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Qué es y cómo se trata la
Unidad de Aparato Digestivo Dr. Carlos de la Serna Higuera
¿QUÉ ES Y CÓMO SE TRATA LA DISPEPSIA?
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Probablemente su médico le ha informado de que la causa de sus molestias digestivas es la “dispepsia”. Quizá este término ya le resulte algo familiar, pero puede que no sepa muy bien de lo que realmente se trata, qué es lo que supone o cuál es la mejor forma de manejar estos síntomas.
Lo primero y más importante es saber que la dispepsia funcional es una enfermedad benigna, muy frecuente, de la que usted va a mejorar rápidamente siguiendo unas recomendaciones básicas y consejos de tratamiento que le dispensará su médico.
SÍNTOMAS
La palabra “dispepsia” procede del griego, y signifi ca simplemente “mala digestión”. En la actualidad, y de forma general, la defi nimos como la presencia en la parte superior del abdomen o por detrás del esternón de síntomas muy variados, como dolor, molestia, ardor, sensación de nauseas… En otras ocasiones, se puede notar sensación de llenarse muy rápidamente después de las comidas o de que las digestiones resulten muy lentas y pesadas.
Estos síntomas son muy frecuentes (en España se calcula que presentan síntomas dispépticos hasta el 25% de la población), y de hecho, todos los hemos experimentado en alguna ocasión, especialmente después de comidas copiosas, o muy condimentadas, después de comer determinados tipos de legumbres o verduras, o tras comer de forma muy apresurada.
En todos estos casos las molestias desaparecen rápidamente, casi de forma espontánea o con medidas dietéticas muy sencillas. Sin embargo, en ocasiones, los síntomas pueden alargarse en el tiempo o reaparecer, incluso teniendo en cuenta las recomendaciones dietéticas más habituales. En estos casos -especialmente cuando las molestias se mantienen de forma continua a lo largo de varios meses- puede ser recomendable consultar con su médico o especialista.
CAUSAS
La causa de la dispepsia no es bien conocida, aunque se pone en relación con una mayor sensibilidad que presentan determinadas personas a la percepción de las contracciones o movimientos de la parte alta del tubo digestivo (esófago, estómago y duodeno), y también a la distensión de estos órganos por el gas que ingerimos o que se genera con determinados alimentos.
No se sabe exactamente por qué determinadas personas tienen más susceptibilidad a sentir estas molestias. Sin embargo, sí que conocemos que algunos factores externos asociados pueden aumentar su intensidad y frecuencia: el tabaco, el alcohol, las comidas muy grasas o condimentadas, la toma de algunos medicamentos (especialmente aspirinas o antiinfl amatorios) o ciertos agentes infecciosos (especialmente la bacteria Helicobacter Pylori).
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Si tiene alguna duda o si las molestias persisten consulte con su médico de familia o especialista: la valoración minuciosa de sus síntomas podrá permitir descartar otras enfermedades. Según su edad, antecedentes o características de sus síntomas, le propondrá un tratamiento específi co.
En algunas ocasiones, le podrá plantear la realización de pruebas diagnósticas complementarias que contribuyan a planifi car su tratamiento o descartar otras posibles enfermedades. La realización de pruebas de aliento o de estudio de heces para detectar la presencia de Helicobacter Pylori puede resultar en ocasiones muy aconsejable para prescribir un tratamiento antibiótico que haga desaparecer la bacteria.
Finalmente, y en determinadas circunstancias, su médico puede solicitarle una gastroscopia. Esta prueba (que se realiza bajo sedación para minimizar las molestias del paciente) permite valorar de forma directa la mucosa del esófago, estómago y duodeno, descartar otras posibles enfermedades a estos niveles, y tomar muestras con pinza de biopsia y valorar la presencia de Helicobacter Pylori mediante una prueba de detección rápida.
Aproximadamente en el 60% de los casos la gastroscopia no revela ninguna lesión de interés, pero, en todo caso, su resultado permitirá orientar más fácilmente su tratamiento y seguimiento posterior al médico que se la prescribe.
En conclusión, recuerde:
1. La dispepsia es un proceso muy frecuente, y en un amplísimo porcentaje de caso, benigno. 2. Los hábitos de vida saludables y el seguimiento de recomendaciones dietéticas básicas mejoran claramente la sintomatología. 3. Los síntomas suelen ser crónicos, y pueden alternarse periodos de bienestar con otros de reaparición de las molestias. 4. En todo caso, si la sintomatología es persistente, consulte a su médico, que le indicará el tratamiento más adecuado o las pruebas diagnósticas precisas en el caso en que resultasen necesarias.