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Vivir para contarla
Por Rosario Gutiérrez
40 años de conocer a México, ¡Feliz cumpleaños, Inegi!
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Un 25 de enero, pero de 1983, fue creado por decreto el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), organismo que desde ese entonces y en conjunto con sus integrantes en todo el país, se ha dedicado a recorrer las grandes y pequeñas ciudades, pueblos, comunidades y otros recovecos del territorio para que el resto de mexicanos podamos conocer esos entornos a través de los datos que arrojan sus encuestas, censos, índices y otros números recopilados a lo largo de cada año.
¿Pero para qué tener estos datos? ¿A quién le sirven?
La utilidad de estos dependerá de lo que cada persona busque o en lo que se desee ahondar, pero el Inegi, por ejemplo, es una fuente vastísima para quienes nos hemos dedicado al periodismo, en especial, para quienes disfrutamos el periodismo de datos.
A través del Inegi podemos conocer condiciones como la percepción de inseguridad de las ciudades, cómo ha evolucionado esta, conocer incluso el estado civil de las y los mexicanos, los nacimientos, las muertes, los negocios que han abierto y los que han cerrado, bueno, incluso uno puede acceder a un mapa de taquerías.
A través de los datos del Inegi se pueden hacer comparativas sobre tópicos, como la Movilidad y gracias a estos identificar áreas de oportunidad a las cuales aplicar políticas públicas.
Pero también se puede cruzar datos para tener un panorama más claro y certero, así como construir ventanas a otras cotidianidades que pueden pasar desapercibidas, pero en las que es necesario fijarse y trabajar, por ejemplo, ¿quién usa más el transporte público y qué nos dice esto sobre los estilos de vida o carencias? Gracias al Inegi, sabemos que son las mujeres quienes más usan el transporte público para sus actividades y son los hombres quienes más emplean el carro particular.
El Inegi también nos dice que son las mujeres las que más horas trabajan, pero menos ganan. Al cruzar ambos datos nos podemos dar cuenta entonces que hay una brecha salarial entre ambos géneros y ello, podría ser el causal de que las mujeres tengan un acceso más limitado a vehículos particulares.
Pero los datos del Inegi van más allá del periodismo, son usados por analistas, por quienes construyen las políticas públicas, estos datos se sientan en las mesas de decisión con los gobernantes y sus asesores.
Forman parte de la construcción de leyes, reformas, documentan los cambios sociales y económicos del país, entre otros.
Es necesario que como ciudadanos reflexionemos sobre la importancia de esta institución y las herramientas que nos brinda y sobre todo, estar dispuestos a cooperar con esta, no solo brindando datos, sino protegiendo su existencia.
ARTÍCULO:
Por Marcial Aviña Iglesias
¿Por qué somos tan listos?
En el año 2018, después de que se aplicó la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE, cuyo objetivo fue medir la capacidad de los estudiantes de 15 años para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias con los cuales logren afrontar los retos de la vida real, conocida por la raza de Mexicalpan de las Garnacha s como la prueba PISA. Cuenta una anécdota imaginaria que cuando el director de la escuelita rural de Zhejiang -una provincia al este de China a lo largo del Mar Oriental-, al entrar al aula sin paredes y de techo de palapas para notificarles a los alumnos que en la citada prueba habían obtenido puntuación significativamente más alta en lectura y que entre sus compañeros había quienes lograron el Nivel 6 en matemáticas, es decir, el nivel de dominio más alto que describe PISA, al unisonó gritaron vivas, y de entre la algarabía, un estudiante le preguntó al director: ¿dire , y por qué somos tan listos?
De pronto se hizo un gran silencio, naquever con esa banda regiomontana de rock en español que mixtura reggae, hip-hop con ritmos de cumbia y vallenato norteño, sino que todos se quedaron callados… para después explotar a carcajadas, mientras al director se le venía a la mente que, si para el chamaco “ser listo” era sinónimo de inteligencia, entonces hacía alusión a un bien escaso, que muchos lle - gan a confundir con la sabiduría, y esta última se caracteriza por acumular diversos conocimientos, por lo tanto, la inteligencia consiste en utilizar los conocimientos obtenidos para resolver alguna situación problemática.
Estimado lector, uno cree que, a simple vista, la respuesta al cuestionamiento del chamaco parece fácil, pues somos la única especie que se plantea estas preguntas, y allí denotamos la capacidad sapiencial que indudablemente supera a las demás especies de nuestro globo terráqueo, y, que nos hace sentir superiores, egocéntricos, tan civilizados que con esa capacidad intelectual hemos sido capaces de inventar la silla eléctrica, la cámara de gas, declarar la guerra por ambición, por diversión, por celos, por envidia, por ideología, por poder o por dinero, pero… no escribí hoy para hacerlo sentir defraudado de nuestra especie, mejor siéntase listillo citando esta frase que según San Google, se le atribuye a un ínclito personaje, Premio Nobel de Física en 1921, Albert Einstein: “ solo hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera ”, por lo tanto, sí por una casualidad hermosa del destino alguno de sus discípulos le pregunta por las causas del origen de sus capacidades intelectuales, respóndale que agradezca al Creador o a la Pachamama de no forma parte de la segunda taxonomía infinita de Einstein.
ARTÍCULO:

Por Mtra. Ruth Holtz*
La psicoterapia como herramienta para crecer
Este tema parte de una pregunta básica “¿qué es la psicoterapia?”. La verdad que, con tantos psicoterapeutas, psicólogos, psiquiatras, coaches y hasta facilitadores, las personas pueden sentirse perdidas en un mar de opciones. Hay varias respuestas dependiendo desde qué punto de vista lo vemos. Si es desde el interés de los estudiosos del área, las diferencias vienen por qué, parte del ser humano enfocan y cómo lo conceptúan. Si es del interés de las personas que la ocupan, entonces depende de su problema o trastorno, de su manera de ser y de su disponibilidad a cambiar. De todos modos las respuestas se correlacionan pues quizá un enfoque sea más adecuado a cierta persona por su padecimiento que otro. Pero también hay enfoques limitados y se necesita complementar.
Quizá otra pregunta clave sea ¿a qué viene uno a psicoterapia? Y por supuesto depende del profesional, lo qué ofrece, y de la persona, qué busca.
De entrada, podemos decir que la psicoterapia es diferente de la psicología, pues esta sólo es una base académica que se limita al estudio de la psique como sea que cada autor la conceptúe, pero no ofrece un método de abordaje clínico. La psicoterapia es ese método de abordaje. La psiquiatría ofrece un apoyo farmacológico que es limitado para las personas “normales” de las que ya padecen patologías o trastornos, pues como ya no cuentan con la colaboración de la persona y rebasan su capacidad, deben ser controlados con medicamentos. Les nombran “enfermos mentales”. Los coaches son acompañantes en procesos de apoyo reflexivo y para despertar conciencia. Pero no tienen una preparación para un abordaje profundo del sufrimiento de alguien.
La psicoterapia no es mejor ni peor que los métodos anteriores. Todo depende de qué necesitamos. En sus inicios la psicoterapia estaba todavía demasiado pegada a la medicina, de manera que enfocaba a sus clientes como “pacientes”, y a sus problemas como “enfermedades” y al objetivo de la psicoterapia la “cura”. Con el tiempo, esta disciplina ha ido más allá de un estado de enfermedad o locura a otra conceptualización de los problemas de vida de sus consultantes. La psicoterapia se ha diversificado dependiendo de cómo conceptúa al ser humano, a sus padecimientos y la forma de enfrentarlos, resolverlos o integrarlos.
La psicoterapia que nosotros ofrecemos es para crecer como personas, para aliviar el sufrimiento, para conocernos mejor y para dejar el pasado atrás, ese que estorba a nuestro presente y futuro. Ya no se trata de enfermedad, de locura, ni tampoco de curación. Los problemas de la vida no son enfermedades y la necesidad de conocernos a nosotros mismos para vivir mejor no es una forma de curar la enfermedad. Este ha sido un mito que ha perjudicado mucho porque entonces la gente ha pretendido dejar en manos de otros su vida, cuando las elecciones libres son un privilegio de ser seres humanos. Por eso no podemos hacer de la psicoterapia un espacio para recibir consejos. Un psicoterapeuta no debe inclinar la balanza según su propia opinión sobre qué debe o no debe hacer alguien en una situación precisa. El psicoterapeuta no es un gurú o especie de sabio que nos pueda decir qué hacer en los dilemas de nuestra vida. En la psicoterapia venimos a trabajar para conocernos, crear una relación con nosotros mismos sin engaños y “limpiar” de nuestro mundo interior y de nuestro cuerpo lo que ha bloqueado el crecimiento, la vida armónica y libre de sufrimiento inútil. Y entonces nosotros mismos tendremos la libertad para elegir con inteligencia y con otros puntos de vista para que nuestro criterio se amplíe y desarrollemos mejor discernimiento para decidir lo mejor para uno mismo y de la influencia que ejerzamos en los que nos rodean o dependen de nosotros.
* Psicoterapeuta
Teléfonos: 312 330 72 54 312 154 19 40
Correo: biopsico@yahoo.com.mx
