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Blanca Mariposa
Por Beatriz Bracamontes Ceballos**
Para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesCo): “La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva”. De la misma manera, considero que también es un derecho recibir educación enfocada a compartir conocimientos para crear conciencia ante las problemáticas ambientales globales y locales, y entender la vulnerabilidad social ante las crisis ambientales y climáticas a las que estamos expuestos si no buscamos soluciones y enfocamos nuestra mirada al cuidado ambiental con una participación activa de manera individual y colectiva.
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El día de hoy, 26 de enero, es Día Mundial de la Educación Ambiental; hace 48 años se celebró en Belgrado el Seminario Internacional de Educación Ambiental, donde participaron expertos de más de 70 países y se establecieron los principios, las metas y los objetivos fundamentales de la Educación Ambiental.
Para lograr las metas y los objetivos de la Educación Ambiental, el papel de las universidades es fundamental. Las universidades de todo el mundo han iniciado el reto y la responsabilidad de implementar la Educación Ambiental para la sustentabilidad.
En la Universidad de Colima, en el actual periodo rectoral, se ha iniciado también la tranversalización de la Educación Ambiental para la sustentabilidad con el eje transversal de Gestión Ambiental.
En este sentido, es necesario que la Educación
Ambiental sea más que únicamente enseñar, compartir conocimientos, habilidades y valores, es pertinente educar a nuestras/os jóvenes con responsabilidad, capacidades y herramientas necesarias para la construcción de una nueva cultura ambiental. Ellas y ellos serán futuros egresados, profesionales y tomadores de decisiones, por ello es importante que las y los egresadas/os sean concientes del impacto que tendrá su práctica sobre el ambiente.
Sería conveniente que la Educación Ambiental se imparta desde el primer día de clase de la o el estudiante o desde el primer día laboral de una o un trabajador en la Universidad. Enfocándonos únicamente en la docencia, sería ideal que la Educación Ambiental esté presente en todas y cada una de las carreras, no solo una asignatura o una licenciatura es la que debe enfocarse a estas temáticas, si no que lo ambiental sea transversal a todas las disciplinas; al respecto, en la Universidad de Colima se están dando ya los primeros pasos importantes en el diseño curricular para incorporar temas ambientales, pero aún falta mucho camino por recorrer.
A veces creemos que en nuestra asignatura no es posible vincular temas y problemas ambientales o no sabemos cómo hacerlo, para ello podemos comenzar por preguntarnos, ¿qué relación puedo establecer entre los contenidos de mi asignatura y el tema ambiental y de sustentabilidad? Las respuestas es algo nuevo que hoy consideremos a las fake news o a los hechos falsos parte natural del debate político.
“El diccionario Oxford consideró en 2017 como palabra del año a fake news. En 2016, ese mismo diccionario había considerado como palabra del año a posverdad. Estamos impactados, impresionados y traumatizados por el hecho que el universo de la información esté hoy colonizado por esas nuevas realidades.
“Por ejemplo, cuando Angela Merkel y la CDU (Unión Cristianodemócrata) sufrieron en 2016 una derrota importante, como efecto de una campaña para culparla por la crisis humanitaria de los refugiados sirios, la canciller alemana declaró: ‘Vivimos en tiempos post factuales.
“Dicho por alguien como Merkel que no es una revolucionaria, la gente ya no se interesa por los hechos sino por los sentimientos y las emociones suscitadas por las informaciones falsas.”
Tiempos Post Factuales
“En tiempos post factuales, ya no es el hecho el que tiene importancia sino la manipulación del hecho. El 3 de abril de 2017, Time Magazine tituló en portada después de las elecciones ganadas por Trump: ‘Ha muerto la verdad’. Una frase que nos recuerda a la célebre afirmación de Nietzsche, a finales del Siglo XIX: ‘Dios ha muerto’.
“Para el filósofo alemán, si Dios ha muerto ahora somos totalmente libres de hacer lo que queremos, ya no tenemos a esa autoridad que nos domina. Lo mismo ocurre si ha muerto la verdad, ya no tenemos por qué respetarla: podemos inventar lo que queramos, afirmar lo que queramos y manipular la información como queramos.
“Ahora muchos Estados tienen miedo ante las nuevas campañas de desinformación, las cuales son posibles por el uso de fake news masivamente difundidas por las redes sociales. Algunos países, como Francia, decidieron hacer leyes para protegerse contra las noticias falsas. Leyes que son más bien intenciones porque es difícil, a posteriori, ver el uso de estas noticias falsas.
“Noticias falsas siempre han existido. La guerra de Irak se desencadenó bajo una afirmación permanente y por todos los medios: el gobierno de
Estados Unidos dijo tener supuestas pruebas, conseguidas por sus agencias de seguridad, de que el gobierno de Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva, en particular armas nucleares o bacteriológicas. Era absolutamente falso, como se demostró después, pero eso no impidió que se destruyera Irak”, apunta Ramonet.
LA GRAN IMPOSTURA
“A diferencia de 2002, los medios masivos tradicionales (prensa, radio y televisión) no tienen ahora el monopolio de la influencia en la opinión pública. Son internet y las redes sociales las que ponen hoy a nuestro alcance millones de narrativas, en competición con las de los grandes medios tradicionales que se ven impotentes para combatirlas o modificarlas.
“Cuando fueron los atentados contra las Torres Gemelas y el Pentágono el 11 de septiembre de 2001, vimos en directo sobre todo lo que concierne al colapso del World Trade Center. Pero los hechos acabaron siendo cuestionadas por toda una serie de tesis que decían que no había ocurrido.
“Con las llamadas tesis complotistas, en particular un autor francés, Thierry Meyssan, vendió millones de ejemplares de su libro traducido a todas las lenguas en el que hablaba del 11S como una gran impostura.
“Millones de personas aceptaron la idea de que el atentado era falso, que ningún avión se había estrellado contra el Pentágono. Y esa fue la primera gran demostración de que se puede invertir una información, aunque nos aparezca evidente.
“La afirmación de Meyssan fue una de las primeras verdades alternativas. A muchas personas críticas con Estados Unidos les gustaba. Como decía Merkel, la gente cree en sus emociones, cree lo que quiere creer. Basta que yo te dé los elementos que van a permitir confortar lo que tú desde siempre has creído, pero que estás necesitando de esos elementos para tener una base de credibilidad. La afirmación de que los atentados del 11 de septiembre fueron una farsa, fue una de las primeras grandes verdades alternativas que internet acabó por imponer como una realidad.”
Mentiras Imp As
“Noam Chomsky dice que la gente ya no cree en los hechos, que los hechos ya no tienen capacidad demostrativa en este momento. Du- rante su campaña, Trump pudo afirmar toda clase de barbaridades y la gente lo creyó. Por ejemplo, una mentira sencilla que circuló y hasta los medios serios lo difundieron es que el papa Francisco apoyaba su candidatura.
“Trump aseguró también que Hillary Clinton, su adversaria, dirigía una red de pornografía infantil desde una pizzería, y hubo atentados contra la pizzería que no tenía nada que ver. Inventó que Obama había nacido en Kenia para demostrar que era extranjero (en realidad, el padre de Obama fue el que nació en Kenia). Y afirmó que millones de musulmanes habían festejado en las calles cuando cayeron las Torres Gemelas.
“Todas estas afirmaciones no sólo las hizo Trump en sus discursos, sino que las difundió masivamente apoyándose en verdaderas oficinas de ciberguerra. Y una que se ha estudiado bien, Endind the Fed, manejó desde Rumanía una cuenta de Facebook con más de tres millones de seguidores. Con ella, Ovidiu Drobota -un joven entonces de 24 años- fabricó 10 de las fake news que más le sirvieron a Trump.
“Entre otras mentiras, inventó que Hillary Clinton como secretaria de Estado había vendido misiles y armas a los terroristas de Daesh, el Estado islámico de Irak; que había pagado millones de dólares al director del FBI para que la ayudara en su campaña contra Trump; y que Hillary era la nueva encarnación del demonio y, en una encuesta, el 42% de los estadounidenses lo creyeron.”
“Toda esta nueva concepción de una elección en la que no se respeta una ética sino que se difunden hechos y noticias falsas, con la ayuda de oficinas de consultoría especializada, se ha transformado en una práctica habitual.
“Jamás en la historia de un país democrático, el presidente se había convertido en la fuente principal de tantas noticias falsas. Es habitual que un jefe de Estado mienta, pero no sistemáticamente ni de manera tan descarada como lo llegó a hacer Trump. Fue un golpe violento a la respetabilidad simbólica del jefe de Estado y a la institucionalidad política.
“Para entender la comunicación en el Siglo XXI, es importante entender que naturalmente la opinión pública no busca la verdad”. Pero de eso hablará Ignacio Ramonet en la siguiente parte de su conferencia.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com
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