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EDUARDO ANTONIO VELÁSQUEZ CARRERA

El centenario de los turnos de la Huelga de Dolores: de tortuga a cangrejo

Hace un siglo, la espléndida generación del veinte, liderada por Miguel Ángel Asturias, Premio Nobel de Literatura 1967, entre otros, ya había participado en el levantamiento capitalino y popular en contra de Estrada Cabrera, en abril de 1920. Para mayo de ese mismo año, ya habían fundado la Asociación de Estudiantes Universitarios –AEU– y los matasanos fundaron el glorioso equipo de futbol, Escuela de Medicina, que posteriormente le diera vida a nuestro equipo centenario de la Universidad, que no es el que vendieron los cremas del Comunicaciones. Esta generación fantástica elaboró el primer turno o acreditación de la Huelga de todos los dolores de nuestro pueblo, para el año de 1923. Era una glorificación a la Tortuga: “Dios te salva Señora Tortuga, Madre amante de nuestro progreso; llena eres de nuestro embeleso, libre estás de sufrir la ley fuga y ya vas mereciendo cabal, el lugar que ocupa el quetzal”. El país recién salía de la dictadura de los veintidós años de Manuel José Estrada Cabrera (1898-1920), quien había caído en la Semana Santa trágica y sangrienta de 1920, ante una insurrección capitalina y quezalteca. El primer turno o acreditación hacia la glorificación al animalito, que hacía referente a su lento accionar, comparándolo al progreso de Guatemala. Lento, pero al final avanzaba, a paso de tortuga. Ya los huelgueros la eximían del invento criollo de Jorge Ubico Castañeda, la ley fuga, tal como lo denunciara el periodista y licenciado Clemente Marroquín Rojas, en su libro de 1926. Ubico, como se sabe, fue reivindicado por el propio Estrada Cabrera en las filas del ejército y beneficiado por beca del General José María Orellana Pinto para ir a conocer California y sus medidas sanitarias, con recursos públicos. Un siglo después, ante el fraude electoral realizado por veintidós traidores del Consejo Superior Universitario, entregándole al gobierno de turno a nuestra Universidad e imponiéndole un interventor apodado “Salchicha Vienesa”, en contubernio con jueces a millares que la justicia vendieron, estamos a menos de dos meses que se concretice un fraude electoral a nivel nacional, en el cual los traidores son los miembros del Tribunal Supremo Electoral que inscribieron a varios delincuentes y le vedaron el acceso a varios candidatos probos y honrados.

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