2 minute read

El párkinson te cambia la vida

Esta es una de las frases que más veces he oído en estos últimos años. Yo mismo la he utilizado a menudo, añadiendo el calificativo de estrepitosamente. Y es cierto, el párkinson te cambia la vida estrepitosamente. Pero lo cierto es que los cambios ya venían de antes, con ligeras molestias y la sensación de que algo raro pasaba. Con el diagnóstico todo se acelera, todo menos nosotros, claro. Esas sensaciones que apenas reconocíamos se nos hacen evidentes. En algunos casos esto provoca depresión, en otros ya la veníamos arrastrando, En cualquier caso se desmorona tu mundo, que mira por donde, ahora crees que era perfecto, tu eras más alto, más guapo, más inteligente... Y con un futuro maravilloso... Cuando te dan esa hostia, porque si, es una hostia, Aparece una persona que ya estaba a tu lado desde hace mucho tiempo y te demuestra que esta incondicionalmente a tu lado. Como dicen los pastores, las ovejas que entran por las que van saliendo. Pero el párkinson no para, sigues descubriendo cosas, con nombres raros, hipomimia (cara de seta), bradicinesias, disquinesias…. O rigidez (que no te mueves o no paras). Ahí aparece Eduardo,

relato

Advertisement

lo que no sale, lo hacemos a medias, lo que no se le ocurre a uno se le ocurre al otro. Vamos que entre los dos hacemos uno. Una de cal y otra de arena. Pero la cosa no se queda ahí. Aparecen los fantasmas, daño cognitivo, adicciones… Y también cosas mas tangibles, problemas posturales, dolores articulares, problemas para comunicarte, de equilibrio, con la vista, con el habla… Pero conforme aparecen esos fantamas, aparece Oli, y los espantamos con música, y aparece Jorge y Victor y Vicent y Paco y Javi… Vuelven los fantasmas y aparecen Marcel y Tati y Cande y Andrés… Y vuelven los fantasmas y aparecen mis hermanos y Sandra y Luisa y Santi… No tengo fantamas suficientes para compensar la balanza. Es cierto la vida me ha cambiado estrepitosamente. Tengo otra vida. Pero sigo siendo igual de guapo, alto e inteligente (o sea, poco) y mi futuro es igual de maravilloso que antes (o sea, hacerme mayor y ver a mis hijos crecer). Todo lo demás es un camino que tenemos que recorrer, cada uno con sus piedras y sus curvas.

MANOLO COLOMINA

manolocolomina@gmail.com

rigidez bradicinesia Probl. hipomimia Posturales discinesias

This article is from: