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SOFÍA GANDARIAS

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n el año que se cumple el sexagésimo aniversario del Holocausto, es obligado que las instituciones amantes del progreso y defensoras de los principios de libertad, justicia y tolerancia, hagan una profunda reflexión sobre esta dolorosa temática, que incluya al conjunto de los ciudadanos. Aquella larga noche de crueldad e intolerancia mostró lo peor que puede dar de sí el ser humano. Esta conmemoración debe servirnos ante todo para recordar con emoción a las víctimas de una barbarie difícil de calificar y para examinar la evolución de la humanidad desde entonces. Por desgracia, parece que dicha lección ha servido de poco. En las últimas décadas hemos sido testigos de nuevas masacres y genocidios. Urge, pues, sacar conclusiones de esta tremenda realidad y luchar más activamente para erradicar la violencia, teniendo en cuenta que el proceso que desemboca en tales vergüenzas empieza, en la mayoría de las veces, con actitudes de exclusión y de repulsa hacia determinadas personas o colectivos. El pueblo judío dejó seis millones de vidas en el Holocausto. Junto a ellos murieron también otros sectores de población, políticos y opositores al régimen nazi, discapacitados, homosexuales y gitanos, entre otros.

Estos hombres y mujeres, que encontraron su fin de una forma tan cruel y despiadada, merecen nuestro homenaje y nuestro permanente recuerdo. Al mismo tiempo, debemos evitar que se reproduzcan en la actualidad comportamientos similares y preguntarnos cómo podemos todos -ciudadanos e instituciones- desarrollar e impulsar una sociedad más abierta a los demás, sin antisemitismo, ni ningún otro tipo de discriminaciones y rechazos. Sólo así otorgaremos su verdadera dimensión a este anirversario. La presente exposición sobre el Holocausto y la memoria es, también, un particular homenaje a Primo Levi, el escritor que supo transmitirnos, con toda veracidad y realismo, las terribles condiciones y padecimientos de cuantos vivieron la experiencia de los campos de concentración y exterminio, así como el esfuerzo de los que sobrevivieron para volver a una vida que, tras aquella pesadilla, ya nunca sería plena. Se trata de una serie de pinturas de Sofía Gandarias, cuyo obra, en particular sus magistrales retratos –que contienen toda una visión del mundo-, está llena de símbolos y referencias, de reflexiones y sensibilidad, de melancolía y esperanza. Su llamada a la conciencia hace que su obra transcienda la mirada del pintor para convertirse en testimonio de un tiempo difícil, lleno de de-

Manuel Chaves González

Presidente de la Junta de Andalucía

safíos, y cumple plenamente con la vocación del artista-intelectual. Sofía Gandarias representa como pocos la lucha contra la intolerancia, como acertadamente ha señalado Simone Veil. La Fundación Tres Culturas del Mediterráneo también representa en otro orden la lucha contra la intolerancia, es una iniciativa del Reino de Marruecos y la Junta de Andalucía que pretende desarrollar entre los pueblos ribereños un espíritu Presidente de la Junta de AndalucíaEn la programación anual de sus actividades se ha tratado con anterioridad y en diferentes ocasiones temas como la xenofobia y el genocidio. Especial mención merece, en este sentido, su apoyo a la creación de la Corte Penal Internacional, sin duda el esfuerzo más serio puesto en marcha para hacer frente, de manera rigurosa y eficaz, a un tipo de crimenes que cualquier sociedad, difícilmente, puede combatir por sí sola. Con esta muestra, la Junta de Andalucía y la Fundación Tres Culturas pretenden seguir trabajando en la misma dirección y no dejar que se difumine la memoria histórica de tantas víctimas inocentes, porque el triunfo de la justicia es la última y decisiva ofrenda que podemos y debemos tributarles.


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o es fácil escoger palabras o silencios para recordar a Primo Levi. Su propio escepticismo ante los homenajes y discursos, incluso su escepticismo ante la memoria, acaso hagan más aconsejable la intimidad silenciosa de una pintura o el lenguaje de la música, capaces sin duda de transportar toda la carga de emociones, experiencias e ideas que un asunto como los campos de exterminio suponen para el hombre y la humanidad. Pero Primo Levi también fue un defensor de la palabra, un instrumento del que se valió para escribir sin descanso hasta 1987, y para despertar una conciencia crítica sin la que consideraba que Europa no podría recuperarse. Estas pinturas de Sofía Gandarias explican, en un territorio de la reflexión donde no llega el texto, el desgarro de la soledad de los hombres y mujeres del Lager ante sus propias pesadillas, ante un tiempo desaparecido – sin presente y sin futuro, cualquiera que fuese su suerte- que sólo podría marcar el momento de ser llevado a la muerte o el de ser elegido para la muerte en vida. Gandarias acepta el reto que plantea Levi, el de no olvidar para evitar volver a caer, el de recordar su mensaje porque ningún país está inmunizado frente a la violencia, la intolerancia y el fanatismo. “Tenemos que ser recordados”, decía Levi, y rechazar “la teoría de la violencia preventiva: de la violencia sólo nace violencia, en un movimiento pendular que va ampliándose con el tiempo”. Sus textos son la mejor explicación para que cualquier artista o in-

telectual sienta la obligación de ofrecer su testimonio y no dejar que se pierda el eco de aquella conciencia crítica en otro tipo de violencia que también crece sin cesar, la del olvido. Por eso Sofía Gandarias recoge también en sus lienzos la visión del arte comprometido que el propio Levi representaba. Meses después de haber escrito Los hundidos y los salvados, Primo Levi se suicidó. En aquel libro recordaba al filósofo austríaco Jean Améry, para quien “la maldición de la impotencia no se extinguen jamás... la fe en la humanidad no se recupera jamás”. Tal vez esas palabras explicaran la obsesión de Levi por dejar constancia por escrito de su experiencia y, sobre todo, las de muchos de los que compartieron aquellos años de horror, fundamentalmente judíos, como él, pero también opositores políticos al nazismo y fascismo, gitanos, homosexuales y otros. Tal vez él tampoco pudo recuperar la fe - decía al referirse al suicidio de Améry que la tortura fue para él una muerte interminable- y esas palabras tal vez ayuden a explicar su propio suicidio, pero no cabe duda de que dejó unos textos que tienen, deliberadamente, vida propia, y cuentan unas historias que contienen su propio mensaje de esperanza, de compromiso, de justicia, y de piedad, aunque tambien de olvido y de deshumanización. Cuando se miran cara a cara los cuadros de Sofía Gandarias se está mirando cara a cara una parte esencial de nuestra propia historia como europeos, estamos mirando cara a cara al hombre, en unos retratos de sus entrañas fieles como pocos a un tiempo histórico que no podemos olvidar.

Bernardino León Gross

Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica


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ofía Gandarias es una artista comprometida. Su campo es el de los niños, mujeres y hombres víctimas del odio y la barbarie. Dejando de lado la representación de temas de “la vida ordinaria” que le han dado público y notoriedad, su rebelión contra la violencia y el totalitarismo inspira ahora sus obras más fuerte. No se trata de una opción deliberada, razonada, sino ante todo de la expresión de sus propios sufrimiento contra la inhumanidad convertida en banalidad. No admite que, tras las peores atrocidades cometidas en la guerra civil española o la exterminación de los judíos, la libertad y la democracia sigan siendo abofeteadas, y el racismo y el odio continúen estando presentes en Europa. Rechazando el olvido, rehusando este mundo sin alma que no ha sabido aprender las lecciones de la Historia, trata de hacernos compartir sus propios sentimientos a través de su obra. Por la audacia y el vigor de sus telas, no vacila en provocar una reacción en el visitante de la exposición. Por la evocación de los acontecimientos más trágicos de nuestro pasado reciente, interpela con dureza nuestra conciencia. ¿Cómo asombrarse de que esta peregrinación de la memoria que había llevado ya a Sofía Gandarias de Guernica a Sarajevo, la haya conducido después a Auschwitz, símbolo de la indecible barbarie del mundo moderno? Allí fueron llevados, desde todos los países de Europa ocupados por los nazis, amontonados en vagones de ganado, judíos, tanto recién nacidos como ancianos, para ser asesinados en las cámaras de gas.

Al evocar la exterminación de 6 millones de judíos, de los cuales alrededor de un millón en Auschwitz, Sofía Gandarias nos recuerda el mensaje que Primo Levi, personaje que encarna de modo mítico el deber de memoria, dejó para las generaciones futuras. Seis turbadoras grandes obras nos ilustran lo esencial para saber sobre los once meses que Primo Levi pasó en Auschwitz para comprender el contenido de su mensaje. Dando pruebas de una excepcional sensibilidad, la artista ha sabido captar instintivamente lo decisivo en la dolorosa experiencia del deportado Primo Levi en Auschwitz, que quedaría grabada para siempre en su carne y en su espíritu: su llegada al campo y su pérdida de identidad para convertirse en un simple número, el asesinato casi inmediato de la pequeña Emilia Levi, de tres años, el trabajo de esclavo, la visión permamente de los hornos crematorios, la memoria de los seis millones de judíos exterminados y el mensaje a transmitir. Sin haber sabido expresarlo con la humanidad, la lucidez y el talento de Primo Levi, los ex deportados supervivientes tienen en su mayor parte referencias similares: la humillación y la degradación, el dolor de conocer el asesinato de seres queridos y muchos más, demasiado jóvenes, demasiado viejos, enfermos o inválidos gaseados y quemados en los crematorios. El temor que acosó y atormentó a Primo Levi desde su regreso, era también el nuestro, el de no ser creidos, porque los hechos son tan monstruosos aque percibíamos ya la dificultad de ser comprendidos.

Simone Veil Paris

Los negacionistas no se equivocan cuando se aprovechan de ello para negar la existencia de las cámaras de gas, a pesar de los abrumadores testimonios y pruebas... Para todos aquellos que vieron desaparecer desde su llegada al campo a todos los que amaban, que vieron millares de húngaros ir directamente cada día a las cámaras de gas a lo largo del verano de 1944, las mentiras negacionistas son absolutamente insoportables. Primo Levi, más conciente que muchos otros de la perversidad del sistema concentracionario, concebido para deshumanizar y humillar a los deportados, no superó nunca por completo el haber sobrevivido. Su vuelta al mundo de los hombres, el rechazo de saber y el olvido con los que chocó le condujeron, porque era exigente frente así mismo y a los demás, a una angustia insorportable y al suicidio. Consciente de la vulnerabilidad de la especia humana, entendía con este gesto afirmar por última vez su condición de hombre libre. El homenaje que rinde, de manera tan pertinente y emocionante, Sofía Gandarias a Primo Levi con sus obras amasadas con sufrimiento, permite rememorar a su coraje y clarividencia. En estos tiempos de olvido, nos obligan a recordar y a leer o releer a Primo Levi que, más allá de su testimonio, hizo una obra de moralista e historiador que intentó hasta el fin advertirnos e ilustrarnos. Pueda esta exposición dedicada a Primo Levi lograr concienciar a todos los que la visiten del mensaje que desde su liberación de Auschwitz hasta su muerte no dejó de enviarnos.


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uardián de la memoria, sí, de la memoria de lo indecible, de la memoria que debemos conservar, compartir, transmitir... Primo Levi, sí, Primo... Ha pasado cerca de medio siglo desde que nuestros destinos se cruzaron en el campo de Bikernau Monowitz y “lo queramos o no, somos testigos y llevamos ese peso”; esto es lo que me escribía mi amigo y compañero de miseria, en una de sus primeras cartas, después de que nos hubiéramos reencontrado en agosto de 1946. Primo era para mí el retrato del coraje tranquilo, de la lucha para seguir siendo un hombre, del observador lúcido que, sin duda porque deseaba dar testimonio de ello un día, había almacenado en su prodigiosa memoria un tal número de acontecimientos, de retratos de compañeros que sobrevivieron gracias a él. Yo era un joven alsaciano, estudiante de farmacia, deportado por la Gestapo con toda mi familia, cerca de Toulouse. En Monowitz, me llamaban Pikolo por ser el más joven de los prisioneros del Kommando 98; con Primo, trabajábamos como peones en la inmesa obra de la Buna, a descargar vagones de ladrillos o sacos de sesenta kilos de productos químicos. En otoño de 1944 habíamos vivido juntos la “selección”, que consistía en pasar completamente desnudos delante de un SS que decidía con una ojeada enviarte a la izquierda o a la derecha, a la cámara de gas de Bikernau o al trabajo. Había pedido a Primo que me diera lecciones de italiano. Transportábamos el “Kessel”, la marmita de sopa de cincuenta kilos, de un extremo al otro del campo. Primo se acordó del “Canto de Ulises” en la Divina Comedia de Dante, que me recitó mientras en Auschwitz las cuatro chimeneas escupían llamas humanas de diez metros de altura: “Considerad vuestra simiente: no fuisteis hechos para vivir como brutos, sino para seguir virtud y conocimiento”, dicen los versos de un poeta que había vivido seis siglos antes

que nosotros. Este espisodio dio origen al capítulo central de Si esto es un hombre; fue, sin más, una iluminación de Primo, una nueva lectura en un Infierno que ni siquiera Dante había podido imaginar. Primo no deja nunca de repetir su deseo de testimoniar lo que habíamos padecido. Nos volvimos a ver a menudo, aunque no regularmente. Primo pasó dos o tres veces por Alsacia, yo fui a Italia. Mi última visita a Turín se remonta a octubre de 1985 y me dejó un regusto amargo: el reapareder del revisionismo, la falsificación de la Historia nos preocupaban. Hoy más que nunca, tenemos que batirnos contra el racismo, la xenofobia y el antisemitismo. A finales de 2000 se gritó “muerte a los judíos” en las calles de Estrasburgo... Lo quiera o no, soy un testigo y llevo ese peso; voy a las escuelas, participo en conferencias; con mis nietos, trabajo en nuestra asociación con vocación europea “del pasado al futuro, transmisión y memoria” con el fin de transferir a nuestros descendientes mi testimonio sobre la Shoah. Nuestro objetivo es crear soportes educativos para los jóvenes, películas didácticas, apoyar la formación de los docentes, crear animaciones... En este contexto, me he sentido profundamente turbado ante la vista de los seis grandes cuadros de Sofía Gandarias. ¿Cómo es posible reproducir Primo Levi y el universo en el que ha transcurrido un año de su vida sin haberlo encontrado nunca? ¡Era preciso impregnarse de su obra, sufrir con él, vivir en él! Imagino hasta qué punto Sofía Gandarias ha tenido que, durante meses, leer, comprender, reflexionar y, por fin, trasladar a sus cuadros esta comunión de espíritu con Primo Levi. Los recuerdos del 26 de abril, de Guernica, con los que Sofía Gandarias tiene afinidades profundas, nos exigen reflexionar sobre este primer crimen, cuyo horror no alertó suficientemente al mundo libre en 1937. ¿Aquella indiferencia no hubiera debido hacernos presagiar lo que siguió? ¿la Shoah no estaba ya escritra en el bombardeo de Guernica?

Jean Samuel Estrasburgo


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l ser humano es lo que hace y vive; y su memoria de lo que hizo y vivió proclama a todos, sobre todo así mismo, sujeto de la experiencia íntima, quién fue. No hay biografía sin memoria. Nuestra biografía es la secuencia de lo que hicimos y vivimos a lo largo de la propia existencia: la memoria total. No tenemos, pues, biografía sin la evocación de lo vivido, de lo que hicimos, de lo que vivimos y experimentábamos... Se evoca el recuerdo, y con él la emoción del hecho recordado. Al contrario que la memoria, el olvido, a veces tan deseable, es una muesca en nuestra biografía, que destruye esa parte de nosotros que no logramos recordar y que al fin es como si no hubiera sido vivida. La memoria, pues, no rehace; el olvido, nos deshace. Pero en ocasiones es el recuerdo, sin embargo, el que nos destruye, cuando lo recordado nos hiere, cuando, a nuestro pesar, lo evocado una y otra vez nos devuelve a lo que hicimos, a quiénes fuimos, hasta dónde llegamos. El olvido sería entonces benefactor y permitiría construir nuestra biografía, de manera incompleta, eso sí, pero sin mancha ni dolor alguno. Por eso se le puede desear a nuestro enemigo que viva para siempre, condenado a rememorar imperecederamente quién fue: “Ojalá viva más que ningún otro hombre: ojalá vivas insomne cinco millones de noches, y te visite cada noche el dolor de cuantos ven cerrárseles la puerta que les cortó el regreso”. Así fantaseaba Primo Levi sobre un Adolf Eichman, vivo durante cinco millones de noches. “ Oh hijo de la muerte, no te la deseamos”, le dice, al fin, a un imaginario Eichman como conminación y condena. ¿Qué hacer cuando el olvido no es posible? ¿Cómo deshacernos de esa parte de nosotros mismos que, paradójicamente, nos destruye pero nos deja vivir y no acaba, sin embargo, con nosotros? “¿Podemos aniquilar el remordimiento que vive, se agita y escarba, y nos devora como la oruga al corpulento árbol? ¿En qué filtro, en qué vino, en qué tisana ahogar ese enemigo inclemente, destructor?”, se pregunta Ch. Baudelier. Sólo la muerte, entonces, libera. Sí,

la muerte puede ser la liberación, porque acaba no ya con la memoria sino con el sujeto a recordar. Por la lectura de los textos de Primo Levi deducimos que el escribir sobre Auschwitz, pese a la virulencia del recuerdo, era imperativo moral que le llevaba a evocar para, a continuación, hacer saber “a los que vivís seguros en vuestras casas caldeadas” lo increíble pero real de “aquello”. Esa es justamente su desesperante paradoja: las palabras de hoy no le sirven para dar cuenta de lo vivido entonces y, por el contrario, se revelan como muestras de su impotencia para hacer saber a los demás. Y es que la memoria de “aquello” no es sólo el dato; es también el sentimiento del horror continuo, de la miserabilización absoluta. ¿Cómo describir lo indecible? ¿Qué palabras pueden referirse con precisión a lo sentido en Auschwitz? Cabe pensar que la muerte de Primo Levi se debió al sufrimiento añadido por la mudez para decir todo lo evocado, y el convencimiento ulterior de que, en última instancia, quedaría sólo para él. Es insoportable reconocer que para lo insólito de esa experiencia de vida y de muerte no se tienen palabras justas y, por tanto, que hasta el recuerdo ha de desaparecer cuando hayamos desaparecido. ¿Puede la imagen si no sustituir sí complementar a la palabra? Esa es, creo yo, la instancia que ofrece la obra pictórica de Sofía Gandarias sobre los textos de Primo Levi: dar en el lienzo lo que el poema no pudo ofrecernos en su totalidad con palabras sobre el papel. Limitación del discurso, elocuencia de la imagen. Estos cuadros estremecidos y estremecedores de Sofía Gandarias sobre los textos de Primo Levi no constituyen en manera alguna una “ilustración”. Son el imprescindible complemento del dircurso ontológicamente imcompleto de sus poemas.

Carlos Castilla del Pino Córdoba


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on la ayuda de Primo Levi monté en 1966 en el Teatro Stabile di Torino, que entonces dirigía una reevocación escénica de Se questo è un uomo. Si esto es un hombre; actores de toda Europa se reunieron para testimoniar el horror del Holocausto. Pasaron los años, Primo no resistió, como otros supervivientes de los campos, a la atrocidad del recuerdo, y tuvimos que constatar con angustia que había desaparecido otro testigo. Pero nacen hombres y mujeres que buscan y creen la verdad, y artistas que viven su propio arte con esta misión. Sofía Gandarias dedica su creatividad a un constante compromiso de no olvidar el pasado; por ello, nuestra asociación, ligada a los ideales humanistas de Yehudi Menuhin, se ha constituido en promotora de la muestra “Primo Levi, la memoria”. Sofía, nacida en Guernica muchos años depués, quiso testimoniar sobre aquella tragedia; afrontó la dura realidad de Sarajevo; leyó Se questo é un uomo, y el dolor que todavía siente inspiró sus grandiosas telas. Una persona joven, que no vivió aquellos años, redescubre la inhumanidad del hombre y nos obliga a confrontarla. Recordad que esto ocurrió, impuso Primo,; “no podemos remediar el pasado”, escribe Sofía, pero pinta sus cuadros para que la memoria nos obligue a luchar por un futuro mejor.

Gianfranco De Bosio Milán


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UN RETO PARA LA MEMORIA

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ropendemos a olvidar, y eso seguramente es bueno. Nuestro cerebro no tiene capacidad para almacenar los recuerdos de todo lo que ha ocurrido a lo largo de los siglos a la humanidad ni creo que sería posible vivir abrumado por tantos y tantos hechos terribles como podrían estimular a diario nuestro odio o nuestros instintos de venganza. Eso sería terrible y de ahí que la convivencia nos exija perdonar; perdonar, pero sin olvidar del todo. Olvidar las barbaridades y errores cometidos por nuestros antepasados es renunciar a un legado muy importante de experencias dramáticas que no se deberían repetir y, sin embargo, de vez en cuando se repiten. Por eso la memoria es muy importante, nunca para propiciar venganza, sino para evitar que las situaciones se repitan. Pero la memoria lucha a menudo con la propensión a olvidar, y con frecuencia sale perdiendo. Los intentos frecuentes -y a menudo necesarios- por hacer borrón y cuenta nueva de algunos recuerdos nos crean muchos déficit de memoria, que las nuevas generaciones asumen de manera normal, pero desde nuestra

responsabilidad, irresponsable. Sobre algunos hechos del pasado no puede caer con tanta facilidad, como a veces sentimos que cae, la cortina del olvido. El Holocausto es quizás el más grave, que no el único entre todos los recientes. Mostrarlo de vez en cuando, recordarlo en definitiva como esta variada exposición pretende, con toda su gravedad, con todo su dramatismo pero también con toda la serenidad y con toda la grandeza de ánimo que el perdón sin olvido requiere, es un ejercicio de memoria muy necesario. Y más en España, donde la mostruosidad del Holocausto fue ocultada décadas al conocimiento de los ciudadanos. Aquí tenemos una oportunidad excelente para conocer y recordar la verdad del Holocausto en el realismo de sus imágenes y en la descripción e interpretación literaria y artística de quien lo sufrió y nos lo contó de forma magistral, Primo Levi, y de quien lo revive con no menor maestría y expresividad -a pesar de no haberlo sufrido- con sus pinceles: Sofía Gandarias. Y, sobre todo una oportunidad para ayudarnos a no perder la memoria.

Diego Carcedo

Presidente de la Fundación Memoria


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uien cree que el único modo de aproximarse a una obra de arte es habitarla, es decir, dejar que nos saque de nuestro mundo cotidiano y no sitúe en ese otro orden de cosas que es la obra, con su misma existencia, inaugura, no tendrá dificultad en sintonizar con la obstinada carga de contenido de estos cuadros de Sofía Gandarias, que conceden tan poco a la coquetería puramente estilística y formal de tanta pintura reciente. Aquí no tenemos que esforzarnos mucho para encontrar algunas razones que justifiquen el inmediato emotivo de las obras, sea colocándolas como modificaciones relevantes sobre el fondo de una escuela, o una aventura personal, o considerándolas simplemente una moda. Cierto, podremos fácilmente relacionar las obras de Sofía Gandarias como el renovado gusto por la figuración que caracteriza a mucha transvanguardia, e incluso poner de relieve la presencia muy evidente de la herencia expresionista y de cierto surrealismo español (aunque entre los relojes que marcan el destino concentracionario de Primo Levi y los relojes blandos de Dalí haya un abismo de memoria histórica y de sufrimiento humano). Pero a diferencia de la transvanguardia, aquí el gusto de la figuración reencontrada no está motivado por el malestar ante las salidas aporéticas del anaconismo vanguardista, por el rechazo, en suma, ante el silencio de Beckett que puede aludir sólo negativamente, y con el silencio, a una promesse de bombeur (una promesa de felicidad). En este caso, la opción figurativa es la cifra de un trabajo que expresa un compromiso histórico, ético y político, del que depende el alcance “sustancial” de estas obras. Es preciso recordar que los retratos son uno de los campos en los que Sofía Gandarias se ha ejercitado más en su ya larga carrera artística. La opción de dedicar un ciclo a Primo Levi está ciertamente marcada por una voluntad precisa de afirmar valores de los que él dio testimonio con sus libros, a su vez profundamente influidos por la experiencia del Lager. Estamos, por tanto, frente a una memoria de la memoria – no a obras que, por cuanto estén genuinamente inspiradas, aludan sólo al horror de los campos de exterminio y a la locura de la que fueron expresión -. De lo que tratan estos retratos es del personaje de Primo Levi que vivió y pasó a través de esta experiencia. Podemos pensar en este caso en Heidegger que en su filosofía nos recuerda que hemos olvidado. Más aún que, o inseparablemente de, Auschwitz,

la memoria es el tema con el que debemos confrontarnos: la memoria de Primo Levi, sea como recuerdo que vivió en él y determinó su vida sucesiva (y su muerte, al fin), sea como recuerdo de él que queremos que no se borre en nosotros. He aquí el porqué de los retratos. No con vistas a un inventario tendencialmente completo de lo que está en el pasado o en el presente de nuestro mundo, como si el arte debiese “documentar” los contenidos de la época, las herencias que en ella viven aún de otras épocas, remotas o cercanas. O como búsqueda de temas “interesantes” en el gran depósito de vestidos teatrales de la historia (la imagen es de Nietzsche) con los que adobar nuestro presente y llenar las paredes de nuestros salones. Cierto, también en parte es esto. Hay un significado “decorativo” del arte, que con todo no se reduce a llenar placenteramente (?), aunque sea con cosas “interesantes”, los vacíos y los intervalos de la existencia cotidiana... Existe una esencial y auténtica “decoratividad” del arte, en virtud de la cual las obras crean la escenografía de nuestra existencia como ventanas abiertas a mundos ajenos que llenan de sentido al efectivo en el que nos encontramos, y al mismo tiempo suspenden su perentoriedad y definitividad. Nuestro mundo es visible porque no es el único, o mejor, porque en él se hacen presentes voces y huellas que lo dilatan y fluidifican; sea abriéndolo hacia horizontes de felicidad deseada y anticipada en el sueño a ojos abiertos (como enseñó Ernst Bloch), sea haciendo emerger las huellas de humanidades pasadas o incluso de otras sin cuyo recuerdo lo que nos ha tocado vivir en el presente pierde sentido, gusto, espesor. Y estas huellas, en una artista como Sofía Gandarias, se buscan en los rostros de personas que juntas fueron marcadas, y que marcaron, la historia de la que provenimos. “Habitar” el mundo que se delinea en esta serie de obras sobre Primo Levi significa, en el sentido más profundo, no poder más comprender la realidad si no es también en relación con su experiencia como se ha hecho presente en estos cuadros. Todas las obras de arte que son de verdad tales (y lo son tambien sólo para un público determinado, o para una época delimitada, incluso para un único lector) modifican el mundo en el sentido de que no pueden ser ya olvidadas por aquel o aquellos que las han vivido como obras significativas. Lo que


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llamamos clásico es sólo el ejemplo más emblemático de esta esencia que todas las obras de arte conseguidas condividen, en diversas medidas según se impongan como imprescindibles para épocas enteras, a grupos más o menos grandes de admiradores o a una persona incluso sólo en momentos determinados de su existencia. “Sólo en momentos soporta el hombre plenitud divina, sueño de ellos es, después, la vida” (“Nur sur Zeiten ertraegt goettliche Fuelle der Mensch, Traum von Ihnen ist drauf das Leben”, Hoelderlin, Brot und Wein, VII**). Los libros de Levi son de este tipo, y los cuadros que a partir de los mismos no ha dado Sofía Gandarias quieren ser, y de hecho son para muchos de nosotros, momentos de este género; lo que en ellos se ha hecho presente en un momento de particular evidencia – en cuya composición entran ciertamente tantas cualidades formales, la misma densidad corpórea del cuadro- es algo que ha entrado definitivamente en la realidad vivida. Memoria de memoria no es sólo, pues, la expresión de una específica opción de poética – la de la artista de la que nos ocupamos en este caso, que pinta la historia de un hombre que a su vez escribió para rememorar una experiencia que marcó a una entera generación de europeos. De alguna manera – y ello se podría documentar también reflexionando sobre la historia de la estética filosófica- el arte es siempre inseparable de un tal ejercicio de memoria. Lo que es especialmente evidente en la representación literaria - “érase una vez...”- está siempre presente, como narratividad, en todas las demás artes. No se “habita” en un puro y simple ambiente físico, ni tampoco la arquitectura construye espacios “puros” de este tipo, como muestra el fracaso de todos los funcionalismos puros. En todo arte, en relación con el medio y los materiales en que se concreta, y en toda específica opción poética, la dimensión narrativa y rememorativa toman una coloratura precisa; no necesariamente toda la pintura debe ser retrato, ni en general refiguración. Pero

no es tampoco casual o simplemente subjetivo el hecho de que en ciertas opciones poéticas la “narratividad” esencial del arte se presente en ciertas formas más bien que en otras. El interés por el trabajo de un artista está también siempre determinado por la particular “actualidad” que nos parece testimoniada por su peculiar modo de practicar, en su específico medio, el esencial ejercicio de la memoria. ¿Podemos atribuir una similar específica actualidad al trabajo de “retrato” que nos presenta Sofía Gandarias? Ya se ha hablado sobre el redescubrimiento de la figuración en la transvanguardia, y quizá hay que partir de ahí para colocar estas obras en su contexto de historia contemporánea del arte. Si pensamos, como parece que se deba hacer, que se ha reencontrado la figuración no sólo para huir del agotamiento del lenguaje que ha llegado al final del recorrido abierto por las vanguardias históricas, pero también y sobre todo por el urgir de motivaciones éticas, entonces reconoceremos que la dirección elegida por Sofía Gandarias para su trabajo, no sólo en esta serie dedicada a Levi sino en general en sus numerosos retratos de contemporáneos, representa un ejemplo con el que no podemos dejar de confrontarnos. La memoria que siempre está en la obra de arte, aquí se dirige a contenidos que un crítico hegeliano como Lucaks llamaría “sustanciales”; no sólo valores abstractamente recomendados por la moral, sino experiencias vividas que “sabemos” que no podemos dejar de lado, precisamente porque son huellas de vidas que, incluso si, o propiamente por qué (pensemos en las tesis de Benjamin sobre la historia) se ha buscado “expurgarlas del mundo de la historia -con el exterminio del Lager, con el olvido que tantos revisionismos actuales predican impúdicamente-, no sabremos cancelarlas si no es a costa de cancelar el sentido mismo de nuestra existencia.

Gianni Vattimo Turín


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os cuadros de esta exposición pueden ser vistos, en palabras de Sofía Gandarias, como un viaje “a la luz desde la oscuridad”. Un viaje, por cierto, muy singular ya que está determinado por una técnica pictórica cercana a lo que Walter Benjamin entendió por montaje. Gracias a esa técnica, el artista compone espacios con fragmentos arrancados de sus contextos naturales para componer con ellos, mediante el encuentro arriesgado, una nueva significación que tiene vocación redentora. A través de ese juego deconstructor-constructor, un reloj deja de ser un artefacto neutro que da la hora para transformarse, por la complicidad con un ojo implacable o la incrustación en su esfera de la cruz gamada, en sentencia de muerte, en muerte a plazo fijo. Pero no es la intención del artista regalar al visitante la imagen nueva de un reloj que en vez de medir el tiempo anuncia su fin, sino salvarnos del fin en tanto en cuanto ese reloj se inscribe en una historia real -Auschwitz- que nosotros podemos interrumpir si la recordamos. Lo que nos salva del embrujo mítico del reloj es la toma de conciencia de los sueños frustrados que su marcha implacable ha producido en los seres que van a desfilar ante nuestros ojos. El poder de redención, de sentido o de utopía, está en las ruinas provocadas por el tiempo letal y que aquí toman la forma de unas gafas abandonadas, unas tibias macabras o un rostro sin expresión. En la medida en que comprendemos que esos restos del naufragio no son naturaleza muerta sino vidas frustradas que claman por sus derechos, en esa misma medida el pasado frustrado se convertirá en futuro prometedor. La novedad de este viaje de la oscuridad a la luz estriba, como ahora veremos, en el papel que el artista asigna al visitante. En el primero de los seis cuadros, inspirado en la experiencia de Levi a la llegada al campo de exterminio, está dominado por un rostro penetrante y decidido que interpela. Es el testigo dispuesto a dar testimonio. Conocemos miles de testimonios de supervivientes, algunos incluso mucha más dramáticos (los que desfilan por el film de Claude Lanzmann Shoah, por ejemplo), pero Primo Levi encarna ejemplarmente al testigo por su sobriedad, su precisión y, sobre todo, porque ha penetrado como nadie en la naturaleza del testimonio. Al final de Si esto es un hombre deja caer algo sorprendente: “los jueces sois vosotros”. Pero ¿qué justicia puede impartir el lector o el oyente o el espectador?, ¿acaso puede sustituir alguien al testigo que “sabe”

porque ha experimentado la realidad del campo?, ¿qué juicio puede emitir el pobre lector que acaba de tomar conciencia de una experiencia inaudita? Levi lo tiene muy claro: hacer justicia al horror de Auschwitz consiste ante todo en reconocer la vigencia de una injusticia y esa actualidad sólo la pueden mantener los testigos. El testigo-superviviente da testimonio de la injusticia que supuso aquel tormento y espera de quien le escuche que se haga cargo de convertir al lector en testigo y la artista al situar al visitante ante la mirada del testigo le está planteando la misma responsabilidad. La segunda pintura, que evoca la muerte de los niños Emilia e Italo Levi, gaseados, pone de relieve la inocencia de las víctimas, rodeadas en su indefensión por símbolos del terror: el reloj que avanza implacablemente hacia el final, el panóptico que advierte que todo es campo, la bota militar de la que emana sangre. Y en medio, la inocencia de las víctimas. No todo el que sufre es víctima. Los alemanes acabaron sufriendo, sobre todo después de perder la guerra, pero no son victimas porque no eran inocentes (al menos no eran víctimas los que no eran inocentes). Eso es lo que hace singular el horror nazi: un proyecto de muerte industrial de un pueblo por el mero hecho de haber nacido judío o, más precisamente, de haber tenido un abuelo judío. La tercera composición expresa el momento de la salida al trabajo, el paso de lo privado a lo público, un momento fundamental en nuestra civilización pues, como dice Hanna Arendt, lo político nace a partir de la zona privada, en el intersticio que queda libre, una vez salvado el lugar de lo propio. El cuadro advierte que en el campo no hay distinción entre lo público y lo privado. Lo público del campo es el cuerpo del prisionero, lo más privado, representado aquí por el traje de rayas que es lo más parecido a un pijama, la prenda privada. Toda la política del campo está orientada a que el prisionero redujera su existencia a preocupación por el cuerpo, es decir, a matar la sed, el hambre, a defecar, a protegerse del frío y del calor. “Éramos un tubo de sopa” dice Robert Antelme, expresando la obsesión por la comida. Lo más privado -las necesidades biológicas- era lo público y por eso lo público, lo que ocurría a los ojos de todos, era lo más privado. El resultado era la deshumanización del hombre y el abandono de todo asomo de dignidad. Ese


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abandono queda expresado aquí en esas gafas caídas, símbolo de la privacidad imposible, sin la que no hay manera de crear un espacio público. Una fecha en lo alto del cuadro -26 de abril- recuerda el bombardeo de Guernica por la legión Cóndor: una manera de indicar que Auschwitz no fue sólo un lugar y una fecha, sino además el símbolo de la lógica del horror presente en tanto daño como el hombre ha causado al hombre a lo largo de la historia.

convertidos en muertos vivientes – los así llamados musulmanes- esos no pueden hablar. Por eso las palabras del testigo tienen que remitir el silencio de los que no tienen voz. Por supuesto que sin la palabra del testigo el silencio de los musulmanes sería incompresible, pero sólo ese silencio da al testimonio verbalizado la transcendencia debida. Elie Wiesel expresa la misma idea cuando escribe que “los santos son los que no llegaron al final (del suplicio)”. Hay un punto de sufrimiento que acaba con toda dignidad o El cuadro cuarto habla de Auschwitz. Todo es muerte. La vida del deporta- santidad canónica, punto, sin embargo, desde el que habrá que preguntarse do se mueve entre las alambradas electrificadas y los hornos crematorios. Un qué significa realmente ser humano. reloj sin hora precisa señala que la hora de la muerte siempre está ahí. Era Jean Améry el que decía que no tenían miedo a morir sino a cómo morir. La La última obra es la del vacío: Primo Levi se despeñaba un 11 de abril de muerte formaba parte de la vida. No era una posibilidad sino un facticidad 1987, como bien se indica, por el hueco del ascensor, como si no hubiera y esta afirmación demuestra la naturaleza del mal que el hombre inventó podido escapar al destino que llevaba grabado en su brazo. El rostro desen Auschwitz. La grandeza de la vida, decía Rilke, es “la maduración de la dibujado de Levi aparece en lo alto cubierto por una tela de araña, una muerte que llevamos dentro”, por eso distinguimos entre morir y ser muerto. pesadilla que le acompaña en los últimos años pero que en este momento En el campo, “fabricación de cadáveres”, se privaba al hombre de ese logro evoca poderosamente el peligro del olvido, el fracaso del testigo. El testigo civilizatorio que encubre el término morir, para devolverle al estadio ani- lo tiene muy difícil porque recordar es peligroso. Y lo es porque recordar mal del ser muerto. Todo es muerte en este cuadro. Y eso es un aviso que supone reconocer que nuestro presente está construido sobre la injusticia, transciende a Auschwitz. Hay testigos, como la holandesa Etty Hillesum, sobre el archivo de causas pendientes que cuestionan los valores que se han asesinada en Auschwitz que anota en su diario “toda Europa es campo”. Y si impuesto. Imre Kertesz al preguntarse por qué tantos supervivientes han todo es campo el problema que se plantea es cómo salir de él y si es posible acabado suicidándose respondía que porque veían que el mundo se seguía vivir ya y pensar de espaldas al campo. construyendo con la misma lógica letal que llevó a Auschwitz, es decir, de espaldas a lo que aquello significó. El cuadro, como toda la exposición, es un En Bolonia, Módena y otras ciudades italianas el pueblo tomó la iniciativa aviso de la amenaza que supone el olvido, olvido que incluso anida en mude juntar en un lugar público y bien visibles fotos de deportador a campos chas formas frívolas del recuerdo. Pero es también algo más: hay que ver la nazis para perpetuar su memoria. Sofía Gandarias ha podido inspirarse en exposición como un todo presidido por la mirada decidida del testigo en la este suceso para esta quinta pintura que tiene por título La memoria y primera tela. El Levi que nos fija con su mirada porque va a dar testimonio que da un paso más en este camino del testimonio. La imagen del testigo no pretende facilitar un par de informaciones sobre cómo era la vida en el aparece sobre un fondo de fotos irreconocibles que representan los millo- campo, sino convertirnos en testigos: “los jueces sois vosotros”. El testigo nes de víctimas. En los hundidos y los salvados Levi dice bien claro que él Levi puede desaparecer sin que, por tanto, desaparezca la memoria: lo impresta voz a los que no pueden hablar. El testigo que habla o escribe fue un portante es que el visitante acabe siendo, al final del recorrido, el testigo que privilegiado a quien se le ahorró “llegar hasta el fondo”. Los que sí llegaron no era antes. La figura del testigo es la que puede llevar a los tiempos que y apuraron el cáliz del sufrimiento, sea porque murieron sea porque fueron corren “a la luz desde la oscuridad”.

Reyes Mate Madrid


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SI ESTO ES UN HOMBRE Si esto es un hombre Vosotros, que vivís seguros En vuestra tibias casas, Vosotros, que encontráis al volver por la tarde La comida caliente y rostros amigos: Considerad si esto es un hombre Que trabaja en el fango Que no conoce paz Que lucha por medio pan Que muere por un sí o por un no. Considerad si esta es una mujer, Sin cabellos y sin nombre Sin fuerzas ya para recordar Vacíos los ojos y frío el regazo Como una rana en invierno. Meditad que esto ha ocurrido: Os encomiendo estas palabras. Esculpidlas en vuestros corazones Estando en casa, andando por la calle, Acostandoos, levantandoos; Repetídselas a vuestros hijos. O que se os derrumbe la casa, La enfermedad os imposibilite Vuestros hijos os vuelvan la cara.

Primo Levi


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PRIMO LEVI, LA MEMORIA

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evi dice en La tregua: “Ante la libertad nos sentíamos perdidos, incapaces de soportar nuestro papel”. Mi deseo es que esta expresión transmita la idea de volver a la luz a través de la oscuridad. Levi, aun en los momentos más duros, creía en el ser humano y en la justicia. Durante meses, a lo largo de casi todo el año 2000, tuvo como compañía la Sinfonía nº 3 de Henryk Gorecki, sufrí, me sentí solidaria y mucho más con Levi y su mundo porque hace años leí un libro que me destrozó el corazón: Si esto es un hombre. Levi es para mí una referencia. No fue un historiador del genocidio, sino el guardián de la memoria. El siglo XX fue cruel, todos lo fueron, sólo que ahora nos retransmiten la crueldad y seguimos comiendo. Menos FANATISMO, más EDUCACIÓN y siempre la MEMORIA. La educación es nuestro instrumento para no tener más Auschwitz, nunca más Sarajevo, y para hacernos recordar a Levi y los otros seis millones. Si no olvidamos, el siglo XXI será mejor. No podemos remediar el pasado; debemos, sin embargo, y podemos, preparar el futuro.

Sofía Gandarias


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SOFÍA GANDARIAS Guernica, 1951 - Madrid 2016

• 1973-79. Estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid obteniendo los Títulos de Profesora de Dibujo y, posteriormente, Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid. Tesina sobre el Retrato. • Miembro del Patronato de la Fundación Yehudi Menuhin España. • Miembro del Comité cientítifico del Instituto Internazionale per l’Opera e la Poesia di Verona.­­ (UNESCO). • Directora del curso: “La Mirada, las miradas”. Universidad Complutense de Madrid 2008 • 2005. Chevalier des Arts et des Lettres de la République Française. • 2008. Chevalier de la Légion d’Honneur de la République Française.


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ALGUNOS DATOS BIOGRÁFICOS Y EVENTOS ARTÍSTICOS: 1978. Pinta el retrato de:“Kokoschka, Mahler y Alma“. 1979. Pinta el retrato de:”La Pasionaria”. 1980. Realiza la serie:“La protesta del silencio“. 1981/82.Viaje a Oriente Medio y realiza el retrato de “Nur de Jordania“. 1982/86.Trabaja en la serie“Presencias“: retratos de “Augusto Roa Bastos“, “Federico García Lorca“, “Miguel Angel Asturias“, “Jose Bergamín“, “Jorge Luis Borges“, “Alejo Carpentier“, “Eduardo Carranza“, “Rosalía de Castro“, “Julio Cortazar“, “Salvador Dalí“, “Rubén Darío“, “Rómulo Gallegos“,“ Guimaraes Rosa“, “Gabriel García Márquez“, “Gabriela Mistral“, “Pablo Neru­­da“, “Juan Carlos Onetti“, “José Ortega y Gasset“, “Octavio Paz“, “Juan Rulfo“, “César Vallejo“. También realiza los retratos de “Doris Lessing“ y “Graham Greene”. 1985. Viaja a México y visita la Casa Azul de Coyoacán. 1987. Contrae matrimonio con Enrique Barón Crespo en Venecia. 1988. Nace su único hijo Alejandro, deja de pintar por motivos de salud. 1990. Vuelve a la pintura realizando los retratos: “Alejandro con el caballito“,“Melina Mercuri“ y “Antoni Clavé“.

1991. Pinta: “Alejandro en el Florian”. 1992. Retrata a Nureyev, y comienza la serie:“Toreo y Ballet“. Pinta los retratos de:“Bacon”, “Diego y Frida”, “Autorretrato con Delvaux”; Realiza las series:“Amor en Venecia“, “Iris”y“Arte contra violencia“. Realiza el tríptico:“Sarajevo“. 1993. Pinta los retratos de: “Yehudi Menuhin”, “Aligi Sassu” y Helenita Olivares”,“Dirección Mujeres“ con Simone Veil y la reaparición de Frida Kahlo, “Choque de civilizaciones”. Series “Brel” y “El Gorila Kumba”. Comienzo de la serie:“Avarizia” y “Greed: the graves of humanity”. 1994. Pinta “Love Prayer”, con Barbara Hendriks; “La mano herida ( Sarajevo )”, con Susan Sontag y Juan Goytisolo. Pinta también los retratos de: “Carlos Fuentes”, “François Mitterrand”, “Hugo Claus” y“Emile Veranneman”. Viaja a México 1995. Realiza la serie “Pessoa”, “O ano do nascimento de Ricardo Reis“ con José Saramago, serie “El espectador“, con Albert Camus y Maria Casares,“Poderoso caballero, Don Dinero”, “The Money: Bankers’ brunch in Wall St”. 1996. Realiza los retratos de:“Edith Piaf-Yves Montand”, “René Cassin” y “Sami Nair”. Sigue las series :“Avarizia” y “Greed: the graves of humanity”. 1997. Pinta “Los sueños de Buñuel” y “Le chat mondain“, el retrato de:“Jorge Semprún” y las

series: “Stop-Ahead“,“La Poesía “, continua las series:“Iris”,“Avaricia” y“Greed: the graves of humanity”. 1998. Pinta las series: “Pájaros en prèt-à-porter y alta costura“, “Kumba hotline“ y“La chatte mondaine“. 1998/99. Pinta el tríptico:“Guernica”, y continua la serie : “Iris”. 2000. Pinta la serie: “Primo Levi, la memoria“. 2001/02.Pinta la serie: “NY 11 S, NY 9/11“. 2002/03. Realiza los retratos de:“Jorge Edwards”, varios de “Maria Callas” y continua la serie:“Iris”. 2004. Pinta las series: “Messaggio““Príncipes venezianos“y el cuadro : “I bravi“ 2004/5. Pinta la serie: “El llanto de las flores”y el cuadro:“Madrid 11-M”.Entrega del retrato “Nureyev” y “El pájaro de fuego” a la Biblioteque Nationale de France, Palais Garnier Paris. 2006/09. Realiza la serie: “Kafka, el visionario” con retratos de: “Kafka”, “Milena”, “Max Brod”, “Imre Kertesz”, “Walter Benjamín”, “Germaine Tillion”, “José Saramago”, “Paul Celan”, “Philip Roth”, “Jean Amery”, “Carlos Fuentes”, “Gianfranco de Bosio”, “Marie Curie”, “Rita Levi- Montalcini”, “Kurt Weil-Bertolt Brecht”, “Rilke”, “Jaroslav Seifert”, “Primo Levi”, “Hanna Arendt”. Realiza también interpretaciones sobre textos de Kafka:“El proceso”, “La colonia penitenciaria”, “América”, “Informe para


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la Academia”, “Descripción de una lucha”, “Carta al Padre I y II”, “La metamorfosis”, “El Castillo”,”Investigaciones de un perro”, 2007. Entrega del retrato: “ Lorca”. Museo Federico García Lorca.Fuentevaqueros. Granada.; Entrega del retrato: “Rita Levi Montalcini“. Fondazione Levi Montalcini. Roma. 2008. Pinta el cuadro: “Yes, we can:ObamaLuther King”, el retrato de: “Vargas Llosa”. Inicia la serie:“Gandhara Silencios”.Entrega de los retratos:“Juan Rulfo” y “Julio Cortázar“, a la Cátedra Cortázar. Universidad de Guadalajara. México. 2010. Pinta las Coloquio de los perros” y. Realiza los retratos de:“Edgar Morin”, “Gabriela Mistral”,“Amalia Rodrigues”, Los cuadros:”,“Un ballo in maschera” y “Encerrados”. 2011. Continua las series: “Gandhara (Silencios)”,“ “Greed: the graves of humanity; Entrega del retrato de: “César Vallejo“, a la Biblioteca Nacional de Lima. Lima.Perú. Entrega de: “Blaues Sofa in Gedenken an Jorge Semprún”.Bertelsmann.Berlín. 2012. Publica el libro:“Presencias Instantes”, por encargo de la Secretaria General Iberomericana (SEGIB).Series “Encerrados”; Inicia la serie “Peggy’s Tango” 2013. “Peggy’s Tango”, “Il Método Bertone”,“La camarlenga” y “Homenaje al Greco”; Entrega del cuadro: “Miserere ( Julianna)“, al NY 9/11 Museum. NewYork.

2014. Serie “Retrato del Papa Francisco, Vaticano I; „Un ballo in maschera“ “ Retrato“Carlo Rubbia”. Inicia la serie “Homenaje al Greco” 2015. Pinta las series: “Serie Kim JongUn, Amarás al líder sobre todas las cosas”y“Homenaje al Greco”. Entrega del cuadro: “Retrato de Jorge Semprún“, al Parlamento Europeo. 2016. Entrega del retrato de: “Papa Francisco“, a la Iglesia de San Antón (Mensajeros de la Paz); “Gabriela Mistral“, a la Biblioteca Nacional de España; Entrega del cuadro: “Anna BolenaCallas“ al Teatro Real de Madrid; Entrega del retrato de: “José Bergamín“, al Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid; Entrega de la serie: “Primo Levi“, a la Universidad Hebrea. Jerusalen; Entrega del retrato de: “Germaine Tillion“ al Musée de la Resistance Française. 2017. Entrega del retrato de: “Pïo Baroja“, a la Real Academia Española de la Lengua. Madrid

EXPOSICIONES INDIVIDUALES: 1980. Museo Municipal de Santander. 1986. “Presencias“. (Exposición itinerante).Sala de exposiciones del Banco de Bilbao.Madrid;. Sala de exposiciones de la Caja Postal. Cádiz. 1987. “Presencias“. (Exposición itinerante). Sala de exposiciones del Banco Central. Bruselas. Casa de la Cultura. Amberes. Sala de exposiciones de Caja Madrid. Barcelona. 1988. “Presencias“. (Exposición itinerante). Museo de Albacete. .Sala de exposiciones de la Casa de la Cultura de Torrelodones. Madrid. 1989. “Presencias“. (Exposición itinerante). Palacio Garcigrande. Salamanca. 1990. Exposición Retrospectiva. Palazzo Barzizza Torres. Venecia. 1995. “Pour la tolérance”. 50º Aniversario de la UNESCO. (Exposición itinerante). Palais de la Berbie. Albi.“Pela tolerancia“ Palacio das Galveias. Lisboa. 1996.“Pour la tolérance”. Fondation. “Le toit de la Grande Arche“. Paris. 1997. “Veranneman Stichting. Kruishoutem” (Bélgica). 1998. “Pessoa. Camus” Fondation Gulbenkian. Paris. 1999. Presentación del Tríptico “Gernika” en el Parlamento Europeo (Bruselas). Entrega y


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Exposición en el Museo Museo de Guernica. Gernika.

2009. Serie“Kafka, der Visionär“.(Exposición itinerante). Haus am Kleistpark. Berlin.

2000/1. Serie “Primo Levi la memoria“. (Exposición itinerante). Spazio Auditorium Verdi. Milán.

2010. “Kafka, der Visionär“. (Exposición itinerante). Ariowitsch Haus. Leipzig.; Czech Center-Instituto Cervantes. Praga.

2002. “Primo Levi, la memoria“. (Exposición itinerante). Palazzo Cisterna. Turín.Museo de Historia Moderna, Ljubljana. Eslovenia.

2016. Serie“El Coloquio de los perros“. (Exposición itinerante). Espacio Santa Clara. Sevilla; Antiguo Hospital Santa Maria la Rica. Alcalá de Henares;. Instituto de Cultura Mexicano. Madrid Centro Cultural Español. Ciudad de México; Serie Kafka el visionario“. Campo de concentración Bergen Belsen / Alemania).

2003. “Primo Levi, la memoria“. (Exposición itinerante). Galeríade la Biblioteca Berio. Genova. 2004. “Primo Levi, la memoria“. (Exposición itinerante). Fundación de las Tres Culturas. Sevilla. Palacio de la Merced. Córdoba. 2004. Exposición de la serie: “NY 11 S“. Palazzo Caccia Canali, Sant’ Oreste. Italia. 2005. “Primo Levi, la memoria “. (Exposición itinerante)Museo del Ferrocarril. Madrid. 2005. Exposición de la serie: “NY 11 S“.RoccaAlbornoziana, Spoleto; Cartel dell’Ovo. Nápoles. 2006. Exposición de las series: “El llanto de las flores“ y“Madrid-11 M”. Centro Cultural Paco Rabal. Madrid.

2017. “Gandhara”. Sala de Exposiciones Vaquero Poblador. Badajoz. 2017. “Sofía Gandarias: Mujeres“. Sala de Exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Universidad Complutense. Madrid. 2018. “Gernika”. Abadía Benedictina del Monasterio de Silos. Santo Domingo de Silos. Burgos. 2018. “Homenaje a El Greco”. Centro Cultural San Marcos. Toledo. 2018. “Gernika”. Cripta de la Basílica de San Miniato al Monte. Florencia. Italia.

2007. Exposición de la serie: “NY 11 S“. Real Academia de España en Roma.

2019. “Gernika”. Iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles. Roma. Italia.

2008. “Primo Levi, la memoria“. Zagreb. Croacia.

2019. “Kafka, el visionario”. Centro SefaradIsrael. Madrid.

2019. “Gernika”. Catedral de Fermo. Italia. 2019. “Gernika”. Palacio de Ávalos. Vasto. Italia. 2019. “Gernika”. Sala San Gregorio. Asís. Italia. 2020. “Gernika”. Palacio de las Naciones. Ginebra. Suiza.


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EXPOSICIONES COLECTIVAS:

MUSEOS Y COLECCIONES:

COLECCIONES PRIVADAS:

1979. Bienal de Oviedo.

Museo de Albacete. Museo Municipal de Santander. Museo de la Paz Gernika. Burdeos. Ca Pessaro (Venecia). Malabo (Guinea). Museo Provincial (Ciudad Real). Garcia Lorca. Fuentevaqueros. Granada. International Yehudi Menuhin Foundation Fundación Yehuci Menuhin. España Parlamento Europeo. Bruselas Senado. Madrid. Casa Museu Fernando Pessoa. Lisboa. Museu da Cidade. Lisboa. Universidad Carlos III. Madrid. Fundación Príncipe de Asturias. Palacio Real de Jordania. British Red Cross. Sede UNESCO. Paris. Universidad de Dili. Timor. Veranneman Stichting. Bélgica. Teatro de la Fenice (Venezia). Casa Neruda Isla Negra (Chile) Musée Garnier (Ópera de Paris). Fondazione Levi Montalcini (Roma. Cátedra Cortázar(Guadalajara, México). Biblioteca Nacional (Lima, Perú). 9/11 Memorial Museum (Nueva York). Biblioteca Nacional de España. Teatro Real. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). Musée de la Resistance Française. Universidad Hebrea ( Jerusalen). RAE

Paris, Venecia, Bruselas, Amberes, Londres, Estrasburgo, Milán, Los Ángeles, Boston, Quito, La Paz, Madrid, Barcelona, Santander, Mallorca, México, Nueva York, Lisboa, Tokio, Copenhague, San José de Costa Rica, Florencia, Roma, Atenas, Berlín, Berna, Sevilla, Chiclana (Cádiz).

1980. Muestra pro Derechos Humanos.Madrid. Premio Francisco de Goya Centenario Círculo de Bellas Artes. 1983. Francisco de Alcántara. 1984. Salón de Otoño Bienal de Pontevedra. 1984. Fundación Santillana. Cantabria. 1997. Fondation Delvaux. St. Idesbald. Bélgica. 1998. Veranneman Stichting. Bélgica. 1998. Casa natal de García Lorca. Fuentevaqueros. Granada. 2004. Centenario de Pablo Neruda. Museo de América. Madrid. 2008. “A consistencia dos sonhos”.Retrato de Saramago.Palacio de Ajuda. Lisboa. Instituto Tomie Ohtake Sao Paulo. Brasil. 2010. Retrato de Gabriela Mistral, Museo de América (Madrid)


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BIBLIOGRAFÍA:

2004: “Primo Levi, la memoria”, en la Fundación de las Tres Culturas. Textos de Diego Carcedo, 1980: “Kokoschka-Alma-Mahler”, edición a car- Gianni Vattimo, Reyes Mate, Jean Samuel, Giango de José García Nieto, RNE editores. franco de Bosio.

con textos de Simone Veil, Augusto Roa Bastos, José Saramago, Esther Bendahan, Carlos Fuentes, Sami Naïr, Mercedes Monmany, Yehudi Menuhin, Federico Mayor Zaragoza…

1981: Exposición en el Museo Municipal de San- 2007: “New York 9/11”, Rocca Albornoziana, tander. Textos de Enrique Azcoaga, José Hierro, Spoleto (Italia). Textos de Sami Naïr, Gianfranco Manuel Conde y José Mº Iglesias. de Bosio y Edward Malefakis. “New York 9/11, Sofía Gandarias”, exposición en la Real Acade1986: “Presencias”, exposición en la Fundación mia de España en Roma, 2007. Ediciones de la Banco de Bilbao, texto de Augusto Roa Bastos. Cooperación Cultural Española en el Exterior.

• José Garcia Abad, “Sofía Gandarias, agitadora de conciencias”El Siglo 8–14 febrero. • Anaïs Sanchez “La pintora que dio color a la escritura” El Siglo 1-7 febrero

• Kosme de Barañano “Fieramente humana”, El 1990: Sofía Gandarias, “Retrospectiva”, Arsenale 2009: “Kafka, der Visionär”“, Haus am Kleistpark, Mundo Editrice, SL. Berlín. Textos de Rita Levi Montalcini y Michael Nungesser; “ Der Club Bertelsmann” Leipziger • Alison Moss. “A tribute to the late basque pain1995: “Pela Tolerância”, exposición Palacio dás Austellung.pdf ter sofia gandarias” Galveias. Textos de José Saramago. Ediciones Pelouro de Cultura. 2010: “Kafka, el Visionario”, Czech Center, Ins- • https://theculturetrip.com/europe/spain/artitituto Cervantes. Texto de José Saramago. «Sara- cles/a-tribute-to-the-late-basque-painter-so1996: “Pour la tolérance”, exposición en la Gran- mago: «Dio non ha letto Kafka»». www.corriere. fia-gandarias/ ver en noticias www.gandarias.es de Arche de la défense (París). Textos de Federico it http://www.corriere.it/cultura/10_luglio_05/ Mayor Zaragoza, Carlos Fuentes, Juan Goytisolo, depetris-saramago-dio-kafka_ • Prof. Julián Garcia Sanchez, “Sofía Gandarias, Simone Veil, Yehudi Menuhin y Sami Naïr. El llanto de las flores”, IV Simposio Humanida2012 publicación de “Presencias Instantes” por la des, Oftalmología. Hospital La Paz. file:///C:/ 1999: “Arte en el Senado”, texto de Guillermo Secretaria General Iberoamericana (SEGIB) con Users/enrique/Downloads/Gandarias%20 Solana. textos de Augusto Roa Bastos, Francisco Jarauta, pptx%20copia%202%20(1).pdf Carlos Fuentes, José Saramago, 1999: “Guernica de Sofía Gandarias”, por Kosme • “El Coloquio de los perros “ con ilustraciones de de Barañano, ediciones Museo de la Paz, Guer- 2015 2ª edición “Presencias Instantes” SEGIB Sofía Gandarias, Ed. Gredos. nica. 2016 Juan Cruz «Sofía Gandarias, retratista de la 2001: Catálogo “Primo Levi, la memoria”, en Mi- literatura». Cultura.elpais.com lán. Textos de Jean Samuel, Simone Veil, TF ediciones. 2002: “Primo Levi, la memoria”, en Turín. 2017: Sofía Gandarias, “Gandhara”. Editado por Textos de Gianni Vattimo, Gianfranco de Bosio, la Diputación de Badajoz. Jean Samuel. TF ediciones. 2003: “Primo Levi, la memoria”, Museo de Historia Moderna, Liublia- 2018 publicación de “Homenaje a El Greco” por www.gandarias.es na. Textos de Demetrio Volcic, Ciril Zcobec. la Fundación Yehudi Menuhin España (FYME)


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CATÁLOGO I

La memoria. Llegada a Auschwitz, 26 de febrero de 1944, 21 horas. 195x130 cm, óleo sobre tela 2000. 2

Auschwitz, 27 de febrero de 1944, muerte de Emilia Levi (3 años) y de su hermano Italo Levi (7años), gaseados. 162x130 cm, óleo/cemento/collage, 2000. 3

Auschwitz, 5 de la tarde, salida del trabajo. 162x130 cm, óleo/cemento, 2000. 4

Auschwitz, hornos crematorios.

146x114 cm, Óleo/cemento/collage, 2000 5

La memoria, Levi y seis millones más. No nos olvidéis. 147x97 cm, óleo/cemento, 2000. 6

El vacío

230x190 cm, óleo/cemento/collage, 2000.


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Estos cuadros se pintaron con óleo sobre tela, cemento y collage. La frialdad del cemento expresa e incorpora el drama. No es un grafito, pero podría haberlo sido.

Sofía Gandarias



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