

EL LUGAR DEL FOOTBALL
Canchas y estadios del Gran Valparaíso. 1882-1931


EL LUGAR DEL FOOTBALL
Canchas y estadios del Gran Valparaíso. 1882-1931
PABLO EDUARDO ARTECHE LÓPEZ
COLECCIÓN HISTORIA
El lugar del football. Canchas y estadios del Gran Valparaíso. 1882-1931
© Pablo Arteche López
Primera edición, agosto 2024
Registro de Propiedad Intelectual N° 2024-A-2907
ISBN: 978-956-17-1143-3
Derechos Reservados
Ediciones Universitarias de Valparaíso
Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Av. Errázuriz 2930, Valparaíso info@edicionespucv.cl www.edicionespucv.cl
Diseño: Paulina Segura Pardo
Fotografía de portada: Los jugadores del 'Ferroviarios Centrales F.C.', formado por un grupo de infantiles que trabajan en la Imprenta de los Ferrocarriles del Estado y que actúan con especial éxito en nuestras canchas. Los Sports. Santiago, N°131, 11 de septiembre de 1925.
Tirada: 400 ejemplares
Impreso por Eclipse Impresores, Santiago
HECHO EN CHILE
Corría el año 1892. El puerto de Valparaíso, entre el muelle Prat y los almacenes de la Aduana, no era otra cosa que un abigarrado conjunto de razas y una Babel en donde la aventura se masticaba, como el tabaco, en un distinto jerigonza.
Manuel Díaz. Wanderers, Biografía Anecdótica de un Club, 1952.
Han transcurrido muchos años y muchas páginas. Muchos personajes. Muchos resultados. Y todo… ¿para qué? Para verlo, para disfrutarlo y para sufrirlo. Para reír la risa más linda, para llorar las lágrimas más tristes. Para el público. A la larga, el protagonista central de la Historia. El público, ni más ni menos que el pueblo en el estadio.
Edgardo Marín. La roja de todos (Selección Chilena de Fútbol 1910-1985), 1985.
La verticalidad ha sido uno de los tantos obstáculos superados casi de manera inconsciente por los porteños.
Llamó la atención a un visitante ruso que en las quebradas y estrechas callejuelas serranas “los niños juegan y corren arriba y abajo como gamuzas”. También hoy, los niños de los cerros saben jugar al fútbol en una pendiente de 40 grados.
Ximena Urbina. Los conventillos de Valparaíso, 1880-1920, 2002
ÍNDICE GENERAL
9. PRÓLOGOS
9 Prólogo de Ximena Urbina
11 Prólogo de Rodrigo Torreblanca
13. INTRODUCCIÓN
13. El lugar del fútbol en el Gran Valparaíso
22 Puntos de vista para el estudio histórico del fútbol en Chile
29 Panorama para una historiografía futbolística
37. CAPÍTULO I:
PRIMERAS CANCHAS, 1885-1920
41. El Empedrado
43. Cancha Los Lúcumos
44. Cancha de Los Gringos
47. El Parque de Playa Ancha
50. El Picadero Alemán
52 La cancha del Valparaíso Sporting Club
56 La cancha de la Población Vergara y el Estadio R.A.V.
58. Otras canchas
65. CAPÍTULO II: EXPERIENCIAS EFÍMERAS, 1920-1929
69. Plazas de Toros y otros recintos
74. El modelo británico del estadio de fútbol
77. Los estadios sudamericanos
83. El estadio para el Campeonato Sudamericano de 1920
93 El Estadio Ferroviario de Valparaíso
108 Proyecto de un estadio en Placilla
115. CAPÍTULO III:
ESTADIOS DEFINITIVOS, 1929-1931
117. Modelos extranjeros: Londres, Ámsterdam y Montevideo
128. Estadio El Tranque en Viña del Mar
132. Estadio Las Zorras de Valparaíso
140. Estadio Valparaíso en Playa Ancha
171. CONCLUSIONES
181. FUENTES
183. BIBLIOGRAFÍA
191. AGRADECIMIENTOS
PRÓLOGOS
Prólogo de Ximena Urbina
La investigación que aquí se presenta está vinculada a la formación del autor como arquitecto, magister en Arquitectura, Ciudad y Territorio, y magister en Historia, todo por la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. El libro estudia, en específico, la historia de los lugares y recintos deportivos en los que se desarrolló el fútbol en el Gran Valparaíso, fijándose en los cambios de la arquitectura de los edificios mismos y de sus graderías desde fines del siglo XIX hasta la construcción de los grandes y modernos estadios municipales de Valparaíso y Viña del Mar entre otros asuntos. Las primeras canchas serían improvisados lugares de los match, en el plan y en los cerros, tales como el Empedrado, cancha Los Lúcumos y De Los Gringos, el parque de Playa Ancha, el Picadero Alemán y, entre otras, la cancha del Valparaíso Sporting Club y de la Población Vergara. A ello le sigue la etapa de la década de 1920, que el autor define como de experiencias efímeras, y, por último, entre 1929 y 1931, la de los estadios definitivos: los estadios El Tranque en Viña del Mar, y en Valparaíso en los sectores de Las Zorras y Playa Ancha. Los estadios, demuestra el autor, no solo varían en el tiempo, sino que con ello exhiben estilos tomados de modelos internacionales. El estudio, por lo tanto, contribuye a un mejor conocimiento de la historia de la arquitectura nacional e internacional en el siglo XX, porque los estadios dieron cuenta de nuevos intereses y materiales. Da cuenta, también de un tránsito entre “lugar”, “cancha” y “estadio”, del camino seguido desde la iniciativa privada a la acción pública. Asimismo, explica y argumenta el autor, como los estadios articularon barrios o lugares alrededor de ellos, convirtiéndose en espacios de sociabilidad que se acomodaron a la vertical topografía de Valparaíso.
Todo esto se aborda desde el punto de vista urbano y arquitectónico, pero también como un ejemplo o caso de la globalización del mundo occidental, por el crecimiento en la práctica de este deporte, de su papel como estructurador de la sociedad mediante clubes, asociaciones de clubes, y competencias internacionales, su relación con las ideas de salud y con el poder como por ejemplo la propaganda de algunos gobiernos, más otros asuntos. Con ello el autor ha dado cuenta de la amplitud de su mirada, al comprender el fútbol desde múltiples enfoques, tanto en lo local como en lo global.
Destaco la relación que el autor hace con el juego, de acuerdo a lo planteado por Johan Huizinga en su obra Homo Ludens; los planos conseguidos en el Archivo Histórico Municipal de Valparaíso de proyectos que por primera vez se dan a conocer; las fotografías obtenidas en periódicos y revistas; y la relación estrecha entre fútbol, estadios e historia de Valparaíso, así como la misma relación a escala internacional. Todo eso ha hecho de este libro un trabajo original, bien planteado y pulcramente desarrollado por Ediciones PUCV.
Ximena Urbina Carrasco
Dra. en Historia, Universidad de Sevilla.
Profesora titular, Instituto de Historia de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso.
Miembro de número de la Academia Chilena de la Historia.
Prólogo de Rodrigo Torreblanca
Desde el momento en que se instauraron las primeras canchas de fútbol en el Gran Valparaíso a finales del siglo XIX, estos espacios no solo transformaron el paisaje urbano, sino también el tejido social. El Lugar del Fútbol: Canchas y Estadios del Gran Valparaíso, 1882-1931, no solo nos presenta una crónica sobre cómo el deporte más popular del mundo encontró su lugar en los cerros y áreas planas de Valparaíso y Viña del Mar; si no que nos invita a reflexionar sobre la evolución de estos espacios y su trascendencia en las dinámicas sociales y urbanas, desde sus inicios como una actividad privada y exclusiva para las élites hasta su consolidación como un elemento central de la identidad de los barrios populares y el respaldo recibido por parte del Estado. A través de una perspectiva sensible, el autor revela aspectos fundamentales sobre el emplazamiento, el diseño arquitectónico y la materialización de estas infraestructuras deportivas, así como el contexto social de la época y sus impactos.
A lo largo de la historia, las canchas y estadios de fútbol en el Gran Valparaíso han representado mucho más que lugares de competencia y recreación, ya que en un territorio marcado por desafiantes pendientes y un denso tejido urbano en sus cerros, con calles estrechas y condiciones de hacinamiento, estos campos deportivos se convirtieron en auténticos refugios de libertad y comunidad. Al ofrecer espacios abiertos, no solo proporcionaron terrenos para el desarrollo físico y mental de los habitantes, sino que también se transformaron en escenarios clave para la participación y la integración social, desde las élites británicas que introdujeron el deporte en Valparaíso y Viña del Mar hasta las comunidades más vulnerables que lo abrazaron con fervor, el fútbol se consolidó como un punto de encuentro entre las clases sociales.
En el contexto actual, la Nueva Política Nacional de Desarrollo Urbano en Chile, promulgada en 2014, ha puesto un énfasis renovado en superar la segregación y exclusión que han enfrentado por décadas las ciudades más grandes del país, promoviendo la integración social y urbana. En este marco, la historia que narra este libro cobra una relevancia especial, ya que los espacios deportivos, y en
particular las canchas y estadios, son ahora vistos no solo como infraestructuras recreativas, sino como herramientas de transformación capaces de integrar y fortalecer el tejido social por cuanto estos lugares facilitan el encuentro, donde la disciplina y el trabajo en equipo no solo desarrollan habilidades deportivas, sino también valores compartidos que promueven el bien común.
Invito al lector a sumergirse en esta exploración histórica para reconocer el papel crucial que los campos de fútbol y, en general, las infraestructuras deportivas han desempeñado en la configuración socioespacial del Gran Valparaíso. Este libro nos recuerda que el impacto de las canchas y estadios va mucho más allá del simple terreno de juego, pues han sido protagonistas silenciosos en un proceso de integración social y urbana, resonando con la visión contemporánea de un desarrollo urbano inclusivo. En este sentido, la investigación que el autor nos presenta debería inspirarnos a seguir promoviendo estos espacios, ya que hoy en día continúan siendo el corazón de nuestros barrios y una parte fundamental de nuestra identidad local y nacional.
En lo personal, ha sido un honor escribir este prólogo, pues el trabajo de investigación presentado por Pablo Arteche en este libro no solo revela aspectos fundamentales de la historia de la infraestructura deportiva vinculada al fútbol en el Gran Valparaíso, sino que también desempeña un papel crucial en la preservación de este patrimonio material e inmaterial.
Rodrigo Torreblanca Contreras
Dr. (c) en Sostenibilidad y Regeneración Urbana de la Universidad Politécnica de Madrid y Magister en Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. Arquitecto y profesor de la Escuela de Arquitectura, Comunicaciones y Diseño de la Universidad Viña del Mar.
INTRODUCCIÓN
El lugar del fútbol en el Gran Valparaíso
Este trabajo historiográfico presenta los lugares e infraestructuras en los cuales se desarrolló el fútbol en el gran Valparaíso, desde el inicio de la práctica de este deporte a finales del siglo XIX hasta la construcción de estadios diseñados para acoger al público masivo a partir de la década de 1920. El punto de vista para abordar esta temática es la historia y la construcción del espacio urbano, especialidad e interés que proviene de los estudios de este autor en el área de la arquitectura, la ciudad y el territorio1. La historia y estudio de la conformación urbana, tal como señala el arquitecto italiano Aldo Rossi, busca la comprensión de la ciudad como una arquitectura que se construye en el tiempo, siendo ella una gran manufactura donde los hechos urbanos adquieren forma propia y donde lo ejecutado es el dato último verificable de una realidad más compleja, la que esta misma arquitectura representa2. Por su parte, el filósofo francés Jean-Luc Nancy considera que la ciudad y la lógica de su formación original está “en la circulación, el intercambio, el proyecto y la proyección”3, agregando además que ella “es un mercado o un puerto antes de ser ciudadela; es una convergencia, una combinación antes de ser una institución, una constitución, una figura”4. En el caso americano, las ciudades de fundación española,
1 Pablo Eduardo Arteche López, Arquitecto (2009), Magister en Arquitectura mención Ciudad y Territorio (2015) y Magister en Historia (2021), de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
2 Rossi, Aldo. La arquitectura de la ciudad . Barcelona, Editorial Gustavo Gili, 2004 [1971], pp. 60-72.
3 Nancy, Jean-Luc. La ciudad a lo lejos . Buenos Aires, Manantial, 2013 [2011], p. 11.
4 Idem.
tal como lo señala el historiador argentino José Luis Romero, fueron un acto político que permitió instalar la institucionalidad colonial en los nuevos territorios indianos, bajo la mentalidad imperial, la cual “negaba la realidad de un mundo sociocultural inequívocamente existente para proponer la creación de otro nuevo según el modelo de las metrópolis”5. En este contexto, la ciudad puerto de Valparaíso tuvo su origen en la necesidad de la ciudad de Santiago de la Nueva Extremadura, fundada por Pedro de Valdivia en 1541 en el valle del Mapocho, de tener una salida marítima para el comercio con Lima, capital del virreinato del Perú, y ser un punto estratégico para continuar la exploración marítima de los territorios hacia el sur6. Esta condición portuaria sería la que le daría a Valparaíso su condición de enclave estratégico de intercambio comercial, pero también cultural, siendo la puerta de entrada para las ideas y costumbres extranjeras a la región, especialmente luego de la instauración de la república chilena independiente de la corona española en el siglo XIX, la cual adoptó un política de apertura comercial, dejando atrás el monopolio imperial que había dominado desde el siglo XVI, y permitiendo la radicación de importantes grupos de inmigrantes en la ciudad puerto.
La práctica del fútbol en Chile, que se inició en la ciudad puerto de Valparaíso a finales del siglo XIX, es consecuencia del intercambio cultural promovido por esta inmigración, siendo los primeros aficionados extranjeros a este deporte quienes dieron lugar a los primeros improvisados campos de juego en los espacios que pudieran cumplir con las condiciones mínimas para desarrollar este deporte. La situación geográfica en la que se emplaza Valparaíso no hizo muy favorable este propósito, ya que el estrecho espacio urbano que se desarrollaba entre el borde costero y las quebradas habitadas por los porteños siempre careció de amplios espacios planos, los cuales se exigía como superficie necesaria para establecer campos depor-
5 Romero, José Luis. Latinoamérica: las ciudades y las ideas . Buenos Aires, Siglo Veintiuno Editores, 2011 [2001], p. 68.
6 Caviedes, Héctor; Cárcamo, Ulises y Raúl Valpuesta. “Don Pedro de Valdivia y su hueste: el proyecto Chile y su ámbito territorial”. Cuadernos de Historia , N°18, 1998, pp. 51-81.
tivos. El football, importado por los británicos, requería del field, como nombraban en inglés al campo de juego, o “la cancha”7 como fue llamado a este espacio en América. Esta situación de un campo de juego delimitado, donde se ejecuta una acción determinada, en un tiempo acotado, la expresa de la siguiente manera el filósofo Johan Huizinga en sus teorías sobre el ser humano y el juego, donde esboza también la relación entre el juego y la acción sacra:
“Todo juego se desenvuelve dentro de su campo, que, material o tan solo idealmente, de modo expreso o tácito, está marcado de antemano. Así como por la forma no existe diferencia alguna entre un juego y una acción sagrada, es decir, esta se desarrolla en las mismas formas que aquel, tampoco el lugar sagrado se puede diferenciar formalmente del campo de juego. El estadio, la mesa de juego, el círculo mágico, el templo, la escena, la pantalla, el estrado judicial, son todos ellos, por la forma y la función, campos o lugares de juego; es decir, terreno consagrado, dominio santo, cercado separado, en los que rigen determinadas reglas. Son mundos temporarios dentro del mundo habitual, que sirven para la ejecución de una acción que se consuma en sí misma”8.
De hecho, continuando con esta idea, la cancha fue uno de los elementos esenciales de la organización urbana incaica y llegó a ser en su máxima expresión un espacio ceremonial sagrado, como por ejemplo el templo de Qori kancha en Cusco, la capital del Tawantinsuyu, tal como señala el arquitecto José Canziani: “Las edificaciones de las kancha compartían este patrón de organización espacial, no obstante, correspondieran a distintas funciones, ya sea de carácter residencial, ceremonial o productivo. Este es el caso aparente de los palacios principales en los alrededores de la plaza de Haucaypata cuyas salas, aposentos
7 La palabra “cancha” proviene del idioma originario prehispánico andino quechua, la cual hacía referencia a un recinto cercado, que podía ser desde un patio hasta un lugar ceremonial. Luego, en el español moderno adquirió la acepción de un espacio llano y delimitado donde se practica algún deporte.
8 Huizinga, Johan. Homo Ludens . Buenos Aires, Emecé Editores, 2007 [1938], p. 23.
y dependencias de servicio debieron ordenarse bajo la forma de kancha, al igual que las instalaciones ceremoniales, residenciales y productivas de los aqllawasi e, inclusive, del principal templo conocido como Qori Kancha, cuyos vestigios evidencian también un plano conformando una kancha”9 .
La cancha americana era un espacio abierto, pero a la vez delimitado, que permitía establecer un orden en la inmensidad del territorio, y como señala el historiador Gabriel Salazar, se ubicaba inserta dentro de “una geografía completa para llenarla de vida propia e imaginación sin límites”10. Pero aquel espacio natural, a finales del siglo XIX, se iba a transformar y trasladar en la condición urbana, determinada por la desolación del nuevo panorama citadino, entre la estrechez de las callejuelas y el hacinamiento de los conventillos, por lo cual Salazar también se preguntaría: “¿Cómo no han de salir los muchachos a saltar la calle, que es el verdadero patio de tales habitaciones?”11 Y precisamente en Valparaíso, en una calle cercana al puerto, es donde un grupo de británicos improvisó un field para jugar football, y los jóvenes locales, seguramente siendo muchos de ellos pobres habitantes de la ciudad, “estibadores en el puerto, peones en el mercado, vendedores ambulantes en las calles, carpinteros, fleteros, y asalariados en talleres e industrias”12, como los describe la historiadora Ximena Urbina, quedaron impactados ante aquel despliegue deportivo, queriendo luego adoptar esto como una práctica propia, aprendiendo e imitando a los extranjeros. La calle en las ciudades de finales del siglo XIX era el espacio del trabajo y el esparcimiento, pero también del vagabundeo y el delito, adquiriendo ahora una nueva expresión en clave recreativa, situación que apareció con la alta migración del campo a la
9 Canziani, José. Ciudad y territorio en los Andes. Contribuciones a la historia del urbanismo prehispánico. Lima, Fondo editorial de la Pontifica Universidad Católica del Perú, 2017, p. 445.
10 Salazar, Gabriel. Ser niño huacho en la historia de Chile (siglo XIX). Santiago, LOM Ediciones, 2017 [2006], p. 69.
11 Ibidem , p. 75.
12 Urbina, Ximena. Los conventillos de Valparaíso. 1880-1920. Fisonomía y percepción de una vivienda popular y urbana . Valparaíso, Ediciones Universitarias de Valparaíso, 2011 [2002], p. 233.
ciudad, como lo señala también Urbina: “en Chile de mediados del siglo XIX el crecimiento de las ciudades de Santiago y Valparaíso incorpora al vagabundo, clásico marginal rural, y lo ubica en la ciudad, haciéndolo urbano pero manteniendo su condición de pobre, subempleado y marginal”13.
Pasando esta etapa inicial de los improvisados matchs callejeros, las primeras organizaciones formales relacionadas al fútbol nacieron en los grupos de inmigrantes británicos ya radicados en Valparaíso a finales del siglo XIX, quienes importaron una variedad de prácticas deportivas al país14, siendo fundado el primer club en 1882 dentro de la institución educacional The Mackay and Sutherland School, que se ubicaba en el cerro Alegre de Valparaíso. Algunos años después, un grupo de sus integrantes se independizaron y crearon en 1889 el Valparaíso F.C., que es considerado el primer club de fútbol autónomo del país15. No es casualidad que el fútbol local haya surgido desde una institución educacional, ya que aquella era la tradición británica. Los deportes en el Reino Unido durante el siglo XIX se popularizaron desde los colegios privados de elite, para pasar luego a las clases populares, basados en el propósito moral y filosófico que se conoce como el “Cristianismo Musculoso”, principio que colocaba la actividad física vigorosa y masculina en el centro de la idea de construcción del carácter e identidad nacional16. Esta doctrina se volvió muy popular a través de la novela Tom Brown’s School Days17, publicada en 1857, en la cual se relata las vivencias de un joven protagonista como estudiante del Rugby School en Warwickshire, Inglaterra.
De igual manera que en el Reino Unido, la práctica del fútbol en Valparaíso iniciada en aquel reducido grupo de inmigrantes co-
13 Ibidem , p. 40.
14 Prain, Michelle (ed.). Legado Británico en Valparaíso . Santiago, Ril Editores, 2011.
15 Marín, Edgardo. Centenario Historia Total del Fútbol Chileno, 1895-1995 . Santiago, Editores y Consultores REI, 1995, pp. 4-10.
16 Collins, Tony. How football began. A Global History of How the World’s Football Codes Were Born . Oxon y Nueva York, Routledge, 2019, pp. 17-20.
17 Hughes, Thomas. Tom Brown’s School Days. Londres, Macmillan, 1857.

Este libro fue compuesto con la familia tipográfica Univers a 10 puntos. Impreso en papel bond ahuesado de 80 grs. Pertenece a la colección Historia.
Fue maquetado en la ciudad de Valparaíso y confiado a imprenta Eclipse Impresores, durante el mes de agosto del año 2024.