Mazarrón 2018 Fiestas Patronales
ADEPAMA Asociación para la Defensa del Patrimonio de Mazarrón Algunas consideraciones sobre el patrimonio local El término “patrimonio” es algo tan impreciso a nivel de calle que es preciso reconducir ese relativismo existente en relación a este concepto. En los últimos años, la significación de “patrimonio” ha visto cómo se expandía su ámbito de aplicación y se desdibujaban sus límites entroncando con otros aspectos como “recurso heredado del pasado”; “patrimonio cultural”; “patrimonio material, inmaterial y natural”; y llegando a relacionarse hasta con educación, salud, emigración, desigualdades económicas, cambio climático y desastres naturales (como la pérdida de biodiversidad o del acceso a agua y alimentos seguros). Todo ello nos lleva a un nuevo concepto de patrimonio donde lo esencial es que sea capaz de contribuir a la paz y al desarrollo social, ambiental y económico sostenible. De todo ello, creo que este año el patrimonio y sus relaciones con lo natural y las cuestiones ambientales ha sido un tema destacado en Mazarrón. Ha sido sorprendente ver cómo el municipio saltaba a la prensa nacional para reclamar la conservación de unos elementos que, según la normativa europea, son categóricamente perjudiciales para la salud. Y tampoco deja de ser llamativo el respaldo que se ha querido imprimir a una cuestión que está fuera de toda duda. No hay más que ver las fotografías de las calles del municipio estos últimos días de lluvias para darse cuenta de la magnitud del problema del patrimonio minero en su vertiente de salubridad y contaminación. Todos los que vivimos aquí hemos visto correr por la avenida Constitución y las principales calles del municipio auténticos ríos amarillos donde el agua baja alegremente cargada de sustancias contaminantes y tóxicas para los seres humanos. La incidencia de estas sustancias en la salud de las personas está sobradamente estudiada y en general se trata de los metales pesados contenidos en las terreras de las antiguas explotaciones mineras que vemos dispersas por todo el Coto Minero de San Cristóbal y Los Perules (sulfuros de plomo, cadmio, zinc, arsénico, etc). Desde un punto de vista medioambiental no se justifica en absoluto la conservación de estas balsas de lodos, en tanto en cuanto no afectan a los bienes inmuebles del patrimonio minero de Mazarrón y, además, es indiscutible que son perjudiciales para las personas que habitan en su área de incidencia. Esto viene dado por numerosas causas, como la lixiviación de estas sustancias que al final, acaban corriendo por las calles del centro urbano y termina formando parte prácticamente de todo lo que tocamos. Para hacernos una idea, basta recordar que en los registros de la Confederación Hidrográfica en la Rambla de las Moreras aparecen metales pesados. Y esto es algo perfectamente constatable, porque todos los que vivimos 78
aquí hemos visto alguna vez las aguas de escorrentía que bajan por las calles del pueblo cada vez que llueve. Por ello resulta paradójico el hecho de que se haya querido magnificar tanto un hecho tan cuestionable mientras que, por otra parte, se mira hacia otro lado ante los continuos ataques que ha venido sufriendo el patrimonio minero de Mazarrón en los últimos años. De hecho, este aspecto es el verdadero caballo de batalla de las asociaciones que buscan su conservación, además de la puesta en valor y su transformación en recurso y potencial elemento de desarrollo en aquellas sociedades que lo poseen. El deterioro del patrimonio local es un hecho más que evidente y basta con echar un vistazo alrededor para darse cuenta de ello. Es evidente que el déficit en este asunto realmente se encuentra en la sensibilización ciudadana. La respuesta del vecindario ante las cuestiones relativas al patrimonio de Mazarrón es el punto de partida para cualquier actuación porque, de otro modo, lo único que haremos será continuar en la misma dinámica que nos ha llevado a la pérdida sistemática de patrimonio. Basta hacer un poco de memoria y recordar lo que desde este punto de vista supuso para el municipio el boom inmobiliario que vivimos hace unos años. Una pérdida irreparable que, de haber sido gestionada correctamente hoy serían elementos que contribuirían indudablemente a la idea de transformación económica que hace tiempo se viene queriendo aplicar en la localidad.