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DiarioLibre.
Lunes 13 de octubre de 2008
Revista FUENTE EXTERNA
El ruiseñor: un cantor políglota y burlón SIMÓN GUERRERO
SANTO DOMINGO. Un lector
acucioso me pregunta si el nombre científico Mimus polyglottos, que yo atribuyo al Ruiseñor, no corresponde más bien al Sinsonte, pues él creía que el Ruiseñor sólo vive en Europa. El lector tiene en parte razón, pero sucede que a veces la gente designa dos animales con el mismo nombre. Eso pasó con el “Ruiseñor” nuestro, así llamado por Colón, porque su canto le recordó al de Europa, y asílo llaman en las demás Antillas (Nightingale, en Jamaica; Rossignol en Haití), con la excepción de Cuba, donde sobrevivió la voz taína Sinsonte, que significa muchas voces, pues los indios sabían que imita el canto de otras aves. El origen parece ser la voz indígena Sensontle, con la que designan en Centro América a un ave
del mismo género (Mimus gilvus). En Estados Unidos, por la misma razón, le llaman Mockingbird (pájaro burlador). En la década de los sesenta se estrenó la película “To kill a Mockingbird”, basada en la novela de Nelle H. Lee, que se tradujo al español como “Matar un Ruiseñor”. De modo que el nombre Ruiseñor o Nightingale lo aplican en América a un ave muy distinta. Lo exclusivo de Europa es el ave (Luscinia megarhynchos), no el nombre (Nightingale), que significa “galán nocturno”, ya que sólo canta de noche. Por eso Julieta, que ansiaba una noche perpetua de amor con Romeo, lo confundió con la alondra (Alauda arvensis), que es un cantor matinal. El ruiseñor europeo es mucho más pequeño, canta de noche y carece de la capacidad de imitar del
nuestro. Además, el nativo es capaz de imitar al europeo, como se comprobó en un incidente ocurrido en un zoológico de Florida que tenía dos parejas del ruiseñor europeo, a las que cuidaba con justificado celo. Una mañana, el cuidador a cargo del aviario se dio tremendo susto cuando llegó al zoológico y los oyó cantando afuera. Pensó que se habían escapado, lo que sin lugar a dudas le costaría el puesto. Cuando fue a ver como se habían fugado, descubrió, para sorpresa suya, que las aves permanecían en sus jaulas. El canto que provenía de los montes cercanos era producido por el ruiseñor americano, que en unos pocos días ya había aprendido a imitarlo a la perfección. Mimus polyglottos no sólo imita el canto de otras aves sino que es capaz de imitar muchos otros soni-
Nightingale o ruiseñor.
dos. En ocasiones, sobre todo en noches de luna llena, también puede volverse cantor nocturno. La pregunta obligada es ¿Por qué imita el canto de otras aves? ¿Qué ventaja le aporta a la especie esta peculiar conducta? Cuándo traba-
jaba como voluntario en el National Zoo de Washington, un ornitólogo del Smithonian que realizaba una investigación sobre esta especie, me dijo que al parecer se trata de una conducta adaptativa vinculada a la selección de pare-
ja: las hembras escogen a los machos que tienen un repertorio más variado. Es difícil no ceder a la tentación antropomórfica de que las hembras de esta especie, como las de la nuestra, prefieren a los machos más locuaces. Una confusión similar surge con el nombre de la Jutía. Don Mariano Lebrón, un príncipe de las letras, se indignó cuando vio que la Real Academia llama jutía a un roedor cubano. Cuba tiene roedores endémicos y nosotros también. Pero en ambos países los llaman Jutías, aunque son animales diferentes. Lo exclusivo de cada isla es el animal, no el nombre. Para evitar estas confusiones fue que se crearon los nombres científicos, que son universales. Es un viejo problema discutido por los griegos hace 26 siglos y que los lingüistas modernos han reinventado: ¿Son las palabras un reflejo natural de los objetos que designan, de la misma manera que el humo lo es del fuego? Es evidente que no. guerrero.simon@gmail.com
Dyango no violó derechos de autor al modificar tema “Maite” Los familiares del autor le habían demandado en 1999 y pedían indemnización MADRID. El Tribunal Supre-
mo (TS) respaldó al cantante Dyango al considerar que los arreglos que introdujo en la canción ‘Maite’, (Pablo Sorozábal, 1941), no lesionaron los derechos del autor porque no supusieron “una modificación de la configuración artística de la obra”. Hace 11 años los herederos del maestro Sorozábal demandaron al artista y su compañía (Emi Odeón) ante el Juzgado de Primera Instancia número 20 de Madrid y reclamaron el cobro de una indemnización de 2,5 millones de pesetas (15,000 euros), al considerar que la versión de Dyango, que fue incluida en su disco ‘Amante gaviota’, desvirtuaba el original. En su demanda, los recurrentes también solici-
Dyango
taron la “inmediata retirada” de todas las grabaciones de este tema que existen en el mercado. ‘Maite’ es un zortzico (composición musical vasca en cinco por ocho popular en el País Vasco) que fue compuesto para su inclusión en la banda sonora de la película ‘Jai Alai’. En su resolución judicial, hecha pública hoy domingo, la Sala de lo Civil del Supremo detalla que la interpretación de los contratostipo entre la Sociedad
General del Autores (SGAE) y las productoras por la grabación de obras menores corresponden al tribunal de apelación, que en este caso fue la Audiencia Provincial de Madrid. En este sentido, asume la tesis que defendió este tribunal según la cual el tema de Dyango “contiene todo el material melódico del original y respeta, por lo general, la armonía”, ya que “se aprecia como modificación más significativa la alteración del ritmo original de la obra”, el denominado “tiempo del zortzico”. Según el alto tribunal, esta modificación “no la deforma sustancialmente, habida cuenta de que, según las propias versiones del autor, éste restringe el propio ritmo del zortzico, así como un diverso acompañamiento instrumental y otros cambios menores, todos ellos orientados al estilo y peculiaridades del intérprete”. AGENCIAS