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FERNANDO GONZÁLEZ DAVISON
Gilgamesh y Matusalén
“MIRA AL HOMBRE FUERTE QUE DESEA LA INMORTALIDAD…”.
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Confieso que en los Ochenta incursioné en los estudios babilónicos y asirios para entender mejor los primeros pasos y progresos del hombre en los albores de la historia, cuando de pronto se me reveló “La épica de Gilgamesh”, el primer gran poema anónimo de la antigüedad, escrito hace unos cinco mil años, cuya vigencia sigue presente: es un clásico que revela las distintas facetas del corazón humano, sus ansiedades, sus anhelos, sus fracasos y logros, que se resuelven de manera contradictoria en el personaje orgulloso que baja la cabeza y se torna humilde después de perder a su gran amigo Enkidu.Se trata del rey-dios Gilgamesh que reina en Uruk. En el texto aparece el diluvio universal (al igual que en el Antiguo Testamento o en el Popol Vuh). Fue un milagro encontrar la historia en escritura cuneiforme en tablillas de barro cocido bien preservadas a causa y a pesar del incendio de Nínive que las solidificó cuando la ciudad fue atacada y destruida junto a su gran biblioteca de tablillas por sus enemigos hace dos mil cuatrocientos años.
Sigue jovial su contenido pues ha sido puesta en escena y en musicales, en poemas, en ficciones y artes visuales, según se indica al inicio de la nueva traducción de dicha historia por Sophus Helle, pues además del drama humano que implica al rey-dios y a su amigo Enkidu, también hay consideraciones ecológicas, filosóficas… Es la primera gran obra literaria de la historia humana escrita más de un milenio antes que la Ilíada y la Odisea, y sin embargo, desde que fueron descubiertas las tablillas de barro y traducida la historia por George Smith hace 150 años, cada generación aprende y se recrea con ese mundo primigenio, cuya lectura recomiendo, sobre todo a los orgullosos para que se vuelvan humildes y más humanos ante la brevedad de la vida, donde, escribiendo, entendí que hacer el bien es la razón por la cual estamos en este mundo pero hacemos lo contrario.
Bajo esa influencia, comencé a escribir la historia de ficción “Matusalén” que ganó el Premio Monteforte 2000 (https://www.agenciaocote.com/ blog/2022/08/06/monteforte-toledo-un-recorrido-por-el-premio/), puesto que en la Biblia solo hay dos párrafos sobre él: que fue hijo de Enoch y que vivió 900 años. El vivió varios siglos antes de que naciera Gilgamesh. Así, retrocedí en el tiempo en esa región semita para imaginar cómo fueron los siglos anteriores a Gilgamesh.
Fabulosos descubrimientos en El Mirador
En diciembre pasado hizo 18 años que caminé por la selva petenera rumbo a El Mirador. Todavía me fascina todo lo que tiene que ver con el reino Kan y no pude sino alegrarme de que han sido encontradas una cantidad increíble de ciudades y calzadas que hacen de la Cuenca Mirador un sistema integrado. Los descubrimientos con tecnología LiDAR y el liderazgo del arqueólogo Richard Hansen así como el profesionalismo de su equipo, nos están descubriendo un mundo que ni imaginábamos.
Cuando uno ha viajado bajo el dosel espeso de los árboles, en la selva, bajo el cual oyes que llueve, pero la lluvia no llega al suelo debido a lo espeso del follaje en las alturas, uno se da cuenta de lo fascinante que es la tecnología que permite ver estructuras y ciudades ocultas por la jungla.
La imaginación se dispara cuando uno trata de traer a la vida toda aquella infraestructura, al servicio del comer- cio, de la política y de la guerra. Porque, ¿ya sabes, verdad? Los mayas no eran aquellos matemáticos y observadores de estrellas pacíficos con los que fantaseó Eric Thompson.
Me deja papo el hecho de que los mayas hayan conseguido los niveles de complejidad que consiguieron en un ambiente tan hostil como el de las tierras bajas. Otras grandes civilizaciones de la humanidad prosperaron al lado del Nilo, del Ganges, del Yangtse y del Tigris y el Éufrates, pero los mayas prosperaron en las selvas y a merced del agua de lluvia.
Como durante mi visita al reino Kan tuve la dicha de conversar con nuestro guía, Darwin, y con la cocinera, los muleros, y el ayudante, se lo valioso que es el involucramiento de los habitantes de la cuenca en la explotación racional de aquellas maravillas. Se que los saqueadores, los ladrones de madera y los narcos son amenazas para quienes viven pacíficamente en el área y para quienes quisieran visitarla. Se que esos problemas son camisas muy grandes para el gobierno y se que la riqueza potencial de El Mirador sólo será aprovechable significativamente si hay un involucramiento más profesional de quienes viven por allá y un involucramiento del sector privado; y por si acaso, por sector privado me refiero al sector voluntario de la economía, en oposición al sector coercitivo de aquella.