ALICANTE CAPITAL GASTRONOMICA 2025

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Alicante 2025

Capital Española de la Gastronomía

Nuestra fuerza de unión es la del sentimiento del Mediterráneo, del Mediterráneo que nos corresponde, el nuestro, el poseído por los brazos desnudos y graciosos de las Huertas y de Santa Pola, y la del sentimiento de nuestra tierra de mieles de sol. Yo no sé si será esta tierra la mejor del mundo; pero sé que su lumbre, su tacto, su vaho traspasa siempre nuestra vida con una suavidad de óleo precioso y una fortaleza de vino viejo. No la trocaríamos por la más abundante. Tierra nuestra por la que aprendemos a sentir y a interpretar el paisaje en su desnudez y aún en su carne viva; tierra de cumbres azules y de cumbres pálidas como frentes; tierra morena como nuestro pan, y no hay pan como el de casa.

Cuartillas en homenaje a José Francos Rodríguez, Gabriel Miró.

Alicante leyenda con nombre propio

Hay una tierra donde las piedras guardan el alma del mar y el azul es infinito entre las ramas de las palmeras acunadas por el viento. Una ciudad a orillas del Mediterráneo que hunde sus raíces en tiempos pretéritos y personajes legendarios que arribaron a sus costas, como Almícar Barca. Lugar privilegiado, el comandante cartaginés supo ver su potencial y fundó Akra Leuké, el «promontorio blanco», llamado posteriormente Lucentum, cuyas ruinas emergen del suelo en El Tossal de Manises como un recordatorio fósil de lo que un día fue.

Hay una tierra que, en las laderas del Benacantil, en cuya cima se sitúa hoy el Castillo de Santa Bárbara, acogió las primeras casas de lo que más adelante se llamaría Medina Laqant. Un lugar que perteneció tanto a la corona de Castilla como a la de Aragón, pero que ganó el Toisón de Oro por su fidelidad cuando la rebelión de las Germanías campaba a sus anchas por el reino de Valencia.

Hay una tierra que se ve a través de la prosa de Gabriel Miró, se escucha en la música de Óscar Esplá, se siente en los versos de Miguel Hernández y late en las obras de Elena Verdes Montenegro.

Hay una tierra de barrios coloridos, como el de Santa Cruz, de mercados donde huele a sal y a fruta recién cortada, de museos que custodian siglos de historia y playas doradas donde el sol escribe su relato cada tarde, donde el tiempo serpentea entre el rumor de las olas y el color de las buganvillas.

Hay una tierra con nombre propio: Alicante. ☀

EDITA

Editorial

COORDINACIÓN

PRODUCCIÓN

Ayuntamiento

77 Mercados de Alicante: donde empieza el sabor

80 Pistas para estimular los sentidos

89 Raíces y vanguardia: el liderazgo femenino que transforma la gastronomía alicantina

96 Punto y seguido en la alta cocina mediterránea

105 Alicante: viaje entre siglos y vanguardias

110 Rincones verdes: el otro paisaje de Alicante

ENTREVISTA

“Este impulso va a ser muy beneficioso

para posicionar a Alicante en el lugar que merece”

El regidor alicantino señala que Alicante vive su capitalidad gastronómica como un impulso para proyectar su cocina dentro y fuera de nuestras fronteras. No le faltan méritos ni a los productos de primera ni a su brillante recetario. Así, cada plato servido a propios y extraños será un reconocimiento que fortalece a la ciudad como el destino de calidad que ya es.

Alicante es la Capital Española de la Gastronomía 2025. ¿Qué significa este nombramiento para una ciudad ya tan reconocida?

Para Alicante supone un auténtico orgullo, una responsabilidad y un compromiso ser este año Capital Española de la Gastronomía. Y sobre todo es una oportunidad de oro para dar a conocer nuestra cocina, lo que equivale a divulgar nuestra cultura y la forma que tenemos de entender la vida en Alicante. En nuestra tierra se preparan los mejores arroces del mundo, tenemos una despensa única gracias al mar y la huerta con productos de primera calidad, lo que unido al esfuerzo y saber hacer de nuestro sector hostelero nos posiciona en un nivel excelente. Sería imperdonable que nos lo guardáramos para nosotros, como ciudad abierta que somos queremos que todo el que decida visitarnos lo disfrute y lo viva como un alicantino más. Afortunadamente cada vez son más las personas que eligen su destino en función de la oferta gastronómica y estamos convencidos de que Alicante tiene mucho que aportar en este sentido, queremos que se identifique la ciudad como un lugar en el que se come extraordinariamente bien dentro de la riqueza y variedad que tenemos la suerte de disfrutar en España.

Aparte de grandes eventos como la “Noche de Estrellas y Soles” y la Feria Alicante Gastronómica, hay numerosas actividades que difunden las bondades de la cocina local . ¿Qué espera de estas actividades de cara a incrementar el desarrollo turístico de la ciudad?

Nos hemos planteado la capitalidad gastronómica como un impulso de promoción tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Todas las áreas del Ayuntamiento están implicadas de una u otra manera para que Alicante Capital Española de la Gastronomía se convierta en un año memorable. Debo destacar la labor de las concejalías de Turismo y de Hostelería, Comercio y Mercados que han diseñado un calendario de actividades muy completo. En este primer trimestre, desde que cogimos el relevo de Oviedo en Fitur, tenemos programadas más de una actividad por semana. Y lo más importante, el sector ha hecho suya la capitalidad y está volcado en mostrar lo mejor de nuestra cocina. En paralelo todas las acciones promocionales en el mercado exterior que

vamos a desarrollar este año llevan el sello de Alicante Capital Española de la Gastronomía con la presencia de cocineros y platos alicantinos en Reino Unido, Alemania, Italia, Polonia, Francia y Suecia. Además, estamos recibiendo la visita de periodistas nacionales e internacionales interesados por nuestra gastronomía. Sin duda este nombramiento refuerza a Alicante como un destino turístico de calidad y contribuye a la desestacionalización del sector que ya estamos consiguiendo.

Alicante está enfocada en captar un turismo de calidad sostenible y sostenido en el tiempo. ¿Qué estrategias están en marcha para lograr este objetivo?

Efectivamente ese es nuestro objetivo primordial. Digamos que la cantidad ya la tenemos con dos millones de visitantes en 2024, de hecho, cada vez nos visitan más turistas y de más lugares, como corroboran las cifras de ocupación de esta Semana Santa y del Puente de Mayo que han sido de lleno técnico. Llevamos un tiempo trabajando más en la calidad, y cuando hablamos de calidad nos referimos no sólo al gasto que puedan realizar quienes nos visitan, sino a un turista responsable y cuidadoso con el entorno, con ganas de conocer nuestra cultura y patrimonio. Para ello hemos impulsado varias líneas de trabajo segmentadas y precisamente una fundamental es la del turismo gastronómico porque es un perfil que está alineado con el del turismo que queremos para Alicante. Otras son el turismo MICE (de congresos, reuniones, eventos e incentivos), el deportivo y el cinematográfico, por ejemplo.

El presupuesto del Patronato de Turismo se incrementó un 15,24 % para este 2025. En este compromiso se aprecia una apuesta del turismo como un motor económico de la ciudad.

Así es. El turismo es el motor económico de Alicante y he de decir que este año el grueso del presupuesto está destinado a Alicante Capital Española de la Gastronomía porque concebimos este reconocimiento como una estrategia a largo plazo que no acabará cuando se nombre a otra ciudad en 2026. El impulso generado por la capitalidad se prolongará en el tiempo con la promoción del turismo gastronómico como uno

de nuestros principales activos en los próximos años. Alicante vive el mejor momento de su historia con una transformación urbana y social diseñada para crecer y seguir avanzando sin perder nuestra esencia. Somos una ciudad de servicios, donde se vive muy bien, pero también un núcleo logístico, un hub sanitario y una ciudad que apuesta por la economía digital.

La presencia de Alicante en FITUR fue especialmente fructífera con, entre otras actividades, 20 reuniones técnicas con agencias y turoperadores durante la feria. ¿Qué respuesta tuvieron estos encuentros?

El balance del último Fitur fue muy positivo. Junto al nombramiento como Capital Española de la Gastronomía Alicante aprovechó de forma intensa los días de la feria para mantener reuniones técnicas con agencias, aerolíneas y turoperadores como Booking, Expedia, Vueling, Ryanair y Jet2 que ya están dando sus frutos. Además, firmamos tres convenios y realizamos presentaciones turísticas, showcookings y visitas institucionales. Todo suma para lograr nuestro objetivo de un turismo de calidad, sostenible y sostenido en el tiempo.

Dentro del modelo que desean activar en Alicante el control de las viviendas de uso turístico es una de las medidas más destacadas. ¿Qué resultados espera de esta labor?

Regular las viviendas de uso turístico era una cuestión necesaria. Es fundamental encontrar un equilibrio y lo más importante, cumplir la normativa. En Alicante desde 2018 sólo se otorgaban licencias VUT en bloques completos en el centro y el Casco Antiguo, lo que ha permitido la rehabilitación de numerosos edificios. Pero el ‘boom’ que ha supuesto esta modalidad de alojamiento nos obliga como Ayuntamiento a tomar medidas, establecer unos límites y regular el impacto que genera sobre el mercado inmobiliario y la convivencia vecinal. En este sentido, hemos aprobado una moratoria que suspende la concesión de licencias durante dos años, excepto para los bloques completos. En este tiempo vamos a estudiar los informes que tenemos encima de la mesa para adoptar, con los datos en la mano, las decisiones que más beneficien a la ciudad y a los vecinos.

¿Está satisfecho de la respuesta de los alicantinos durante este año tan especial para la ciudad?

Los alicantinos hacemos vida en la calle gracias al envidiable clima del que disfrutamos todo el año. Eso nos confiere un carácter muy sociable, predispuesto a disfrutar de lo que la ciudad nos ofrezca. Por eso, sabemos que la capitalidad va a ser un éxito y junto a las acciones de promoción también tenemos preparadas actividades en las que el ciudadano se sienta protagonista, que sea partícipe de este nombramiento y lo viva como suyo porque también lo es. Este éxito es compartido, es para todos.

A pesar de que aún quedan algunos meses para culminar la Capitalidad, ¿qué poso dejará este año en la ciudad?

El arranque ya ha sido fantástico por el interés que ha suscitado y el impacto que estamos observando tanto dentro como fuera de nuestras fronteras y aún tenemos muchas sorpresas ligadas a la capitalidad que se irán desgranando a medida que avance el año. Estoy convencido de que este impulso va a ser muy beneficioso para posicionar a Alicante en el lugar que merece.

Como alcalde es previsible que usted tenga debilidad por alguna propuesta de la oferta local. ¿Tiene un plato favorito?

La oferta es muy amplia como comentábamos, pero es cierto que dentro de los arroces, que es nuestro plato estrella con más de 300 variedades, es inevitable decantarse por alguno. En mi caso confieso que es el de atún, gambas y ajetes tiernos, pero también me encanta el de conejo y caracoles, y el de boquerones, que además me sale bastante bueno cuando lo preparo en casa. Y por supuesto la ‘coca amb tonyina’ que tomamos todo el año pero sobre todo en las fiestas de Hogueras y la coca de mollitas, que no me canso de recomendar en cuanto alguien pisa Alicante por primera vez. ☀

“En Alicante encuentras lugares donde comer muy bien

en el centro y en las playas, pero también en cualquier barrio”

En opinión de su concejala de Turismo, Alicante reúne todas las condiciones para consolidarse como un destino de excelencia. Sus playas figuran entre las más valoradas del país, cuenta con una oferta hotelera y de apartamentos turísticos moderna y en constante crecimiento, y a ello se suman el patrimonio histórico, la cultura y las tradiciones locales. Es evidente que la ciudad mejora cada año en calidad de servicios turísticos.

¿De qué manera espera que la Capitalidad Gastronómica favorecerá el futuro de Alicante como un destino turístico de calidad?

El nombramiento de Alicante como Capital Española de la Gastronomía este año supone un impulso en el posicionamiento de nuestra ciudad como un destino turístico de calidad en el que llevamos años trabajando de forma intensa y que estamos consiguiendo. Alicante lo tiene todo para ser un referente en cuanto a calidad se refiere. Nuestras playas se encuentran entre las mejores de España, tenemos una planta hotelera y de bloques de apartamentos turísticos de gran calidad y en plena expansión, ofrecemos también patrimonio, cultura y tradiciones y la oferta de servicios turísticos amplía sus certificados de calidad cada año. En esta oferta turística la gastronomía juega un papel fundamental y tenemos la suerte de contar con un excelente producto y con la labor de un sector hostelero muy potente que nos permite ostentar este título con orgullo y con garantías de éxito.

Como concejala de Turismo, ¿cuáles son las principales iniciativas que se están llevando a cabo para consolidar a Alicante como un destino gastronómico de referencia?

El secreto está en trabajar de la mano del sector. Las asociaciones de hostelería y restauración alicantinas son muy activas y colaboramos con ellas desde hace años para contar con cocineros locales que puedan preparar nuestros platos típicos, desde los más tradicionales a los más innovadores, en cualquier ciudad del mundo a la que el Patronato de Turismo viaje para promocionar la ciudad. Este año, con motivo de la capitalidad, vamos a intensificar esa promoción y tenemos ya preparadas acciones específicas gastronómicas en Italia, Francia, Reino Unido, Alemania, Polonia y Suecia. Y por supuesto, en el mercado nacional también estaremos presentes. Estoy convencida de que vamos a conquistar a muchos “ciudadanos temporales” como me gusta llamar a los turistas por el paladar. Además, desde que recibimos el título han llegado a Alicante periodistas especializados de Nueva York interesados por

la oferta gastronómica, de programas muy conocidos de la televisión nacional y hasta de una televisión checa. El título de Capital Española de la Gastronomía nos permite divulgar a mayor escala la riqueza y variedad de la cocina de nuestra tierra y queremos aprovecharlo.

La gastronomía ya es una referencia clave de la oferta turística local. ¿Cree que el sector está bien afianzado en la ciudad o tiene tareas pendientes?

Definitivamente el sector está muy bien afianzado, en constante evolución y mejora. En Alicante contamos con un millar de establecimientos y lo mejor es que encuentras lugares donde comer muy bien en el centro y en las playas pero también en cualquier barrio. Las estrellas y los soles son muy importantes porque certifican la excelencia, pero creo que el verdadero éxito de un destino es que quien venga a disfrutarlo pueda decir que se come bien en cualquier sitio, que la buena cocina se perciba como un valor generalizado en la ciudad.

Durante FITUR, se destacó la campaña “Mediterráneo a la mesa”. ¿Qué objetivos persigue? ¿Qué tuvieron en cuenta a la hora de trazar esta estrategia?

Alicante es Mediterráneo puro y por eso elegimos este lema para dar a conocer nuestros productos típicos en Fitur con una campaña diseñada para la ocasión que también mostramos en otras ferias turísticas de 2025. La estrategia del Patronato de Turismo Alicante City&Beach para promocionar la ciudad cuenta con la gastronomía como producto estrella dentro de la política de segmentación que tan buenos resultados nos está dando en la desestacionalización. Repartir a los visitantes durante todo el año y no sólo en verano era uno de los grandes retos para la ciudad y puedo decir que lo estamos logrando. Este año somos Capital Española de la Gastronomía pero la apuesta por el turismo gastronómico continuará en los años venideros.

Alicante se orienta a la atracción de un turismo sostenible que evite la saturación ¿Cómo compaginar esto con el desarrollo del sector?

Efectivamente es un tema que nos preocupa porque no queremos morir de éxito. Para ello hemos desarrollado una estrategia de Alicante como Destino

Turístico Sostenible. Para la definición de esta estrategia nos hemos centrado en la Agenda Urbana Alicante 2030 y hemos desarrollado un plan de actuación turística con diversos ejes que abarcan desde la gobernanza, la transición verde, el destino accesible y eficiente energéticamente, la transición digital y la competitividad del destino. El objetivo es que el turismo sea sostenible y sostenido en el tiempo. Alicante ha incrementado a 72 el número de playas galardonadas con la bandera azul. Este éxito constata una labor bien hecha en la ciudad. La provincia de Alicante es la que más banderas azules tiene de España. Esta realidad no es fruto de la casualidad, sino de años de trabajo para que nuestras playas ofrezcan todos los servicios, con una calidad del agua excelente y con todas las garantías para disfrutarlas con seguridad. Las playas son nuestro mayor tesoro natural y también nuestro mayor reclamo turístico por lo que debemos cuidarlas entre todos.

En cuanto al turismo de congresos, ¿qué acciones se están tomando para posicionar a Alicante como un destino MICE?

El turismo MICE es otra de nuestras apuestas estratégicas como producto segmentado para lograr ese turismo de calidad del que hablábamos. El turista MICE (congresos, reuniones, eventos e incentivos) no sólo realiza un gasto mayor de media que el turista vacacional sino que aporta mucho más a la ciudad en el plano sociocultural y de intercambio de conocimientos. Para afianzar el crecimiento que venimos observando en los últimos años desde el Patronato de Turismo hemos lanzado por primera vez una línea de subvenciones para turismo MICE y tenemos convenios con otras instituciones como el Colegio de Médicos de Alicante por ejemplo mediante el que estamos obteniendo muy buenos resultados a la hora de atraer congresos de primer nivel nacionales e internacionales. Además, Ayuntamiento, Diputación, Autoridad Portuaria y Generalitat estamos unidos para que el gran centro de congresos que necesita Alicante sea una realidad en los próximos años. Será un edificio singular enclavado en el Puerto de Alicante del que ya tenemos aprobado el proyecto y que va a suponer poder dar un salto cualitativo y cuantitativo muy importante.

En este momento donde gran parte de la promoción de la oferta turística se gestiona online, ¿cree que Alicante está bien posicionada?

Sí, es fundamental estarlo y requiere de un trabajo constante de innovación para adecuar y sumar herramientas que resultan muy útiles por un lado para la promoción y por otra para medir parámetros importantes para el turismo. De hecho, acabamos de presentar la nueva web del Patronato de Turismo con toda la información del destino actualizada, con una interfaz renovada más intuitiva y accesible para que quien planee venir a visitarnos pueda planificar su viaje en función del tiempo que pasará con nosotros y no se pierda nada imprescindible. Todo ello en siete idiomas. Además cuidamos mucho nuestras redes sociales que son el otro escaparate al exterior hoy día. Y todas las campañas de promoción que realizamos están pensadas para esta nueva realidad con acciones específicas en redes. En el plano de Alicante Destino Inteligente lo último que hemos lanzado, que ya hemos adjudicado y será una realidad dentro de unos meses, es la sensorización del Castillo de Santa Bárbara, baluarte turístico de la ciudad y el monumento más visitado de la Comunitat Valenciana con un millón de personas registradas en 2024.

Cuando alguien visita Alicante por primera vez, ¿qué plato local le recomienda probar sin falta?

Sin duda cualquiera de nuestros arroces. Son el buque insignia de la gastronomía alicantina y hay que venir a probarlos aquí porque en otros lugares aunque intentes cocinar alguno nunca sabe igual. Quiero destacar que contamos con el sello de calidad Alicante Ciudad del Arroz que garantiza que los establecimientos que lo ostentan preparan los arroces según la receta tradicional y con productos naturales sin ningún tipo de aditivo. También las verduras y hortalizas de la huerta y el pescado de bahía que es una delicia aunque he de confesar que yo tengo debilidad por los salazones y siempre recomiendo a quien nos visita que los pruebe bien en una tapa acompañados de almendras, en ensalada o en un montadito. ☀

ENTREVISTA

“Con el sector hostelero mantenemos una excelente colaboración

que está siendo clave para el progreso de Alicante”

Desde el punto de vista de la concejalía de Hostelería, las perspectivas para este 2025 son muy alentadoras. No le falta razón a Lidia López, la Capitalidad Gastronómica ha despertado una ola de entusiasmo y participación que ya se traduce en dinamismo económico y un mayor prestigio para este sector.

¿Se conoce bien la oferta hostelera y gastronómica de Alicante?

Nuestra oferta gastronómica y hostelera se conoce internacionalmente, llevamos muchos años impulsando campañas de promoción y difusión de la mano del sector. En este año los restaurantes de nuestra ciudad han seguido creciendo y conseguido nuevos reconocimientos como Soles Repsol, el nivel de la restauración de Alicante sigue incrementándose con mayor calidad y vamos a seguir trabajando con las asociaciones para incrementar la oferta y llegar a esa excelencia.

¿Qué sorpresas podrían llevarse los visitantes?

Los visitantes van a sorprenderse con la diversidad del producto que tiene la provincia de Alicante, siete denominaciones de origen, lonjas en toda nuestra costa, una excelente huerta y unos magníficos restauradores que convierten esos productos de kilómetro cero en verdaderas joyas de la gastronomía, esto ha puesto el foco a nivel nacional y ha hecho que Alicante se convierta en un destino además de turístico en gastronómico.

¿Qué retos tiene este sector de cara al futuro?

La capitalidad española de la gastronomía no termina en 2025, nuestra intención es seguir trabajando de la mano del sector de cara al futuro para continuar creciendo en reconocimientos, calidad y excelencia. Vamos a colaborar con otros municipios no solo de la Comunitat Valenciana y otras ciudades que ya han puesto el foco en Alicante. Nosotros nos sentimos muy orgullosos de poder colaborar y trasladar nuestros productos alicantinos y nuestra restauración a otras ciudades de España para promocionarla y darla a conocer.

¿De qué manera recibe respaldo por parte del Ayuntamiento?

Tenemos una programación diseñada con actividades todos los meses del año que se reparten por todos los barrios de nuestra ciudad con la implicación de la mayor parte de las áreas municipales. En las actividades en las calles de dinamización comercial también está implicada la hostelería que saca sus productos para darlos a conocer y tienen muy buena acogida. Seguiremos trabajando de la mano de las asociaciones y el sector con acciones de la capitalidad. Este mes tenemos los Premios de Comercio y Hostelería que este año cuenta con un menú especial de Capital Española de la Gastronomía. Acogeremos una de las semifinales del concurso al Mejor Cocinero del Año y también estamos inmersos en Alicante Gastronómica, que este año estamos trabajando conjuntamente con la Generalitat Valenciana para poder realizar estos cuatro días de feria showcooking con sello alicantino.

Llegando casi a la mitad del año, ¿Qué balance podría hacer sobre la Capitalidad Gastronómica?

El balance no puede ser mejor en cuanto a actividades, difusión y promoción. La verdad es que estamos muy contentos y satisfechos con el impacto y el alcance que está teniendo la capitalidad. Vamos a seguir trabajando para dar lo mejor de nosotros y que se conozca la excelencia de los establecimientos alicantinos. Todos los restauradores se están volcando y el impacto es muy elevado.

¿Qué previsiones tiene sobre la influencia positiva en la hostelería local?

Las previsiones son muy positivas. La Capitalidad Gastronómica está generando una corriente de entusiasmo y participación que se traduce directamente en actividad económica y prestigio para el sector hostelero. Estamos impulsando jornadas de formación, eventos gastronómicos y acciones de promoción que

no solo atraen visitantes, sino que también fortalecen la identidad culinaria de nuestra ciudad. Lanzaremos en junio la “Ruta de la Tapa”, una iniciativa ambiciosa en la que participan asociaciones, cocineros y restaurantes de toda la ciudad. Esta ruta servirá de hilo conductor para seguir proyectando nuestra gastronomía al mundo y consolidar a Alicante como referente del buen comer. También hemos celebrado las Jornadas de Alicante Ciudad del Arroz que fueron un éxito y los menús especiales de Cuaresma. En resumen, cada actividad que se desarrolla impacta de manera muy positiva en el conjunto del sector hostelero y de la ciudad.

¿Qué destacaría de la colaboración entre su concejalía y la hostelería de cara al progreso de la ciudad?

La colaboración entre la concejalía y el sector hostelero está siendo clave para el progreso de Alicante. No hablamos solo de impulsar la actividad económica, sino de posicionar a la ciudad como un referente nacional en calidad de vida, turismo gastronómico y dinamismo cultural. La hostelería genera empleo, impulsa el comercio local y da vida a nuestros barrios, y por eso desde la Concejalía trabajamos codo con codo con el sector para desarrollar acciones que beneficien no solo a los profesionales, sino al conjunto de la ciudadanía. Apostamos por una gastronomía que no solo atraiga al visitante, sino que también sea un orgullo para los alicantinos. Gracias a esta alianza Alicante avanza con paso firme hacia un modelo de ciudad más moderna, atractiva, sostenible y con identidad propia, con una mejora importante en la creación de empleo y en su economía.

¿Cómo resulta la convivencia entre el sector hostelero alicantino y los vecinos en una ciudad orientada al turismo sostenible?

La convivencia está siendo ejemplar, precisamente porque en Alicante entendemos que el turismo sostenible no es una opción, sino un compromiso con nuestro presente y nuestro futuro. Llevamos años trabajando para lograr un modelo que respete el entorno, proteja la identidad de nuestros barrios y garantice el bienestar tanto de quienes nos visitan como de quienes aquí viven. La hostelería ha sabido adaptarse, demostrando que puede crecer sin renunciar a la convivencia ni a la calidad de vida de los residentes. Hoy los alicantinos se sienten orgullosos del papel que juega la gastronomía en la proyección de la ciudad y valoran el esfuerzo conjunto que ha permitido que Alicante sea Capital Española de la Gastronomía. Este reconocimiento no solo premia nuestra excelencia culinaria, sino también nuestra capacidad de convivir, de recibir y de compartir desde el respeto y el equilibrio.

Si tuviera que elegir un plato que represente para usted el sabor de Alicante, ¿cuál sería y por qué?

Me quedo con nuestros arroces, que son alma, tradición e identidad de nuestra tierra. Pero si tengo que elegir un solo bocado que condense el sabor de Alicante, elegiría la coca de mollitas. Es sencilla en apariencia, pero profunda en significado: une generaciones, barrios y familias, y está presente en los momentos cotidianos y en las grandes celebraciones. Vamos a rendirle homenaje en junio con un evento popular donde elaboraremos una coca de mollitas gigante para compartirla con todos los alicantinos. Y por supuesto, no puedo dejar de mencionar nuestro Mercado Central, auténtico templo del producto local. Allí se encuentra el corazón gastronómico de Alicante con calidad, cercanía y raíces. Es en esos pasillos, entre colores, aromas y texturas, donde uno comprende por qué nuestra cocina es un orgullo, tanto en las casas como en nuestros restaurantes. ☀

Sabordecapital Alicante

Hay ciudades que se recorren. Otras se saborean. Alicante es de las que despiertan los sentidos. Con su luz inconfundible, ese Mediterráneo azul que se derrama sobre playas doradas y calas secretas, y una silueta urbana que mezcla historia y modernidad, la capital alicantina ofrece mucho más que sol y mar: es un destino que se vive a bocados, a pasos, a miradas.

Designada Capital Española de la Gastronomía 2025, Alicante se engalana este año con el orgullo de quien lleva siglos cocinando identidad. No es casualidad. La ciudad ha sabido convertir su recetario en relato, su producto local en bandera y sus cocinas en laboratorios donde tradición y creatividad se abrazan sin miedo. Del Mercado Central a los restaurantes con estrella, de los barrios históricos al bullicio del puerto, la ciudad invita a descubrir cada rincón con un tenedor en la mano y los sentidos bien abiertos.

Forbes no se equivocó al situarla de nuevo entre las mejores ciudades del mundo para vivir y trabajar. Pero es ahora, en este 2025 cargado de aroma a sal, arroz, vino y memoria, cuando Alicante se alza como capital también del disfrute. Porque aquí la vida se celebra a mesa puesta, con hospitalidad de fuego lento y sabor a Mediterráneo.

Alicante secreta: donde la tierra susurra belleza

Más allá del Castillo de Santa Bárbara y el bullicioso encanto del barrio de Santa Cruz, más allá del Valle de Guadalest o de las postales marinas de calas escondidas, Alicante guarda un repertorio de maravillas que susurran a quien se detiene a mirar con calma. No todo está en los folletos. Alicante es más. Mucho más. Es una tierra de sorpresas que se despliegan ante el visitante como un libro de geografía poética.

Entre las montañas calizas de la Sierra de Bèrnia se abre un pasadizo de roca viva: el Forat de Bèrnia. Un túnel natural que atraviesa la sierra de norte a sur y regala una de las panorámicas más emocionantes de la provincia: Altea a los pies, el Puig Campana erguido y la Serra Gelada al fondo. La ruta circular PR-CV 7 completa la experiencia con una inmersión en el tiempo, cruzando también por el Fuerte de Bèrnia, una fortaleza del siglo XVI que vigila el horizonte.

Si hay un rincón donde la naturaleza desafía el sentido común es la Laguna Rosa de Torrevieja. Su color es real. Un rosa intenso que tiñe las aguas salinas del Parque Natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja y convierte este humedal en un espectáculo cromático y biológico que no tiene igual en Europa. Un ecosistema vivo, frágil y poderoso.

También lo son las Fuentes del Algar, en Callosa d’en Sarrià. Cascadas, pozas naturales y vegetación exuberante componen este paraíso mediterráneo declarado Zona Húmeda Protegida. Allí el agua no es solo belleza: es música, es frescura, es vida.

El Peñón de Ifach, símbolo indiscutible de la Costa Blanca, se eleva 332 metros sobre Calp como un coloso vegetal y rocoso. Aunque es el parque natural más pequeño de la Comunitat Valenciana, también es el más antiguo y uno de los más visitados. En sus paredes, el mar y el viento han tallado un refugio para cientos de especies, entre ellas aves marinas y plantas endémicas.

Y si hablamos de esculturas de agua y tiempo, hay que nombrar la Cova dels Arcs, en la Cala del Moraig de Benitatxell. Allí, la erosión marina ha dibujado durante siglos una catedral de piedra abierta al mar, donde la luz se cuela entre arcos naturales y el sonido de las olas recuerda que la belleza puede ser tan salvaje como delicada.

Pero también bajo tierra la provincia es prodigiosa. En Busot, las Cuevas del Canelobre nos regalan una de las salas naturales más altas de España: casi setenta metros de altura donde estalactitas y formaciones rocosas simulan un órgano pétreo. Una bóveda inmensa que, bajo la iluminación adecuada, se convierte en un templo subterráneo de geometrías imposibles.

Alicante también es misterio escondido: la Cova Tallada, la cala secreta de Xàbia, el Cañón de Mascarat o els Arcs de Castell de Castells, son solo algunos de esos rincones que el viajero paciente y curioso encontrará si se deja llevar por la intuición y el mapa emocional del territorio.

Porque Alicante no es solo un destino: es un paisaje que se siente. Un mapa de tesoros naturales, históricos y emocionales que invitan a perderse para encontrarse. Y, sobre todo, a regresar. ☀

Alicante en 20 paradas

Saborear la ciudad con los cinco sentidos

Hay ciudades que se descubren a través de sus monumentos y otras que se sienten al ritmo de sus calles. Alicante, sin embargo, va un paso más allá: es una ciudad que se vive. A orillas del Mediterráneo, bañada por una luz que parece cincelada a mano, la capital alicantina se ofrece al viajero como una sinfonía de sabores, paisajes, historia y hospitalidad.

En 2025, no solo presume de playas, de clima o de atardeceres infinitos. Este año brilla con especial intensidad: es Capital Española de la Gastronomía, y cada rincón vibra con el entusiasmo de quien sabe que tiene mucho que compartir. Pero su esencia no se limita a una mesa bien servida. Alicante es también piedra dorada al sol, calle empinada con aroma a jazmín, arte que respira entre muros centenarios y parques que regalan miradas al mar.

Pasearla es abrazar su pasado y su presente. Desde lo más alto del Castillo de Santa Bárbara hasta las cuevas urbanas del barrio de Santa Cruz; desde el bullicio del Mercado Central hasta la calma de Tabarca o el misticismo de la Santa Faz. Alicante se abre como un abanico de emociones y experiencias, donde cada parada es un instante para guardar.

Por eso, te invitamos a recorrerla con los ojos bien abiertos, con el paladar dispuesto y el alma curiosa. Porque estas veinte visitas no son solo lugares: son puertas abiertas a una ciudad que late, canta y se deja saborear en cada paso.

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Castillo de Santa Bárbara. Dominando la ciudad desde el monte Benacantil, esta fortaleza medieval, que es una de las más grandes de España, ofrece una panorámica inigualable del Mediterráneo y la urbe. Su historia se remonta a la época islámica y es un testimonio vivo del pasado de Alicante.

Barrio de Santa Cruz. Un laberinto de callejuelas empedradas y casas encaladas adornadas con flores que conservan el alma del casco antiguo. Es el lugar perfecto para perderse y descubrir la esencia de la ciudad. Uno de los rincones más pintorescos y antiguos de Alicante donde descubrir toda su esencia.

Explanada de España. Este emblemático paseo marítimo, con su característico mosaico ondulado de más de seis millones de teselas, es uno de los símbolos más reconocibles de la ciudad. Es ideal para disfrutar de la brisa marina y la vida local.

Playa del Postiguet. Situada a los pies del castillo, es la playa urbana por excelencia, perfecta para un baño refrescante con vistas históricas.

Concatedral de San Nicolás de Bari. Un ejemplo destacado del estilo herreriano, esta iglesia del siglo XVII es un remanso de paz en pleno centro de la ciudad.

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Basílica de Santa María. El templo más antiguo de Alicante, construido sobre una antigua mezquita, destaca por su fachada barroca y su interior gótico.

Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA). Ubicado en la Casa de La Asegurada, la construcción civil más antigua de Alicante, alberga una valiosa colección de arte del siglo XX, incluyendo obras de Miró y Picasso.

Museo Arqueológico Provincial de Alicante (MARQ). Premiado como el mejor museo europeo en 2004, ofrece una experiencia interactiva que recorre la historia desde la prehistoria hasta la actualidad.

Mercado Central. Un festín para los sentidos, este mercado modernista es el lugar ideal para degustar productos locales y sumergirse en la vida cotidiana alicantina.

Isla de Tabarca. A tan solo una hora en barco, esta isla habitada combina historia, naturaleza y gastronomía en un entorno único.

Parque de la Ereta. Situado en las laderas del monte Benacantil, este oasis natural ofrece senderos y miradores con vistas espectaculares de la ciudad y el mar.

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Castillo de San Fernando. Aunque menos conocido que el de Santa Bárbara, este castillo del siglo XIX en el monte Tossal es un lugar tranquilo con vistas panorámicas.

Lonja del Pescado. Antiguo edificio industrial reconvertido en sala de exposiciones, es un espacio cultural vibrante junto al puerto.

Teatro Principal. Inaugurado en 1847, este teatro neoclásico es el corazón de la vida cultural alicantina, con una programación variada durante todo el año.

Plaza del Ayuntamiento. Rodeada de edificios históricos, es el punto de partida perfecto para explorar el centro de la ciudad.

Palacio Gravina (MUBAG). Este palacio del siglo XVIII alberga el Museo de Bellas Artes, con una colección que abarca desde el siglo XVI hasta el XX.

Monasterio de la Santa Faz. A cinco kilómetros del centro, es el destino de una de las romerías más multitudinarias de España, celebrada el segundo jueves después de Jueves Santo.

Torres de la Huerta. Estas torres defensivas construidas durante los siglos XVI y XVII, dispersas por la antigua huerta de Alicante, son un testimonio del pasado agrícola y militar de la región.

Museo de Hogueras. Dedicado a las famosas fiestas de las Hogueras de San Juan, ofrece una visión completa de esta tradición declarada de Interés Turístico Internacional.

Calle de las Setas (Calle San Francisco). Una calle peatonal transformada en un mundo de fantasía con coloridas esculturas de setas gigantes, ideal para pasear en familia. ☀

Hay lugares donde el mar simplemente baña la orilla. Y luego está Alicante, donde el Mediterráneo no solo dibuja el paisaje, sino que imprime carácter. Aquí, las playas no son una nota al pie en la experiencia del viajero: son protagonistas. Cada una con su ritmo, su tono de azul o su forma de saborear la historia de esta tierra de luz y sal.

Alicante es ciudad y es costa. Es arena fina y roca batida. Es la vibrante Playa del Postiguet a los pies del castillo, la amplitud de San Juan con sus amaneceres infinitos y, también, el secreto recogido de una cala en el Cabo de la Huerta. Cada playa es una promesa distinta: la de la familia, la del silencio, la del deporte, la de los perros o la del snorkel. No existen experiencias repetidas. Existen opciones infinitas sobre cómo vivirlas.

Alicante sabor a costa

Hay lugares donde el mar simplemente baña la orilla. Y luego está Alicante, donde el Mediterráneo no solo dibuja el paisaje, sino que imprime carácter. Aquí, las playas no son una nota al pie en la experiencia del viajero: son protagonistas. Cada una con su ritmo, su tono de azul o su forma de saborear la historia de esta tierra de luz y sal.

Alicante es ciudad y es costa. Es arena fina y roca batida. Es la vibrante Playa del Postiguet a los pies del castillo, la amplitud de San Juan con sus amaneceres infinitos y, también, el secreto recogido de una cala en el Cabo de la Huerta. Cada playa es una promesa distinta: la de la familia, la del silencio, la del deporte, la de los perros o la del snorkel. No existen experiencias repetidas. Existen opciones infinitas sobre cómo vivirlas.

En el año de la capitalidad gastronómica, el litoral suma matices al sentido del gusto. Porque cada playa ofrece más que agua y arena: una mesa cerca, un chiringuito con historia, un paseo que huele a mar y a calamares fritos... En suma, un abrazo al Mediterráneo con todos los sentidos.

1.

Playa del Postiguet

Justo donde la ciudad se asoma al mar, al abrigo del imponente Castillo de Santa Bárbara, la Playa del Postiguet respira historia y vida cotidiana. De arena dorada y aguas mansas, es refugio de familias, paseantes y amantes del Mediterráneo urbano. En su extremo norte, la renovada zona del Cocó amplía su perfil y mejora la calidad de baño. A sus pies, el Paseo de Gómiz –vestido de palmeras y mosaicos que engañan al ojo con ilusiones ópticas– invita a recorrerlo sin prisa, entre helados, terrazas y murmullos de verano. Todo lo necesario está al alcance: accesibilidad, aparcamiento y una atmósfera inolvidable.

2.

Playa de San Juan

Extensa, luminosa y vibrante, la Playa de San Juan es mucho más que un simple arenal. Se despliega desde el límite con El Campello hasta el Cabo de la Huerta, y en sus más de tres kilómetros de longitud se suceden espacios para el deporte, la infancia y el descanso. Aquí conviven canchas de vóley, zonas de calistenia, juegos sostenibles y áreas para deportes náuticos como el paddle surf o el windsurf. El verano cobra vida en los chiringuitos a pie de playa, mientras la Avenida de Niza vibra con la oferta gastronómica. A un paso, el campo de golf Alicante Golf completa una postal ideal.

3.

Isla de Tabarca

Más que una playa: un mundo aparte. Frente a las costas de Alicante, a unas once millas náuticas, emerge la Isla de Tabarca –única isla habitada de la Comunitat Valenciana– y con ella un archipiélago de historia y leyenda. Antiguo refugio de piratas berberiscos, fue transformado por orden de Carlos III en asentamiento amurallado para pescadores genoveses liberados de su cautiverio en Túnez. Hoy, declarada Conjunto Histórico Artístico, Tabarca ofrece calas cristalinas, patrimonio fortificado, gastronomía marinera y una desconexión serena que seduce a quien cruza el mar para conocerla.

4.

Playa de la Albufereta

Resguardada entre la Serra Grossa y el histórico Tossal de Manises –cuna de la ciudad romana de Lucentum–, esta playa de ambiente familiar y atmósfera apacible es ideal para quienes buscan tranquilidad sin alejarse del núcleo urbano. Su arena fina, la cercanía de servicios y la calma de sus aguas la convierten en un rincón perfecto para todas las edades. En verano, cuenta con un chiringuito y un punto accesible con asientos anfibios, pensados para el baño de personas con movilidad reducida.

5.

Calas del Cabo de la Huerta

Para quienes prefieren el rumor de las olas sobre la roca y la transparencia sin artificios, el Cabo de la Huerta es un santuario natural. Entre San Juan y la Almadraba, se suceden calas de belleza cruda y fondos marinos ideales para el snorkel. Desde la emblemática Cala de la Palmera, vigilada por el faro, hasta la íntima Cala de los Judíos, este tramo de costa regala un Mediterráneo auténtico, donde el tiempo se estira y el bullicio urbano queda atrás.

6.

Playa de Saladares-Urbanova

A tan solo cinco kilómetros del centro, pero con un aire de lejanía serena, la Playa de Saladares –conocida también como Urbanova– ofrece amplitud, dunas preservadas y una paz difícil de encontrar en otros puntos del litoral. Dotada con aparatos biosaludables, juegos infantiles y un largo paseo marítimo repleto de heladerías y restaurantes, es una opción perfecta para disfrutar sin prisas. En su extremo norte conecta con la playa de Agua Amarga, donde las mascotas también son bienvenidas.

7.

Playa de la Almadraba

Escondida entre el Cabo de la Huerta y la Albufereta, esta playa discreta es un refugio para quien busca mar sin multitudes. Tranquila, recogida y con una orientación perfecta para las puestas de sol, la Almadraba ofrece un rincón íntimo con juegos para los más pequeños y un chiringuito estival que acompaña sin molestar. Es uno de esos lugares donde el tiempo se detiene y la sencillez se convierte en lujo.

8.

Playa de Agua Amarga

Aquí, las mascotas también tienen su espacio. Agua Amarga es la playa dog-friendly por excelencia de Alicante. En temporada estival, dispone de servicios específicos para que perros y personas disfruten juntos del mar: zonas acotadas, bebederos, duchas adaptadas y libertad sin renunciar a la comodidad. Una propuesta pionera que demuestra que el Mediterráneo puede ser compartido, sin excepciones.

9.

Playa de San Gabriel

A medio camino entre la ciudad y la tranquilidad, la playa de San Gabriel ofrece un entorno sereno, de aguas quietas y ambiente vecinal. No es la más conocida ni la más concurrida, y quizá por eso conserva un encanto especial. Ideal para desconectar, leer bajo la sombrilla o pasear sin urgencias, se presenta como una playa cercana, acogedora y sin artificios. A veces, eso es todo lo que se necesita.

Donde el mar es más que mar

Alicante no solo se mira desde el paseo marítimo ni se recorre con una toalla al hombro. Sus playas, cada una con su carácter y su tempo, son páginas abiertas de un relato donde la naturaleza, la historia y la vida cotidiana se entrelazan en armonía. Aquí, cada rincón del litoral esconde un gesto: el reflejo de una torre centenaria sobre las aguas de la Albufereta, un anochecer silencioso en Urbanova, el bullicio alegre de San Juan o el misterio azul de las calas del Cabo de la Huerta.

El Mediterráneo en Alicante no es solo un paisaje, es una manera de estar. Es

Alicante, capital del sabor Una celebración gastronómica con vocación internacional

En 2025, Alicante no solo celebra el orgullo de ser Capital Española de la Gastronomía; lo convierte en una declaración de intenciones. Durante todo el año, la ciudad desplegará un ambicioso programa de eventos que trasciende fronteras, conecta con su historia y reafirma su posición como destino gastronómico de referencia a nivel nacional e internacional. Cocineros, productos, entornos naturales y públicos diversos se dan cita en una agenda que mira al futuro sin dejar de rendir homenaje a sus raíces.

Una embajada de sabor en Europa

La capitalidad gastronómica no se quedará dentro de las fronteras españolas. Alicante exportará su luz y su esencia a países clave del continente como Alemania, Reino Unido e Italia, organizando acciones promocionales en ciudades con alto potencial de demanda turística. En estos encuentros se realizarán showcookings en directo, degustaciones de productos locales y actividades dirigidas específicamente a profesionales del sector. Una experiencia inmersiva diseñada para conquistar paladares y sensibilidades más allá del Mediterráneo, consolidando la imagen de Alicante como destino gourmet internacional.

El producto local como protagonista

A lo largo del año, Alicante participará en los principales escenarios del calendario gastronómico nacional para reivindicar la calidad de sus productos y la creatividad de sus cocineros. En eventos de primer nivel como Madrid Fusión, HIP Horeca Professional Expo, Madrid Salón Gourmet, Alicante Gastronómica, Gastrónoma Valencia, Tast La Rambla en Barcelona, Murcia Gastronómica o DNA Dénia, la ciudad desplegará un repertorio de showcookings, ponencias, catas y degustaciones que tendrán como hilo conductor los productos con Denominación de Origen Alicante.

Cuatro estaciones, cuatro menús

Una de las iniciativas más atractivas de esta capitalidad será la creación de cuatro menús exclusivos –uno por cada estación del año– bajo el sello “Alicante Capital Española de la Gastronomía”. Esta propuesta, protagonizada por los restaurantes de la ciudad, permitirá poner en valor el producto de temporada, visibilizar la hostelería local y acercar al público una cocina que se adapta al ritmo natural del territorio. El ciclo culminará con un gran concurso gastronómico en el que se premiarán las propuestas más destacadas del año, reconociendo la excelencia, la creatividad y el compromiso con el producto local.

Starlight en Tabarca: cocina y estrellas

Uno de los momentos más emblemáticos de la programación tendrá lugar en la Isla de Tabarca. En este enclave único se celebrará Starlight: Encuentro de Soles y Estrellas, una velada mágica en la que cuatro chefs con estrella Michelin ofrecerán una cena sostenible elaborada con producto de proximidad, bajo el cielo estrellado de la isla.

El evento incluirá también charlas sobre conservación marina, un recorrido guiado por el entorno tabarquino y una sesión de observación astronómica. Una experiencia total que conecta gastronomía, medioambiente y paisaje, y que posicionará Tabarca como un nuevo referente de excelencia culinaria y respeto por el entorno.

Gastronomía con historia: cenas en lugares singulares

La capitalidad también pondrá en valor el patrimonio cultural a través de experiencias gastronómicas en espacios emblemáticos. En Lucentum, yacimiento romano de la ciudad, se recrearán cenas inspiradas en la cocina de la antigua Roma, elaboradas con producto local y técnicas históricas.

Por su parte, el Castillo de Santa Bárbara acogerá veladas gastronómicas acompañadas de espectáculos pirotécnicos tras las celebraciones de las Fogueres de Sant Joan. Y en el Puerto de Alicante, Food & Music ofrecerá una fusión de cocina en vivo y actuaciones musicales en un entorno frente al mar. ☀

MAYO

Alicante Capital Gastronómica Nocturna desde el Castillo de Santa Bárbara.

La otra cocina. Congreso MEG 10 y 11 de mayo.

Concurso de Fotografía Gastronómica.

Gala del Comercio y la Hostelería.

Capital Española de la Gastronomía nocturna.

Tasta la Rambla.

Presentación de destino Comunitat Valenciana (Munich).

JUNIO

Ruta de Desayunos saludables.

Ruta de la Tapa para celebrar el Día Mundial de la Tapa.

Día del Vino de la DO Winecanting.

Récord de la coca de molletes alicantina más grande.

Menús Alicante Capital de la Gastronomía en Fogueres.

Noches de Fuegos en el Castillo de Santa Bárbara.

40 Aniversario de Turespaña en Valencia.

Presentación del sello oficial Alicante Capital Española de la Gastronomía.

Alicante sabores de excelencia

Alicante es el reflejo de una ciudad que ha sabido convertir su tradición en motor creativo y su despensa en patrimonio. Hoy, Alicante se posiciona como uno de los grandes referentes culinarios del país y de Europa, con una cocina que abraza la dieta mediterránea como base y celebra la diversidad de sus productos con honestidad, técnica y pasión.

Desde la costa hasta la montaña, la provincia despliega una riqueza geográfica que se traduce en una variedad de ingredientes y estilos difícil de igualar. Existe una cocina del mar y otra de la meseta, de la huerta y de las cumbres. Todas tienen cabida en las cartas de sus restaurantes, desde los más humildes hasta aquellos que lucen con orgullo las 17 estrellas Michelín que iluminan su territorio.

Uno de los emblemas de esta tierra es el arroz, protagonista absoluto en más de 300 especialidades documentadas. Ya sea en su versión más popular –como el arroz alicantino, a banda, caldoso o con costra– o en reinterpretaciones creativas, el arroz en Alicante no es solo un plato: es una forma de identidad.

Pero la cocina alicantina va mucho más allá del arroz. Comienza en la barra, con montaditos, cocas saladas, salazones y el clásico esmorzaret con sardina, huevo frito y ñora. Sigue en los mercados, donde pescados y mariscos recién llegados de la bahía se transforman en fumets, calderos y platos con carácter. Y culmina en los postres, con delicias como la coca boba, los rollitos de anís, los helados artesanos, el chocolate de Villajoyosa o, por supuesto, el turrón: el más icónico de todos.

El turrón de Alicante, con Denominación de Origen junto al de Jijona, es la joya dulce de la provincia. Su elaboración artesanal y el riguroso control del Consejo Regulador garantizan una calidad excepcional, y lo convierten en símbolo ineludible de la gastronomía navideña en todo el país.

A esta riqueza de producto se suma una enología cada vez más reconocida. La D.O.P. Alicante reúne más de cuarenta bodegas y cooperativas, que elaboran desde intensos tintos de monastrell hasta blancos jóvenes, rosados frescos y el célebre Fondillón, un vino añejo de noble historia que ha seducido a paladares de todo el mundo.

Y luego está el ritmo, el estilo, la forma en que Alicante vive la gastronomía. Porque aquí no se come solo para alimentarse: se celebra, se comparte, se alarga. El fenómeno del “tardeo”, nacido de manera espontánea entre calles, plazas y bares del centro, ha consolidado una manera única de disfrutar del ocio gastronómico: entre tapas, sobremesas, copas y conversación, Alicante convierte cada tarde en una fiesta que empieza sin saber cuándo terminará.

En este escenario de sabores, tradición e innovación, invitamos a conocer los productos que hacen de Alicante una capital del gusto. Bienvenido a una tierra que no solo se visita: se saborea. ☀

del cielo abierto

Recorrido por los granos que alimentan la tradición alicantina al fuego lento

Encontrar el elemento común entre un arroz con costra, a banda, al senyoret o meloso, parece, a priori, tarea sencilla, pero quizá no lo sea tanto. La tradición gastronómica de la Comunitat Valenciana, y en concreto la alicantina, sienta sus bases en la preparación de este cereal tan apreciado en todo el mundo, aportándole su esencia con producto de proximidad de mar y montaña. Pero lo que hace de estas elaboraciones, bocados únicos no son solo los condimentos e ingredientes que se usan en ellos. Los granos que se seleccionan para cada elaboración son clave.

Relatar el origen del arroz requiere de una revisión muy extensa de la historia. Su versatilidad y aporte nutritivo lo han convertido en una pieza fundamental de la cocina de muchas culturas, pero entre ellas, la variedad es infinita. Actualmente, se estima que existen unos ochenta mil tipos de este cereal, considerado el segundo más consumido del mundo. La especie Oryza sativa, la más extendida, ha dado lugar a dos subtipos –japónica e índica– con propiedades diferentes que permiten adaptarlo a un amplio abanico de preparaciones que hagan las delicias de todos los paladares Y hoy, gracias a la mezcla de culturas que a lo largo de la historia tanto ha enriquecido la península, este preciado producto ha viajado desde Asia y ocupa un espacio importante en los terrenos de cultivo del levante español.

Tres granos, tres caminos al sabor

Como si de un tesoro se tratase, el Parque Natural Marjal de Pego– Oliva acoge los arrozales alicantinos que abastecen las cocinas de la región. En sus tierras húmedas crecen tres protagonistas esenciales del recetario mediterráneo: Sénia, Albufera y Bomba. Todas ellas variedades de grano corto y redondo de la familia japónica, seleccionadas por su capacidad para absorber el sabor de los caldos, sofritos y fumets. Los expertos arroceros afinan, como si de un hechizo mágico pero milimétrico se tratase, la selección ideal en cada ocasión para dar con el plato perfecto. Más caldo, más sabor, más cocción, nada se deja al azar en el fuego, todo comienza en la tierra.

El tipo Sénia es el preferido para el arroz seco tradicional. Su grano redondo y delicado absorbe los sabores del fondo, lo que se traduce en una textura melosa y jugosa, perfecta para un arroz con costra. El Albufera, fruto del cruce entre Sénia y Bomba, equilibra lo mejor de ambos: absorbe con intensidad, pero mantiene la firmeza. Es un arroz moderno, versátil, ideal para quienes buscan esa capa superficial húmeda, pero con el corazón del grano intacto. El Bomba, por su parte, se revela como el más flexible en los tiempos de cocción. Con gran capacidad de absorción, su textura más firme y suelta lo hace perfecto para elaboraciones como el arroz a banda o al senyoret

La elección no es capricho, es conocimiento.

El arroz Bombón, joya recuperada

En los años sesenta, priorizando una mayor rentabilidad, los cultivos alicantinos dijeron adiós a su pequeño tesoro, el arroz Bombón, una variedad autóctona de Alicante con gran resistencia y adaptabilidad al terreno, pero con una producción menor a otras tipologías. En 2016, más de cincuenta años después y tras mucho trabajo e investigación, esta preciada cosecha regresó a la zona de Pego, y lo hizo con fuerza. En los últimos años, su producción se ha extendido considerablemente con el objetivo de devolverle su posición como ingrediente gourmet de la gastronomía alicantina. Este grano ofrece una calidad excepcional y proporciona una textura única, perfecta para elaborar, por ejemplo, arroces melosos. Y ahora reclama su sitio en las mesas más exigentes. ☀

10 regalos para el paladar del menú alicantino

Hablar del menú alicantino es hablar de arroz, de potaje a fuego lento, de recetas con “lo mejor de cada casa”, pero, sobre todo, de sabor. Son multitud las variedades de arroces y guisos, también conocidos como “olletas”, que pueblan la gastronomía alicantina. Uno de los puntos fuertes de la dieta de esta tierra es el amplio abanico de ingredientes usados en sus platos, ya que, gracias a su situación geográfica, tiene acceso a los mejores productos frescos de mar y de montaña. Esta variedad es uno los pilares fundamentales del menú de esta región y, gracias a la maestría y atención dedicada a la elaboración de dichos platos, logran un delicado balance entre sabor y beneficios para la salud.

Según la tradición, cada hogar elaboraba su propia receta, transmitida de generación en generación, en la que hacían gala de su creatividad a la hora de exprimir el potencial de los mejores productos de la región. Además, como todo buen alicantino sabe, el mejor ingrediente que se le añade al arroz es la compañía. Preparar y degustar un arroz es un evento social y culinario. No obstante, toda esta variedad no ha impedido que se consoliden entradas de menú emblemáticas que colman de delicias las cartas de los restaurantes de la provincia. En Alicante, comer bien no es un lujo, sino una costumbre, fruto de años de historia y respeto por el producto. La oferta gastronómica de Alicante demuestra una versatilidad única y brinda la posibilidad de degustar manjares sin importar cuál sea la época del año.

Elegir un plato estrella resulta tarea imposible, pero, en Alicante, es difícil equivocarse. Por ello, se han seleccionado diez platos imprescindibles que ofrece la región: diez regalos perfectos para el paladar.

1.

Arroz del Senyoret

L’ Arròs del senyoret, o arroz del señorito es, sin duda, uno de los arroces con mayor presencia en las cartas alicantinas. Este arroz fue concebido en hogares de familias pudientes, donde el “señorito” de la casa pedía en cocina que se preparase el plato sin cáscaras ni huesos para poder saborear su esencia sin obstáculos. Para elaborar este manjar, es esencial utilizar un buen producto fresco de mar, a elegir entre las diversas opciones que ofrece la costa del Levante español, pero siempre sin cáscara.

2.

Arroz a Banda

El arroz que no puede faltar en las mesas de la ciudad es, sin lugar a duda, el arroz a banda. De origen humilde, es una receta típica de las zonas costeras, ya que permitía a los pescadores preparar dos platos al mismo tiempo. Se elabora un caldo a partir de pescado pequeño o desmenuzado que se comía separado del arroz, acompañado de ajoaceite. Hoy en día, este plato se encuentra como plato único en los restaurantes de la ciudad.

3.

La Olleta Alicantina

La olleta alicantina es un acierto seguro para los amantes de la cuchara que no dejará paladar insatisfecho. De origen humilde, tiene tantas variantes como pueblos y familias. Preparado en el recipiente de barro que le otorga su nombre, se prepara con arroz y una combinación de alubias, lentejas, garbanzos. El punto fuerte de esta receta es su flexibilidad a la hora de incorporar ingredientes. Puede llevar acelgas, calabazas, pencas, ñora, patata o nabo, por lo que es apta para veganos y vegetarianos. También se puede encontrar con carne, como costilla, tocino o asadura, ingredientes que premian la cocción a fuego lento.

4.

5.

Arroz con Magro y Verdura

Alicante no solo se inspira en la costa para elaborar recetas. El arroz con magro y verdura es una receta de interior que permite a los chefs alicantinos exprimir lo mejores sabores y textura del magro de cerdo ibérico y la gran variedad de verduras frescas de la huerta alicantina las proporciona la posibilidad de dar su toque personal en cada plato, pero, indudablemente, en temporada de alcachofa, el arroz con magro alcanza su mejor versión.

Arroz con Costra

El arroz con costra es un plato de carácter histórico, pues aparece en textos de hace más de quinientos años. No es de extrañar que este arroz sea considerado un tesoro en diversos puntos de la provincia: el arroz con costra marca un antes y después en el paladar de los aficionados al arroz. El elemento estrella de este plato es la mezcla de huevo batido que se gratina en el horno y que forma una costra dorada sobre el arroz para sellar y complementar los sabores de la carne (pollo o conejo, longaniza y butifarra).

6.

Puchero

No todo es arroz en alicante, y el puchero es buena muestra de ello. Se trata de una receta de gran arraigo en toda la provincia, por lo que existen diversas fórmulas, aunque todas tienen elementos comunes indispensables: pollo, ternera, blanquet y pelota. No obstante, la carne no es el único protagonista de este guiso, que hace gala de la excelente huerta gastronómica alicantina. Esta excelente receta para disfrutar en familia aparece en las cartas alicantinas en la temporada de invierno.

7.

Arroz al horno

El arroz al horno es otro plato de cazuela de barro muy recurrente en el menú alicantino, por lo que no falta en las mesas de la ciudad. Es también conocido como arròs passejat (o arroz paseado), pues era costumbre preparar la cazuela en casa para luego llevarlo a una panadería para que se hornease allí. Se cocina a partir de una base de caldo, arroz y garbanzo, a la que luego se le añadirá producto procedente del cerdo (morcilla, chorizo y costilla, aunque es bastante común añadir otras carnes). Para rematar, el arroz se corona con rodajas de patata, tomate y una cabeza de ajo en el centro, ingredientes que recompensarán con creces su paso por el horno.

8. 9. 10.

Caldero

La isla de Tabarca nos ofrece este plato tradicional que recibe su nombre del recipiente en el que se cocina. En este “cocido de mar” se prepara el arroz por un lado y por otro, el pescado “gallina” (un pescado teleósteo), rape, salmonete o lechola, y es llevado a su máxima expresión combinado con ñora (o reducida en salmorreta), patata y alioli. Se sirve tanto caldoso como seco y hará las delicias de los fanáticos del menú de mar.

Arroz Negro

Un deleite gastronómico de sabor diferente pero intenso que adquiere este color oscuro gracias a la tinta de calamar con la que se cocina. Este arroz goza de una amplia versatilidad, característica que los chefs aprovechan para poder utilizar los productos frescos de costa. Sepia, chipirones, gambetas o pulpitos, las posibilidades son infinitas.

Arroz con Conejo y Caracoles

Una receta típica de Alicante que combina mar y montaña, que se suele preparar en fuego de sarmientos. Los ingredientes utilizados proporcionan a este plato una esencia y sabor inconfundible: una base de arroz redondo, aromatizado con romero, tomillo y azafrán, realza el sabor de la carne. El conejo y los caracoles, que provienen de la zona serrana de la región, combinan sus diferentes texturas para formar un festival para los sentidos. ☀

Entre el mar y la huerta La despensa que alimenta a la Capital Gastronómica

Disfrutar de un menú en Alicante es sinónimo de calidad. El cuidado y el recelo con el que la provincia protege sus productos frescos garantiza en cada plato un balance de sabor y beneficios para la salud. Por lo tanto, no es de extrañar que la ciudad ofrezca multitud de productos genuinos y de denominación de origen. Heredera de siglos de historia entre mar y montaña, la dieta alicantina es rica, saludable y profundamente mediterránea. Está hecha de productos nobles, de temporada, cultivados o pescados cerca, y preparados con sencillez para que hablen por sí mismos.

La ñora alicantina es el sabor de Alicante: un pequeño tesoro que encierra siglos de tradición culinaria. Producto del sol, es utilizada con maestría desde las cocinas de las masías hasta las recetas de los chefs de la ciudad. Este pimiento, madurado y más tarde secado al sol, es el principal responsable del sabor de la salmorreta, sofrito tan característico con el que se preparan muchos de los arroces y guisos alicantinos. Su origen está en la huerta alicantina, donde se recolecta a mano y adquiere un color rojo intenso y un aroma dulce pero ahumado, sello de identidad de esta variedad.

La ñora es un excelente ingrediente con multitud de utilidades. Como resultado de la creatividad culinaria alicantina nace la pericana, salsa típica de la provincia que emplea, además, ingredientes humildes pero potentes: bacalao seco, ajo y aceite de oliva virgen. Una receta perfecta para acompañar al pan de horno de leña, potenciar el sabor del almuerzo o como guarnición de carnes y arroces. Los amantes del sabor ahumado no se quedarán insatisfechos.

Alicante es también una provincia de productos de la tierra y buen ejemplo de ello es la uva monastrell, variedad de uva tinta cultivada en Viñalopó, la Marina Alta y Algueña. No solo resite el calor y la escasez de agua, sino que los convierte en virtud. Es una uva rebelde, intensa y con carácter, se cultiva sin artificios, en secano, y su sabor refleja el paisaje en el que crece: tierra, sol y vid.

Y del sol a la copa. Uno de los destinos más nobles de la uva monastrell es el fondillón, vino con Denominación de Origen protegida de Alicante. Reconocido en el mundo entero, referenciado en Shakespeare, Dumas o Dostoyevski, el Fondillón, originario de la Huerta de Alicante, sobrevivió a una casi extinción en el siglo XIX. De añada histórica, se cría en barriles de 10, 20 o incluso 50 años, elevando el sabor de la uva sobremadurada a su máxima expresión. Debido a su alta graduación y sabor intenso, es un perfecto maridaje para quesos curados, chocolates negros, postres de frutos secos o un rato de reflexión.

Nacida entre sol y mar, la sal de Torrevieja no es solo un condimento, es parte de la historia y de la cultura de la costa. Extraída de las emblemáticas salinas rosas, es conocida por su pureza, tradición y sabor auténtico. Gracias a su entorno natural de clima seco, las lagunas salinas son sinónimo de alta calidad. La sal de Torrevieja, que puebla las mesas de los restaurantes de la ciudad, es 100 % marina, de sabor limpio, suave y rica en minerales: un producto a la altura de la exigente cocina alicantina.

Otro regalo del mar es la gamba roja de Dénia, protagonista de infinidad de platos, desde arroces marineros hasta platos minimalistas. Hervida, a la plancha, cruda en carpaccio… Sorprende a cualquier paladar. Su sabor dulce, jugoso, con un inconfundible toque yodado, su textura inconfundible y su color hacen que esta joya marina sea uno de los productos más admirados y deseados del Mediterráneo.

Elaborada con carne de magro de cerdo seleccionado, especias naturales y una curación lenta al aire, la longaniza de Pascua ofrece un sabor concentrado. Es el embutido típico que nunca falta en la mochila de una romería, en una merienda o en las fiestas de Pascua. Junto a la mona (y el huevo duro), esta longaniza es el perfecto aperitivo, para picar o acompañar en una buena tabla de embutidos y quesos.

Considerada la joya de la huerta alicantina, la alcachofa de la Vega Baja del Segura es fresca, tierna sabrosa y saludable: el orgullo de la comarca que se disfruta en guisos y arroces de toda la provincia. Recolectada de forma tradicional, llega fresca a los mercados, lista para exprimir su sabor. Asada, hervida, guisada o a la brasa; en fiestas o a diario, en cremas, arroces o al horno, una verdura fresca de la huerta alicantina que no puede faltar en el plato. ☀

Pescados y salazones el mar que se saborea

En Alicante, el mar no solo se contempla: se come, se huele, se escucha en el chisporroteo de una plancha y se intuye en el aroma que asciende de un buen arroz. La bahía alicantina es el gran vivero natural de la ciudad, un mercado vivo que abastece a cocinas de todos los estilos, desde las más tradicionales hasta las más vanguardistas. En cada lonja, en cada restaurante, el Mediterráneo se manifiesta con todo su carácter.

Los pescados y mariscos locales son parte esencial de la identidad culinaria alicantina. No solo como protagonistas de la mesa, sino como base fundamental de sus caldos y fumets: alma líquida de los célebres arroces, suquets y calderos que dan fama a la provincia.

En sus aguas nadan especies nobles como el dentón, la dorada, la lubina, el atún rojo, la brótola o el salmonete, junto a pescados más humildes pero igual de sabrosos, como el boquerón o la sardina. El bacalao, en todas sus formas, y los cefalópodos –sepia, calamar, pulpo– son ingredientes recurrentes en una cocina que mezcla técnica, instinto y memoria.

Y si hay un trío que no falla en la carta de mariscos alicantina, ese lo forman la gamba roja, la quisquilla y la cigala: bocados delicados que, solos o acompañando arroces, revelan la excelencia del producto que llega a diario a los fogones desde las cofradías de la costa.

El arte de salar: herencia del mar en la tierra

Alicante también se cuenta a través de sus salazones. Este método ancestral de conservación –heredado de culturas fenicias, romanas y andalusíes– sigue vivo en los mercados y platos de la ciudad. La técnica apenas ha variado con los siglos: sal o salmuera, paciencia y manos expertas que entienden el mar sin necesidad de mirarlo.

La hueva curada es una de las más apreciadas. Puede proceder de atún, maruca, mújol, merluza o corvina, y suele acompañarse con almendras, aceite de oliva virgen extra o encurtidos. Un bocado salino, intenso, que cuenta historias en cada loncha.

La mojama, por su parte, es un lujo sobrio. Procedente del atún, su carne se somete a un proceso de secado que concentra los sabores y transforma la textura en algo único. Según la parte del pescado, varía su categoría: de los lomos se extrae la “extra”; del dorso, la mojama de primera; y del solomillo, la versión más fina y delicada.

El bacalao salado, en migas, lomos o cocochas, también forma parte de este patrimonio gustativo. Presente en ensaladas, picaetas o como ingrediente principal, es una pieza clave de la despensa alicantina.

Y no faltan en las vitrinas tradicionales otras joyas del salado: sardinas, bonito, melva… productos humildes que, tras pasar por la sal y el tiempo, alcanzan una elegancia gastronómica que seduce a locales y forasteros.

En Alicante, el mar no se guarda en botellas: se guarda en sal. Se transmite entre generaciones, se ofrece como aperitivo, se honra como historia viva. Porque aquí, incluso cuando no se ve, el mar está en todo lo que se cocina.☀

Tradición repostera fiesta en cada bocado

Desde las cocas humildes que perfuman las panaderías de barrio hasta el refinado arte de los turrones artesanales, la arraigada tradición repostera habla el lenguaje de la tierra: sencillo, generoso y profundamente mediterráneo. Mientras que la ciudad se engalana para dar la bienvenida a fiestas, fogueres y romerías, los hornos de las reposterías se encienden para producir su propio espectáculo a base de hojaldre, almendra y otras delicias dulces.

La mona de Pascua, que marca el fin de la Cuaresma, es protagonista indiscutible de la Semana Santa y Pascua alicantina. Pan dulce decorado con huevo duro o de chocolate que, según dicta la tradición, es de buena costumbre cascar en la frente de otra persona. Acompañada de la longaniza de Pascua, toma forma de bollo redondo, rosca, trenza o incluso de algún animal. No hay Pascua sin mona, ni infancia sin esa tradición.

La coca de mollitas es la reina de cualquier obrador. De modestos ingredientes, su base fina pero crujiente se cubre de una generosa capa de “mollitas” (migajas de harina, aceite y sal) que se deshacen en la boca. Una receta sencilla, sabrosa y adictiva que suele comerse con las manos. Hay tantas variantes como reposterías: con hojaldre, con pan, con chocolate… Lo que sea necesario para potenciar el contraste entre lo dulce y lo salado.

Entre las variantes más populares se encuentra la coca amb tonyina, que goza de gran popularidad en Les Fogueres de Sant Joan. Se elabora con atún salado, cebolla y piñones envueltos en masa fina y ligeramente hojaldrada. Es parte de la identidad festiva alicantina, y suele disfrutarse con mistela durante la Plantà de fogueres y en la Nit de San Juan/Sant Joan. También es típica de la festividad de Moros y Cristianos y la Romería de Santa Faz, aunque puede encontrarse durante todo el año.

Un bizcocho típico es la coca boba, preparado con huevo, azúcar, harina, leche y aceite y aromatizado con canela o limón. Su esponjosidad es adictiva y suculenta. Recibe el nombre de “boba” por su sencillez, pero es uno de los productos estrella en las reposterías de la ciudad.

Testigo de la presencia árabe en la región es la Almojábana, rosquilla endulzada con miel o almíbar, de textura suave y sabor delicado. Es típica en municipios del sur de la provincia, especialmente en fiestas locales. Fácil de preparar y de ingredientes accesibles, cada horno tiene su versión, pero todas enamoran.

Y por supuesto, Alicante es el hogar por excelencia del turrón artesanal, alma dulce de la región. Para que un turrón pueda llevar con orgullo el sello de la Denominación de Origen de Turrones de Alicante y Jijona, debe cumplir unos requisitos fundamentales: al menos un 60 % de almendra y un 10 % de miel en su composición. Esta certificación, supervisada por el Consejo Regulador, garantiza no solo el origen de los ingredientes, sino también una calidad excepcional.

La elaboración del turrón de Alicante es tan precisa como artesanal. El proceso comienza con el tueste de la almendra en tambores giratorios, hasta alcanzar el punto exacto que potencia su sabor sin alterar su textura. A continuación, se incorpora clara de huevo diluida, que actúa como blanqueante y ayuda a lograr la consistencia deseada, conocida como “punto de bola”.

La miel, procedente de la Comunitat Valenciana, se calienta por separado antes de integrarse con las almendras. La mezcla se remueve cuidadosamente con palas de madera hasta formar una masa densa y aromática, que se vierte en moldes especiales forrados con obleas, conocidas también como “pan de ángel”. Así se crea uno de los dulces más icónicos de la tradición navideña alicantina: crujiente, fragante y con el sabor inconfundible de una tierra que honra su legado.

El turrón levanta tantas pasiones que no se reserva solo a estaciones frías. Prueba de ello es el exitoso helado de turrón de Jijona. Conserva el sabor original, pero con textura cremosa y refrescante. Se elabora en heladerías con décadas de tradición y puede degustarse todo el año.

Es imposible no citar una exquisitez gourmet: las Delicias de Elche. Su nombre lo dice todo. Dátiles ilicitanos deshuesados, aderezados con pasta de almendra y, a menudo, envueltos en beicon. Una fusión natural y exquisita que combina la dulzura del palmeral con carne de calidad. Este entrante tradicional, elegante y energético, es un manjar para amantes de la gastronomía que ha conquistado tanto los hogares tradicionales como las tiendas gourmet. Un clásico para celebraciones y regalos. ☀

Mercados de Alicante donde empieza el sabor

Uno de los secretos mejor guardados de la cocina alicantina se encuentra antes de encender los fogones. Está en la selección del producto, en la estacionalidad, en la frescura. Y en ningún lugar como en los mercados municipales de la ciudad se comprende mejor esta premisa: allí donde la materia prima se entrega tal como viene del campo, del mar o de la tierra, lista para transformarse en un plato memorable.

Los mercados de abastos de Alicante no son solo puntos de venta: son espacios vivos donde late el pulso diario de la gastronomía. Son también el primer paso de muchos de los grandes menús que se sirven en los restaurantes de la ciudad, pues es aquí donde cocineros, vecinos y visitantes coinciden para elegir pescados recién traídos de la bahía, frutas que aún huelen a huerta, carnes seleccionadas con mimo o panes recién horneados.

El Mercado Central: un templo entre aromas y columnas

Símbolo absoluto de la cultura gastronómica alicantina, el Mercado Central se alza como un edificio majestuoso de aire modernista, considerado entre los más bellos de su género en toda España. Su estructura –con más de 11000 metros cuadrados y más de trescientos puestos– es tan impresionante como lo que alberga: un universo de sabores, texturas y productos que hacen las delicias de cualquier amante del buen comer.

En su planta baja se respira mar: pescados plateados que aún conservan el brillo del amanecer, mariscos que se mueven inquietos en sus bandejas, y junto a ellos, hortalizas, frutas, panes artesanales, frutos secos y dulces que tiñen de color cada rincón. En la planta superior, los aromas cambian y se vuelven más intensos: charcuterías, carnicerías y otros gremios conviven entre el bullicio de la compra diaria, ofreciendo cortes, embutidos y especialidades que son parte de la cocina tradicional.

Pero más allá del producto, el alma del mercado reside en quienes lo habitan. Vendedores de toda la vida, profesionales que conocen a la perfección lo que ofrecen, que asesoran, que recomiendan y que hacen de cada visita una experiencia cálida y cercana.

Hoy, además, el mercado convive con la modernidad sin perder sus raíces. Gastrobares y espacios de degustación han encontrado su hueco entre los puestos, y es habitual ver a los clientes pasar del mostrador a la barra para probar un vermut casero, un salazón exquisito o incluso sushi preparado al momento.

En su fachada posterior, la plaza 25 de Mayo recuerda un capítulo trágico de la historia de la ciudad: el bombardeo que costó la vida a más de 300 personas en 1938. Ese lugar de memoria es hoy también espacio de vida, encuentro y tapeo, símbolo de la capacidad de Alicante para renacer con fuerza y convertir sus heridas en plazas llenas de luz.

Los mercados de barrio: esencia cotidiana

Junto al Mercado Central, Alicante cuenta con otros tres mercados municipales que forman parte del día a día de miles de vecinos: Babel, Carolinas y Benalúa. En ellos, el espíritu de barrio se entrelaza con la autenticidad del producto. Sin grandes escaparates ni pretensiones, estos mercados ofrecen género fresco, trato directo y esa sensación de pertenencia que solo los espacios cotidianos pueden brindar.

Aquí también compran los chefs. Aquí también empieza la cocina. Porque en Alicante, antes que el plato, siempre está el producto. Y antes que el producto, está el mercado. ☀

Pistas para estimular los sentidos

Alicante no solo deslumbra por su luz mediterránea, también lo hace desde su mesa. Con una oferta que aúna excelencia, identidad y sabor, la ciudad se revela como uno de los destinos gastronómicos más vibrantes del litoral español. Desde los altares de la alta cocina hasta barras con alma, pasando por pastelerías que son auténticas joyas y espacios donde el café es tratado como arte, cada parada es una historia, y todas saben a Mediterráneo.

Alta cocina y creatividad

Desde el puerto al monte Benacantil, de La Albufereta al Mercado, la alta cocina recorre la ciudad de norte a sur. Restaurantes con propuestas inolvidables que ofrecen sabores cargados de creatividad para estimular el paladar. Estas son solo algunas de las propuestas para disfrutar de un bocado gourmet.

Baeza & Rufete

Una estrella Michelin avala el trabajo del chef Joaquín Baeza Rufete, cuya cocina gira en torno al producto de temporada, la técnica depurada y el uso de hierbas aromáticas recolectadas por él mismo. Una propuesta elegante y profundamente vinculada al territorio.

Monastrell

Cocina mediterránea con una sensibilidad contemporánea y sostenible. Aquí, el aceite de oliva virgen extra, el azafrán y los productos de cercanía componen el alma de un menú que rinde culto a la tierra con cada bocado. Frente al puerto, Monastrell es un referente nacional.

Open

Creatividad abierta al comensal. En este local junto al Mercado Central, el producto fresco se transforma en platos con técnica y estética impecable. Una experiencia sensorial que se saborea también con la vista.

La Ereta

Ubicado en lo alto del monte Benacantil, este restaurante combina la tradición alicantina con las técnicas más innovadoras. El chef Dani Frías diseña menús que reflejan el paisaje de la ciudad, con una mirada clara al recetario local. Las vistas, como los platos, son inolvidables.

Tradición que nunca falla

El elogio a la tierra y a sabores que se remontan generaciones caracterizan la oferta gastronómica de la ciudad. El casco antiguo, con sus calles empedradas y monumentos como la Concatedral de San Nicolás o la Basílica de Santa María, ofrece un recorrido íntimo y sabroso. La calle Labradores, la calle Mayor o las plazas de San Cristóbal, la Santísima Faz y el Ayuntamiento acogen locales que reivindican el producto local, con recetas que combinan memoria y creatividad. Nombrarlos a todos es imposible, pero estas son algunas sugerencias para hacer la boca agua.

Racó del Pla

Uno de los grandes templos del arroz en la ciudad. Su carta recorre la tradición con platos como el arroz meloso de pulpo y setas o la fideuà. Un clásico imprescindible para entender la cocina alicantina en su expresión más auténtica.

La Crispeta

Cálido y sin pretensiones, este restaurante demuestra que el cariño también se cocina. Tapas de toda la vida y platos como el salmón con pistachos o las costillas BBQ hacen de este lugar una parada segura para quienes buscan sabor sin artificios.

La Sastrería

Ubicado en una antigua sastrería en la Plaza Gabriel Miró, este restaurante combina buen gusto estético y culinario. Su arroz meloso de pescados con ñora de Guardamar es un homenaje a la tradición más pura, sin florituras y con mucha alma.

La Vaquería

Un asador de referencia en la ciudad, conocido por su apuesta por la carne de calidad y el fuego como técnica protagonista. Ambiente sobrio, cocina honesta y sabor profundo. Un imprescindible para los amantes de lo esencial.

Personalidad en cada bocado

Caminar por Alicante es saborear su esencia. Desde el centro histórico hasta los barrios periféricos, sus calles se llenan de aromas que viajan entre la tradición y la vanguardia. Aquí, las barras vibrantes conviven con restaurantes de autor, tabernas centenarias y terrazas donde los platos se degustan al ritmo de la ciudad.

La Terreta Gourmet

Una propuesta vibrante, versátil y con guiños internacionales. Destacan sus croquetas de gamba roja, la pericana ahumada a la brasa o el bacalao con estilo japonés. Cocina con identidad, sin etiquetas.

Nou Manolín

Una de las mejores barras de España. Marisco fresco, arroces bien ejecutados y una ensaladilla rusa que ya es leyenda. Aquí, el producto brilla sin aderezos innecesarios. Autenticidad y experiencia van de la mano.

La Taberna del Gourmet

Desde 1979, este restaurante eleva la tapa a la categoría de arte. Producto de proximidad y técnica refinada en una carta que incluye jamón ibérico, calamares de Santa Pola y una variedad de arroces impecables.

Tribeca

Un restaurante con estética urbana y aire internacional, conocido por sus hamburguesas gourmet y ambiente relajado. Ideal para cenas informales con un punto de sofisticación.

Moments Bar

Frente al mar, este local moderno propone cocina mediterránea con acentos globales y una carta de cócteles bien curada. Ambiente cosmopolita, platos sabrosos y atención cuidada.

Para

empezar el día (o continuarlo con dulzura)

Hay lugares donde el día arranca con otro ritmo, guiado por el aroma del café recién molido y el crujido delicado de una buena masa hojaldrada. Alicante no solo se saborea a mediodía: también se descubre en las primeras horas, cuando el desayuno se convierte en ritual o en ese dulce paréntesis que ilumina la tarde. Heladerías, cafeterías, teterías, pastelerías, confiterías u hornos artesanales llevan el dulce a otro nivel. Lo mejor es dejarse guiar por el olfato y descubrir los rincones más golosos de la ciudad, como La Masa de Tomasa, Bake Room o El Patio de Picasso; la oferta es inabarcable.

Swallow Specialty Coffee

Un templo para los amantes del café de especialidad. Con granos seleccionados por su propietario y una carta de bollería hojaldrada que seduce a primera vista, este rincón en el barrio de Santa Cruz redefine el desayuno en Alicante.

Prefiero Sussu

Pastelería de autor donde la técnica francesa se pone al servicio del producto alicantino. Viennoiserie perfecta, pasteles individuales delicados y tartas que son pequeñas obras de arte. Una parada ideal para quienes creen que la repostería también es alta cocina.

Tapeo y barras con alma

En los alrededores del Teatro Principal –Navas, Bazán, Castaños, La Rambla–, el ambiente festivo se mezcla con una oferta gastronómica diversa, desde tapas creativas hasta propuestas internacionales. Además, en torno al Mercado Central se despliega el epicentro del fenómeno conocido como “tardeo”. Aquí, las tapas son una excusa perfecta para alargar la sobremesa, animarse con una copa y dejarse llevar por el ambiente.

El Damasol

Ubicado junto al Mercado Central, es un ejemplo perfecto del concepto “mercado en la mesa”. Mariscos frescos, salazones, tomates con ventresca y arroces caldosos componen una carta honesta, sabrosa y asequible. Una de las barras más queridas por los alicantinos.

Bar Manero

Sofisticación castiza. Una barra que homenajea a las tabernas de siempre, pero con una vuelta de tuerca elegante. Tapas clásicas ejecutadas con precisión, conservas, embutidos y una cuidada selección de vinos.

La Barra de César Anca

Creatividad en pequeño formato. Tapas contemporáneas, producto mimado y una carta breve pero bien armada. El lugar perfecto para quienes disfrutan del buen comer en un entorno íntimo.

El Portal Taberna & Wines

Elegante, animado y con una selección de vinos impecable, este espacio es un punto de encuentro para quienes valoran tanto el producto como el ambiente. Tapas con técnica y glamour sin perder sabor.

Para explorar, brindar o llevarse

Alicante a casa

La ciudad cuenta también con rutas y experiencias organizadas para descubrirla a través del gusto. Recorridos gastronómicos, talleres de arroces, visitas al Mercado Central o catas en enclaves históricos permiten vivir Alicante de una forma inmersiva. La Ruta del Vino de Alicante, que abarca desde el Vinalopó hasta la Marina Alta, ofrece enopacks, visitas a bodegas y estancias gourmet que combinan naturaleza, patrimonio y buen beber. Coctelerías como Club Concerto ofrecen la noche alicantina más refinada sin renunciar a lo festivo y son ideales para terminar la jornada con estilo.

Además, el sabor de Alicante también se embotella, se envasa y se guarda. Vinos, turrones, aceites, mieles, salazones y conservas elaboradas por productores locales se pueden adquirir en tiendas especializadas, mercados y colmados históricos. Lugares como Bardisa, Turrones Espí, Monerris-Sirvent, Va de Vins, Osiris Wine, Turrones Teclo, Salazones Mar Menor, Ibéricos Quintana o Carbonell son parada obligada para quienes quieren seguir degustando Alicante allá donde vayan. ☀

Raíces y vanguardia el liderazgo femenino que transforma la gastronomía en la provincia alicantina

Alicante. Mujer. Alma. Pasión y buen hacer. Allí donde el mar y la montaña dictan los ritmos del paladar, las mujeres han tejido en silencio, durante siglos, y con creciente visibilidad en las últimas décadas, la identidad gastronómica de una tierra rica en sabores y tradiciones. Desde las abuelas que conservan con mimo las recetas heredadas de generaciones pasadas hasta las chefs que reescriben con audacia el recetario alicantino en clave contemporánea, el papel de la mujer en la cocina alicantina es tan profundo como imprescindible.

No se trata de reivindicar su presencia entre fogones, sino de reconocer su papel como custodias de la memoria culinaria, emprendedoras innovadoras y líderes en una transformación que une lo local con lo global. En mercados, hornos, restaurantes, bodegas o pequeñas empresas familiares, la mujer alicantina ha sido y sigue siendo columna vertebral de una cocina que se reinventa sin perder alma.

Son historias de talento, resistencia y pasión que merecen ser contadas. Porque detrás de cada arroz con costra, cada salazón o cada postre de almendra, hay muchas manos femeninas que guardan un legado y, al mismo tiempo, abren caminos.

María José San Román y el movimiento MEG

María José San Román, chef del restaurante Monastrell y Medalla de Oro a las Bellas Artes, es una figura central en la promoción del talento femenino en el sector gastronómico. En 2018, fundó la asociación Mujeres en Gastronomía (MEG) en Alicante, con el objetivo de visibilizar y respaldar el trabajo de mujeres en todos los ámbitos, desde la producción hasta la alta cocina. MEG se ha convertido en una red colaborativa que impulsa proyectos empresariales, académicos y científicos, fomentando la igualdad y la sostenibilidad en la gastronomía. Es una asociación de referencia nacional e internacional en la defensa de la diversidad y equidad del sector. Además de impulsar la presencia femenina en el ámbito de la gastronomía, apuesta por cambiar el modelo gastronómico, incluyendo voces y experiencias que han sido invisibilizadas históricamente.

María José San Román no es solo una de las chefs más reconocidas de España; también es embajadora internacional de la cocina mediterránea, activista y empresaria. Ha construido los pilares de su carrera sobre la base de la igualdad, la innovación y la sostenibilidad. Monastrell, su restaurante con estrella Michelin, es una de las cúspides de su carrera. Pero su influencia y relevancia van más allá. Su propuesta está ligada al producto local y la defensa de una cocina saludable y honesta con la que demuestra el respeto por la tradición y la creatividad. Su buen hacer se ha convertido en legado de referencia para las generaciones de mujeres que, como ella, buscan transformar el mundo inmerso en un universo de

Susi Díaz y la excelencia en la alta cocina

En el mapa estelar de la gastronomía española, Susi Díaz brilla con luz propia desde su refugio culinario en Elche, el restaurante La Finca. Autodidacta, tenaz y profundamente arraigada a su tierra, Díaz ha construido un universo gastronómico donde la creatividad dialoga con la memoria. Desde 2006, su estrella Michelin no solo certifica la excelencia de su cocina, sino también su compromiso con el producto local, la estética del plato y la emoción del sabor.

Susi ha sido pionera en dar visibilidad al talento femenino entre fogones, rompiendo moldes en un sector históricamente masculino. Su presencia en medios como Top Chef no ha sido un mero escaparate, sino una plataforma para reivindicar la profesionalidad, la sensibilidad y la disciplina que definen su cocina. En cada plato, la chef ilicitana pone en valor los ingredientes mediterráneos con una mirada contemporánea, pero sin perder el alma de la tradición.

Con elegancia serena y una pasión que se transmite sin estridencias, Susi Díaz ha logrado convertir La Finca en un templo gastronómico donde la alta cocina se vive con naturalidad, como una prolongación de la tierra que la inspira.

Cristina Figueira y El Xato: tradición centenaria con alma femenina

Cristina Figueira es una de las figuras más destacadas de la alta cocina alicantina y un ejemplo inspirador del liderazgo femenino en la gastronomía mediterránea. Al frente del restaurante El Xato en La Nucía, ha transformado un negocio familiar centenario en un referente culinario reconocido con una estrella Michelin desde 2019, distinción que ha mantenido ininterrumpidamente hasta 2023.

Su historia es la de una vocación descubierta entre fogones. Cristina comenzó su andadura culinaria ayudando a su suegra, Esperanza Fuster, en la cocina del restaurante. Con el tiempo, decidió profesionalizarse, formándose en el CDT de Benidorm y completando su aprendizaje en cocinas de renombre como El Celler de Can Roca, Martín Berasategui y Can Fabes. En El Xato, Cristina ha sabido conjugar tradición e innovación, ofreciendo una cocina que rinde homenaje al recetario alicantino con un enfoque contemporáneo. Sus menús degustación, como el Tentaciones y el Centenario destacan por su creatividad y por el uso de productos locales, acompañados de una cuidada selección de vinos valencianos.

Además de su labor en los fogones, Cristina ha sido reconocida por su contribución a la cultura gastronómica. En 2024, recibió el Premio Gastro Cinema, otorgado por la Diputación de Alicante, en reconocimiento a su trayectoria y al papel de El Xato como embajador culinario de la región.

Cristina Figueira representa la esencia de la cocina alicantina: pasión, respeto por la tradición y una constante búsqueda de la excelencia. Su trabajo no solo ha elevado el prestigio de El Xato, sino que también ha contribuido a posicionar a La Nucía y a la provincia de Alicante en el mapa gastronómico internacional.

Mari Carmen Vélez: la alquimista del alioli

En el corazón de Petrer, Mari Carmen Vélez ha transformado La Sirena en un santuario gastronómico donde la tradición y la innovación se entrelazan con maestría. Autodidacta y apasionada, su cocina rinde homenaje a sus raíces marineras, ofreciendo platos que capturan la esencia del Mediterráneo.

Conocida como la “reina del alioli”, Vélez ha revolucionado este emblemático acompañamiento, creando más de 120 versiones que sorprenden y deleitan a los comensales. Su dedicación y talento han sido reconocidos con un Sol Repsol y la inclusión de La Sirena en la categoría de “Restaurantes Recomendados” de la Guía Michelin 2025.

Más allá de los fogones, Mari Carmen es una firme defensora de la visibilidad femenina en la gastronomía, participando activamente en la asociación Mujeres en Gastronomía (MEG). Su compromiso con la excelencia y la igualdad la convierten en un referente indiscutible de la cocina alicantina contemporánea.

Punto y seguido en la alta cocina mediterránea

No es casualidad que Alicante se defina como destino gastronómico de primer nivel. Desde los gastrobares de autor hasta los restaurantes más emblemáticos con estrella Michelin, la provincia se ha convertido en centro neurálgico de la gastronomía mediterránea, donde tradición e innovación se funden para satisfacer las demandas de los paladares más exigentes.

Si ELLAS se mueven en la excelencia, ELLOS las acompañan en el dulce camino de escribir nuevas historias con sus platos, rindiendo homenaje a la tierra, el mar y la pasión por la buena cocina. Alicante ha dejado de oler solo a mar y sal. Los aromas deleitantes del arroz hecho a fuego lento, del azafrán o de la gamba roja han pasado a ser auténticos protagonistas que envuelven el aire de la ciudad.

Quique Dacosta, el pionero

Con tres estrellas Michelin y una trayectoria internacionalmente reconocida, Quique Dacosta es el gran faro de la cocina de vanguardia con acento alicantino. Desde su restaurante en Dénia, ha trazado una senda que combina arte, territorio e innovación, elevando la cocina del Levante al más alto nivel. Su influencia ha sido decisiva en toda una generación de cocineros que apuestan por una cocina identitaria, creativa y sostenible. Su obra, más que una propuesta culinaria, es una declaración de principios. La nómina es interminable. Con todos, Alicante demuestra que su sabor también tiene acento propio. Porque aquí la cocina no es solo técnica ni tradición: es identidad, paisaje y arte. Y quienes la practican lo hacen con el alma puesta en cada plato.

Kiko Moya, vanguardia desde las montañas

En L’Escaleta, Kiko Moya convierte el paisaje del interior alicantino en poesía gastronómica. Con dos estrellas Michelin y tres soles Repsol, su cocina parte de la tradición, pero la transforma en un viaje sensorial por la memoria del territorio, con técnica precisa y sensibilidad creativa. Reconocido por sus arroces secos y caldosos, Moya demuestra que la alta cocina también nace tierra adentro. Su propuesta revaloriza los productos del interior, integrándolos en platos que combinan potencia, raíz y una elegancia sin afectación.

Joaquín Baeza, sabores de antaño

Alicantino de 36 años cursó sus estudios de Técnico Superior en Restauración en el CDT de Alicante. Ha trabajado dos años con Martín Berasategui y ha realizado cursos con Carles Gaig, Jean Luc Figueras, Andrés Madrigal, Paco Torreblanca, Quique Dacosta, Miquel Ruíz y Paco Morales, todos en el CDT Alicante.

Ha sido el ganador del 4ª certamen Mejor Cocinero de la Comunidad de Valencia 2002 y finalista en el Campeonato de España 2003. Ha obtenido el segundo puesto en el Concurso la Villa Joyosa Gastronómica y en el Campeonato Ajo Morado de Las Pedroñeras 2011, así como ha resultado ser el ganador del Trofeo Carmencita de cocina tradicional con azafrán 2010. Es ganador del Concurso Cocinero del Año en 2014.

Actualmente es jefe de cocina y propietario del restaurante Baeza

José Manuel Miguel, elegancia mediterránea

Nombrado Chef del Año en 2023 por la Academia de la Gastronomía Valenciana, José Manuel Miguel ha consolidado desde su restaurante Beat una cocina que equilibra la esencia mediterránea con la técnica francesa. Con una estrella Michelin y dos soles Repsol, cada plato suyo es una composición armónica, precisa y sensorial. Su cocina conjuga rigor y emoción, respeto al producto y audacia creativa, convirtiéndolo en una de las voces más potentes de la nueva cocina levantina.

Alberto Ferruz, el chef del paisaje

Para Alberto Ferruz, cocinar es dialogar con el entorno. En BonAmb, su restaurante en la Marina Alta, diseña un paisaje comestible en cada menú. La cercanía del mar, la huerta y la montaña se materializa en platos que fusionan productos de proximidad con técnicas contemporáneas y una creatividad refinada. Cada propuesta de Ferruz es una inmersión en la identidad cultural y natural del territorio, ofrecida al comensal como una experiencia total.

técnica milimétrica y emoción sincera. Tras obtener una estrella Michelin en El Rodat (Jávea) y otra en Odiseo (Murcia), así como dos soles Repsol en menos de un año, ha regresado a su tierra para liderar nuevos retos.

Actualmente dirige Madre, el restaurante estrella del complejo Ritual de Terra en Jávea, y también Maguro Gishiki, un original proyecto que fusiona cocina asiática y mediterránea con mirada contemporánea. ☀

Óscar Cerdá, el alma del arroz en el barrio de Altozano

Autodidacta y apasionado del producto local, Óscar Cerdá ha convertido, junto a su hermano, el Gastrobar Jorge en un verdadero santuario del arroz. Su cocina eleva las recetas tradicionales al siglo XXI, reinterpretándolas con una mirada contemporánea sin perder su esencia. Pero su propuesta va más allá del sabor: Cerdá reivindica el arroz como seña de identidad alicantina. Participa activamente en iniciativas

Alicante viaje entre siglos y vanguardias

Un paseo por Alicante se entiende mejor a través de los museos, que custodian la memoria de la ciudad y proyectan su espíritu creativo. Desde arqueología hasta arte contemporáneo, la capital ofrece una ruta cultural que invita a degustar múltiples matices.

M A R Q

Museo

Arqueológico

Provincial de Alicante

Ubicado en el antiguo Hospital de San Juan de Dios, el MARQ es un referente en museografía moderna.  Sus salas interactivas permiten un recorrido desde la Prehistoria hasta la Edad Media, con especial atención a las civilizaciones que habitaron la provincia. Destacan sus exposiciones temporales de alto nivel, como la reciente Ciudades de luz.

Ákra Leuké, Lucentum, Laqant, que repasa la historia de Alicante a través de 661 piezas cedidas por museos y archivos españoles.

M A C A

Museo de Arte Contemporáneo

de Alicante

Situado frente a la Basílica de Santa María, el MACA alberga una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de España. Su edificio combina la arquitectura barroca del siglo XVII con un diseño moderno y funcional.Entre sus fondos destacan obras de artistas como Miró, Picasso, Dalí y Chagall. Actualmente, acoge la exposición Kara Walker. Burning Village, la mayor muestra en España de esta artista afroamericana, centrada en temáticas como la esclavitud y la identidad.

M U B A G

Museo de Bellas Artes Gravina

El MUBAG se encuentra en el Palacio del Conde de Lumiares, un edificio del siglo XVIII declarado Monumento Histórico Artístico. Su colección permanente ofrece un amplio panorama del arte español del siglo XIX, con obras de maestros como Antonio Gisbert, Joaquín Agrasot y Emilio Sala. Además, organiza exposiciones temporales que dialogan con las tendencias artísticas actuales.

M U S A

Museo de la Ciudad de Alicante

Integrado en el Castillo de Santa Bárbara, el MUSA ofrece un recorrido por la historia de Alicante desde sus orígenes hasta la actualidad. Sus cinco salas expositivas y el aljibe renacentista permiten al visitante sumergirse en el pasado de la ciudad, con restos arqueológicos y audiovisuales que contextualizan cada época.

M T O C

Museo The Ocean Race

Ubicado en el Puerto de Alicante, este museo interactivo está dedicado a la regata The Ocean Race, una de las competiciones náuticas más exigentes del mundo. A través de simuladores y exposiciones, los visitantes pueden experimentar la vida a bordo de los veleros y conocer los desafíos de la navegación oceánica. Es el único museo del mundo dedicado a esta regata.

Otros espacios que definen el alma de la ciudad

Refugios antiaéreos de la Guerra Civil

Construidos en los años treinta para proteger a la población durante los 71 bombardeos que sufrió Alicante en la Guerra Civil, estos refugios subterráneos han sido rehabilitados como espacios culturales. Se pueden visitar y cuentan con paneles informativos, objetos originales y material audiovisual que contextualiza su construcción y muestra cómo era la vida en su interior.

Museo de Aguas de Alicante y Pozos de Garrigós

Oculto bajo la ladera del Benacantil, este museo muestra la evolución de la gestión hídrica en Alicante. En su interior, los históricos Pozos de Garrigós, excavaciones de origen medieval, conservan la memoria de cómo la ciudad recogía y almacenaba agua. Un viaje subterráneo al corazón de su ingeniería tradicional.

Museo de Hogueras

En el centro de la ciudad arde, simbólicamente, el alma festiva de Alicante. Este museo rinde homenaje a las Fogueres de Sant Joan, declaradas Fiesta de Interés Turístico Internacional. Ninots indultats, bocetos originales, trajes y documentos cuentan la historia de una celebración que une fuego, arte e identidad.

Centro Cultural Las Cigarreras

Antigua Fábrica de Tabacos reconvertida en laboratorio cultural, Las Cigarreras es hoy el epicentro de la creación contemporánea. Exposiciones, festivales, conciertos y actividades multidisciplinares se suceden en sus naves industriales, que conservan la memoria obrera del lugar mientras promueven nuevas formas de expresión.

Yacimiento arqueológico Lucentum

A pocos kilómetros del centro, el Tossal de Manises alberga los vestigios de Lucentum, la ciudad romana que dio origen a Alicante. Declarado Bien de Interés Cultural, el yacimiento conserva murallas, foro, termas y viviendas, revelando el esplendor romano y las huellas posteriores de su transformación en necrópolis islámica.

Museo Taurino de Alicante

Situado en los bajos de la Plaza de Toros, este museo recorre la historia del toreo en la provincia. Trajes de luces, fotografías, carteles y objetos personales de grandes figuras alicantinas se exponen para dar testimonio de una tradición arraigada y discutida, pero inseparable del relato cultural de la ciudad.

Lonja del Pescado

Levantada en 1921 junto al puerto, esta antigua lonja es hoy una de las salas de exposiciones más dinámicas de Alicante. Pintura, escultura, fotografía, historia natural o ciencia encuentran aquí un espacio común, en un edificio que une patrimonio industrial con vocación divulgativa.

Museo de las Ilusiones

En pleno centro, este museo ofrece una experiencia lúdica y pedagógica. Ilusiones ópticas, efectos visuales y salas interactivas permiten descubrir los mecanismos de percepción de forma divertida, ideal para familias y curiosos de todas las edades.

Museo de Belenes

Dedicado íntegramente a la tradición del belén, este museo reúne nacimientos de todo el mundo, de diferentes materiales y estilos. Su colección revela cómo la iconografía navideña se ha interpretado en distintos contextos culturales y se convierte en punto de encuentro para amantes y estudiosos del arte belenista.

Museo de la Universidad de Alicante (MUA)

En el campus de San Vicente, este espacio promueve la difusión del arte contemporáneo a través de exposiciones temporales, una colección propia en crecimiento y actividades educativas. Es un puente entre el mundo universitario, el pensamiento crítico y las artes visuales.

En cada museo o centro cultural habita el legado, el presente y la visión de futuro de una ciudad que se expresa con voz múltiple y que invita a ser recorrida con la mirada curiosa del viajero atento. ☀

Alicante es tierra de sol, pero también de sombra amable, de brisa entre hojas, de bancos al resguardo de ficus centenarios y caminos que invitan a caminar sin prisa. Entre paseos marítimos, parques urbanos y plazas llenas de historia, la ciudad ofrece pequeños oasis donde desconectar, respirar y dejarse llevar por el ritmo sereno de su estilo de vida. Los espacios verdes de Alicante no son solo pulmones urbanos: son lugares donde la vida cotidiana se entremezcla con el paisaje. Rincones donde sentarse a leer, a conversar o simplemente a observar cómo el tiempo se desliza en una ciudad que, incluso en sus zonas más tranquilas, late con intensidad.

Rincones verdes el otro paisaje de Alicante

1.

Explanada de España: paseo entre olas y palmeras.

Símbolo indiscutible de la ciudad, la Explanada de España es mucho más que un paseo marítimo: es una pasarela de mármol que se ondula bajo los pasos, un mosaico de más de seis millones de teselas que dibujan el vaivén del Mediterráneo. Flanqueada por altísimas palmeras, conecta el puerto con el corazón de la ciudad, y es lugar de encuentro, mercado artesanal, paseo vespertino y esencia alicantina pura.

2.

El Parque de la Ereta: balcón sobre la ciudad.

Situado en la ladera del Monte Benacantil, este parque ofrece una de las mejores vistas panorámicas de Alicante. A los pies del Castillo de Santa Bárbara y frente a la Catedral y el puerto, es un remanso de calma y belleza. Su diseño se adapta al terreno y sirve como antesala al Barrio de Santa Cruz, uno de los enclaves más pintorescos de la ciudad. Naturaleza, arquitectura y memoria se dan la mano en este rincón privilegiado.

3.

Parque El Palmeral: una selva urbana junto al mar.

En el acceso sur de la ciudad, El Palmeral es un auténtico bosque de palmeras donde el agua cobra protagonismo. Lagos, riachuelos y cascadas serpentean entre senderos, atravesados por puentes de madera que parecen sacados de un cuento. Ideal para paseos en familia, cuenta con áreas infantiles, zonas deportivas y espacios para la cultura y el ocio. Un parque que respira vida bajo cada hoja.

4.

Vía Verde de la Cantera: caminando sobre raíles.

Donde antes pasaba el histórico Trenet de La Marina, hoy discurre una vía verde que invita al paseo y a la contemplación. Este recorrido de 1,2 kilómetros, que une la Playa del Postiguet con la Albufereta, recorre antiguos túneles de la Serra Grossa y se abre a vistas espectaculares del Mediterráneo. Adaptado para peatones y ciclistas, es una nueva forma de descubrir Alicante desde otra perspectiva: la del camino que se abre, suave, frente al mar.

5.

Plaza de Gabriel Miró: la poesía hecha plaza.

En pleno centro urbano, esta plaza rinde homenaje al escritor alicantino que le da nombre. Rodeada de edificios señoriales y a un paso de la Explanada, es un espacio de calma presidido por una fuente monumental y arropado por ficus centenarios que ofrecen sombra y refugio. Ideal para detenerse en medio del paseo, leer, observar o simplemente disfrutar del silencio entre ramas.

6.

Parque de Canalejas: historia entre árboles.

Prolongación natural de la Explanada, este parque centenario discurre junto a la Marina Deportiva. Fue diseñado en el siglo XIX y todavía hoy conserva su aire romántico y elegante. Los leones de piedra que custodian su entrada, las esculturas conmemorativas y, sobre todo, sus imponentes ficus de hasta 20 metros, lo convierten en un lugar cargado de historia y belleza. Un paseo entre sombras y memorias. ☀

Alicante es mar, viento de levante y brisa salina que se cuela por la rambla; almendros en flor, uvas que guardan en su interior la dulzura de la tierra y nísperos que atrapan el color del sol cada primavera. Alicante es turrón, es marisco, son arroces que invitan a limpiar el plato en una experiencia gustativa imposible de olvidar; es excelencia en cada producto local.

No hay pan como el de casa.

Alicante Capital Española de la Gastronomía 2025

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