PIEL REPTILDE
Piel de reptil Edgar Nicolás Ponce Primera Edición © NS Books © 2021 2022 Editado por NS Books Revisado en Quito, Ecuador Fecha de este escrito: 12/05//2022 Libro de poemas, revisado por el autor
Escala de grises
Ed. Nicolás
Amar demasiado no es un crimen, es un suicidio consentido.
Frenesí
Mucha realidad por hoy, mañana lo intento de nuevo. Que descansen en paz todos mis sentimientos por una noche, no los tomaré en cuenta, pues los llamaré cuando los necesite nuevamente, por ahora estoy bien; no quiero complicarme. No puedo evitar preguntarme ¿cuánta esencia propia habré perdido por cada vez que nadie quería mostrarme la suya (esencia)? ¿Cómo puedo recuperarla? Si la fuente no sabe a dónde va el agua que derrama, ¿está mal recuperarla? Es como recoger los pies para balancearte en un columpio común y corriente.
Puedo comprender que los recuerdos son pedazos de nuestra existencia y esencia en un momento determinado de la historia del mundo, pero no quiero aceptarlo. Un día podrías ser un rey, y al día siguiente
He dejado partes mías en todas las calles, retratadas con odio y belleza en los muros citadinos, abrazadas a los árboles de los bosques que he invadido inconscientemente. En el amor he gastado toda mi alma, no puedo pedir una devolución, creo que es injusto para mí, justo para las personas crueles, temas sin importancia para los flujos del universo.
Se nos va la vida pensando, pero las mejores situaciones de mi vida las hice improvisando, con el miedo de ser el “nuevo talento” o el que estropea todo en un momento. Con la ansiedad apoderada de mi cuerpo, con un frenesí de querer regresar a hablar conmigo mismo, invadido del gran desdén de no querer estar en cualquier parte y estar en todas. No he podido caminar libre, siempre he estado invadido de algún sentimiento, contaminado por deseos vanos e instantáneos. Somos fugaces ahora, pero somos un siempre en el pasado. ¡Qué relativo es todo lo que tiene tiempo! ¡Qué ridículas las cosas que tienen la libertad guardada en su bolsillo!
Anhelo menos amor a mi ansiedad, más ternura a mi tristeza y una enorme comprensión a las injusticias del mundo.
el plebeyo más odiado. ¿Quién maneja estas incertidumbres e irregularidades?
Ella no puedecontrolar elclima, perosí te hechiza para que olvides que existe elsol, la lluvia o una brisasuave. Tiene tratamientos garantizados de purificación de almas, te hace volver a tu mejor momento, también ríe cuando caes. Tiene una crueldad intelectual, una rebeldía que atrae mucho, unos ojos que te ponen en Ellatrance.no es un simple día de verano, sino las cuatro estaciones: con todo su color e intensidad. Te atesora como recuerdo si te alejas mucho, pero nadie quedar en su pasado, es mucho orgullo soportable para un ser Ellahumano.nosabe cómo darte un abrazo, pero sus balas dan un buen abrazo. No conoce muchas formas de llegar a ti, pero lo hace, siento que es mágico. Las palabras me faltan para describir lo que hacen en mí.
Ella no tiene sueños que perder, le gusta ver la realidad a medio tono de gris: entrecerrando sus ojos. Le encanta guardarse en las mentes que la ven, hace trampa con su sonrisa, es un tatuaje mental que deja en ruina a todas las mentes estables de este universo.
Pupilas demoníacas
Ella le ha dado un “yo” a cualquier frase incompleta que tuve, me ha hecho saber que, incluso, debajo de la crisis existe un pequeño espacio para sentirse bien.
Ella no se ha marchado de mi vida, sigue conmigo, a mi lado, de cualquier forma, es verdad que ya no nos vemos con frecuencia, pero sé que nos pensamos mucho.
Ella te consume por completo, te hace cenizas, pero, a pesar de lo trágico que suene, estarás contento por haber sido fuego, al menos por un momento, con ella.
Almas frágiles
Sentimientos cargados de pasados tempestuosos, situaciones desastrosas que se retratan en una melodía depresiva que ataca los mejores días de una vida tranquila, sensaciones de ansiedad veloces y rapaces que forman un fuerte para defenderse, pupilas dilatadas que informan al receptor que el alma se está fragmentando con suma sutileza y paz, besos que logran desgarrar cualquier filosofía de vida, construcciones abstractas que se derrumban por una ilusión perdida, sueños tenues que no se cumplieron por injusticias propias del mundo, este poema once que fue escrito por un poeta en crisis, pesadez en el cuerpo cuando los momentos te llaman, situaciones que fuerzan una ruptura con la felicidad para usar la tristeza como nuevo motor de fortaleza, almas frágiles que poseen un filo intenso, armas cortopunzantes creadaspor laira de unmomento, encuentros casuales entre la nostalgia y el olvido, ojitos cansados de tanto mirar y no soñar, mierda manifestada en las personas que muerden la mano que les ayuda a salir del pozo, negaciones de verdades irrefutables por simple inspección, un flash que ilumina tu camino hacia la desgraciada y solitaria luna, personas que no son
lugares, lugares que no son personas, cejas que producen gesticulaciones que animan una rebeldía en los labios de otras personas, locuras que se tocan íntimamente con la normalidad, ilusiones tóxicas que caen como gotas de lluvia en lagunas mentales, respiros insoportables expresados en suspiros, miedo a lo desconocido, hipocresías que cubren vacíos existenciales, amores que anhelan regresar para destruirse finalmente, una batalla mágica entre el insomnio y la motivación, la verdadera indiferencia (que para mí es odio puro) en los sentimientos más bellos, la belleza lejos de lo lindo, la certeza se termina ahogando en las suposiciones, los rumores que piensan haber ganado el don de comunicarse, mentes abiertas encerradas en una pintura de arte, colores en escala de grises felices de su existencia, el libre albedrío amando las inseguridades, el cuerpo moviéndose hacia el vacío para no estorbar al soñador, el soñador frustrado porque no soporta el vacío, amores engañados que no debieron de ser traicionados, amores fuertes que deberían terminarse desde que comenzaron, amores débiles que prosperan por años con muchos secretos encima, mentiras más fuertes que la realidad: he aquí el alma frágil de este poeta.
Poema 11: Escala de grises A quien corresponda. Ed. Nicolás
