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EL OBSERVADOR / Viernes 30 de septiembre de 2011

Suplemento Cultural

Fernando Guajardo: el profesor que inmortalizó las leyendas y cuentos de Cabildo Luego de

La cultura popular de cada zona siempre se ha caracterizado por nutrirse de costumbres, rasgos investigar por o historias, que con el pasar de los años han ido construyendo su décadas las propia identidad. En el caso de la comuna de Cabildo, en la Provinhistorias que cia de Petorca, distintos cuentos y leyendas sobre personajes típicos alguna vez las de esta ciudad o nuestro país, se han ido transmitiendo de generaabuelitas de esta ción en generación, de abuelos a nietos, sobrepasando los límicomuna narraron a tes de la fantasía o la ficción y tomando un lugar en la memoria de cada familia. sus nietos durante Pero ante la velocidad del desarrollo en el mundo moderno, la el invierno, se que consigo generalmente arrastra nuevos hábitos y modas, hubo un percató de que cabildano que sintió la necesidad de hacer tangible un patrimonio ante el avance del local, que sólo se encontraba vivo entre la oralidad rural. Se trata de mundo moderno Fernando Guajardo Zenteno, un profesor de educación básica, era necesario que luego de haber recorrido gran parte de Chile en su faceta escribirlas y de músico folclorista, en el año 1973 regresó a su ciudad natal transformarlas buscando nuevas fuentes de inspiración para sus canciones, en libros encontrándose con los cuentos y leyendas del Valle de Alicahue. “Cuando llegué por esta Felipe León Díaz zona, me introduje demasiado entre los faldeos cordilleranos y en ese tiempo se hablaba mucho de un camino del indio. Lo conocí, Su historia y escritos pero después en el año 1988, un El profesor Fernando Guajardo grupo de arqueónació el año 1953 y desde los inicios logos de la Univerde su carrera ha escrito cuatro libros sidad Católica dijo relacionados a las mágicas historias que este sendero de su ciudad natal: “Cuentos y leera un vestigio del yendas del Valle Alicahue” en 1999; Camino del Inca y “A orillas del brasero” el año 2001; que ellos habrían las novelas “De rieles y lloviznas” y pasado por esta “De Mariluna y Cordisol”, publicadas zona”, cuenta el el 2002 y el 2007, respectivamente. docente a “El ObAdemás, el docente es miembro de servador”.

por estos hombres, los que finalmente terminaron por matarlo”. Agrega que “al ver a su novio muerto, esta niña no paró de llorar en toda la noche, hasta que sus lágrimas formaron el Río Alicahue. También cuentan que ella comenzó a sufrir algunas transformaciones en su cuerpo, desde su cintura hacia abajo aparecieron escamas y finalmente se convirtió en una sirena que, desde ese día, recorrió el río por varias partes. Muchos dicen que la vieron e incluso, si uno viene de Cabildo hacia el interior, nos encontramos con el paso y el túnel La Sirena, porque dicen que en éste último la han visto sobre una roca, peinándose con un peine de oro y que hasta hoy mantiene la esperanza de que algún valiente campesino la pueda liberar de ese hechizo”. Sobre esta historia, el profesor explica que se fue enterando luego de realizar una extensa investigación que, junto a otros relatos, se atrevió a plasmar en el papel. “Desde 1973 hasta el 2000 estamos hablando de mucho tiempo. Fue un trabajo de más de 20 años que hice, para ir recopilando las leyendas e historias de esta zona, conversando con los abuelitos de esos años. Muchos de ellos ya desaparecieron, pero fueron entregándome esa oralidad tan exqui-

sita de acá y fue así como tuve la valentía de escribirla y que hoy en día siga tan presente a través de mi libro ‘Cuentos y Leyendas del Valle de Alicahue’, publicado en 1999”, comenta el escritor. EL DIABLO Y SUS CUATRO ESPÍRITUS Otra de las aristas que desarrolló en su primer libro este profesor, son los personajes que en más de una historia se presentan de distintas formas y se han vuelto los protagonistas de muchas leyendas y cuentos. Uno de estos es El Diablo, el que se puede materializar como un animal o un ser humano, pero siempre representa la maldad;está en contra de las leyes de Dios y de alguna forma busca contagiar a los seres humanos con sus malos hábitos, así como la oportunidad de llevarse alguno al infierno. “Se puede aparecer como un perro, un toro o un huaso bien vestido, que al sonreír muestra un diente de oro, con espuelas brillantes como el sol. El estribo y sus argollas son todas doradas, es muy bueno para bailar cueca y es muy dicharachero en las fiestas. ¿Para qué? Para engañar a las

personas y tratar de llevárselas a su reino y todo eso va incluido en este libro, en que se plasman algunos cuentos donde El Diablo aparece de estas formas”, relata Guajardo. Añade que “sin embargo, este personaje sólo puede estar en la tierra hasta la medianoche, porque si no, se hincha y explota. Pero la interrogante es, si el diablo sólo está hasta esa hora, ¿por qué siguen apareciendo cosas?. Eso fue parte de mi investigación y allí me encontré que aquí hay cuatro seres nocturnos: uno es ‘El Tue-tué’ o ‘Chonchón’, que son los espíritus de los brujos que vuelan por las noches; ‘La Cuca’, que emite un grito parecido al de una mula, pero que proviene del cielo; ‘La Lola’, que es cuando uno escucha que lo llaman y se da cuenta que no hay nadie y la última es ‘La Llorona’, el llanto de una mujer que irrumpe durante la noche”. Investigando sobre estos personajes, el profesor cuenta que en muchas ocasiones estas leyendas y cuentos llegan a mezclarse con la realidad y que más de una vez ha conocido gente que asegura haber visto a estos espíritus, como también él mismo ha tenido algunas experiencias personales al respecto. “No sé si es una autosugestión, pero después de tanto tiem-

la Sociedad de Escritores de Chile (SECH), socio de la Agrupación Literaria Regional (ALIRE) e Integrante del Círculo Artístico y Literario de la ciudad de Cabildo.

LA SIRENA DEL RÍO ALICAHUE De esta forma, Guajardo conoció su primera leyenda, una de las más conocidas de Cabildo: “La sirena del río Alicahue”. Según relata el profesor, “resulta que por ese camino, en un momento bajaron unos indios cobradores de impuestos. Aquí la gente ya los conocía, les entregaron sus riquezas de esos años, como la lana y el charqui y cuando estos indios regresaban a sus tierras, se encontraron con una niña que estaba pastoreando. Trataron de llevársela a la fuerza y justo apareció su amado, quien al tratar de socorrerla, fue golpeado

Fernando Guajardo Zenteno, profesor y folclorista de Cabildo, recopilador de las leyendas y tradiciones de los campos de esta comuna.

po, uno como escritor termina por creer que estas historias son ciertas. Así como actualmente por Internet puede ver fotografías de hadas y otras cosas, tal vez estos seres existen o en alguna época existieron, porque en este mundo tan maravilloso todo puede ser cierto. Además, yo también he escuchado dos veces el llanto de ‘La Llorona’ aquí en el sector de Bartolillo, al igual que en el río escuché el sonido de la mula en el cielo, entonces también he pasado por esas cosas”, narra el escritor. EL APEGO A LAS CREENCIAS Fernando Guajardo cree que la raíz de gran parte de las historias y cuentos de Cabildo tiene relación con la vida de las personas en esta comuna años atrás. “En las décadas de los 50 ó 60, la gente era muy apegada a estas creencias, todavía no existía la televisión y había luz eléctrica en muy pocas partes. Aún había una sola calle -la avenida Humeres- y las otras eran de tierra, con algunas casas salpicadas bien lejos. En ese contexto, la abuelita se juntaba con los niños en el invierno para capear el frío a orillas del brasero y contaba todas estas cosas”, explica el profesor. Para este escritor cabildano, ese tipo de instancias que se daban en esos años, tanto en la comuna, como en el país en general, han ido desapareciendo. “La gente en esos años estaba metida en todas estas historias que son exquisitas, pero actualmente los niños conversan muy poco con sus abuelitas. Ven a estas personas como un ser dejado de lado, pero antes no era así, se les respetaba, esas cosas eran valores, pero ahora cuesta que los abuelitos les cuenten algo a sus nietos, porque hay otras diversiones, que prácticamente han destruido estas cosas”, relata Guajardo. Estas razones llevaron a que el docente decidiera escribir los cuentos y leyendas de su ciudad, al igual que cómo contarlas a otros niños, especialmente a sus alumnos. Según Fernando Guajardo, “todo esto lo hago porque siento que se está perdiendo y como estas historias son parte de la oralidad, al final, en este mundo globalizado y tecnológico, me di cuenta de que podían desaparecer. Ahí nació mi objetivo de rescatar y plasmar estos relatos para que nunca se olviden, por eso hay que seguir escribiendo y salvar este tipo de patrimonios, que no son de uno, sino de la gente”.


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