Cultura elCaribe, SÁBADO 18 DE ENERO DE 2020
elcaribe.com.do
La música en el nuevo mundo
La migración Las elecciones china a América en la perspectiva inició en México de la Iglesia
Pedro Delgado Malagón sigue el recorrido de la música entre hibridación y choque de culturas, con énfasis en EEUU, Brasil y Cuba. P. 5
Luis Álvarez López habla de la migración china a América, que inició a través de la ruta comercial transpacífica desde Manila, Filipinas, a Acapulco. P.6
Monseñor de la Rosa y Carpio analiza diez temas nuevos sobre las elecciones a propósito de la Carta Pastoral de la Iglesia este 21 de enero. P.10
RIAMNY MÉNDEZ FÉLIZ Especial para elCaribe
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Entre los discos de José Duluc se destacan “A quién le creo” y “Pánico”. FUENTE EXTERNA
José Duluc, cazador de sonidos afrodominicanos y de conexiones caribeñas Duluc ha sido parte de grupos como Palemba, Transporte Urbano, los Guerreros del Fuego, Ga´Caribe y Domini-Can
osé Duluc es como un cazadorde sonidos antiguos que trascienden épocas y permanecen en las tradiciones musicales dominicanas. Tradiciones que se han cocido y transformado en montañas, valles agrícolas, y en barrios urbanos populares y marginados. Con un “pri pri” de fondo bailable, dice “me voy para Sudáfrica”, en su canción “Oye muchacha”. En “Ya-Ya Om” rescata sonidos de la lengua taína, aquella que hablaba una parte de los habitantes del Caribe antes de la colonización europea. Sus creaciones suenan en clave contemporánea, pero a la vez, en diálogo con las tradiciones musicales nacionales que, explica, van mucho más allá del merengue y la bachata. Ese diálogo se refleja en los sonidos y también en los temas. El cantante Chichí Peralta popularizó “La Ciguapa”, canción de Duluc inspirada en la leyenda, muy difundida entre campesinos dominicanos, de un ser mitológico con forma femenina, que recorre fuentes de agua y montañas desde la época taína. Duluc empezó a escuchar diversas músicas criollas en su natal Higüey, ciudad ganadera y turística en el Este del país. “La primera que aprendí fue el merengue, con Guandulito, que era del Este y lo vi muchas veces. También vi los Guloyas, los gagás, los palos con la Virgen de la Altagracia. Vi después que los palos del Este son diferentes a los palos de San Juan, que es un aspecto que hay que estudiar mucho. Hay 25 o 30 estilos diferentes: los Congos de Villa Mella, del Espíritu Santo, no tienen nada que ver con los de Higüey”, reflexiona desde su casa en la Ciudad Colonial, entre los merengues que llegan desde el colmado del frente y el ruido de una cotidianidad hogareña envuelta en arte, entre el ir y venir de músicos, amigos y familiares que se mueven de un lado a otro. Insiste en reivindicar a los tamboreros, que de generación en generación guardan ritmos y melodías únicos de los que se ha alimentado la música popular. Duluc, tamborero también, reflexiona en que quizás aprendió a tocar otros instrumentos para huir del estigma popular de que las tamboras son para músicos de menor valía. Pero sus estudios le hicieron entender el valor de la tambora en la conservación de técnicas, ritmos y melodías de los que beben y se reinventan las músicas nacionales. l