Ese patrimonio del que usted me habla. Inhibición y complicidades en la destrucción del patrimonio industrial de Aragón Diego Arribas ■ Doctor en Bellas Artes Investigador en la Universidad del País Vasco UPV/EHU
Periódicamente, asistimos en Aragón a nuevos capítulos de destrucción de los vestigios de la actividad industrial en su territorio. La consideración y el respeto hacia el patrimonio de la industria en esta comunidad es una de las asignaturas pendientes que el Gobierno de Aragón arrastra desde hace varias décadas. Las instituciones no han entendido todavía la importancia del legado de la actividad industrial y de su papel en la historia del desarrollo socioeconómico de la comunidad. En un momento en el que la despoblación centra el debate político y la dramática supervivencia de una gran parte del territorio aragonés está en juego, se hace necesario volver la mirada a las grandes epopeyas industriales para entender nuestro pasado y convertir su herencia en nuevas estrategias de futuro. Este artículo recoge algunos episodios de destrucción patrimonial, consentidos o impulsados por las instituciones aragonesas, en contra del criterio de los especialistas que señalaron la importancia histórica de estos hitos y la conveniencia de su conservación, mantenimiento y asignación de nuevos usos.
1 ■ EL PATRIMONIO INDUSTRIAL EN ARAGÓN El interés institucional por el patrimonio industrial de Aragón es un fenómeno reciente que arranca en 1999, con la Ley del Patrimonio Cultural Aragonés (Ley 3/1999, de 10 de marzo), en la que se contempla la atención a este patrimonio dentro del Título Cuarto, Artículo 73, al referirse al Patrimonio de carácter industrial: “Constituyen el patrimonio de carácter industrial aquellos bienes de carácter etnográfico que forman parte del pasado tecnológico, productivo e industrial aragoneses y son susceptibles de ser estudiados con metodología arqueológica”1. A lo que añade su voluntad de desarrollar ese estudio con la creación de una institución museística desde la que impulsarlo: “Deberá crearse un Museo de la Ciencia y de la Técnica como centro para la preservación y el estudio del patrimonio de carácter industrial”2. Al margen de la formulación de esta loable intención aún no materializada, Aragón continúa muy por detrás de otras comunidades autónomas que hace tiempo que han entendido y asumido la necesidad de preservar los vestigios industriales de su historia más reciente, desplegando los recursos necesarios para convertir su patrimonio industrial en un activo que impulse el desarrollo socioeconómico de su territorio. En el año 2000, el Ministerio de Cultura abordó un ambicioso plan de inventariado de nuestro patrimonio industrial. El Instituto del Patrimonio Cultural de España, IPCE, desplegó dos planes de carácter nacional: el primero de ellos el Plan Nacional de Patrimonio Industrial, para cuya elaboración solicitó a las comunidades autónomas una selección de los elementos de carácter industrial más notables de su territorio. Cuando la solicitud llegó a Aragón, el contador de dicho inventario estaba prácticamente a cero. De hecho, junto a Baleares y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, fue la última comunidad autónoma en presentarlo, ya a finales de 2003, después de un ímprobo trabajo de sus responsables.
1 2
Ley 3/1999 de 10 de marzo, del Patrimonio Cultural Aragonés, Col. Textos Legales, 81, Gobierno de Aragón, 1999, Zaragoza. Ibídem.