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Acuicultura

YSIGNIFICADOS

Arrigo Coen Anitúa (†)

Desde 1975 aproximadamente, vengo oyendo la palabra

acuacultura, con el consiguiente disgusto, pues choca desde luego por la arbitraria sustitución de la -i- copulativa del término propio, acuicultura, cambio seguramente debido al afán, hijo de la negligente inercia, de conservar la a temática del lexema acua, proveniente del latín aqua, ‘agua’. El voquible repugna como si en vez de silvicultura (del latín silva, ‘selva’, ‘bosque’) oyéramos silvacultura, o agrocultura en lugar del correcto agricultura, que es el cultivo del agro, o sea, la tierra de labranza, el campo. De seguro que quienes han venido usando el repelible término acuacultura no van a decir acuáfero por acuífero –‘que lleva agua’– o acuágena por acuígena –‘que nace en el agua’–; ¡ni que no fueran tan majes!, como diría mi compadre. Ya fe que no se les ocurriría cambiarla por acuaclusa si conociesen la voz acuiclusa, equivalente de acuifugio, ambos conceptos geológicos relativos a las aguas freáticas.

Compuestos de agua- abundan, como paraguas y sus derivados; parteaguas (tan de moda en su aplicación política); aguabresa, ‘bajada de una letrina’; aguacero (¿cuándo dejarán nuestros periodistas de confundirlo con tromba?); aguacellas (plural) y aguacierzo, ‘lluvia con ventisca’; aguacola, ‘cola aguada’; aguachirle, ‘insustancial’; aguada, con sus varias acepciones (consúltese de cuando en cuando el diccionario); aguadar, igual que aguar; aguadera, ‘provisión de agua’; aguadero, ‘propio para el agua’ como un impermeable, también sinónimo de ‘abrevadero’; aguadija o aguaza, lo que nosotros conocemos mejor como sanguaza, un humor linfático; aguado, ‘abstemio’ y ‘débil, flojo, desabrido’; enaguachar, enaguar o enaguazar, ‘llenar de agua con exceso, encharcar, inundar’; aguador, el que escancia el agua; aguaducho, con diversos sentidos del mismo origen que acueducto; aguafiestas y aguafresquero no necesitan explicación; aguafuerte y aguatinta son técnicas de grabado y dibujo; aguagoma, ‘goma aguada’; aguaje, ‘lugar donde se puede beber, séase persona o el animal’; aguajoso, como aguoso y aguanoso, es ‘muy aguado’ o ‘demasiado húmedo’; aguamanil es no sólo la palangana en que se lava uno las manos

sino también el jarro con que se echa el aguamanos, que es el agua destinada a este uso –el maniluvio, en voz dominguera– (Lope de Vega empleaba aguamanos por aguamanil); aguamar se dice también por aguamala, ‘medusa’, el acalefo tan temido en algunas de nuestras playas; aguamarina, ‘berilo color agua de mar’; aguamiel, ‘agua con miel’ o ‘guarapo de caña’, o ‘jugo del maguey antes de fermentarlo’; aguardiente, la bebida espiritosa; aguarear, que vale chipichipear, llover poco, pero seguido; aguarrás, el aceite de trementina; aguasal, o salmuera, y aguazal, ‘barrizal’ o ‘bajo en que se detiene el agua llovediza’.

Las voces que comienzan con acua- (prefijo de agua, en latín) son cultismos; acuafuertista por aguafuertista; acual, latinismo por ‘de agua’ o ‘del agua’; acualículo, ‘bebedero’ para animales; acuagio, agio realizado con el agua, y también ‘derecho de acueducción’ (?); acuamotor, ‘molino de agua’ y ‘motor hidráulico’; acuapuntura, inyección de agua; el italianismo acuarela, pintura de agua; acuario (nombre común), depósito de agua en que se conservan vivos animales o vegetales acuáticos; Acuario (nombre propio), signo del Zodiaco y constelación coincidente; acuatinta, como aguatinta; acuático y acuátil, relativo al agua; acuatizar, posarse en el agua lo que vuela; acuaplano, tabla para planear sobre el agua, y, por último, acualón (del nombre comercial registrado Agua Lung, ‘agua pulmón’ en inglés).

Con acue- sólo conozco ácueo, ‘de agua’, o de ‘naturaleza acuosa’, y acueducto, ‘conducto de agua’.

Ycon acuo- hay acuosidad, ‘cualidad de acuoso’; acuoso, ‘abundante en agua’ y también ‘ácueo’; acuómetro (tecnicismo) y los nombres de algunos compuestos químicos, acuocarbónico, por ejemplo.

No me cupieron aquí las palabras con el morfema hidr-, de hydor, ‘agua’ en griego. ¡Ahí será otra vez!

A propósito de acuicultura, técnica de cultivo de los productos del agua (sobreentendiéndose el agua como medio vital, como hábitat), o bien cría y engorda de peces u otros seres acuáticos, en estanques, sea naturales o artificiales, conocemos otra palabra, la que nombra el cultivo de plantas en soluciones nutrientes –y que puede valerse o no, como apoyo mecánico, de grava, arena u otro medio inerte–; me refiero a la voz hidropónica, o hidropnía, forjada, supongo, a imitación de geopónica o geoponía (sinónimo de agricultura). Uno y otro términos muestran un elemento, ponos, griego, que dice ‘trabajo’, y, claro, el primero está compuesto con hydor, agua en griego, y el otro, como se ha visto, con gee ‘tierra’, en la misma lengua.

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