La actitud de Calabretta frente a las dificultades, que incluso Emaús atraviesa, hace que uno sienta que la solidaridad no es un cuento sino una preciosa realidad que existe y se refleja en personas que, como él, ven al necesitado como su par y lo reivindican como tal.

Marcelo sostiene su mensaje cuando dice: “Me gustaría que sepan que si no pueden lograr lo que buscan, acá van a encontrar a alguien que los escucha y comprende la situación y que en Emaús haremos lo más que podamos, para solucionarles el problema. De hecho, no sé de dónde sacan mi teléfono, pero me llaman del CeSaC N°15 o del Argerich cuando tienen una familia que

El Manifiesto Universal del Movimiento Emaús, dice que su objetivo es “actuar para que cada ser humano, cada sociedad, cada nación pueda vivir, afirmarse y realizarse en el intercambio y el compartir” y, como termina diciendo Marcelo: “Se trata de poner hombres de pie. Hacer algo por el otro, que le sirva”.

Texto y fotos: Isabel Bláser

La entidad, en San Telmo, está integrada también por Noemí, Anahí, Eva, Laura y cuenta con colaboradores que donan su tiempo para atender o acomodar los libros, la ropa u organizar lo que se necesite.

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os alumnos, ex alumnos, profesores y amigos de la Escuela Taller del Casco Histórico con gran beneplácito anunciamos que por segunda vez el Poder Judicial de CABA hizo lugar a nuestros reclamos.

En primer lugar el Juzgado de 1ra. Instancia en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nro. 1, Secretaría Nro. 2, hizo lugar a la presentación de nuestro amparo y, en consecuencia, ordenar al GCBA que suspenda las obras de demolición del inmueble sito en la Avenida Brasil 200, en el que actualmente funciona la Escuela Taller Casco Histórico, hasta tanto se encuentre efectivamente disponible otra sede para ser utilizada a tales fines -lo que será sometido a decisión del Tribunal- o se dicte sentencia de fondo; lo que ocurra primero.

La resolución fue apelada por el GCBA, pero sus agravios fueron contestados y refutados por la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo, Sala 1, Secretaría Única, rechazando por mayoría, el recurso de apelación interpuesto por el GCBA contra la medida cautelar e imponer las costas a la vencida.

Presentamos nuestro amparo colectivo con el objeto de que se ordene al GCBA otorgar a la Escuela Taller del Casco Histórico -en forma previa a la demolición del edificio Brasil 200-, un edificio de uso definitivo y que cumpla de mínima con las condiciones y dimensiones que actualmente tiene. Nuestra

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Escuela Taller: situación actual

cautelar no contempla ni cuestiona la demolición del edificio de Brasil 200 porque dicha demolición ya estaba en pleno proceso y las condiciones y espacio para el traslado estaba totalmente viciado de dudas y con muy pocas firmes expectativas. Pero esto no significa que no estemos en contra de la demolición, muy por el contrario; sobre todo habiendo varios motivos para que no sea necesario.

En ningún momento la Escuela se manifestó en contra de la obra del “Metrobús del Bajo” ya que, a nuestro entender y por las siguientes razones, su construcción no justifica la demolición de nuestro edificio: 1.- Paseo Colón, a la altura de nuestra Escuela, tiene un ancho que abarca ocho carriles de tránsito; a solo dos cuadras, en el bajo autopista donde se encuentra el “Espacio para la Memoria Club Atlético”, se reduce a seis. Una opción simple sería armar todo el recorrido con carriles del Metrobús reducidos, del mismo modo que los dos realizados en la 9 de Julio: uno para salvaguardar al Ministerio de Desarrollo Social y en la circunvalación del obelisco. Otro ejemplo de reducción es el de la Av. La Rábida que rodea la Casa Rosada en la primera etapa del Metrobús del Bajo. En estos ejemplos, circulan 11 líneas de colectivos.

Invitamos a conocer en detalle la resolución de la Cámara de Apelaciones, en la página del Observatorio del derecho a la ciudad (https:// observatoriociudad.org/la- justicia-ratifica-quela-escuela-taller-no-puede-ser-demolida/).

2.- Paseo Colón, en su intersección con la calle Brasil, tiene 28m y es exactamente el mismo ancho de Cabildo donde se construyó el Metrobús del Norte. En ambos circulan 10 líneas de colectivos.

3.- De persistir en la idea de ampliar Paseo Colón, teniendo en cuenta la reducción obligatoria del bajo autopista, se corre el riesgo de provocar serios embotellamientos, complicando mucho al tránsito y echando por tierra los beneficios que ostentan sus patrocinadores.

Finalmente, con respecto al peligro en la demora, tomando en consideración los objetivos de la institución -promover la inclusión de personas en proyectos productivos y creativos con perspectiva laboral; revalorizar técnicas de oficios para su reinserción y re significación en la actualidad y su aplicación en el campo de la conservación y restauración de edificios; estimular las capacidades orientadas a la creación y protección de expresiones plásticas instaladas en el espacio urbano actual; difundir y promover el cuidado de bienes de valor patrimonial y propiciar la formación de maestros de oficio entre los alumnos; impulsar el perfeccionamiento de los maestros de oficio mediante capacitación que permita actualizar sus enfoques metodológicos y enriquecer sus conocimientos técnicos; desarrollar programas culturales dirigidos a la comunidad e instituciones educativas-, cabe señalar que estaría configurado por la posibilidad de un daño irreversible al patrimonio cultural.

Los invitamos a unirse a nuestra página de Instagram: @escuelatallerch_reclama Nuestro correo electrónico: comisionalumnosescuelataller@gmail.com

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Solo no puedo

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stimado Público con mayúsculas, hace alrededor de dos años que estoy luchando por algo que me parece una aberración.

micrófono en mano, le expresé al mismísimo Rodríguez Larreta -antes de que siguieran con este nefasto proyecto depredador- lo que sucedía a lo cual no hizo ningún tipo de comentario.

Se trata de que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha decidido quitar las chapas históricas que identifican las calles, reemplazándolas por unas nuevas de color negro con letras blancas. El criterio de “desaparecer” el pasado, es realmente preocupante, más si se trata de un hecho estético dadas las circunstancias desvalorizantes, denigrantes, depredadoras y destructivas que el hombre ya tiene y en especial en un país como el nuestro, tan rico arquitectónicamente y tan lastimado y tantas cosas más en lo referido a la conservación de nuestro patrimonio edificado.

Creo que mi lucha debería contagiar a otros ciudadanos que posean el mismo pensar, sentir, para que sumando voluntades podamos conseguir frenar y reincorporar -por parte del Gobierno de la Ciudad- las chapas históricas robadas de las calles impunemente.

La falta de respeto y de apoyo -al menos para reconocer el error y tratar de enmendarlo-, están al orden del día en materia de dar lugar a mis denuncias. En definitiva, el GCBA ha hecho oídos sordos a este pedido o denuncia que vengo haciendo. En una de las reuniones donde convocan a vecinos,

No quiero omitir que al no obtener tampoco resultado de mi denuncia en la Comuna 1, me dirigí a la Fiscalía e hice lo pertinente.

La respuesta fue: Que el expediente se archivará por no encuadrar en ninguna conducta tipificada en el código convencional ¿O sea que el robo de las chapas históricas y el gasto innecesario de las nuevas, es legal?

Porque no sabemos dónde van a parar nuestra chapas… ¿Al mercado “negro” del coleccionismo? ¿A la casa de algún tilingo de turno que lo expone a sus amiguitos como botín de guerra? ¿Quién sabe? Vi en Mercado Libre que había algunos anunciantes que

In memoriam Los miembros de la Agrupación de Alumnos y ex-alumnos de la Escuela Taller de Casco Histórico lamentamos, profundamente, el fallecimiento de Miguel Ángel Batista la tarde del viernes 13 de noviembre ppdo.

Miguel, ha sido un permanente luchador en los temas sociales, trabajó mucho para sostener la Escuela, de formación de oficios para la defensa del Patrimonio Edilicio y Mobiliario de nuestra ciudad. Fue un gran luchador y, sobre todo, un excelente ser humano.

Andamos tristes, golpeados, doloridos… y no es para menos, pero tampoco aquí nadie se rinde. Miguel nunca se rindió, siempre apostó al amor por los demás y la igualdad de oportunidades.

Trabajaremos para que a la Escuela no le cambien su objetivo, que es la formación, en

los primeros pasos, de profesionales en restauración.

Seguimos junto a él, porque siempre abogó por esta noble causa en la que se destacó por su inteligencia, tesón y humildad.

Lo recordamos con su libretita en la mano, apuntando detalles, números etc... Cuando la realidad nos golpeaba con la mentira, el destrato, la inoperancia o el cinismo, solía soltar un: “¡Mamma mía!”… que nos hacía reír a todos.

Miguel fue un motor permanente de ideas y estrategias y nos dejó su recuerdo imborrable.

Pasó a ser una bandera más, en la lucha por la victoria de nuestra querida Escuela Taller del Casco Histórico. ¡Hasta siempre querido Miguel, un abrazo de todos!

Retirar El Sol en:

las vendían, les dije que era un delito vender algo perteneciente a la ciudad, me respondieron que me denunciarían por injurias ¡El mundo al revés! Si solo nos detenemos un instante a pensar el doble negocio detrás de esto ¿Cuántas chapas hay en la ciudad y cuántas faltan? Muchas.

Solo sé que el dolor y la bronca que me causa ver la ausencia de las chapas, me recuerda al genocidio. Queda la marca de ellas, el vacío, el reemplazo inmundo, la estupidez humana reflejada en cada esquina.

He visto la extracción de ellas conjuntamente con la ausencia de las nuevas. He visto las dos chapas, la vieja y la nueva conviviendo (es el caso que más me gusta) y he visto el vestigio de la chapa vieja y la colocación de la nueva en casi todos los casos desnivelada (obsérvenlo y verán que no le miento) y, por último, he visto calles que nunca tuvieron chapa y que siguen sin tenerla ¿Cuál es el criterio entonces? Insisto, creo que el negocio es el único criterio.

Me llamó la atención el silencio del Jefe de Gobierno de la Ciudad y también de las autoridades donde puse en el tapete mi preocupación ¿Será que falta un poco de amor por lo nuestro? Sí falta y la ignorancia es parte del asunto, pero ese es un tema más amplio.

Saludos cordiales para todos.

Federico Poncerini

Feria de Antigüedades Plaza Dorrego Panadería Cosas Ricas Perú 1081/85 Restaurant Manolo Bolívar 1299 Librería Fedro Carlos Calvo 578 Ferretería San Juan Av. San Juan 574 Inmobiliaria Giesso Cochabamba 524 Di Mitrio Carlos Calvo 691 Mercado de San Telmo Puesto 54 y otros La Simbólica Carlos Calvo 708 Bar La Poesía Chile 502 Bar El Federal Carlos Calvo 599 Bar Hipopótamo Brasil y Defensa Pamela Biazzi Piedras 1055 Panadería y Confitería Europa Carlos Calvo 678 Club San Telmo Cochabamba 657 Peluquería Lito Cochabamba y Chacabuco Panadería Perú Perú 1217 Bicicletería Mila Av. Caseros 402 Defensoría del Pueblo Defensa esq. Cochabamba Emaus Cochabamba 466 Confitería Ronzino Perú 640 Caburé México 620 Granja Mharley Estados Unidos 654 Farmacia Indiana Chacabuco 1301 Panadería La Bohemia Brasil 419 Pulpería Quilapán Defensa 1344 Estación de servicio Chacabuco esq. Chile MAMBA San Juan 300 Museo Histórico Nacional Defensa 1600 Instituto Integral del Sud Defensa 1318 Escuela Nro. 4 Valentín Gómez Independencia 758 Escuela Guillermo Rawson Humberto Primo 343 Kioscos de Diarios: Carlos Calvo y Perú Piedras y Carlos Calvo Piedras y Chile Perú y México Defensa y Brasil Independencia y Piedras Carlos Calvo y Defensa Garay y Bolívar Independencia y Chacabuco Carlos Calvo y Chacabuco Brasil y Perú San Juan y Tacuarí San Juan y Bolívar San Juan y Piedras Caseros al 400

8 -DICIEMBRE 2020

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sto no es un cuento, es una historia real que sucedió el jueves 23 de julio 2020, mientras nos rodeaba la pandemia. Como confirmación de verdad, he respetado el nombre de quienes fueron parte de ella.

Cuando sonó el timbre estaba en la cocina preparando el mate y me pregunté quién llamaba a las 9:30 de la mañana en un día lluvioso, en plena cuarentena total. No fui hacia la puerta sino que entreabrí la ventana. Hay una seria recomendación de seguridad de primero ver quién es antes de abrir la puerta.

Al mirar hacia afuera recordé que el primero en avisar fue Enrique, luego Rosa mandó un WhatsApp. Esta semana comienzan los testeos de Coronavirus en San Telmo. Personal sanitario de la Secretaría de Salud va a recorrer el barrio haciendo chequeos preventivos.

A los propietarios de los inmuebles elegidos se les va a mostrar una nota donde se les comunica la elección del domicilio y se solicita prestar colaboración.

Detrás del vidrio estaba una chica jovencita, menudita, más bien baja, con uniforme celeste de enfermera, guantes y máscara de plástico. Llevaba un kit en el que, leyendo la mitad, pude adivinar que decía “Covid 19 – Sec. Salud – Comuna Uno”. A unos pasos de ella estaba otra muchacha con barbijo de tela, también joven, vestida de particular, con un traje sastre negro, pero que llevaba colgado del brazo algo blanco que imaginé un guardapolvo.

EL SOL DE SAN TELMO

ROMINA - “Buenos días, señor, -me dijo, mientras me extendía una carta- espero que pueda atenderme. Ya van tres casas que no me contestan. Vengo por el testeo.”

La llovizna estaba convirtiéndose en lluvia y líneas de agua se deslizaban sobre su máscara de protección. Hasta me pareció ver que detrás de las gotas su mirada me pedía que las dejara pasar porque se estaban empapando.

Miré la nota, vi el membrete, los sellos y mi dirección. No sé por qué pesó más la lluvia y algo frágil dentro mío, que la obligación de sopesar la autenticidad, legalidad y demás cosas necesarias a ser observadas en el húmedo papel.

ludó tocándome el brazo con la mano y siguió caminando hacia el patio delantero. Como mi atención estaba centrada en la enfermera, pensé que a la otra, la acompañante, le había llamado la atención la vieja casona y se había asomado al patio, de curiosa.

La enfermera sacó del kit algo como un formulario y empezó con las preguntas: Cuántas personas vivían en la casa, el nombre y edad de ellas, si estaban en el domicilio... Mis respuestas eran concisas y rápidas, pero comencé a escuchar como un eco. Presté atención y noté que había una repetición de lo que decía, pero rara. Hablé más despacio y escuché clarito que la otra muchacha había pasado al patio y que repetía cantando lo que yo decía.

Al minuto siguiente les estaba abriendo la puerta. Como ustedes saben, vivo con Gloria, mi mujer, en una vieja casona de San Telmo, de esas que tienen de entrada un portón de cuatro puertas, que a los pocos metros desemboca en dos patios con galerías a los costados, adonde dan las habitaciones.

En ese momento apareció Gloria, que se estaba levantando y al oír el timbre y la conversación se había asomado a una de las puertas que del comedor dan al patio para averiguar qué pasaba. Cuando comencé a contarle, me preguntó si estaba con barbijo. Como le contesté que no, le alcanzó mi barbijo a la chica que estaba en el patio, quien me lo acercó.

Entró la enfermera con su kit, agradeciéndome y se puso a un costado de la entrada. La otra chica pasó a mi lado y llamativamente, en estos tiempos de distanciamiento, me sa-

Ahí me distraje un poco y volví a concentrarme en las preguntas. Pero de nuevo el eco cantado. Ya un poco entre desorientado y molesto, le pregunté a la enfermera.

- Decime. Esta chica que está en el patio… ¿Viene con vos?

- No, señor. -Me contestó con cara de asombro-. Yo creí que vivía aquí. Venía atrás mío.

No la conozco.

Bueno, pensé: me hicieron el cuento. Ya está. Caí en la trampa yo solito. Ahora abren la puerta y entran los muchachos. Pero no. Todo seguía igual, salvo que desde el patio venía un canturreo monótono en voz baja. Me repuse y rápidamente caminé hacia el patio.

- ¿Qué haces acá? -Le pregunté con voz alta, un tono duro y serio y mi peor cara de malo¿Quién sos?

La chica no se inmutó. Se había sentado en un silloncito de metal que hay en un costado y desde allí, me miraba mansamente y continuaba cantando.

Volví sobre mis pasos a ver si la enfermera estaba abriendo la puerta a sus cómplices, pero me la encontré donde la había dejado, pero ya apoyada contra el ángulo de la puerta y la pared. Tenía los ojos agrandados que se le salían de la máscara y me miraba fijo.

- No sé nada, señor. No viene conmigo -atinó a balbucear-.

De vuelta en el patio encaré seriamente a la otra y ya con voz fuerte le grité -Te vas. Vamos ¡Fuera! Ya mismo salís de acá.

La chica no se inmutó. Paró de canturrear, posó en mí sus ojos claros, me miró fijo y solo me contestó:

EL SOL DE SAN TELMO

- Yo vivo acá -y volvió a su canto-.

- Te vas o llamo a la policía ¡Vamos!

Como no me contestó, pasé delante de ella y entré a buscar el teléfono. Cuando estaba volviendo me encuentro con ella que estaba entrando. Entonces grite más fuerte aún que no entrara. La chica retrocedió y volvió al patio con cara de asustada.

DICIEMBRE 2020 - 9

Me di vuelta como un resorte; el oficial se me acercó y me dijo en voz baja: - Es una piba del barrio… Media loquita.

Está en situación de calle.

- ¿En situación de calle? -Pregunté mirando que estaba bien vestida y peinada- Sí -me contestó serio-. Ayer la encontramos desnuda. Las colegas de la comisaría la

Con mis gritos apareció Gloria, quien recordando seguramente a sus antepasados, guerreros de la Independencia, presurosa se acercaba con dos paraguas para defendernos por si nos atacaba. Tomé uno y salí con el teléfono en una mano y el paraguas empuñado en la otra.

varían con ellos, pero unos fuertes golpes en la puerta me anoticiaron que Romina quería volver a entrar en “su casa”.

No podía creer que los policías se hubieran ido. En la vereda de enfrente, estaba parada la enfermera, todavía shockeada y con la mirada fija en lo que sucedía en la puerta.

Fue el té más raro que con Gloria preparamos en nuestros largos años de vida en común. Cuando estuvo no Galería de la casa colonial muy caliente se lo acerqué al agente a través de la reja.

Escuché tragos, gorgoritos y largos suspiros.

Cuando volví a mirar por la ventana vi una procesión: el médico que suavemente llevaba a Romina del brazo, los dos policías atrás, Nahuel y su amigo y finalmente el chofer, acompañado de la enfermera.

Todos iban acercándose lentamente a la parte de atrás de la ambulancia.

Allí me encontré con la chica, decía algo sobre un bebé y volvía canturrear. La enfermera seguía petrificada contra la puerta. Le pedí a Gloria que no saliera y a través del vidrio vi que tenía el paraguas con las dos manos, en posición de bayoneta calada.

Tomé el teléfono y marqué el 911.

Me atendieron al instante. Tuve que repetir dos veces lo que sucedía hasta que lo tradujeron a su idioma: “Intruso, femenino, joven, delirante, no agresivo”. Sin mucha convicción me aseguraron que un móvil salía, ya.

Pasaron quince minutos donde, como en un mal documental, se repetía todo: mis gritos, el canturreo, palabras un poco inconexas, la enfermera pegada a la puerta y Gloria que me miraba a través del vidrio de la puerta y me decía que llamara a Nahuel, su querido sobrino, que es oficial de la Policía. Como sé que vive en Monte Grande, tardé un rato en escuchar que ella me decía que trabajaba cerca y seguro que podía mandar alguien.

A la segunda llamada me contestó el celular. Al escuchar lo que pasaba, Nahuel quería venir por el tubo. Quedó en mandar a un amigo y antes de salir para aquí, le pidió a Barbie, su novia, que la llamara a Gloria para estar cerca de ella.

La chica se había ido cerca de la puerta y ante la mirada horrorizada de la enfermera, se sentó en el suelo y sin sacarse la ropa, hizo pis. Luego se paró y siguió hablando sola.

Volví a insistir con el 911 y de vuelta toda la explicación y la extraña disculpa:“Cálmese.

Usted no habló conmigo. Ya le mando un móvil”.

A los quince minutos oí ruidos en la puerta y me fui para adentro para ver por la ventana qué pasaba. Eran el amigo de Nahuel y el patrullero que llegaban al mismo tiempo. Ya podía respirar un poco más tranquilo.

-Tuvimos una emergencia, jefe -se disculpó el oficial, que bajó junto con un agente más joven- la cosa está complicada en todos lados.

Ya estamos aquí.

Yo les abrí la puerta, pensando que por ahí la chica aprovechaba para escaparse, pero no, se quedó adentro lo más pancha y se puso al lado mío. El oficial me hizo ir hacia el patio, mientras el más joven enfrentó a la chica. Todavía estaba de espaldas, cuando oigo: - ¿Qué hacés aquí, Romina?

agente, que con voz seria me decía: -Jefe ¿No podría preparar un tecito para Romina? Póngale, por favor mucha azúcar.

Vaya a saber desde cuándo no come. Seguro que eso la va a calmar un poco.

vistieron y hasta la peinaron. Pero no pudimos hacer más. El fiscal sostuvo que no estaba cometiendo ningún delito y el médico que la atendió dijo que estaba bien, que se ubicaba bien en espacio y tiempo... La tuvimos que soltar.

En ese momento vi a Nahuel que llegaba y que junto con su amigo trataban de calmarla. Los golpes y los ruidos continuaron por un rato. Yo me corrí de la ventana y entorné el postigo porque pensé: Lo único que falta es que me vea y comience a golpear acá.

Entonces comenzó una larga charla donde los policías, de mil maneras trataban de que Romina saliera y lo único que obtenían era su respuesta de que esa era su casa y que ella vivía allí. Los argumentos que usaban los policías pasaban de la alta dialéctica sofista al dulce chamuyo y las voces desde la seriedad de autoridad constituida a ruegos en la oreja con voz suavecita. La indiferencia firme de la muchacha no se perturbaba, al contrario les bajaba una mirada condescendiente, como que eran ellos los que no entendían.

Al rato, escuché que se detenía un auto en la vereda y entreabrí un postigo. Eran los policías que habían vuelto. Iba a protestarles, cuando escuché que hablaban en voz baja con Nahuel que se les había acercado.

-Nos llamaron de urgencia. A dos cuadras de acá había un 238, pero cuando llegamos ya estaba interviniendo el subcomisario, así que volvimos…con Romina. En el camino llamamos al SAME. Están mandando una ambulancia.

Como yo ya me había tranquilizado, pude observarla con más atención. Era llamativa la tranquilidad con que se movía. Su rostro era blanco, sus ojos claros tenían una mirada ausente, pero mansa. Su pasividad transmitía paz, que coincidía con la paciencia de los policías que la trataban casi con cariño.

Los saludé con la mano. Y de nuevo la charla con Romina, quien al verlos se calmó bastante, pero no aflojó en su intento de entrar y de sostener que ésa era su casa. En la vereda de enfrente seguía parada (¿petrificada?) la enfermera. Se había levantado un poco la máscara y se podía ver que sus ojos estaban atentos, pero que estaba lejos de entender lo que pasaba.

Gloria salió al patio y se puso a charlar con el amigo de Nahuel. Todavía llevaba el paraguas. Esta vez apoyado en el hombro.

En un momento se dio cuenta y señaló el cielo que seguía encapotado y dejó el paraguas en un mueblecito que había en un costado.

Desde la ventana pude ver que aparecía lentamente una ambulancia del SAME. El chofer estacionó enfrente; un médico joven, de anteojos ahumados, se bajó y se dirigió a hablar con los policías. El chofer, por su lado, se informaba por la enfermera que parecía responderle con monosílabos.

Cuando todo parecía que había entrado en un círculo sin salida. Vi movimientos en la puerta y, de repente, desaparecieron todos, incluida la enfermera que no se había movido desde que entró. No sé si respirado… ¡Romina había aceptado salir!

Una nueva tarea nacía: convencer a Romina de que lo mejor para ella era subir a la ambulancia. No iba a ser fácil. Gloria y yo estábamos pegados al medio postigo abierto de la ventana. La conversación se hacía difícil de escuchar, porque con tantos interlocutores se volvía confusa.

De curioso, entré y me fui a la ventana para ver cómo terminaba la cosa. Observé que los policías se subían al patrullero y se iban raudamente. Me imaginé que se la lle-

Unos golpes fuertes en la ventana nos hicieron saltar. Cuando la entreabrí más, me encontré con el más joven de los policías, el

La Romina ya estaba entregada. Con los brazos caídos y la cabeza un poco inclinada miraba la puerta de casa, como despidiéndose. La enfermera la ayudó a subir y junto con el médico se quedaron atrás con ella. El chofer puso el motor en marcha y la ambulancia despaciosamente se fue calle abajo.

Gloria fue a preparar un cafecito para Nahuel y los policías que se relajaban estirando los brazos y moviendo el cuello. Yo me quedé solo en la ventana, pensando adónde la llevarían.

De a poco nos fue abandonando la sensación de miedo. Quedó lejos la angustia y nos cansamos de decir ¡Qué suerte que no pasó nada! También nos reímos mucho de la estrategia de los paraguas. Pero, con el correr de los días, nos fue invadiendo una duda: ¿Romina era un chica del barrio, media loquita y en situación de calle o era un ángel de ojos claros, medio perdido, que necesitaba un té con mucha azúcar y decidió pasar a tomarlo en casa?

José María Fernández Alara

República de San Telmo La República de San Telmo informa que, como consecuencia de la pandemia que aún estamos atravesando y por razones de seguridad, suspende el tradicional encuentro que la Institución realiza todos los años el 11 de diciembre “Día Nacional del Tango”.

En conmemoración de dicha fecha, se realizará un mural alegórico.

Néstor Sachi Secretario General

10 -DICIEMBRE 2020

EL SOL DE SAN TELMO

ELABORACIÓN DIARIA Y ARTESANAL PRODUCTOS FRESCOS Y DE PRIMERA CALIDAD

Porciones de pastas listas para comer

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EL SOL DE SAN TELMO

El 31 de diciembre de 2019, con nuestras copas en alto, brindamos esperanzados por un año mejor.

A tu llegada conocimos un virus que parecía lejano y que pronto nos invadió.

Fuiste un año de silencios y miedos, de miradas tristes y rostros enmascarados, de angustias, encierro y llantos.

Fue prohibido el contacto personal.

Sin besos ni abrazos es nuestra nueva humanidad.

Hicieron estadísticas con los seres queridos que enfermaron y sanaron y con los que murieron aislados.

En nuestra prolongada cuarentena los únicos negocios abiertos fueron los que proveían alimentos, crecieron la desocupación, la pobreza y la desesperación.

Pero no todo fue malo, bajó el índice de smog, se limpiaron los cielos, ríos y mares del mundo y los animales se adueñaron de las rutas y calles desiertas. Esto fue un “darse cuenta”.

El planeta necesitaba respirar.

Nos enseñaste a vivir lentamente, a mirarnos a los ojos, a conocer a nuestros vecinos, a ser más gentiles, a ayudarnos y a disfrutar de las cosas simples de la vida.

Te despido sin rencores, te irás pero te recordaremos siempre y el 31 de diciembre, otra vez con nuestras copas en alto, brindaremos esperanzados por un año mejor.

Stella Maris Cambre

DICIEMBRE 2020 - 11

Tengo la sensación de que hemos pasado del temor a la esperanza, tal vez los días del largo encierro nos sirvan para reflexionar y reafirmar un concepto que parece olvidado, la vida es una y merecemos vivirla.

Este año que está por terminar puso en evidencia lo frágiles que somos ante lo inesperado y que lo importante es unirnos en el esfuerzo de trabajar por un mundo mejor.

Un cordial y esperanzado abrazo.

Eduardo Vázquez El tiempo transcurre más allá de lo que suceda, sin sorprender, simplemente avanza y se presenta, sin pedir permiso ni dar explicaciones, arrastrando a su paso todo, sin distinciones, sin moderación, como sea y a un ritmo sostenido, nos guste o no .

Nada puede impedirlo. Entonces para qué intentarlo.

Aceptarlo frontal es la única manera de recibirlo en un año signado por momentos llenos de tristeza, dolor, angustia, despedidas, desencuentros, aislamiento y todo hecho contrario a la normalidad.

Pero llegó diciembre y como tradición, casi todos, hacemos una suerte de balance de lo acontecido. En ese balance surgen los triunfos, los desencantos, los logros, las penas, la felicidad.

También las pérdidas más dolorosas.

Este año, maldito para muchos, también encuentra a los bendecidos, por la llegada de hijos, reencuentros inesperados, nuevas familias, salud, trabajos creativos y días recreados. En ese escenario desparejo, me detengo y hago mi propio balance.

En ese desafío, tengo dos claras alternativas. O me sumerjo en la absoluta desdicha o voy detallando, valorando y rescatando, casi descubriendo, algún momento vivido con felicidad.

Es así que este 2020, a modo de susurro cómplice, me exige recordar casi en secreto cada ins-

... unas palabras del año 2020... año con tiempo para escribir, pero que nos dejó sin palabras...

Apremios, dudas, análisis, han sido meses de incertidumbres y pesares en el mundo.

En nuestro aquí y ahora con dificultades acentuadas por realidades únicas... como así también únicas y creativas propuestas desde muchos ámbitos, marcando las ganas que le ponemos los argentinos a la adversidad. Propuestas para rearmarnos... resig-

tante feliz, por más pequeño que sea, por más escondido que se encuentre. El año en su caminar, sin prisa y sin pausa, escribió en letras rojas días intensos que desde su costado más cruel, son inolvidables. Pero en el mismo susurro, me dice que no puedo dejar de valorar la familia, la salud que no por los años me impide seguir adelante, la gran cantidad de amigos, la atención de los que me quieren y la nueva oportunidad que me dieron de seguir viviendo.

También me dice que mire la vida, aunque no pueda ni deba olvidar a quienes la perdieron. Y fundamentalmente, me pide que en el balance de este año tan maléficamente especial, anote y recate decididamente LOS MOMENTOS BUENOS, LOS QUE SEAN, AUNQUE SE CUENTEN DE A UNO Y DE A POCO, que deben ser nuestra energía y motor para seguir y llevar en cada amanecer lo que vivimos en un pasado luminoso.

Tal vez en el debe y el haber de mis días tenga la fortaleza de cada uno de esos recuerdos anudados a mi familia, mis amigos y a mí misma. 2020 es un año más, aunque sea nuestro deseo que no haya existido. Creo que, aunque con recelo, desconfianza, sin ilusión, la esperanza podría darle oportunidad al 2021.

En ese deseo tímido, vale despedir el AÑO VIEJO y esperar el NUEVO.

María Silvia Machicote

nificarnos o cuantos “re” encontremos al querer decir que es un volver a empezar a partir de nuevos conceptos.

Palabras del 2020... aún no puedo... creo que estamos en medio de esto... solo desearía escribir muchas palabras de aliento y ánimo para muchos “re” que vendrán y que me gustaría que podamos disfrutar ... ¡Y agradecer a quienes hicieron todo lo que estuvo a su alcance y más, en este año tan particular!

Lidia Casagrande

Un impresionante año de crisis (cambios), donde se desestabilizó todo y “se hundió el Titanic”.

La gran clave es adaptarse a todo.

Fue un año nefasto para mí: problemas de salud, muerte de familiares muy cercanos, pérdida de trabajo, más la pandemia que afecta a todo el mundo. Todavía no podemos medir las consecuencias de esta verdadera guerra global contra el enemigo invisible.

Sin embargo, lo cierto es que la vida se trata de batallar contra las adversidades. No es solo lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa.

Así como un surfista elige las olas más grandes para demostrar su destreza o un alpinista sueña con escalar la montaña más alta, cuanto más grandes son las dificultades, mayor el desafío para triunfar. Ningún capitán se hizo experto en aguas tranquilas.

Como dice el dicho “Lo que no te mata te fortalece”. Espero que el año que viene podamos decir con orgullo que hemos salido fortalecidos.

En este interminable tiempo que transitamos en pandemia, aprendí que, como expresaba el gran escritor italiano Cesare Pavese, no importan los días sino los momentos vividos.

Diana Rodríguez

Gloria Audo

Cosecha 2020 es sin duda un año para olvidar y recordar al mismo tiempo.

Un tránsito angustioso, con muchísima incertidumbre que arrasó nuestras vidas como una tormenta de verano.

Se dice y repite que nada será lo mismo y quizás así sea.

Hemos visto como la falta de empatía se hizo carne de manera brutal y también a la par la solidaridad.

Por eso siento que este 2020 ha sido como un gran espejo que nos devolvió la imagen de lo que somos. Con lo bueno y con lo malo, con las esperanzas y con la miserias.

Y algo quizás novedoso: ¡El Covid no distinguió clases, ni barrios, ni ideologías, ni países!

Ignacio Sourrouille

Quizás sea una gran oportunidad mundial para evolucionar y desechar lo que no queremos más.

Más allá de lo personal (con momentos tortuosos de tránsito), me quedo pensando si este 2020 nos servirá para finalmente darnos cuenta que debemos cambiar nuestras vidas con el propósito de salvar nuestras próximas generaciones y el ambiente que nos rodea.

Creo que depende de nosotros, despertarnos, hacernos cargo de lo que hacemos y exigir a los poderes de turno que dejen de mirarse sus ombligos.

Este año, sin lugar a duda, fue un tiempo de introspección y ojalá que eso sea la luz de salida en este oscuro túnel.

Jorge Carrachino

Llegó diciembre y casi no me di cuenta. La sensación de tiempo se me distorsionó bastante. Por un lado deseé durante los últimos meses que termine pronto esta situación de incertidumbre, tapando “hoyos” monetarios, consolando a mi familia a la distancia y como trabajadora cultural, desocupada. Eso sucede también en Suiza, donde quedé varada.

En el verano europeo bajaron los contagios, así que la consigna de consuelo era: ya viene el verano y se calma el panorama. Sí, se calmó pero seguimos muchos desocupados. Ahora llegó el invierno a Europa y con él, el aumento de los contagios y muertes. Y los cafés, restaurantes y teatros cerrados. No hay que confiarse, el que se relaja pierde.

El virus lo atravesó todo. Me dejó acá, tan lejos de mi gente. Este 2020 ha sido una especie de catalizador, dejó libre lo bello: - La solidaridad de mi vecina del barrio, cuidándome el departamento y mis plantitas durante los últimos 9 meses.

Gané una amiga.

- Una mirada profunda y amigable a los ojos de un extraño. Solo por mirar y mostrar que no estás solo con la máscara puesta. Somos todos.

- Mis vacaciones de una semana en bicicleta, durmiendo en carpa. No lo hacía desde mis 20 años. Y lo más grande: darme cuenta del hombre increíble que tengo como compañero de vida.

Y también lo más duro: - La fragilidad de este sistema en el que vivimos y que así como está planteado no va más. Está caduco y obsoleto.

- La importancia de comprender que la naturaleza se restablece, si la especie humana dejara de existir. De manipularla, de invadirla. O sea que no es por ella que tenemos que actuar ya, sino por nosotros mismos.

El 2020 termina. La incertidumbre queda. Aprender a vivir con ella… esa es mi meta para 2021.

Que llegue nomás, que lo estoy esperando.

Frida Leon.

Tratar de resumir este año con pocas palabras no es tarea fácil, pero trataré de hacerlo.

Al 2020 que nos deja (menos mal), lo despido con Joaquín Sabina: Este adiós, no maquilla un “hasta luego”, este nunca, no esconde un “ojalá”, estas cenizas, no juegan con fuego, este ciego, no mira para atrás.

Este notario firma lo que escribo, esta letra no la protestaré, ahórrate el acuse de recibo estas vísperas, son las de después…

Graciela Fernández En ocho meses de encierro lejano, cuánto sol tuve cada día con el recuerdo de San Telmo y sus soles.

Darío Mosso

12 -DICIEMBRE 2020

EL SOL DE SAN TELMO

¡Volvió el candombe a San Telmo y el tango también!

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01 y 02: Se siente, se siente... los tambores otra vez presentes en la Plaza Dorrego.

03 Para no ser menos, el tango le hizo contrapunto en el Parque Lezama

Fotos: Hugo Céspedes

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