
2 minute read
Podrías ayudarme?
Hace poco vi el siguiente mensaje: “Buenas tardes a tod@s. Llevo 5 meses sin empleo, con empleo inestable de mi esposa y la situación económica empieza a ser delicada. Si podéis darle un empujoncito a mi perfil os estaré muy agradecido independiente del resultado. Soy licenciado en Humanidades y Dirección y administración de empresas, actualmente cursando un MBA (ThePowerMBA) y un postgrado en Community Management en UOC…” Finalizaba diciendo: “Estoy abierto a nuevos proyectos y entornos geográficos, ya sea como empleado o como freelance o como socio en proyectos que estén arrancando. Soy una persona resiliente, flexible, con facilidad para las relacionas personales y un “currela” incansable. Muchísimas gracias por ayudarme a difundir mi CV y a que llegue a las personas adecuadas”. Me llamó la atención porque acudía a una fórmula diferente. En el actual marco económico laboral, palabras como “competitividad” y “productividad” han pasado a convertirse en la insignia de esta sociedad de consumo, por eso cuando alguien se ha parado a pensar o le ha nacido del alma acudir al resto de personas para que le echen una mano en su propósito de encontrar un empleo es, a mi juicio, maravilloso porque ha pensado en ese principio que debería regir nuestras vidas, la colaboración. Contar con otras personas que pueden estar en su misma situación o no, que pueden leer su nota o no, que pueden solidarizarse con su objetivo o no, es pensar que, aun cuando estamos en un mundo tremendamente competitivo confiamos en nuestros semejantes y lanzamos un mensaje esperando la solidaridad y, por supuesto, la colaboración. Esta persona lanzó a los cuatro vientos “estoy buscando una oportunidad”, si conoces algo o a alguien te agradeceré le transmitas esta información sea por solidaridad, que es lo deseable, o “porque mañana te puede tocar a ti”. El equilibrio entre el dar y el recibir parecería que queda desbaratado, pero no es así porque, es algo parecido a lo que hacen los padres y las madres por su descendencia, todo el esfuerzo realizado no les es retribuido, sin embargo, cuando esos hijos crezcan y tengan familia darán acorde con lo que recibieron. “Hoy por ti, mañana por mí” es una frase que por muy repetida no deja de ser actual, indica un principio, por desgracia muy poco empleado en estos tiempos, pero indiscutiblemente veraz y ajustado al tipo de sociedad que a muchos nos gustaría tener. Es evidente que entre todas las personas hay una interconexión, no me refiero al mundo tecnológico ni a las redes sociales, quiero decir que sería conveniente no olvidar lo gratificante que es apoyar a quien está en una mala racha y a la vez sentirnos protegidos en caso de que seamos nosotros los que estemos sufriendo esta situación; este sería el caso de una sociedad más justa en el que se pensara más en apoyar que en competir, por supuesto, teniendo siempre en cuenta el concepto de justicia y merecimiento.
María Elena Francia Guevara @MalenaFrancia
Advertisement