De La Urbe Urabá-01

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Fotografía: Cortesía

2 Testimonio

“¿Cuál es la causa por la que

uno pelea?” Después de 17 años, los recuerdos de la Batalla de Tamborales siguen presentes en la memoria uno de sus sobrevivientes. La historia de un soldado que se pregunta por qué fue entrenado para matar.

Bertha Durango Benítez berthalia83@hotmail.com

E

l día que Ramiro ingresó al Ejército Nacional fue el más feliz de su vida. No había cumplido los 18 años, pero eran tantos sus deseos de hacer parte de las filas militares que buscó la manera de alterar su edad y enlistarse. Había crecido junto a sus siete hermanos en el campamento de una finca bananera cerca del municipio de Carepa, dormían todos juntos en una pieza pequeña y, mientras su mamá trabajaba en la finca, él atendía a sus hermanos menores. Desde pequeño tuvo un sueño, el que quizá tenían muchos niños de su época, ser un héroe. Pero no uno de esos que mostraban por la televisión, esos héroes de hierro, con motos veloces y capa negra. No, quería ser un héroe de carne y hueso. Quería ser soldado de Colombia. “Yo los veía acampando en la bananera, con sus

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equipos y unas ollas muy grandes que utilizaban para hacer la comida, los veía de lejos y decía que quería ser como ellos”. Ramiro quería crecer cuanto antes para lograr el sueño de vestir ese uniforme y ayudar en su casa, quería que sus hermanos y su mamá comieran bien y que no volvieran a pasar necesidades. Corrían los primeros días de 1996. Ramiro, aún sin cumplir la mayoría de edad, se presentó a la Brigada XVII: “Recuerdo que ese día había una fila muy grande, yo llegué y traté de colarme, no quería quedarme por fuera. No se me olvida que salió un teniente y dijo que solo iban a llamar hasta la letra m. Mi apellido es por la r, sin embargo, yo esperé. Usted no se imagina la alegría tan grande que sentí cuando al rato el teniente volvió a salir y dijo que llamaría otros más. Cuando finalmente escuché mi nombre y apellido, eso fue una felicidad muy grande”. Recuerda que la primera noche en el batallón eran más de quinientos soldados acostados en catres. Tendría que acostumbrarse a lidiar con quinientos hombres más y no solo con sus siete hermanos. Al otro día,


3 Ramiro ya estaba con la cabeza rapada, botas negras y el uniforme con el que tanto había deseado vestirse. Luego de tres meses de entrenamiento, de trasnochadas y madrugadas haciendo flexiones de pecho, escuchando los insultos y siendo víctima de los castigos del teniente, Ramiro dejaba de ser un recluta y juraba ante la bandera defender a su patria a costa de lo que fuera. Durante los 18 meses de servicio militar obligatorio no tuvo muchos encuentros desafortunados con lo que en el Ejército llaman “el enemigo”. Patrulló junto a su tropa por Urabá con su uniforme empapado de agua, aguantó sed, hambre, frío, calor, pero no fue más de ahí. Su servicio militar terminó y regresó a su casa, que no era otra que el campamento de la finca bananera donde seguían sus hermanos y su madre. Había cumplido su sueño de ser soldado, pero no el de poder ayudar a su familia. “Finalmente encontré trabajo en una finca. Me iban a pagar un salario, iba a poder comprar comida y ropa para mí y mis hermanos. Me tocaba cargar los racimos de banano en el hombro, a las dos semanas ya tenía mi espalda pelada, pero no me importaba, seguía trabajando parejo de sol a sol. La primera semana me gané 160 mil pesos y la segunda 110 mil, pero cuando me llegó el pago solo me dieron 57 mil pesos de la primera y 63 mil de la segunda. Yo me quedé muy aburrido, fui donde el administrador y le pregunté dónde estaba el resto de mi pago, me dijo que eso era lo que me tocaba porque me habían recortado lo que correspondía al contratista”. Ese mismo día Ramiro abandonó la finca bananera. No sabía a dónde ir, dónde buscar nuevamente trabajo. Para 1998 Urabá ya se había convertido en un campo de batalla, las disputas territoriales se hacían más evidentes, los diarios y noticieros informaban de cientos de masacres. Los soldados y sus familias se habían convertido en objetivos principales de la guerrilla. Antes, cuando Ramiro salió de su casa a prestar el servicio militar, tuvo que solicitarle permiso al jefe guerrillero de la vereda, no podía irse sin su consentimiento, de lo contrario él y su familia correrían peligro. “Yo fui y le dije que quería irme a prestar servicio, él me dijo que estaba de acuerdo, pero que apenas terminara mi servicio obligatorio me retirara, que no me quedara trabajando en el Ejército, porque ahí sí no respondían”. A pesar de esas palabras y de saber el riesgo al que se expondría, Ramiro no tuvo otra opción que regresar al batallón y solicitar que lo recibieran como soldado profesional. “Ese día yo salí aburrido de esa finca y de una me vine pa´ Carepa y entré al batallón. Un sargento me dijo que si quería ser voluntario no tenía que hacer mucha vuelta y me señaló a otro señor que era el que se encargaba del proceso”. En plena guerra no eran muchos los hombres que se ofrecían para ser soldados voluntarios e ir a pelear al monte. A las dos horas de Ramiro haberse acercado a la Brigada ya tenía en sus manos nuevamente el uniforme verde, las botas negras y su equipo de combate. “No me hicieron exámenes, nada. Necesitaban gente y no les importaba en qué condiciones estuviera”. Empezó a ganar 288 mil pesos mensuales y tenía cómo ayudar a su familia. Ramiro no imaginó que en la mañana del 10 de agosto de 1998 estaba a punto de empezar a vivir los peores días de su vida. “Nos levantamos en la madrugada, sabíamos que cerca de Mutatá se estaba presentando un combate muy fuerte, pero no teníamos idea de que nos tacaba ir a nosotros”. El combate llevaba tres días cuando Ramiro y su tropa llegaron al sitio como refuerzo. La guerrilla había matado a cerca de 36 soldados y había secuestrado a sus comandantes. “Cuando llegamos ya estaba el tiroteo muy caliente, encontramos muertos por todos lados, jovencitos, niños, adultos. Era un campo de batalla, uno disparaba para todos lados”. Luego de cuatro días el combate persistía, la tropa trataba de avanzar en busca de los soldados secuestrados, pero solo hallaba más balas, morteros y bombas. “El 14 de agosto fue lo más duro, ese día nos adentramos en el campamento guerrillero, había niños, mujeres embarazadas, era horrible, balas por todos lados, nos disparábamos todos contra todos. Como habían pasado tantos días ya estábamos todos sucios de sangre, de tierra, entonces no nos reconocíamos bien. Uno disparaba a lo que se moviera, la idea era sobrevivir. Ese fue el día en que me hirieron, me metieron dos tiros en el glúteo

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Quería ayudar en su casa, quería

que sus hermanos y su mamá comieran bien y que no volvieran a pasar necesidades.

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derecho y uno más arriba, en el momento uno no siente, uno lo único que quiere es salir vivo de ahí”. Pidieron más refuerzos al batallón, pero la ayuda nunca llegó. Ramiro emprendió la marcha para salir de ese campo de combate junto a catorce compañeros más. “Dábamos vueltas, caminábamos, corríamos. Recuerdo que en un momento uno de los dos muchachos que iban conmigo atrás se agachó a amarrarse las botas y, cuando levantamos la vista, los otros compañeros ya no se veían, se fueron y nos dejaron. Seguimos caminando, yo me quejaba mucho, estaba perdiendo mucha sangre, uno de mis compañeros sacó una pañoleta y me la metió en la herida, me decía que todo estaba bien, que no era tan grave. Hubo un momento en que yo ya no podía más, me estaba cayendo muy seguido, sentía que no tenía fuerzas, uno de mis compañeros se adelantó y el otro se quedó conmigo”. Pero luego, ocurrió lo inevitable, Ramiro se quedó solo y mal herido en medio de una selva espesa. “Mi compañero me dijo que él tenía que seguir, que no podía esperarme más, yo le rogaba que no me dejara solo, que por favor esperara, me dijo que era mejor que él se fuera y que luego vendría por mí o mandaría a alguien para que me sacara de ahí”. A Ramiro le tocó seguir solo. Las heridas comenzaron a infectarse y el dolor se hacía cada vez más intenso, el hambre comenzaba a hacer mella en su cuerpo. “Me alimentaba de hojitas de cogollo, de una que otra frutica que encontraba por ahí, también de semillas. Busqué y busqué hasta que encontré un arroyito de donde podía beber agua y sacar pescaditos, me los comía crudos. A pesar de que me dolían mucho las heridas, yo sabía que tenía que seguir, trataba de no descansar mucho tiempo, sabía que cualquier metro que avanzara era ganancia”. El helicóptero seguía bombardeando la selva. “Yo solo esperaba que no me fueran a herir otra vez”. En una de esas cinco noches que pasó en la selva tuvo un sueño: “Soñé que me habían resca-

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“Sí, somos soldados, pero los soldados no somos de hierro ni de palo, nosotros también sentimos, también nos duele, también amamos, nos enamoramos y también lloramos ”.

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tado y que estaba en un hospital recibiendo atención, que mi mamá llegó a verme y que me abrazó muy fuerte, cuando abrí los ojos lo único que vi a mi alrededor fue selva, selva espesa”. Desde entonces a Ramiro le costaba dormirse porque temía que volviera el mismo sueño. Al quinto día, y luego de dar muchas vueltas, Ramiro siguió un arroyo. Después de mucho caminar, encontró una choza. “Me sentí tan contento, yo ya no podía caminar más, ya no me quedaban fuerzas, llevaba cinco días batallando contra la muerte y el cansancio. Eran unos indígenas, yo me acerqué, me imagino que mi imagen asustaba, estaba barbado, con el uniforme lleno de sangre y barro. Me acerqué y les dije que era soldado, que por favor me ayudaran. Ellos se tapaban los ojos, se tapaban la nariz y escupían, se alejaron de mí y me dijeron que no podían ayudarme. Les dije que entonces me indicaran dónde quedaba Pavarandó, y me dijeron que no sabían”. Les ofreció dinero a cambio de que le indicaran el camino, pero de ningún modo consiguió que lo sacaran de ahí. “Para mí fue muy duro sentir el rechazo de esa gente, de la gente que yo esperaba que me auxiliara, uno supuestamente lucha por un país, si yo me sacrifico por usted y usted me da la espalda, entonces, ¿por quién es que uno lucha y para qué?”.

No tuvo otra opción que seguir su camino solo, incluso caminó más rápido que antes. “Me escondí a la orilla de un camino, más tarde llegaron unos niños indígenas y me guiaron, yo medio les entendía. Ellos me señalaron la dirección que debía seguir para llegar al pueblo”. Sin embargo, no siguió las instrucciones de los niños, se devolvió y tomó otra dirección. Se quedó dormido junto al camino y, de repente, sintió que alguien se acercaba, agarró el fusil y le apuntó. “Era un indígena adulto en un caballo, yo le apuntaba a la cabeza. Él me decía que por favor no lo matara, que iba a ayudarme, me dijo: ‘a indígena dar mercado en pueblo por llevar soldado’. No le creía, pero luego pensé que era la única opción que tenía, dejé que me subiera al caballo y tras cinco horas de camino llegamos a Pavarandó”. Lo recibió un comandante del Ejército. En efecto, estaban dando a los indígenas un mercado por cada soldado que rescataran. A Ramiro lo montaron en un helicóptero junto a tres cadáveres putrefactos. Cuando llegó a la Brigada le brindaron atención y de ahí fue trasladado al Hospital Militar en Bogotá. Luego de su recuperación, Ramiro se enteró de que en ese combate, la Batalla de Tamborales, murieron alrededor de 70 soldados y otros 15 fueron secuestrados. La atención en la unidad militar no fue la mejor, pero por lo menos sanaron sus heridas físicas. Allí los médicos lo trataron del mismo modo que un comandante en el entrenamiento. “Como la mayoría de los médicos también son militares y saben que uno es soldado, le dicen que uno ya está listo otra vez para ir a pelear. Cuando uno se queja le dicen: ‘¡Ay, mariconcito, yo pensé que usted era más machito, ¿usted no es pues un soldado?!’ Sí, somos soldados, pero los soldados no somos de hierro ni de palo, nosotros también sentimos, también nos duele, también amamos, nos enamoramos y también lloramos”. Por esa época, el presidente Pastrana ponía fin a las conversaciones de paz con la guerrilla y la zona de distensión de San Vicente del Caguán fue militarizada. Hasta allí fue trasladado Ramiro. Fue instructor. Hace poco sufrió un accidente, y de nuevo tuvo que regresar al Hospital Militar. “Me operaron de la clavícula, me la partí con un fusil mientras entrenaba a los muchachos nuevos. A las dos de la mañana una enfermera me sacó de la camilla y me dijo que me fuera, que necesitaban la cama para otro paciente, pero un médico se apiadó de mí, me colocó medicina para el dolor y esperó a que amaneciera. Había más de 30 camillas desocupadas, yo no sé porque esa señora quería tirarme a la calle”. Ahora está de nuevo en Urabá, ya ve cerca su jubilación. Se le ve tranquilo, está estrenando casa. Tiene tres hijos. Está casado con Elena desde hace 15 años. Habla con tranquilidad de su historia, es un hombre pausado y sereno. “Yo amo a mucho a mi Ejército, yo vengo de la miseria y hoy tengo mi casa, mis cosas y mi familia bien tenida, he conseguido más de lo que creí posible. Pero lo malo son los directivos. Al Ejército le mandan mucha plata para obras, para que les hagan un buen cuartel y dormitorios a los soldados y esos dineros siempre los desvían. Usted va a un comedor de suboficiales u oficiales y eso es muy bonito, y las comidas muy buenas, en cambio, en el del soldado, la comida la revuelven con una pala. ¿Los soldados qué somos, somos de palo?”. A soldados como él, que llevan muchos años de servicio y ya están curtidos en la guerra, los comandantes los llaman soldados problema. “Uno a esta edad ya reflexiona y piensa por qué causa es la que uno pelea, por qué tanto odio, por qué persigo una gente que no me ha hecho nada, por qué a uno le inculcan ese odio desde que llega al entrenamiento, a uno lo entrenan para matar”. El soldado de carne y hueso está sentado en la sala de su casa, junto a dos de sus hijos que escuchan cómo narra su historia. Ellos sonríen, le acarician la cara, el pelo y lo miran cuando habla. La niña lo mira y le dice: “Papi, te quiero mucho” y se va a jugar. Yo me quedo sentada, con un nudo en la garganta pensando que no voy a poder contener el llanto. La historia me recuerda a uno de mis hermanos quien también fue militar y no tuvo la suerte como Ramiro de vivir para contarlo.


4 Editorial Comité editorial: Patricia Nieto Nieto, Jorge Alonso Sierra, Luis Carlos Hincapié, Raúl Osorio Vargas, Jaime Andrés Peralta Agudelo, Elvia Elena Acevedo Moreno, Gonzalo Medina Pérez., Natalia Botero. Dirección: Juan Camilo Jaramillo Acevedo. Dirección edición regional: Juan David Ortiz Franco. Edición y colaboración edición regional: Wilmar Vera Zapata. Redacción: Bertha Durango Benítez, Sergio Alejandro Ruiz, Mauricio Montoya, Mayk Mosquera Ramos, Luisa Fernanda Gómez Rincón, Kelly Durango López, Karen Arias, Víctor Morales H., Leidy Jhoana Salas Julio, María Alejandra Velásquez Lezcano, Katerine Paternina Yepes, Farit Enrique Mena Moreno, Daniela Cuesta Guerrero, Luz Mery Ávila Montiel, Sergio Alejandro Ruiz, Alejandra Machado, Boris Casas Moreno, Dayana Asprilla, Tatiana González, Ana María Muñoz Ramos, Fraisuleth Morelos Vargas, Jorge Luis Pérez Alzate, Lorena Castaño Pineda, Nubia Cecilia Prestán Pérez, Rubén Moreno, Karen Lorena Bejarano Parra, Viviana Cárdenas Grajales. Diseño: Cristina Montoya Ramírez, Sara Ortega Ramírez. Fotografía: Farit Enrique Mena, Luisa Fernanda Gómez Rincón, Karen Arias, Leidy Jhoana Salas Julio, María Alejandra Velásquez Lezcano, Sergio Alejandro Ruiz, Alejandra Machado, Tatiana González, Ana María Muñoz Ramos, Kevin Andrés Olea. Infográfico e ilustraciones: Cristina Montoya Ramírez. Portada: Enrique Mena. Impresión: La Patria, Manizales. Circulación: 2.500 ejemplares. Director TV: Jorge Alonso Sierra. Director Radio: Luis Carlos Hincapié. Director Digital: Wálter Arias. Director Especiales: David Santos Gómez. Universidad de Antioquia. Rector: Mauricio Alviar Ramírez. Decano Facultad de Comunicaciones: David Hernández García. Jefa Departamento de Comunicación Social: Deisy García Franco. Coordinador de Regionalización Facultad de Comunicaciones: Jorge Ignacio Sánchez Ortega. Las opiniones expresadas por los autores no comprometen a la Universidad de Antioquia.

Universidad de Antioquia, Bloque 12, oficina 122. delaurbe.udea.edu.co, delaurbe@comunicaciones.udea.net.co, delau.prensa@gmail.com, www.facebook.com/sistemadelaurbe, www.twitter.com/delaurbe Teléfono: 219 59 12 FACULTAD DE COMUNICACIONES Ciudad Universitaria-Calle 67 N° 53-108 Medellín - Colombia

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5 Opinión

Acueducto en San Juan de Urabá: ¿paños de agua tibia?

Leidy Jhoana Salas Julio leidyjhoanasalasjulio@gmail.com

A

finales de marzo se inauguró en San Juan de Urabá el acueducto por el que los habitantes de ese municipio esperaron casi 30 años. Esa obra, según la administración local y la Gobernación de Antioquia, sería la solución definitiva a los problemas de acceso al agua potable de esa localidad. Sin embargo, ante las quejas de la comunidad por supuestas fallas después de la inauguración, un grupo de estudiantes viajamos al municipio y en la propia Secretaría de Planeación reconocieron que el agua no llega potable a las viviendas porque buena parte de las tuberías internas se encuentra contaminada. Además, según versiones de los habitantes del pueblo, el servicio funcionó sin cortes dos días antes de la inauguración y hasta dos días después. Pero, a partir de ese momento y hasta la fecha de nuestra visita, el agua llegaba a las viviendas solo durante cuatro horas diarias en algunos sectores y en otros no recibían ni una gota. El alcalde, Emilio Beltrán Cuadrado, confirmó que esa es la situación que persiste en la actualidad, y aseguró que las quejas obedecen a intereses políti-

Opinión

Me disculparán Sergio Alejandro Ruiz serale44@gmail.com

M

e disculparán, pero aún no estoy de acuerdo con que los diálogos de La Habana se llamen “diálogos de paz”. ¿Será que si se llega a un acuerdo entre las Farc y el Gobierno habrá paz en Colombia? El nombre es un tanto atrevido, y más en un país donde la guerra ha sido la fuente de su historia. Me gustaría saber qué tiempos ha vivido Colombia tranquila, un poquito en paz. La mayor parte de nuestra historia –si no es toda- gira alrededor de guerras y muerte. Y perdonen si lo afirmo, pero estamos en una cultura de guerra en la que el otro es mi enemigo. No es nuestra culpa, así crecimos, así crecieron nuestros padres. Yo pregunto algo, por demente que suene: si hay una pareja teniendo relaciones sexuales en un lugar público ¿qué hace usted? Píntese la escena: un parque fresco, con muchas personas caminando, niños jugando; y una pareja

cos porque la comunidad estaba enterada de que el acueducto entraría en un periodo de prueba que puede extenderse hasta por tres meses. Explicó que en la segunda etapa, para renovar la tubería, se invertirán 9.700 millones de pesos y que, a partir de ese momento, sí se podrá decir que hay agua potable en el municipio. Esperemos. Lo cierto es que en San Juan de Urabá todavía puede verse la publicidad que muestra a un niño tomando agua de la llave y que asegura que el agua potable ya llegó. Eso no es cierto, como la propia Alcaldía lo reconoce. Por eso, los métodos de recolección artesanales siguen vigentes: pocetas de hasta tres metros de profundidad para almacenar agua lluvia que llega a través de los canaletes en los techos. Los pobladores también continúan comprando galones a los aguateros, el oficio que, se suponía, iba a desaparecer con el acueducto. Entonces, la noticia de que en San Juan ya hay agua potable no parece ser tan cierta y, al parecer, se inauguró una obra inconclusa con mucho caminos por recorrer. Hay que entender que las autoridades encargadas de las obras no están haciendo un favor, que están cumpliendo con su deber de gobernadores y que, si incumplen, la comunidad puede reclamar. Siempre es bueno ver iniciativas que contribuyan a la calidad de vida en Urabá. Ahora, queda estar atentos.

desnuda haciendo el amor bajo las sombras de los árboles. La reacción es obvia. Personas gritándoles palabras como: vulgares, degenerados, o cosas así. Pero si hay un par de hombres dándose golpes en ese mismo parque, con las mismas personas y los mismos niños jugando ¿qué haría usted? La pregunta debería cambiarse, debería ser ¿a cuál de los dos hombres apoyaría? Porque no nos digamos mentiras, la reacción de la gente ante una pelea siempre es la misma: una ronda entorno para ver quién gana. Entonces, ¿cómo hablar de paz si despreciamos el amor y no la guerra? Por fuerte que suene, tenemos el chip de la guerra en la mente. Y nos lo instalaron desde pequeños, cuando veíamos películas de acción. Mientras le daban una paliza al protagonista, sentíamos odio por su oponente y hasta soñábamos con asesinarlo. Esto no está mal. Desear asesinar es natural en el ser humano; el problema hacerlo. No estoy seguro de que haya paz en Colombia, pero propongo que empecemos por nosotros, por cada uno, por ti, por mí. Qué tal si, en vez de mirar mal a quien nos mira mal, le regalamos una sonrisa; qué tal si, en lugar de decirle palabrotas a un amigo, le decimos que lo queremos; qué tal si, en lugar de pensar solo en mí, pensamos en nosotros; y qué tal si, en lugar de pelear en las calles, hacemos el amor. Respetemos la vida, la tuya, la mía, la de ellos. La paz comenzará el día en que todas las vidas tengan la misma importancia.

Opinión

¿Y la paz en la calle? Mauricio Montoya jamesmon.toya@hotmail.com

C

uando alguien dice paz no puedo evitar pensar en Santos, Uribe, La Habana y la selva colombiana. Es como una fuerza que me dice “la paz, ahora, es política”. Es una voz en mi mente que no puedo callar, porque aparte tiene razón. Nuestro presidente se reeligió con el discurso de ganar la paz para todos los colombianos, su más grande contrincante mostraba una paz que solo se podía conseguir a través de la sangre. Ambos con argumentos, ambos con intenciones, ambos ¿con el horizonte perdido? Santos no puede prometer La Paz, así, con mayúsculas, como si fuese un objeto propio con identidad. La paz de verdad no se logra en una mesa de negociaciones,

Para que Urabá también se lea

Un grupo de estudiantes se sentó a pensar cuál sería el mejor tema para un editorial que recogiera las preocupaciones de Urabá. Coincidieron en que ese tema es la paz con todas sus aristas: los retos, el escepticismo, la política, la participación, la impunidad. Pero no quisieron ser ellos los encargados de regar tinta, se fueron a sus comunidades y preguntaron cómo la región, cómo los protagonistas de sus historias, sus vecinos y sus amigos, se “pintan la paz”. Así, como ocurrió con ese editorial, vivieron todo el proceso para construir esta primera edición regional de De la Urbe. Estas páginas son el resultado de las inquietudes de una generación activa que, como también ocurrió con la edición del Suroeste que ya circula, se metió en la película de hacer periodismo para que Urabá también se lea.

Soy afro de dientes para adentro

Ay manito, si te contara. La gente que ‘isque’ lucha por los derechos de los africanos acá en Urabá y les gusta ponerse el turbante más alto, la camisa más colorida para parecerse a los negros de África, el 21 de mayo soltarse el cabello rizado y sentirse ‘isque ergulloso´. Pero cuando los inmigrantes de países como Ghana, Somalia y Togo salen de sus territorios y llegan a Urabá por la guerra, la pobreza, el hambre y la falta de oportunidades los negros de esta región no les brindan ni la mano. Ese discursito de identidad afro, de África como el continente madre de nuestra raíz, se les viene al suelo. ¿Por qué no ayudar a “nuestros hermanos”?

Detrás del partido

Urabá vive la fiebre del fútbol y con ello la imagen de su hinchada marca un precedente. Mientras en muchos encuentros futboleros del país hay que padecer enormes filas, intensas requisas y enfrentamientos entre las llamadas barras bravas, la región tiene otra forma de vivir el espectáculo. Acá el fútbol se vive al son de la música de los tambores. Además, en las gradas del estadio Jhon Jairo Tréllez se vive una fusión donde el color de la camiseta no es limitante para compartir aficiones, es un encuentro pacífico donde lo más importante es el amor a este deporte.

La es así

educación

en

Colombia

Ustedes no se imaginan el dolor que sentimos cuando pasamos pirateando por la sede de la U. de A. en Apartadó y la vemos tan grande, tan cómoda y tan sola. Saber que nos toca recorrer una hora más para llegar a Turbo a una sede totalmente opuesta y encontrarnos con una inundación para la cual no vinimos preparados. De haberlo sabido hubiéramos traído las botas, la chalupa o el equipo de buceo. Más indignante aún es saber que cuando nos quejamos, la respuesta es: “Aquí se ha graduado mucha gente en esas condiciones y la educación en Colombia es así”.

porque ese es un proceso para terminar con un conflicto armado de más de cincuenta años. Ya es demasiado tiempo de fuego y sangre en los que muchos han olvidado los motivos por los cuales algunas personas decidieron armarse y enfrentarse al Estado. La Paz tampoco se consigue con más sangre, con más dolor, con más viudas y más huérfanos, eso sí es lo que en verdad aleja a Colombia de algún día verse como un país donde se pueda caminar con tranquilidad. Y es que la paz no se logra con guerra, pero tampoco se logra solo con la ausencia de ella. Antes de empezar con la paz política, al pensar en paz, pensaba en una silla, cuatro de la tarde, una gran ventana, la vista de dos niños jugando afuera de esa ventana, un café tibio, no amargo, no dulce, un cigarrillo y un buen libro para mirarlo sin afán. Esa era, así la definía y trato de seguirlo haciendo así, porque trato de seguir defendiendo la paz como un modo personal de vivir, que es tan personal que se lo contagias a quienes te rodean. Los diálogos deben continuar, es importante, pero se debe dejar de pensar que la paz va a suceder en el momento mismo que se firme el último punto, de la última petición, de la última condición, porque es muy difícil pensar en paz en un país donde a las personas las violan en los sistemas de transporte masivo, donde hay ministras que se niegan a reunirse con un sindicato, donde si alguien dice que no le gusta el fútbol hay alguien más que parece sufrir un derrame. La paz no se resume en unos diálogos, pero sí ayuda mucho, pues es más fácil conseguirla en un país donde no se tiene miedo de caminar por las montañas, que en uno donde las balas son el orden del día.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


6 Análisis

Varias iniciativas pretenden combatir el desempleo en Urabá. La población joven tiene propuestas diversas para encontrarle salidas a esa problemática.

Fotografía: Enrique Mena

Desempleo juvenil en Urabá: ¿muy maduro?

La informalidad es uno de los destinos de la población juvenil de Urabá cuando no encuentra posibilidades formativas para acceder a empleos estables y bien remunerados.

Mayk Mosquera Ramos m.k30@hotmail.com

L

a región de Urabá enfrenta una tasa de desempleo juvenil que hoy sobrepasa el 45,31 por ciento. La cifra es alarmante si se tienen presentes dos situaciones: una, el número de jóvenes que viven en la región frente al total de su población, y dos, el trabajo arduo, doble e imperante que genera sobre ellos y sus familias la carencia de contratos que garanticen la justa remuneración por el esfuerzo físico y mental empleado para producir los bienes y servicios del territorio. En el país 12 millones 68 mil colombianos son jóvenes, de ellos un millón 39 mil son desocupados. Es decir que la tasa de desempleo juvenil se ubica en un 15 por ciento (nueve puntos porcentuales por encima del desempleo total: 9,6 por ciento). El Anuario Estadístico de la Gobernación de Antioquia proyectó para 2014 un total de 642.753 habitantes en Urabá. Esa cifra representa el 10 por ciento de la población del departamento. Si de esta porción el 70 por ciento son jóvenes, se puede inferir que un desempleo elevado en Urabá ya es sinónimo de un nivel de desempleo elevado de la población juvenil. Aunque el Dane no precisa cuál es la participación de Urabá en el nivel de desempleo juvenil nacional, en 2013 la Universidad de Antioquia, el Sena, la Cámara de Comercio del Oriente y la Red Ormet del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), realizaron un ejercicio siguiendo el criterio de la Gran Encuesta Integrada de Hogares del Dane. De ahí surgió la cifra que ubica el desempleo juvenil en la región por encima del 45 por ciento. No obstante, la encuesta se aplicó a personas entre los 16 y los 25 años de edad, y hoy el rango de juventud comprende cuatro años más. En términos más simples, se le debe adicionar a ese 45,31 por ciento el desempleo que registra la población de rangos de 14 a 15, y de 25 a 28 años de edad. La última vez que se conoció un balance del comportamiento del comercio en Urabá fue en el 2011, gracias a un boletín publicado por Fenalco Antioquia. En él se indicó que la Cámara de Comercio de Urabá tenía registro de 7.025 empresas legalmente constituidas, de las cuales un 95,9 por ciento eran microempresas, y sólo 0,2 por ciento grandes empresas. Para ese mismo año sólo el 36 por ciento de los comerciantes reportaron malas ventas, pues el comercio en general concluyó el periodo con buenas expectativas para sus futuros ingresos. Actualmente, aunque la apertura de nuevas unidades productivas ofrezca la idea de una buena salud en materia mercantil en la

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región, la mayoría de estas empresas, al ser naturalmente pymes, es decir pequeñas y medianas, no tienen capacidad para generar más de cuatro o cinco empleos. Por tanto, las únicas salidas de empleabilidad son las grandes empresas privadas y los concursos de meritocracia para el sector público, donde el retiro forzoso es uno de los males necesarios. Las iniciativas contra el desempleo Cuando se discute sobre desempleo, ideas como oferta, demanda, inflación, y salario, aparecen como categorías que se deben evaluar para poder llegar a conclusiones objetivas. Ahora bien, cuando la problemática se suscribe a la población joven; equidad, y políticas, acompañan a las anteriores para dar forma a la línea de trabajo que desde las entidades públicas y privadas se asume para disminuir la tasa de desempleo juvenil. Atendiendo a lo anterior, durante los últimos tres años en Urabá tres grandes iniciativas se promovieron: la Agencia de Gestión y Colocación de Empleos de Comfenalco en el 2013, el Proyecto NEO (Nuevas Oportunidades de Empleo) en 2014, y la Agencia Pública de Empleo en el 2015. La primera promete la atención de jóvenes de 16 años en adelante, mientras la segunda acorta el rango con una meta de atención de 13.690 jóvenes vulnerables, específicamente de 16 a 29 años de edad. Vale aclarar que pese a que NEO es una iniciativa internacional, Comfenalco la opera.

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En el país 12 millones 68 mil colombianos son jóvenes, de ellos un millón 39 mil son desocupados.

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Erika Borja Barbosa, estudiante de octavo semestre de Administración de Empresas de la Fundación Universitaria Luis Amigó en Apartadó, expresa que para hacerle frente a los devenires que trae consigo el desempleo, es necesaria una formación más precisa de la que hoy se dicta en las universidades, además, abrir la panorámica de las posibles esferas de acción que llegan con la formación profesional. Hoy, sus dos premisas la llevaron a realizar dos diplomados con Comfenalco y optar por convertirse en “su propia jefa”, ¿su experiencia?: muy satisfactoria.

“La experiencia es algo que toda empresa exige, entonces uno se ve restringido de alguna manera porque es joven y empieza estudiando antes que trabajando. A través de la universidad doy con la agencia de empleo, presento mi hoja de vida y posteriormente ellos se comunican conmigo ofreciéndome los cursos y diplomados que se ajustaron a mi formación. Yo me perfilo por crear un negocio, si uno estudia Administración de Empresas, por qué no hacerlo en función de uno propio, ¿por qué trabajarle a otro? (…) cuando investigas y te capacitas sobre cositas que pueden solucionar cosas, que al sumarlas dan grandes soluciones, eso te da más seguridad para poder tomar el riesgo. Puedo ingresar a una empresa si deseo, pero crearla es más un proyecto de vida”, dice Erika. Por su parte, Deisy Sepúlveda, con quien realizó los mismos cursos y comparte aulas en Luis Amigó, ve en ellos otra posibilidad: la de realizar una práctica empresarial. Ante el obligado cuestionamiento de cómo adquirirla con tanta demanda, mucho más desde un programa académico que hace un tiempo graduaba cerca de 10.000 mil profesionales al año, ella responde: “Si bien es la más solicitada, es también es la de mayor salida laboral, porque la formación del administrador, al ser trasversal, permite saber de diferentes campos, y por esa misma razón asumir diferentes roles. Estrategias como la de los diplomados te brindan un plus, ya no te puedes dar el lujo de estancarte haciendo un sólo pregrado, porque seguramente harás parte de esa cifra de desempleo juvenil. Debemos ser cada vez más integrales e inquietos por aquellos espacios que ayuden al logro de nuestros objetivos. Hoy tenemos un amplio abanico de opciones para especializarnos, y a eso hay que prestarle atención”, explica Deisy. Ella propone el diseño de cargos de medio tiempo para lograr mayor rotación y vinculación de los aspirantes. Por su parte, Erika habla de un cambio de mentalidad: la necesidad de más empresas, de empresarios y de empleadores. Dos posturas que difieren aun cuando ambas reciben los mismos contenidos y comparten el ideal de desarrollo personal, pero discursos que, detallándolos, apuntan a una misma tarea: posibilitar una mayor capacidad de empleabilidad en la región. Por lo pronto, y siguiendo el principio de la gerencia de organizaciones contemporáneas “lo que no se puede medir no se puede controlar”. A los programas que buscan mejorar el acceso a puestos de trabajo en la región, sin importar su corto tiempo de apertura, resta evaluarlos para determinar si sus costes operacionales se han visto justificados con los empleos que han generado, todo ello con la única finalidad de definir estrategias que solidifiquen su rumbo y representen gratas y mejores experiencias para la comunidad.


Oficios

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ahí vienen ¡Silencio!, los publicalle ‘Venao’ y Roberto desgastan sus suelas pregonando negocios, eventos y hasta muertos por las polvorientas calles de Urabá. Una pareja que encontró en el pregoneo un sustento y un servicio a la comunidad.

Hoy a partir de las 7:00 de la noche no te pierdas la gran rumba caribe en el lote del barrio Obrero, allí estará amenizando nada menos que el sonido tridimensional estéreo laser de Colombia, el sonido del indomable, el incomparable, el insuperable, el sonido que viene arrasando con todo, el que traspasa fronteras, el llena todo, el Firu Dj”. Así es el mensaje de un publicalle o pregonero de publicidad que, con un altavoz y sus dos piernas, se convierte en un medio de difusión más efectivo que el mejor aviso en la radio o la televisión en la región de Urabá. Sus cantos a diario se escuchan en las calles de Turbo, letras interpretadas por Roberto García y Gabriel Rodríguez, ‘Venao’, quienes son primos, amigos y socios en un negocio que consiste en publicitar eventos sociales, comercios, avisar a toda la comunidad de las exequias y hasta realizar ingeniosas propagandas a favor de uno u otro candidato político. “Una vez nos mandaron a decir que dijéramos que sí a la revocatoria y decíamos: ‘Señor alcalde, usted no está haciendo nada de nada’. Eso era para bajarlo del mandato, hasta que nos mandó a buscar el alcalde. ‘¡Dígale a Roberto y al ‘Venao’ que vengan y que no le pidan permiso a nadie, directo a mi oficina!’ Nosotros fuimos y pensábamos: ‘Venao’, nos van a quitar el megáfono, pero ¡no me lo dejo quitar!’.

Al día se ganan alrededor de 20 o 30 mil pesos, aunque hay temporadas como las de las campañas políticas donde se pueden llegar a ganar hasta un millón.

Cuando llegamos allá no le pedimos permiso ni a la secretaria y entramos. Al ingresar de una vez nos dijo: ‘Buenos días muchachos, ¿cómo están? vea siéntense que ustedes están haciendo una labor muy importante y si ya la terminaron yo les voy a pagar para que digan que ¡no!, ¡no a la revocatoria!’. Eso fue inolvidable porque el pueblo nos gritaba ‘torcidos y faltones’, pero es que yo trabajo independiente y puedo hacer la publicidad a quien yo quiera por el tiempo que me paguen”, sostuvo Roberto recordando la anécdota. Los dos personajes son reconocidos en Urabá y en diferentes zonas de la Costa Atlántica. Desde Cartagena o Montería, y desde otros municipios de Antioquia los vienen a buscar. Son inseparables, pues en vez de ser competencia, se complementan el uno al otro, andan juntos por todos lados y reparten las ganancias en cantidades iguales, porque el contrato de uno es contrato para los dos.

ir donde la familia y ofrecer sus servicios de pregonar a la comunidad la mala nueva. Mientras tanto, en el pueblo la gente espera verlos pasar para pedir silencio y así escuchar a quién le llegó su hora, y no solo eso, a los publicalle les hacen repetir el mensaje para saber cada detalle de la muerte del susodicho. “Cuando nosotros vamos anunciando ese muerto, nos llaman a la media cuadra, ‘ajá ¿y cuántos tiros le dieron a ese señor? y ¿quién lo mató?’. Yo les digo, ‘hombe vea, si nosotros fuéramos sabido que nos iban a preguntar eso, pues le hubiéramos preguntado a él’... es que la gente se la quiere coger es toda”. “Que por allá hay un muerto, me dice la misma gente en la calle, entonces uno va y ofrece sus servicios de decirle a la comunidad del fallecido, pero lo cobramos por adelantado porque cuando vamos a la casa por el dinero y vemos el poco de gente llorando y hasta bravos porque uno va, pues nos da como vaina, y de todas maneras estamos prestando un servicio, hasta algunos se escondían para no pagar, entonces mejor las cuentas claras”. A estos dos señores destreza no les falta en su negocio, pues de lo que ocurre día a día en el pueblo sale alguna publicidad de cualquier local comercial. Roberto y ‘Venao’ son muy conocidos no solo por el negocio, sino también por lo que para ellos es labor social. Por ejemplo, alertan a los motociclistas que encuentran a su paso de los lugares exactos donde están los policías de tránsito y así les evitan comparendos, también dan información de algún hecho importante que aqueje a la comunidad, y colaboran con la búsqueda de personas o niños que se extravían. Tampoco les falta el humor, según cuentan, todos los 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, los buscan para hacer bromas, es tal la dicha que hasta gratis lo hacen. Por eso, la población turbeña los aprecia y se han ganado la credibilidad de la gente del pueblo. Es tal su responsabilidad que no dejan Cuando no hay para comer, los puapagar el celular y están disponibles, como blicalle se paran afuera de cualquier los bomberos, la policía o los médicos, las 24 restaurante a invitar a la gente a que horas del día. Constantemente los llaman entre. El dueño los invita a probar lo para que promocionen eventos sociales y que pregonan. culturales que acontecen en el municipio. “Estamos un domingo en la casa descansando, viendo televisión, suena el bendito celular y ¡para fuera!, prácticamente no tenemos un día de descanso que podaEn vía de extinción mos decir, porque todos los días es algo distinto, pero Anteriormente los pregoneros se oían constan- gracias a Dios tenemos trabajito”. temente en las calles y en las plazas públicas dando A ambos siempre les gustó la comunicación social, juninformación que la gente necesitaba. Con el paso de tos hicieron cuatro semestres de carrera en Bogotá, pero los años, se hizo aún más popular esta profesión. Sin no pudieron terminar por problemas económicos y les tocó embargo, hoy en día, los pregoneros se encuentran devolverse para su Urabá natal. Con lo que aprendieron, a en vía de extinción, son muy pocos los pueblos que la edad de 30 años empezaron a trabajar en Turbo. Lo hitodavía conservan a alguien con ese oficio. cieron impulsando campañas políticas. De ahí fue nacienRoberto y ‘Venao’ salen diariamente de sus casas do la idea de hacer publicidad por este medio. Aunque al a eso de las 6:00 de la mañana, el primero vive en el principio les daba un poco de susto hablarle a la gente, su barrio La Invasión y el segundo reside en el barrio La perseverancia los llevó a posicionarse en este mercado que Ciudadela; caminan con unas tulas colgadas del brazo, para ese entonces era novedoso, no porque fueran los prien ellas, llevan una batería similar a la de una moto con meros, sino por la manera como transmitían los mensajes. la cual recargan sus megáfonos. Van de cachucha y en Muchos han intentado ingresar al mundo de los precompañía de su constante amigo, el sol. “El sol, ¿cuál goneros y casi todos han desfallecido al poco tiempo, no sol? ya estamos bien familiarizados con él, el sol es vida han aguantado, porque no solo es caminar todo el día y no nos estorba para nada”. bajo el inclemente sol, sino también saber hablarle a la Aunque suene cruel, lo primero que hacen en el día gente, fabricar bien los mensajes, perderle el miedo al es mirar quién, para su fortuna, ha muerto. Así pueden público y saber interactuar con las personas. Fotografías: Luisa Fernanda Gómez

Luisa Fernanda Gómez Rincón herma7788@hotmail.com

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


8 Crónica

La suerte está echada La suerte define la rentabilidad de las peleas de gallos en un mundo de hombres nocturnos, sedientos de ganar dinero extra y alimentar la diversión de cada fin de semana. Kelly Durango López nanita1331@hotmail.com

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No. 1 Junio de 2015

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Ilustración: Cristina Montoya Ramírez

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Empieza la función!, se abren las rejas desde las 6:00 de la tarde para que los apostadores ingresen al “ruedo” de las peleas, no sin antes comprar sus manillas de colores que indican en qué puesto se van a sentar según su capacidad de pago. Pasan allí no sin antes consumir unas cuantas cervezas, o cualquier otro licor del bar, para liberar la tensión del momento: no hay alternativa, o se gana o se pierde. Las galleras son una tradición en la costa colombiana, por lo que en Urabá, con influencias de la cultura chocoana y cordobesa, es natural su presencia. En Colombia hay lugares donde la actividad es legal y regida por la Asociación Nacional de Criadores de Gallos de Pelea; pero también existen las peleas clandestinas. En Apartadó las riñas legales de gallos más famosas se realizan todos los viernes en un discreto parqueadero junto al puente principal, por ahí mismo donde algunos indigentes del pueblo se ubican a descansar y a pedir limosna. Para Darío Jaramillo, que va los fines de semana a distintas galleras y, en especial, a la mencionada, asistir es solo cuestión de “recreación, de deporte y de plata”. Aunque él tiene su trabajo independiente, se ayuda con las apuestas ganadas, pero no siempre corre con suerte, pues invierte 25 mil o 50 mil pesos según la actitud y de cada viernes. Siempre los mismos pasos antes de fisionomía del gallo y así como ha ganado hasta 200 mil, la pelea: la jaula, el peso, la estatura, las espuelas, el puede que gane 30 mil más que lo que invirtió. Otras, sin licor, los gritos, el gallo que sirve, el que no sirve, la tanta suerte, se va sin nada en la madrugada, cuando ya muerte que aletea, la felicidad en patas ajenas, la trisen definitiva se acabaron las oportunidades. teza en las heridas del contrincante. En el barrio La Arboleda también se realizan galleras Cada dueño está pendiente de evitar malas mañas los días domingos y festivos, pero éstas –dice Darío- son en las prácticas. Algunos echan aceite en el lomo de sus clandestinas porque no tienen un lugar propio para ello, gallos para que el olor espante, y hasta dicen que “las aunque las considera legales porque no le hacen daño a espuelas las untan de veneno” para que al enterrársela ningún ser humano. Allí, en el parque del barrio, se hace al contrincante muera inmediatamente. Pero hay gallos una multitud de hombres y niños que juegan cerca y que que cuando están muy heridos abandonan la pelea anse embelesan viendo las peleas. La Policía también se asotes del próximo golpe. Dicen que sus dueños los matan ma por el lugar, pero no pasa nada. porque ya no sirven o, a veces, tienen tanto dinero que Dentro del disimulado parqueadero hay un bar y les da igual un gallo más o un gallo menos. unas cuantas mesas con sillas vacías. Cerca de las 9:00 de la noche los apostadoLa lucha res van llegando y una seEs hora de ingresar a ñora trigueña los atiende las gradas y al círculo de la con licor en mano y una muerte. Todos con sus mabolsa con manillas de conillas de color específico, la Cada dueño está pendiente de lores: las verdes a 5 mil que identifica quién pagó evitar malas mañas en las prácticas. para entrada general y las un buen puesto y quién no. fucsia a 10 mil pesos para Empieza la primera ronda: Algunos echan aceite en el lomo de el palco preferencial. “Quién da, quién da”, “falCada apostador lleva tan 20 mil”, “faltan 50 mil” sus gallos para que el olor espante su gallo al ruedo previa,“¿a qué gallo le va?”, “este mente entrenado con los es mejor que el blanquito”, cuidados necesarios para “le voy a este”, “en otra que sea de buena “casta” y ronda participo”, dicen los luego lo mete en un contemanager y los apostadores, nedor pequeño por un buen rato, porque antes de la funy así cada gallo va consiguiendo su fanaticada a costa ción pasan varías horas. Pasadas las 11:00 de la noche sade apariencia y actitud. can a las aves de su celda y, antes de morir o vivir, según Cuando los managers ya tienen el dinero en mano el éxito que a cada una la acompañe, las pesan, las comprenden un bombillo rojo que al apagarse avisa el fin paran con otras para asegurarse de que van a competir de la ronda. Tiran los gallos en el círculo tapizado con en igualdad de condiciones, envuelven sus espuelas con gamuza verde -el que sería la arena de un gladiador-, cinta o les pegan unas artificiales de hueso de pescado o los dejan en todo el centro para que se choquen y cacen de plástico más largas y afiladas, porque así es más eficaz una lucha. En esta ocasión, el gallo blanco no muestra el ataque. Las espuelas es lo que más cuidan los galleros. debilidad, se abalanza inmediatamente contra su eneLos apostadores beben su licor y rodean el ritual migo con decisión, que también se defiende picoteando

a la cabeza. Saben a dónde apuntar porque así les han enseñado. El blanquito se mueve y devuelve su picotazo en el muslo del adversario de cola larga, que se agita como electrizado. Se apaga el bombillo rojo. A la gallera ha llegado todo tipo de gente: el que vende los chorizos “no me olvides” más famosos del pueblo, el vecino con finca, casas y carro, el que solo entrena y vive de los gallos, y hasta el traqueto. Un espectador dijo que en esas peleas se maneja “el billete”, que hoy no había visto nada, que “estos días vino un man con la tula llena de fajos de billetes y todo lo apostó”. Al recinto ingresó una camioneta lujosa, el hombre que se bajó con su mujer y sus hijas se veía refinado: puestos VIP. Las mujeres también disfrutan de las riñas y miran sin pudor los picotazos profundos de los gallos. Es de madrugada. Llega la ronda final y aquí se define quién gana. El más fuerte es el que sobrevive. Por obligación, el adversario o muere o queda tan herido que su dueño sabe que perdió la pelea y la platica. El gallo de cola larga herido persigue al blanquito y se le monta encima, sin soltarlo. Los apostadores aúllan: “Matá a ese hijueputa, mátalo, gallo, mátalo” y otros dicen: “Levántate, gallo, yo aposté por ti, arriba, arriba”. Entre tanta incertidumbre de tener suerte o no los gallos definen su destino: el de cola larga da un espuelazo final en la cabeza al blanquito y la sangre salpica el tapete verde. Lo que era blanco se manchó de escarlata espeso. Aumenta la algarabía y, de fondo, música norteña o vallenato anima a la concurrencia con sus letras violentas o repetitivas; los perdedores insultan a todo el mundo, al gallo, al dueño del gallo, a su mala suerte, a ellos mismos; los ganadores obtuvieron su cuota de inversión más la ganancia; el dueño del vencido recoge su ave sobándole la cabeza con desconsuelo y tal vez hasta dolor, no por la calidad de la lucha sino por lo que se dejó de percibir; el ganador levanta su gallo para mostrarlo a todos; el respetable grita; los managers reparten las ganancias; los que atinaron, celebran; las pocas mujeres, ríen; los gallos muertos son arrojados al río.


Informe

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Vencer o morir por un puñado de tierra La restitución de tierras se ha convertido en un coctel de incertidumbre y conflicto. Sus actores, en víctimas de la “buena fe”. Karen Arias kren_1531@hotmail.com Víctor Morales H victoralfonsom36@gmail.com

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Fotografía: Karen Arias

ocorro Pava* recuerda que una tarde de los años noventa llegaron a su finca, en el municipio de Turbo, varios hombres armados preguntando por su marido. Lo acusaron de ser guerrillero y lo obligaron a marcharse dejando su familia y sus tierras. Ella, sin embargo, se quedó en la finca. En ese lugar fue detenida por el Ejército y entregada a un grupo de hombres. Jamás supo quiénes eran, pero cuenta que la amenazaron con armas de fuego y le acariciaron la cara con puñales con la intención de que aceptara que era guerrillera. “Yo les decía que no sabía de qué me hablaban, eran hombres grandes y mal encarados, yo temblaba cuando hacían disparos al suelo y pensaba en esos pelaos chiquitos”, recuerda Pava. A las once de la noche la dejaron libre y caminó 17 kilómetros desde donde la tenían retenida hasta llegar al pueblo. Por las constantes amenazas hacia su familia, dejó su finca el 18 de abril de 1997. Todos sus enseres se quedaron en la vivienda y perdió lo que tenía en el predio: ganado, hectáreas de plátano que embarcaba con Banacol y árboles maderables. Según su declaración ante la Defensoría del Pueblo, todo lo que perdió cuesta cerca de 85 millones de pesos, sin contar el valor del suelo. Urabá es una de las regiones del país con más dificultades para avanzar en el proceso de restitución de tierras. Cerca de siete mil procesos esperan una decisión judicial. Le tocó refugiarse en un corregimiento de Turbo, donde junto a sus hijos dice haber aguantado hambre y soportado el asecho de grupos paramilitares que, sobre el mismo predio y, en otros, el área reclasegún ella, tenían ganas de matarla. mada excede las longitudes reales del inmueble. Allá vivó el asesinato de su marido en Hasta el momento, solo se han hecho efecEn 2003 recibió un mensaje de un hombre que le ofreció 1998 a manos de los hombres de la autivos 31 fallos, lo que corresponde aproximatodefensas. damente a 1.311 hectáreas. Esas decisiones dos millones de pesos por la finca que había abandonaEn 2003 recibió un mensaje de un judiciales benefician a las comunidades de las do. Aceptó y recibió un millón 900 mil pesos. A cambio hombre que le ofreció dos millones de veredas Los Cedros, en el municipio de Mutatá; pesos por la finca que había abandonaPaquemas, Macondo y el Valle de Tulapas, en el firmó un documento en blanco. do. Aceptó y recibió un millón 900 mil municipio de Turbo; a la parcelación Cotorrita pesos. A cambio firmó un documento y Sevilla, en el municipio de Necoclí; y al correen blanco. Sin embargo, en 2008 apagimiento El Reposo y al barrio Policarpa Salavareció una escritura pública de comprarrieta, del municipio de Apartadó. venta de la notaría de Carepa suscrita por Socorro y de siete mil solicitudes de restitución que esperan una Ante las demoras, que reconoce el propio Gobierpor su esposo (quien ya había sido asesinado) a favor de respuesta en la región de Urabá. no, algunos campesinos que reclaman tierras han deun hombre con quien nunca habló. Posteriormente, ese cidido invadir predios con el argumento de que están hombre vendió el predio a quien actualmente lo posee. Los procesos no avanzan cansados de esperar procesos de restitución que son Radicó una solicitud de restitución en 2013 y, aunUrabá es una de las regiones del país con mayores lentos y no dan respuesta a solicitudes que llevan más que su caso ya fue declarado como despojo por negoregistros de despojos de tierras ocasionados por grupos de dos años. Por otro lado, los titulares de las tierras cio privado mediante título fraudulento, lleva cerca de paramilitares o por compradores que aprovecharon el dicen que son compradores de buena fe y que tienen dos años esperando a que la justicia se acuerde de su contexto de violencia para acumular propiedades. Tamdocumentos que lo demuestran. caso y que no pase lo mismo que ocurrió con la indembién es una de las zonas con más complicaciones para El Gobierno ha insistido en que la única autoridad nización por la muerte de su compañero sentimental, adelantar los procesos de restitución por las disputas habilitada para definir quién es el verdadero dueño de un que solo fue efectiva después de seis años de haber entre reclamantes y poseedores, y por la influencia que predio es un juez de Restitución de Tierras. “Las invasioiniciado el proceso. ejercen grupos armados ilegales. Ricardo Sabogal, direcnes son delitos y eso puede ser llevado a la justicia penal. “Yo hice la reclamación. Cumplí con todos los retor de la Unidad de Restitución de Tierras, ha calificado Son los jueces de la República los que toman las decisioquisitos y entregué todo lo que había que entregar. lo que ocurre en la región como un desafío. También nes. Dejemos que los jueces actúen e impartan justicia”, Hace más de seis meses me llamaron a un juicio, ahí ha dicho que se avanza, pero no a la velocidad deseada. dijo el director de la Unidad de Restitución. estaban los abogados de ambas partes y un señor con La Ley de Restitución de Tierras (1448) fue sancioPara el Intendente Agustín Molina, jefe de la Oficiuna bata negra que le llegaba hasta el piso, era el juez. nada el doce de junio de 2011 y creó la Unidad de Resna de Derechos Humanos del Departamento de Policía Me hicieron preguntas a las cuales respondí. Yo creí titución de Tierras, encargada de adelantar el proceso Urabá, falta claridad en las leyes colombianas. “Una Fisque después de eso nada más había que esperar el en todo el país. La sede de ese organismo en Apartadó, calía de Bogotá me envía una orden de protección para fallo, pero aún no me han llamado. A un señor que adscrita a la Dirección Territorial Antioquia, comenzó ‘A’ que está en la 975 (Ley de Víctimas), pero la Fiscalía le hicieron el juicio unos días antes, ya le entregaron, sus labores en marzo de 2012. En ese año se registrade Turbo me da una orden para ‘B’, sobre el mismo premientras tanto yo sigo acá esperando a que les dé la ron reclamaciones en los municipios de Turbo, Apartadio, que está en la ley 1448 (Ley de Restitución de Tiegana de llamarme. Incluso a veces pienso que será dó y Mutatá. Hoy en día también abarca procesos en rras), pero el Tribunal Superior de Antioquia dice otra que no me van a dar nada”, dice Pava. Chigorodó, Carepa, Necoclí y San Pedro de Urabá. cosa. Aparte, el juez de Quibdó, que tiene jurisdicción Por el momento, Socorro sigue en la lucha por Según los registros de esa unidad, hasta el 14 de en la cuenca de La Larga y Tumaradó, dictó una medida recuperar su tierra y, aunque dice temer por su vida abril de 2015 el proceso de restitución en Urabá involucautelar para toda la cuenca, prohibiéndole a todas las y la de sus hijos, está firme en su decisión, pues consicraba 232.972 hectáreas en 6.738 solicitudes. Sin embarautoridades que adelanten cualquier proceso administradera que es justo y necesario que le devuelvan lo que go, las autoridades reconocen que la cifra no es exacta detivo. Esto termina de complicar la situación”. es de su familia. La suya es apenas una de las cerca bido a que, en algunos casos, hay varios requerimientos *Nombre cambiado por petición de la fuente.

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Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


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El pirateo

mueve a los estudiantes en Urabá

Si piratea por un semestre, un estudiante que viva en Chigorodó y tenga que transportarse todos los días hasta Turbo deja de gastarse cerca de un millón 120 mil pesos. Leidy Jhoana Salas Julio leidyjhoanasalasjulio@gmail.com

Fotografía: De la Urbe

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Al salir de clases, los estudiantes se reúnen frente a las sedes de la Universidad de Antioquia en el Eje Bananero. Esperan que un carro se detenga y los transporte gratis.

ces siempre pongo una cara feliz, para que vean que uno tiene dinero para trasportarse. “Tal vez uno que otro sí tiene ganas de estudiar; incluso me dicen: ‘La vi sacando tenga y lo haga por aventura, de igual forma no deja de el dedo con mucho ánimo’”, comenta Vargas. ser peligroso y cualquier cosa puede pasar”. Por su parte, Jesús Duque, coordinador de Bienestar Muchas veces, en forma de chanza, los ayudantes y Extensión de la Seccional Urabá de la Universidad de del trasporte público les gritan a los estudiantes: “PiraAntioquia, recalca que los estudiantes tienen diferentes ta, pague pasaje”. Incluso, personas particulares, cuanalternativas presupuestales. Incluso, la Seccional cuenta do ven a las mujeres bajarse de camionetas, dicen: “A con 803 becarios. A pesar de eso, siempre van a piramí no me engañan, son piratas”. tear para minimizar sus cosAunque la primera tos: “El pirateo es como algo impresión indica que es cultural en las universidades, más fácil que alguien deaun teniendo beneficios ecocida transportar a una Muchas veces, en forma de chanza, nómicos siguen practicándomujer que a un hombre, lo, no es que esté bien o mal, Josue Vaca, otro estudianlos ayudantes del trasporte público es algo que está culturalizado, te, afirma que le ha ido les gritan a los estudiantes: “Pirata, incluso agencias de transporbien. Él prefiere viajar en te lo han notado y algunos los moto. “Es un poco difícil, pague pasaje”. transportan gratis”. digo que piensan que uno Por ejemplo, Carlos Anno va a estudiar si no a drés Prédiga, de 27 años, hacer otra cosa, a veces conductor de volqueta, tiene me demoro pero siempre más de tres años trasportanme llevan; una vez me redo a estudiantes. Dice que tomó la decisión de hacerlo galaron 10 mil pesos. En algunas ocasiones me dicen que porque reconoce el esfuerzo de los jóvenes para estucasi no me paran porque estoy en mocho, que si es que en diar. “Me parece admirable, por eso los recojo siempre, la universidad me dejan entrar así”. porque es una lucha dura la que dan”, comenta. Daniela Agámez, de Apartadó, y estudiante del Por su parte, Rudis Salas, madre de una estudiante noveno semestre de Sicología lleva cuatro años y tres del pregrado de Comunicación, dice que le preocupa, meses pirateando. “Al principio era temerosa, me daba pero reconoce que es una alternativa para quien no un poco de pena no tener para los pasajes, gracias a que noté que había más personas como yo, lo pude hacer sin sentirme juzgada, con el tiempo fui cogiendo confianza y conociendo historias y personas muy amables, me parece incluso más agradable viajar así que en buseta. Cuando voy sola me subo a carros que me inspiren confianza, sin vidrios oscuros, por lo general camiones o turbos, con una sola persona abordo, o si no, que tengan un aspecto familiar, es decir, a una camioneta con tres hombres no me le subo”. Para recorrer los 31 kilómetros que hay desde Apartadó hasta el casco urbano de Turbo, un bus de transporte público se toma 60 minutos, en cambio, si se piratea, se llega hasta media hora antes. En el peor de los casos el tiempo equivale al mismo del trasporte colectivo. Ingris Vargas dice que por fortuna nunca le ha pasado nada malo: “No me han hecho propuestas indecentes ni me han bajado a media carretera; la coquetería normal, ‘deme su número telefónico’, más nada. Lo raro fue una vez que un señor ganadero de Montería me ofreció una moto, pero no fue nada morboso, creo que se dio cuenta que yo no estaba para eso”. De regreso a casa, al parpadear las luces de un carro en señal de que se va a detener, Ingris toca la manija y lo primero que pregunta es hasta dónde llega. “Le doy gracias a Dios, pero a veces me da pavor, uno nunca sabe con quién se monta”.

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Fotografía: Leidy Salas

las 5:00 de la tarde Ingris Vargas, estudiante de Comunicación Social Periodismo, se para al frente de la sede Jesús Mora de la Seccional Urabá de la Universidad de Antioquia. Extiende su brazo, empuña su mano, saca su dedo pulgar y lo agita de un lado a otro a la espera de que alguien se detenga en un vehículo y la transporte gratis a lo largo de los 44,9 kilómetros que separan a Turbo del municipio de Carepa, su lugar de residencia. En un semestre se ahorra cerca de 960 mil pesos en pasajes. El pirateo significa economía, movilidad, hasta un parche de amigos; una costumbre y, como dicen algunos, “el que no pirateó en la universidad, no hizo nada”. Aunque el precio del transporte varía entre municipios, muchos transportadores cobran a los estudiantes una tarifa estándar de dos mil pesos. Si piratea entre Apartadó y Turbo un estudiante puede ahorrarse 660 mil pesos semestrales en comparación con lo que pagaría con la tarifa completa. En toda su carrera, el ahorro puede ser hasta de seis millones 400 mil pesos. Vargas dice que la única forma de que pague transporte público es si hay presagio de llover. “Cuando quiero pagar los pasajes hay algo que no me deja, no por costumbre sino porque pienso que me pierdo la oportunidad de conocer a alguien y siempre estoy a la expectativa de encontrar a personas nuevas; todas las personas tienen una historia”. El punto de concentración en Apartadó es al frente del Sena; en Turbo, al frente de la sede Jesús Mora de la Universidad de Antioquia y en la curva al frente de la entrada al barrio La Lucila; en Carepa, al frente de la sede Tulenapa, también de la universidad. Con frecuencia, en Turbo se puede observar un costado de la carretera lleno de estudiantes listos para piratear, por eso la hora de salida y retorno son importantes. Al mediodía se dificulta porque las personas que viajan a otros municipios no regresan a esa hora. También depende de la cantidad de vehículos que estén circulando e incluso de la congestión. “Me molesta cuando me demoro mucho, sobre todo en las horas pico: a las 6:30 de la tarde la cantidad de flujo vehicular hace difícil que un carro se detenga”, dice Ingris. Aunque el horario juega un papel determinante, ella siempre confía en que la van a llevar y dice que las personas transmiten mucho: “Hay personas que llevan más tiempo que tú y los ves con esa actitud de pesadez, enton-

Ingris Vargas recorre pirateando y sin pagar los 44,9 kilómetros que separan a Turbo de Carepa.

No. 1 Junio de 2015


Perfil

La mujer más temida de las Farc hoy cose los uniformes de los soldados de la Brigada XVII. Es gestora de paz y busca la reconciliación y el perdón de sus víctimas.

‘Karina’ a las 10:00 de la noche y si el siguiente día también es de versiones, cinco integrantes del Inpec la custodian. “Duermo plácidamente. No tengo pesadillas y la conciencia no me redarguye para nada”, dice. Trabaja como “gestora de paz” y se enfoca en cuatro puntos: el reclutamiento, la desmovilización, la reay personas marcadas por un signo de trageconciliación y, por último, la verdad, la justicia y la dia al nacer, cuyas vidas se vuelven, más que reparación. En el primero, invita a los jóvenes a que oportunidades, espacios para recalcar sus no se vayan para la guerra, pero también, le manifiescarencias. Algunas tienen la oportunidad de cambiar ta al Gobierno las falencias que ha tenido a tal punto y, tal vez, resarcir sus errores. Ese es el caso de Elda que muchos opten por las armas; en el segundo, trata Neyis Mosquera García. de conquistar e invitar a los muchachos que continúan Nació el 15 de agosto 1963de en Puerto Boyacá. en la guerra a que den un paso a la desmovilización. A la edad de tres años se Confiesa que es un trabajo instaló con sus padres en arduo porque el Gobierno el corregimiento de Curruno le ha dado el mejor malao, en Turbo. Debido a la nejo al tema; sin embargo, “Uno mata a un policía que no conoce escasez económica de su faenvía mensajes por medios ni él lo conoció a uno. Uno combate sin milia, quedó a cargo de su radiales a sus excompañeabuela materna. Cuando teros de combate. El tercero, saber por qué está combatiendo.” nía seis empezó a trabajar, tiene que ver con aceptar vendía arepas, mazamorra, sus errores y trabajar para frutas, andaba descalza, que las cosas en las que porque si su abuela le comincurrió no se repitan; praba los libros del colegio cuarto, declara que está no había para los zapatos. Sólo tenía un par de tenis comprometida con su situación jurídica, con decir la para ir a la Escuela Urbana Integral de Currulao en la verdad, que en nombre de las Farc les pide perdón a que estudió hasta quinto de primaria. las víctimas y considera que cuando un combatiente La guerra se convirtió en una posibilidad de vida se desmoviliza debe pagar ocho años de cárcel como y pasó cerca de 24 años en las filas subversivas. Hoy, reparación simbólica. ‘Karina’ vive en un pequeño apartamento que tiene dos piezas, una cocina que queda al lado del baño y, al fondo, Su vida guerrillera la sala en la que tiene dos máquinas de coser, una peque“A los 12 años conocí las Fuerzas Armadas Revoña nevera, un minicomponente donde machaca todo el lucionarias de Colombia. En la época de los 70 y 80 día música cristiana y de Ricardo Arjona, una bicicleta en la región de Urabá no había presencia de Gobierelíptica y un simple comedor de madera. no ni política. Como mi papá no tuvo plata para que El lugar está decorado por cuadros que pintó siendo yo continuara con mis estudios me llevó para la finca, reclusa y en las esquinas sobresalen sus dibujos de flores en la que vivía con mi mamá y mis 11 hermanos. Allí y de árboles, con un ave escondida en los ramajes, que conocí a una guerrillera que comía bien, que vestía bien podría representar su vida en la selva. Pasa el tiembien, que bailaba; conocí los partidos de izquierda, el po cosiendo los uniformes camuflados de sus antiguos Partido Comunista y las Juventudes Comunistas. Me enemigos, los soldados. Ellos saben que si tienen rotos o vinculé a la segunda organización (Juco), la cual tenía “piruetas” por arreglar van donde ella, quien con los dos una ideología marxista, enfocada en la transformación mil o cuatro mil pesos del remiendo ayuda a su sustento. del sistema”. Se levanta a las 5:00 de la mañana para estar lista a Antes de cumplir 17 años decidió ingresar a las las 6:00. En los días en que debe rendir versión ante un Farc. Le daban ejemplos palpables del abandono del Gojuzgado, revisa el correo, mira qué procesos jurídicos tiebierno hacia el pueblo, le recordaban que ella no había ne y se prepara para ir a la audiencia. Regresa a las 5:00 podido estudiar porque sus padres no tenían cómo ayude la tarde a su celda, come, descansa y reflexiona sobre darle, que andaba descalza porque no tenía plata para lo que sucedió. En esos días se enfrenta a recuerdos que comprar zapatos, que le tocaba trabajar en el campo y luele causan dolor y angustia. Sabe que es culpable de los go ir a vender un producto que a veces no le compraban. cargos que le imputan, le pide perdón a Dios. Se acuesta “No fui reclutada ni obligada, fue una decisión personal. Ingresé porque tenía muchas necesidades económicas y pensaba que con esa lucha iba a conseguir un mejor bienestar”. No se fue pensando en combates

María Alejandra Velásquez Lezcano alejita-velasquez@hotmail.com

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‘Karina’ ha tenido la oportunidad de hablar con sus víctimas, han podido llorar juntas y hasta se han desahogado. Ella sabe qué es el dolor. El perdón le permite hasta coserle los camuflados a sus antiguos enemigos.

ni enfrentamientos y cuando le dijo a la comandante Erika Montero que se iba a vincular con la guerrilla, ella le aseguró: “El aporte suyo a la lucha revolucionaria ayuda para que en pocos años cambie este sistema capitalista, este sistema burgués”. Estuvo en el frente 5 durante 17 años, luego pasó al frente 47. Llegó en abril del año 2000 como la segunda al mando y en septiembre la nombraron comandante. Recibía órdenes del Estado Mayor Central de las Farc, ella estaba en el medio de la pirámide de esa guerrilla. “La guerra es muy absurda porque se piensa en el blanco del enemigo mas no en su familia. Uno mata a un policía que no conoce ni él lo conoció a uno. Uno combate sin saber por qué está combatiendo. Sólo se obedecen las órdenes”. Recuerda que amparada en esas directrices tumbó puentes, torres eléctricas, reclutó menores, emboscó soldados, secuestró civiles y militares. A la vida civil Los que están en el monte, a ambos lados del conflicto, saben lo que es el olor de la muerte, su presencia permanente y la amenaza constante de caer en sus brazos. En 2008, cuando ‘Karina’ ya era uno de los principales objetivos de las Fuerzas Militares, se desmovilizó. Lo hizo porque se cansó de la guerra. “Esta vida me dejó muchas secuelas: tengo cicatrices en todo el cuerpo, perdí la visión del ojo izquierdo, me reconstruyeron los tímpanos, perdí a tres hermanos, pues dos me los mataron los paramilitares y a una la Policía”, recuerda con una voz suave, contraria a la de una persona acostumbrada a mandar y a destruir. Desde el 25 de mayo de 2008 hasta el 15 de agosto de 2010 ‘Karina’ estuvo recluida en los calabozos del DAS. La aislaron en un patio donde apenas escuchaba el eco de su voz, donde escasamente la sacaban una hora al sol. En ese lugar aprovechó para leer y escribir. Luego estuvo seis meses en la cárcel de mujeres de Bogotá, allá aprendió a tejer, a dibujar cuadros y a pintar en tela. Ahora, en la Brigada XVII de Carepa está bajo la custodia del Inpec. Dice que ser denominada como la mujer más “sanguinaria” del grupo guerrillero fue obra de los militares y los medios de comunicación. “No sé por qué, pues fui una combatiente instruida para lucha y para enfrentarme a un enemigo armado. En el conflicto suceden cosas ajenas a la voluntad de los hombres. A veces teníamos que cumplir órdenes. Pero en mi conciencia no siento que haya participado o dado órdenes sanguinarias”. También tiene reservas con el proceso de desmovilización. “Las propagandas que hacen para que los grupos al margen de la ley se desmovilicen son muy bonitas, (pero) no dicen cuánto se tiene que pagar de cárcel y la sorpresa la recibimos cuando nos entregamos. Al Gobierno solo le debo seis mudas de ropa. Cuando llegué a Carepa como gestora de paz me dieron unas cosas viejas: ventiladores malos, un kit de cocina viejo, una mesa y cuatro sillas usadas. Pero me siento agradecida por la oportunidad de estar en la brigada. El Inpec me alimenta, cada mes me traen un mercadito de diez huevos, una libra de queso… cositas que no me duran porque, aunque estoy sola, consumo”, dice ‘Karina’. Agrega que no pasa por una buena situación económica y que son falsos los rumores según los cuales recibe un salario de manos del Gobierno. “Hay personas que piensan que estoy atestada de plata y me tienen rabia, no por mi pasado, sino porque supuestamente me gano cinco millones mensuales. Eso no es cierto. El Gobierno no me da nada, ni siquiera el beneficio que tienen los desmovilizados, porque cuando me desmovilicé tenía una situación jurídica y no recibo nada de beneficios económicos”. En sus versiones, ‘Karina’ no puede ver a sus víctimas, sólo las enfrenta en el juicio. El año pasado, en una audiencia de Justicia y Paz, tuvo un encuentro con una señora que perdió a su esposo. Era policía y murió en la toma de Arboleda, en la que ella participó. “La señora se me acercó a preguntarme algo y yo le pedí perdón. Ella me perdonó, nos abrazamos y lloramos juntas. Cuando me perdonan, voy descansando de ese peso que uno lleva encima de haberle causado tanto dolor a la gente”.

Fotografía: María Alejandra Velásquez Lezcano

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En Urabá muere el sueño

Un inmigrante ilegal paga a un coyote entre 700 y 800 dólares por el pasó de Urabá a Panamá. El viaje se puede hacer en un día, pero a esa persona acumular el dinero en su país le cuesta hasta cuatro años de trabajo. Katerine Paternina Yepes kpychiqui@hotmail.com Farit Enrique Mena Moreno enriquemena21@yahoo.es

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horas en el Tapón del Darién para llegar a Panamá, pasar por Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala en las famosas “bestias”, posteriormente por México para, por fin, pisar suelo estadounidense. Cerca de donde se encuentra la oficina de Migración está ubicada la residencia Bahía donde se hospedan otros inmigrantes, hasta allí nos acompañó Bashir quien nos presentó con dos hombres y una mujer. Amara, una asiática, tenía puesto su abaya y su hiyab, vestimenta típica de las musulmanas, solo

facilitamos para traducir sus palabras. Dijo que buscaría la condición de refugiado para permanecer en el país. Los casos de Amara, Amín, Aisha, Ayan y Bashir son una pequeña muestra de la problemática que vive la región de Urabá. La travesía de estos inmigrantes en el territorio colombiano comienza en Ipiales pasando por ciudades como Popayán, Cali, Pereira, Manizales y Medellín. Cuando uno de ellos es aprehendido en Colombia dispone de cinco días para salir del país. Todo debe de ser costeado por los inmigrantes. La alimentación en esos cinco días tiene un valor cercano a 42 dólares y el alojamiento 40. Sin embargo, durante ese plazo, muchos de ellos buscan los medios para continuar su viaje. Los somalíes no son los únicos que pasan ilegalmente por Urabá. Esta región se ha convertido en un paso frecuente para personas provenientes de países como Nepal, Ghana, Sri Lanka, Afganistán, Camerún, Togo, Pakistán, Cuba y Bangladesh. Los africanos y asiáticos gastan en el viaje alrededor de 15 mil dólares y los cubanos, 7 mil. Muchos prestan estas sumas en sus países para pagarlas posteriormente. Un fenómeno en aumento La oficina de Migración Colombia en Turbo registra que entre 2013 y 2014 hubo un incremento del 308 por ciento en el número de inmigrantes sorprendidos en el territorio urabaense. Los operativos adelantados por la Policía, La Armada Nacional y Migración Colombia en el mes de septiembre de 2014 correspondieron a casi todo lo realizado en 2013. Se concretaron 119 procesos. En los cuatro primeros meses de 2015 Migración Colombia ha llevado 433 casos entre expulsión y deportación. En el mes de abril la oficina llevó 108 casos de 83 cubanos, 17 nepalíes y 8 ghaneses. Los inmigrantes aprehendidos entre 2012 y abril de 2015 fueron en total 1.305, quienes fácilmente ocuparían toda la tribuna norte del estadio J.J. Trellez en Turbo. En dinero, representan cerca de 1,04 millones de dólares de ganancia para los coyotes. El salario mínimo mensual en Bangladesh corresponde a 133,18 dólares. Para costear el viaje hasta Estados Unidos pasando por Urabá, una persona de ese país tendría que ahorrar el equivalente a 10 años de trabajo. En Nepal el salario mínimo mensual es de 15,84 dólares lo que conllevaría 85 años de trabajo continuo en ese país para reunir la suma de dinero necesaFotografía: Enrique Mena

A la oficina de Migración Colombia del municipio de Turbo llegan escoltados en un camión del Ejército 16 inmigrantes ilegales, quince hombres y una mujer, para adelantar su proceso de deportación. Ella, de estatura promedio, lleva puesta en su cabeza una tela llamada hiyab que solo deja ver sus ojos y su boca, mientras que en la parte de atrás sobresalen sus trenzas. La acompaña un hombre alto y flaco, con su cabello ensortijado o “embirutado”, como diríamos nosotros los turbeños. Sus cabezas redondas, sus cuellos alargados y sus dientes un poco afuera los delatan. “¿Son somalíes?” Le preguntamos a un funcionario de Migración, responde con un seco ¡sí! Enseguida llegan dos hombres con una risa suspicaz, dicen que son colombianos, pero desde lejos se nota que sus papeles son falsos. Pienso: “Estos mínimo ni saben qué es un vallenato, no saben bailar apretaito en el pick´up, no conocen una bandeja paisa y mucho menos un tapado de pescado”. No son colombianos. Al hablar se evidencia que no saben español, pero uno de ellos, Bashir, lo que sí le dice a Katerine, con una pronunciación perfecta, es: “Eres muy linda”. Bashir y 15 somalíes más fueron sorprendidos por segunda vez tratando de llegar a Panamá en lanchas rápidas. Pagaron entre 700 y 800 dólares, pero a las personas provenientes de India los traficantes les cobran alrededor de 1.500, el cambio a su moneda no los favorece. Bashir dice que salió de Somalia porque ese país vive una ola de violencia muy fuerte por cuenta de su conflicto con Kenia. Provienen del poblado de Jilín en la región Sanaag. Han recorrido medio mundo para lograr el famoso sueño americano. Urabá ha sido escogido por muchos inmigrantes como lugar de paso, esta zona se convierte en el borde de Colombia por su cercanía con Panamá. En su estadía en Turbo no habían podido hablar con sus familiares porque en su país hay una guerra en marcha. También estaban incomunicados con las personas del pueblo, ninguno de ellos domina el español. Su viaje comenzó a principios de 2015 y sumando los días que les ha tocado subirse en aviones, carros y canoas llevaban un total de 384 horas de viaje. La travesía tiene un precio muy alto, tanto en lo económico como en lo físico. Deben caminar por

se podía ver su rostro. Estaba con Amín, su esposo somalí, y con su hijo de 28 meses. Del grupo también hacen parte Aisha* y Ayan*, una pareja que está solicitando refugio en Colombia. Aisha, con dos meses de embarazo, lleva tres de viaje. Se muestra como una mujer luchadora con la mano en su vientre y una enorme sonrisa. Ayan dice tener familiares en Estados Unidos, pero explica que la documentación legal cuesta mucho dinero y por eso decidieron viajar como ilegales. A él le gustaría poder llegar a ese país y trabajar para darles una mejor vida a su esposa y a su hijo que viene en camino. “Queremos vivir en Somalia como Somalíes, pero no hay paz. Queremos una vida mejor en Colombia”, escribe otro de los inmigrantes en inglés en un computador que le


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ria. En Cuba el mínimo es de aproximadamente unos 10 dólares, se necesitarían 70 años de trabajo para reunir el dinero. Sin embargo, al llegar a Estados Unidos podrían pagar esa deuda en un promedio de seis meses. Desde 2012 hasta abril de 2015 la Armada ha encontrado 13 cadáveres de inmigrantes que murieron presuntamente por ahogamiento en el golfo de Urabá. Fueron hallados en enero y diciembre de 2013 y fueron sepultados como N.N en el cementerio de Turbo. Muchos de los inmigrantes piden la condición de refugiados en Colombia, pero la gran mayoría lo hace para lograr ganar un poco de tiempo en la zona y luego continuar el viaje. Varias personas han solicitado el beneficio de asilo, pero muchos abandonan voluntariamente el proceso. Las autoridades no saben con exactitud cuántos han logrado quedarse en Urabá. De lo que sí se tiene certeza es que el tráfico de migrantes se ha convertido en un favor que tiene precio. Tragedias cruzadas 11 hombres nepalíes, al parecer desorientados, deambulaban por las calles de Turbo en la noche del 28 de abril. Tres días antes un terremoto destruyó su país. Ellos, después de terminar su proceso en la oficina de Migración, emprendieron su caminata para conseguir un lugar dónde dormir. Al llegar a la esquina del parque Gonzalo Mejía hicieron un pare divisando la ciudad sin saber a dónde ir. Después de caminar dos cuadras encontraron un hotel para pasar la noche. Se acercó un hombre joven, bien vestido, de tez morena, con una camiseta amarilla y moviendo sus manos trató de comunicarse con ellos. Alzando su meñique y su pulgar, y escondiendo sus otros tres dedos formó con su mano una especie de teléfono, se lo puso en su oreja. Enseguida les señaló un lugar donde se pueden hacer recargas para celulares. El joven negro habló con un hombre de baja estatura, de tez también morena y barrigón, y con un hombre alto, blanco, que esperaba en una motocicleta. Los tres se sentaron alrededor de una mesa y manoteaban una y otra vez, como si arreglaran un problema. Esos movimientos alrededor de los inmigrantes se han hecho normales en Urabá desde hace ya varios meses. Mientras en Nepal se enfrentaba la tragedia, el grupo de Turbo estaba a la deriva, como barco sin timonel. Cuatro de ellos, sentados en el andén del hotel, nos ofrecieron cerveza y cigarros. En su mirada y en sus ojeras se notaba el estrés y el cansancio por el largo viaje. Su aventura comenzó hace tres meses y Urabá se convirtió en la piedra en sus zapatos y en sus chanclas. Aquí, a 16 mil kilómetros de su país, fueron aprehendidos, aquí se les truncó el sueño de poder llegar a los Estados Unidos. Se encontraban agotados por el trajín del día. “Disfrutamos mucho los tres meses de viaje, pero estamos muy tristes por la noticia de Nepal, ocurrió un terremoto. No tenemos número de Nepal”, escribió uno de los inmigrantes en el computador. *Los nombres fueron cambiados para proteger la identidad de las personas.

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“No estudio porque no da plata” Daniela Cuesta Guerrero daniikuesta@hotmail.com Luz Mery Ávila Montiel luzaldp2012@gmail.com

El sistema educativo tiene vacíos en calidad. A eso se suman las condiciones de vida de los niños que impiden su permanencia en el colegio. Las autoridades reconocen que se deben repensar estrategias.

Fotografía: Enrique Mena

Yo no estudio, me gusta el el sistema educativo del municipio, lo trabajo para mantener vacilaque indica que hay aproximadamente do, para mantener mi plata y 9.543 niños y jóvenes están por fuera de no pedirle nada a mi mamá”, dice Calas aulas. El año pasado la cantidad de milo*, un niño trabajador de 12 años. alumnos matriculados era de 36.874. De estos 12,977 eran del área rural y Gana 20 mil pesos al día cuando hay 23,897 del área urbana. bastante “camello”, como dice él. Tra“Me levanto todos los días a las baja en una cantina del municipio de 7:00 de la mañana a medírmele a lo Turbo, afirma que en su familia no que sea, lo que salga, lo hago por mi hay dinero para comer y por cultura mamá y mis hermanitos, pero yo les no se apoya la educación. digo a ellos que estudien para que La situación económica de fasean profesionales y también le den milias como la de Camilo es una de todo a la ‘cucha’ y a la abuela”, dice las múltiples causas de la deserción Camilo. escolar en Turbo, dice Eligio Berrío Entre 2013 y 2014 las cifras de Geles, secretario de Educación. En el deserción disminuyeron. Sin embargo, municipio hay sectores en condiciones Silvia Natasha Newball, jefa del área de pobreza extrema, por tanto, los de Cobertura, dice que los resultados estudiantes tienen dificultades para no son los esperados, porque se han hedesplazarse a las instituciones educativas o no cuentan con los recursos cho inversiones locativas y en materiasuficientes para su sostenimiento y les didácticos. permanencia en el colegio. Over Mendoza, coordinador de la En barrios como La Invasión, institución educativa San Martín de Obrero y Gaitán, se registra el 90 Porres, uno de los colegios más antipor ciento de los casos de deserción guos y con mayor número de estudianescolar en el municipio por parte de tes en Turbo, dice que una de las frases menores entre 13 y 16 años. Corresa las que se enfrentan los niños y joveponden, en su mayoría, a grados ennes en el hogar y la sociedad son: “Estre octavo y décimo, según datos de tudiar pa’ qué. Yo no estudio y estoy Cobertura Educativa, dependencia aquí, más bien ayúdeme en la finca”. de la Secretaría de Educación. “Yo estaba en quinto, mis profeEs así como encontrar a menores sores decían que yo era muy plaga, y de edad desempeñando trabajos como como mantenía peliando, mejor no fui cuidar motos, juntar basuras, llevar más y mi profesora Luisa me llevó unos mercados y conducir vehículos de tracpapeles a la casa y se los entregó a mi ción animal, se ha vuelto frecuente en mamá”, afirma Camilo para explicar Turbo. En muchos casos, buscan de esa su retiro del colegio. forma el sustento para sus familias. ¿Qué papel cumple el docente en Turbo está certificado en materia este proceso?, el secretario de Edueducativa, pero el secretario explica cación responde que “el docente es que la educación se encuentra en proun agente importantísimo, porque es ceso de transformación. “En cuanto a quien contribuye notablemente a evicalidad educativa son más las debilitar la deserción escolar, motivando al dades que las fortalezas”, dice Berrío. alumno y apoyándolo, sensibilizando Mientras ese proceso se da, muchos nia los padres de familia frente a sus ños desertan y buscan otras opciones compromisos para que participen actipara ganar dinero. vamente en los procesos educativos y Los proyectos que se ha propuescon esa participación contribuyan al to la Secretaría de Educación y Culmejoramiento de la calidad educativa, tura son muchos, sin embargo, Berrío de deserción, de repitencias y los niveafirma que los recursos que asigna el les de promoción”. Ministerio de Educación Nacional a Berrío expresa que la educación las entidades territoriales, particularnecesita cambios en la normatividad, mente al municipio de Turbo, no satisque impliquen una mayor asignación facen todas las necesidades que tienen de recursos a las entidades territoriales las instituciones educativas. En las calles de Turbo es frecuente encontrar niños trabajadores. Hacen parte de una estadística de y a los establecimientos educativos. Por aproximadamente 10 mil menores que están por fuera de las aulas. Pese a esta carencia de recursos otro lado, dice que se necesitan cameconómicos, el secretario expresa que bios en la formación de los educadores se invierte bien lo que hay y que el sispues, a su juicio, las universidades estema educativo ha ido mejorando debido a estrategias penden de la Secretaria de Educación, por ejemplo, el tán sacando licenciados que no tienen las habilidades, como restaurantes escolares, transporte, mejoramiento caso del conflicto armado que genera un desplazamiendestrezas y competencias que contribuyan a procesos de la infraestructura, implementación de metodologías to de padres de familia, de niños, niñas y jóvenes. Tenede aprendizaje efectivos. flexibles y kits escolares. mos también la actitud de algunos docentes para con los Camilo es uno de los 1.108 niños que desertaPero Consuelo Martínez*, la madre de Camilo, estudiantes en cuanto a las metodologías de aprendizaje, ron en 2014, según datos de la Secretaría de Eduasegura que sus hijos no han recibido ningún benemodelos pedagógicos que no favorecen la permanencia cación. Pero detrás de ese niño que sale a enfrentar ficio por parte de la Secretaría. Entonces, si se están del niño en el establecimiento”, explica el secretario. el mundo en busca del sustento para su familia, haciendo estos proyectos ¿las cifras por qué son tan Un informe del Dane del 2015 muestra que la prohay también sueños y aspiraciones. “Yo antes quealtas? Ella tiene ocho hijos, dice que la situación ecoyección de población del municipio de Turbo entre los ría ser futbolista, todavía quiero, -dice Camilo- me nómica de su hogar no le permite que estudien por rangos de edades de 5 a 17 años es de 46.596 persogusta ir a jugar a la unidad”. que deben trabajar para poder comer. nas. Isaac Moreno Mosquera, funcionario del área de “Las casusas de deserción son múltiples, algunas Cobertura de la Secretaria de Educación, dice que aclas podemos erradicar nosotros, hay otras que no detualmente solo 37.053 se encuentran matriculados en *Nombres cambiados.

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Informe

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Ser municipio,

la utopía de Currulao

Tras dos intentos fallidos de independencia, este corregimiento de Turbo va por su tercer round. ¿Será que esta vez sí? Sergio Alejandro Ruiz serale44@gmail.com

la iniciativa. Asegura que el número de habitantes no es una dificultad, pues si Currulao logra independizarse, se unirían a él otros tres corregimientos: Altos de Mulatos, Nueva Antioquia y Río Grande. Según Callejas, la suma de la población de esos territorios supera los 35 mil habitantes. Sin embargo, al parecer los ingresos no serían suficientes. En un boletín de prensa de 2012, la Alcaldía de Turbo dejó en claro su posición frente al proceso y expresó que “los saldos de los pasivos vigentes pasarían a cargo del nuevo municipio lo que haría que sus fuentes de recursos se destinaran eventualmente para este pago, lo que significaría que Currulao sería una

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Fotografías: Sergio Alejandro Ruiz

inversión en infraestructura. El municipio no invierte en nuestro corregimiento lo que realmente debe invertir, puesto que a la fecha Currulao no cuenta con servicio de alcantarillado, ni saneamiento básico, no hay hospital, no hay casa de la cultura; en el deporte no se hace ninguurrulao es un corregimiento que engaña. La na inversión, acá sólo existimos en tiempo de campañas sorpresa de los visitantes se nota cuando, no políticas”, asegura Jhon Eduardo Díaz, secretario de la solo pasan por la avenida principal, sino que Junta de Participación Ciudadana Currulao. se adentran en sus barrios, esos que ellos no sabían Buena parte de los habitantes de Currulao no creen que el pueblo tenía, que no sabían que existían. Un en el proceso, pues en 2007 muchos concejales hicieron pueblo con mucha historia, la mayoría sobre guerras, campaña argumentando que si votaban por algún candisobre muertos; esos muertos que hoy habitan en los dato, el corregimiento lograría ser municipio. Esto llevó recuerdos y en un cementerio en pésimas condiciones. a que los currulaenses escucharan esas iniciativas y muCurrulao, un nombre que chos candidatos se posicionaran. no viene del baile, sino de Hasta la fecha, no hay resultado la palabra indígena currude su promesa. Además, hay ladó, que significa río de personas en contra que afirman aguas bravas. Cuando ese que detrás de esta lucha hay inrío calmado se crece, causa tereses particulares. estragos; así como su gente, Esas versiones sostienen esa gente calmada que vaque las personas que lideran rias veces se ha tomado el el proceso poseen predios en el puente principal en alguna corregimiento y, si Currulao se manifestación. Currulao, independiza estos terrenos auun pueblo que cada vez crementarían su valor. Los detracce más y, a su vez, crecen tores también aseguran que las las ganas de algunos de sus personas de Currulao son solo habitantes de ser municipio. cifras en dicho procedimiento En 1986 el corregiy que no se tienen en cuenta. miento, que cumplía con Además, al transformase en los requisitos establecidos, municipio, los impuestos y el exigió separarse de Turbo. costo de vida aumentaría. La pretensión fue rechazaFrancisco Mosquera, exalda por la Gobernación de calde de Turbo, sabe las conseAntioquia y la Asamblea cuencias económicas que traedepartamental de ese enría consigo la independencia de tonces debido a la presenCurrulao. Asegura que ese es cia de grupos armados ilegael motivo principal por el cual les en el territorio. El cementerio de Currulao es el testimonio del deterioro que enfrentan muchos espacios del corregimiento. Turbo se opone. “Cuando NecoEn 2007 la iniciativa reclí era de Turbo, se le invertía nació y Currulao logró ser municipio por seis meses, entidad territorial con precarios recursos propios insumás de lo que producía; y cuando se estaba independipero el Tribunal Contencioso Administrativo de Antioficientes para financiar sus gastos de funcionamiento.” zando, la administración de Turbo no puso peros. Con quia anuló la aprobación tras el nombramiento de TurSin embargo, Callejas afirma que Turbo no ha queCurrulao la cosa es distinta, pues le aporta mucho a bo como Distrito Especial Portuario, así las cosas las rido brindar la información económica, que es la única Turbo, aunque está en todas las condiciones para ser reglas de jugo debían ser distintas. De nuevo, en 2013, que falta. Dice que una vez la administración entregue municipio. Pero la parte económica de Currulao todala Junta de Participación Ciudadana Currulao retomó la documentación que certifica los ingresos del corregivía no es suficiente”, afirma Mosquera. la iniciativa. Aún espera respuestas. miento, se podría dar el debate sobre el cumplimiento o Ante los cuestionamientos, Callejas responde que Para lograr ser municipio en Colombia hay que tener no de las condiciones para transformarlo en municipio. los únicos intereses de los promotores apuntan a un ciertas características que están plasmadas en la Consmejor futuro para los jóvenes y al progreso de Cutitución Política y en otras normas. La ley 136 de 1994 ¿Por qué independizarse de Turbo? rrulao. Agrega que no hay ninguna persona con inteexigía, por lo menos, 7.000 mil habitantes. El territorio “El primer factor son las diferencias sociales con reses económicos de por medio y, con respecto a los también debía contar con ingresos anuales equivalentes respecto de los habitantes del municipio de Turbo. Otro impuestos, sostiene que la diferencia no sería mucha a 5.000 mil salarios mínimos. Pero la ley fue modificada factor es la actividad económica: nuestro corregimiento en relación con los costos actuales. en 2012. Ahora el número de habitantes debe ser 25.000 se caracteriza por ser una zona agroindustrial, donde el Cuando se avecinan nuevas elecciones los habitanmil y los ingresos anuales deben ser 12.000 mil millones. cultivo del banano y del plátano son las principales fuentes de Currulao se preparan para que, otra vez, el tema Fernando Callejas, exconcejal de Turbo, hoy pretes de ingresos de sus habitantes. Turbo, por el contrario, ocupe buena parte de las preocupaciones de los cansidente de la Junta de Participación Ciudadana de es una zona de pescadores y cultivadores de maíz y cacao didatos que harán campaña en el corregimiento. Por Currulao, es uno de los personajes que ha impulsado en la zona norte. Otro factor importante es la falta de ahora, el destino no parece muy claro.

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“Nosotros somos sanos” Las pandillas se han convertido en un problema que va en aumento en varios municipios de Urabá. A sus integrantes se les acusa de generar inseguridad y las autoridades tratan de controlar la situación. Mientras tanto, los grupos armados los persiguen.

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n lo corrido de 2015 Apartadó ha vivido una reducción notable en el número de homicidios. Según cifras oficiales, durante los primeros cinco meses del año se reportaron 68 por ciento menos delitos de ese tipo que durante el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, desde hace algunas semanas la tendencia ha cambiado. Mientras entre los meses de enero y marzo la reducción fue del 92 por ciento, en abril hubo siete casos que volvieron a disparar las alarmas. Pese al aumento en ese mes, la cifra sigue siendo baja en comparación con 2014. En contraste, los hurtos en el municipio van en alza. Según datos de la Sijin de la Policía, se ha registrado un aumento del 42 por ciento en comparación con el año anterior. Esa problemática es atribuida, en su mayoría, a los combos juveniles. La cara que algunos conocen de Fernando* y Esteban* es la de un par de asaltantes callejeros, pero detrás de ellos hay mucho más. - Paráteme pues. - Yo te me paro cuando sea, pero es que no tengo tenis. - Paráteme sin camisa. - Yo a vos te me paro, vos con ese cuchillo y yo sin cuchillo, pero es que no tengo tenis. Esa conversación ocurrió un miércoles en la noche en un parque de la comuna cuatro de Apartadó. Eran dos jóvenes, uno estaba sentado en una banca y el otro iba en bicicleta. Finalmente, los tenis evitaron la pelea. Después, otros dos jóvenes se encontraron en el mismo lugar: – – – –

¿Vamos a jugar futbol? Sí, pero sin drogas. ¿Cómo así? Vos sabés.

Uno de ellos es parte de uno de los combos del barrio. Ambos estaban “en las nubes”. Fernando, un joven alto, de piel blanca, delgado, con labios muy oscuros y quien llevaba una camiseta a rayas con un jean y unos tenis, se presentó primero y tomó asiento. Luego lo hizo Esteban, un joven moreno, delgado, con ojos muy pequeños y rojos. - Vamos a ayudarle a las peladas, pero nosotros somos sanos, no somos como esos maleantes de por ahí

del barrio, yo soy sano -dijo casi arrastrando las palabras, con un acento muy paisa. Me miraba con sus ojos pequeños y casi cerrados– yo soy sano y quien diga lo contrario que venga aquí y me lo diga, a ver si no lo macheteo. Entonces, Fernando, más en sano juicio, comenzó a hablar de lo básico de ser un pandillero. Explicaba que el guiro o guirear es que se arme la guerra, a la que le dicen Vietnam. Que si te dicen “vos sos una loca” te están invitando a guirear y que tenés que hacerte respetar. –Oigan, yo corro, yo no peleo, porque yo soy sano–, interrumpió Esteban medio perdido. Frente a la Alcaldía había una reunión de jóvenes, pregunté si podíamos asistir para romper un poco más la tensión, pero Fernando agachó la cabeza y dijo:

Fotografía: Cortesía

Alejandra Machado alejandra225588@gmail.com

Los pandilleros son en su mayoría menores de edad. En muchas ocasio– Yo no puedo ir por allá, no puedo salir nes son perseguidos por la ‘limpieza’ que ordenan los grupos armados. del barrio, porque soy la liebre de la pandilla de ese sector, y dónde me vean, pailas –dijo mientras volvía a subir la cabeza. – ¿Qué es ser la liebre? – Pregunté la ciudad mientras la situación se calma en Apartadó. – Es cuando tienes a alguien encima que te quiere matar, si usted sabe que tiene el pecado no se ¿Qué se hace frente a las pandillas? puede meter allá. En lo que va del año, en el municipio se han capturado 58 personas señaladas por cometer hurtos, en – ¿Entonces Apartadó está dividido? su mayoría jóvenes entre los 14 y los 17 años. En esos – Sí, y el que esté caliente que no se parche donde no casos su acudiente firma compromisos y los jóvenes debe. Yo, por ejemplo, no puedo salir del barrio por ahora. son puestos en libertad. Así lo afirma la intendente de – ¿Ni con el combo? la Policía Jacqueline Hoyos, integrante del grupo de – Sí, pero tienen que estar pendientes, porque Infancia y Adolescencia. en cualquier momento se arma la “war”. Esa institución lleva a cabo el programa Joven a lo – ¿Se arma la war? bien. Con esa iniciativa trata de evitar la entrada a las – Cuando alguien va dispuesto a matar y no se depandillas de jóvenes en alto riesgo por su cercanía con vuelve hasta que lo logre, los manes del gueto somos todos sectores conflictivos. En la actualidad el programa cuenta a los que nos gusta pelear, y uno tiene que saber pararse. con dos grupos de trabajo, uno de 17 y otro de 45 jóvenes. – ¿Y cómo se para uno? Sin embargo, Hoyos asegura que los llamados pandilleros – Normal, dispuesto a pelear se niegan a vincularse con este tipo de proyectos. Por otra parte, la oficina de la Juventud de la AlDijeron, entre otras cosas, que cuando hacen ‘limpiecaldía municipal afirma que está trabajando con aproza’ les toca mantenerse en la casa porque el barrio se llena ximadamente 80 jóvenes inmersos en pandillas, que de “paras” que los mantienen vigilados. Al indagar sobre no se sabe con exactitud cuántos son en todo el munisu relación con las bandas criminales, uno de ellos responcipio, pero que lo están indagando, que el trabajo “ha dió que lo que ese grupo hace es “muy mierda”; pero a los sido lento pero constante”. pandilleros les toca saludarlos para “que los lleven en la buena” y les avisen cuando “el parche se calienta”. Cuando un jefe paramilitar ordena una ‘limpieza’ *Nombres cambiados para proteger la identidad Fernando y Esteban se van para Medellín, pagan el de las fuentes arriendo de una pieza por 170 mil pesos al mes y se “rebuscan el diario”, es decir, se dedican a robar en

Así se roba en Apartadó Boris Casas Moreno bcm150@hotmail.com

Fotografía: Alejandra Machado

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En lo corrido del año en Apartadó se ha registrado un aumento superior al 40 por ciento en los casos de hurto.

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esde finales de 2013 Apartadó se enfrenta a una oleada de robos callejeros. Según las autoridades, los responsables son, en casi todos los casos, jóvenes de barrios populares. La situación ha provocado un incremento en el número de denuncias, aunque, según algunos habitantes del municipio, no se están tomando las medidas necesarias para controlar la problemática. Diciembre es el mes en el que más roban en Apartadó. Durante ese mes, el año anterior, cuatro de cada 100 habitantes del municipio fueron víctimas de ese delito. Por otra parte, entre diciembre de 2014 y marzo de 2015 hubo un aumento del 50 por ciento en los robos en comparación con los mismos meses de 2012 y 2013.

De acuerdo con un informe de la Policía sobre los hurtos en Apartadó, los barrios más afectados durante diciembre del año anterior fueron el Obrero, con 226 robos; Pueblo Nuevo, con 207, El Concejo, con 164 y Primero de Mayo, con 142. El 55 por ciento de los robos en Apartadó ocurre en callejones solitarios, según Carolina Banguero Espitia, secretaria de Gobierno del municipio. Los registros de los robos cometidos entre 2012 y 2015 también indican que los ladrones prefieren robar a plena luz del día, entre las 9:00 de la mañana y las 6:00 de la tarde, dice el coronel Raúl Antonio Riaño, comandante de la Policía en Urabá. Esa situación de inseguridad es una realidad que va en aumento y es un verdadero desafío. Mucho más si se tiene en cuenta que en Apartadó hay seis policías por cada mil 500 habitantes. Además, si se considera que alrededor del problema están las pandillas urbanas: grupos conformados por jóvenes de nueve a veinticuatro años de edad que se disputan los barrios con otros grupos de ese tipo.


Análisis

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El costo de jugar al papá y la mamá Ser padres antes de lo previsto representa un cambio radical en la vida de muchos jóvenes. Al impacto emocional se suma el económico. Dayana Asprilla dayanasprilla@gmail.com

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egún cifras del Icbf, entre 2008 y 2014 unas 160 mil jóvenes se convirtieron en madres en Colombia. Una de cada cinco ha estado en embarazo, de ellas el 16 por ciento ya son madres y el cuatro por ciento está esperando a su primer hijo. Además, en promedio, se presentan 450 partos diarios de adolescentes. Estas cifras sitúan a Colombia en el octavo lugar entre los países con el mayor número de madres adolescentes en Latinoamérica. Nicaragua y Honduras ocupan el primer y el segundo lugar. Apartadó, en el Urabá antioqueño, no ha sido la excepción a esta problemática. En el año 2013 se presentaron 70 embarazos adolescentes y en 2014 la cifra llegó a 299 casos. De estos, el 70 por ciento corresponden a jóvenes entre 15 y 19 años, el 30 por ciento restante se encuentran entre los 11 y los 14. Katy Córdoba, una joven de 20 años, fue una de las 20.655 jóvenes que se convirtieron en madres en 2012 en Antioquia. “Soy la segunda en mi familia, que da a luz un hijo aún siendo una adolescente, sin terminar mis estudios, sin un trabajo y sin poder conseguir el tipo de vida que siempre he soñado”.

No terminar los estudios, el cambio en su proyecto de vida, la dificultad para educar con cariño al bebé, las complicaciones durante el parto por falta de madurez sexual, los problemas de autoestima y las frustraciones personales, son algunas de las consecuencias de los embarazos en adolescentes. Katy, al igual que todas las jóvenes en embarazo, sufrió las consecuencias físicas y emocionales del embarazo: los cambios en su estado de ánimo, el aumento de peso y el mal genio la mayoría del tiempo. “Cuando estás en embarazo le coges fastidio a alguien, en mi caso fue a mi hermana menor, no podía ver que ella hiciera algo porque eso me fastidiaba y eso era algo que aunque quisiera no podía controlar (…) yo era delgada, pesaba alrededor de 45 kilos, llegué a pesar el doble y eso me bajaba el ánimo”. La madre joven no es la única que sufre las consecuencias. En los padres se registran altos índices de deserción escolar, pues muchas veces son los hombres quienes deben trabajar para cubrir los gastos. Es así como deben recibir un menor nivel de ingresos que otros jóvenes de su edad, sufren estrés y, con frecuencia, trastornos emocionales por falta de recursos, por el abandono de sus amigos y por falta de tiempo para divertirse. Además, deben actuar como adultos, cuando todavía deberían gozar y vivir como adolescentes. Un ejemplo es Mauricio, el novio de Katy, él tuvo que trabajar en construcción para poder aportar económicamente. Los gastos de un embarazo van más allá de preocuparse por los antojos durante el tiempo de gestación. Los pañales, la leche, la ropa, la cuna, entre otras cosas, son importantes en la lista de necesidades. Solo en pañales y leche una familia puede gastar al mes cerca de 160 mil pesos. En promedio, una madre gasta al año dos millones de pesos. Sin embargo, los gastos que conlleva un embarazo no son solo para las familias. Según un estudio de la universidad Sergio Arboleda, el parto de una mujer cuesta en promedio un millón de pesos. Eso significa una inversión anual cercana a los dos billones de pesos para el sistema de salud en Colombia. Además, en el proceso de gestación, los controles prenatales, medicamentos, entre otros, pueden costar entre dos millones y tres millones de pesos. En el caso de Katy sus padres contribuyeron con los gastos hasta que ella pudo hacerse cargo. “Mi mamá y mi novio me daban dinero mientras el embarazo y durante los primeros meses de la bebé. Ya cuando estaba grandecita yo estudiaba los sábados y los días de semana trabajaba arreglando uñas y de auxiliar en una empresa de transporte llevando niños a los colegios”. En Apartadó, según la Secretaría de Salud Pública, se desarrolla la Estrategia Habilidades para la Vida en nueve instituciones educativas del municipio. Además, se está implementando el Carrusel Lúdico Pedagógico para la prevención de embarazos, este mismo se replicó en dos instituciones educativas. Una de las principales causas de los embarazos en adolescentes es el desconocimiento sobre salud sexual y prevención, por eso es que los padres de familia deben hablar de este tema con sus hijos. “Tener a mi hija es una bendición, pero si no quiero llenarme de hijos sé que de ahora en adelante debo cuidarme mejor”, menciona Katy.

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18 Informe

Las deudas del malecón de Necoclí Una obra que fue presentada como un gran proyecto turístico se pierde en el deterioro. Además, los pescadores aseguran que se quedaron esperando el muelle que les prometieron.

Fotografía: Tatiana González

utilizado un sector como muelle de sus faenas de pesca. En 2010 se socializó con los pescadores el proyecto para construir el denominado Malecón de las Américas. Sin embargo, cinco años después y con el proyecto ejecutado, son muchas las voces de descontento ante lo sucedido con la obra que tuvo un costo de cuatro mil 750 millones de pesos. Valentín Altamiranda es un pescador oriundo de Necoclí, conoce el oficio desde hace muchos años. Este hombre, que ha sido medio pez y medio hombre, recuerda que se les ofreció una gran transformación para su Tatiana González espacio. “En el año 2010 nos propusieron que dentro de tatiana.gonzalezb@udea.edu.co un proyecto de desarrollo turístico tendríamos un gran muelle. Como todo pescador pobre me puse muy contento. Nos pintaron pajaritos de oro. Eso tenía cuartos de refrigeración, era encerrado y cada chalupa tenía su puesto. Nuestra actividad se vio afectada porque paramos parte del oficio mientras las obras. Lo triste de todo es que hoy día mire lo que tenemos, ahora tenemos menos playa y unos cuantos bulticos de cemento enterrados en esos muritos”. Tal y como dice Altamiranda, el resultado del Malecón de las Américas fue muy distinto al diseño presentado a la comunidad que quedó plasmado en una maqueta expuesta en el Los habitantes de Necoclí se quejan por el resultado del proyecto. Las autoridades municipio antes de que se inireconocen el deterioro y dicen que falta “sentido de pertenencia”. ciara el proyecto. Según un acta que se conserva en la Alcaldía, en la pria tranquilidad y la compañía de la naturaleza mera respuesta de la interventoría de la obra ante los junto con el olor a mar se combinan para ser los cuestionamientos de la comunidad se explica que la mejores anfitriones de las personas que visitan construcción del muelle de pescadores fue aplazada la Playa del Pescador en Necoclí. Por muchos años esas para la segunda etapa del proyecto. “Este cambio se playas han sido lugar de encuentro y de trabajo de murealizó principalmente debido a la necesidad de realichos pescadores artesanales del municipio, quienes han zar los estudios oceanográficos, batimétricos y meteo-

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rológicos requeridos por la Dimar para la obtención de la concesión del proyecto”, dice el documento. El resultado de ese proceso indicó que el muelle tendría que ser rediseñado y esa parte de la obra, aplazada. Eduardo Medrano, uno de los habitantes de Necoclí que cuestionó las modificaciones ante la interventoría, dice que la comunidad fue engañada: “Creo que siempre esos proyectos quedan envolatados, lo digo porque no quedé contento ni conforme con la respuesta que dieron al momento de nosotros pedir información clara sobre los cambios que se habían realizado, a fin de cuentas el muelle se embolató”. Pero otro aspecto es el que señaló el Departamento para la Prosperidad Social (DPS) y que indica que una segunda fase del proyecto no se ejecutaría en el corto plazo. La responsabilidad también involucra a la administración municipal y a los propios habitantes de Necoclí. “Se pudo evidenciar el deplorable estado de la obra, la cual no ha tenido ningún tipo de mantenimiento, ni administración por parte de la Alcaldía, nunca fue entregado por parte de ellos a partir de su recibo a una cooperativa para su administración, ni se entregó a la comunidad los locales para su uso comercial asociado al turismo, tal y como lo establecía la cartilla de espacio público que fue socializada mediante reuniones con la Alcaldía y la comunidad”, dijo Claudia Mercedes Niño, delegada del DPS. Por su parte, Jhon Jairo Jiménez, secretario de Turismo del municipio, dijo que debido al deterioro de la obra “el DPS dio por escrito que no volvería a realizar inversiones en proyectos de turismo por el mal tratamiento que se le dio desde los habitantes y la administración. Personalmente creo que este proyecto trae mejores condiciones turísticas y de desarrollo al municipio, da una mejor vista y organización de las playas, pero creo que se debe tener sentido de pertenencia para cuidar los recursos del municipio”. Por lo pronto, el malecón permanece deteriorado y las quejas de los habitantes de Necoclí persisten. Además, los pescadores siguen realizando sus actividades en las mismas condiciones de siempre y el sueño de un muelle mejorado se diluye.

Ser policía Ambiental, un reto diario en Urabá C

ada mañana Miguel Suárez se enfrenta con un gran reto, pues ser policía Ambiental de toda la región de Urabá no es una tarea sencilla, más aún cuando se cuenta con tan limitados recursos. Este hombre de 30 años, en compañía de siete compañeros, tiene a cuestas una labor que le está quedando grande. Desde muy temprano comienza a sonar su celular, a eso de las 5:00 de la mañana la alarma indica que es momento de comenzar el día. Suárez se despide de su pequeña hija y de su esposa para dirigirse a Corpourabá. Allí se encuentra con sus compañeros. Cada mañana el cabo Luis Ramos, jefe de su unidad, les entrega las indicaciones de lo que deben hacer en la jornada. Entonces, emprenden camino en la única camioneta destinada para cumplir su labor, por lo que el grupo comienza a reducirse a tan solo cuatro, máximo cinco policías. Los demás, se ven forzados a quedarse en su sede haciendo trabajos de oficina. “Nuestras labores de la semana inician el lunes con reuniones en varias entidades en las que se realizan rendición de cuentas de diferentes procesos internos que involucran la parte ambiental, en esto se invierte todo el día. Es importante realizar estos encuentros, pero mientras estos se llevan a cabo ¿quién cumple nuestra labor?”, se pregunta Suárez. Ya era martes y el equipo de Suárez salió a recorrer la región. Su primer destino fue el corregimiento de Churidó. Allí realizaron una incautación de tres aves exóticas, entre ellas un canario brasileño. Al finalizar este proceso, se había ido más de la mitad de la mañana. Mientras llevaron los animales al hogar de paso, en Carepa, ya era medio día.

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En la tarde atendieron otros tres llamados similares, y aunque quisieran agilizar más cada proceso, es difícil, ya que en la movilización de un municipio a otro invierten más de una hora. Por esa razón, es normal que en un día cualquiera a la Policía Ambiental de Urabá le queden muchas tareas pendientes y varios llamados por atender. La visita de un personaje público a la región también interrumpe sus labores. “Debemos realizar el acompañamiento. Atendemos el llamado e invertimos todo el día en este trabajo. Aunque no está entre nuestras labores, nos debemos hacer cargo. Hay ocasiones en las que este tipo de servicios nos llevan más de tres días”, dice Suárez en referencia a las jornadas en que todos los integrantes de la Policía Ambiental son destinados a labores de escolta. La misma dinámica se presenta desde hace cuatro años. “Aunque nuestro grupo tiene disposición y está presto a suplir todos y cada uno de los llamados que nos realizan, en ocasiones es difícil, se requiere de un equipo que supere los ocho policías para una región tan grande como esta. Además, una sola camioneta no da abasto para realizar esta labor”, explica el agente. Otro aspecto que dificulta sus actividades está relacionado con los recursos que disponen las alcaldías de Urabá para sus necesidades en materia de medio ambiente. “Ningún municipio de la región de Urabá cuenta con un centro de zoonosis para la atención de los animales domésticos –dice el patrullero Suárez-. Cientos de casos de

maltrato y abandono se observan a diario, y aunque queramos ayudar es difícil, ya que no hay manera de llevarlos a un lugar en el que se puedan recuperar”. En contraste, la fauna silvestre, al contar con normas que la amparan como la ley 84 de 1999, tiene prioridad y están bajo el cuidado de entidades como Corpourabá y las secretarías de agricultura o medio ambiente de los municipios. Esas especies son protegidas y resguardadas desde su incautación hasta su entrega en el hogar de paso ubicado en el municipio de Carepa. Sin embargo, la Policía insiste en que también se deben acondicionar espacios para los animales domésticos. “Cada trimestre realizamos una petición a las alcaldías para que adecuen un lugar de paso y aún no obtenemos una respuesta positiva”, asegura Suárez. En definitiva, el grupo se está quedando corto, pues el amor que esos policías sienten por su trabajo no es suficiente. “Cada día nuestro reducido grupo de ocho policías cuida de todo un territorio -explica el patrullero- lo hacemos con la misma pasión y entrega que sentimos por la naturaleza, pero necesitamos mucho más de lo que nos brindan”.

Los patrulleros Miguel Suarez ( izquierda) y Luis Rivera (Derecha).

Fotografía: Ana María Muñoz

Ana María Muñoz Ramos anita1267@yahoo.com


Perfil

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En medio del sol amarillo intenso y la playa salina, resalta verde y lleno de vida un mundo alterno de vibrantes colores, variada vegetación y acogedora compañía. Fraisuleth Morelos Vargas fraisu94@hotmail.com

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Jorge Arango Arango explicando a sus visitantes el truco de la moneda que cambia “mágicamente” de lado.

rrió un incendio provocado que devoró alrededor del 90 por ciento del lugar. Fue un seis de enero hace ya más de 10 años. Mientras el pueblo entero gozaba en las Fiestas del Coco, las brasas se extendían por Urantia. Sin embargo, Jorge revivió aquella vegetación de las cenizas, como el fénix, con mucho trabajo y el plus de su amor por un proyecto utópico. Vuelve a la vida, más viva A pesar de haber sido consumida casi en su totalidad, actualmente Urantia está llena de vida. Árboles, plantas, arbustos, palmeras, semejan un laberinto desde la entrada principal. La literatura cobra vida en las 600 frases escritas en tablones, seleccionadas por el pequeño hombre de barba desaliñada, arte en la palabra y cálida presencia. El amor, la amistad, la sabiduría y la humanidad viven allí a través de letras que acompañan los senderos. Hay cabañas artesanales construidas en bambú y madera, pintadas de amarillo, rojo, verde, azul, morado, naranja y fucsia, adornadas con esculturas talladas en troncos que escupe el mar desde el Atrato: cuerpos de mujeres, animales exóticos y mitos del lugar acompañan las farolas y candelabros hechos de conchas de coco y madera, pintados en la misma folclórica tonalidad que el resto del lugar. Es un sitio de esparcimiento, descanso y diversión. El desafío que Jorge creó permite que niños, jóvenes, adultos y ancianos, de 8, 18, 48 y 80 años sientan la adrenalina de la competencia en un complejo de cuerdas, tablones, columpios y maderos de equilibrio. La biblioteca, a disposición de los visitantes, sigue la línea es-

tética y adorna sus paredes una cronología que el mismo Jorge Arango Arango ha hecho en fichas de cartulina. Así cuenta la historia de la conquista y la colonización en Antioquia desde la primera vez que los españoles se asentaron en América, justo allí en San Sebastián de Urabá. “Aunque la primera ciudad grande es Santa María la Antigua del Darién”, dice Jorge. En la última parte, se ve el letrero de Necrópolis en quijadas de vaca. En este sector, Jorge resume la historia de la humanidad dividida en periodos. Un cementerio simbólico guarda la memoria de los grandes personajes que marcaron el rumbo del mundo. Filósofos griegos, héroes y reyes bíblicos, incluso el mismo Jesús. Luego, mártires y caballeros. Después, la Modernidad con sus científicos y conquistadores le dan paso a ciudadanos y revolucionarios. Al final, en el infierno, se reúnen los villanos de la historia que allí también son recordados. Retos mentales y una que otra charla sobre la historia de Colombia acompañan la jornada de todos los que se encuentran este maravillo lugar en la Perla del Caribe. El juego de los tres caníbales y los curas que deben pasar un río, la cuerda que traspasa el cuello, la moneda que cambia mágicamente de lado y un sinnúmero de ilusiones ópticas hacen parte de sus actos que maravillan a los visitantes, quienes parten al final con ganas de volver gracias a lo bello y tranquilo del lugar y al anfitrión que, como un duendecillo paisa, que habla seseado, parece haber salido de un cuento de hadas y encontrado su lugar en el mundo, en aquel oasis mágico a la orilla del mar de Necoclí, un rincón del cielo en la tierra, llamado Urantia.

Fotógrafía: María Alejandra Velásquez

orge Arango Arango es el propietario y fundador de un oasis a la orilla del mar. Llegó a Urabá por primera vez en 1993 por azares del destino, nada planeado, solo un paseo. Esta tierra con secretos ancestrales lo enamoró en su primer encuentro. “Eso fue de un momento a otro, me gustó y me compré un terreno”, cuenta Jorge. Antes de su llegada a Necoclí, ejercía su profesión de odontólogo en Medellín, tenía un consultorio particular y, al empezar a aplicarse la ley 100 del 93, las consultas empezaron a disminuir. Mientras iniciaba el declive de su carrera en la ciudad, poco a poco iba creando su jardín maravilloso en Urabá. Ese espacio lo trajo a la expresión máxima de su felicidad y su libertad. Con todo aquel amor por la naturaleza y por lo artesanal creó su lugar de vida, un jardín y un hotel, un sitio que resalta en su particularidad. Según Jorge, fue bautizado así por “la goma que tenía en aquel entonces con El Libro de Urantia. Pero la Cámara de Comercio no me dejó registrarlo así, entonces lo puse Uranquia, en una fusión de Urabá y Antioquia. Sin embargo, para todos, incluso para mí, es conocido como el libro”. Su pasión por la jardinería, antes ya materializada en la finca que tiene en El Santuario, Antioquia, fue traída a las costas del Golfo de Urabá, aunque aquí fue mucho más complicado. En medio de esa dificultad ocu-

Fotógrafías: Kevin Andrés Olea

de un juego y se volvió un sueño

En la cabaña principal se reúnen los visitantes al jardín que Jorge convirtió en posada.

Necrópolis: cementerio simbólico en el que reposan los personajes que han marcado la historia de la humanidad

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20 Testimonio

tesa nacional para en ticias o leer la pren de la guerra no dejaba no las r ve ta fal cía a udez veces ha sucedía, porque la cr ecía como rarnos de lo que nosel duelo y entonces la realidad se apar ento. om r m ce ún ha ra alg pa en tar tiempo que algo e se esperaba desper una pesadilla de la qu medios de comunicación confirmabannos expli15 los 20 s die e do na d to s, , zo no ble ar sa ro on Pe Turbo, m peor: no había resp o se era daba mal aquí, y lo os partícipes de la guerra; porque siera el y ya sea que la vida an o, am te e qu da er am pu o cu ér te a, s re , dí do ién da to te qu es na ue e de rq sta qu ía pend caba po Hija, antes a tu lado ha paramilitar, todo de en Bogotá. ti; quiero la licencia de estar guerrillero o se era abá; o de quién empuñara el bolígrafo y la comme haya concedidoivo ajeno a mi voluntad esté lejos dees palabras arma al cuello en Urde las masacres, las bombas, el despojoda sesgada que por alg ún mot momentos y susurrar te unas breve no podr ía os era la mira qu un a r Es que, a pesar dí po e un acercarm e más me indignaba región, casi siempre qu a mañana, de lo un y o, e os rn qu az bie o br od Go l is m m de o la o en plicidad al oído, del mism s no habrá otro ig ual–, te tomé en ales. Por e cubrían el conflict i corazón: de los periodistas que el confort de sus escritorios en las capit ser como hoy –pue eras tres palabras que brotaron de m m o e decía vía telefónica y desd do en la búsqueda de la verdad y alg des. Algo pronuncié las pr im o, an in ida es m un ca ter m de las co ello me fui in dar tu propio “Mi bebé preciosa”. a en los testimoniosimero había que hablar con rte la libertad de an antarte pr que esa verdad estab e nt Una vez prometí da ente cerca para guiar tus pasos o lev escribo ge la había que hablar de ientem esa, me decía que para tender la realidad de nuestros pueblosos. pero estando lo sufic ora has crecido y, en honor a mi prom e para este la gente; que para enagonistas, vivir con ellos, sufrir con ell riodismo, cuando tropieces. Ahdrás muchas preguntas, pues preveo qu nsando en pe ten s e rá qu ta es Sé llegar hasta los prot e como descubrí mi vocación por el pe trado con . y esta carta mación colegial e for qu s tu sa o co ad s in ha m uc ter Así, mi niña, fu . Ningún test podría haberme mos n hay m tiempo habrás isma No te apresures, aúte lo que yo he aprendi. ria ta rsi ive o menos a tu edad mi razón de ser en la vida, como la mtirme un ás a m er ar nt co una carr e m íte a er er rm nv armas para la vida. Pe tanta claridad cuál no lo sepas, pero mi intención era co no tienen debes aprender de o evitarte el sufrimiento, pero sí darte redes de la vez que l ta los ue de pa rq z ed o Po vo pu atr a. la no cu er vid ue “s las pan a do, porq violencia, de guerra, para y verdades que esca . en un corresponsal ponerle rostros a las cifras que deja la enfrentarte a él. Haesia y de esas verdades quiero hablarte abá, la tiear s. nt rto te ue voz”, para in academia o de la igl época más cruda de la violencia en Ur pues pasó noria junto con los m ja, e no muera la mem é tienes tú que ver con todo esto. Sede do qu ra ra pa a pa un de De niño viví la io ed m qu n s zó en rá í ra ta ec a ro cr un ev ep ro eg br nu i Pe pr so r. or Pero te tiste en m rra que nos vio naceenteré de nada. Mi madre –en su am e era mi tío orir y ser ce años tú te conver cillo, hoy hace quinque sopesar si quería arriesgarme a mr de ti un de todo y yo no me o detalles del porqué su hermano, qu despedirse ce ve ha tu y ser. Entonces ía atreverme a vivir s tector– nunca me di vo que marcharse lejos de Turbo sinqué cuando da para ti, o si quernecesitan. Eso no significa que deba r en po ley a icó un pl ex e m a e s y padre putativo, tu nc qu no a e Nu . qu vid s os en la , añ llo a as s se ue e tiv tre aq fes de alquiera qu legado para ni llamar en más egos pirotécnicos fuera de las fechas er al último quiera, sino que, cu vivir la vida que yo al servicio de la gente. escuchábamos los fu a contemplarlos, teníamos que corr paz por elijas, siempre esté que escribo estas líneas, se habla dede medio vez de salir a la callesita de madera para escondernos. a ás a march En el momento ctores, parece que mpuede llegar cuarto de nuestra ca e respondió cuando en medio de unenterio, si no obstante los detra rc y, Fa os m m las e ce lad di de s al la na do ’ ril to ín ca er em un N a ‘M de la framado con la gu por qué llevaban llevado a la siglo de conflicto ardo mis reservas por haber sido testigoColombia, fúnebre preg unté rior ese alegre muchacho me había vida ; nadie ar de gu as id ro fensas Un a su fin. Pe apenas el día ante de la tienda donde se ganaba la como sí lo poniendo ción’ de las Autode casada ‘desmoviliza en aparecer en todos los noticieros de escuela en el tr icicloyo sabía que él no estaba enfermo, tan oscura lo que el eb on pu ar or un m a victimizar que más de re ra pa me respondió, pero na mujer de cabellos blancos y piel de gr itar: rse pa ru as y sanag las armas que en re ple en esta guerra es el de poner lágrimlágrimas estaba su madre –u e llevaba puesto –, quien no dejaba o era luchá m las cu ue e rq qu ngre, po único papel como el vestido quron a mi muchachito, si su único pecaun animal. no quede más que sa eblo han gre, aunque ahora yaimientos y los sentimientos de este pu “Por qué me quita que amar rármelo así como si fuera nt se . los es a proyectil responden por esta vieja. Vea rdón de Dios!” a revelarbajo el plomo de los mi inocenquedado sepultadostoy seguro que aún nadie se ha dignado qué tanta ¡Ay, eso no tiene pebién tocó a nuestra familia, pero en ino que de r es po o, rg io, ba od Sin em é tanto La muerte tam informe. El cam que solo haya paz, nta infamia. ¿Por qu monstr uo lejano e a te el trasfondo de ta que me mostró la vida es que aunque ha vivido cia seguía siendo uncementerio era ya una rutina tedios de mango e ad rd qu ve ia tic tra la injus muerte? O la iglesia llevaba al r la ulterior recompensa: un helado ticia y la causa de ia tierra. guirá habiendo injustras los intereses que hay sobre la proptus homse merecía la pena poesar a casa. e te e en nd br m co so i es a m se ng esta tierra biche antes de regr a fatídica tarde que quedó grabada endel noventa rá confuso el que po esa da ija, sé que te parecedad que tal vez sientas ajena. Pero es ado ca H dé la de d Así fue, hasta un ita m a nd ici ali gu op re se la pr a la de un a ha s e Er de no r. qu ba ad– la bros el peso con el fierro del terroilitares que dominaban los centros ura social”. Yo –que no es neutralid rque hubo misma indiferenciaquiera que haya habido guerra es po dad. Pero y los grupos param una labor que denominaban “limpiez pero aquel e cie nd so la Do sector de la barbarie. región, insistían en ía algo que ver con recoger basuras, e hacía las por parte de algún ro de un un silencio cómplicemás pistas, anexo a esta carta un lib aún pensaba que tenlo que llevaban en la camioneta, quos llamaban a través e, qu ré y da ñó te tranquila, e una vez so dr pa día me enteré que eran jóvenes, a los que muchos vecin lo y correr tu e qu porqué lo los zo r periodista que hi ctantes, te ay udará a comprende ento que, veces de recolector, de ellos logró tirarse del temido vehícuque toda la pa m im rta pa ios de on un de testim ‘ladronzuelos’. Uno de escapar de sus captores, mientras ón del sión y abandono de la historia de exclu diera ser Urabá o cualquier otra regi rmas. de calle abajo tratando a cerrar puertas y ventanas. fo pu s asu ó, er s oc sp da se Ch to de el lencia en si bien es gente se apresuraba idar aquella persecución y la cara de día salir a ión, pero n padeciendo la vio país de las que siguei oficio no debería hacerte esta invitac Jamás podré olv uchacho que, cuando yo apenas po s en la sticia no ju m in r la po m a e igo l e qu Pensarás r con sus am , que frent rti ad id pa ial de ción de Mauro, aque rc lía pa so im ignores él , e la no as nd es ina do escondid quiero que olvid tu posición contra la tiranía, que no conoce jugar un rato a las e en la noche. Y fue en esa misma esqundero que e es nt qu e sie nt e ucha ge calles, qu esquina hasta tard os le condujeron por el conocido se ya sabes al afligido. Hay m a. Sentía en cuando se humille a respuestas ante el sufrimiento, y tú cuatro certeros balazro esa vez no hubo helado a la salid sit ce ne y pe su verdad va al camposanto, argo de la realidad. spuestas. escalofriandónde hallar esas re mi boca el sabor am escuchado historias como esta o más es ninguno . pá pa a: Te am Sin duda habrás rtes cotidianas que en aquel entonc nábamos. A mue tes, de las miles de la zona, ni niños ni adultos, dimensio de los habitantes de

Jorge Luis Pérez Alzailate m jorgeton347@hotm .co

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Deporte

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“El bicicrós es como la vida, no todos contamos con la misma suerte” Diveana Querubín Hernández, de 21 años, fue una destacada deportista a los seis, fue campeona a los nueve, fue medallista de diferentes campeonatos hasta los 14. Compitió al mismo nivel de Mariana Pajón, fue, fue… ya no es.

rtamental un torneo depa A sus 11 años en l. ra en de Vibo pio de El Carm

en el munici-

Diveana, a sus nueve años, junto a Mariana Pajón en un campeonato nacional en Bogotá.

Fotografias: Cortesía

nuevamente el escenario que dejaron acabar en su municipio. Representando a los municipios donde pudiera entrenar, también obtuvo algunos triunfos. “A los 11 años representé al municipio de Apartadó en un departamental, donde quedé de segunda. Luego, en ese nacional, cogí primer lugar. Traje el título de campeona para Apartadó, que se prestó para que yo pudiera entrenar, al no haber pista en mi municipio”.

Lorena Castaño Pineda lorena8095@hotmail.com

Los demás niños iban con las mejores bicicletas, con chocles, cascos cerrados y yo todavía con casco de los de Yoko; con uniformes que yo decía ¡wow!, y yo corriendo con la sudadera del colegio. Lo mío era lo peor y todo eso a uno lo va marcando y desanimando”, cuenta Diveana Querubín, una joven de Urabá que luego de darle muchos triunfos a la región, al departamento e incluso al país, tomó la decisión de abandonar las competencias de bicicrós. Tenía lo más importante, las ganas, pero le faltaba todo lo demás. A los seis años inició en el deporte, cuando en una de sus visitas constantes con su familia a la unidad deportiva de Turbo se topó con una divertida carrera de niños que subían y bajaban montañitas a gran velocidad en bicicleta. Desde entonces, su padre la acompañó en los ocho años que duró su carrera deportiva, que como las pistas que recorrió, estuvo llena de obstáculos, de altos y bajos. Un duro proceso A pocos meses de haber iniciado su entrenamiento tuvo su primera carrera, donde corrió con hombres, ya que las mujeres que hasta el momento practicaban el deporte en la zona eran de 15 años y ella contaba con seis. En esa ocasión, celebrando el Día del Niño, ocupó el último lugar. Pero no se amilanó. Desde allí, hasta su última competencia, ha ganado alrededor de 20 trofeos y 50 medallas. Desde los nueve años fue cuatro veces consecutivas campeona en el Gran Departamental que se hacía en Medellín. De su categoría, ella era la mejor en todo el departamento. Fue solicitada para la Selección Antioquia de bicicrós, en la que también estaba una jovencita como ella llamada Mariana Pajón, quien por ser un año mayor, corría en una categoría más alta. En esos nacionales, representando a Antioquia en Bogotá, Querubín ocupó el segundo lugar, lo que ella considera un gran logro según las condiciones en las que se encontraba. “En aquel tiempo aquí en Turbo no había pista. Siempre ha habido muy poco apoyo del Inder y la pista se dañó por completo; la perdimos. Mis entrenamientos para ese nacional fueron en la carretera hacia El Tres, aproximadamente seis kilómetros de ruta que ha-

cía con mi papá, quien cuando me cansaba me decía “¡vamos, vamos! ¿O es que no se quiere ir para Bogotá?” Así, poco a poco, íbamos cogiendo distancias más lejanas”, manifiesta Diveana. Su padre, Yamid Querubín, aunque le brindaba todo el apoyo que tenía a su alcance, no daba abasto en ocasiones para todo lo que un bicicrosista necesita. “Una vez le pidieron a mi papá que me dejara representar a Colombia en un Panamericano en Medellín. Mi papá dijo que no. Para ese tiempo el deportista que participara en competencias internacionales no podía volver a correr en carreras nacionales o dentro del país; si para mi papá ya era difícil llevarme hasta Medellín a competir, y tenía que salir a rebuscarse algún patrocinio, ahora para sacarme del país era peor. Era imposible y yo no podía quedarme sin competir aquí para luego no tener con qué salir del país y tampoco poder competir allá”, explica la exdeportista, con algo de sinsabor en sus palabras. Las condiciones económicas de su familia, aunque no eran malas, no le alcanzaban para cubrir los gastos necesarios para el deporte, el cual demanda de inversión constante en mantenimiento a la bicicleta, accesorios, inscripción a competencias y todos los gastos que conllevaba desplazarse fuera de la región. En el año, Diveana y su padre viajaban aproximadamente siete veces con ayuda de algún patrocinio que encontraran y con los enormes esfuerzos que su familia hacía. Varias veces corrió con Mariana Pajón, la ahora campeona olímpica. “Ella era la mejor de su categoría y yo la mejor de la mía. Cuando nos tocó correr juntas yo era la única que iba pegada a ella, las demás niñas iban atrás; la distancia que nos separaba era ninguna, su llanta de atrás estaba alineada con mi llanta de adelante. Tuve una falla mecánica, se me salió la cadena y recibí golpes muy fuertes. Me dolía, no por los golpes, sino por lo que casi logro. Mariana se me acercó a preguntar por mi estado y yo, con rabia y llorando, le contesté muy grosera. Ella se asombró y me felicitó porque era la única niña que le daba la talla”, recuerda con nostalgia. A falta de apoyo y oportunidades en Turbo, Diveana y su padre recorrieron toda la región para que ella pudiera consolidarse como deportista. Entrenó en la pista de Carepa y de Apartadó, mientras construían

Su triste descenso A sus 14 años empezó lo que fue su retirada. “Aparte del bicicrós hay algo que siempre me ha gustado más, el estudio. Pero esa no fue la razón para dejarlo, tampoco es una excusa porque muchas personas hacen las dos cosas al mismo tiempo. Mariana ha llegado muy lejos, pero las condiciones de ella no eran las mismas que las mías. Ahora ella es patrocinada por muchas marcas, pero mientras conseguía patrocinio, sus padres tenían la capacidad de costearle todo lo necesario. En mi casa la situación era diferente, mis padres eran muy jóvenes y no tenían preparación profesional. Mi mamá no trabajaba y mi papá repartía panes para la panadería de mi abuelo. Pero hacía lo posible para cumplir en mí su sueño de haber tenido un hijo deportista, ya que él nunca pudo serlo”, declara Diveana, quien desde que empezó con estudios técnicos y profesionales, fue limitando el tiempo para los entrenamientos, hasta el punto de abandonarlo completamente. “Es que no era solo falta de tiempo, además fueron muchas cosas. Que la pista siempre estaba mala, que no había patrocinio, que no había plata para viajar, que el municipio no apoyaba. Incluso las prácticas se empezaron a tornar aburridas y a medida que yo iba creciendo todo era diferente; pero cómo le íbamos a exigir ánimo y dinamismo al entrenador, si apurado le pagaban el sueldo. Aun así él nunca dejó de entrenarnos, así por parte del Inder no hubieran renovado el contrato”, manifiesta Diveana con un sentimiento de rabia y resignación. Pero este desánimo no había pasado por la mente de su padre, quien era insistente en sus esfuerzos para su campeona. “Yo creo que también por la inmadurez de mi papá, que me sobre exigía y me obligaba a asistir. Yo no podía decir que no quería ir, porque él me pegaba y me hacía ir; si tenía tarea me tocaba hacerlas después del entrenamiento. Las prioridades de mi padre y las mías, eran completamente diferentes”. La bicicleta no la deja nunca “Llegué al punto de dudar de si me gustaba o no, por los regaños que escuchaba constantemente por parte de mi padre. Pero sí, es parte de mi vida y siempre me ha gustado, yo no me imagino sin una bicicleta. Cuando iba a la pista y veía a los demás entrenando, tenía que regresarme a la casa por mis cosas, no aguantaba las ganas de montar. Es que la misma Mariana Pajón lo ha dicho, si usted está en un partidor y no siente miedo o nervios, es porque esto ya no le gusta. Y yo aún siento esa adrenalina, incluso cuando veo correr a otros”, comenta Querubín devolviendo un toque de alegría a su rostro. Obtuvo grandes triunfos dentro y fuera de Urabá, su padre y muchas personas, incluyendo a la misma deportista, se suelen preguntar ¿dónde estaría ahora si hubiera continuado?, ¿quizá hubiera corrido con la misma suerte de nuestra campeona olímpica? “Este deporte es como la vida misma, se presentan muchos obstáculos para llegar a la meta; para mí es un 60 por ciento entrenamientos y 40 por ciento suerte. Nunca se sabe qué pueda pasar entre cada obstáculo, no debemos descartar caídas ni golpes de suerte”. Diveana no pudo responderse esas preguntas, porque cuando su padre le dio la oportunidad de ser ella quien eligiera, frenó su bicicleta y abandonó la carrera.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


22 Deporte

Leones de Urabá:

Fotografías: Enrique Mena

un sueño, una cantera

Las directivas del equipo dicen que apostarán por las divisiones menores para aprovechar la cantera de deportistas que ha caracterizado a Urabá.

Leones de Urabá llena el estadio de Turbo sin dificultad. El equipo y sus hinchas le ponen color al torneo de la B. El fútbol profesional por fin llegó a una región que durante décadas ha exportado a muchos de los mejores jugadores del país.

I. Fútbol, banano y mar Nubia Cecilia Prestán Pérez bella.ebano@gmail.com

L

as calles están polvorientas, una máscara en el aire impide ver claramente por dónde se transita, se escucha el ir y venir de los pitos, son los mototaxistas que desesperados van y vienen. No es para menos, es la 1:00 de la tarde y la vía hacia el estadio John Jairo Tréllez se encuentra cerrada, la invaden las camisetas amarillas, una vez más Leones Fútbol Club busca defender esta, su casa. En enero de 2015 Turbo se convirtió en la sede oficial del equipo. Los Leones juegan en una ciudad que es adornada por plantaciones bananeras y en sus orillas besa las olas del mar. Como de costumbre, Omar Anaya se pone algo de ropa cómoda: un mocho, un par de tenis y una camisa amarilla con el cuello verde. En la espalda luce una figura de un león al igual que en la gorra que lleva puesta. De la mano lleva a su pequeño Camilo Andrés Anaya, de siete años. Salen temprano de casa para estar a tiempo en la cita que les espera; pero en esta ocasión se encuentran con unas filas espeluznantes que rodean el lugar. Tanto la taquilla como las entradas al recinto están repletas, Omar se inquieta un poco, piensa que pronto empezará el partido y se perderá la emotiva entrada de los jugadores. Son las tres de la tarde y adentro se escucha el redoblar y los golpes de la banda ‘Los Barrigones’ que se levanta para animar al local. Se abren las puertas, por un lado sale el visitante y por el otro, Leones. Se ubican, suenan los himnos de Colombia y de Turbo a una sola voz. Luego posan para la foto y por fin Omar, que viene unos pasos atrás, entra con su hijo agarrado de la mano, buscan un lugar cómodo en la tribuna.

No. 1 Junio de 2015

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“Es una oportunidad de mostrar el talento de la zona. Cuando hablo de talento no me refiero solamente a lo deportivo, sino a todo lo que contiene el territorio”.

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Me hago a su lado y rápidamente noto el juego que hace con su mirada; parece contar la multitud, cerca de cinco mil asistentes. Una frase se le escapa: “Los domingos, a diferencia de los miércoles, es cuando más se llena el estadio, es día de descanso y las personas que trabajamos podemos venir a recrearnos con nuestra familia y amigos, además, es bueno ver que la gente ya está apoyando al equipo”. Omar empezó a disfrutar del partido, comentaba cada jugada, cada movimiento. “Los muchachos ya se adaptaron al clima, se cansan menos, están más confiados, el sol no los está atropellando mucho”, dijo Omar mientras tocaba la cabeza de su pequeño que vestía una camiseta de la Selección Colombia y una pantaloneta azul. “¡Así va ser usted mijo!”. El niño respondió mostrando sus dientes blanquecinos. “¡Vamos Leones!, Leones, Leones”, cantan algunos de los presentes, otros aprovechan un mal pitazo del árbitro para insultarlo. Aplausos suenan, el narrador en cabina anuncia cambios, sale el ocho y entra el 16. Omar, que está tan solo a 10 centímetros de mí, susurra: “Aún estamos muy tímidos como hinchada, nos da pena gritar o exaltarnos durante los encuentros, pero lo bueno es que estamos acudiendo y acompañando a los muchachos, que en gran medida nos están respondiendo, me atrevería a decir que de los equipos de Colombia actualmente es uno de los mejores por su

juego limpio, organizado y creativo. Una gran oportunidad para los muchachos del pueblo.” La llegada de Leones ha generado una especie de dinamismo. Vendedores ambulantes, mototaxistas, comerciantes, restaurantes y hoteles son los más beneficiados. Además, los visitantes que asisten a los partidos del equipo se llevan una mirada diferente de la región. Que Urabá cuente con un equipo profesional hace posible que jóvenes y niños vean de cerca la posibilidad de hacer realidad sus sueños. En esa idea hizo énfasis Carlos Murillo, gerente del Club Leones, en la rueda de prensa de presentación oficial del equipo. Habló de lo importante que es sembrar la semilla en la región y dijo que esperan que las categorías sub 12, 13, 16 y 20 sean conformadas en su mayoría por jóvenes de Urabá. Es así como buscan seguir promoviendo la cantera de deportistas que ha exportado jugadores a algunos de los mejores equipos del mundo. Jhon Bernardo Ochoa, administrador del estadio J.J Trellez, considera que la presencia de Leones “es una oportunidad de mostrar el talento de la zona. Cuando hablo de talento no me refiero solamente a lo deportivo, sino a todo lo que contiene el territorio, el suelo, su naturaleza, la flora, la fauna, las personas y sus capacidades; el desarrollo turístico, comercial, de servicios e industrial. Es mostrar una especie de marca territorial que se genera con el equipo.” Urabá es más que banano, pesca y ganadería. Muchos de sus habitantes, al igual que Omar Anaya, cada día se levantan con la esperanza de ser mejores, de ver salir el sol, de ir a un encuentro con el fútbol y, de paso, educar a sus hijos para alejarlos de las filas del conflicto social y armado. Omar es tan solo uno de los tantos turbeños enamorados del fútbol, que ven en cada encuentro de Leones una oportunidad para esta tierra de gente pujante, capaz de superar el dolor con sonrisas y las tristezas con música: “Es una mezcla de sentimientos que convergen al llamado de la vida, -dice Wilber Pineda, otro aficionado- aun cuando existan dificultades”.


23 II. ‘Los Barrigones’ ponen la fiesta Rubén Moreno rubenmo_14@hotmail.com

En estos momentos de mi vida tengo el corazón divido en dos: una mitad para Nacional y otra para los Leones. No sé qué voy hacer cuando les toque enfrentarse”. Gilberto Flórez Sánchez, ‘El Mono’, es el hincha de Leones F.C. más reconocido en el municipio de Turbo. Desde la llegada de este equipo a la región de Urabá hizo pública su afición y se comprometió a crear una banda para apoyarlos en todos los partidos. Dejó muy claro que el equipo de sus amores era el Atlético Nacional, pero que en su corazón había espacio para un club que llegaba a la tierra del plátano y el banano en busca del ascenso a la primera categoría del fútbol profesional colombiano. La banda -y no de los mal conocidos ‘Urabeños’ - se llamaría ‘Los Barrigones’, porque, según él, todos los integrantes serían señores con una panza un tanto llamativa. El Estadio John Jairo Tréllez sería el espacio en el que los Leones correrían por el cariño de los urabaenses que desde hacía mucho tiempo reclamaban la presencia de un equipo de fútbol profesional en un territorio que le ha brindado tantos deportistas de élite al país.

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Ante una tentación a solo dos cuadras de su casa, el corazón cede terreno y empieza a sentir un llamado, a sentir un rugido… el rugido de los Leones.

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Deporti - facético “Yo he sido el único aficionado al deporte en mi familia, soy un amante del ciclismo, del boxeo, la natación, el tenis, y el fútbol. Hubo un tiempo en el que yo decía a todo pecho y folclóricamente que era fanático del fútbol, pero uno va analizando la frase y se va dando cuenta de que fanatismo es como un problema mayor, y para uno que se toma muy enserio el cuento del deporte, mucho más. Hoy día, me considero un buen aficionado al deporte en general”. “Cuando era niño vivía en una finca donde el vecino más cercano quedaba más o menos a dos kilómetros. A mis padres y a mis hermanos nunca les gustó el deporte. Afortunadamente, en casa teníamos un radio y comencé a escuchar las peleas de Antonio Cervantes ‘Kid’ Pambelé. Una tarde, escuchando un partido en el que Nacional ganó seis a cero, yo dije: ese es mi equipo del alma”.

“La verdad no sabía ni de donde era ese equipo, a qué sabía eso y con qué se comía. Así nació mi afición por el fútbol, por Nacional. En los años gloriosos de Lucho Herrera, Fabio Parra, José Patrocinio Jiménez, nació mi afición al ciclismo. No me despegaba del radio para escuchar esas narraciones que mucho se parecían a las de fútbol y hacían erizar la piel. Luego, con Pablo Restrepo y Albert Kapax, nació la afición por la natación. Creo que me sentía identificado con el tema de la natación, porque uno viviendo en una finca tiene la oportunidad de nadar desde muy niño, a diferencia de los que viven en las ciudades. De esa forma fui avanzando hasta ser conocedor y aficionado de todo tipo de deportes, pero ninguno se compara con el sentimiento que me genera el fútbol”. El primer amor nunca se olvida Es como la primera novia, esa chica que uno conoce a los 14 años, con la que uno aprende a besar, con la que se anda de manitos sudadas. A la que se le escriben cartas de amor o fragmentos de vallenatos y baladas, y para hacer más interesante aquel escrito -con ortografía de estudiante de bachillerato- se llena de loción. Así es Nacional para ‘el Mono’, su primer amor, el que nunca se olvida. Pero ante una tentación a solo dos cuadras de su casa, el corazón cede terreno y empieza a sentir un llamado, a sentir un rugido… el rugido de los Leones. Hasta el momento son las personas que más se distinguen entre la multitud de aficionados que cada domingo los acompaña. Son de los últimos en llegar y se les siente desde que salen de sus casas, pompompom. Cuando entran al estadio, el ambiente cambia, todos quieren estar cerca de ‘Los Barrigones’ y hacer bulla con ellos. Para jugadores como Luis Vélez, un turbeño de pura cepa, criado con plátano y banano, es un orgullo hacer parte de los Leones justo en su tierra, haciendo lo que más le gusta, además cuenta con el respaldo de toda su familia que, partido tras partido, lo acompaña y son su mayor fuente de motivación para rugir, no como un cachorro sino como una verdadera fiera. ‘El Mono’ seguirá alentando a los Leones hasta donde la vida se lo permita, es el hincha número uno y debe coordinar todos los movimientos de la banda antes, durante y después del partido. Una bonita afición, como la que ya tienen, fue una de las motivaciones de los directivos del club para mudarse a las tierras de Urabá, que siente el fútbol, que vive el fútbol. La tierra de Cuadrado, Zúñiga, Amaranto, Tréllez, la tierra de los Leones, la tierra del ‘Mono’ que ruge.

Fotografías: Enrique Mena

Al ritmo de la tambora ‘El Mono’ tenía muy claro que para montar una banda de fútbol era necesario llevar este deporte en la sangre. “Si no se siente ni se vive el fútbol no se llega a ninguna parte”. Los puntos a su favor eran muchos, porque desde niño lo acompaña esa enfermedad que padecen miles y miles de personas y que nadie, a pesar de las lágrimas, de los malestares de estómago, de quedar sin voz durante dos días, de ir y venir detrás de un equipo, de resignarse porque los puntos ya no alcanzan para clasificar, nadie jamás querrá curar. Crear una banda no es fácil y al ‘Mono’ le tocó prácticamente solo, porque a pesar de que sus amigos apoyaron la idea, no habían hecho nada para llevarla a cabo. Comenzó con una tambora que le prestaron

y, poco a poco, logró el apoyo del Instituto Municipal para la Protección de la Niñez y la Juventud y la Casa de la Cultura, que le prestaron un bombo y unos redoblantes, en muy mal estado, pero con mucho cariño, como él mismo lo dice. Su empeño por crear la banda era tan fuerte que sus amigos se llenaron de motivación y comenzaron a tomar los instrumentos y hacer bulla a favor de Leones. Ninguno de ellos era experto en música, ni sabía del Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si; ni de redondas, blancas, negras y corcheas, pero sí sabían hacer escándalo desde el inicio hasta el final de partido.

En menos de un semestre, la hinchada de leones ha demostrado por su equipo la fidelidad que quisieran muchos clubes tradicionales del fútbol colombiano.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


24 Crónica

costera de la Santa Fe Karen Lorena Bejarano Parra karenbeja@gmail.com

Hay vasitos de uno quinientos y dos quinientos”, respondió Rosiris cuando un cliente le preguntó por el valor de los dulces. Agregó, además, que el dulce que más se vende es el de ñame, un tubérculo típico de la Costa Caribe colombiana, que en la preparación propia de un desayuno cordobés se sancocha y se acompaña con queso, berenjena y suero costeño. A simple vista, el vasito de 1.500 pesos parece pequeño. De hecho, es más pequeño que un vasito tintero, pero cuando está lleno comprime tal cantidad de azúcar como para dejar agotadas las papilas gustativas. Es de destacar, claro está, que hay paladares invencibles, que no pierden oportunidad en cada salida al centro para darse el gustico de un rico dulce de papaya. Rosiris convenció a su cliente, sin querer, de comprar el dulce de ñame 40 días después del Miércoles de Ceniza se da inicio a la Semana Santa. Durante siete días el ambiente se torna silencioso, mucha gente se va de viaje y los que se quedan no hacen mucha bulla. Las oraciones aumentan, los arrepentidos son más, el turismo religioso “se hace el billete” y los que trabajan como mulas duermen como gatos. En todo el país hay procesiones, flagelantes, ayunadores, gente que no come carne los viernes, sahumerios, baños de yerbas y otros tantos rituales más. Por los lados del caribe cumbiambero, gaitero y bullerenguero, hay una manifestación cultural deliciosa que se lleva a cabo durante la Pasión de Jesucristo: los dulces de Semana Santa. El sabor de la reflexión Hay dulce de guandú, de mango biche, de mango maduro, de coco, de coco con leche, de tamarindo, de yuca, de papa, de papaya, de corozo, de leche, de leche cortada, de ñame, de ciruela y de cuanta fruta haya en la canasta. No son confites, ni caramelos, son dulces hechos en leña, con clavitos de olor, canela y panela. Un manjar cocinado en un caldero y revuelto con una cuchara de palo gigante. En Semana Santa las vecinas desempolvan sus recetas y arman el fogón en el patio de la casa, pero aunque todas hagan el dulce con los mismos ingredientes el sabor no es igual porque cada mano tiene su propia sazón. Después de la cocinada viene la repartición: a las casas empiezan a llegar platos llenos de dulce que con mucho cariño regalan las vecinas; cuando llega el Jueves Santo ya la nevera está lista para entrar en coma diabético.

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De ñame, de mango, de coco, de ciruela, de leche cortada, de corozo, de guandú, de, de, de lo que sea, se hacen y regalan platos con deliciosos dulces. Una tradición que no debe morir en Urabá. En resumidas cuentas, mientras el resto del país vive y siente la amarga cruz del Redentor, por aquí en Urabá, Antioquia, Caribe, se saborea la Semana Mayor. Eso sí, la cultura del dulce regalado es una tradición que aún se conserva en Urabá, donde nadie tiene problemas para cocinar y compartir tamarindo o papa en pasta azucarada. Más arriba, en el departamento del Atlántico, donde vive Rosiris, los dulces no se regalan, se venden. Rosiris es barranquillera, tiene el cabello prieto y la piel negra. Lleva nueve emanas santas vendiendo dulces afuera de la Olímpica de La 73, en Barranquilla. Cada que alguien se acerca a su mesa de ventas, ella se levanta y deja salir de su boca una retahíla que le fluye como si dijera su nombre completo: “A la orden, mire, éste es de ñame, éste es de corozo, éste es de ciruela…, a la orden seño”. “A mí no me entra la tentación de comerme los productos porque ya estoy aburrida de probar cuanto dulce se inventan en la casa o por la calle donde vivo. A mí el sabor que me gusta es el de la plata”, dice entre carcajadas. Para ella es normal tener competencia por todos lados, incluso frente a su mesa, porque sabe que cientos de familias curramberas salen en la Semana Santa a hacerse el diciembre, sentadas en sus sillas y esperando a que llegue algún antojado que les haga la comprita. Cuando llega la noche las vendedoras empiezan a recoger sus corotos y agradecen a Dios por el día. Si les fue bien, guardan las vasijas de dulces vacías, pero si los compradores no se asomaron mucho, a estas mujeres les toca empacar bien sus productos y esperar hasta el otro día a que el cuerpo de los clientes les pida azúcar, mucha azúcar. “La gente nos busca a nosotras las negras y nos compran los dulces porque son sabrosos. Los cachacos que visitan la ciudad nos preguntan cómo los hacemos y nos dicen que están buenos, a veces nos toman fotos, pero ya uno sabe que como eso no se ve por allá, entonces,

ajá, uno les cuenta cómo es la cosa”, comenta Rosiris mientras unos clientes hacen la compra en la mesa del frente. Un vasito de 2.500 pesos es ideal para una pareja. Toma su tiempo acabarse el dulce, porque con una cucharadita del tamaño de un palo de paleta es más que suficiente para mover la lengua un buen rato. De tanta azúcar que pasa por la boca y la garganta, va quedando un sabor a leña que indica que ya se ha comido suficiente. Mientras tanto en Urabá En Turbo, Antioquia, Yuli Villalba, una sincelejana que tiene más de una década de estar viviendo en este pueblo urabaense, convoca a sus amigos para hacer una recolecta y comprar los ingredientes del dulce. Yuli es una de las tantas mujeres en Turbo que celebra la tradición dulcera de la Semana Mayor. Antes de que nacieran sus dos hijos, Yuvia, como la llaman en el mundo artístico, hacía dulces con sus compañeros de teatro y le regalaba pulpa de fruta en almíbar a todo el mundo. “Si uno en Semana Santa no tiene la voluntad para pegarse su caminada en la procesión con semejante sol, entonces que se tenga la voluntad de compartir así sea un dulce”, asegura Yuvia. En Urabá, las señoras regalan un plato lleno de este manjar, la cantidad perfecta para toda la familia. Hay que recordar que a las casas llegan platos de todos los sabores, así que la sensación de leña en la garganta es eterna, pero gustosamente sabrosa. No había empezado la semana mística del presente año y ya Juan Arturo Gómez, un estudiante de la Universidad de Antioquia en la Seccional Urabá, había llegado con un tarro que contenía cantidades industriales de dulce de mango biche. “Lo traje del Chocó, mija, es de mango biche, vaya pa’ que le den un vasito con galleta”, le decía Juan, en su muy marcado acento paisa, a una estudiante que peló los ojos cuando vio semejante pote de dulce. Llevó dos tarros más pequeños para que se los llevaran unos profesores a Medellín y lo compartieran allá. Cumplió con la tradición, la de compartir. Qué siga viva ¡Alabado sea el señor! Porque esta tradición se ha mantenido en el tiempo, porque los hijos de los hijos han conservado sus recetas familiares, porque en los días sacros no falta el dulce y porque las grandes empresas no han hecho negocio con esta tradición. Que sigan metiéndole el palote a la olla, que el dulce de mango venga con la pepa y que se agarre la muela picada, porque lo que viene es panela pura. Y ajá, Amén.


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