Una sesión de musicoterapia Es importante anotar que el diseño de sesión puede cambiar mucho, ya que en dependencia del contexto se puede adaptar para un paciente individual o para un grupo de personas. De igual manera es esencial tener en cuenta que el objetivo principal también puede variar, puesto que puede ser de tipo emocional, físico o social. Aun así existe una especie de marco general que permite adaptarse a las necesidades del paciente o grupo.
Un posible esquema básico puede ser así: • Calentamiento o caldeamiento: puede ser una actividad de saludo o activación corporal con apoyo de la música en el caso de los grupos, o una pequeña charla de retroalimentación en el caso de los pacientes individuales. • Actividades de autorreconocimiento: pueden realizarse a través del cuerpo, de la voz o de los instrumentos musicales. Permiten que la persona o el grupo tome conciencia de su estado actual y detecten si hay algo que quieran transformar a lo largo de la sesión. • Actividad interpretativa o improvisativa: Se puede constituir en el núcleo principal de la sesión, es el momento en el que se pueden lograr los cambios más significativos. Se puede realizar a través del uso de los instrumentos, de la voz o del movimiento corporal.
• Relajación: Se puede finalizar con una actividad receptiva, es decir, una donde el papel del musicoterapeuta consiste en inducir al paciente o grupo en un estado en que el que pueda escuchar música le ayude a relajarse y descansar física y emocionalmente. • Cierre o despedida: Es algo que generalmente es muy corto pero no deja de ser significativo, indica que el paciente o grupo da por terminada la sesión y se alista a volver a su cotidianidad.
Para obtener beneficios Aunque todas las personas se pueden beneficiar de los efectos de la música, a través del simple hecho de utilizarla para relajarse, divertirse o por el placer de aprender a cantar o tocar un instrumento, el acudir a un musicoterapeuta es una decisión que puede afectar la salud por lo que es importante buscar una persona que tenga acreditación profesional por parte de una universidad o institución especializada. Se requiere de un musicoterapeuta plenamente capacitado que pueda ofrecer una intervención responsable, respaldada en conocimiento científico y en el uso de protocolos éticos y clínicos que garanticen la calidad y pertinencia del tratamiento.
113 bohío