DE GALEONES Y NAUFRAGIOS MIGUEL ANGEL O R D ~ ~ ~ E Z Fotos: Jonathan Blalr
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de agosto de hace 277 aiios. Son las nueve de la maiiana y el mar se encrespa por momentos cuando, desde su camarote en el gale6n Nuestra Seiiora de Guadalupe, el teniente general Baltasar de Guevara divisa brumosa la costa de La Espaiiola. En ese momento, empieza a temer que tuvieran raz6n 10s franciscanos que se negaban en la vispera a reembarcarse tras la aguada de San Juan de Puerto Rico. Temerosos porque el mar estaba algo revuelto, 10s religiosos se parapetaban en el timido apoyo de don Sebastiln de Villaseiior, capitln del Tolosa, el otro navio que junto a1 Guadalupe forma la Flota del Azogue. De Guevara impuso finalmente su rango de comandante de la flota, despuBs de medio dia perdido por culpa de 10s frailes. Ya son cerca de 40 10s dias transcurridos desde su salida de Cldiz (Espaiia) y debe llevar cuanto antes a Veracruz las 368 toneladas de mercurio que envia el rey para la extracci6n de oro plata en las minas del Nuevo Mundo. Tambitn 10s 1,200 pasajeros tienen ganas de llegar a su destino. "Entre 9 y 10 de la maiiana arreci6 con tanta fuerza el viento norte que aunque se practicaron todas las diligencias posibles para rebasar el cab0 que llaman de Cabr6n (...) no se pudo lograr", narra posteriormente el maestre de plata del Guadalupe, Francisco Barrero. Hasta eso de las dos de la madrugada, segtin el relato de Barrero, se luch6 enconada e infructuosamente contra 10s vientos huracanados. Ni siquiera las anclas detienen el retroceso y el Guadalupe viene a chocar repetidas veces contra ikecifes. El Tolosa resiste algo mls, hasta ver la luz del25 de agosto, en que, a tres leguas, se lo traga la Bahia de Samanl. Toda la tripulaci6n del Tolosa feneci6, except0 unas cinco personas, de acuerdo con las cr6nicas del Archivo General de Indias. "El Guadalupe tuvo mucha mits suerte. A1 encallar cerca de la costa -seiiala el arquedlogo espaiiol Carlos Le6n-
, mbs de 500 personas salvaron la vida llegando hasta la costa, en lo que ahora es la actual Miches, aunque alli comenz6 para ellos una odisea casi tan dolorosa como el propio naufragio". Esa odisea y la aventura cientifica que supuso el rescate de 10s restos arqueol6gicos ha dado pie a la exposici6n "Huracln 1724. Navegantes y nbufragos de la ruta del mercurio", que alberga ahora mismo el Museo Cosmocaixa, en Madrid. Es una recreaci6n minuciosa del lance de la Flota del Azogue y sus pasajeros; sus historias personales, la de sus pertenencias, la vida a bordo y como nlufragos ... hasta sus olores: "Es una nueva forma de plantear exposiciones de arte, si se quiere, de historia. Es una exposici6n interactiva -seiiala M6nica SolB, responsable de Cosmocaixa. Hay una zona en la que podemos oler cada uno de estos objetos. Podremos oler una botella de vino rancio que se ha recuperado, que ha estado casi tres siglos en el fondo del mar; podremos oler la p6lvora de la Cpoca, la brea, infinitud de objetos que se recuperaron del fondo del mar". Son 1,200 metros cuadrados 10s que ocupa la exposici6n, en la que destaca la reproducci6n a tamaiio natural de parte del casco del Guadalupe tal y como fue descubierto frente a las costas de Miches. Por ella ha pasado, en poco mls de un aiio, medio mill6n de visitantes. Antes estuvo dos aiios en Barcelona, en la Fundaci6n La Caixa, y en Madrid ha de permanecer hasta el verano de 2002, en que se trasladarl permanentemente a Repliblica Dominicans, en forma de donacibn. S610 la museografia de la muestra cost6 US$3 millones.
Un accidente de la historia La aventura cientifica que culmin6 en esta exposicidn es todo un hito que se inicia en 1975, cuando un grupo de pescadores de Miches se topa con los restos del Guadalupe, a ocho metros de profundidad, a poca distancia de la costa. Como cuenta Francisco Elpidio Candelario, vecino de Miches, "eso se descubri6 accidentalmente. Lo descubrieron buzos locales que pescaban. Chocaron con una pila de bnforas. Una se desprendi6 de arriba
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