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Amor y odio en la tierra batida
Agencias
Stefanos Tsitsipas regresa a la tierra batida con impaciencia, Daniil Medvedev lo hace con repulsa. Ambos inician la carrera por conseguir el domingo el Masters 1000 de Montecarlo.
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“Es siempre un placer regresar a la temporada de tierra batida, uno de los periodos más fascinantes de la temporada. Estar en casa, comenzar la temporada de tierra en Montecarlo, mi lugar favorito”, señaló Tsitsipas, número tres mundial y ganador de las dos últimas ediciones en el Principado.
“¿Es qué hay realmente jugadores a los que les gusta estar sucios tras haber jugado en tierra? ¡A mí no me gusta! Cuando juegas en tierra puedes tirar las zapatillas a la basura, las lavas y la tierra no sale”, dijo Medvedev, quinto del mundo, en la que ya es una de sus muchas diatribas contra el polvo de ladrillo.
Ganador del US Open con su juego plano y sus bolas rapidísimas, también es crítico con la imprevisibilidad de los botes en tierra.
“Entrené con Holger Rune -antes del comienzo del torneo- y, en un juego, hizo cuatro saques correctos pero hubo falsos botes y fallé las cuatro veces. No me parece normal que haya falsos botes en una pista de tenis. A algunos les gusta, a mí no”, continuó.