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Humor de perros, HUMOR de gatos
from Especies 172
by Grupo Asís
Un grupo de psicólogos evalúa los resultados de una encuesta en la que se pedía a los participantes que identificaran su personalidad con la canina o la felina.
A pesar de que se ha demostrado que tener a cargo un animal de compañía, sea cual sea, es beneficioso tanto para la salud física como para la psicológica, en el universo de los propietarios de mascotas pueden encontrarse “bandos” a veces irreconciliables: un perro será el mejor compañero del mundo, algo indiscutible para quienes lo tengan, y lo mismo creerá el propietario de un gato, aunque en este caso los felinos serán los protagonistas. Pero estas afinidades pueden ir más allá de las meras preferencias subjetivas.
Relaciones de personalidad
Se han hecho diversos estudios sobre la relación que existe entre la personalidad de las personas y los animales de compañía. De hecho, hay psicólogos que distinguen abiertamente entre “gente-perros” y “gentegatos”, en una clasificación que intenta ir más allá de los estereotipos populares utilizando parámetros objetivos que justifiquen esa afinidad. Es lo que sucede, por ejemplo, en un estudio que fue publicado en la revista Anthrozoos, especializada en artículos dedicados a estudiar las interacciones entre las personas y los animales.
La investigación se basaba en una encuesta realizada online, en la que los encuestados tenían que contestar a un test de personalidad sobre diferentes aspectos y comportamientos, y finalmente se les pedía que se definieran como “personaperro” o “persona-gato”, según se considerasen a sí mismos más cercanos a una u otra especie. También cabía la posibilidad de que los encuestados eligiesen ambas opciones, o ninguna de ellas.
Los perros, más populares
La encuesta fue cumplimentada por más de 4.500 personas, y los grupos de preferencia por un “perfil” de mascota u otro se repartieron de la siguiente forma: el 45,8 % de los encuestados, el segmento más numeroso, se consideraba “persona-perro”. Por el contrario, el de las “personas-gatos” fue el porcentaje menor, y solamente fue señalado en el 11,5 % de las respuestas. El 27,7 % declaró decantarse por ambos animales, y el 15 % restante por ninguno de ellos.
Características
Pero más interesante todavía fue que, cruzando los resultados obtenidos, los investigadores obtuvieron a grandes rasgos las características que definen a un tipo de personas y al otro. De este modo, la gente que se identifica con los perros es leal, directa, amable, fiel, práctica, servicial y bien integrada en un equipo. Por su parte, quien se identifica con los gatos es elegante, sutil, independiente, inteligente, reflexivo y misterioso. En comparación, una “persona-perro” es más extravertida, afable y concienzuda que una “persona-gato”, mientras que quienes pertenecen a este último conjunto son personas más abiertas a la experimentación, y también más neuróticas.
Los investigadores advirtieron que la identificación manifestada por una persona con un gato o un perro no significa que esa persona prefiriera a cada especie como animal de compañía, sino que se refería a una afinidad de caracteres.
Afinidades
Aunque es difícil identificar cuáles son las razones exactas de estas preferencias, hay algunos rasgos de la personalidad de los animales que puede hacer que las personas se sientan más cercanas a unos o a otros. Así, la naturaleza sociable de los perros parece más acorde con las personas que se muestran abiertas o que tienen un trato más afable, mientras que la tendencia más independiente e individualista de los gatos los hace más semejantes a gente de talante más inconformista y, en consecuencia, más aficionada a investigar caminos menos trillados.
Alexander Kockin/shutterstock.com
Aplicaciones
especies@ grupoasis.com

para el futuro
Aunque el objetivo principal de esta investigación, realizada por tres investigadores bajo la dirección de Samuel D. Gosling, del departamento de psicología de la Universidad de Texas, era conocer las diferencias entre las personalidades de individuos que se identificaban a sí mismos como “personaperro” o “persona-gato”, los resultados abren la posibilidades de posteriores desarrollos: elección de especies de mascotas según la personalidad, cuestiones de bienestar animal y tenencia responsable, o de relación entre los animales y las personas.
