México vive una emergencia epidemiológica causada por la magnitud de casos de obesidad y diabetes y con ello los efectos negativos que tienen estas enfermedades para las familias y el país entero.
Las bebidas azucaradas juegan un papel importante en esta epidemia, debido a que son fuente de azúcares rápidamente asimilables que no generan sensación de saciedad y con ello promueven el exceso de azúcar y calorías en la dieta.
El impuesto especial a bebidas azucaradas ha tenido un efecto positivo en la población mexicana al reducir el consumo de estos productos.
Los estudios científicos rigurosos muestran que el primer año, el impuesto logró reducir las compras de bebidas azucaradas en un 6.3%%. Los efectos más importantes se encontraron en hogares con menos ingresos y hogares con niños con una reducción de 10.3% y 11% respectivamente. Además, el impuesto a los cuatro años de implementación logró que los hogares sustituyeran a bebidas sin impuesto, aumentando en un 10.9 % su compra.
Desde un inicio los expertos recomendaron un impuesto de 20% para obtener resultados significativos por lo que México tiene la oportunidad de duplicar los beneficios del impuesto.
Desde la discusión del impuesto hasta su implementación, la industria de bebidas azucaradas ha llevado a cabo diversas estrategias para evitar o debilitar ésta y otras políticas que buscan combatir la obesidad. Aquí se muestran diversos ejemplos.
Los expertos en salud pública saben que el impuesto no es la única solución, debe ser parte esencial de una política integral contra la obesidad y la diabetes diseñada libre de conflicto de interés
Epidemia de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares y los efectos negativos que pagamos todos 1
El consumo de bebidas azucaradas (BA) y productos ultraprocesados (PUP), con exceso de azúcares, grasas saturadas y/o sodio, sigue siendo alto en nuestro país.
Se estima que 30% de las calorías en la dieta mexicana provienen de estos productos, cuyos ingredientes son causantes de diversas enfermedades crónicas como la obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular, las cuales son prevenibles y afectan a gran parte de la población.
En 2021, México tuvo la mayor prevalencia de obesidad y diabetes entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).¹ Para 2023, la prevalencia de obesidad y diabetes² en adultos fue de 37.1 y 18.3%, respectivamente, de acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.
(ENSANUT 2023)
Además del deterioro a la salud, el consumo de estos productos conlleva un alto costo económico. En 2019, los costos asociados al sobrepeso y la obesidad, condiciones relacionadas al consumo de BA y PUP, ascendió a aproximadamente $445,791 millones de pesos, lo que representó 1.78% del Producto Interno Bruto (PIB) para ese año.³
Consumo de bebidas azucaradas y productos ultraprocesados 2
Consumo elevado de bebidas azucaradas:4
2.6 porciones/semana en adultos (~600 ml por semana).
7.3 porciones/semana en adultos (~1,800 ml por semana).
8.5 porciones/semana en adultos (~2,100 ml por semana).
México presenta la mayor ingesta de bebidas azucaradas en niños y adolescentes:5
Con un promedio de 10.1 porciones/semana (~2,500 ml por semana).
Impuesto en México
El incremento de una porción de 12 oz por día (~350 ml) de bebidas azucaradas se asoció con un Índice de Masa Corporal (IMC) de 0.07 kg/m2 más alto en niños.6
Las BA en México aportan 10% de la ingesta total de energía.8
En 2014, el gobierno federal implementó un impuesto de $1 peso por litro a las bebidas azucaradas (equivalente al 10% del precio) y de 8% a productos ultraprocesados.9 Este impuesto no se ajustó por inflación hasta 2018, año en que comenzó a actualizarse anualmente.10,11
Resultados del impuesto en México
A un año de la implementación:
Hubo una reducción de 6.3% en las compras de bebidas azucaradas (BA)12 y de 5% de productos ultraprocesados (PUP).13
Con mayor reducción en compras de BA:
10.3% 11%
Hogares de menores ingresos.¹²
Hogares con niños.¹²
Dos años después de la implementación:
Reducción de 7.6% en compras de BA14 y reducción del 6% de PUP.
Cuatro años después de la implementación:
El análisis más reciente considera un periodo de evaluación más largo, y encontró:16
Reducción de 4.4% en las compras de BA.
Reducción de 7% en las compras de PUP.
Aun cuando se observa una menor reducción del consumo tras cuatro años de la implementación del impuesto, en comparación con el primero o segundo año, el volumen de las compras de alimentos y bebidas con impuestos sigue siendo menor que el observado antes de la implementación de los impuestos.
Aumento de 10.9% en las compras de bebidas sin impuestos.
A pesar de que los resultados muestran la efectividad de esta medida fiscal, no se ha logrado alcanzar la tasa mínima recomendada por organismos internacionales (20%) para lograr mayores efectos en salud, por lo que es necesario rediseñar el impuesto para cumplir con la recomendación y contribuir a una mayor reducción de la carga de enfermedades crónicas no transmisibles.
Impuesto como pieza clave: recomendaciones
de organismos internacionales
Compromiso con la salud pública
Organismos internacionales que respaldan los impuestos saludables como herramienta costo-efectiva para mejorar la salud poblacional
Diversos organismos internacionales han reconocido los impuestos a bebidas azucaradas (BA) y productos ultraprocesados (PUP) como una de las intervenciones más costo-efectivas para reducir enfermedades crónicas no transmisibles y promover entornos alimentarios saludables.
En 2016, un grupo de expertos convocados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó que un aumento mínimo de 20% en los impuestos a las BA resultaría en una reducción significativa al consumo de estos productos, señalando que esta medida previene la obesidad y diabetes, y permite generar ingresos para políticas sociales.17 En su iniciativa más reciente, se propone alcanzar un impuesto de al menos 50% para 2035, iniciativa que fue respaldada por organizaciones como el Banco Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).18
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), ha resaltado que un impuesto efectivo sobre las BA puede ser una poderosa herramienta para reducir el consumo de estas bebidas no saludables y salvaguardar el derecho de las niñas y los niños a un futuro más sano.19
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), por sus siglas en inglés), ha señalado que para reducir el consumo de PUP, una combinación de enfoques resulta más eficaz, y que las políticas fiscales que gravan los estos productos (tanto la comida como las bebidas) tendrán un mayor impacto en la reducción del consumo si la tasa impositiva es elevada, como mínimo 20%.20
El Banco Mundial destaca tres elementos clave para garantizar la efectividad y sostenibilidad de los impuestos a productos no saludables:21
Incrementos periódicos y sustanciales en las tasas: para mantener su impacto a lo largo del tiempo y seguir desincentivando el consumo de productos nocivos para la salud.
Diseño orientado a reducir el consumo: estructurar los impuestos con base en los patrones de consumo, diferenciando, por ejemplo, según el contenido de azúcar o alcohol.
Ajuste por inflación: indexar el componente específico del impuesto para evitar que pierda valor real, asegurando su efectividad como herramienta fiscal y de salud pública.
El respaldo de la ciencia
La efectividad de los impuestos a bebidas azucaradas (BA) y productos ultraprocesados (PUP) no es una suposición: Está respaldada por una amplia base de evidencia científica.
Las investigaciones son realizadas por grupos de expertos, respaldados por instituciones de alto nivel.
Se trata de estudios rigurosos, basados en datos reales y verificables.
Sus resultados son consistentes y están libres de intereses comerciales.
El impuesto a bebidas azucaradas alrededor del mundo
Fig. 1 Mapa de impuestos a las bebidas azucaradas alrededor del mundo.
Impuesto a bebidas azucaradas
Sin impuesto
Fuente: Base de datos global sobre impuestos a bebidas azucaradas (BA) del
Fig. 2 Tipos de impuestos que han implementado diferentes países de Latinoamérica, el Caribe y Norteamérica.
En la región de América Latina y El Caribe (ALC) (Figura 2), desde 2014 a la fecha, algunos países como Chile (2014), México (2014), República Dominicana (2015), Barbados (2015), Ecuador (2016), Perú (2018), Panamá (2019), y más recientemente Colombia (noviembre de 2023)*24, han implementado impuestos especiales dirigidos a bebidas azucaradas (BA).
De acuerdo con datos del Banco Mundial, hasta agosto de 2023, cerca de 117 países a nivel mundial habían implementado esta medida fiscal, cubriendo 57% de la población mundial (Figura 1).22 En 71 países, los impuestos fueron implementados o actualizados después del año 2017.23
Fuente: Banco
https://ssbtax.worldbank.org
Impuesto a bebidas azucaradas
Impuesto a bebidas no alcohólicas, incluyendo el agua
Impuesto de importación
Impuesto al valor agregado (IVA) / Impuesto sobre bienes y servicios (GST)
Impuesto sobre las ventas
Impuesto no identificado
Fuente: Base de datos global sobre impuestos a bebidas azucaradas (BA) del Banco Mundial
* Debido a que la fecha de implementación de impuestos saludables en Colombia fue en noviembre de 2023, y que la fecha de actualización del mapa de países con impuestos fue en agosto de 2023, Colombia no aparece en los países identificados con impuestos en la región de América Latina.
Fuente: Banco Mundial https://ssbtax.worldbank.org
Banco Mundial
Resultados consistentes en distintos países del mundo
La experiencia internacional muestra que los impuestos a bebidas azucaradas (BA) son efectivos en diversos contextos, señalando que entre mayor es el impuesto, mayor es la reducción del consumo y, por ende, los beneficios a la salud. Entre los resultados reportados en distintos países están la reducción en compras, disminución en ingesta de azúcar/energía, incentivos de reformulación y generación de ingresos destinados a la salud. Algunos ejemplos son:
Estados Unidos
En Oakland, California, donde se implementó un impuesto de $0.01 USD/oz (aproximadamente 6.8 pesos por litro) en julio de 2017, se reportó una disminución de 26.8% en las compras de BA, comparado con Richmond (ciudad sin impuesto). 25
Un análisis en 5 ciudades de Estados Unidos, en donde se implementaron impuestos a BA (Boulder, Philadelphia, Oakland, San Francisco y Seattle), reportó26:
• Aumento de 33.1% en precios de BA en los dos años posteriores.
• Reducción del 33% en el volumen de compras durante el mismo periodo.
Sudáfrica
En abril de 2018 se implementó un impuesto basado en el contenido de azúcar (Impuesto de Promoción a la Salud), aplicado a productos con más de 4 g/100 ml. A un año de la implementación se observó:29
• Reducción de 9.1 g/cápita/día (31.4%) de ingesta de azúcar.
• Reducción de 39 kcal/cápita/día (32.5%) de ingesta de energía.
• Reducción de 117 ml/cápita/día (37.1%) en consumo de BA en adultos jóvenes.
América Latina y el Caribe (ALC)
Chile: tras implementar un impuesto escalonado con base en umbrales de azúcar, se observó una reducción de 3.4% en el volumen mensual promedio adquirido por hogar en las BA con mayor concentración de azúcares. 27
Barbados: un impuesto ad valorem**2 del 10% redujo las ventas de BA en 4.3% durante el primer año de evaluación.28
Reino Unido
En abril de 2018 se aplicó el Impuesto a la industria de refrescos, con tres niveles:30
1. Sin impuesto si contiene <5 g azúcar/100 ml.
2. 18 peniques/litro si contiene entre 5–8 g azúcar/100 ml.
3. 24 peniques/litro si contiene >8 g azúcar/100 ml. 31
Evaluaciones reportaron que entre 2015 y 2018:
1. El volumen de azúcar vendido en refrescos per cápita/día cayó 30% (–4.6 g/cápita/día).
2. El contenido de azúcar por ventas bajó de 4.4 g/100 ml a 2.9 g/100 ml.
3. Las ventas de refrescos con impuesto (>5 g/100 ml) cayeron 50%.30
Diversos países están considerando la asignación o etiquetado de recursos como un mecanismo para aumentar el espacio fiscal y movilizar recursos para priorizar necesidades en salud.
* * Tipo de impuesto que se calcula con base en el valor del producto o mercancia.
Cuando la salud avanza, la industria reacciona: posibles tácticas que pueden frenar la actualización de los impuestos
Cada vez que un país propone fortalecer medidas de salud pública para reducir la compra y el consumo de bebidas azucaradas (BA) y productos ultraprocesados (PUP), la industria responde con estrategias bien estructuradas para frenarlas o debilitarlas. No es casualidad, estas tácticas están documentadas a nivel internacional y se repiten una y otra vez, incluso cuando las medidas están respaldadas por evidencia científica y por organismos internacionales. Algunas de estas tácticas son:
Desprestigio de la evidencia científica
Cuestionan la validez de los estudios, alegando que son "incompletos", "no concluyentes" o "sesgados".
Financian investigaciones propias, con conflictos de interés, para generar "controversia científica".
Intimidación legal o amenazas de litigio
Lanzan advertencias sobre "expropiación de marca", "violación al libre comercio" o “afectaciones a derechos del consumidor”.
Presentan amparos o amenazas de arbitraje internacional.
Promoción de campañas de desinformación
Difunden mensajes como “el impuesto no ha funcionado” o “afectará a las familias de bajos ingresos”.
Usan asociaciones “ciudadanas” financiadas por la industria para promover estos mensajes.
Simulación de autorregulación como alternativa
Promueven códigos de “autorregulación voluntaria”, como si fueran equivalentes a medidas fiscales u obligatorias.
Alegan que ya están reformulando productos o etiquetando adecuadamente.
Cooptación de académicos o instituciones científicas
Establecen convenios con universidades o financian cátedras para producir evidencia favorable.
Utilizan el prestigio de ciertas instituciones para respaldar posiciones contrarias a las medidas fiscales.
Exageración del impacto económico negativo
Argumentan pérdida de empleos, afectación a pequeñas empresas o “criminalización del consumo”.
Presentan estudios con estimaciones infladas sobre los costos del impuesto.
ALTO EN AZÚCAR ALTO EN SODIO
Búsqueda de apoyo político y alianzas estratégicas
Se acercan a lideres de opinión y medios de comunicación para influir en la narrativa pública.
Hacen lobbying con legisladores y tomadores de decisión para promueven retrasos o modificaciones al diseño del impuesto. Pasan de tener cargos públicos a cargos empresariales y viceversa, lo que promueve las prácticas denominadas "puertas giratorias", con un alto potencial de conflicto de interés.
Enfrentar estas tácticas requiere anticipación, firmeza y estrategia, por lo que es clave prever las narrativas de la industria, blindar la evidencia científica, activar aliados con legitimidad social y técnica, y comunicar con contundencia los beneficios de los impuestos. Además, se debe exigir transparencia y rendición de cuentas a todos los actores involucrados en el debate, identificando y visibilizando los conflictos de interés que buscan frenar el avance de las políticas en salud.
Sabotaje disfrazado: tácticas corporativas ante regulaciones en salud
La industria de alimentos y bebidas no solo influye en el diseño de políticas, sino que activa poderosas estrategias para frenar, debilitar o revertir medidas que buscan proteger la salud de la población. Un reporte realizado en 202332 ilustra cómo estas tácticas se han puesto en marcha para proteger intereses económicos, estos son solo algunos ejemplos:
Reino Unido: Danone declara estar a favor de los impuestos a BA y PUP. Sin embargo, propone estándares más bajos al sugerir que se analicen mecanismos como la “alineación del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) con los perfiles nutricionales de los productos”. El IVA no es una herramienta eficaz para lograr objetivos de salud pública, ya que su tasa de traslado al precio es baja, es decir, no se refleja en aumentos significativos para el consumidor. Esta es una táctica nueva de la industria: al no oponerse abiertamente, aparentan apoyar medidas de salud, pero en realidad buscan influir en el diseño de las políticas para debilitar su impacto.
Perú: La asociación comercial Abresa se opuso activamente a la implementación de un impuesto a las bebidas azucaradas y propuso alternativas ante los ministerios de Salud y Educación, enfocadas en la responsabilidad individual. Entre sus propuestas figuraban campañas educativas para reducir el consumo excesivo de azúcar y promover la actividad física.
Global: Un grupo de cabildeo que representa a empresas como Coca-Cola, PepsiCo, Red Bull, Dabur y Tetra Pak, entre otras, cuestionó la evidencia contenida en las directrices de la OMS sobre los edulcorantes no calóricos. Estas directrices señalan que ingredientes como el aspartame y la stevia no ayudan a perder peso y pueden aumentar el riesgo de ciertas enfermedades. Las industrias alegaron que las recomendaciones de la OMS no son científicamente rigurosas ni están basadas en evidencia sólida.
Nigeria: La Asociación de Manufactureros de Nigeria advirtió al gobierno que el plan propuesto para aumentar los impuestos a las BA tendría repercusiones económicas negativas. Alegó que, junto con la crisis inflacionaria, el impuesto reduciría aún más el poder adquisitivo de la población, provocaría despidos masivos, cierres de fábricas y un aumento en la tasa de desempleo.
¿Qué necesita México para avanzar en la salud y hacer frente a la epidemia de sobrepeso y obesidad y otras enfermedades crónicas?
¡Una política integral!
El impuesto a bebidas azucaradas y productos ultraprocesados ha sido un paso importante en la política de salud pública en México. Sin embargo, debe incrementarse de acuerdo con las recomendaciones y mejores experiencias internacionales, y deber ir acompañado de otras estrategias como el etiquetado, la regulación de la publicidad y de los puntos de venta para revertir la epidemia de obesidad y otras enfermedades crónicas. Si queremos avanzar en la salud de la población, necesitamos avanzar hacia un enfoque integral que articule múltiples políticas, coherentes entre sí y orientadas a transformar los entornos alimentarios.
Impuestos a bebidas azucaradas y productos ultraprocesados
Etiquetado frontal de advertencia
Prohibición de venta de “comida chatarra” en escuelas
Regulación de publicidad dirigida a la infancia
Acceso garantizado a agua potable gratuita
Por estos avances deben complentarse con otra acciones clave:
Políticas agroalimentarias
Subsidios y compras publicas
Campañas educativas integrales
Regulación del entorno digital
Estas acciones no son aisladas, sino que representan un conjunto de políticas integrales recomendadas por organismos internacionales, como la OMS, la OPS y el Unicef, como parte de un enfoque estructural para enfrentar la obesidad, las enfermedades crónicas y mejorar los entornos alimentarios.
¡Implementarlas de forma articulada fortalece el impacto de las medidas fiscales
y garantiza avances sostenibles pública!
Supervisión objetiva: pilar de una política integral
El monitoreo y la evaluación no son opcionales: considerar estos mecanismos en la implementación de intervenciones es indispensable para que las políticas en salud realmente cumplan su propósito. Evaluarlas con rigor, transparencia y sin conflictos de interés permite identificar lo que sí funciona, corregir el rumbo cuando sea necesario, y protegerlas de presiones externas. Solo así es posible blindar las decisiones públicas frente a interferencias de actores cuyo interés económico contradice el derecho a la salud de la población.
Llamado a la acción
México tiene la oportunidad y la responsabilidad de fortalecer una política que ya ha demostrado resultados. Aumentar el impuesto a bebidas azucaradas (BA) y productos ultraprocesados (PUP) a por lo menos 20%, es una medida con un amplio respaldo técnico y un alto potencial de impacto en salud y viabilidad fiscal y política.
Rediseñar este impuesto no solo representa una inversión en salud, sino una apuesta por un país más justo, sano y sostenible. Llamamos a las y los tomadores de decisiones a ejercer un liderazgo valiente, informado y visionario, y a la comunidad en general, para que demanden y apoyen iniciativas como los impuestos que permitan mejorar su entorno. Con esto, lograremos colocar a México a la vanguardia de las políticas alimentarias para la salud pública.
Referencias
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