24. Fichas. 4.2 RESTOS ARQUE.
13/1/12
09:44
Página 314
PIEZAS DE TERRA SIGILLATA HISPÁNICA Segunda mitad del siglo I d. C. y primeras décadas del II
El epígrafe terra sigillata engloba la producción cerámica más representativa de la época romana. Se caracteriza por poseer un barniz rojo brillante, de gran calidad. Su nombre procede del sello (sigillum) que imprimía el alfarero, con su nombre abreviado, en algunas piezas. En general la terra sigillata es una producción estandarizada y masiva de vajilla de lujo que llega a todos los rincones del Imperio romano, y puede ser lisa o decorada con motivos en relieve. Ha sido objeto de amplio y detallado estudio, lo que la convierte en un instrumento de gran valor para fijar la cronología de los estratos arqueológicos. El origen de este tipo de cerámica fina de mesa está en la península itálica (terra sigillata itálica), en el siglo I a. C. En pocas décadas se crean en la Galia varios talleres que, con algunas variantes sobre las producciones itálicas, dan lugar a la terra sigillata gálica, presente en buena parte del Imperio romano. La hispánica engloba los productos que, siguiendo las estelas de la itálica y la gálica, se producen en el territorio hispano. Se comienza a fabricar entre los años 40 y 50 de nuestra era. Su difusión es enorme y la presencia de fragmentos de vasijas de este tipo de cerámica son habituales en todos los yacimientos pertenecientes a los siglos I-III d. C. Son numerosos los talleres documentados en Hispania, en el valle del Ebro, aunque hay otros centros productores; destaca el de Tritium Magallum, en La Rioja, del que provenían muchas de las piezas localizadas en Huesca. Las tres vasijas que aquí se recogen fueron localizadas en las excavaciones arqueológicas realizadas en los antiguos lavaderos de San Julián. El plato o fuente, con borde saliente y curvado, está decorado con tres hojas de agua en barbotina; tiene pared curva muy abierta y pie diferenciado. Era utilizado para presentar en la mesa los alimentos elaborados, y no es raro ver en el fondo interior las huellas de su uso continuado. Su forma (Dragendorf 36) es muy habitual en la terra sigillata hispánica y en su predecesora, la gálica, y se localiza en muchos de los yacimientos romanos de los siglos I y II de nuestra era. En cuanto al vaso, de forma Dragendorf 33, presenta perfil troncocónico con labio indicado y ángulo de arista viva en el punto de unión entre la pared y el fondo. Su función era la de contener líquidos para uso individual. No tan habitual como las copas Dragendorf 27 ó 35, se fabricó en terra sigillata gálica a partir de los primeros años de la era, imitando formas de los vasos aretinos. En terra sigillata hispánica se debió de producir con asiduidad en los talleres de la zona septentrional, ya que es frecuente su hallazgo en los yacimientos romanos de la segunda mitad del siglo I y en el II. 314