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Decepcionante panorama electoral

El proceso electoral dio inicio el recién pasado viernes 20 de este mes, con la convocatoria a elecciones generales. El decepcionante y absurdo panorama electoral empieza, con tener 29 “partidos políticos” que en su mayoría solo son una “patente de corso”, que se han inscrito y participarán en las elecciones. Resulta repugnante ver tanto partido donde hay oscuros personajes sin posibilidad alguna y que aparentemente “hacen política” solamente para obtener réditos económicos. De los 28, por suerte hay una coalición, tal vez 10 tengan posibilidad de ganar diputaciones y alcaldías y de esos creo que 7 puedan aspirar a ganar la presidencia. Si somos 8 millones de votantes y dividimos esto dentro de 28, cada partido tendría más o menos 300,000 votos. Pero eso es falso, hay partidos que sabemos obtendrán 25,000 o 30,000 votos como en las pasadas elecciones. Lo absurdo es que ellos lo saben y sin embargo salen con discursos demagógicos que sólo asquean al votante. Qué se logra entonces con eso, a mi parecer, desacreditar a la clase política y desgraciadamente a la democracia. Según he oído comentar y visto en las encuestas, algunas de dudosa validez, habrá unos 7 candidatos con posibilidades. Los nombres que se mencionan son: (en orden alfabético de sus apellidos) Roberto Arzú, Thelma Cabrera, Manuel Conde, Isaac Farchi, Ricardo Sagastume, Sandra Torres, y Zury Ríos. Si fuera una una maratón, estos 7 son los “escapados” y lo son porque todos ya han sido candidatos a la presidencia o al congreso por lo que han hecho campaña en toda la República desde hace años y por ende son conocidos o muy conocidos. Atrás vienen los otros candidatos en un gran pelotón, son esos partidos que logran un ingenuo “candidote” que financie la campaña, en la que el Secretario General ocupa la primera casilla del listado nacional para así, probablemente llegar al Congreso y no perder el partido, pero malintencionadamente participan sabiendo que no van a ganar. Y es que podrían haber candidatos de muy buena fe, pero que por culpa de la grotesca (estúpida realmente) Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), sólo pueden hacer campaña electoral durante tres meses y así es imposible darse a conocer, ni ellos ni su partido, mucho menos su programa de gobierno.

Ver Nica Spross De Rivera

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las ventajas es el bienestar de convivir con los compañeros y los docentes. Los centros educativos son espacios donde se aprende a socializar, a respetar a los demás, a seguir normas de convivencia y a aprender colaborativamente. Se aprende más si se puede dialogar con alguien sobre lo que estamos viendo ese día en las lecciones.

En un estudio realizado por Mexicanos Primero se hicieron preguntas a los estudiantes para conocer los efectos de la pandemia. Resultó bastante alarmante que un porcentaje de los niños que no asistieron a la escuela de manera presencial no podían recordar el nombre de los números. Las consecuencias que hay en la sociedad son amplias, pero lo más grave es que el niño o niña no va a lograr su máximo potencial. Si tenía la capacidad para llegar a ser astronauta o científico, sin educación integral no podría lograrlo. El bienestar socioemocional es clave para aprender, eso lo mostró la pandemia. La escuela es un espacio fundamental para que aprendan más y adquieran habilidades socioemocionales. El aprendizaje a distancia tenía esa gran desventaja, ya que no promovía las destrezas de convivencia social. Al regresar a la escuela una de

En seguimiento al mismo estudio señaló Laura Ramírez de Mexicanos Primero que el 21.6 por ciento de los niños de 12 a 15 años mostraban signos de depresión. Al solo volver a la escuela, aún sin tomar acciones específicas, el indicador de depresión bajó a 14 por ciento. Por otra parte, también indicaron que 20 de cada 100 hombres y 15 de cada 100 mujeres presentaron ansiedad. Generalmente hay ansiedad por separación, en los niños pequeños se manifiesta al estar lejos de sus padres; es relevante mencionar como novedad que se dio esta ansiedad en jóvenes, debido a la pandemia. Todo esto nos lleva a concluir que se requiere atención al fenómeno socioemocional.

¿Qué debemos hacer? Lo primero es reconocer que tenemos una crisis; se trata de un desafío en cuanto a la formación integral de una generación (la generación de la pandemia), ya que nunca en la historia se habían cerrado las escuelas por tanto tiempo, más de dos años.

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