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LA INDEPENDENCIA Y LA IGLESIA
27 de septiembre de 2009, AÑO 15, No. 742
El Observador
Es innegable: fueron hombres de Iglesia los protagonistas de la gestación y consumación de la independencia de México POR GILBERTO HERNÁNDEZ GARCÍA / gilberto@elobservadorenlinea.com
El próximo año estaremos festejando 200 años del inicio de la lucha por la independencia de México con respecto a la corona española. La celebración ofrece una inmejorable oportunidad para intentar una lectura objetiva, serena y crítica, más allá de cualquier apasionamiento o ideología, de esos momentos cruciales de nuestra historia nacional. Hace unos días, don Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia y presidente de la Comisión de la Conferencia Episcopal Mexicana para la Celebración del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución, señaló que es necesaria una «revisión y purificación de la memoria histórica en la que se reconozca el papel protagónico que ha tenido la Iglesia católica, pastores y fieles, en el devenir histórico de nuestra nación», a la luz de investigaciones recientes. Para nadie es un secreto que en ciertos momentos y para ciertos personajes, amparados en el escudo del laicismo, la Iglesia llegó a ser vista como el principal obstáculo de la identidad de la soberanía y del desarrollo de la nación y se pensó que su eliminación del escenario público o al menos su marginación y reducción a la esfera privada, traería una mayor afirmación de la identidad de los mexicanos. Son Iglesia los Insurgentes como Iglesia eran los Realistas
La participación de la Iglesia en estos acontecimientos dramáticos que conmemoramos es motivo de juicios contrapuestos, de discusiones a veces enconadas, sin embargo una cosa es innegable, nos guste o no: los hombres de Iglesia y
no sólo los llamados «eclesiásti- te, los van a castigar y el párroco o uno. Y la carrera eclesiástica lleva cos», obispos, sacerdotes, sino los defiende o también es castiga- a quienes optan por ella —en aquél también laicos, miembros por el do; es decir, la gran mayoría de los tiempo como ahora— a un procebautismo del pueblo fiel, fueron sacerdotes no participó, aunque so en donde se forman, se educan, protagonistas en la gestación y en nos imaginamos por las grandes llevando a cabo sus actividades la consumación de la Independen- figuras que hubo una enorme par- primero como vicarios, después como párrocos, etcétera, y hay quiecia; eran Iglesia los insurgentes y ticipación». nes siguen en esa eran Iglesia los reacarrera hasta llegar listas. Es muy comprensible que los obispos, al gobierno y a la Según el arzojerarquía de la Iglebispo de Morelia, promovidos por la Corona Española, se sia». es «muy comprensible, en el contex- opusieran a cualquier intento de independencia; Incidencia del clero to de la época, que pero es significativo que un sector de la los obispos, prácen la Independencia Según Cristina ticamente todos Iglesia, incluidos algunos clérigos, esgrimiera peninsulares, pro- argumentos hasta de tipo teológico para Torales, a los partícipes y líderes de movidos por la Corona Española en defender el movimiento armado cuando se los movimientos emancipadores virtud del patrona«los han identificato regio, se opusie- cerraba la posibilidad de un cambio pacífico do siempre con una ran a cualquier inLa estudiosa señala que pro- ilustración de corte francés, destento de Independencia, pero es muy significativo también que un bablemente haya unos «400 de un conociendo que se dio y existió sector importante de la Iglesia, in- lado y 300 que sí son dirigentes y una ilustración en el mundo hispácluidos algunos clérigos, esgrimie- participan en la guerra, pero esa nico que comprendió Asia, Amériran argumentos aun de tipo teoló- no es la gran mayoría de los sacer- ca y Europa». Y en ese mundo de fin del siglo gico para defender el movimiento dotes y de los religiosos de la Nuearmado cuando se cerraban las po- va España, lo cierto es que el cle- XVIII «las comunidades en esos sibilidades de un cambio pacífico ro, tanto regular como secular, se espacios lograron vincularse a una que, por otro lado, se veía necesa- dividió profundamente en cada visión y un modo de ser ilustrado, que ciertamente no atentó o no rio por el creciente desequilibrio convento, en cada diócesis». desarrolló un pensamiento que social, la marginación de los naci¿Alto clero versus bajo clero? atentara contra la fe católica, que dos acá y la inequidad injusta». Durante mucho tiempo se pro- no se desarrolló una ilustración En este sentido, la investigadora Guadalupe Jiménez Codina- pagó la imagen de la iglesia cuya centrada en el pensamiento filosóch apunta que, durante la guerra jerarquía eclesiástica está vincula- fico, sino fue una ilustración más de Independencia, «hay sacerdo- da con el poder y con la inquisi- pragmática, interesada en una tes, religiosos y legos de tres ti- ción, por un lado; y por otro, la de transformación a partir de la adappos: unos son pro-realistas, otros aquellos curas que son reconoci- tación», asegura la experta. Torales Pacheco señala que pro-insurgentes, pero la gran ma- dos como héroes de la Indepenyoría no es ni uno ni otro, que no dencia, nombrados como «el bajo dentro de este grupo de intelectuales ilustrados sobresalen los saben qué hacer en esa situación clero». La doctora Cristina Torales Pa- clérigos, tanto regulares como sedifícil; por un lado, está su feligresía que a veces es atacada por in- checo, experta en historia virreinal, culares que, luego, la histografía surgentes y el propio párroco se es contundente al afirmar que debe de principios del siglo XX, imbuitiene que esconder, o a veces [la quitarse del discurso historiográ- da por el positivismo, dejó fuera feligresía es atacada] por realistas fico «la idea de un bajo clero y de de la lista de los próceres de la Iny si su feligresía ha sido insurgen- un alto clero, es decir, el clero es dependencia.
La investigadora sostiene que «recuperando a nuestros ilustrados podemos comprender de una manera más puntual la incidencia del clero en el movimiento independentista, que nos llevó a la creación de una nación; porque estos ilustrados tienen una actividad no sólo como inspiradores y partícipes en este movimiento de Hidalgo, que podíamos identificar en el año 1810-1811, sino que estuvieron presentes en lo que podría llamarse como ‘guerra de conciencias’, aquellos debates que se desarrollaron a través de la folletería, el recurso de la imprenta, para lograr en las conciencias de los novohispanos la construcción de una nación». Superar la confrontación, favorecer la reconciliación
En concreto, la Independencia nacional y la Revolución Mexicana son hechos complejos que fácilmente dan pie a la polémica. En su carta colectiva del año 2000, los obispos mexicanos afirmaron que «para superar la permanente tentación de la confrontación y la violencia que nos ha marcado en algunos momentos de nuestra historia y para abrir caminos nuevos en los que todos podamos participar para construir el futuro de la nación, es necesario crear espacios de encuentro, de diálogo y de reflexión en los que, partiendo de la realidad y de la identidad de nuestra nación, debemos revisar qué es lo que nos une como mexicanos, cuáles son nuestros referentes comunes y donde están los principales problemas que nos han contrapuesto, de manera que podamos encontrar los caminos para crecer en un clima de reconciliación, de justicia y de paz».
MAR ADENTRO
EL SIGNIFICADO DE LOS COLORES DE NUESTRA BANDERA POR FRANCISCO SÁENZ MUÑOZ / fsaenzmunoz@yahoo.com.mx
«El verde es la Independencia, el blanco es la religión católica y el rojo es la unión de todos» Bandera del Ejército Trigarante Los colores de nuestra bandera nacional no son fruto del azar, de la estética o de una poesía; el blanco, el verde y el rojo simbolizaron un proyecto de nación que cristalizó con la consumación de la independencia de México de forma pacífica. El Plan de Iguala
Agustín de Iturbide comprendió que la Independencia de México «sólo se lograría si los militares insurgentes se aliaran con las fuerzas que militamos bajo las órdenes del Rey». Así de simple y así de complejo. ¿Cómo lograr la unidad después de una década de luchas entre insurgentes y realistas en todo el territorio? Fue así que Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero —quienes eran soldados enemigos irreconciliables— pro-
clamaron un pronunciamiento político el 24 de febrero de 1821 en la ciudad de Iguala, en Guerrero, en el que se declaraba la independencia de México bajo tres principios fundamentales: establecer la independencia de México de parte de España, establecer la religión católica como principio activo de la unidad nacional y establecer la unión de todos los grupos sociales. El ejército trigarante y la bandera
Los tres principios del Plan de Iguala —Religión, Independencia y Unión— se convertirían en las «Tres Garantías» que promovería el ejército para apoyar a un nuevo gobierno; por esa razón se le llamó el «Ejército Trigarante», que siguió combatiendo contra las tropas realistas (españolas) que se rehusaban a aceptar la Independencia de México. Estas batallas continuaron
hasta agosto de 1821 cuando Iturbide, junto con Juan O’ Donojú, firmaron los Tratados de Córdoba en los que se reconoce a la Nueva España como un imperio independiente. La bandera del ejército trigarante tenía tres franjas. La primera franja, empezando por la parte superior, era blanca y simbolizaba la pureza de la religión católica; la segunda era verde y simbolizaba el ideal de independencia política de México, no sólo con relación a España, sino también de toda otra nación; la tercera era roja y representaba el ideal de la unión entre los indios, mestizos, criollos y españoles residentes en México y, en general, entre cuantos constituían la población mexicana; las estrellas representaban las tres garantías y la voluntad de cumplirlas. Finalmente, el 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante con Iturbide al frente, entra a la ciudad de México de forma pacífica y al día siguiente se firma el acta de Independencia. Así se daba por concluida esta gesta histórica iniciada en 1810.