sección Las necesidades hacen referencia a nuestros requerimientos elementales como seres humanos (alimentación, salud, vestimenta, etc.); mientras que los deseos son aquellas cosas de queremos una vez que nuestras necesidades se encuentran satisfechas.
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mayor calidad. Este argumento te sirve también ante posibles objeciones al precio. Por otro lado, las marcas de prestigio son muy conscientes de todo ello y por eso lanzan mensajes cuyo impacto y capacidad de persuasión sobre nuestras mentes nos
Para vender deseos es imprescindible que conozcas los productos y creas en ellos.
Manos a la obra Si quieres algo, pon los medios para alcanzarlo, ponte en marcha. Todos los deseos están asociados a una experiencia sensorial o psicológica y varían según la cultura y personalidad de cada individuo. Acompañados de poder adquisitivo se convierten en demandas. ¿Cómo podemos crear deseos en los demás? Utilizando correctamente las estrategias de marketing podrás despertar y manipular esas necesidades adicionales de algunos clientes con poder adquisitivo para transformarlas en deseos que tú mismo satisfarás. La creatividad es una de las herramientas clave. No basta con que un producto o servicio tenga más cualidades y beneficios que el de la competencia. Además, debes proyectar una imagen de superioridad. Si hablamos de un producto, lo ideal es que el aspecto externo sea llamativo y de calidad (que resalte sus cualidades): de esa manera da la sensación al cliente de que es mejor que los otros. Si se trata de un servicio, también es imprescindible presentarlo como algo especial y diferente del resto. Debe resultar llamativo y llevar asociada la calidad. Muchas veces, apostar por un precio más alto puede suponer la clave del éxito (“si es más caro, debe ser mejor”). En la mayoría de los casos, cuando el cliente ve un producto o servicio más barato que la competencia supone de forma implícita que no es tan bueno como el resto, aunque sea de
incitan a comprar deseos. En muchas ocasiones los deseos se imponen a la razón. Está claro que un cliente podría bañar y peinar a su perro en casa (cubre una necesidad), pero es más cómodo llevarlo a la peluquería canina y el resultado es más vistoso (cubre un deseo). O por ejemplo podría alimentar a su gato con un pienso corriente, pero desea nutrirlo con un alimento especialmente diseñado para gatos de pelo largo y sedoso como el suyo (o como le gustaría que fuera). Aprovéchate de la publicidad que hacen las grandes marcas.
Hay que conocer la tipología de los clientes para saber en qué momento y hacia quién dirigir los esfuerzos a la hora de despertar los deseos en ellos. Para vender deseos es imprescindible que conozcas a la perfección los productos. Además, tienes que creer en ellos para resultar convincente. Si crees en lo que ofreces a tus clientes transmitirás esa confianza y ganarás poder de persuasión. También debes conocer la tipología de los clientes para saber en qué momento y hacia quién dirigir tus esfuerzos. Las necesidades son prácticas y objetivas, los deseos son irracionales y subjetivos. No podemos crear necesidades, pero sí podemos despertarlas y transformarlas en deseos.
Lobke Peers /shutterstock.com
Cuando la búsqueda de la satisfacción de las necesidades se dirige hacia un servicio específico, estamos hablando del deseo (es una motivación con nombre propio). El deseo puede entenderse en términos genéricos (por ejemplo, el deseo de darle unos snacks a la mascota) o dirigirse a una marca concreta. Recuerda que las personas compramos satisfacciones físicas o emocionales.
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