El dilema ético del prisionero: ¡cooperar es mejor que competir!
EVELIO MARTÍNEZ MARTÍNEZ, P. 4
Decisiones financieras y la familia
LAURA BELTRÁN PADILLA, P. 10 ¿Podremos cambiar los paradigmas?
RICARDO HARTE, P. 11
El muro de Morena–Berlín JUAN RUDAMETKIN , P. 3
DIRECCIÓN
Arturo López Juan Director General jlopez@elvigia.net
Enhoc Santoyo Cid Director de Información esantoyo@elvigia.net
Gerardo Sánchez García Director Editorial gsanchez@elvigia.net
Hugo Toscano Coordinador Editorial htoscano@elvigia.net
Gerardo Ortega Editor gortega@elvigia.net
Johana Ochoa Oficina de la Dirección General
PUBLICIDAD
Socorro Encarnación Osuna Coordinadora de Publicidad sencarnacion@elvigia.net
Patricia Ibarra Mena Ejecutiva de Cuentas pibarra@elvigia.net
Rodrigo Olachea García Diseñador Editorial
California Estrada Sánchez Diseñadora Publicitaria
EL VIGÍA DIGITAL
Joatam de Basabe Coordinador editorial El Vigía Digital
Sandra Ibarra Coordinadora El Vigía Digital sibarra@elvigia.net
Digita Media BC, S.C. de R.L. de C.V. Calle Ambar No. 984, Fracc.Mediterráneo C.P. 22818, Ensenada, B.C. Tel: (646) 120.55.57 Ext. 1021
DEL DIRECTOR:
Cada 22 de noviembre, Día del Músico, solemos celebrar la presencia viva de la música en la cultura. Recordamos a Santa Cecilia, patrona del gremio, y evocamos algo que en Ensenada siempre fue evidente: la ciudad como territorio sonoro, atravesado por voces, guitarras, pianos, ensayos callejeros y pequeños escenarios donde generaciones enteras encontraron comunidad. Sin embargo, la entrevista que presentamos en este número —el testimonio lúcido y honesto del cantante y compositor ensenadense Ricardo Mora— nos obliga a detenernos. Precisamente eso: escuchar lo que no queremos escuchar. ¿Sigue sonando Ensenada? ¿O estamos dejando que el silencio avance sin darnos cuenta?
La historia de Ricardo parece, al inicio, la de cualquier músico que descubre su vocación desde niño: un niño que busca el escenario, que canta en festivales escolares, que encuentra en la guitarra su primera casa artística y que descubre, más tarde, la composición como una forma de afirmar su identidad. Es una historia luminosa, hecha de entusiasmo y de disciplina. Pero en cuanto pasamos del recuerdo íntimo a la vida profesional, la luz cambia. Ricardo encarna un fenómeno que hoy viven decenas de músicos del puerto: la precarización creciente del trabajo artístico.
No se trata sólo de que existan menos contratos o menos espacios donde tocar. Se trata de una cultura que, a fuerza de crisis económicas, cierres de locales, cambios de hábitos y falta de políticas públicas, ha empezado a considerar la música como un fondo ambiental, un adorno, un lujo prescindible. Y cuando la música se convierte en un accesorio, los
músicos se vuelven invisibles. Lo que hay que hacer, entonces, es preguntarnos por qué estamos permitiendo que una ciudad tan ligada históricamente a sus escenas musicales (del rock a la trova, del jazz al regional) normalice que un artista tenga que aceptar contratos de palabra, pagos reducidos, o condiciones que no cubren siquiera los gastos de traslado, ensayo o mantenimiento del equipo.
La pandemia aceleró esta crisis, pero no la creó. Ya desde antes había señales: menos foros, menos bares dispuestos a pagar presentaciones, más competencia y menos profesionalización contractual. Y, como nos dice Ricardo, la música original —el corazón creativo de cualquier ciudad— prácticamente no tiene espacios locales para crecer. El resultado es predecible: nuestros músicos migran a Tijuana o a Rosarito, donde la apertura cultural y económica permite lo que Ensenada, por ahora, niega.
Pero en medio de este panorama, aparece algo que merece nombrarse: la hermandad del gremio. Esa red silenciosa de solidaridad entre músicos que se recomiendan trabajos, se prestan equipo, se cubren entre sí. Ese espíritu comunitario, que en otros ámbitos se ha perdido, sigue vivo en ellos. Quizá ahí esté la lección más importante de este número: los músicos ya están haciendo su parte. Nos toca a nosotros —ciudadanía, instituciones, empresas, medios— hacer la nuestra.
Ensenada necesita volver a escucharse. No como un gesto romántico, sino como una decisión cultural. Donde hay música, hay comunidad. Donde hay escenarios, hay futuro. Y donde hay artistas, hay una ciudad que todavía apuesta por la belleza.
EL MURO DE MORENA–BERLÍN
Pdividida no solo por ideología, sino por una barrera de hormigón que serpenteó por la ciudad y funcionó como símbolo desagradable de la Guerra Fría. Levantado precipitadamente y derribado por las protestas, pero aunque el muro se erigió entre 1961 y 1989, no podía sobrevivir a un movimiento democrático masivo que terminó acabando con la República Democrática de Alemania (RDA) e incitó el fin de la Guerra Fría. En 1949 las dos nuevas Alemanias habían sido oficialmente fundadas. La Alemania del Este socialista comunista fue destruida por la pobreza y convulsionada por las huelgas en respuesta a sus nuevos sistemas políticos y económicos. El Muro tenía dos paredes paralelas con torres de vigilancia y separadas por una franja de muerte que finalizaba con corridas de perros de ataque, 55 mil minas, alambres de púas y varios obstáculos diseñados para prevenir el escape. Los soldados de Alemania Oriental monitoreaban las barreras todo el tiempo, vigilaban Berlín Occidental y tenían órdenes de disparar a matar si veían a un fugitivo.
México y seguidora muy de cerca del expresidente Andrés Manuel López Obrador, fundador del narcoterrorismo en México, tomó la equivocada decisión de, en un intento por proteger sus desquiciados intereses, levantar un muro frente a Palacio Nacional entre el diálogo y la desesperación de todo un pueblo que sufre la muerte diariamente, refleja clara y en forma mundial sus oscuros propósitos para apoderarse de nuestro México reviviendo precisamente el terror que la Alemania Oriental sufrió a manos de su presidente Mijail Gorbachov y como líder político, Walter Ulbricht. Nunca de los nunca un muro consolidará el objetivo de la reconciliación entre un pueblo y un gobierno, y tomando como referencia la intención de los USA de levantar tal obra separatista social, misma que fue criticada duramente por el gobierno mexicano, como es posible que caigan precisamente en la misma situación. El muro de los USA minimizará las relaciones diplomáticas y comerciales entre los dos países, cuánto más el muro Sheinbaum-Berlín hundirá en la esclavitud
asesinados con la benia del gobierno, parientes de familiares desaparecidos, padres asustados por el destino de sus hijos, padres asqueados por la decisión de AMLO de desviar sexualmente a sus pequeñitos así como la promesa del mismo ante la ONU de cumplimentar la autorización del aborto, cobro de piso, terrorismo fiscal y mucho, mucho más.
El destino real de nuestro amado país sólo estriba en lo siguiente: El desalojo de absolutamente todo el aparato burocrático de Morena. La restauración de nuestra violada constitución a su forma original.
Una nueva administración del país con elementos profesionales en cada ramo correspondiente, esto es, un administrador de empresas con doctorado para la dirección del país, abogados y licenciados en Derecho capacitados, profesionales en urbanismo dentro de las oficinas de Desarrollo Urbano, todo un equipo revestido de ética, moral, principios, espiritualidad, no una protectora de la naturaleza, como Sheinbaum como dirigente de todo un país.
al pueblo mexicano. Sabemos que la meta del comunismo en una de sus partes es crear caos, mas el sentir no partidista del pueblo mexicano se levanta en una voz para demandar paz y seguridad.
Ahora, cual es la razón del levantamiento de ésta humillante barricada. Qué es lo que trata de proteger la presidente, qué trata de esconder, o más bien, es acaso una declaración de que de ninguna forma dejará el poder haciendo claras sus intenciones.
Es muy notable la escena que tenemos por delante: Un pueblo que cansado y aterrado por la total imposición de un gobierno que carente de sentimiento patriótico nos hunde en la desesperación, mas incluso en una violencia reprimida, se levanta enviando un mensaje muy claro: Un levantamiento pacífico en millones de ciudadanos lastimados y humillados que claman por justicia en todos los ámbitos. Un levantamiento no manipulado por la corrupción política, sino por amas de casa, madres de hijos desaparecidos, juventud manipulada, ramo médico impotente, familiares de ganaderos y comerciantes
Esta fue autora contribuyente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), la organización que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2007 por su labor en la investigación del cambio climático. Nada tiene que hacer en la política. Cada uno de nosotros tenemos un rol en la vida y esta mujer no está hecha para dirigir un país.
Los eventos y asesinatos diarios a nuestro alrededor derramaron la penúltima gota del vaso.
Otra razón que enardezca nuestros sentidos como el caso de el del sombrero, un verdadero patriota, dará inicio a un movimiento decisivamente diferente que sacará a relucir a millones de patriotas que aman a México y la vieja historia se repetirá. Tierra, trabajo y libertad.
Como de costumbre, me soporto en el libro de la sabiduría, la Biblia para hacer notar lo siguiente: Josué 6 y Hebreos 11:30. Josué 6 detalla el plan que Dios le dio a Josué para la conquista: marchar alrededor de la ciudad durante siete días, tocando trompetas, y que el muro cayera tras la última vuelta y el grito del pueblo, y por otro lado Eclesiastés 3–8 dice: Hay tiempos para la paz y tiempos para la guerra. Ambas citas, palabras de Dios.
Hoy este pueblo marcha alrededor de la guarida del enemigo.
Gritaremos muy fuerte y ese muro de vergüenza caerá.
EL DILEMA ÉTICO DEL PRISIONERO: ¡COOPERAR ES MEJOR QUE COMPETIR!
Sociedad y Tecnología
Solos podemos hacer tan poco; juntos podemos hacer mucho, Helen Keller (1880-1968)
La Teoría de Juegos es una rama interdisciplinaria de la matemática y la economía dedicada al estudio de la toma de decisiones en situaciones estratégicas. Su esencia radica en que el resultado para cada individuo depende no sólo de su propia elección, sino también de las acciones de los otros. Dicha teoría analiza interacciones como la negociación, la competencia, la cooperación o el conflicto, en lo que cada participante busca maximizar su beneficio personal.
1992) durante su trabajo en la Corporación RAND. Aunque el modelo se concibió inicialmente para analizar la carrera armamentista nuclear de la Guerra Fría, sus aplicaciones se extienden a áreas como la economía (competencia empresarial), las políticas medioambientales o el comportamiento humano. Fue el matemático
Los pilares fundamentales de la Teoría de Juegos son cuatro: los jugadores (quienes toman las decisiones), las estrategias (sus posibles acciones), los pagos (las consecuencias de dichas acciones) y el equilibrio (la situación estable en la que ningún jugador puede mejorar su resultado cambiando su estrategia por sí solo).
Gracias a esta estructura analítica, su campo de aplicación es sumamente amplio, abarcando la economía, la política, las ciencias sociales, los deportes, la biología y la informática, entre otras áreas.
ORÍGENES DEL DILEMA
El dilema del prisionero es uno de los problemas clásicos de la Teoría de Juegos y fue formulado en 1950 por los matemáticos Merrill Flood (1908–1991) y Melvin Dresher (1911–
Albert W. Tucker (1905–1995) quien popularizó el dilema al crear la famosa narrativa de los dos prisioneros interrogados por separado.
LA LÓGICA DEL DILEMA
Albert W. Tucker presentó el dilema del prisionero a través de la historia de dos individuos arrestados por un delito y encerrados en celdas separadas, sin posibilidad de comunicarse. Cada prisionero enfrenta la misma elección: traicionar al otro revelando su participación o guardar silencio.
Los escenarios posibles son: si uno traiciona y el otro permanece en silencio, el traidor queda libre y el otro recibe la condena máxima; si ambos traicionan, ambos reciben una condena moderada; y si ambos callan, reciben la menor condena posible.
Esta narrativa ilustra cómo la búsqueda del beneficio individual, motivada por la desconfianza, puede llevar a un resultado subóptimo para ambos,
a pesar de que la cooperación sería la opción más favorable para el colectivo.
LA TRAMPA DE LA DESCONFIANZA
La carrera armamentista entre Estados Unidos y la Unión Soviética durante la Guerra Fría fue una de las primeras aplicaciones prácticas del dilema del prisionero, desarrollada en la corporación RAND. Cada potencia debía decidir entre invertir en armas nucleares (traicionar) o detener la producción (cooperar). Si ambas reducían su arsenal, ambas obtenían mayor seguridad y menos gasto. Pero si una cooperaba y la otra seguía armándose, esta última ganaba ventaja estratégica.
Ante la desconfianza mutua y el temor a quedar en desventaja, ambas eligieron seguir armándose, reproduciendo exactamente la lógica del dilema del prisionero: decisiones racionales individuales que condujeron a un resultado subóptimo para todos.
La carrera armamentista supuso un gasto colosal para ambas superpotencias. En Estados Unidos, el gasto militar absorbió entre cinco y diez por ciento de su PIB en distintos periodos. En la URSS, esta cifra fue mucho mayor, alcanzando entre quince y veinte por ciento de su producto interno bruto.
El dilema del prisionero se manifiesta aquí con toda claridad: aunque ambas naciones habrían salido ganando si reducían el gasto militar, la desconfianza mutua las llevó a priorizar su seguridad individual sobre el bienestar colectivo. Esta dinámica generó costos económicos insostenibles que, en el caso de la Unión Soviética, constituyeron un factor decisivo en la aceleración de su colapso a principios de la década de 1990.
EL DILEMA HOY
El dilema del prisionero sigue plenamente vigente en desafíos globales como el cambio climático. Cada país debe decidir entre cooperar reduciendo sus emisiones contaminantes (cooperar) o mantener su producción industrial sin restricciones (traicionar) para favorecer el crecimiento económico inmediato.
Si todos cooperan, el planeta gana. Pero si unos pocos reducen mientras otros no, los primeros quedan en desventaja competitiva.
Ante la desconfianza mutua y la falta de garantías de cumplimiento, muchos gobiernos optan por priorizar sus intereses nacionales, reproduciendo así la lógica del dilema del prisionero: decisiones individualmente racionales que, en conjunto, conducen a un resultado catastrófico para el planeta, un resultado que solo la cooperación puede revertir.
EN LOS DEPORTES
El deporte es otra de las áreas donde el dilema del prisionero encuentra una amplia aplicación. Un ejemplo claro se presenta en la decisión que enfrentan los atletas respecto al uso de sustancias prohibidas, como los esteroides, para mejorar su rendimiento y alcanzar los máximos reconocimientos en su disciplina. Si todos los competidores eligen mantenerse limpios (cooperar), las condiciones son equitativas y el mérito deportivo prevalece. Sin embargo, si uno de ellos decide doparse (traicionar) mientras los demás se mantienen limpios, obtiene una ventaja inmediata.
Evelio Martínez Martínez*
Este escenario crea una presión colectiva que lleva a más atletas a recurrir al dopaje, anulando la ventaja inicial y generando consecuencias negativas para la salud, la ética y, en última instancia, la credibilidad del deporte. Ante la posibilidad de obtener ventaja, y temiendo quedar en desventaja frente a sus competidores, algunos deportistas optan por “traicionar” las normas, un patrón que se repite con frecuencia en disciplinas como el atletismo, el ciclismo y el levantamiento de pesas, entre otras.
En última instancia, el dilema del prisionero nos enseña que, aunque la cooperación —respetar las reglas y competir limpiamente— ofrece los mayores beneficios colectivos, la desconfianza y el deseo individual de triunfo pueden conducir a resultados perjudiciales para todos, tanto en el deporte como en la sociedad.
¿POR QUÉ COOPERAR IMPORTA MÁS QUE COMPETIR?
Aunque el dilema del prisionero nació como un experimento teórico de la economía, su lógica se manifiesta constantemente en la vida cotidiana. Las decisiones que tomamos, motivadas por el interés individual, a menudo reproducen este mismo conflicto entre cooperar o buscar el beneficio propio, incluso en situaciones simples y comunes.
Por ejemplo, cuando los conductores deciden sí respetar las reglas de tránsito o colarse en una fila: cada uno piensa que adelantarse le ahorrará tiempo, pero si todos lo hacen, se genera caos y retrasos generalizados. Lo mismo ocurre en el trabajo o la escuela, cuando alguien decide no colaborar en equipo confiando en que otros harán la tarea: todos terminan perjudicados. En todos estos casos, el beneficio individual a corto plazo conduce a una pérdida común.
La cooperación supera a la competencia porque trasciende la lógica de ganadores y perdedores, creando sinergias de “suma positiva” en las que todos progresan. Frente a la competencia —que, aunque útil para la eficiencia inmediata, genera desconfianza y resultados subóptimos—, la cooperación construye bases de confianza y resiliencia que permiten alcanzar metas colectivas inalcanzables de forma aislada.
Así, desde la ciencia hasta la política ambiental, priorizar el bien común no es solo un acto solidario, sino la estrategia más inteligente para evitar la trampa del dilema del prisionero y construir un desarrollo verdaderamente sostenible y justo.
Murió Margit Frenk, destacada académica e hispanista
* Profesor de la Licenciatura en Ciencias Computacionales, Facultad de Ciencias, UABC. STAFF
La filóloga Margit Frenk, estudiosa de la antigua poesía popular hispánica cantada, falleció a los 100 años, informó la Academia Mexicana de la Lengua (AML), de la que era integrante.
La investigadora legó a la cultura y a la literatura obras como el Cancionero folklórico de México, Nuevo corpus de la antigua lírica popular hispánica (siglos XV-XVII) y Cancionero poético de Gaspar Fernández (Puebla 1609-1616).
La poesía folclórica de tradición oral se afianzó como uno de sus principales temas de interés, no sólo la antigua, sino también la moderna, de la que derivaron obras como el Cancionero folklórico de México.
“Antes de que Margit hiciera este cancionero y el Corpus de la antigua lírica popular hispánica, y el Nuevo corpus, había una idea diferente de qué debía estudiarse cuando hablábamos de literatura popular, por lo menos en los estudios hispánicos.
corpus es muy interesante observar cómo el trabajo enorme de Margit para compilar un corpus de peque ñas canciones que se cantaron du
rante la Edad Media y parte de los Siglos de Oro en la región hispanohablante, introdujo una nueva área de estudio dentro de la literatura hispánica”, ha señalado Santiago Cortés, fundador del Laboratorio Nacional de Materiales Orales de la UNAM y discípulo de la filóloga.
CHARLA DE PÁJAROS
Nacida en Hamburgo, Alemania, y afincada en México desde 1930, la especialista estudió con escrupuloso rigor la canción popular renacentista.
“Charla de pájaros o las aves en la poesía folklórica” es el título que Margit Frenk dio a su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua en 1993, para ocupar la silla XXIV.
Hija del médico Ernesto Frenk y de la crítica, escritora y traductora Mariana Frenk–Westheim, se doctoró en Lingüística y Literatura Hispánica en El Colegio de México (Colmex) en 1972 con la tesis Las jarchas mozárabes y los comienzos
Destaca también su labor editorial al frente de las revistas Literatura Mexicana y Literaturas Populares, que hicieron posible el estudio acucioso de la tradición oral, las culturas populares, el romancero, el Quijote y el teatro de los Siglos de Oro, señala la AML en un comunicado.
Tan pronto circuló la noticia del fallecimiento de la reconocida cervantista, diferentes instancias de la UNAM, que la distinguió con un Doctorado Honoris Causa, se unieron a las manifestaciones de pesar en redes sociales.
“Sentimos profundamente la partida de Margit Frenk Freund, una de las figuras más reconocidas de la filología hispánica y del hispanismo en el mundo. Querida académica de @ filos_unam, de donde era egresada, coordinó el Centro de Estudios Literarios del @IIIFL_UNAM, donde fundó y dirigió la revista Literatura Mexicana; también fue profesora emérita de nuestra casa de estudios, donde este año fue homenajeada por el centenario de su nacimiento”, publicó Cultura UNAM.
QUERIDA ACADÉMICA
La Facultad de Filosofía y Letras, donde enseñaba, exaltó su labor en el colegio de Letras Hispánicas.
“Profesora Emérita de la UNAM, insigne filóloga que deja un legado invaluable en los estudios literarios hispánicos y muy querida académica del colegio de Letras Hispánicas”. Se unió al duelo la Red Internacional de Lyra Minima, dedicada a los estudios sobre el cancionero tradicional y que instituyó en 2010 el Premio Margit Frenk a la investigación sobre tradiciones poéticas.
“Lamentamos profundamente la pérdida de Margit Frenk, filóloga, hispanista, folclorista y traductora. Una gran representante del estudio de la lírica tradicional y popular”.
Frino, decimista y músico, despidió a la centenaria estudiosa del verso y el canto popular, deseándole “luz en su camino: Por hacer del verso ciencia: / y su amor por la palabra, / porque la poesía se labra / con sabiduría y paciencia. / Por su extraordinaria herencia / donde ni una coma sobra, / con tristeza y con zozobra / y sin falsas diplomacias / en verso decimos gracias / a Margit Frenk por su obra”.
Margit Frenk será despedida el sábado 22 de noviembre en la funeraria García López de Miguel Ángel de Quevedo.
Margit Frenk fue una profunda estudiosa de la poesía folclórica de tradición oral.
ATLAS Y EL PESO DE LA INFORMACIÓN
Reflexiones
de un Abuelo
Una de las mayores ambicio nes del humano es tener a la mano toda la información del mundo, saber de todo. Desde que pudo comunicarse, el sapiens ha entendido que contar con conocimientos sobre el mundo le da una importante ventaja sobre las otras especies que componen la biodiversidad y más, si ese saber lo puede transmitir. Anticipar cuáles eran las mejores zonas de caza, los lugares adecuados de refugio y otra informa ción, le permitían contar con certezas. Hoy, como ayer, poseer información del mundo le permite ser más asertivo cuando toma decisiones trascedentes.
Pero hay de información a información y el humano no es el único que la posee para desarrollar su ciclo vital. Todos los miembros de la biodiversidad (flora, fauna y microorganismos), almacenan información y la transmiten a los otros miembros de su especie, a su entorno o a las siguientes generaciones. Todas las especies archivan información de sus principales características estructurales y funcionales y la pueden transmitir a las siguientes generaciones, por medio de la deno- minada molécula de la vida: El Ácido Desoxirribonucleico (ADN) y del Ácido Ribonucleico (ARN).
Adicionalmente, para realizar sus principales funciones vitales cuentan con otros elementos o mecanismos para comunicarse con su entorno. Por ejemplo, las plantas utilizan diferentes sustancias químicas que cuentan en sus estructuras aéreas (tallo, hojas y flores) o subterráneas (raíces y pelos absorbentes), para atraer polinizadores o ahuyentar plagas. Es el caso del mecanismo utilizado por las plantas para producir sustancias químicas que originan el sabor. Esto les ha permitido a algunas variedades de especies de cereales dispersarse por todo el planeta, que de manera “natural” (por disper-
sión de polinizadores o el aire) les sería imposible. Cereales como el trigo en el Medio Oriente o maíz en Mesoamérica, solamente han podido dispersarse de la mano del Homo sapiens, que gusta de su sabor. Antes de que el humano les tomara el gusto a esas plantas, esas variedades de vegetales eran insignificantes en los ecosistemas; sin embargo, hoy ocupan grandes extensiones de cultivo donde el humano invierte gran cantidad de energía para que sea la única especie que ocupe ese espacio. Allí surge la pregunta de si fue el humano quien domesticó a esas plantas, o son esos cereales los que esclavizaron al humano para reinar en esos sistemas de la antroposfera.
Y así como las plantas, los microorganismos y la fauna también utilizan mecanismos para comunicarse con su entorno o para transmitir información. Las bacterias, por ejemplo, utilizan proteínas quimiorreceptoras o fotorreceptoras para detectar estímulos ambientales favorables o adversos.
Otras formas de comunicación las observamos en animales invertebrados como los corales y anemonas de mar, que pueden generar diversos sonidos que les permiten comunicarse con otros miembros del ecosistema; estos mecanismos fueron desarrollados a través de su propia genética. Y qué de-
cir de los vertebrados superiores, como las aves, reptiles y mamíferos, que utilizan un sinfín de vías de comunicación.
La codorniz (Calliplea californica), augusto representante de la avifauna de Ensenada, para guiar a sus parvadas a través del matorral costero o montano, utiliza una serie de “instrucciones” sonoras para ceder de manera segura el paso a los adultos o las madres con sus crías; un ritual que además de bello para el espectador que tiene el privilegio de contemplarlo, es extremadamente complejo. El comportamiento de las aves o las migraciones que realizan las mariposas monarca, la ballena gris o los elefantes está inscrito en el código de conducta de esas especies, que en conjunto se les conoce como patrones de comportamiento.
El humano, por su lado, además de los anteriores, ha desarrollado una mayor cantidad de vías de comunicación que le han dado una ventaja evolutiva sobre las otras especies. Ha comunicado sus saberes. La palabra saber proviene del latín sapere, en referencia a la percepción del ambiente y al cúmulo de información de acuerdo con esa percepción. El diccionario de la RAE tiene al menos ocho acepciones. Incluye como estar instruido o contar con la noticia de algo, pero también tener la habilidad o capacidad de hacer algo; estar conven-
cido de un hecho futuro; o ser muy astuto. Saber está íntimamente relacionado con el sabor. De su raíz latina sapere, se desprende que saber significa tener sabor. El humano entonces saborea el conocimiento, lo paladea. Por ello su urgencia por atesorarlo y transmitirlo. Pero para potenciar estos menesteres ha requerido de diversas prótesis para almacenar la información producto de sus percepciones del mundo, pero también el saber producido por su imaginación —para percibir hay que imaginar. Desde las paredes de las cavernas hasta los potentes ordenadores han servido H. sapiens de prótesis que aumenta su capacidad de memoria, retención y transmisión.
Las formas de transmitir y almacenar los saberes y los conocimientos con las que hoy cuenta el humano son infinitas. Ya en párrafos precedentes se han mencionado algunos de esos mecanismos. Su aspecto físico, sus movimientos, el arte, la literatura y los ordenadores son solamente unas cuantos de esas prótesis. El olor de un humano, los sonidos que emite o su prole, diría mi difunta abuela, “dice mucho de una persona”. También el uso de la palabra, su arte, su música o su escritura también comunican su historial. Pero de todos esos artilugios (naturales o artificiales), el más emblemático es la comunicación simbólica. El humano arcaico fue el primero en utilizar símbolos grabados para transmitir su conocimiento y sus saberes. En la cueva de Leang Tedongnge, situada al sur de la isla de Célebes, Indonesia, se han observado representaciones de jabalíes verrugosos (Sus celebensis), que datan de hace aproximadamente 45 mil 500 años, según las dataciones por uranio. Estas pinturas rupestres se consideran las formas simbólicas más antiguas que utilizo el humano para almacenar y transmitir información. Y así como estas pinturas rupestres, muchas otras representaciones de este tipo han sido descubiertas por paleontólogos en otras partes del mundo, como las documentadas por el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) en la península de Baja California. Aunque más recientes las segundas, las pinturas rupestres nos muestran que la necesidad de transmitir los saberes y conocimientos es un paralelismo evolutivo de las culturas.
Rafael “Rach” Solana*
Y a partir del uso de pinturas sobre roca, el humano ha utilizado diferentes formas para almacenar y transmitir la información por medio de símbolos: tablillas de arcilla, papiro hecho de hojas de junco, pergaminos, la imprenta y hoy los ordenadores. Estas prótesis han permitido almacenar grandes cantidades de información, aunque se reconoce que esto no ha sido suficiente y solamente una minúscula cantidad de información se ha podido preservar y transmitir, de cultura a cultura, y de tiempo en tiempo. Aunque sea nuestro ideal, no somos los grandes acumuladores como pensamos. Para mayor documentación histórica de la evolución del acopio de los saberes, recomiendo ampliamente el libro El Infinito en un junco: la invención de los libros, de Irene Vallejo (Penguin Random House, México, 2021). La comunicación simbólica y su almacenamiento no cuenta con un mecanismo natural, biológico o evolutivo, para transmitir y compartir información. Desde el significado de la palabra saber, se entiende que cada humano paladea al ambiente y lo almacena de diferente forma; lo que alguien ve un peligro otro lo puede ver como un reto. El redentor de almas habla de una fuerza superior que controla el mundo, los científicos tratan de entender al ambiente de acuerdo al cuerpo de conocimientos de su área del saber y los políticos construyen su narrativa de mentiras o posverdades. Todos ellos, basados en lo que perciben, pero también de su imaginación; cada uno en su campo. Hay una única realidad, pero hay una multiplicidad de verdades. Y en todos los casos en su deseo de transmitir ese saber, el humano almacena y transmite esa percepción por medio de un canal o prótesis.
Atlas fue un titán de la mitología griega. Este gigante fue condenado a soportar el peso del cielo sobre sus hombros por toda la eternidad y hasta el fin de los tiempos soportará sobre su espalda las columnas celestiales, lo que lo convierte en una figura emblemática de la resistencia y la fuerza; pero también del guardián de la información: esas columnas celestiales. La información y su transmisión son un gran peso que hay que llevar a cuestas. Esas tareas eternas están inscritas en los saberes documentados o transmitidos por una infinidad de canales de comunicación (las prótesis), para que sea transmitido de generación a generación. Atlas significa en griego “El portador”, y lo que más pesa del humano es su saber y su conocimiento.
Siglos posteriores a la era antigua,
donde dominaban los imperios egipcios, griegos y otros, que crearon el lenguaje simbólico, los monjes cristianos heredaron la tarea de resguardar celosamente la información del mundo dentro de sus monasterios y solo para algunos privilegiados. Eran los titanes de la edad media. Pero una nueva era axial dio un giro en la transmisión de saberes de la mano de Gutenberg, que en 1450 dio forma a la idea de multiplicar las formas de difundir el conocimiento: la imprenta. La adopción de esa prótesis ayudo a difuminar en todo el orbe el gran legado del sabor del saber. Con esa arma poderosa que es la imprenta, los enciclopedistas de la Ilustración, encabezados por Diderot, d’Alembert, Voltaire y otros pensadores galos se impusieron la tarea recopilar todo el saber humano. Esto, a través de la llamada Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des sciences, des arts et des métiers o simplemente la Enciclopedia. A estos pensadores por ello se les denomina los enciclopedistas. Su objetivo era difun-
dir el conocimiento entre la sociedad en general, no solo entre la élite intelectual, y promover la educación pública y la democratización del conocimiento. Los enciclopedistas creían que el conocimiento era un bien público que debía ser accesible para todos y que la sociedad debía ser guiada por la razón y la lógica en lugar de por la tradición y la superstición. Esta obra, finalizada en 1772, por sus limitaciones sobre el conocimiento (solo consta de 28 volúmenes, setenta mil artículos y un poco más de tres mil ilustraciones) y una férrea oposición de la iglesia dominante, que incluía demandas de derecho de autor, fue perdiendo fuerza con el tiempo. Los trabajos cayeron incluso en la clandestinidad y finalmente en su abandono. En el siglo XXI uno de las tareas que se impone el ser humano es la digitalización de toda la información del mundo. De acuerdo con la declaración de la Unesco, la digitalización de la memoria del mundo es un proceso crucial para asegurar la preservación y accesibilidad
del patrimonio documental. Esa institución ha establecido diversas directrices para salvaguardar el patrimonio documental, lo cual incluye la digitalización y la preservación a largo plazo del contenido digital. De acuerdo con la Unesco “esta herramienta, permitirá el acceso a información de múltiples culturas y lenguas, y podrá proteger valiosos documentos de la manipulación y el deterioro. Para ello es fundamental contar con políticas [universales] encaminadas a que esta preservación siga el ritmo de los desarrollos tecnológicos y la evolución social”. La digitalización hoy no solo es un medio de conservación, sino también un medio para asegurar la supervivencia de ciertos tipos de material y para proteger su contenido. “La digitalización de la memoria del mundo es un proceso que requiere una comprensión más profunda del entorno digital, incluida la gestión de los derechos legales, para delinear modelos de conservación digital que equilibren acceso, privacidad y respeto hacia la propiedad y el control del patrimonio cultural local y sus tradiciones” (memoriadelmundo.org.mx). Y hoy además deberemos legislar para proteger la privacidad de nuestros propios datos personales, como los referentes a la información biológica, incluyendo la contenida en nuestro genoma. Esto último es una tarea que se debe revisar en el futuro cercano. Necesitamos un nuevo Atlas que llevará a sus espaldas esa tarea titánica.
La Inteligencia Artificial, la biotecnología y la digitalización de toda la información disponible (incluyendo la bioinformación) nos acerca más a una transformación trascendental del Homo sapiens, ya no provocada por la selección natural, sino por la propia mano del humano. H. sapiens ha llegado a ser lo que es hoy, a través de los mecanismos de la evolución biológica, pero en los últimos diez mil años, también por influencia de la evolución de las culturas.
De aquí cabe la pregunta: ¿El futuro del sapiens será algo llamado poshumano? No lo sé. Pero, lo que es un hecho es que el humano moderno, además de perfeccionar las tecnologías digitales, la inteligencia artificial y la biotecnología, por propia conveniencia y por apoyar a la conservación del ambiente, deberá reforzar también sus mecanismos de tolerancia, respeto y solidaridad con sus congéneres, lo que le garantizará un futuro con mayores certezas; independientemente de su variada forma de pensar, su físico o sus sueños.
DÍA DEL MÚSICO REVELA CRISIS CULTURALES ¿ENSENADA YA NO ESCUCHA?
MARCO AGUILAR/LA BRÚJULA maguilar@elvigia.net | Ensenada, BC
Ricardo tenía una infancia normal, era un niño al que le gustaba jugar con sus amigos, pero había algo en él diferente, recuerda.
Desde los cuatro o cinco años, cuando estaba en preescolar, según la memoria que tiene de aquellos años, cuando pasaba junto a un parque donde había músicos, le pedía a su papá llegar y eso lo animaba. Pero no quedaba ahí, llegaba hasta cantar junto a ellos.
En los festivales del jardín o en su graduación también se proponía como el artista musical, donde se recuerda vestido de charro y dándolo todo.
Años más tarde empezó a identificar en su familia a miembros que tocaban instrumentos y en algunos grupos, fue así como a los 10 años empezó a aprender a tocar su primer instrumento: la guitarra.
Las clases las tomaba con profesores o algunos cursos, y ya que la tenía bien dominada comenzó a practicar la batería, como a los 14 o 15 años, y todo esto lo conjugaba con su gusto por cantar. También así aprendió a tocar el bajo.
Ya en su mayoría de edad le llamó la atención la composición y eso le fue abriendo paso, creó su propio estudio y grababa sus propias canciones.
“En 2018, 2019, se empezó a consolidar un poco esa idea, ya comprando mis cositas para tener mi estudio, grabando canciones y pues, afortunadamente tengo ahí en mi Spotify, YouTube, mi redes, mi música original”, recuerda.
A partir de ahí, la historia de Ricardo Mora se ha dado en bandas de cover , dedicado a la música por gusto, pero trabando en otras labores extras, porque reconoce que en Ensenada cada vez es más difícil conseguir contratos justos para cantar o tocar.
En este Día del Músico, el 22 de
noviembre, en honor a Santa Cecilia, la patrona de los músicos, se resal ta la importancia de la música en la cultura y la sociedad, lo cual parece desaparecer cada vez más en la cul tura ensenadense.
PRECARIEDAD
LABORAL
Para los músicos del Puerto cada vez se vuelve más difícil conseguir un contrato y con un salario justo. Para Ricardo, el trabajo que hay en Ensenada para el gremio es escaso, hay mucha competencia y hay pocos lugares donde se pueden presentar o donde contraten música en vivo.
“A diferencia de lugares cercanos como Tijuana, que tiene muchos restaurantes que contratan músi cos; aquí hay muchas bandas, mu chos proyectos, y pocos lugares. En tonces es una competencia bastante dura”, afirma.
Pero para el músico vivir exclusi vamente de la música ya no es un sueño presente, pues señala que para eso se tiene que diversificar mucho y no sólo creer que se puede vivir de la música en vivo. Y menciona ca sos donde se dedican a la docencia o buscar los contactos correctos.
“Porque vivir solamente de pre sentaciones, de bares, restaurantes y eso, sí es bastante complicado. Que ya tengas muchos, muchísimos, 20, 30 años, y que ya tenga su cartele ra de clientes. Que también eso es lo que nos salva un poquito”, señala.
Cuando llega a haber un contrato, señala el cantante, para las bandas o agrupaciones grandes sí existe un contrato justo, pero “de la media para abajo”, los contratistas reali zan un contrato de palabra y es ahí donde existe el regateo, y el sueldo suele ser más bajo.
Sin embargo, su sueldo no sólo es para los integrantes de la banda, sino también los gastos silencio sos que el público desconoce como transporte, ensayos, equipos, man tenimiento de los instrumentos, ves tuario, entre muchas otras cosas.
Para Ricardo Mora en Ensenada hacen falta espacios públicos para los músicos.
FALTA DE ESPACIOS
Para el músico es muy notorio que en Ensenada hacen falta espacios, sobre todo espacios públicos donde las personas estén interesadas en un tipo de música, como ahora lo es la Concha Acústica, pero que paguen por presentación.
“Los que más apoyo tienen son los restaurantes, bares, que son como que normalmente hasta las 10 de la noche, al ser espacios familiares, pero son los que dan más oportunidades”, menciona el cantante.
Ricardo Mora reconoce que fue desde el inicio de la pandemia de Covid–19 cuando se empezó a perder espacios, muchos lugares tuvieron que cerrar, se sintió el golpe de la economía; y, aunque algunos lugares siguieron contratando, lo hicieron a un precio más bajo del que ofrecían en tiempos prepandemia.
VALORACIÓN SOCIAL
Sin embargo, no sólo la falta de lugares ha complicado el desarrollo de los proyectos musicales. Ricardo Mora reconoce que es muy poco el apoyo y la accesibilidad para música emergente y original. Por ejemplo él, lleva desde 2019 haciendo música original y sólo ha tenido la oportunidad de presentarse en dos ocasiones.
Sin embargo, con su grupo de cover, ahí sí es bien recibido en distintos eventos o centros de presentaciones.
“Son como muy contados los lu gares y sí tendría que tener muchos contactos para ya estar pudiendo ge nerar un poco de la música”, advierte.
Y esta situación lleva, no sólo a Ricardo, sino a muchos músicos y proyectos musicales ensenadenses a buscar presentaciones en otros la dos, sobre todo Rosarito y Tijuana, donde sí hay más lugares, hay aper tura y los ingresos son más altos.
Por parte de las instituciones, se ñala Ricardo Mora, existen apoyos pero están más enfocados en apren der a tocar algún instrumento, pero para los trabajadores de la música no existe apoyo alguno.
Y para él, lo mejor que podrían hacer las instituciones para ayudar sería con difusión, o abrir lugares públicos donde se puedan hacer presentaciones, pero con retribución económica, porque cuando se hacen en lugares públicos las instituciones buscan que sean gratis o con un apo yo mínimo, lo que representa una pérdida para el músico y el cantante.
AMOR AL ARTE
Aunque en el gremio musical existe mucha competencia para conseguir trabajo, la historia no es igual entre ellos. Ricardo Mora revela que existe mucha hermandad entre ellos.
“Nos apoyamos mucho en cuando a ‘salió una tocada, pensé en ti’, ‘tal grupo está buscando bajista’, enton-
ces nos echamos la mano y también hay uno que otro grupo por ahí en Facebook o WhatsApp donde estamos comunicados”.
Pese a las dificultades, el músico señala que “cuando algo te gusta y te das cuenta que naces para eso y que es lo que más disfrutas, incluso cuando lo monetario sabes que no te
va a beneficiar, pues realmente al fin y al cabo la mayoría termina escogiendo lo que le hace feliz”.
“En mi caso, ya desde niño se sabía que iba por ese lado. Entonces sí es un poco más difícil, pero ya cuando estás en el escenario, tocando y te aplauden un poco o que ganas un poco, es una satisfacción aún extra”.
El Día del Músico, el 22 de noviembre, se resalta la importancia de la música en la cultura y la sociedad.
Por parte de las instituciones, señala Mora, existen apoyos pero están más enfocados en aprender a tocar algún instrumento.
Hay muy poco apoyo y accesibilidad para música emergente y original.
DECISIONES FINANCIERAS Y LA FAMILIA
Las deudas, los compromisos económicos y la presión por sostener a la familia suelen provocar irritabilidad e insomnio, afectando el estado de ánimo personal, de pareja y familiar. Por eso, es fundamental revisar la comunicación y las expectativas entre los miembros del hogar, ya que muchas separaciones y divorcios se originan por una mala administración de recursos.
La relación entre la psicología y el dinero es más compleja de lo que imaginamos y, a me nudo, está subestimada. No se trata sólo de cuánto ganamos o gastamos, sino de cómo pensamos, sentimos y nos comportamos frente a lo mone tario. Aunque lo tenemos presente en la vida diaria, el dinero es un fenóme no profundamente emocional: se vin cula con nuestra historia de vida, la educación recibida y la forma en que los adultos cercanos lo utilizaban en la toma de decisiones para solventar los gastos cotidianos y del hogar.
La manera en que solemos usar el dinero está relacionada con las creencias aprendidas y las experiencias vividas en la infancia; incluso con traumas derivados por carencias económicas o afectivas. Lo que sí está bien documentado es que tener abundancia material no equivale necesariamente a ser feliz. Entre más busque el individuo gratificarse a través de este recurso, más probable es que exista una sensación de vacío interior o desvalorización personal, pues busca compensar carencias mediante el consumo y la competencia.
Muchas personas evitan confrontar su situación emocional y, al no ser capaces de cerrar ciclos, desarrollan conductas compulsivas relacionadas con el dinero: en algunas gastan sin control, mientras que en otras se aferran excesivamente al ahorro, aun cuando su economía es estable. Ambas respuestas se relacionan con ciertos rasgos de personalidad y, en muchos casos, con trastornos de salud mental no detectados oportunamente.
Las historias en torno a este tema salen a relucir en la consulta. Es el caso de una abuela con compulsión por acumular objetos: su casa está tan llena que apenas queda espacio para caminar. Este tipo de casos, más allá de lo anecdótico o televisivo, son reflejo de un trauma emocional no resuelto. Acumular, gastar o privarse son mecanismos de defensa ante la inseguridad o el miedo a perder lo poco que se tiene, es el reflejo de un vació interior. Para la nieta es difícil de entender y de sobrellevar, se pregunta el por qué su abuela vive en esas condiciones. A su corta edad se preocupa por ella.
El estrés económico, aunado a la predisposición genética, genera estragos en la salud física y mental. Y más aún, cuando en un hogar hay varios integrantes que dependen de los ingresos. Hoy en día, es común que padre y madre trabajen fuera de casa para compartir los gastos y cubrir lo necesario. Sin embargo, el aumento en el costo de la canasta básica ha
intensificado la frustración: Por más que se trabaje, parece que el dinero nunca alcanza. Esto repercute directamente en la salud de los adultos, incrementando casos de hipertensión, ansiedad y depresión. En la crianza se genera menos tolerancia por parte de los adultos hacia los hijos. Vivimos en una sociedad que promueve el consumismo a través de la mercadotecnia. En estas fechas, con los gastos de fin de año, las reuniones sociales y las vacaciones, se tiende a gastar más de lo planeado. Surge entonces una pregunta: ¿Ya tienes un ahorro destinado para los próximos compromisos o te sientes rebasado por lo que viene? Ser previsor es todo un reto, pero también una fuente de tranquilidad. Ahorrar para los imprevistos y utilizar sólo lo necesario ayuda a mantener equilibrio. Por el contrario, los créditos y las compras a plazos suelen generar una carga mayor, pues se termina pagando el doble o más por los intereses.
Relación sana con el dinero
• Hablar abiertamente del dinero con la pareja.
• Revisar periódicamente las finanzas y priorizar gastos.
• Tener expectativas realistas en lo personal y familiar.
• Promover la educación financiera con los hijos.
• Monitorear la salud física y mental.
Evitar un mal uso del dinero
• Evitar compras impulsivas.
• No caer en el ahorro excesivo por temor.
• Usar las tarjetas solo con planificación.
• No ignorar los problemas económicos.
La terapia puede ayudar
• Mejorar la autoestima y la seguridad emocional.
• Atender los miedos vinculados a las finanzas.
• Reconocer patrones de gastos impulsivos.
• Reducir el estrés personal y de pareja.
• Regular la relación emocional con el consumo.
Es crucial reconocer que el dinero es necesario y ocupa un lugar significativo en la vida cotidiana. Siempre hay oportunidad de aprender sobre finanzas y mejorar la administración de recursos por el bien personal y familiar. Comprender que el dinero no define el valor de una persona, pero da tranquilidad, permite reducir la carga y tomar mejores decisiones.
Por lo tanto, cuando se establece una relación más consciente con el dinero, se fortalecen la organización y la previsión, permitiendo alcanzar metas a corto y largo plazo. Con esfuerzo y amor, todo fluye mejor. Mis mejores deseos para todos.
* Psicóloga con Posgrado en psicoterapia de niños. http://laurabeltran.com.mx
Laura Beltrán Padilla*
Una Mirada Hacia la Infancia
¿PODREMOS CAMBIAR LOS PARADIGMAS?
Naveguemos
Me permitiré autofusilarme a exponer, nuevamente, un texto que vio la luz años atrás.
¿Por qué? Porque su contenido sigue siendo atendible, verdadero, actual. Y porque es un texto que pretende visualizar el futuro.
Dice así:
“Era un día cualquiera de una semana más de aquel año de 2026. La ciudad de Ensenada había crecido en número y en calidad. Ya existían dos teatros, con actividades periódicas, dos centros culturales más, muchos festivales, el turismo ya tenía a esta región como un destino obligado para disfrutar del clima, de la gente, de los sabores, de las fragancias y los colores de los vinos.
Y la Plaza había crecido, también, en número de usuarios y en la calidad
de su flora, de su fauna y de las constantes actividades culturales para todas las edades y gustos.
Ya tenían fama, bien ganada, sus jardines de flora endémica y su jardín de plantas medicinales. Toda su vegetación se había desarrollado en base a tres principios: la sombra, el mínimo de agua y sus virtudes naturales para favorecer la vida (pájaros, mariposas y varias formas de vida).”
Don Sebas se volvió a encontrar, en uno de los senderos peatonales de la Plaza, a Agustín.
—Hola Don Sebas, buenos días
—Qué tal Agustín. Qué bueno que te veo. Me quedé pensando sobre nuestra última charla, en donde te comenté algunas ideas sobre los sistemas que habíamos vivido en los años 2019 y siguientes. Te voy a leer parte de una nota que encontré y que, me parece, resume, en buena medida, algunos conceptos que veníamos manejando.
Es el siguiente: “Nuestro mundo gira en torno a los valores culturales del capitalismo. Nada es neutral ni equidistante. Se nos inculca la competitividad, tener éxito y acumular riquezas, no importa la manera de lograrlo… Deseamos ser Rico McPato, nadando en un mar de oro, monedas y brillantes…Nos moldean individualistas, ava-
ros, calculadores, mentirosos. Es adoctrinamiento y socialización cultural… (lo adecuado) es ser socios de alguna ONG y apoyar causas humanitarias… practicar la piedad…Es cuestión de ser emprendedores, luego vendrá el éxito. ¿Alguien menciona las relaciones sociales de explotación? La respuesta es simple: la explotación no existe…”.
La pieza la escribió Marcos Roitman R. en un periódico de la época.
—A ver, a ver Don Sebas. Barájemela más despacio. ¿Me está usted diciendo, con esa pieza paleolítica, que en aquella época se negaba la existencia de la pobreza, de la injusticia? ¿A poco?
—Mira, Agustín. Lo que trato de exponer, es que existía una lógica del individualismo, de la competencia descarnada. Con la visión de esa lógica, era moral explotar al prójimo, acumular riquezas con la simple e improductiva actividad de la especulación financiera.
Existía sólo la lógica del dinero. Y como dijo un jesuita amigo, el dinero es cabrón y hace cabrones.
Y un ejemplo de lo que trato de decir, es la creación de esta Plaza. Ya en la recta final de su aprobación por parte del Cabildo de aquella época, existieron voces, pocas, que insistían que el proyecto era un proyecto que beneficiaba a una empresa, que era venderle la calle a un
negocio, etc. Ello era producto de esa visión individualista, egoísta y miope que miraba la vida a través de la lógica del dinero. Por lo tanto, todo era dinero, sólo intereses, nada de principios. La cultura del sospechosismo, nacida de un sistema que sólo privilegiaba el éxito económico, sea como fuere ese éxito.
—Entiendo Don Sebas. Entiendo. Pero no sé por qué, pero siento en sus palabras un tufillo de extremismo. Me da la impresión que su discurso tiende a clasificar a la sociedad entre buenos y malos.
—Buena observación, mi querido Agustín. Lo que pasa es que cualquier manifestación que intenta descubrir la basura que hay debajo del tapete puede provocar ese sentimiento que mencionas. Pero no es extremismo. Sencillamente es decir las cosas por su nombre. No permitir el maquillaje de situaciones intrínsecamente injustas y conservadoras, mediante acciones filantrópicas que sólo tienden a mantener el enfermo con un poco más de vida.
Si al enfermo le cambias de ropa, lo maquillas y lo peinas bien, ello no logrará que esté menos enfermo.
La lucha por la vida del planeta exigió cambios drásticos en aquellos paradigmas que continuaban defendiendo el sistema de depredación física y espiritual de todo lo existente.
—¿Y usted cree Don Sebas que ello ya se ha logrado?
—No. De ninguna manera. Pero hemos avanzado. Y esta Plaza es una muestra de ello.
Ya hacía calor en la Plaza. La gente buscaba las sombras que, como manchas de oscuridad y frescura, permitían descansar mientras se continuaba la charla de los amigos, la caricia de los enamorados, la lectura de los ensimismados.
Ricardo Harte
EN LA SOMBRÍA BÓVEDA DE EL ESCORIAL
Juego de Ojos
Se cumple medio siglo de la novela total que Carlos Fuentes ambicionó mientras México se debatía entre los residuos del “milagro” económico y la fatiga política del autoritarismo. Terra Nostra fue aquella desproporcionada, maciza e intimidante edificación literaria, una fortaleza no para ser habitada sino venerada: la prueba tangible de que la razón puede desafiar la gravedad del mundo.
Pero en mi caso fue un episodio luminoso. Siendo esta una novela tan arriscada, me abrió sus puertas con donosura y pude transitarla como si diera un paseo de primavera en una pradera inglesa. La primera edición de Joaquín Mortiz de noviembre de 1975 aún vive en mi biblioteca, con la anotación de que la terminé de leer en la Navidad en el rancho con mis padres.
No he conocido otras experiencias semejantes con este libro, sino más bien expresiones de lo difícil, cuando no imposible, que es. Lo platiqué con Carlos a mediados de 1996 en una cena con amigos. Mi impertinencia le hizo gracia. Saber que en las dunas de Samalayuca de la geografía mexicana había un lector que había transitado sin fricciones por su obra desmesurada no le sorprendió. Me dijo que un libro elige a sus lectores. Respondí que algunos azotan la puerta en la nariz a los intrusos —pensando en Ulises— y esto le arrancó una carcajada. Terminamos la cena y no lo volví a ver. A medio siglo, esa novela monumental sigue siendo un acontecimiento. Algunos críticos la han considerado un monumento no sólo literario, sino civilizatorio, el intento más ambicioso de la narrativa latinoamericana por contener, en un solo cuerpo verbal, la historia entera de la cultura hispánica que, en sus 783 páginas, reúne historia, mito, teología, erotismo, política y profecía.
En la primavera de 1996, en una conversación con Fernando del Paso, Ilan Stavans juzgó que Fuentes era “una figura magnética, el centro de un sistema solar alrededor del cual gravitan otros escritores … que ha eclipsado a los demás.”
Y, no sé si con la aquiescencia o ante el asombro del autor de Palinuro de México, expuso: “Ha sido un adaptador consumado, reescribiendo (¿o debería decir robando?), por ejemplo,
un guion de Cabrera Infante, un cuento de Adolfo Bioy Casares, un motivo central de Los papeles de Aspen, de Henry James, y así sucesivamente …” Ignoro también si Stavans se refería a Fuentes con la admiración de quien reconoce que el poeta toma lo suyo donde lo encuentra, o si externaba una no muy velada crítica al obsesivo creador de Terra Nostra. Cuando Fuentes murió no sentí tristeza o congoja. Nadie que abra
Los miserables o Las verdes colinas de África o Piedra de sol o Terra Nostra, sufrirá porque ya no caminan en la tierra Víctor Hugo, Hemingway, Paz o Fuentes, pues como sugiere Rafael Cardona, a los creadores hay que leerlos más que tratarlos.
En donde estuvo el rasgar de vestiduras, el crujir de huesos y las cenizas en la testa, fue entre la legión de los no–lectores y los busca–reflectores. Aquel mayo de 2012 los escuché compitiendo en la construcción de panegíricos, disputándose el premio al lamento más original, codeando un lugar en el daguerrotipo de la posteridad. Yo por mi parte volví a las páginas de La región más transparente, pero no a las de Gringo viejo; toqué nuevamente la puerta de Artemio Cruz pero me seguí de largo frente a La silla del águila. Y no dejé de cavilar sobre el misterio mayor: ¿cómo se construye un escritor? El escritor no tiene excusas. No le queda más que escribir. Debe ser fiel a esa necesidad. Se puede evadir con mil excusas que uno se da a sí mismo, por mil cosas… Pero el escritor no puede excusarse. Tiene que escribir. Bien o mal, no importa. Tiene que decir: “Aquí está esto: es lo que fui capaz de hacer y lo hice”. Así pensaba y vivía Carlos Fuentes.
El escenario central de Terra Nostra es San Lorenzo de El Escorial, el palacio-monasterio-panteón que Felipe II erigió como templo de poder y piedra angular del imperio. Ahí elevó sus plegarias para que Dios diera la victoria a su armada invencible y destruyera la apostasía protestante inglesa. Desde allí se despliegan tres mundos: el viejo, el nuevo y el otro. Pasado, presente y futuro … o quizá los tres planos del infierno barroco que Fuentes quiso cartografiar. La novela no cuenta una historia lineal, construye un universo. Su tiempo gira. Sus personajes se duplican, cambian de nombre, se desdoblan. Felipe, el enigmático protagonista de Terra Nostra, no es un hombre sino una herida abierta: la del mundo hispánico que busca reconocerse entre ruinas, espejos y profecías. Carlos Fuentes lo lanza al escenario de la historia como si fuera un peregrino condenado a repetir la pregunta del origen: ¿de dónde venimos, hacia dónde nos lleva esta fe que funde espada y cruz?
Miguel Ángel Sánchez de Armas*
En las páginas del libro palpita la obsesión de un imperio que soñó con la eternidad y despertó en el desconcierto. Felipe es el hijo y el fantasma de esa ambición: un cuerpo donde se cruzan el conquistador y el conquistado, el santo y el blasfemo, el poder y la memoria.
Fuentes la llamó su “novela total”, concepto que, en el contexto del Boom, significaba, más que una hazaña narrativa, una ambición metafísica. La “totalidad” en Fuentes no es sólo cantidad de páginas ni extensión temporal, sino un intento por abrazar a todo el mundo hispano, su origen imperial, su fractura colonial y su sombra en las américas. En ella caben el paraíso y la caída, la razón y la herejía.
¿De dónde viene esa obsesión de Fuentes? Quizá lo explique lo que le dijo a Jorge Semprún cuando conversaban sobre la traducción de uno de sus libros del francés al español.
“Me preguntó Carlos —revela Semprún en una entrevista con The Paris Review de 2007— si yo mismo había hecho la traducción al español, y le expliqué que no, porque me habría resultado forzado, e incluso una locura, como escribir el mismo libro dos veces. Inmediatamente me respondió: “Escucha, te equivocas. Escribes El largo viaje, y cuando lo traduces al español será un libro distinto. Luego lo traduces de nuevo al francés, y es otro libro completamente diferente. ¡Pasarás toda tu vida trabajando en el mismo libro! ¡Esa es la vida ideal para un escritor! Un libro que dura toda una vida, pero diferente cada vez.”
Robert Coover, en su reseña de 1976 para The New York Times Book Review, definió la novela como “un magnífico fracaso”, y acaso en esa contradicción luminosa esté la clave de su grandeza. “Fuentes no escribió una historia, sino una catedral verbal que quiso contener todos los tiempos y todas las almas de la hispanidad: un proyecto desmesurado que desborda sus propios límites: una obra que fracasa solo en la medida en que intenta tocar el absoluto. Terra Nostra no se lee: se navega, como una procesión de símbolos donde el lenguaje mismo se convierte en arquitectura. Como si el sueño de una cultura entera ardiera dentro de un solo libro.”
“Terra Nostra pertenece a esa estirpe de novelas que, como Ulises o Bajo el volcán, van creando poco a poco —desde el puro texto— un público de lectores fanáticos”, escribió Juan Goytisolo al salir al paso del
“terrorismo crítico” que la tildaba de inabordable. En esa defensa late “la intuición de una novela–catedral: exceso deliberado, espejo de historia y sueño, desafío que obliga a leer con la respiración honda.”
Terra Nostra recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1976 y el Premio Rómulo Gallegos en 1977. Julio Ortega la llamó “la más radical, más ambiciosa y más difícil” de Fuentes. Medio siglo después, la frase conserva su precisión: la novela sigue siendo un
de la hidra (1978) y Gringo viejo (1985) serían regresos a escalas más humanas. En la dedicatoria de la edición española, Fuentes recuerda a Luis Buñuel y a Alberto Gironella, “por las conversaciones en la Gare de Lyon que fueron el espectro inicial de estas páginas”, anécdota que revela el origen coral de una obra concebida como diálogo entre arte, historia y deseo. Como Buñuel y Gironella, Fuentes entendía el barroco no como estilo, sino como destino. Terra Nostra es “una película imposible, una pintura delirante y una cátedra de historia a la vez.” En sus páginas, los siglos se confunden, los símbolos se repiten, las voces cambian de cuerpo. “Es el sueño —o la pesadilla— de un escritor que quiso contener toda la historia en una solaCedorespiración.” la palabra a Ángel de la O, quien al igual que yo transitó las páginas de Terra Nostra como en una trajinera por los canales de Xochimilco cuando aún eran luminosos y navegables y olían a flores en los sesenta. La novela, dice, “no es una reliquia del Boom, sino su cima y su desafío final. La lectura contemporánea la rescata no sólo como ejercicio de erudición, sino como espejo de nuestro tiempo. En sus páginas resuenan los mismos dilemas de hoy: la verticalidad del poder, la herencia colonial, la violencia institucional y el laberinto de identidades. Leerla, “es entender nuestro presente”.
Al cumplir cincuenta años, la novela vuelve a interpelar a América Latina. Nos recuerda que el poder necesita su propio espejo y que la memoria, como la literatura, es un acto de resistencia. “Terra Nostra fue escrita en un siglo que creía en las utopías y se lee en uno que las ha perdido.” Pero en esa distancia reside su actualidad.
desafío para el lector y una advertencia para los escritores. En su estructura y obsesiones, Terra Nostra condensa todo el sistema de signos de Fuentes. La región más transparente había sido la cartografía del México moderno; Cambio de piel, el laboratorio formal donde ensayó los pliegues del tiempo y la voz. Terra Nostra es la suma de ambas: la expansión de lo nacional a lo civilizatorio. Después de ella, Fuentes no volvió a intentar una empresa semejante. La cabeza
“Fuentes soñó una obra que fuera total porque sabía que ninguna lo es. Quiso abarcar el mundo, y terminó describiendo su imposibilidad. Por eso Terra Nostra sigue viva: porque en su exceso, en su desmesura, en su ambición imposible, contiene lo más humano de la escritura —la necesidad de comprendernos, aun sabiendo que el laberinto no tiene salida.
“Leer Terra Nostra —dijo Fuentes— es recordar que el pasado no pasa.” Medio siglo después, sus palabras suenan como advertencia y como consuelo. En esa memoria infinita que el autor quiso atrapar, seguimos buscándonos.
* Periodista.
PUGNAN POR MUERTE DIGNA
ISRAEL SÁNCHEZ Agencia Reforma
La activista Samara Martínez, al igual que muchos otros pacientes con padecimientos crónicodegenerativos en el país, desea tener el derecho a decidir en qué momento poner fin a su vida a través de un procedimiento médico asistido.
Y, de hecho, la impulsora de la llamada Ley Trasciende ya tiene claro cuándo lo decidiría, dada su dura experiencia viviendo con insuficiencia renal crónica en etapa terminal, lupus eritematoso sistémico y glomeruloesclerosis focal y segmentaria, entre otros problemas por los que ha recibido ya dos trasplantes de riñón.
“Los dos años que estuve en hemodiálisis dejé de orinar, porque cuando los riñones dejan de funcionar ya no generas orina; y ahorita volví a recuperar esa función por el segundo riñón trasplantado, que si bien no sirve para limpiar ni filtrar la sangre, me sirve para hacer pipí, lo cual para mí es estar del otro lado”, narra Martínez en entrevista.
“Sin embargo, yo sé que eso se va a acabar. Yo sé que voy a tener que regresar a no poder tomar líquidos, a otra vez tener la presión súper descontrolada, a que el peritoneo falle. Entonces, y eso lo tengo muy decidido, cuando deje de orinar o cuando mi peritoneo falle, para mí va a ser tiempo de partir”, comparte la periodista de profesión y académica.
La Ley General de Salud, no obstante, prohíbe expresamente en su Artículo 166 Bis 21 la práctica de la eutanasia, entendida como “homicidio por piedad”, así como el suicidio asistido, por el cual el Código Penal Federal impone una pena de uno a cinco años de prisión a quien preste auxilio para tal fin, y hasta 12 años en caso de ejecutar la muerte.
Todo esto a pesar de que sondeos como la Segunda Encuesta Nacional de Opinión sobre el Derecho a Morir con Dignidad, de 2022, refieren que siete de cada 10 mexicanos respaldan la legalización de la eutanasia.
De ahí que la Ley Trasciende busque derogar dicho artículo de la Ley General de Salud, y adicionar a la misma el “Título Octavo Ter–Eutanasia” con las disposiciones necesa-
rias para que quienes padezcan una enfermedad terminal o una enfermedad crónicodegenerativa discapacitante sin posibilidad de cura puedan acceder, si es su voluntad, a los medicamentos que les causen la muerte de manera anticipada sin dolor.
“Que puedan ejercer la elección sobre su propio cuerpo, pero, sobre todo, sobre su propio dolor”, remarca Martínez, quien actualmente debe conectarse 10 horas diarias a una máquina de diálisis para poder seguir viviendo.
Ante quienes pudieran rebatirle:
“¿Por qué no sólo dejas de conectarte, y ya?”, la activista reconoce que, de hacerlo, en sólo 15 a 20 días moriría.
“Pero, ¿por qué se me tiene que obligar a sufrir en esos 15 o 20 días a mí y a mi familia?”, cuestiona, enfática en cuanto a que la tercera causa de suicidio en México es por dolor.
“Ahora bien, no es que yo quiera morir. No. Yo tengo muchas ganas de vivir, pero entiendo que mi cuerpo no funciona. (...) Y yo no quiero morir ahogada con mi propio líqui-
do, que es lo que pasa a muchos pacientes cuando ya dejan de orinar.
“Entonces, es preparar el terreno para que cuando ese día llegue, poder hacerlo por la puerta grande, y no tener que estar sufriendo en un hospital”, insiste.
La reforma que Martínez impulsa, elaborada en conjunto con la abogada y activista Paola Zavala, plantea que cualquier persona mayor de edad, en pleno uso de sus facultades mentales y que cuente con un diagnóstico de enfermedad terminal confirmado por dos médicos, o de padecimiento crónico o degenerativo que cause incapacidad permanente o que atente contra la calidad de vida, podría solicitar la eutanasia.
Tras recibir información clara sobre su condición, la persona deberá formalizar su voluntad ante un notario público, y refrendar la decisión tras un período de reflexión de 5 días, mínimo. También podrá revocar su solicitud en cualquier momento, sin necesidad de justificación.
La reforma establece que “las instituciones de salud públicas estarán obligadas a contar con personal no objetor y a canalizar a las personas solicitantes en un plazo no mayor a 48 horas”.
Martínez comenta que tendría que crearse una dependencia especializada en todos los aspectos: duelo, tanatología, bioetista, y agilizar la burocracia.
Sobre si la inversión que esto suponga pudiera ser un obstáculo para su implementación, la activista contrapone el gran costo que hoy día implican los males terminales; “económicamente, no es más caro de lo que actualmente le cuestan al IMSS muchos pacientes como yo”.
La iniciativa se inscribió ayer en el Senado para que puedan iniciar las mesas de diálogo, y asegura tener buenas expectativas sobre su aprobación.
“El sistema de salud me ha fallado, la medicina me ha fallado. Yo esperaría que mi Estado y mis legisladores no nos fallen”, confía.
La Ley Trasciende, impulsada por Samara Martínez, ha sumado las voces de la sociedad civil; en la imagen, durante una visita a la Cámara de Diputados para su exposición.
XXXIV DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo SEÑOR,
CUANDO
Día del Señor
Este domingo estamos celebrando la Solemnidad de Cristo Rey del Universo, y con esto cerramos el año litúrgico en la iglesia.
En el Evangelio de San Lucas, el ladrón que estaba junto a Cristo en la cruz reconoce la diferencia del suplicio de Jesús y el de ellos. Ellos lo han merecido con sus acciones mientras Jesús no ha hecho nada digno de tal castigo. El ladrón reconoce que Jesús va a entrar en el Reino y le pide que se acuerde de él. Es la confesión de fe del mesianismo de Jesús, precisamente cuando todas las circunstancias parecen desmentirlo.
Dios eligió a Israel y no sólo le envió profetas, sino también reyes, cuando el pueblo elegido insistió en tener un soberano terreno. Entre todos los reyes que se sentaron en el trono de Israel, el más grande fue David. La primera lectura de esta celebración habla de ese reino, para recordar que Jesús de Nazaret provenía de la estirpe del rey David; pero al mismo tiempo, y, sobre todo, para subrayar que la realeza de Cristo es de otro tipo.
Las palabras que dirige el ángel Gabriel a María en la anunciación: “El Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará para siempre sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 32–33). Por tanto, su
LLEGUES A
TU REINO, ACUÉRDATE DE MÍ. (LC. 23, 35-43)
reino no es sólo el reino terreno de David, que tuvo fin. Es el reino de Cristo, que no tendrá fin, el reino eterno, el reino de verdad, de amor y de vida eterna.
Jesús le promete le salvación al ladrón inmediatamente, en el mismo día. Esa salvación consiste en estar con Él. En cierto sentido el haber sido crucificado juntos anticipa ya esa salvación cuando uno sabe descubrir en el crucificado al Mesías. Le suplica: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino”. Esto es nuestra tarea cada noche antes de acostarnos: que reconozcamos nuestros pecados por un examen de conciencia y que pidamos el perdón por ellos.
Su majestad se hace patente cuando dice al suplicante: “hoy estarás conmigo en el paraíso”. Ya el hombre puede morir en la paz. Jesús lo ha reconciliado con Dios Padre. Es cómo un agonizante siente después de recibir los últimos sacramentos y se han acercado todos sus seres queri-
dos. No se preocupa por nada; pues irá de la compañía de los santos en la tierra a la compañía de los santos en el cielo.
Tuvo que ser precisamente un malhechor el que descubriera el reinado de Jesús, y tuvo que ser en la cruz. Algunos no lo reconocieron cuando hacía milagros y él lo reconoció crucificado en un madero. Le dijo “Acuérdate de mí, Señor, cuando estés en tu reino”. Esperaba su salvación para el futuro y estaba contento con recibirla tras un largo plazo de tiempo. El Señor le respondió: “En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Cristo es un Rey que no utiliza su poder para salvarse a sí mismo, sino para salvar a toda la humanidad, incluidos tú y yo. Todo tenemos de reconocer y aceptar a Jesús como Rey y después dejarnos gobernar por Él. Jesús es el Reino de Dios. Busquemos, pues, lo primero de todo a Jesús y todo lo demás vendrá por añadidura.
Frente al afán de dominar, propio de los que tienen poder en el mundo, Jesús ejerce su dominio “sirviendo a los demás”. Nosotros podemos participar de esa plenitud de Cristo dominándonos a nosotros mismos, sin ser esclavos de nada y de nadie.
Al contrario, debemos servirnos los unos a los otros por amor. Un servicio hecho sin amor, esclaviza; pero un servicio hecho por amor, nos hace libres. Con este servicio hecho por amor, Jesús nos ha enseñado a reinar. Cuando a los primeros cristianos de Roma se les exigía que dieran culto al Emperador, ellos decían: Nosotros no reconocemos a otro Señor que, a Jesucristo, que ha muerto y ha resucitado por nosotros. Que el amor de Jesucristo Rey del Universo, reine en sus corazones hoy y siempre, bendiciones.