PIEL REPTILDE
Piel de reptil Edgar Nicolás Ponce Primera Edición © NS Books © Editado2021 por NS Books Revisado en Quito, Ecuador Fecha de este escrito: 23/11//2021 Libro de poemas, revisado por el autor
Nostalgia
La verdad destruye vidas de no apreciarse pronto, tritura almas e instituye permanentemente.desilusión
Ed. Nicolás
Indiferencia
Este corazón ha querido salir a buscarte, no soporta el dolor, se marea de tanta soledad; se ha confundido de vida: lo he notado por un forzado latido. Casi siempre que me desgarra las paredes internas de mi piel, lo sé, lo entiendo, pero incluso dentro de mí, empiezo a fragmentarme. He querido mentir con tantas ansias, deseo gritar que realmente no quiero darle tanta importancia, aunque no puedo decirlo; es increíble que, a pesar de haberte ido, aún siento tus raíces conectadas a mi ser, quizá por eso siento tanta ausencia cuando te despegas. He guardado mis sentimientos con sutileza, te asustaste pensando que iban a matarme, pero ¿cómo podría matar a alguien que ya ha muerto? Pienso que el que ama estando vacío succiona una vida que no le pertenece, la congela y es posible que la lleve como el mejor recuerdo que ha tenido. Todo es mentira, obviamente, quien muere una vez en otra vida no puede terminar arreglando una más, quisiera decir que sí, pero mis experiencias me Endelatan.verdad que nuestro mundo le teme mucho a la verdad, la sinceridad es más amarga que una mentira, inclusive más difícil de pronunciar, ¿por qué? ¿Es que acaso tenemos miedo de nosotros mismos? El mundo como tal
lo conocemos no tiene una clasificación fija, siempre hay seres que saltan del marco buscando una libertad que no quieren, que no necesitan, pero presumir de ella produce total envidia. No hay nada molesto para un ser humano que ver a otro ser humano con el que se siente identificado y sienta que este lo supere, aunque no sea cierto.
El mundo tampoco colabora, por cierto, son el juzgado, alguien que se saca la máscara será alguien malo, pero, en realidad, nuestra clasificación universal no va de hombres con bondad y bestias colmadas de demasiada maldad, creo que tenemos las dos cosas y lamentablemente son incontrolables e indestructibles. Nos equivocamos dañando con la espada al revés, en suma, con los ojos cerrados, soñando que somos valientes.
Lo que mostramos pocas veces es lo que nos ocultamos a nosotros mismos, y las situaciones crueles que causamos no son agradables recibirlas. Es horrible cuando crees que después de encontrar un sitio al que puedas llamar hogar, tengas que tocar otro timbre, siento que nadie puede tolerarse a sí mismo hasta el nivel de la locura, al menos no en público.
No hay vida en donde sienta comodidad, siempre estoy mirando por la ventana a ver si llega hoy o quizá mañana, sigo escapando de un evento que surge de mí, quisiera manejarlo, sin embargo, no puedo. La calma la encontré cuando se cerraron las cortinas, no el cielo, pero la tempestad seguía allí fuera, esperando con una paciencia totalmente envidiable, no es que no quisiera salir, no sabía cómo hacerlo: no era mi casa, no era mi puerta, no era mi Lacalma.situación era salir de un hogar ajeno para encontrar en donde debería estar, pero cómo poder saber algo como eso. No recuerdo nada de mi anterior vida, eso si es que la tuve, aunque muchas veces siento que eso es una bendición, un abrazo fuerte divino que te amarra a todo lo que hace soñar, pues no existen tantas sensaciones satisfactorias
Tempestad
He tomado tantas vías para descubrir el sitio donde está asentada mi casa, aquel sitio donde la vida solo pasa con las horas en un feliz compás de paz. Recorrer el mundo hasta agotarse me ha encantado, pero no lo hice con un sitio en mente, solo estaba escapando de la tempestad, fue de mi sorpresa saber que no se encontraba allí fuera porque, en realidad, yo la provocaba: era mi propio ataque y mi propia resistencia.
como aquella, pero volar sin alas o caer sin protección solo garantiza una muerte segura.
¿Morir por subir a un sitio para volar? Eso es algo típico, la incertidumbre cuesta aceptarla, el costo es un buen cúmulo de errores que pisotean, rasgan y conquistan cada lugar que se encuentran: establecen un reinado y parece que cuentan tu historia. De ser todo esto cierto sería horroroso aceptar cada equivocación que hayamos tenido, sobre todo, llegar a esa sinceridad de decirnos a nosotros mismos que hemos fallado y que el pensamiento no alcanza para cubrir los sentimientos, porque estos son egoístas: dejarán que mueras de hipotermia si así lo desean.
Nos convertimos en polvo, esa es la verdad, pero hay gente que se hace pólvora: debe explotar e irse, y sí el daño es inminente, ni los escudos funcionan, pero el tiempo da la ventaja de sanarse lentamente o vivir con las raíces hechas mecheros para siempre.
También hay personas que aman explotar, lo hacen por inercia, para ellas es normal llegar y destruir (pulverizar). Dejan todo en ruinas y luego quieren volverse los conquistadores de las mismas, pero nadie contaba que
Fingir estar tranquilo para dar paz a los demás solo genera un demonio que tarde o temprano saldrá porque se siente hambriento, entonces matará a cada ser que encuentre a su paso, un ser temperamental que no tiene una mente para albergar los mejores recuerdos, pero sí las mejores venganzas. Todo realmente es falso, debo decir que pica el corazón cuando debes comportarte de esa manera, hasta ahora no sabría diferenciar si es una actitud buena o mala, enseñanza o trauma de por vida; quizá pueda debatirme sobre tantas cosas que he hecho en ese estado, pero puedo justificarme: no era yo, solo era un androide que se comportaba de tal manera que no explotará a lado de las personas que, a pesar de ser cenizas, eran pólvora, de la más barata y horrible.
La falsa calma
todo en ruinas es incluso más sorprendente, pues siempre tenemos en la imaginación de qué manera sería todo, pero nunca sabemos cómo terminará. Para cerrar todo esto, es mejor no vivir con personas que puedan quemarse frente a ti, aunque sientas la tempestad llegar con un frío muy temeroso, el fuego es bonito e inesperado, prefiero no confiar, pues a lo mejor y soy un bidón lleno de gasolina.
Poema 7: Nostalgia A quien corresponda Ed. Nicolás