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el desarrollo juvenil
TAMBIÉN DEBE TRABAJARSE CON LOS PADRES DE FAMILIA, PUES CONSTITUYEN EL FACTOR MÁS
IMPORTANTE PARA LOGRAR EL POTENCIAL JUVENIL.
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Estamos en una encrucijada de cara a promover las condiciones para el desarrollo juvenil integral de los guatemaltecos. Ha sido difícil que los jóvenes del área rural puedan soñar con un proyecto de vida y tener las posibilidades de llevarlo a cabo. Las condiciones de pobreza, falta de acceso a la educación en algunas localidades así como inexistencia de empleos que permitan la generación de ingresos familiares limitan el potencial de nuestros jóvenes.
Para mejorar el contexto para el desarrollo juvenil es necesario fortalecer la educación en el nivel medio, empezando por la transición de la primaria al ciclo Básico. No resulta fácil a la mayoría de estudiantes que concluyen sexto grado transitar a la secundaria, pues van de un centro educativo donde el maestro de grado los conocía y les ponía atención a un instituto donde el sistema es distinto y no reciben tanta atención personalizada.
Es por ello muy necesario fortalecer el ambiente escolar para que los institutos, sean de la modalidad que sean, tanto INEB, Telesecundarias o Institutos por Cooperativa para que sean muy acogedores y centrados en la recuperación de los aprendizajes, tomando en cuenta la situación de cada estudiante para apoyarlos de manera especial. No se vale conformarse con los indicadores anteriores donde había alta repitencia en primero Básico. Tenemos que aspirar a más, a que la mayoría permanezcan en la escuela y aprendan. Solo así podrán llegar a Diversificado y acercarse a su proyecto de vida.
Por otra parte, las atenciones en salud son importantes para los jóvenes. El estudio PISA determinó que es un factor clave que los jóvenes estén sanos para que también puedan aprender. Allí hay mucho por hacer, para que tengan acceso a servicios preventivos y curativos de salud en las distintas comunidades, pues dependen de los puestos y centros de salud.
En cuanto a la formación en habilidades blandas, hay programas actualmente que ayudan a los jóvenes para ser emprendedores y también para adquirir formación técnica para la inserción laboral. El INTECAP juega un papel fundamental en la formación de los jóvenes con las destrezas que requieren para poder optar a un empleo.
También debe trabajarse con los padres de familia, pues constituyen el factor más importante para lograr el potencial juvenil. Ellos pueden ser un aliciente a que estudien o desmotivarlos. Por ello, trabajar en escuelas de padres ayuda a que comprendan la importancia de la formación y de la educación para que puedan sus hijos tener un futuro distinto.
Es pues fundamental poder poner a los jóvenes en el centro de las acciones para que alcancen su potencial y su pleno desarrollo.
Ra L De La Horra
Falta de espíritu crítico
La ignorancia y la ingenuidad son dos de las principales barreras que impiden desarrollar el espíritu crítico necesario sin el cual nuestras opiniones pierden altura al manifestar dosis esperpénticas de estupidez y de arrogancia, provocando hilaridad y cansancio en el entorno. Ese fue, justamente, mi error hace muchos años ante Adolfo Sánchez Vásquez, intelectual republicano español radicado en México, experto en cuestiones de filosofía y estética, cuando en su clase repleta de estudiantes en la UNAM, cometí la insensatez de preguntarle sobre su relación con los intelectuales trotskistas que lo atacaban rabiosamente.
En medio de un silencio sepulcral y visiblemente molesto, me sermoneó diciendo que, si yo hubiera asistido a sus clases con regularidad y si hubiera leído sus libros, sabría perfectamente cuál era la respuesta. Por supuesto que me sentí ofendido por su reacción poco pedagógica, pero con los años comprendí que él tenía razón, sobre todo cuando en la actualidad hay lectores que me increpan con preguntas que denotan un gran desconocimiento sobre ciertos temas, sobre la historia y los enfoques conceptuales en juego, y que los medios de información abordan con una deshonestidad y un maniqueísmo galopantes. No es que uno se crea poseedor de una verdad en acero inoxidable, aunque las religiones, el neoliberalismo y los políticos norteamericanos con sus títeres europeos, afirmen que sí. Se trata más bien de desarrollar un mínimo de lucidez crítica y de comprensión de los fenómenos que se supone nos preocupan. En materia de problemas sociales y las implicaciones económicas y políticas que determinan nuestras vidas, no se puede pecar de inocencia, pues al final solo hay dos posiciones ético-filosóficas posibles ante la vida: o el pañuelo se hizo para la nariz, o la nariz para el pañuelo. Es decir, ¿vivimos para trabajar o trabajamos para vivir? En otras palabras: ¿defendemos PRIORITARIAMENTE a los trabajadores y el interés público, o protegemos sobre todo el capital y los intereses privados? Son los únicos caminos.
La necesidad del socialismo como concepción filosófica e histórica, como sistema económico-social y como orientación política, comporta lagunas, logros, tragedias y fracasos, así como experimentos variados desde hace apenas cien años. El capitalismo, en cambio, tiene más de quinientos años de desarrollo, pero está empujando al mundo hacia su destrucción debido a sus contradicciones insalvables y a su despilfarro de recursos. Tomar conciencia de ello y desarrollar un espíritu crítico que nos ayude a entender que el mundo debe cambiar de paradigma, es la única posibilidad de sobrevivencia que nos queda. La ignorancia y la ingenuidad en este campo nos llevarán directamente hacia el suicidio.