De la Urbe 48

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AÑO 10•No.48•MEDELLÍN, OCTUBRE DE 2010•ISSN16572556•FACULTAD DE COMUNICACIONES•UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

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2 Con lupa

Fotografía Eduar K. Salas Burbano

Trapos sucios

Limpias por fuera, ¿sucias por dentro?, Las Empresas Varias de Medellín gozan de una buena reputación ante sus usuarios; pero en su interior, un cúmulo de denuncias por su manejo administrativo parece mancillar su imagen como la empresa más representativa de servicios de aseo y recolección de basuras en el país.

Johnatan Clavijo Taborda johnatan1058@hotmail.com

A

rriba: un grupo de barras están, notablemente, en contra del Gerente de Empresas Varias de Medellín (EEVVM). Abajo: cerca de 19, de los 21 concejales, en contra de la propuesta del renting de vehículos; incluso, varios de ellos, radicalmente en contra de algunos manejos de Andrés de Bedout como Gerente. Una encerrona política en la que nadie quisiera estar vivió el saliente Gerente de Empresas Varias de Medellín, el jueves 19 de octubre en el debate de control que realizó el Concejo de Medellín sobre las finanzas de la más importante empresa de aseo y recolección de basuras en Colombia. El debate fue tenso. El concejal Jesús Aníbal Echeverri tomó la palabra y advirtió los malos manejos de la empresa. Se refirió al Gerente como “un bobo” en cuanto a los asuntos administrativos. Sin que el corporado terminara su intervención, Andrés de Bedout se puso de pie y salió del recinto del Concejo: primero, por las declaraciones insultantes después de cinco horas de debate. Segundo, porque su preocupación estaba al tope luego de denunciar públicamente que había recibido un sufragio donde se amenazaba su vida. Tras salir del debate y analizar que la situación se había salido de sus manos, de Bedout, quien fuera Gerente de EEVVM E. S. P. desde el 01 de septiembre de 2004, renunció a su cargo y, con ello, agravó la pelea que viven en la actualidad muchos de los concejales con el Alcalde de Medellín, Alonso Salazar Jaramillo. A través de su cuenta en Twitter, el Alcalde dijo: “Se va Andrés de Bedout, un hombre que trabajó por 6 años y 2 meses en la modernización de nuestra empresa de aseo para evitar su quiebra. Lamento que su renuncia esté motivada por las amenazas de muerte que ha recibido. Por la oposición recalcitrante de un sindicato dedicado a defender intereses de minorías. Y por el tono irrespetuoso y agresivo de algunos concejales durante los debates. Pésima la actitud de disparar con regadera para señalar corrupción en la Admon. Sin que luego los organismos de control validen las denuncias”. Y complementó: “Hay concejales que hacen debates serios. Otros, en cambio inventan calumnias, destruyen personas, solo para figurar en un titular de prensa”. Pero, ¿cómo fue que sucedió todo esto? ¿En qué consiste el renting para la reposición de los vehículos de Empresas Varias? ¿Y por qué la polémica?

La ‘basurita’ en el ojo

“Empresas Varias de Medellín E.S.P. ha ostentado en los últimos años el título de la mejor Empresa prestadora del servicio de aseo en el país por sus altos estándares de calidad, que muestran a la ciudad de Medellín como una de las más limpias de Colombia. Así lo acreditan las encuestas realizadas a nivel local ‘Medellín como vamos’ y nacional ‘Consejo Privado de Competitividad’”. Este es el inicio del polémico proyecto para la licitación de la “Renovación del parque automotor requerido para la prestación del servicio de aseo, bajo la modalidad de arrendamiento operativo”, que abrió Empresas Varias de Medellín y que ha mancillado el buen nombre de esta entidad, que se ha caracterizado por ser la empresa más representativa del país en servicios de aseo y la segunda en servicios públicos domiciliarios en Antioquia, después de la tradicional Empresas Públicas de Medellín (EPM).

No. 48 Octubre de 2010

Económicamente, Empresas Varias de Medellín no está bien. En declaraciones dadas por Andrés de Bedout antes de renunciar a su cargo, uno de los problemas más grandes en este aspecto tiene que ver con que “a 1742 jubilados que tenemos en la actualidad les tenemos que pagar un promedio de 2.500 millones de pesos mensuales”, dineros que, según la Ley 142 de 1994 de Servicios Públicos, no pueden estar incluidos en las tarifas de los usuarios, sino que tienen que venir directamente de la empresa, “lo que ha generado un desfase entre los ingresos y los egresos”, explicó el ahora ex gerente. Por esta razón, él y su Junta Directiva discutieron un paquete de siete propuestas para salvar la empresa de su liquidación. Dentro de esas medidas se encuentra la del renting o arrendamiento operativo de 37 vehículos recolectores, con el fin de atender las recomendaciones de la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios para la reposición del parque automotor en un Plan de Mejoramiento presentado a inicios de la gestión de Andrés de Bedout en EEVVM, es decir, en el último trimestre de 2004. Aunque, como se puede evidenciar en las cifras frente a la calidad del servicio, el funcionamiento de la empresa y de su parque automotor es de estándares superiores, existen vehículos de recolección que han llegado al límite de su vida útil y que deben ser renovados. Tanto el Gerente saliente como la Junta Directiva y el Sindicato concuerdan en que la reposición es necesaria para mantener los niveles de satisfacción de la ciudadanía frente al funcionamiento de la empresa, pero el problema está en la forma: no saben si comprar los vehículos o arriendarlos a una empresa privada por seis años. La reposición por compra tiene un costo cercano a los diez mil millones de pesos, lo que, según argumentó el Alcalde de Medellín en una carta dirigida al Concejo de la ciudad el 28 de septiembre de 2010, “implica un castigo dramático a la carga de la empresa”. No obstante, el dinero para comprar los vehículos debería existir. Según asegura el presidente del Sindicato de Empresas Varias, Iván Vanegas, lo que sí está incluido dentro de las tarifas pagadas por los usuarios es la reposición de los vehículos, que no se ha realizado desde el 2008. “El presupuesto aprobado para la vigencia del Plan de Desarrollo 2008-2011 es de 45.000 millones de pesos, aprobado por el Honorable Concejo de Medellín, y del cual no se ha hecho uso, precisamente por aplicar el modelo de renting”, aseguró Vanegas. Frente a esto, Andrés de Bedout respondió que “desde el año 2006 hemos comprado 85 carros con plata propia, lo que pasa es que el fondo del pasivo pensional ya no alcanza sino para 2.1 años”. Por esto, él proponía este plan que según sus cuentas significaría cerca de “400 millones de pesos de ahorro por año si aplicamos el renting a los 37 vehículos, en costos financieros y por disminución de consumo de gasolina, llantas y mantenimiento”.

¿Arrendar ahorra?

Según un informe interno presentado el 20 de agosto de 2010 por un grupo interdisciplinario liderado por la Jefa de Contabilidad de EEVVM, María Regi-


3 na Montes Orozco, a petición de la misma Gerencia, y en el cual se reconocen que no se tenían las herramientas suficientes para un trabajo riguroso, se pasa “de generar un ahorro por vehículo de $15’286.200 a un déficit de $24’029.793, durante los seis años” (ver Anexo 1). El Sindicato de Trabajadores muestra esto como prueba para señalar que a largo plazo no se genera ningún ahorro con el arrendamiento, sino un déficit. Iván Vanegas explicó que el renting consiste en un arrendamiento en el que la empresa privada, que da a título de arrendamiento los vehículos, incluye dentro de los costos el mantenimiento; es decir, la empresa privada se encarga de eso. El problema está en que Empresas Varias tiene que destinar una gran parte de sus recursos en el mantenimiento de sus vehículos propios, o sea, “toca pagar dos mantenimientos: uno, el de los carros propios, y dos, el de los carros arrendados”, asegura Iván Vanegas, para quien muchos de los problemas de EEVVM tienen que ver con problemas internos en el proceso de mantenimiento. Este punto resulta altamente complejo si se toma en consideración que, según el informe interdisciplinario, “la empresa no tiene elementos claros y suficientes para determinar el valor del canon de forma acertada, para tener criterios de evaluación de alternativas y poder definir la viabilidad del proyecto”. Además, se complementa diciendo que “el modelo entregado para el análisis es muy sensible y de alto riesgo variando significativamente ante cualquier cambio mínimo que se le genere a los datos”. Por lo tanto, este punto queda en el aire, en la medida en que ni la misma empresa ha podido hacer análisis rigurosos y claros sobre este tema. Lo único realmente certero que se puede decir, sustentado en el informe antes citado, es que “los ahorros presentados en el modelo no son muy significativos”.

Memorandos, cargo y salarios

Según las mediciones hechas por el programa Medellín Cómo Vamos -MCV-, iniciativa ciudadana para evaluar la calidad de vida de los ciudadanos de la capital antioqueña, “los servicios de energía eléctrica, acueducto, alcantarillado y recolección de basuras mantienen coberturas entre 99% y 100% sin modificaciones desde que comenzaron a ser evaluados en 2006 y con calificaciones de satisfacción alrededor del 4,5”. Anexo 1

Trapitos al sol

Como en todo buen escándalo colombiano, cuando aparece un agujero se va desentrañando un hoyo negro, no siempre cierto, que refuerza el asunto que agudizó la polémica. Pues bien, el caso de Empresas Varias no es la excepción a la regla; poco a poco se han dado a conocer documentos que han puesto en tela de juicio los manejos de los recursos públicos por parte de las actuales directivas de la empresa. Por medio de un documento interno se dio a conocer que cuando Andrés de Bedout inició en su cargo de Gerente, el 01 de septiembre de 2004, su salario, exento del factor prestacional, era de $8’180.293; para el 01 de enero de 2007 ascendía a $9’512.768, lo que hasta el momento se considera un aumento normal; el asunto se convirtió en escándalo cuando se descubrió que, para el 01 de enero de 2010, el salario había escalado a $17’084.025, más del doble del salario inicial (Ver Anexo 2). Respondiendo a este respecto, siendo aún Gerente, de Bedout aseguró que “quien determina cuál es mi salario es la Junta Directiva. En el año 2008 -porque yo ya llevo más de seis años en esta ‘tortura china’-, yo le dije a la Junta que continuaba si me incrementaban el salario, porque los riesgos y el trabajo son bastante grandes”. Además, complementó diciendo: “El aumento debería ser del triple porque manejar esta cantidad de situaciones y esta empresa tan complicada, mantener, a su vez, a Medellín limpio y tener que terciar en las responsabilidades, pues es un salario que dentro del mercado de salarios para empresas similares ni siquiera se compadece”. Al consultarle si consideraría disminuir su salario como forma de conseguir algunos recursos adicionales para el salvamento presupuestal de Empresas Varias de Medellín, de Bedout respondió abiertamente que: “Olvídense que renegociando mi salario se va a mantener la empresa… no; de eso, olvídense (…) Han estado utilizado este tipo de estrategias para enlodar mi nombre y desprestigiarlo. Es hasta humillante que un Gerente de una empresa tenga que salir a explicar lo que se gana”. El futuro de Empresas Varias de Medellín es Al Sindicato, por su parte, le parece que este aumento es realmente incierto. La mayor preocupación preocupante, pero denuncia que la cuestión no es tan simple. Iván tiene que ver con que necesita urgentemente presidente del Sindicato, conseguir recursos para evitar su liquidación, Vanegas, denuncia que mientras se han eliminado 215 cargos desde el año preservándose como empresa pública.. 2005 de antiguos trabajadores operativos vinculados a la empresa para reemplazarlos por cargos contratados con terceros, se han creado 23 cargos administrativos desde el 2004, lo que implica un valor mensual, sin el factor prestacional, de $85’593.468 (restando el salario de un empleado administrativo contratado antes de la llegada de Andrés de Bedout a la gerencia de EEVVM) (ver Anexo 3). Ante esto, Andrés de Bedout respondió que “el proceso de ‘outsourcing’ o subcontratación ya se venía dando en un 70% aproximadamente cuando yo llegué a la gerencia” y, en la actualidad, ya contempla un 90% total de los funcionarios de EEVVM. Para el Sindicato, esto, junto con las consideraciones de arrendamiento operativo, son muestras de los pasos que se están dando camino a la privatización de esta empresa pública de servicios domiciliarios, y de que los manejos administrativos no han sido para nada adecuados.

Anexo 2

La limpieza empieza por dentro

El futuro de Empresas Varias de Medellín es realmente incierto. La mayor preocupación tiene que ver con la consecución de recursos para evitar su liquidación, preservándose como empresa pública. También requiere de un nuevo gerente que se encargue de mantenerla como una de las mejores en la prestación del servicio público domiciliario de aseo y recolección de basuras. El Concejo de Medellín, casi en su totalidad, está de acuerdo con las otras seis propuestas para salvar la empresa lanzadas por la Junta Directiva. Con las reacciones de los corporados y los resultados de la polémica, seguramente el próximo gerente dejará de lado la propuesta de renting operativo si quiere preservarse en el cargo. Frente a las denuncias de malos manejos administrativos, el Personero de Medellín, Jairo Herrán Vargas, encargado de la vigilancia y el control de las actuaciones de los funcionarios públicos, anunció la apertura de una investigación para revisar si “el aumento del salario se hizo bajo los términos legales o no” y si realmente se presentaron casos de malos manejos administrativos. Empresas Varias queda en el limbo, producto de las discrepancias entre su Sindicato y la Gerencia, que terminó por enmarcarse en la pelea, ya casada, entre Alcalde y Concejales. La razón de fondo es que para la totalidad del Sindicato y para algunos concejales, el renting es un primer paso a la privatización de la empresa: he ahí el verdadero problema. Lo fundamental, para todas las partes implicadas, es que Empresas Varias de Medellín se preserve como patrimonio público y que siga satisfaciendo a sus usuarios con altos estándares de calidad, tal y como lo demuestran sus indicadores. Sacar la empresa de la crisis económica que vive, sin privatizarla, es el mayor reto que deberá afrontar el próximo Gerente de EEVVM. La elección queda en manos del Alcalde.

Anexo 3

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


4 Editorial

Salvar el Alma

C

omo integrantes de la comunidad universitaria nos complace saber que las contraviniendo la nueva norma han decidido volver al “rebusque” como alternativa de puertas de nuestra casa han sido reabiertas, que el alma que habita en ella, supervivencia poniendo en claro que es más esencial socializar las decisiones, propenrepresentada en sus diferentes estamentos, recobra su sentido en la medida der por la concertación y hacer claridad sobre los efectos que tiene incumplir las reglas. en que propicia el encuentro en favor de una convivencia respetuosa. Sin embargo, hay Tal vez lo que más se advierte es el refuerzo de la seguridad representado en un inquietudes aún no resueltas acerca de lo conveniente de haber suspendido las activi- mayor número de integrantes de vigilancia privada, en cámaras que rastrean los modades durante 25 días a sabiendas del costo económico y social que éste implicó. Pensar vimientos y en la fuerza pública dispuesta en las porterías con la orden expresa de la en ello es válido no solo porque cada día de cierre le costó a la universidad más de gobernación de Antioquia de ingresar al claustro ante el primer brote de desorden, 1.470 de millones de pesos, además del efecto social, sino porque con esta interrupción medidas éstas que igual podrían haberse tomado al día siguiente del “15S”, permitienno se garantiza que se haya dado un paso importante para resolver los problemas es- do el ingreso de la comunidad universitaria para debatir los problemas de fondo que tructurales que arrastra la institución. Y lo afirmamos con todo y el resultado favorable nos estigmatizan. Quizás pueda resultar baladí reflexionar sobre un hecho que ya no que arrojó la consulta a la comunidad universitaria, tiene reversa, pero no lo es porque ese periodo de inacdado que aquella no estuvo precedida de un amplio y tividad que sufrimos puso al descubierto la fragilidad Estamos convencidos de que los esfuerzos en materia democrático debate público. que amenaza nuestra estabilidad institucional cada vez Si fuéramos a hacer un balance entre lo que paque se generan situaciones coyunturales bajo cuya sude seguridad son un elemento importante para saba antes de aquel “15S”, como llaman algunos la perficie se tambalean los principios de la universidad garantizar el normal funcionamiento del Alma Mater, fecha en la que el escuadrón móvil antidisturbios, ESpública. MAD, entró a la Universidad en momentos en que se Estamos convencidos de que los esfuerzos en mapero es difícil suponer que basta una directriz central realizaba una protesta en el bloque administrativo, y teria de seguridad son un elemento importante para para decretar la convivencia pacífica. lo que se vive hoy en la universidad, podríamos congarantizar el normal funcionamiento del Alma Mater, cluir que en lo fundamental casi nada ha cambiado pero es difícil suponer que basta una directriz central referente a la otra agenda que nos inquieta y que debe desarrollarse en el Alma Máter, para decretar la convivencia pacífica. Aquí lo que necesitamos es que tomemos como como parte esencial de la problemática que afronta la universidad pública. Es decir, objeto de estudio nuestros propios problemas para encontrar soluciones acordes con más que certezas prevalecen las amenazas. Nos referimos, por ejemplo, a temas como la los fundamentos que nos rigen, escuchando los diferentes criterios siempre y cuando financiación adecuada y oportuna, la autonomía universitaria, la seguridad en el cam- estén dentro de los preceptos que nos sirven de guía, y para ello la universidad tiene pus y la vigencia de la actual normatividad. Desde que se implementó la TIP se redujo que estar siempre abierta y deliberante sobre la base del respeto para que no sean los ostensiblemente la circulación de personas ajenas a la institución y en esa medida el uniformes, los escudos y los cascos los que determinen la “normalidad” académica. control del tráfico de estupefacientes ha sido más efectivo, pero no se conocen procesos Es el alma desnuda representada en la fotografía que ilustra la portada del periódico judiciales contra ninguna de las personas acusadas de convertir el llamado “aeropuer- la que reclama un espacio libre de injerencias ajenas que contaminen el espíritu unito” en la plaza de vicio más importante de la ciudad según informes de los organismos versitario, un alma protectora, crítica, plural e indomable desde la inteligencia que de seguridad. No se han divulgado tampoco estudios serios sobre las razones y carac- sabe que la autonomía debe construirse y defenderse desde adentro en contraposición terísticas de los diferentes tipos de ventas estacionarias, incluso algunos estudiantes permanente a quienes creen aún que la letra con sangre entra.

Cadáver exquisito

El plomo diario

Mauricio Hoyos maxgallinazo@gmail.com

Juan* tiene 15 años, pero parece de 13 por su delgada figura. Sentado en la esquina, que lo ha visto crecer en medio de las balas y fumándose un cigarrillo, explica que los tiroteos son el pan diario: ‘A las dos de la mañana, se encendieron a plomo. Se dan bala, pero no como hoy que fue tan duro. Todos los días por la noche se encienden. ¡Ah! Y también los sábados’, cuenta mientras exhala una bocanada de humo”, escribe un cronista de El Colombiano (12 agosto 2010). “Uno nunca sabe de dónde va a salir una bala y hay que correr a esconderse”, explica Juan, a propósito del mismo combate en la Comuna 13. Aquí es posible escondérsele a una bala. Una bala no va sino a mil kilómetros por hora y un niño, en cambio, ya fuma a los 13, y a los 15 ya es papá, y a los 16 ya está muerto, o antes, o después (seamos optimistas, aunque no es optimista estar vivo después de los 16 con este desempleo tan carechimba). En serio, se puede vivir en “medio de las balas”, desayunar con pólvora, comer casquillo de bala para no aguantar hambre y dormirse tranquilo acariciando un fusil. El que Juan diga todo eso, fumándose un cigarrillo, le da un matiz anodino, insignificante, natural, a una situación que tiene a los adultos persignándose. Uno, que no es adulto, no se persigna sino que se acostumbra. Si suenan las balas cerca, salta de la cama y mira por la ventana, se acomoda, sale a ver quién fue el “muñeco” si no tiene pereza; si no resulta más interesante ir a la nevera por un fresco Royal. ¿Cuál será el pudor de nuestra prensa al hablar de muertos? No tenemos buena prensa amarilla para tanto crimen suculento. Y nuestros cronistas no han leído a Poe (noten, por favor, cómo el maestro describe el simple ahogamiento de Marie Roger), ¡una puta lástima y uno tan culto, con tanto Tarantino en la cabeza! Apareció la pierna de una muchacha que asesinaron, ¿por qué no se la comieron los gallinazos? Y la última cabeza sin cuerpo que encontraron, ¿conservaba los ojos? ¿A quién no le han descuartizado un conocido? ¡Qué poco gusto por el detalle tienen los de Q’hubo, carroñeros sin estilo! Número 48 Octubre de 2010

Comité Editorial Sistema De La Urbe Heiner Castañeda, Luis Carlos Hincapié, Patricia Nieto, Elvia Acevedo y Gonzalo Medina. Director Sistema De La Urbe Heiner Castañeda Bustamante. Director De la Urbe prensa Ramón Pineda.

FACULTAD DE COMUNICACIONES Edificio de Extensión Calle 70 Nº 52-72 Oficina 708 Teléfono: 219 89 45 Medellín - Colombia

No. 48 Octubre de 2010

Coordinación Editorial María Flórez Ramírez. Redacción Johnatan Clavijo Taborda, Jorge Caraballo Cordovez, José Andrés Ardila, Daniela Gómez Saldarriaga, Yira Plaza O’Byrne,

¡Por Dios, si estamos en Sodoma, si vivimos en Gomorra! Y es muy emocionante, pero no hay cronistas de guerra. Tenemos que conformarnos con una buena dosis de metralleta en el PlayStation. Estoy seguro, en un tiroteo hay algunos que ni nos soltamos el control del PlayStation, o del tv, o de la pantalla del computador con Internet donde vemos buenas series sangrientas (como Dexter) o buenas pelis de zombis, donde ya los muertos viven y no se quedan en el suelo como unos pendejos, puro entretenimiento para viejas chismosas que se persignan todavía.

Uno, que no es adulto, no se persigna sino que se acostumbra. Si suenan las balas cerca, salta de la cama y mira por la ventana, se acomoda, sale a ver quién fue el “muñeco” si no tiene pereza; si no resulta más interesante ir a la nevera por un fresco Royal. ¿Cuándo saldrá la primera peli de zombis medellinense? Una pandilla de zombis enfrentándose a otra pandilla de zombis por territorio. ¡No, cuál territorio! ¡Por sangre fres-ca, color plomo! Detalle, reporteros, no olviden la vieja máxima erudita de Swedenborg, Dios está en los detalles. Eso decimos los niños y los grandes babean, dizque otro enfrentamiento por territorio. Bien pueden quedarse su territorio, hombrecitos verdes, con sus fusiles judío-norteamericanos-marca-New Order World: nosotros, los muchachos de hoy día, nos damos plomo por pla-cer, con sus mismos fusiles, después del colegio o mientras tanto. Nos gusta ver la sangre co-rrer. Crecimos “en medio de las ba-las”, corremos más rápido que una bala y apretamos el gatillo con la misma naturalidad que ustedes bostezan viendo las noticias po-lí-ti-cas: niñerías de adultos.

Adrián Atehortúa, Deisy Villalba Barrios, Laura Bueno Villada, Natalia Andrea Ortiz, Daniel Pajón Toro, María Flórez Ramírez, Gonzalo Medina Pérez, Juan Diego Restrepo Toro, Eduar K. Salas Burbano, Heiner Castañeda, Patricia Nieto, Mauricio Hoyos, Katalina Vásquez Guzmán, Juan Diego Restrepo Toro.

Portada Fotografía de Jorge Caraballo Cordovez. Modelos: Juan Diego Restrepo Toro y René Urquijo.

Diseño Javier Ignacio Tabares Daniela Gómez S.

Caricatura Trucha Frita.

Colaboración Javier Bergaño, Róbinson Úsuga, Andrea Aldana, Cristina Arévalo, Natalia Botero, Glemys Mogollón, Diego Agudelo, Biblioteca Pública Piloto.

Fotografía Jorge Caraballo Cordovez, Laura Rodríguez, Eduar Kelvin Salas, Daniela Gómez S, Adrián Atehortúa, Juan David Ortíz.

Ilustración (pág. 15) Mauricio Hoyos. Corrección Alba Rocío Rojas León. Impresión La Patria - Manizales.

delau.digital@gmail.com • delaurbeprensa@comunicaciones.udea.edu.co

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA Rector Alberto Uribe Correa Decano Facultad de Comunicaciones Jaime Alberto Vélez Jefa Departamento de Comunicación Social Deisy Katherine García Franco Las opiniones expresadas por los autores no comprometen a la Universidad de Antioquia CIRCULACIÓN 10.000 EJEMPLARES


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Sebastián, inimputable

Opinión

La Universidad y la vida

El lunes 11 de octubre de 2010 el Juez Segundo Penal del Circuito del municipio de Bello, Antioquia, declaró inimputable a Sebastián Camilo Rodríguez Arrubla, acusado de homicidio agravado por el asesinato de Miguel Ángel Rodríguez y de tentativa de homicidio agravado en contra de Dora Stella Arrubla Ruiz, padre y madre respectivamente. El crimen, minuciosamente retratado por De La Urbe en su edición Nº 47, sucedió en la madrugada del 2 de mayo en el barrio Navarra. A las 5 de la mañana, Sebastián asesinó a su padre, dejó herida a su madre, intentó suicidarse, le huyó a la Policía y agredió a sus vecinos. Más tarde, luego de haber recibido dos impactos con arma de fuego, fue trasladado al Hospital Marco Fidel Suárez donde se realizaron las audiencias preliminares de legalización de captura, imputación de cargos e imposición de medida de aseguramiento. Desde entonces, no cesó la polémica. Mientras el Fiscal Pedro Luis Gómez y el abogado defensor José Abad Zuleta alegaron su inimputabilidad, el delegado del Ministerio Público, Carlos Eduardo Ángulo, intentó demostrar su culpabilidad en los hechos, amparado por el testimonio del médico psiquiatra Algiro de Jesús Berrío. No obstante, el informe pericial redactado por María Isabel Restrepo y Cristina López Giraldo, psiquiatras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, se constituyó en la prueba determinante a la hora de emitir el sentido del fallo. La doctora Restrepo declaró que en la madrugada del 2 de mayo Sebastián tenía “anuladas las capacidades de comprensión y autodeterminación por encontrarse en un delirio por intoxicación por alcohol”. Había consumido media botella de ron y una cerveza. Según el Código Penal colombiano en su artículo 33, “es inimputable quien en el momento de ejecutar la conducta típica y antijurídica no tuviere la capacidad de comprender su ilicitud o de determinarse de acuerdo con esa comprensión, por inmadurez sicológica, trastorno mental, diversidad sociocultural o estados similares.” La hiperexcitación, confusión, amnesia e irregularidad en la conducta al momento de cometer el crimen fueron comprobadas por el equipo del Instituto de Medicina Legal, permitiendo a Sebastián recuperar su libertad. El Juez declaró que deberá someterse a tratamiento psiquiátrico ambulatorio y que el consumo de alcohol o estupefacientes deberá estar controlado.

Jorge Caraballo Cordovez caraballocordovez@gmail.com

A

comienzos de agosto se realizó un foro académico en la Universidad de Antioquia y en la Universidad Nacional con la intención de reflexionar sobre los problemas que aquejan actualmente a las instituciones públicas de educación superior. Después de la ponencia de un ex directivo de la Universidad de Antioquia, que se refirió a la universidad como espacio para defender la vida y rechazar la muerte, intervino un joven del público para replicar esa posición. El joven ponía en duda la necesidad de defender la vida en todas las ocasiones. Con frialdad y, según dijo, parafraseando los argumentos de una lideresa pro aborto de los E. U., aseguró que “la vida no se Tal vez el error más nocivo de puede ni se debe preservar siempre”. Y añadió: “uno piensa en varios de los dirigentes la humanidad ha sido aceptar la que tiene el mundo y (se pregunta), ¿será muerte del otro como medio para que le viene bien que gente como esta esté respirando?”. Creía que los universitarios solucionar sus conflictos. Pero hay debían combinar todas las formas de lucha. que recordar -y ésa es una misión Sus palabras, seguras y vehementes, se escuchaban como un ejército en pie de gueurgente para el universitario- que rra, como la incitación a un combate a punnadie se puede arrogar el derecho to de empezar. Algunos asistentes aplaudieron cuando terminó su intervención. de administrar la muerte. Recuerdo este episodio porque ilustra una grave situación que los universitarios no hemos rechazado como deberíamos: la presencia de la muerte en la academia. Cada vez que hay “manifestaciones” violentas entre encapuchados y policías, cada vez que los narcotraficantes negocian drogas dentro de la institución, cada vez que se sostenga un discurso donde se acepte la posibilidad de acabar con una vida humana; en todas esas ocasiones, se está desplegando la amenaza de la muerte sobre el Alma Máter. En nuestras aulas y baños han muerto estudiantes por sobredosis; en los “tropeles” han muerto encapuchados, han perdido extremidades, han herido a miembros de la fuerza pública y han sido heridos por ellos. Hace poco, en el llamado “Aeropuerto”, fue agredido físicamente un estudiante de Periodismo por grabar unas imágenes de video para un noticiero. Las diferentes formas de la violencia

-que siempre es un camino hacia la muerte-, han desviado a la Universidad de su objetivo principal: la formación humana. Uno se pregunta, ¿puede un universitario profesar la violencia y la posibilidad de la muerte?. Yo estoy convencido de que no y que, de hacerlo, tiene en riesgo la integridad del espíritu de la universidad pública. Nada (¡nada!) vale más que cualquier vida humana. Nada justifica la decisión de matar o de amenazar con la muerte. Tal vez el error más nocivo de la humanidad ha sido aceptar la muerte del otro como medio para solucionar sus conflictos. Pero hay que recordar –y ésta es una misión urgente para el universitario- que nadie se puede arrogar el derecho de administrar la muerte: ni el poderoso, ni el oprimido, ni el traicionado, ni el excluido, ni el ambicioso, ni nadie. Quien se cree con derecho de matar o amenazar de muerte a otro, está aceptando tácitamente que lo mismo pueden hacerle a él o al resto de los humanos. Es la fatal lógica del “superviviente” (que desentraña Elias Canetti en su ensayo Masa y Poder), la del “yo lo mato porque si no él me mata a mí”. Quien piensa así tiene que reconocer que a él también lo pueden matar, ya que está dispuesto a matar al otro. Esa forma viciada de pensar, en la que todos se “defienden” con la muerte, es la que ha provocado las guerras más cruentas. Y para no irnos muy lejos: es la lógica que tiene desangrada a nuestra ciudad desde hace más de veinte años. Medellín se llena de asesinados y de asesinos; la muerte triunfa y alimenta su poder; y mientras tanto la Universidad, el espacio destinado a formar íntegramente a humanos, a ser uno de los faros de la sociedad, está amenazada porque hay quienes filtran la muerte en ella. Y porque los que no la filtran tampoco la rechazan. El verdadero universitario no celebra ninguna forma de violencia. No puede hacerlo. El universitario que amerita ese título no pone en peligro ninguna vida. Tampoco celebra ni apoya indirectamente a quienes lo hacen. Los universitarios debemos ser ejemplo de una sociedad que se ha rendido frente a la muerte, debemos sugerirle un camino basado en la confianza en el otro, en la transformación radical pero sin violencia, en una convivencia sin luchas de poder. Probablemente será más difícil conseguir cambios de esta manera –sin la falsa ayuda de la muerte-; pero en este momento no tenemos una tarea más urgente y necesaria que rescatar el valor de la vida de cada ser humano. Que esa tarea empiece en la Universidad.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


6 Semblanza Su nombre se parece a ella, a sus obras. “Resucita muertos”, dicen por ahí. El Museo de Antioquia y el Jardín Botánico son otros, más vivos, más amables, desde que ella decidió estar ahí. ¿Hará lo mismo con su nuevo reto, el de dirigir el Club El Rodeo? Con ustedes, con nosotros, Pilar Velilla.

Daniela Gómez Saldarriaga daniela_sigma@hotmail.com

E

n el apartamento de Pilar Velilla el recibimiento lo hacen un par de gatos, de ojos claros y pinta de leopardos. Al lado de la puerta se apiñan sus camas, y al verla entrar se desperezan para bajar a saludarla. “Hola hermoso” le dice a uno, y lo coge para acariciarlo. Vive en un décimo quinto piso. En el apartamento hay grandes ventanales y se encuentran abiertos de par en par. Zumba un viento frío en el interior que provoca una sensación de vuelo, pero hay que entornar los vidrios para que no se vayan a tirar los gatos. Ya han tratado de hacerlo. Pero hasta el momento los cuidados de la familia los ha tenido bien librados. El cabello y los ojos de Pilar tienen el mismo tono del pelaje y la mirada de sus animales, medianamente domesticados. También sus retos como gestora cultural se parecen a los de esos felinos osados: siempre altos y en el filo, implicando los mayores riesgos. Su familia a veces corre los cerrojos, para cuidarla, para que los desafíos que se propone no terminen por hacerle daño. El orden de su casa crea un ambiente de paz y pulcritud, como de galería de arte. De las paredes cuelgan pinturas de gran formato exhibidas conforme a las líneas y colores del entorno. Uno de los cuadros muestra el instante afanado e irrepetible de un ciclista en una carrera, parece un gran registro de prensa en el que el fotógrafo logra captar la velocidad del pedalista y la excitación de los espectadores. Esta pintura es de Adolfo, el esposo de Pilar, quien aparte de ser fanático del ciclismo, es corredor de arte. En el negocio también trabaja “Pili”, la hija menor, y aunque estudió veterinaria se dedica a la empresa familiar. Pilar trabajó con en la galería creada con su esposo hasta 1997. Antes había tenido junto a él una editorial llamada Letras, pero ciertos desatinos y ser víctimas de robos les obligaron a venderla. En el proceso de deshacerse de los cuadros que hacían parte de los bienes del negocio descubrieron que eran buenos vendiendo arte, así que se dedicaron a eso. También fue comunicadora de la Gobernación en el momento en que Helena Herrán de Montoya figuró como encargada tras el asesinato de Antonio Roldán Betancur. Lo fue por más de dos años, aunque prometió que se quedaría solo dos meses. Hizo un juramento similar cuando ingresó al Museo de Antioquia: “creí que iba a conseguir la sede y lo entregaba. Pero no, me quedé ocho años”.

Reconstruyendo la piedra

La llegada al Museo se dio cuando, por recomendación de una amiga común, la Junta Directiva le pidió la hoja de vida para considerarla como candidata a la dirección, cargo vacante tras la renuncia de Lucrecia Piedrahíta, a quien se le había encargado la Bienal Internacional de Arquitectura de Medellín. Pilar había deseado trabajar en el Museo desde hacía tiempo, pero no como directora sino como comunicadora, profesión que estudió en la Universidad Pontificia Bolivariana. Y es que dirigirlo era otra historia: al aceptar semejante compromiso desatendía las recomendaciones de quienes le señalaron el Museo como un proPese a esto siguió atravesando La Veracruz yecto peligroso por lo acaparador e ingrato, y que era mejor evitar. por las mañanas, sorteando los retazos Al día siguiente de haber sido entrevistada la llamaron para dede una jornada rica en alcohol, drogas, cirle que ya era la directora. Y aunsexo y peleas, para llegar a su oficina. De que un coro cercano le rogaba que se metiera en el Museo porque noche hacía el mismo recorrido, cuando los no estaba muerto, porque ahí la iban despojos de las horas anteriores ya habían a “quemar”, accedió y estaba ansiosa por empezar: veía en este lugar cobrado vida, otra vez. algo que quizás a los demás se les pasaba por alto. Por eso cuando se presentó ante la Junta llevó un plan. Ellos le respondieron: “Pilar, si, cambie el Museo. No es que usted quiera, es que es una orden de la Junta, para eso la elegimos”. Poco tiempo después de haber estrenado su puesto, un empleado fue a su oficina a avisarle que no había papel higiénico. Y lo peor, no había dinero para comprarlo. “El Museo debía 280 millones de servicios públicos. Y aunque cada mes venían a cortarlos, siempre terminaban dándonos más plazo por ser un museo, aunque yo les decía que no sabía cuando les íbamos a poder pagar”. Tres jornadas de trabajo después Pilar hizo erupción. Levantó el teléfono y llamó a Fernando Botero. Si lograba que el artista se revinculara con la donación que le había ofrecido a la ciudad podía embarcar al Museo en un gran proyecto. Él aceptó y ella empezó a atizar las brasas de la cultura local, a llevar la contraria, a unir voluntades, a incomodar a los mandatarios; lloró por la indiferencia, por la grosería, por las respuestas de los políticos abyectos: “qué es un museo sino un cuarto de trastos viejos…”, “¿Tiene un sueño? Venga y nos echamos ese sueñito en una cama…” Pese a esto siguió atravesando La Veracruz por las mañanas, sorteando los retazos de una jornada rica en alcohol, drogas, sexo y peleas, para llegar a su oficina. De noche hacía el mismo recorrido, cuando los despojos de las horas anteriores ya habían cobrado vida, otra vez. De día viajaba por la ciudad buscando la sede del Museo por más de treinta predios. De noche veía como en la oficina se formaban nubes de humo

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Fotografía: Jorge Caraballo

Pilar de carne y piedra de cigarrillo cuando todo el equipo trabajaba hasta tarde. De día revisaba los planos de la Plaza. De noche presenciaba como los edificios desalojados para construirla eran saqueados por centenares de personas que arrancaban baldosas, alambres y marcos de ventanas y puertas. Y de nuevo de día, se enteraba que un obrero y un rebuscador habían muerto accidentados entre las herrumbrosas ruinas.

Y la carne

Mucho se rumora en la ciudad de quién fue la idea de traer la colección Botero a Medellín. Cuando conté que iba a entrevistar a Pilar Velilla me pidieron que se lo preguntara. Nunca lo hice, pero ella se encargó de demostrarme, primero, que no le interesaba discutirlo, y segundo, y más relevante, la poca trascendencia que tenía descubrir de quién había sido la idea. Para ella lo importante era que, finalmente, la llegada de las obras de Botero a la ciudad se había convertido en una razón suficiente para que el Museo de Antioquia volviera a existir. “Una buena idea es como una bola de nieve: debe echarse a rodar hasta que sea inmensa”, me explicó la primera vez que hablamos. Sin embargo, la respuesta se volvió más concisa unos encuentros más tarde: “Yo no conseguí la donación Botero, solo la concreté”. El proceso del nuevo Museo duró aproximadamente cinco años y su resultado fue una amplia plaza y una gran sede. Este año cumple una década de haberse transformado. A los ocho años de haber aceptado la dirección, Pilar sintió que debía irse y lo hizo. Pero la Administración Municipal le dispuso inmediatamente un nuevo reto, y solo la dejó descansar la noche del 28 de febrero. El primero de marzo comenzó su trabajo como directora del Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe. Al comenzar esta gestión se prometió a sí misma que no volvería a cometer los mismos errores: no olvidaría un solo nombre de las personas que le ayudaran, anotaría cada cosa que le donaran, y reconocería con rapidez entre las cosas que le prometieran cuáles eran solo retórica y cuáles verdaderos compromisos. El Jardín Botánico se transformó a mayor velocidad que el Museo. Demolió sus muros, ordenó los espacios, mejoró sus servicios. Y especialmente, logró que las personas del sur, apáticas al norte marginado, regresarán a él, pues unió el proyecto del Jardín a la revitalización de toda la zona. Además se aseguró de que fuera gratuito y auto sostenible. Y vuelve a nacer el mito: Pilar. Su fama de que “resucita hasta muertos” es de dominio generalizado. Pilar, pilar de palacios venidos a menos, pilar de jardines que han perdido su forma, pilar de las vidas de otros. “Su mayor talento es que logra sacar de todas las personas lo mejor que tienen”, me dice su amigo y colega, Álvaro Morales. El 10 de agosto del 2010 renunció después de cinco años en la dirección, y siete días después, recomenzó otro camino con su método de enlazar procesos y voluntades: el club campestre El Rodeo. Otro comienzo. Su razón y su visión están en el futuro, no le gusta desempolvar los recuerdos, es la vida, no ella, la que se va quedando atrás. Adolfo arma colecciones de artículos sobre ella y sus pilares pero los destruye cuando él no la ve. Se confunde hasta recordando los años, pero hay ligaduras pasadas que no la abandonan. Al leer las cartas de despedida de sus colegas del Museo, Pilar pierde el temple, se entristece y casi se desmorona. “Cuando florezcan los guayacanes de la plaza voy a llorar”, dice con la esperanza de las semillas del pasado terminen de germinar.


En la lucha

7

Con 40 mil hectáreas, la ciénaga de Ayapel es la mayor reserva hidrobiológica de Córdoba. Allá se están acabando los peces, pero sobreviven los pescadores, como John Kennedy, quien sigue añorando los tiempos de bonanza.

Fotografía: José Andrés Ardila Acevedo

José Andrés Ardila Acevedo joanar89@hotmail.com

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o no sé si John Kennedy Martínez es consciente de los orígenes de su nombre. Que su segundo nombre es, en realidad, un apellido y que recuerda un magnicidio ocurrido hace varias décadas en un país muy al norte. No lo sé. De eso sólo caigo en la cuenta ahora, cuando ya no tiene importancia. No se lo pregunté aquella vez. A lo mejor, debido a esa suerte de hipnotismo producido por el sol del mediodía, el reflejo del agua en mis ojos y al paisaje que era casi el mismo, como una misma secuencia cinematográfica de potreros y agua repetida hasta el infinito. Y de vez en cuando, muy de vez en cuando, un árbol gigante cuyas raíces se sumergen en la ciénaga, como garras; una garza escarbando entre el mangle, una canoa con pescadores que regresan de una pésima jornada, un bache denso de plantas acuáticas. Siempre lo mismo. El árbol, muy parecido al que habíamos dejado metros atrás. La garza, idéntica a la anterior. El bache, el mismo bache de siempre, las mismas plantas. Y no tardé en darme cuenta de que hasta las historias de los pescadores confluían en una misma historia, como un cuento de Borges. John los saludaba con una familiaridad de muchos años. Les decía: — ¿Cómo les fue? — Como siempre —decían ellos. Y arrimaban su canoa o John arrimaba la suya, que en aquella agua quieta era una misma cosa, y nos dejaban ver el fondo de la embarcación prácticamente vacío: cuatro o cinco peces, cuando mucho, para tanta agua. Uno los veía luego alejarse y, siempre igual, John se volvía y les gritaba algo sobre el partido del día siguiente, que no se les fuera a olvidar, que había premio, un mercado de cien mil, que ojo faltaban. Y los de la otra canoa se reían y le decían, cada vez más lejanos, que “listo”, que “ojalá esta vez sí” y que lo del mercado no fuera puro cuento. Y, desde allá lejos, continuaban gritando otras cosas que, de alguna forma, alcanzaba a oír John sin problemas. Y esto se prologaba hasta que se cansaban de gritar o Cada vez toca meterse más profundo hasta que el hilo de la conversaen la ciénaga para pescar alguna ción se diluía por completo en el agua. cosa. Mínimo, ellos estuvieron cuatro

horas bogando. ¿Vieron la canoa? Así regresan todas: limpias. Toda una noche y las canoas limpias. Ya el lugar no importa.

—Ahí donde los ven —nos decía John cuando los pescadores estaban ya lo suficientemente lejos— salieron ayer, a eso de las cuatro de la tarde. ¡Y lo que tuvieron que bogar! Cada vez toca meterse más profundo en la ciénaga para pescar alguna cosa. Mínimo, ellos estuvieron cuatro horas bogando. ¿Vieron la canoa? Así regresan todas: limpias. Toda una noche y las canoas limpias. Ya el lugar no importa. Aquello lo había dicho John, de distintas formas, durante el recorrido. Había recordado también, más de una vez, que cuando era joven, durante las subiendas de diciembre, los peces se le montaban a la canoa sin ni siquiera esforzarse: con un golpe a la madera o un batir de palmas. Pero esos fueron años de bonanza, décadas atrás, cuando salían de Ayapel contenedores repletos de peces para toda Colombia. John terminaba de hablar y nos quedábamos en silencio un buen rato. Porque a John, prácticamente, no había que preguntarle nada. Él iba diciendo las cosas como dejándose llevar. Entonces, cuando terminaba de decir algo, sólo quedaba el sonido del canalete rasgando el agua o un graznido que nos llegaba de muy lejos, hasta que a John le entraran ganas de hablar otra vez, o hasta que una garza apareciera entre el mangle y alguno de nosotros, los extraños, hiciera el comentario, también repetido, sobre la longitud de las patas y del cuello, o hasta que un nuevo bache de plantas sobreviniera y John tuviera que cambiar el remo -o canalete, como le llaman en Ayapel- por una vara larga. Se paraba en la cola de la canoa, sumergía la vara hasta tocar el fondo y abría un camino a fuerza de brazos por entre las plantas, y el camino se cerraba casi inmediatamente tras nosotros. Sin duda, el sonido de la canoa sobre el agua era distinto: un chapuceo y rasgar de hojas. — Allá nací yo —dijo John. Señalaba a algún lugar lejano, a alguna casa que sólo él podía ver más allá de las lomas—. Ahí viví muchos años. En mi casa no querían que fuera pescador y yo creo que me metí en esto de terco.

“Cuando me dormí, no había una nube” — ¿Quién le enseñó, entonces? — Nadie. Yo aprendí solo. Un día pedí prestada una canoa y me metí a la ciénaga, de loco solamente.Yo me fui a ensayar. Me acuerdo que mi mamá me dijo: “Qué vas a pescar tú nada, hombre. Ponte a estudiar”. Se me rió en la cara, todos en la casa se rieron. Pero volví con la canoa llena de pescados, hasta aquí —John indicaba con la mano un punto muy cercano al borde de la canoa—. Yo dije, “ñerda, esto da plata”, y ya no quise estudiar más. Así de sencillo. Pasé casi todo el recorrido con una mano por fuera de la canoa, en el agua. La piel de mis dedos se fue arrugando lentamente y fue tomando el olor del agua, que era un poco el olor de las escamas. John detuvo la canoa junto a un árbol, un chamizo que se mantenía en pie, en mitad de la ciénaga, como de puro milagro. Del mangle del rededor, llegaba el ruido de los insectos. — Este es el árbol —dijo John—. Aquí amanecí un día, pegado de esa rama. Pasó un par de años atrás. John había decidido amanecer de pesca. Solo. Esa noche, extendió el trasmallo de un árbol a otro. Esperaría a que los peces llegaran a la red con el pasar de las horas… algunos peces, si tenía suerte. Era una tarea de paciencia. Así que John se recostó en la canoa y se quedó dormido. — Cuando me dormí, no había una nube. Tuvo que haber sido un sueño largo y tranquilo. Mecido por la ciénaga. Y el agua que cubría su cuerpo lo fue despertando de a pocos. Cuando pudo reaccionar, John se dio cuenta de que llovía con vientos de huracán y que la canoa se hundía sin remedio. — Era como estar en el mar. Las olas me arrastraban hacia al fondo. Creí que me iba a ahogar. Pero, de alguna manera, se las arregló para nadar hasta el chamizo y trepó hasta una rama. Se aferró al árbol como una iguana. Cerró los ojos y oró todo lo que pudo. No recuerda bien cómo logró subir por la superficie húmeda del árbol. Sólo sabe que estuvo aferrado a aquella rama hasta que lo rescataron. Y no fue sino mucho después que sintió el cansancio en su cuerpo, el dolor en sus articulaciones, el frío de toda una noche bajo el vendaval. John había prometido desde el inicio del recorrido mostrarnos el lugar de su naufragio. La anécdota había pasado como una referencia casual. Alguno de nosotros había preguntado por ahogados en la ciénaga y John había dicho, algo grave: “La ciénaga no es para tomársela a la ligera. Yo mismo casi me ahogo”. Pero creo que fue sólo en aquel momento, frente al chamizo, cuando le vi en la cara ese gesto de orgullo apenas contenido, de inmensa gratitud a aquel árbol moribundo, tótem sagrado, que comprendí la verdadera importancia de su historia. —Tuve que esperar hasta el mediodía para que alguien me recogiera —dijo John —Ñerda, creí que había perdido el trasmallo y la canoa; pero cuando volví al otro día, con unos vecinos, pude recuperarlos sin problemas. Ahí estaba el trasmallo, tal cual lo había dejado. Y la canoa, atascada en el mangle. En Ayapel, los pescadores hablan de un tiempo que llaman La bonanza. Se refieren con un tono un poco de leyenda, de cuento de viejo, a aquellos años de abundancia de peces que acabaron apenas en las últimas décadas del siglo pasado. Aunque el problema no es exclusivo de Ayapel: mientras que la cifra en toneladas de pesca en Colombia en el año 1985 era de 45 mil, en 2008 esta cifra se redujo a menos de la mitad. Los peces se acaban, pero los pescadores quedan. Esto se traduce en horas y horas de hombres en la ciénaga, con las redes extendidas, a la espera de nada. Según datos de la Corporación Colombiana Internacional (CCI), cerca del 80% de la población del municipio de Ayapel obtiene su sustento de la pesca.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


8 Desglose

El patrón Uribe El mandato de Álvaro Uribe terminó pero en la historia política de Colombia pesa el legado paradójico de un gobierno con “altos índices de popularidad”que se construyó ¿sobre el abuso del poder y el desconocimiento de las instituciones del Estado?

Yira Plaza O´Byrne

yiraplaza@gmail.com

E

n los ocho años del gobierno de Álvaro Uribe, los grandes medios de comunicación ensalzaron su figura como el presidente más popular de la historia de Colombia. Al lado de las halagadoras cifras de favorabilidad y gestión militar, aparecieron hechos con nombres mediáticos como la “yidispolítica”, la “parapolítica”, el “choque de trenes” con la justicia, las “chuzadas” y los “falsos positivos”, entre otros, que demostraron los mecanismos y las vías que Uribe eligió para ejercer el poder y dejar ver con claridad su concepción del Estado. Colombia no olvidará su talante de patrón conduciendo un Consejo Comunitario o sus respuestas, en tono enérgico y amenazante, a la Corte Suprema de Justicia, a la que llamó, en más de una ocasión, “terrorista”, “sesgada” y “enemiga de la paz”, cuando ésta pidió investigar a los congresistas de su coalición de gobierno por vínculos con el paramilitarismo y a sus ministros por la compra de votos a favor del proyecto reeleccionista. Tampoco será fácil olvidar las palabras que pronunció en noviembre de 2006, con las que pedía a los congresistas que lo habían apoyado que “mientras no estén en la cárcel” voten por los proyectos de ley del gobierno. O sus declaraciones frente al escándalo de la compra de votos en la “yidispolítica”, de la cual dijo en marzo de 2010 que se había utilizado para “desacreditar al Gobierno y para meter ministros a la cárcel”. Sobre estos y otros hechos, no menos graves, hubo una caracterización recurrente utilizada por los analistas y críticos para explicar la forma en la que Uribe gobernó durante sus ocho años: un poder basado en la desinstitucionalización, es decir, “siempre en el límite de cumplir con los presupuestos que la Constitución y leyes colombianas plantean”, tal como lo explica el analista político y profesor universitario Adolfo Maya. En ese mismo sentido, Maya puntualiza que “hubo más presidente que presidencia, hubo más una concentración del poder y una capacidad de tomar decisiones desde la persona del presidente, en el sentido de obrar y tomar decisiones consultando con el ordenamiento jurídico y el ordenamiento constitucional y legislativo que en Colombia se ha dado a través de los años”. La concentración de poder se desplegó en varios flancos que merecen atención y que se manifestaron en la desinstitucionalización del Congreso, los atropellos contra la independencia de la justicia y el manejo de los organismos de inteligencia del Estado al servicio de los intereses del presidente. Un congreso anómalo Una institución como el Congreso, que tiene entre sus funciones constitucionales ejercer el control político sobre el Gobierno y la administración, terminó reducido a la gestión de una mayoría de congresistas alineados alrededor de las propuestas y la figura del presidente. En el Congreso se impuso el dictamen del Ejecutivo a través de la bancada del “uribismo”, que fue el puente expedito de Uribe para poner en marcha todas sus iniciativas legislativas. Aquí vemos dos consecuencias. Por un lado, los ya débiles partidos y movimientos políticos que existían en el país terminaron por desdibujarse, con lo que esto significa para la democracia en términos de pluralidad e iniciati-

No. 48 Octubre de 2010

Ilustración: Javier Tabares

va política. Por otro, la “yidispolítica”, escándalo que se desató a partir de 2008 cuando se hizo pública la declaración de la ex congresista Yidis Medina en la que afi rmó haber recibido dádivas por parte del Gobierno nacional por su voto a favor de la reelección de Uribe, puso en evidencia los alcances de la maquinaria política uribista, aunque el mismo Álvaro Uribe niegue hasta la fecha el episodio y defienda a ultranza a personajes implicados en este delito como son el ex ministro de protección social, Diego Palacio, y el ex ministro del interior, Sabas Pretelt de la Vega. El resultado para la democracia fue la imposibilidad que tuvo el Congreso, durante el gobierno de Uribe, de ejercer su función de control político, coartado como estaba por favores burocráticos a sus miembros, entre los que se hizo público el trueque político de votos a favor de la reelección a cambio de unas cuantas notarías. La institucionalidad del Congreso se derrumbó todavía más con los vínculos hallados entre congresistas y los crímenes del paramilitarismo. Según cifras de la Corporación Nuevo Arco Iris, hasta la fecha han sido procesados 107 congresistas, de los cuales 70 han sido de las fuerzas uribistas. Sobre este asunto, comenta el constitucionalista John Fernando Restrepo que, pese a que varios congresistas se encuentran presos por la parapolítica, no ha cambiado mucho el panorama del Congreso que se eligió en marzo de 2010 y con el que gobierna el nuevo presidente Juan Manuel Santos, pues esos congresistas presos dejaron sus herederos políticos: “Cambiamos las figuras, cambiamos a unos dirigentes políticos, pero algunos partidos se matizaron en algunas alianzas y ahí siguen y no ha pasado nada”. Frente al tema de la parapolítica, el ex presidente Álvaro Uribe siempre argumentó que los delitos cometidos por los congresistas investigados ocurrieron en fechas anteriores a su mandato. En no pocas ocasiones, analistas políticos y críticos de su gobierno, como Claudia López, le preguntaron por qué seguía gobernando en la coalición con los congresistas vinculados con pruebas al paramilitarismo. Su respuesta no iba más allá de defender su gestión en el campo militar y en la lucha contra el narcotráfico. La justicia soy yo Las arremetidas de Álvaro Uribe contra los fallos y decisiones de la Corte Suprema de Justicia, que es el máximo tribunal de justicia ordinaria y que tiene entre sus funciones investigar y juzgar a los miembros del Congreso y al Presidente, fueron una escena constante en los últimos años de su gobierno. Las fricciones empezaron en julio de 2007 cuando la Corte Suprema de Justicia emitió la sentencia que negaba la posibilidad de considerar como delito político los cometidos por 25.000 desmovilizados del paramilitarismo. Desde ese momento, Uribe reaccionó descalificando el papel que cumple la Corte ante los


9 fallos proferidos por este órgano judicial, sobre todo lo relacionado con las investigaciones que vinculan a miembros de su gobierno en la “parapolítica, la “yidispolítica” o las “chuzadas”. Uno de los episodios más recordados corresponde al del 26 de junio de 2008, cuando Álvaro Uribe dio sus declaraciones frente al fallo de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia en el caso del cohecho de Yidis Medina. Uribe acusó a la Sala Penal de la Corte Suprema de aplicar justicia selectiva y de hacer parte de la trampa del “terrorismo agónico”. Aun días antes de dejar la presidencia, Álvaro Uribe continúo con su estrategia. Esa última vez, Uribe decidió demandar a Yesid Ramírez, magistrado de la Corte Suprema de Justicia, porque éste le pidió a la Fiscalía investigar a su hijo, Tomás Uribe, por presunto ofrecimiento de prebendas para la reelección de su padre en 2006. Los choques entre el poder ejecutivo y el poder judicial son normales en una democracia, pero lo que ocurrió durante su gobierno no fue un simple conflicto entre poderes. Juan Carlos Arenas, politólogo, explica que estos ocurrieron, en parte, por la pretensión de Uribe de mantener una imagen de su gestión sin ningún cuestionamiento, incluso una imagen que ni siquiera admitía los cuestionamientos que vienen desde el propio Estado, “es una incapacidad de recibir la crítica, aunque esa crítica provenga desde las instituciones mismas, y esa incapacidad conjuga muy bien con la pretensión de permanecer en el poder”. Con Juan Manuel Santos como Presidente, las cosas, al menos en este campo, parecen llevar otro rumbo. En su segundo día de mandato, ya había acordado una “mesa de justicia” con los miembros de la Corte Suprema, y el mismo gobierno anunció que iba cumplir con el respeto a la autonomía de la rama judicial. Pero de la era Uribe, el nuevo gobierno heredó un problema sin resolver; el desmoronamiento de la institucionalidad con las interceptaciones ilegales, mediáticamente conocidas como “chuzadas”. En palabras de la misma Fiscalía, se convirtió al Departamento Administrativo de Seguridad en una empresa criminal. Gracias a un artículo publicado en la revista Semana, en el año 2009 se dio a conocer toda la estrategia diseñada por el DAS, que consistió en una serie de interceptaciones ilegales y planes de desprestigio realizadas contra magistrados de la Corte, periodistas e integrantes de la oposición. Una semana antes de que Uribe terminara su mandato, se conoció la declaración del ex jefe de inteligencia del DAS, Fernando Tabares, quien con-

Las arremetidas de Álvaro Uribe contra los fallos y decisiones de la Corte Suprema de Justicia, que es el máximo tribunal de justicia ordinaria y que tiene entre sus funciones investigar y juzgar a los miembros del Congreso y al Presidente, fueron una escena constante en los últimos años de su gobierno.

La película del Gobierno Uribe tuvo entre sus principales protagonistas a Yidis Medina, Diego Palacio, Sabas Pretelt y José Obdulio Gaviria. Ilustración: Javier Tabares

firmó que este organismo de inteligencia sí había efectuado espionajes ilegales y que las órdenes para hacer seguimiento de inteligencia a la Corte Suprema de Justicia, a los periodistas y a miembros de la oposición provenían directamente de la Casa de Nariño; señaló a Bernardo Moreno, ex secretario general de la presidencia, como uno de los funcionarios que ordenó esas actuaciones ilegales. Mientras Uribe y sus funcionarios negaron que las órdenes para hacer estas interceptaciones ilegales provenían de la Casa de Nariño, la Fiscalía ha anunciado públicamente que tiene pruebas y testigos para demostrar en los juicios, el espionaje que el Gobierno desarrolló mediante el DAS. Por ahora, el nuevo gobierno de Juan Manuel Santos ha anunciado una reestructuración del DAS pero al mismo tiempo ratificó en su cargo al Director de la entidad, Felipe Muñoz. Esta decisión desencadenó serias reacciones en la oposición, como la del senador del Polo Democrático, Alexander López, quien manifestó en una plenaria del Senado que ésta representa la continuidad de las prácticas de las acciones ilegales que desarrollaba el DAS. Entre escándalos y favorabilidad A todas estas, parece apenas ilógico que un mandatario como Uribe, con un historial de escándalos que no cesa de construirse, por cuanto prosiguen las investigaciones en el tema de la “yidispolítica”, las “chuzadas” y la parapolítica, haya culminado su período con una favorabilidad que los grandes medios y las grandes firmas encuestadoras estiman en un 75%. En una aproximación a este fenómeno, el politólogo Juan Carlos Arenas explica que en Colombia existe un bloque de opinión producido mediáticamente, el cual se sustenta en la creencia de que mucha gente se siente satisfecha con los resultados del gobierno de Uribe y ve los defectos del gobierno y sus malas jugadas como males menores, “como costos que hay que pagar para que el Presidente haga lo que a nosotros nos ha gustado que haga”. En ese mismo sentido, Arenas sustenta que la crisis de la institucionalidad que se vivió durante el gobierno de Uribe y toda la serie de escándalos que atravesó su gobierno, incluyendo al actual presidente Juan Manuel Santos, son leídas por parte de la población como “males menores” necesarios frente al propósito de derrotar la guerrilla. Con Álvaro Uribe, se normalizó, como presupuesto de la cultura política colombiana, el privilegio de los intereses individuales o de grupos de poder, por encima de la ley y los principios democráticos, cuando se presenta un propósito como legítimo, en este caso, la guerra contra la guerrilla. Uribe continúo con el empeño de cambiar las reglas de acuerdo con sus intereses y parte de los colombianos justificaron su ejercicio autoritario. Su período fue el de un gobernante investido más con la imagen del patrón que con la dignidad que comporta para un país la investidura del Presidente.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


10 Primer plano Todos los niños pintan, pero pocos como María Manuela Márquez. A sus doce años, lo realiza en gran formato. Y ha sido galardonada en Bienales como la de Japón y de Bolivia. Adrián Atehortúa yomoloko@gmail.com

Manuela, yo quiero un cuadro tuyo. Sé que algún día tú vas a pintar mejor que yo”, le dijo Débora Arango a la pequeña un día que fue a visitar a esta pintora a su casa en Envigado. Y cuando tiempo después se lo regaló, la consagrada y ya fallecida artista antioqueña le dijo: “¿Sabes, Manuela? Me equivoqué… Tú ya pintas mejor que yo”. María Manuela Márquez tiene doce años y la estatura de una de dieciséis, su cabello es castaño y rizado, como el de la mamá, y los ojos y la piel acanelada, como los del papá. Una cicatriz, que hace recordar a Harry Potter, interrumpe su despejada frente. Camina pausadamente y a veces acelera el paso como cabalgando, hace pucheros cuando se enoja; pero sonríe de cuando en cuando después de estar en desacuerdo con alguien; tiene la voz gruesa y un acento delicado. Toca el piano, habla inglés y francés, asiste a clases de natación y es una de las mejores alumnas de su grado en el Colegio Marymount. Sin embargo, su cualidad más destacada, y por la que es más admirada, es la destreza con la que usa el pincel. “María Manuela nos ha llenado de arte y de vida”, dice María del Pilar Velásquez, su mamá. “Cuando nació yo renuncié a mi trabajo porque me quería dedicar de lleno a ella. No queríamos que fuera una niña ‘plástica’, sino una niña muy sensible; por eso hemos abierto un abanico de posibilidades para que ella escoja lo que quiere hacer… Ella ha vivido rodeada de amor, de hogar, y yo creo que eso es lo que ella pinta: amor”. Su casa está llena con las obras de Manuela. En la sala se ve un retrato en blanco y negro de Manuel H., el legendario fotógrafo bogotano, en grandes dimensiones (170 cm x 170 cm). Es un primer plano, donde el rostro arrugado del modelo ausente se va sumiendo en las tinieblas, con su enmarañado cabello encenizado, fuma un cigarrillo y dirige una penetrante mirada hacia la luz. La oscuridad de la obra se enternece con un pollito amarillo que mira al espectador desde la esquina inferior derecha. También pintó a Brigitte Bardot, en tiempos de su mocedad, como estrella de cine, con el cabello recogido y la mirada caída, inclinada hacia adelante, como tratando de salir del cuadro para ofrecer a quien la observa un pajarito que sostiene de la pata con su mano. A estos también los acompañan retratos de Gardel, de Beethoven, de Jesucristo, de sus abuelos, de su madre, de su profesor. Son sus ídolos, son sus versiones de los personajes que admira, que su mente de niña concibe y su mano de pintora plasma. Pero quizás le gusta más pintar animales: en la casa hay aves, caballos, gatos, perros, tortugas, tigres y osos de peluche. Sus cielos pasan de los extremadamente grises a los multicolores. Sus modelos son a la vez sus familiares, dispuestos a desnudarse, paralizarse, y ser contemplados por Manuela. También hay sillas voladoras, aladas, ocupadas o vacías. Hay recuerdos: la última Navidad y la Primera Comunión, o proyecciones de sueños pasados.

Fotografía: Adrián Atehortúa

Ella pinta en grande Néstor de León, su profesor, opina que ella “tiene una disposición especial, un contexto adecuado. Es una suma de cosas: una familia que le gusta el arte y que la apoya”. María Manuela no lo sabe… no sabe si ella es un genio, o algo parecido, tampoco lo piensa. “Ella es una niña, muy niña, precisamente…, muy inocente”, comenta su mamá. “En las exposiciones que ha tenido, es la más desentendida del evento”, agrega su abuelo. “Todavía no te podría dar un argumento en sí de lo que hace, pero lo que sí tiene de especial es que se ha ido formando un criterio, ha visto obras de otros artistas y yo creo que eso es muy bueno para la edad que tiene”, dice su profesor. Su padre, principal promotor de su participación en las Bienales en las que ha sido galardonada, piensa que “Manuela es una niña. … hasta hace una semana se vino a dar cuenta quién era el Niño Dios. Ella está metida en su mundo, juega con muñecas y le pone nombre a los peluches… Aún así, no creo que haya otro artista en Colombia que tenga una infraestructura tan montada como ella; pero todos lo hacemos para que se dedique a eso, desde que le guste”. Sin embargo, en alguna ocasión ella dijo que quería ser médica… y su madre, María del Pilar, dice que la apoyará, “que ella haga lo que quiera, para eso es que hemos hecho todo esto. Tenemos la posibilidad de brindarle esas opciones, de que tenga muchas puertas y pueda entrar por la que quiera”.

Por el momento ella pinta porque le gusta. “El arte no se vende, el arte se compra”, sentencia su papá. “A mí no me interesa ni los concursos, ni las ventas… eso me parece un estrés… Yo sólo quiero que ella sea feliz en lo que haga, que esté preparada para lo que es la vida”, dice su mamá.

Sigue siendo una niña

Ha sido un proceso desarrollado desde los cuatro años, cuando Néstor de León, su profesor de Artes, fue llamado por los padres de la niña, ya que “estaban preocupados. La niña tenía un problema con el dibujo, según les habían dicho en el colegio. Un día los llevaron a un vivero y les pidieron que dibujaran lo que más les había llamado la atención. María Manuela pintó un cuadrado negro. Cuando le pregunté por qué lo había hecho, me dijo que “eso era lo que le había llamado la atención”, recuerda Néstor. Después de pensarlo, se dieron cuenta de que se trataba de la malla plástica que cubría a las plantas. “Lo que esta niña tiene es un gran talento, ella ve lo que otros no ven”, dijo el profesor en el momento del descubrimiento. Desde entonces, María Manuela pinta y ya tiene, por lo menos, 480 cuadros en gran formato. Se guardan en una bodega que han construido en casa de sus abuelos: una habitación llena de color y con olor a óleo. “Científicamente, no hay explicación para la pincelada de Manuela”, dice Óscar Velásquez, su abuelo, escultor y más grande admirador. “Puede que haya algo de genética, porque mi hijo también se dedicaba a eso y ella es sobrina-nieta de Débora Arango… Pero su pincelada ya es como de un maestro, no es una pincelada de niño”. En las instalaciones de la litografía del abuelo, en el centro de Medellín, las obras de María Manuela están en todas partes, en sus formatos originales y en calendarios, separadores, tarjetas de la empresa; sobre el escritorio, en el cuarto de la maquinaria y en las oficinas de los empleados. Entre todas sus pinturas, se destaca uno titulada “Silencio”. Es un lienzo donde tres diminutas sillas, alejadas la una de las otras, constituyen los únicos elementos que rompen con el fondo arenoso y blanco; sobre una de las sillas está posado un pájaro. Con esta obra, María Manuela ganó un galardón en la Bienal de Kanagawa, Japón, en la cual participaron más de 20 mil niños. Su madre se la tatuó en el brazo izquierdo.

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“Ésta soy yo”

Por el momento ella pinta porque le gusta. “El arte no se vende, el arte se compra”, sentencia su papá. “A mí no me interesa ni los concursos, ni las ventas… eso me parece un estrés… Yo sólo quiero que ella sea feliz en lo que haga, que esté preparada para lo que es la vida”, dice su mamá. “Cuando el signo ‘pesos’ aparece, ya todo cambia. Eso tiene que salir del alma y del corazón. ¡Qué pinte como quiera, mientras tanto nos burlamos del mundo!”, dice el abuelo. Estas preocupaciones no están en la mente ni en el arte de María Manuela quien se entrega al pincel las tardes de los miércoles. Ella es como un sol, que vive y brilla por sí misma, y sus familiares son como los planetas cuya vida se explica a partir de su existencia. Entre todas sus obras, hay una que más sobrecogedora, simple y compleja que todas las demás: “Esta soy yo”, una niña con el cabello castaño hasta los hombros, que viste una camisa negra, con el puño en la mejilla y la mirada perdida; la otra mano está tras un perro enorme que parece de peluche. La actitud indiferente, la visión independiente. En este cuadro de un metro cuadrado, la niña pintora mira a la niña que hay en ella. Un delantal sobre el uniforme del colegio, un lienzo que difícilmente cabe por la puerta de su casa y que ha sido traído seguramente en un camión. Una tarde que se posa sobre la Medellín que se divisa desde su balcón, el olor a óleo fresco, unos segundos para pensar, para ver, respirar y la inspiración llega. Unas cuantas pinceladas, algún consejo del profesor, y lo que otrora fuera un cuadrado enorme y blanco, simple, insípido, se ha convertido en una obra de arte. Para terminar, unas “M M M”, infantilmente escritas, firman este cuadro y reafirman, para que no haya dudas, que es una obra proveniente de la cabeza y la mano de una niña.


En obra

Calle Junín, Sin fecha. DuPerly Dufriez, Oscar. Biblioteca Pública Piloto / Archivo Fotográfico

Deisy Villalba Barrios oday911@gmail.com

U

na vía adoquinada, que avanza entre un Bolívar a caballo y la avenida La Playa de Medellín, abre sus entrañas para renovarse después de ocho generaciones que estamparon sus huellas sobre sí: Junín. ‘El resbalón’, como fue llamada originalmente la que ahora se conoce como Junín -se hizo famoso por su piso de barro, que en tiempos de lluvia causaba más de una caída a quienes la atravesaban-, se construyó en los años veinte por dos razones asociadas a la modernización del centro de la ciudad. La primera fue la edificación de la Catedral Metropolitana, en el costado norte del Parque Bolívar, con el fin de trasladar la sede episcopal de la Iglesia de La Candelaria, en el Parque Berrío, al nuevo templo, con lo que se hacía necesario un camino para comunicar estos dos grandes sitios de congregación religiosa. La segunda, fue la construcción del barrio Villanueva detrás de la nueva catedral y anexo al barrio Prado Centro, era preciso que la alta sociedad tuviera acceso a dichos templos católicos. Así ‘El resbalón’, que entonces comprendía el tramo entre Maturín y La Playa, se alargó hasta el Parque Bolívar, donde llega actualmente. La constante circulación de miembros de la alta sociedad de Medellín por Junín llevó a la edificación de lugares emblemáticos sobre los costados del pasaje: el edificio Gonzalo Mejía, que estaba conformado por los desaparecidos Teatro Junín y Hotel Europa; el Club Unión, exclusivo para representantes de los sectores más favorecidos, convertido hoy en centro comercial, y el primer Salón de Té Astor, que abrió sus puertas en 1930 y que se mantiene aún vigente. Estela Alzate, administradora del Astor, cuenta que “el señor Enrique Baer y su esposa Anny Gippert, de Suiza, vinieron a la ciudad y se preguntaron cómo era que acá en Medellín no había un lugar donde se reuniera la clase social alta, entonces, abrieron un salón de té y lo pusieron Astor en honor a Lord Astor, amigo suyo”. Con esto, Junín pasó a ser punto de encuentro de la alta sociedad y nació un verbo: juniniar. Con el desarrollo de la ciudad los clientes adinerados se fueron trasladando a otros sitios del Valle de Aburrá mientras fueron llegando otros: los empresarios, generando cambios tanto del público como del paisaje. La construcción, en 1947, del edificio Fabricato en la esquina de Junín y con Boyacá, marcó el próspero inicio de la industria textil de Medellín y la transformación del pasaje como eje comercial e industrial. Se abrieron tiendas de ropa y se erigieron los edificios que servirían de oficinas de los principales bancos. Todo el comercio de Medellín tenía un paso obligado por Junín, y desde la vitrina de Fabricato se marcaba lo último en la moda nacional. Con la presencia de los empresarios comenzó una nueva época del pasaje. Oriundo de Argentina, llegó Leonardo Nieto, quien en 1961 abrió la Heladería y Repostería Versalles con una variedad de productos de la gastronomía gaucha y siendo los primeros en ofrecer sopa de espinaca y pizza en la ciudad. En 1968, tras derrumbarse el edifico Gonzalo Mejía, se dio inicio a la construcción del insigne edificio Coltejer, estructura que actualmente se mantiene como la más alta de la ciudad y lo que supuso una gran polémica por la pérdida del Teatro Junín, uno de los lugares más emblemáticos de la cultura y el arte. Con la apertura de ese edificio se abrieron centros y locales comerciales, ir a juniniar tomo un nuevo significado más comercial para los habitantes que iban al centro. Una generación de intelectuales se tomó Junín como punto de encuentro, Edilberto Arenas administrador por 38 años del Salón Versalles, comenta que “por acá han pasado cantores de tango, presidentes, actores, escritores… en estas mesas se sentaban Álvaro Uribe y Lina Moreno cuando eran novios; se paraban en la puerta Rodolfo Aicardi, Ricardo Fuentes, ‘El loco’ Quintero a hacer sus conquistas y se crearon algunos de los movimientos estudiantiles y políticos de la época”. Para principios de los ochenta, Junín continuó atrayendo a más personas a tal punto que, según cuenta Edilberto Arenas, se generó una ‘invasión’ de venteros ambulantes. El pasaje volvió a transformarse con la llegada de otro tipo de población con necesidades diferentes; la época ‘dorada’ de personajes ilustres se fue quedando atrás. Los negocios, antes dedicados a la venta de productos de alta calidad y costo comenzaron a adecuarse para suplir las necesidades de sus nuevos clientes; y los comerciantes pidieron ayuda a la Alcaldía para evitar la quiebra de los establecimientos a causa de las ventas informales y los robos. La adecuación en 1987 de dos cuadras entre La Playa y el Parque Bolívar para el tránsito peatonal, contribuyó a la disminución de la mendicidad y la inseguridad que por la época existían en el sector. Con la construcción del Parque de San Antonio y el

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Los pasos de Junín

Desde de julio se adelantan los trabajos de la nueva cara de Junín. Esta peatonal ha sido, por generaciones, un punto de referencia histórica y de vida social de Medellín, y su remodelación se suma a una serie de obras de transformación de la ciudad conocidas como los PUI, Proyectos Urbanos Integrados que tienen tantos partidarios como detractores. Éxito, se reactiva el negocio en la parte sur de la calle y Junín va adquiriendo la forma que tiene actualmente. Ver las vitrinas, tomar ‘el algo’, sentarse en los balcones que le rodean, ir de compras, tomar una cerveza, jugar en los casinos o pagar la cuenta en el banco lo conservan como paso obligado al ir al centro.

Con piso nuevo

“Como un punto de referencia de cultura en Medellín”, así califica Edilberto Arenas a la que ha sido su casa durante gran parte de su vida, “no solamente para mí sino para un ochenta por ciento de la gente Junín, sigue siendo el alma, nervio y corazón de Medellín” añade. Esta carrera, que ha visto pasar a casi todas las generaciones, cuenta la ciudad, de principio a fin y en sus rincones se esconden las historias de muchos de los habitantes. “Antes pasaba el desfile de silleteros, el de mitos y leyendas, y se escuchaba la retreta los domingos en el Parque Bolívar. Eso era muy bonito. Lamentablemente ya no se da; se le han quitado muchos eventos a Junín, se han olvidado un poquito de la calle”, comenta Arenas. Por ello, desde la Alcaldía y con el apoyo de los comerciantes se han puesto en la tarea de restaurar este espacio con el fin de hacerlas más duraderas y útiles para los ciudadanos. Alejandro Arcila, subsecretario operativo de la Secretaria de Obras Públicas, explica que el proyecto comenzó hace cuatro años con el estudio, sensibilización con la comunidad y la asignación de 1600 millones de pesos como presupuesto. La obra se está ejecutando desde julio. “El compromiso que se tiene es terminar la parte difícil el 30 de noviembre y los demás detalles en el mes de diciembre”. Esta renovación nace de la necesidad de ampliar y reparar las redes de servicios públicos, por lo que Empresas Públicas de Medellín aportó 1000 millones para las obras, mientras que Secretaria de Obras Públicas entregó el resto. La obra se desarrollará sólo en los 4.427 metros que comprenden el tramo del Parque Bolívar hasta La Playa. “Esa parte, que es el pasaje peatonal, es la que tiene un gran significación arquitectónica. El trayecto entre La Playa y Ayacucho va a ser objeto de intervención en el momento que se haga el proyecto de el Tranvía, que está en estudio y comienza su ejecución a finales de esta año”, sostiene Arcila. Sin embargo, por su valiosa historia arquitectónica, algunos elementos del paisaje no podrán intervenirse como su característica peatonal, el amueblamiento, los puestos de ventas estacionarios, las palmeras, las sillas y las lámparas. “Nosotros vamos a ordenarlo de modos que no interfieran con las entradas de los locales comerciales. Algunos módulos se van a redistribuir y se hará una unificación en las jardineras, conservando esa personalidad de Junín”. Los pisos en concreto, el adoquinado y el juego de colores serán los nuevos componentes del pasaje. Pero esta intervención no es sólo importante por estar dentro del Plan de Ordenamiento Territorial, sino por lo que significa esta carrera para Medellín. “Junín es uno de los sitios más representativos del centro, con una alta participación de comercio y una significación histórica bastante grande” concluye Alejandro Arcila. Los comerciantes están de acuerdo con esta visión. Para Estela Álzate, administradora de El Astor, “el Centro ha perdido mucha imagen porque es donde se visualiza más las problemáticas sociales. Entonces imagínese, este es un regalo: si a una le van a dañar la casa para arreglársela, nos tenemos que ‘dar la pela’; estamos invirtiendo para después recoger. Esto va a quedar muy lindo y va a ayudar a no perder esas costumbres de ir al centro”.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


12 En obra

Fotografía: Jorge Caraballo

Proyectos Urbanos Integrados, así se les llama a los procesos de transformación arquitectónica que están ocurriendo en Medellín en los últimos años. Parques lineales, circuitos viales, unidades hospitalarias son algunas de esas obras que tienen admiradores y detractores, una transformación que también tiene sus costos sociales.

El Parque Bicentenario sigue en construcción a pesar de las inconformidades de la comunidad.

Laura Isabel Bueno Villada - Natalia Andrea Ortiz laura_ibv@hotmail.com

M

una intervención en el sector de Moravia, por un monto cercano a los 14 mil millones

de pesos para la generación, recuperación, mejoramiento y consolidación del espacio

edellín ha sido objeto de una progresiva transformación urbanística durante los últimos años. Esa ha sido la apuesta de las alcaldías recientes, que pretenden poner fin a la idea de violencia que se tiene de la ciudad y generar una nueva percepción en el imaginario de la población. Los Proyectos Urbanos Integrales (PUI) son parte de la búsqueda de ese cambio que podría representar bienestar y calidad de vida para los habitantes de sectores tradicionalmente abandonados por el Estado. ¿Pero a costa de qué? Durante la administración del ex alcalde Sergio Fajardo se planteó la necesidad de adelantar programas de inversión social y comunitaria en las zonas más vulnerables de Medellín. De esta manera surgieron los PUI, intervenciones enfocadas a solucionar problemas de movilidad, centralidad, encuentro, medio ambiente y espacios recreativos y deportivos. La puesta en marcha de cada proyecto, integra un componente físico que incluye la construcción y mejoramiento de espacios públicos y de vivienda, la adecuación de edificaciones como bibliotecas y la recuperación del medio ambiente, por medio de la construcción de parques. También tiene otros componentes: uno institucional de coordinación integral de las acciones de todas las dependencias del municipio en las zonas intervenidas, en alianza con el sector privado, oeneges nacionales e internacionales, y organizaciones comunitarias. Y otro social que busca promover el desarrollo en la zona con la participación ciudadana, el fortalecimiento de la organización comunitaria y la promoción de liderazgo, que permitan la recuperación del tejido social. De acuerdo con Margarita Rivera, coordinadora social y de comunicaciones de los PUI, operados por la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), las áreas de intervención se determinaron a través del Índice de Desarrollo Humano, una medición que permitió establecer cuáles eran las zonas más vulnerables de Medellín y en las que se presentaba un mayor abandono por parte del Estado. Inicialmente se determinaron como áreas de intervención la zona nororiental, comunas 1 y 2, donde se invirtieron más de 600 mil millones de pesos, para la construcción de equipamientos como Centro de salud, Parque Biblioteca Santo Domingo, Cedezo, Colegio de calidad, Aula ambiental, Restaurante escolar, Escuela popular del deporte, Proyecto de consolidación habitacional en la quebrada Juan Bobo, entre otros. En 2008, con la entrega de la mayoría de las obras presupuestadas, este PUI se convirtió en el referente para la consolidación de los demás. Así mismo, se invirtieron 98 mil millones de pesos (74 por ciento aportes del Municipio y 26 por ciento aportes del Metro de Medellín) en la Comuna 13, para la realización de la primera etapa del proyecto que incluía la construcción de parques, senderos y vías en torno a las estaciones del Metrocable. De forma alterna, se realizó

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Disculpe las molestias, estamos remodelando público, además de la reubicación de 1900 viviendas. Posteriormente, el alcalde Alonso Salazar, en su Plan de Desarrollo 2008-2011, estableció la continuidad de los PUI en las zonas intervenidas por el gobierno anterior y amplió el área de cobertura a la zona Centro Oriental, comunas 8 y 9; la zona Noroccidental, comunas 5, 6 y 7, y la construcción de la segunda etapa en la Comuna 13. Para las fases de Diagnóstico y formulación, Diseños y estudios técnicos y Ejecución y animación que comprenden el desarrollo de cada PUI en un período aproximado de 4 a 6 años, se destinó un presupuesto total de 264.790 millones de pesos. La Alcaldía, a través de la EDU, ha convocado a líderes, organizaciones sociales y a la comunidad en general en las diferentes fases del proceso para crear espacios de información, formación y participación en torno a los PUI. Rivera indica que el primer paso de cada proyecto es un acercamiento con la comunidad para recorrer el territorio con los líderes representativos con el fin de diagnosticar las necesidades de la misma, conocer sus características y determinar el estado de sus infraestructuras. Por su parte, Miriam Gómez, presidenta de la Junta de Acción Comunal del Barrio Santo Domingo Savio 1 y participante activa en el desarrollo del PUI Nororiental, comunas 1 y 2, señala que en este sector “nos comentaron a los líderes en qué consistiría el proyecto, a qué se debía y cuáles serían los beneficios que le reportaría a la comunidad. Después hubo mesas de trabajo donde acudimos para protestar, dialogar, opinar, manifestarle a la empresa constructora con qué no estábamos de acuerdo y proponer alternativas. Estuvimos con ellos, trabajaron con la comunidad y nos tuvieron en cuenta”.

El lío del Bicentenario

A pesar de la participación de la comunidad en el diseño de cada proyecto y de la incidencia que puede tener en el desarrollo de los mismos, es en el momento de la ejecución cuando salen a flote las problemáticas más agudas en torno a las obras. El caso más recurrente es la adquisición de los predios para construir: El artículo 58 de la Constitución establece que los propietarios de los mismos deben vender al Estado cuando éste lo requiera en pro de un beneficio público, dando prioridad al derecho colectivo sobre el derecho individual. Por lo tanto, los dueños de las viviendas se han visto obligados a venderlas por el valor que les asigne la lonja de propiedad raíz contratada por la EDU, de acuerdo con un avalúo comercial (valor real de la propiedad que debe garantizar la venta de la misma con una retribución justa), que en muchos casos, consideran menor al que les deberían pagar. Esta situación se presentó en el año 2006, con el PUI Nororiental. Los habitantes de los predios donde se iba a construir el Parque Biblioteca de Santo Domingo, se negaron a recibir el valor del avalúo comercial que les ofrecía la EDU por la adquisición de sus viviendas. Sin embargo, debido a que muchos de ellos no poseían escritura pública que certificara la propiedad de los lotes, aceptaron el monto asignado al cabo de un año y medio de negociación. Gómez advierte que “la mayoría de las casas se vendieron entre 12 y 20 millones de pesos. Hubo gente que quedó inconforme, como hubo gente que quedó bien porque compraron su casa en otro lado con todos sus papeles al día”.


Zonas y proyectos La Centro oriental, la Noroccidental y la Comuna 13 son las zonas de inversión de los Proyectos Urbanos Integrados. La zona Centro Oriental -Comunas 8 y 9- tiene 280 mil habitantes. Los barrios intervenidos por los PUI son Boston, Caicedo, Los Mangos, Villa Hermosa, Sucre, Alejandro Echavarría, El Pinal, La Libertad, Villatina, San Antonio, Las Estancias, Villa Liliam, Barrios de Jesús, Villa Turbay, La Sierra, 8 de Marzo, Juan Pablo II, Buenos Aires. Y los proyectos son el Parque Bicentenario, Casa de Justicia, Parque Lineal Quebrada Chorro Hondo, Jardín Infantil La Fraternidad, Unidad Hospitalaria Buenos Aires, Plan del Borde Cerro Pan de Azúcar, Parque Lineal Quebrada La Casto, Circuito vial Las Mirlas, Colegio La Sierra, Colegio 8 de Marzo, Centro de salud Las Estancias, Jardín Infantil Las Estancias y Segunda etapa Parque Lineal Quebrada La India. La inversión total es de 108.354 millones. La zona Noroccidental -Comunas 5, 6 y 7- tiene 520 mil habitantes. Picacho, Picachito, El Triunfo, Doce de Octubre, Castilla, Aures N° 1, Aures N° 2, Mirador del Doce, Progreso N° 2, Doce de Octubre N° 2, Pedregal y Santander son los barrios intervenidos. Y los PUI son CAI periférico Picacho, Colegio El Triunfo, Proyecto ambiental Cerro El Picacho, Colegio de Calidad Picacho, Centro de salud Picacho, Parque Biblioteca Doce de Octubre, Parque Lineal La Tinaja, Jardín Infantil Doce de Octubre, Jardín Infantil Castilla, Unidad deportiva Castilla, Paseo Urbano de la 104, Centro Logístico de Transporte en Castilla. La inversión total es de 106.765 millones. La Comuna 13 tiene 134 mil habitantes. Y las inversiones han tenido o tendrán lugar en los barrios El Pesebre, Belencito, Blanquizal, Betania, Santa Rosa de Lima, El Corazón, El Salado, La Pradera, Los Alcázares, Las Independencias, San Javier I, San Javier II, Metropolitano, Nuevos Conquistadores, Juan XXIII-La Quiebra, Eduardo Santos, Antonio Nariño, El Socorro, 20 de Julio. Los PUI son: El Parque Estación Juan XXIII, Parques Pionas Metro, Parque recreativo y deportivo El Socorro, Centralidad El Salado, Parque deportivo Metro, Vía La Divisa, Paseo La 49ª, Paseo urbano carrera 99, Parque Ambiental Quebrada La Hueso, Parque San Javier, Parque Ambiental El Salado, Centralidad Independencias, Parque 20 de Julio, Reversadero Independencia N°1, 2 y 3, Viaducto de media ladera Las Independencias, Centralidad Nuevos Conquistadores, Vía El salado, Casa de Gobierno, Jardín Infantil. La inversión total es de 49.671 millones.

En el noroccidente de la ciudad apenas esta comenzando el proceso de transformación

Sus antiguos habitantes se han ido a otros sectores de Medellín, a iniciar una nueva vida lejos de las comodidades que les ofrecía el centro de la ciudad y de los amplios espacios de sus antiguas casas. Otros aún permanecen allí a la espera de una notificación del valor de sus viviendas o de una orden de expropiación. La administración aduce que si bien el proyecto no tiene contemplado un proceso de reubicación, la EDU realiza un acompañamiento a los habitantes en la adquisición de un nuevo inmueble, quienes pueden aplicar a un subsidio de vivienda por un monto de 32 millones de pesos para una casa usada y de 35 millones de pesos para una nueva, con el objetivo de garantizar que tengan unas mejores condiciones.

El futuro dirá

Al término de la ejecución de los proyectos, el trabajo con la comunidad sigue siendo uno de los pilares de los PUI, pues es necesario que los habitantes se apropien de los nuevos espacios y empiecen a evaluar sus ventajas y desaciertos. Las fallas físicas y estructurales figuran entre los motivos más frecuentes de queja. El Parque biblioteca España, el Paseo de la 107 y el Restaurante escolar, en la zona Nororiental, presentaron averías posteriores a su construcción, que provocaron el reclamo de la comunidad ante la EDU. Dicha empresa responsabiliza a los contratistas adjudicados a través de licitación pública por las fallas y sostiene que “desde el año 2004 se les pide una póliza de garantía de cinco años por calidad del material y en aquellos proyectos en los que se han visto falencias en procesos constructivos, se están haciendo efectivas esas pólizas. Pero debemos tener en cuenta que hay otros temas de apropiación y cuidado por parte de la comunidad que son necesarios para la preservación de la obra”. Miriam Gómez señala que a pesar de la construcción de las obras y de la superación de las fallas estructurales, hace falta mucha cultura por parte de la comunidad para apropiarse de sus nuevos espacios y para que afluyan masivamente a éstos. Para lograr este objetivo, considera necesario que se mantenga el acompañamiento por parte de las distintas dependencias de la administración municipal y de instituciones como Comfama que ha participado activamente en el fortalecimiento del Parque Biblioteca. Pese a estas fallas, el desarrollo del PUI Comuna 13 continúa en marcha para darle una nueva cara a este sector con espacios públicos atractivos para todos sus habitantes. A su vez, en la zona Noroccidental está a punto de comenzar el proceso de ejecución con el Paseo de la 104 y la centralidad del barrio Doce de Octubre donde se va a construir otro parque biblioteca. La administración del alcalde Alonso Salazar se ha comprometido a realizar el diagnóstico y la formulación para el PUI de la Iguaná, un sector que por la división de su territorio entre las comunas 13 y 7, ha estado aislado del desarrollo que las ha cobijado en los últimos años. Aún no se ha determinado la posibilidad de adelantar el proceso de ejecución, aunque el objetivo es dejar un grupo de líderes muy empoderados y un documento que le permita a la próxima administración invertir recursos en el proyecto. Paradójicamente, mientras se vive este proceso de transformación urbana, en muchas de esas comunas y barrios incluidos en el PUI la violencia no cesa, las guerras entre bandas se recrudecen, y solo el futuro dirá si todas esas inversiones tendrán repercusión en la mentalidad, en el ánimo de paz de las próximas generaciones.

Fotografía: Laura Rodríguez

No obstante, en el caso del Parque Bicentenario, obra que obtuvo el segundo puesto como finalista del premio Santiago de Compostela de Cooperación Urbana en noviembre de 2009 y que hacen parte del PUI Centro Oriental, los inconvenientes en las negociaciones para la adquisición de los predios se prolongaron por más de seis meses y retrasaron el comienzo de las obras, cuya entrega oficial a la ciudad estaba presupuestada para el 20 de julio del presente año. Ante el anuncio de una inminente demolición de 115 predios para la construcción del proyecto desde finales del año 2009, distintos habitantes del barrio Boston (sector afectado por la construcción), como los líderes comunitarios Rubén Darío Vargas Pérez y Sergio Chaverra Gómez, manifestaron su inconformismo ya que “por acá todos éramos una familia, podíamos entrar y salir de las viviendas de los demás como Pedro por su casa. En ningún momento la comunidad está en desacuerdo con los proyectos de embellecimiento que tiene la ciudad; estamos en desacuerdo con los pagos injustos y con la forma de negociar que tiene el Estado. Nuestra posición es: pagan el precio justo y nos vamos”, declara Vargas. Entre 230 mil y 370 mil pesos por metro cuadrado se les está pagando a los propietarios de los predios requeridos para el Parque Bicentenario, con avalúos que oscilan entre 19 y 160 millones de pesos aproximadamente. Vargas agrega que “hay un desfase muy grande entre el precio del metro cuadrado que nos ofrecen y el monto en que se avalúa en otras zonas del mismo sector, donde el precio del metro cuadrado está alrededor de 1 millón 200 mil pesos”. El concejal del Polo Democrático Carlos Alberto Ballesteros, quien ha asumido la causa de los afectados, afirma: “el mecanismo como lo tenemos en el municipio me parece una perversidad total, porque le dice al dueño, yo le doy 100 millones de pesos que vale su propiedad y 10 millones de pesos que valen las compensaciones, si usted no está de acuerdo conmigo, le quito los 10 millones de pesos y lo expropio”. La legislación colombiana establece que si pasados 30 días después de comunicada la oferta de adquisición el propietario aún no está conforme, el Estado puede proceder a expropiar el inmueble, aspecto que ha desatado protestas y marcha por parte de la comunidad para repudiar las expropiaciones realizadas por la EDU. Margarita Rivero explica que en el Parque Bicentenario, cada caso es individual y que muchos de los líderes que promueven la protesta no son propietarios de los inmuebles, sino arrendatarios y piden que se les pague más de lo que valen los predios que, en muchas ocasiones están en condiciones precarias y tienen afectación por estar en el lecho de la quebrada Santa Elena, lo que reduce el monto del avalúo. “Nosotros como Estado solo podemos pagar lo que dice el avalúo comercial, ya que un proceso de adquisición de predios no es una transacción comercial con el otro que me permite hacer una especie de subasta, sino que se paga el valor estipulado por una de las lonjas autorizadas para hacer el avalúo”, concluye Rivero. El Concejal Ballesteros piensa que el problema no son las obras en sí. “La pregunta de fondo, clave, es ¿cómo debe obrar el Estado?”. El progreso de una ciudad implica sin duda, el desarrollo urbanístico, pero el Estado debe asegurarse de mediar entre el interés particular y el interés público, para garantizar el beneficio general. Por su parte, Vargas y Chaverra añaden que hay otro tipo de perjuicios, como los que padecen quienes tienen negocios en el sector, porque han visto afectada su economía debido a la partida de los habitantes que vendieron sus propiedades. “A los dueños de la tienda que llevan 30 y algo de años les ofrecieron 7 millones de pesos de compensación y en lo que lleva el proceso de adquisición de predios ha perdido muchísimo más”. A pesar de las divergencias entre las partes y de los reiterados intentos de demolición de los predios por parte de la EDU, en los que la comunidad protestó por los atropellos del Escuadrón Antimotines y Disturbios (Esmad), la construcción del Parque Bicentenario comenzó. Y por unos meses en el barrio Boston solo se escuchó el ruido de la maquinaria, de un gran número de trabajadores que, a toda marcha trata de cumplirle a la administración municipal, nubes de polvo y una serie de casas abandonadas destinadas a quedar en ruinas.

Fotografía: Laura Rodríguez

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El proyecto Explora da cuenta de la ciudad que viene.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


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Los gritos de los náufragos Fotografía: Laura Rodríguez

Un antiguo barrio campesino está atrapado, aislado en medio de las imponentes urbanizaciones de El Poblado. Aunque parecen los invasores, ellos son los invadidos. Daniel Pajón Toro danielpajón14@hotmail.com

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omo si una mano gigante hubiera extraído un puñado de casas de una de las comunas más pobres de Medellín y en el trayecto lo hubiera dejado caer entre los altos y opulentos edificios de El Poblado… Así se ve el disperso caserío que conforma La Loma de los González. Al caminar por la avenida 35 de El Poblado, se puede ver, a lado y lado, la magnificencia de un trazado urbanístico propio de uno de los sectores más prósperos de Medellín. Sin embargo, es inevitable no detenerse cuando se llega a la transversal 16, donde se encuentra el Mall de la Visitación. Al frente, como en un pequeño cráter, se ve un conglomerado de humildes construcciones que contrasta abruptamente con la arquitectura moderna y espaciosa que lo rodea. En esa hondonada, se escucha el sonido de un riachuelo agónico que arrastra en su cauce el eco de los gritos de los náufragos que allí viven…

La historia detrás del musgo

Tan enrevesadas, como su topografía, son las versiones que se tejen en torno al nombre del barrio: La Loma de los González. Hay quienes dicen, por ejemplo, que una vez abolida la esclavitud, un sirviente recibió, además de estas tierras pertenecientes a una gran finca, el apellido de su amo. Otra versión cuenta que, a principios del siglo pasado, los peones y mayordomos de las haciendas comenzaron a ser remunerados con tierras. Y algunos, incluidos cinco de apellido González, cerca levantaron sus casas. Estas familias vivieron en un pequeño paraíso que se fue reduciendo hasta convertirse en un oasis entre el desierto de concreto. Durante los años de prosperidad, caravanas alborozadas de vecinos recorrían los montes en busca del musgo para decorar sus pesebres y de uno que otro árbol para adornarlo de Navidad. En las casas, rodeadas de un paisaje agreste, las puertas se cerraban sólo en la noche para dormir. Ser González era una actitud de fraternidad, que pervive aún. Fueron esos días de las sancochadas, de las novenas, cuando se elevaban globos y abundaba la comida, los que comenzaron a desaparecer con la llegada de los nuevos y los viejos ricos, con la construcción de urbanizaciones y de lujosos edificios en cuanto terreno baldío hubiera en El Poblado. El cercamiento fue paulatino. Los enfrentamientos por el territorio y sus usos se hicieron cada vez más álgidos. Los habitantes iniciales se organizaron para defender sus intereses: conformaron un Comité Interlomas y una de las Juntas de Acción Comunal más antiguas de Medellín. Y es una mujer, con su fuerza y poder de convocatoria, quien ha logrado que La Loma de los González siga en pie, existiendo. Luz Marina Gaviria es la matrona de esta comunidad. En su voz, con tono entre nostálgico y combatiente, comenta que con el advenimiento de las primeras grandes casas-fincas vino la construcción de la Parroquia y luego la de las transversales, “más o menos por la década del 60”, que serían determinantes en la avalancha de las demás grandes obras que se tragarían toda la naturaleza que les rodeaba. Ella es la voz que relata esta historia que de bucólica ha pasado a ser un drama: el de La Loma tranquila que ya es una isla a punto de desaparecer, ahogada por los embates de esas olas que son las de un desarrollo urbanístico acompañado de alzas de impuestos, discriminación y apertura de vías que se construyen, sin consultarles.

De montañeros a isleños

A los moradores de La Loma de los González no los han echado de allí con amenazas o con ofertas exorbitantes. El barrio ha comenzado a ser reducido a mordiscos por un desarrollo urbanístico para el que ellos son una piedra en el zapato. De otro lado, los impuestos actúan como una fuerza que cada vez constriñe más su precaria economía y la vida en la ‘isla’ se torna en una pugna permanente por supervivir. La primera de las grandes batallas se dio en la alcaldía de Sergio Naranjo. Por ese entonces, la construcción de una nueva vía elevó el costo del impuesto predial, que sorprendería a todos por lo astronómico de la cifra, pues el salario mínimo mensual legal vigente estaba en 253.000 pesos y el impuesto llegaba por 270.000.

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Luz Marina -economista de la Universidad de Antioquia- ayudó a que salieran airosos ante la irracionalidad del cobro. Promovió la rápida movilización de los vecinos, reunió los recibos e instauró un derecho de petición. Ganaron ésta que era la primera de tantas batallas. Después deberían enfrentarse con el proyecto de la avenida 34, en el cual no eran mencionados como una población afectada por el desarrollo de la obra. Armada con sus argumentos y con las evidencias de las que disponía, Luz Marina irrumpió en el encuentro donde estaban presentes tanto el Secretario de Obras Públicas como el Alcalde. Y al mejor estilo de los cuentos donde la bruja malvada no es invitada a las reuniones de la aristocracia, levantó la voz por su comunidad, porque aquí los papeles eran diferentes y los “oscuros poderes” se cernían sobre su barrio. Tras escuchar la exposición del alcalde Luis Pérez pidió la palabra. Demostró que varias familias sufrirían desplazamiento por las obras presentadas, terminó haciéndoles saber que su barrio no era “una selva de fieras por la que no se puede transitar”, tal y como ellos lo veían. Desde entonces, todo ha sido luchas mancomunadas y un constante tira y afloja que hace no sólo más difícil la vida en al barrio, sino también la convivencia con los vecinos. Este lugar, desde que comenzaron a levantarse a su alrededor las “grandes moles de cemento”, como llama Luz Marina a las residencias de sus vecinos, ha ido convirtiéndose en una ‘isla’, en una ‘isla’ urbana. A un lado, varias edificaciones residenciales obstruyen con su imponente arquitectura el cielo que una vez tuvo estrellas fugaces. Las avenidas han cortado los caminos de piedra que antes fueran las rutas para recorrer su poblado. Como náufragos, los moradores parecen mendigar un puente que los conecte con esas “moles de cemento” que tanto rechaza Luz Marina. Ahora, con la alcaldía de Alonso Salazar, en vez de enfrentarse, buscan Aunque hay quienes quieren sacarlos un “consenso” para planificar su vida. Pero los troncos de los árboles que se de su pequeña Loma, estos náufragos ven en la parte baja del barrio, son la evidencia de las mediciones que se esson tercos a la hora de no ceder tuvieron realizando con la intención ante las presiones de la marea de de construir otra obra, una escisión “progreso”. Les han endulzado el oído que puede hacer de la ‘isla’ un ‘archipiélago’ y debilitarla aún más.

pero solo unos cuantos han cedido.

Los invasores son los otros

Aunque hay quienes quieren sacarlos de su pequeña Loma, estos náufragos son tercos a la hora de no ceder ante las presiones de la marea de “progreso”. Les han endulzado el oído pero solo unos cuantos han cedido. En eso se diferencian de algunos sectores como La Loma de los Parra o San Lucas, donde la población nativa casi ha desparecido. La Loma de los González está dividida en cuatro sectores: El Chispero, La Olla, El Morro y Puerto Escondido. El susurro del riachuelo conduce hasta un pequeño cauce rodeado de árboles, atravesado por una reja en un extremo y custodiado por un pequeño altar de la Virgen María. Más abajo, el murmullo agónico del agua se escabulle entre grandes piedras que fueron un día el patrimonio que las abuelas legaron a muchas de las mujeres que hoy habitan el barrio, cuando después de recorrer las haciendas venían a lavar allí el sudor de los ropajes de sus patrones. Hoy, el riachuelo es un hilo de agua contaminado por los desechos de los “verdaderos invasores”, como los llama Luz Marina, quien mira con nostalgia las aguas espumosas. En el recorrido por estas calles estrechas y dispares, se puede encontrar una diversidad de colores, de aromas, de fachadas y de arquitecturas en las que conviven lo antiguo y lo contemporáneo. Los callejones y laberintos esconden niños juguetones, ancianas en mecedoras y un silencio que parece ser una epidemia invasora que se irradia desde los edificios aledaños. Una vez se fue el musgo, una vez se fue la pureza del río, el clamor de las fiestas y hasta la tranquilidad de escuchar la música andina al volumen que merece, se fue parte de la vida de La Loma. Pero, así un día los administradores de una de las grandes urbanizaciones hayan mandado a pintar las fachadas de algunas de las casas vecinas porque con su fealdad espantaban la clientela, así deban luchar contra cada administración y los impuestos que les pretendan cobrar, así deban sufrir por cada tramo de esa tierra que se traga las autopistas, así un día a Luz Marina casi le hayan negado la atención en el Seguro Social cuando vieron que en su dirección decía “El Poblado”…; así sea para los ojos desprevenidos un barrio de invasión, La Loma de los González, aunque vulnerable por su ubicación, seguirá siendo ese nicho centenario en el que, arraigada con toda la fuerza, pervive la bravura campesina.


Es un solvente industrial que, entre los adolescente de Medellín, está de moda inhalarlo. El dick, oloroso e incoloro, es uno de los nuevos invitados a las fiestas trance para menores de edad.

Los niños quieren dick

15 Ilustración: Mauricio Hoyos

En boga

María Flórez Ramírez maria16_pk@hotmail.com

S

e desplaza, calle arriba, calle abajo, mirada de hielo, expresión de cacique barrial. Caminado de “te vienes y te acabo”, de “me tocas y te mueres”, de “estamos llenos de idiotas”, de “qué desprecio me das”. Dirección siempre decidida, expulsión de humo a modo “Hollywood somos”, “nos comemos el mundo”, “aquí nada da igual”. Pómulos pronunciados, cuello de radar, movimiento oscilante, atención constante… es preciso vigilar. Son las 11:00 p. m. y frente a la carpa blanca de 1.50 x 1.50 se baila reggaetón. Las manos masculinas en las cinturas de mujer obedecen a las caderas; se detienen una fracción de segundo al momento de iniciar la nueva elipse mientras las pelvis femeninas dibujan círculos al viento. Ven baila al revés, muévete y disfruta este reggaetón sex, quítate la ropa, házmelo otra vez. Ocho personas bailan, cerca de 92 permanecen de pie. En el barrio Boston, frente al Colegio Caracas, en una calle cerrada y corta que desemboca en la 54, el sonido revienta en las paredes y dispara el movimiento de los cuerpos. Allí, decenas de niños entre los 13 y 17 años consumen licor e inhalan dick, la sustancia de moda. Se pasean por entre las casas irregulares, apiladas a lado y lado de la vía en forma de u. Sus habitantes -como si esperaran con ansias el fin del torrente electrónico - se asoman por las ventanas en lapsos de tiempo cuya frecuencia es imposible determinar. A las 11:30 la fiesta se anima. El dj detiene el reggaetón y abre paso al techno: “Lady, hear me tonight, ‘cause my feeling, is just so right, as we dance...” El número de bailarines se triplica. Nadan los cuerpos, entran en trance, se aglomeran en círculos, cierran los ojos, se concentran, se dejan llevar… Una hora después el baile no se detiene. Quizá porque solo un oído experto podría adivinar el final y el comienzo de cada canción. Las vibraciones, los giros y las mutaciones de los sonidos impiden delimitar las piezas que van obsequiando los dj, que esta noche, como casi todas, hacen su presentación sin ánimo de lucro; basta con una llamada de Esteban Ríos para que ellos estén ahí, musicalizándolo todo. Esteban tiene 17 años, toca techno y es el Presidente de Los Wachumi, un grupo de adolescentes que se ha unido por medio del Facebook para organizar fiestas gratuitas de electrónica, porque el sitio es la calle y el sonido se consigue prestado “para estar juntos, para pasarla bien”. El único dinero que circula se recoge a modo de colaboración para los taxis de Dj Jova, Mu.ze, Robert Voltrox y Kevin Monsalve, los artistas invitados. Sebastián toma rumbo norte hacia el punto muerto de la calle. Acaba de entregarle un paquete a otro sujeto que ha salido despedido 54 abajo, por la parte oscura y sombría. Se ve decidido y busca el grupo de amigos con que ha venido hasta aquí. Está mirando más punzante que antes y dirige el rostro hacia una conversación que no le pertenece. Lleva chaqueta deportiva azul, jeans claros y tenis negros. Es, en su forma de vestir, un tipo sencillo… pero su manera de caminar, bailar, observar, aspirar, recorrer…. Los Wachumi se integraron en octubre de 2009, cuando a Esteban y a un par de amigos suyos se les ocurrió la idea. “Somos un combo de 120 personas, entre 16 y 17 años, tenemos un asesor y un administrador, encargados de la organización de los eventos”. Hasta ahora, han impregnado de techno a Villa Hermosa, la Milagrosa y Cataluña, barrios de las comunas 8 y 9 de Medellín, al centro occidente de la ciudad. Para la reunión de hoy, pidieron permiso en cada una de las casas que rodean la calle, además de cerrarla con cinta naranja para impedir el paso vehicular. Ellos ofrecen la oportunidad de pasarla bien al margen de las discotecas y los bares… A las asistentes de esta fiesta apenas les están creciendo los senos y ni con lupa se

Daño incoloro El dick es un líquido incoloro que se utiliza como solvente industrial y para pegar acrílicos, espuma o icopor, limpiar circuitos integrados y eliminar pintura, en la fabricación de aerosoles, pesticidas y cintas fotográficas. Se consigue en tiendas de químicos bajo los nombres de diclorometano, bicloruro de metileno, dicloruro de metano, dicloruro de metileno o clorato de metileno, a precios que oscilan entre los $2.600 y $3.200 el medio litro. Genera mareo, sensación de ligereza, reflejos lentos, hormigueo, debilidad muscular, pérdida de la conciencia y desorientación. Su contacto con la piel produce quemaduras leves y enrojecimiento. La exposición a sus compuestos puede producir efectos sobre el sistema nervioso central, como trastornos de la conducta, fatiga, debilidad cefalea, edema pulmonar, muerte y pérdida de conciencia, además de aumento del tamaño del hígado. La Organización Mundial de la Salud recomienda para su manipulación el uso de guantes, traje protector y protección ocular y respiratoria. Los lugares destinados para su almacenamiento deben permanecer separados de metales, alimentos y concentrados para animales. Es un cancerígeno humano potencial y una sustancia tóxica cuya comercialización y distribución está regulada alrededor del mundo.

descubriría un vello en esos rostros de niños que se aspiran las ropas impregnadas de cloruro de metileno para marearse por algunos segundos. “El dick gusta porque es lo que está de moda, ¿ves?, como la electrónica, que es lo que se escucha ahora, pero es pasajero”, comenta Carlos González, un rostro maduro entre el tránsito de pre púberes. Tiene 21 años, vino a pasar el rato, no baila; es también observador. Trabaja registrando prendas en una empresa de textiles y ha organizado eventos como éste. “Hice dos en mi finca, soñaba con tener a todo el mundo en mi fiesta; pero luego mi mamá no me dejó más. ¿Por qué? Porque le da miedo que acaben con las cosas, porque queda todo lleno de patas de marihuana y tarros de dick”. De nuevo suena el reggaetón. La masa se desintegra y los niños regresan a los lugares que el protocolo del lugar previamente les había asignado. Quedan las parejas, ruedan el ron, el aguardiente y la marihuana. Vuelven a escucharse las motos, las palabras, a verse los ojos abiertos y las personas; se aprecian con mayor claridad los jeans verdes y rosas en esas piernas que en unos años serán de hombres, los cabellos alisados y teñidos en esos rostros que más tarde tendrán algo que afeitar, la ropa incandescente y fluorescente, plagada de extraterrestres y figuras abstractas, de esos pre adolescentes que se transforman y nos confunden con su androginia. Al fondo, frente a la calle ciega, una hilera de hombres se ha incrustado en la acera. Observan bajo los árboles, fundidos con la sombra. Permanecen inmutables, haciendo alarde de una adultez que resalta entre la multitud de niños brillantes y coloridos. Quien haya vivido en una ciudad peligrosa y pudiese verlos, estaría seguro de que vigilan. Más tarde, a las 12:45, regresa el techno y con él la locura. Un chico de camisa amarilla, gafas oscuras con montura blanca, jeans celestes y tenis blancos se levanta, se ubica en la mitad de la calle y agita su cuerpo como árbol en tormenta. Se tira al suelo, toma un papel y lo enrolla a modo de cigarro, intenta fumarlo y lo desecha. Se arrastra hacia la carpa de delgados tubos, levanta uno de ellos y lo introduce en su boca mientras se menea bruscamente y agita la mano en posición vertical. Se levanta, arquea su espalda hacia atrás y mira fijamente la linterna con que otro lo alumbra. El de la linterna lo sigue, le ofrece dick. El chico lo inhala por la boca y continúa contorneándose como poseído por millones de almas, quitándose las gafas a cada tanto, imitando a eufóricos chimpancés, haciendo el ridículo mientras los demás, apilados al lado derecho de la calle, sentados sobre la acera, no paran reír. Es el plus de la noche. Mientras el desquiciado baile transcurre, más atrás, un par de niños intercambian dick por un billete de $10.000. Ya muchos han empezado a marcharse y la fiesta se agota. El cloruro de metileno ha viajado a través de bocas y fosas nasales directo a los pulmones y el cerebro, proyectándose en esas calles, a esas horas, en movimientos frenéticos y epilépticos. Es la 1:10 de la mañana; con el desarme de la carpa, la fiesta se esfuma. Ahora, él cruza la calle una vez más hacia el norte, con las manos en los bolsillos, igual de metálico que antes. Ha de saber que lo han estado observando. Es abordado y responde con un hilo de voz infantil, femenino. Mide 1.50 cm, tiene 14 años y se ha desarmado, desinflado, reducido. “No me gusta fumar”, ha dicho, cuando minutos antes había estado desechando humo a la atmósfera como actor de cine negro. Vive en Caicedo con su madre, su tía y su abuelo, tiene horario extendido hasta las 2 de la mañana y planea devolverse utilizando sus pies como único medio de transporte. Debe pedir permiso para asistir, pero no siempre lo obtiene, según dice. A esta hora, ha de haber muchos Sebastián Parra como él, asistiendo a fiestas en callejones de Medellín, consumiendo dick, con nicotina en los pulmones; mientras, las campañas institucionales suplican por los niños, y “el tabaco es nocivo para la salud” y “está prohibida la venta a menores de edad.”

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


Fotografía: Juan David Ortíz

16 Desde la U

Asamblea en el Camilo, mitin en el 16. Corre por aquí, arenga por allá. Policías de negro acorazado, estudiantes y docentes desconcertados, miedo en la Administración… aquí la reconstrucción de lo sucedido el miércoles 15 de septiembre, un día que está marcando un antes y un después de incertidumbres en la Universidad de Antioquia Katalina Vásquez Guzmán * katavasquez@gmail.com

U

n instante antes del impacto, Esteban lo vio venir con el ojo izquierdo. En el patio del bloque 16, bajo un Cristo Redentor y en medio de una multitud de manifestantes y decenas de policías, el muchacho vio llegar volando la granada con gas que lo rompió arriba de sus cejas. Cayó al piso. ¡Taque! ¡Taque! ¡Taque! Caras pálidas, corridas, gritos. La policía persigue a los civiles por el campus universitario lanzando gases y gomas contra sus cuerpos. Con la ayuda de personal de Derechos Humanos, logran salir en grupos y, en la calle, los comandos antidisturbios atacan con chorros de agua y gases a los estudiantes que, corriendo con la mochila alzada, se protegen la cabeza. Ese miércoles 15 de septiembre la Universidad de Antioquia conoció el pánico. Por cuatro horas, una nube de humo de bromuro de bencilio se expandió unos 50 mil metros en el centro oriente de Medellín, desde el río Medellín hasta la Estación Hospital. El químico, que atrofia la respiración, corta la capacidad sensorial temporalmente, irrita la nariz, la boca y puede dejarte ciego, comenzó su recorrido antes de las cuatro de la tarde, cuando el primer grupo de comandos antidisturbios entró a la Universidad. ¡Tun, tun, tun, tun! Retumban los pasos de sus botas negras, duras como sus protectores de pecho, testículos, piernas y cabeza. “No sabes lo que es ver un grupo de hombres armados avanzar lentamente, formados ordenadamente, en dirección a un mitin que estaba calmado”, dice pensativa Sara Fernández. Muchos lo supieron ese día. Daniela, de la carrera de Bioingeniería, creyó que ese día encontraría la muerte. Los ojos de Hernán, verdes y grandes, se cierran por la fuerza del gas pimienta y, aturdido, también cae al suelo. En otra parte de patio, del lado del parqueadero, a Mildelia, defensora de Derechos Humanos, le corre sangre por la frente. No sabe qué la golpeó. Luquegi Gil, el Secretario General del Alma Máter, se esconde detrás de un carro. Acaba de entrar el tercer grupo de escuadrones antimotines a la ciudadela universitaria. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! Según declaró a De La Urbe, el Coronel Luis Eduardo Martínez Guzmán, comandante de la Policía Metropolitana: “La orden era ingresar para proteger la rectoría. Por eso entra el ESMAD”. El rector, Alberto Uribe, quien al principio dijo sentirse secuestrado, en la noche se retractó y fue a su casa a dormir. “La Fuerza Pública entrará una y las veces que sea necesario a la Universidad de Antioquia porque ese no es un territorio de despeje”, dijo previo a los fuertes disturbios de ese miércoles, el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, aludiendo a la crisis de seguridad del Alma Máter: micro tráfico de drogas, robos, muertes, violaciones y otras prácticas criminales tienen alarmada a la ciudad que, al mismo tiempo, vive una época de mafias, paramilitarismo, guerrilla y delincuencia.

Dos días antes

El lunes 13 de septiembre se estrena la Tarjeta de Identificación Personal (TIP). Funcionarios de la Universidad exhiben petos nuevos y limpios que informan que, desde hoy, no sirven para nada los tradicionales carnés. Invitan, amablemente, a visitar la Facultad de Medicina donde te toman la foto, los datos y te imprimen la tarjeta que además puede usarse para viajar en el Metro. En las afueras, se ven tanquetas blindadas y agentes antidisturbios; también policías con motos y revólveres, y Ejército. Nadie sin Tip podrá ingresar a las instalaciones, a menos que consiga un permiso especial. La asamblea de estudiantes, por meses, ha manifestado su desacuerdo. El profesor Eufrasio Guzmán, Director del Instituto de Filosofía, se pone el peto y

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va a la portería. Son las 11 de la mañana. Un grupo de estudiantes recorre las entradas a la U a manera de mitin, por momentos violento, en señal de rechazo a la medida. El Departamento de Vigilancia le informa a Guzmán que están rompiendo y quemando material publicitario y arrebatando las nuevas tarjetas plásticas. La turba llega al costado oriental, portería del Ferrocarril. A la Emisora Cultural Universidad de Antioquia, más tarde, Eufrasio le cuenta: “Estaba con el peto, que era emblemático para la campaña, y trataron de arrancármelo (…) Incrementaron su nivel de protestas, pasaron a los gestos intentando quitármelo, empujando, y un estudiante me lanzó una patada”. Camilo Durango, estudiante de Antropología, estaba presente y cuenta que el profesor señaló, también enérgicamente, que quienes rechazan la Tip apoyan el paramilitarismo dentro de la Universidad. Entonces, la patada. “En ese momento, otros estudiantes en tónica muy diferente se acercaron, me rodearon, me acompañaron, y disuadieron a los agresores para que no continuaran con el maltrato”, dice el docente. Para la vigilante Gallo, una mujer joven, tierna y corpulenta, es el primer día de trabajo en la empresa privada de vigilancia Miro Seguridad que, contratada por 7 mil millones de pesos, vigila esta Universidad. Cuando ve que los estudiantes furiosos entran a su puesto y rompen un computador, se acuerda de sus hijas. Para no salir corriendo aterrorizada, piensa en la necesidad económica que pasaría si llega a perder el empleo. Algunos de sus compañeros sí que salen en fuga ahuyentados por los coros que los señalan de paramilitares, hijueputas, asesinos.

El día previo

Asamblea de estudiantes. Atardece. Bajo el cielo nublado, en la plaza Barrientos, Gabriel Bocanument Rollo -líder estudiantil por décadas- grita: “¡Compañeros, periodistas del canal Cosmovisión preguntan si pueden grabar”. Entre unos doscientos, la mayoría levanta la mano y gritan sí. La reunión continúa pero la U empieza a vaciarse. Nadie puede entrar. A un costado, en la portería de la calle Barranquilla, se forma un alboroto. Dos policías intentan entrar. Lo impide el Decano de la Facultad Nacional de Salud Pública, Álvaro Cardona. Fue enviado hasta allí como delegado de la administración para dialogar sobre la Tip. “Luego de sesionar desde las dos de la tarde hasta las 5:50 pm, recibir el informe del profesor Álvaro Cardona, observar todavía la presencia de Esmad en las porterías, notar cómo el administrativo y Miro Seguridad mediante tintas especiales marcan a los que a conciencia no ingresan con TIP, observar algunos malintencionados tirando explosivos buscando la confrontación en la plaza Barrientos, la Asamblea Extraordinaria del 14 de septiembre define: “Reanudar la Asamblea Extraordinaria el día miércoles 15 de septiembre en el Teatro Popular Camilo Torres desde las 10:00 am”, se lee esa noche en el blog de los estudiantes.

Llegó el día

Las porterías continúan militarizadas. Unas 500 personas llegan hasta el Teatro Camilo Torres. Los líderes dan informes y comienzan las intervenciones. Por radio, los vigilantes se piden estar atentos. Al mediodía, un estudiante molesto, vestido de camisa verde, se toma el micrófono. Cuenta que el día anterior los vigilantes de Miro lo golpearon en la portería del Metro por negarse a mostrar la Tip. Pudo al fin entrar con defensores de derechos humanos de la Personería de Medellín y el colectivo Gustavo Marulanda. Hoy, antes de llegar a la asamblea, pasó de nuevo por esa portería. “Niño mimado,


17 Sara y Marco se apuran a mediar. Líderes de oficinas estudiantiles, que andaban ¿por qué no venís hoy con tus papás? ¡Malparidito! Aquí sos alguien pero esperate reunidos en el bloque 9 paralelo a la Asamblea, llegan al lugar para lo mismo. Nadie, que te cojamos en la calle”, relata en el Teatro. Narra que lo agarran y le toman una entre los representantes profesorales y estudiantes, quiere el tropel. Todos hablan con foto. “¡Ya te tenemos reseñado, hijueputa!”, cuenta. La masa se altera. “Como nos todos y llaman por celular, buscan soluciones. Llegan los periodistas y las cámaras de tv. están retratando, vamos a hacer lo mismo”, pide uno de los muchachos. Acuerdan que Casi la mitad de la unidad de Derechos Humanos de esta ciudad se concentra a esta hora a las dos de la tarde saldrán en mitin por las porterías y terminarán con un plantón en la Universidad de Antioquia. También hay funcionarios de la Defensoría del Pueblo en el Bloque Administrativo. “No vamos a desalojar a nadie violentamente. Vamos a y, según el Rector, gente armada entre la multitud. arengar para que nos escuchen”, dice otra voz y la mayoría asiente. Arriba, en las oficinas, la gente ruega por sus vidas. Rocío se aferra a un rosario. Está 2:30 p. m. Cecilia Plested, profesora de la Escuela de Idiomas, escucha el mitin escondida en la oficina de Presupuesto. Los insultos que se escuchan abajo y el intento desde la carrera Carabobo, apura el paso, ve la puerta peatonal cerrada, pide permiso, de estudiantes de llegar -con una escalera y una mesa- hasta el segundo piso, le disparan los Esmad están adentro y ella, sorprendida pero clara, empieza a gritar a los estulos nervios. Ella, Auxiliar de Presupuesto, imagina que se está repitiendo la toma del diantes: “¡No se dejen provocar!, ¡no se dejen provocar!”. Llama a una jovencita para Palacio de Justicia, cuando el Ejército ingresó al edificio público tomado por guerrilleros pedirle que, por favor, le diga al encapuchado que está bajo un árbol que se aleje del asesinando y desapareciendo civiles. “Si alguna cosa me pasa, demanden la Universidad. lugar. “¡Ustedes no saben lo que es una universidad militarizada! ¡No se dejen provo¡Para qué nos encierran aquí!”, dice enojada y triste a sus familiares por teléfono. car!”, grita Cecilia meneando la cabeza y alborotándose el pelo. Algunos se esconden en los baños, otros, como Eufrasio Guzmán observan desde Cecilia corre al Bloque 16, sube a la oficina del Rector, le cuenta lo que vio. adentro; el Secretario General, Luquegi Gil, es enviado a dialogar. La propuesta es que “Tengo cinco minutos, cuéntame rápido”, le dice a la profesora que no para de gritar. los estudiantes vayan al Teatro Universitario y, en otras condiciones, continúen la asamOtros funcionarios llegan. Se forma una discusión. Martiniano Contreras, Vicerrecblea. El comandante del operativo, otro vestido de negro al estilo RoboCop, acepta diator General, no se sorprende con la denuncia de la profesora. “Si a mí me preguntan logar con los profesores. “Yo recibo órdenes”, les dice a Marco Antonio Vélez, Presidente si yo sabía que iba a entrar el Esmad ese día, yo digo: ‘Yo suponía que iba a entrar el de la Asociación de Profesores, y a Sara Fernández, Vicepresidenta. “Que baje el Rector Esmad después de lo que estaba pasando, de lo que dijo el Gobernador’ ”, explica un para ver que está bien, que salga o me den una orden”. Marco saca el celular, marca el mes después a De La Urbe. número de Alberto Uribe, como lo hizo cuando vio entrar el primer grupo. Policía y 3:10 p. m. Un coro se acerca al Cristo Redentor. “¿Y dónde está? ¿Y dónde está? Rector hablan pocos minutos. El Policía cuelga, le devuelve el Alberto Uribe, ¿dónde está?”, cantan y saltan los estudiancelular al profesor. “No tengo órdenes de retirarme”, explica y tes. No hay encapuchados ni gente armada visiblemente. regresa al frente de su escuadrón. El Rector cancela su cita. No sale del bloque. La multitud Rocío se aferra a un rosario. Está escondida El Rector, según cuenta, llama al Gobernador y le inforllegó hasta el patio y la profesora Cecilia se asoma. Les en la oficina de presupuesto. Los insultos que man que éste se encuentra en Bogotá. “Lo que me decía el pide calma, que vayan al Teatro Camilo Torres para dialogar. Le responden con chiflas. La creen vocera de la se escuchan abajo y el intento de estudiantes Secretario de Gobierno, para acabar de ajustar, era que la orden del Coronel era que ni yo ni los demás funcionarios nos administración y ella, aireada, pide respeto, además de de llegar -con una escalera y una mesa- hasta fuéramos a mover hasta que él personalmente viniera por mí, que no pisen las matas. “¡No pisen las maaaaaaaaatas!”, grita, grita y grita. el segundo piso, le disparan los nervios. Ella, porque no me garantizaban nada ante la información que tenían. Yo no pregunté qué información había, guardé mucha Ricardo Toro, de la Unidad de Derechos Humanos de auxiliar de presupuesto, imagina que se está calma. María Eugenia (su secretaria) entraba, los Vicerrectores la Personería, tiene un radio en la mano que levanta una entraban, pero yo decía: ‘Guardemos la calma, que lo peor que y otra vez, ansioso. Está parado junto a la entrada del Blorepitiendo la Toma del Palacio de Justicia, nos puede pasar es que la perdamos’ ”, explica. que Administrativo comunicándose con Jesús Sánchez, cuando el ejército ingresó al edificio público Mientras tanto, Cecilia orienta la cadena humana para quien está en la portería del Ferrocarril. “¿Cómo está la proteger la salida de los funcionarios administrativos que, por situación allá adentro?, ¿es cierto que hay un secuestro de tomado por guerrilleros... decisión del gobierno de la Universidad, quedaron encerrados los directivos?”, le pregunta Jesús a Ricardo. en el edificio. Desde el segundo piso, agarra la mano de Rocío, quien hasta ahora respira “A lo sumo, Ricardo manifiesta que no es cierto, que eso es una medida de seguy siente la esperanza de salir sana. “¡Despacio, no corran, por favor, no corran!”, les pide ridad (las puertas cerradas), que custodia el Administrativo cuando se presentan este la profesora de la Escuela de Idiomas a los empleados que, poco a poco, terminan de salir. tipo de sucesos”, relata Jesús. “Entonces, el Mayor Hernández, al mando de la policía Quedan pocos adentro, sólo los que quisieron, y abajo están, cara a cara, los estudiantes en ese momento, nos escucha la comunicación y nos dice: ‘Bueno, yo estoy tranquilo que le cantan a los Esmad: ‘¿Qué se necesita para ser un policía? Ser un hijueputa de entonces’. noche y de día’. Cuando de un momento a otro, ingresamos a la Universidad verificando cómo se 4:00 p. m. Ya el paisaje es de hombres de negro, escudos marcados con Policía en encontraba la situación y nos encontramos con que a nuestras espaldas entran uno o letra blanca, y estudiantes con palos y piedras en la mano. Ingresa un tercer escuadrón dos escuadrones del Esmad -por ahí de 20 a 30 hombres- sin mediar palabra, haciendo por la portería del Ferrocarril. Desde los bloques de Ingeniería y entre los carros, la gente sus disparos de gases lacrimógenos y de granadas aturdidoras”, declara Jesús Sánchez. silba. ¡Fueraaaaaaaaaaaa!, piden a gritos. ¡Taque! ¡Taque! ¡Taque! ¡Taque! ¡Taque! ¡Ta-¿Qué pasó, Mayor? ¿Por qué ingresan los ESMAD si hace cinco minutos usted que! ¡Taque! Hernán Pineda, quien estaba en el Laboratorio de Electrónica cuando oyó y nosotros estábamos escuchando la comunicación de que esto era una protesta, pero la primera explosión, ahora se codea con un agente del Esmad que, sin saber por qué, le pacífica?- increpa Jesús al policía. exprime un gas pimienta de frente a la cara, por un ladito del escudo que tiene frente al El comandante de los antimotines dice que está recibiendo órdenes. pecho y con el que lo empujó y lo tumbó al piso. ¡Jueputa! ¡Corramos!, se escucha. -¿Y que quién le da esas órdenes? La Universidad hierve. Policías se pasean por el campus intentando allanar salones, -La dan el Gobernador de Antioquia y el Rector de la Universidad. Que cuando a empujando estudiantes, disparando gases, retirando la gente y, al mismo tiempo, bloél le cambien esa orden esas dos personas, él retira sus hombres de allá”, recuerda el queando las salidas. Los vigilantes de Miro, desde la portería del Río, salen corriendo. Coordinador Administrativo de la Unidad de DDHH de la Personería de Medellín. Dan la vuelta a la Universidad y desde el Bar de Ciro, a dos cuadras, David Roldán los Marco y Sara, de la Asociación de Profesores, caminan en dirección a la salida de ve correr juntos y quitarse el uniforme. En el Parque E, donde también hay vigilancia Ferrocarril. Ven la reunión en los bajos del Bloque 16 y solo los sorprende lo numerosa de Miro, pudieron entrar y cambiarse la ropa. En Barraquilla, Julián Henao ve como que es. “Un mitin normal, con arengas, organizados, pidiendo la palabra”, recuerda un policía vestido de verde dispara un revólver para ahuyentar una turba que golpea a Sara. En la acera del bloque 18, de frente a la portería y de espaldas al 16, se detienen. dos agentes del ESMAD. Nuevamente, todos corren. Al salir del campus, las tanquetas “Veo a los de Miro abriendo las puertas a un grupo numeroso del ESMAD. En la siguen a los estudiantes con chorros y más gases. Los vecinos sacan bolsas de leche y malla están los de Personería alzando las manos. ¡No, no, no! ¡No entren, no entren! vinagre para que los que respiraron gases lacrimógenos se recuperen. Les piden y pido yo”. ¡Booom! Explota una granada de gas lanzado por los policías En el Parque de los Deseos, los niños están espantados, también se asfixian y lloran desde el parqueadero. por los gases que allá mismo están lanzando los policías. La Estación Hospital del Metro El escuadrón avanza hasta el costado oriental del bloque. Daniela y todos es cerrada por quince minutos, casi anocheciendo, porque las agresiones del Esmad se corren. Junto a la fuente del Hombre creador de energía, la pequeña se derrumextienden hasta acá. Frente a Policlínica, uno de ellos lleva un muchacho agarrado por ba, entra en shock, no puede parar de llorar. “Llamo a mi casa y me despido de la camisa. Aunque no pueden detener, esa noche 8 estudiantes resultaron en estaciones todos”, cuenta. A unos pocos metros, por la Biblioteca, Julián Henao, estudiante de policía; siete fueron los heridos que recibieron atención médica -Esteban el más grave de Derecho regresa al Bloque 16. Quiere saber si alguien está herido, averiguar con coágulos de sangre y un tumor en la cabeza-; y cero secuestrados. qué pasó. Un centenar, como él, regresa asustado y enojado. 8:00 p. m. Apenas una decena de personas queda en la Universidad. Sara, Cecilia, Camilo, Santiago, Ricardo y otros conforman una comisión verificadora. Con megáfono, Sara, morena, alta, pesada, de rasgos bruscos y voz delicada, informa que la Fuerza Pública ya no está en el campus, que pueden salir, que si alguien necesita ayuda salga ahora. Encuentran profesores en oficinas con cerrojo, estudiantes en los rincones de pasillos de los pisos altos de los bloques de Biología y Matemáticas. El Rector, un par de horas antes, salió por la puerta que tiene acceso al río. A unos 100 metros de la puerta, dentro de la Universidad, funciona el expendio de cocaína, marihuana, heroína y licores, según algunos, más movido de Medellín. Esa zona deportiva, El Aeropuerto, se salvó de los gases lacrimógenos. No hay noticia de jíbaros heridos o detenidos. Pero sí versiones de que, a pesar de la vigencia de la Tip, estaban ahí con un tendal de sustancias ilegales mientras la policía reprimía la protesta estudiantil. *Con investigación de los egresados y estudiantes del programa de Periodismo: Javier Bergaño, Daniela Gómez, María Flórez, Jorge Caraballo, Róbinson Úsuga y Andrea Aldana. Fotografía: Juan David Ortíz

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


18 Desde la U Para el rector Alberto Uribe, la falta de recursos financieros es central en la crisis de la Universidad; para el gobernador Luis Alfredo Ramos, ese es asunto menor. Ramos dice que los problemas son la inseguridad y la ilegalidad; Uribe, que el Estado lo dejó solo. Uribe denuncia el incumplimiento en el pago de aportes del Estado; Ramos pide que se investigue cómo se gasta la plata en la Universidad. Uribe asegura que ha buscado caminos de diálogo; Ramos confirma que ordenará el ingreso de la Policía cada vez que se presenten delitos. Ramos dice que no conoce de presencia paramilitar en la Universidad; Uribe, que aquí las paredes gritan. Uribe va a dedicarse al liderazgo académico; Ramos, al control policial. Patricia Nieto - Heiner Castañeda 12.patricia@gmail.com

“No soy un policía” “

Las universidades públicas han hecho un gran esfuerzo para sostenerse con los mismos recursos desde 1992. La Universidad creció con el mismo presupuesto de hace 18 años. Además, la Ley 30 de 1992 dice que a partir del sexto año de su vigencia el gobierno nacional incrementaría sus aportes a las universidades públicas en un porcentaje no menor al 30% del incremento real del PIB; esto no se ha cumplido. Desde hace cuatro años el sistema universitario estatal viene diciéndole al Gobierno que ya no damos más”, señala Alberto Uribe, rector de la Universidad de Antioquia. Parece que esos reclamos no han dado resultados… Con el apoyo del Congreso, se logró una adición presupuestal de 160 mil millones de pesos para todas las universidades públicas, pero hábilmente el Ministerio de Educación genera “esguinces”: una plata va para el Icetex; otra, para Colciencias; otra, que se debía incorporar a las universidades al terminarse el Icfes, va para el mismo Ministerio. Al final del Gobierno anterior, el Ministerio presentó un proyecto de reforma a los artículos 86 y 87 de la Ley 30, que si bien no resuelve el problema estructural, sí ayudaría en algo. ¿Cómo se verán los beneficios de esa reforma? Los entes territoriales tendrán la obligación de ponerse a paz y salvo con las universidades en seis meses; si no lo hacen, esa deuda se convertirá en título ejecutivo, es decir, podríamos demandar a los entes territoriales. ¿La Universidad está en peligro? Para esta vigencia el presupuesto es de unos 700 mil millones. Quien no sabe los detalles cree que este es un presupuesto enorme; pero la realidad es que el dinero que le llega a la Universidad de la Nación, del Departamento y de las rentas propias, denominado Fondos Generales, es de aproximadamente 280 mil millones que deben destinarse exclusivamente al funcionamiento. El restante corresponde a los Fondos Especiales, unos 270 mil millones, compuesto por los dineros de la estampilla, convenios, extensión, asesorías, servicios y retorno del IVA; y los Fondos de Bienestar Universitario y de Seguridad Social que son de destinación específica. Tenemos un déficit proyectado de 20 mil quinientos millones, que puede rebajar a 10 mil seiscientos si algunos deudores pagan. Ese es un hueco grande. Si no se toman medidas, en 2015 estará en crisis la viabilidad financiera de la Universidad. Se tendrá que recurrir al cierre de programas y a prescindir de personas en quienes hemos invertido en su formación. ¿Qué hay en el fondo de esas decisiones tomadas por los gobiernos? La anterior Ministra de Educación consideraba que las universidades públicas despilfarrábamos y que ella debía tener el control de la política de Estado en educación superior, restringiendo la autonomía que la Constitución y la ley consagra a las universidades. ¿Cómo es la relación con el Departamento? La nuestra era la única universidad del país, del orden territorial, que desde 2002 recibía en forma oportuna los aportes del Departamento. La situación continúo igual hasta 2010, cuando, tal vez por una mala interpretación de la Ley de Garantías Electorales, ellos asumieron que no podían entregar esos recursos a la Universidad de Antioquia, pero extrañamente sí lo hicieron al Politécnico y al Tecnológico. El Gobierno departamental debe entregarnos durante el 2010, en doceavas, 22 mil 240 millones de pesos. A hoy, octubre 25, solo hemos recibido 6 mil 400 millones; esto quiere decir que nos debe casi 13 mil millones de pesos. ¿Es cierto que el Departamento dejó de contratar con la Universidad? La contratación que venía teniendo la Universidad con el Departamento en educación y salud, por decisiones del señor Gobernador y sus secretarios, ha cambiado su destino. Era una contratación enorme, hablábamos de 75 mil millones al año, de eso le quedaba a la Universidad el 10%. Sabemos que aproximadamente el 62% de los estudiantes son de Medellín. ¿Cómo participa el Municipio en la financiación de la Universidad? Con el Municipio hemos trabajado muy duro. El alcalde Pérez duplicó la estampilla y la extendió a la contratación de empresas públicas y a las adiciones que se hagan a los convenios y contratos. El alcalde Fajardo nos apoyó con 30.500 millones de pesos que no son base presupuestal. Del doctor Salazar, no ha habido una respuesta muy importante, a excepción de que mantiene la estampilla y de que ha respetado algunos proyectos y programas que ya venían. Yo me pregunto: ‘¿Qué pasaría en Medellín si la Universidad de Antioquia no tuviera a esos miles de estudiantes de los estratos 1 y 2?, ¿qué pasaría con ellos, desempleados y enfrentados a situaciones de violencia e inseguridad?’ ¿Cuál es su apreciación sobre el expendió y consumo de drogas? En la Universidad, se ha pasado de drogas blandas a duras -anfetaminas, cocaína, heroína-; hoy llevamos tres muertos- un estudiante y dos visitantes- y siete emergencias por sobredosis en los últimos dos años. Este lugar es un referente para la comercialización y el consumo de drogas que ha crecido al amparo de mal llamada autonomía sobre el territorio. Aquí se sienten seguros expendedores y consumidores. Se dice que una de las personas conocida como mayorista del microtráfico entraba a la Universidad en carro ¿Para qué sirve la vigilancia privada e interna? ¿Conoce casos de corrupción de algunos funcionarios que participan de ese negocio? Tengo claro que hay corrupción en las porterías y al interior de la Universidad. Yo mismo he

No. 48 Octubre de 2010

Fotografía: Cristina Arévalo

identificado bandas de ladrones, yo no sé si la Fiscalía las penalizaría; no creo, porque poco nos ha ayudado. Puedo decir que 41 estudiantes ya no están en la Universidad por delitos contra la propiedad o contra las personas y que, por lo menos, 7 funcionarios de carrera también han salido con el debido proceso. ¿Cómo ve el papel de la Fiscalía? La doctora Marta Penagos es la Fiscal, egresada nuestra. Allá estuvimos hablando de todo esto y me dijo: “Rector, es que usted no ha puesto un solo denuncio”. Y la Jefe de Seguridad de la Universidad le dijo, de memoria, cuáles eran todas las demandas y entonces ella pidió que verificaran y allá estaban. ¿Usted ha llevado esta situación ante el alto gobierno? Con el Presidente Uribe hablé desde 2002, cuando entré como Rector encargado. Él conminó a todos los generales, les pidió que me respaldaran. Después ocurrió la explosión de febrero de 2005, cuando murieron dos niñas. Al otro día cerré la Universidad por petición de la Fiscalía. Volví a hablar con el Presidente, le dije que me sentía solo, sin apoyo de la autoridad. Él llamó al General Pedreros, hablaron, discutieron. Un rato después, el General me llamó: “Rector, no cuente más conmigo; defiéndase como pueda”. ¿Ha adelantado gestiones con otros sectores? Lo que estaba pasando, con respecto a la expansión del consumo interno de drogas, me llevó a buscar algún contacto. Cuando funcionó hace unos meses una especie de Consejo de Notables para mediar en el conflicto de Medellín, yo me contacté con Jaime Jaramillo. A través de él yo iba a ser recibido en la cárcel de Itagüí; pero el día que teníamos la cita, el Presidente Uribe desautorizó cualquier mediación de los llamados Notables. No sé quien era la persona. Ese contacto lo había hecho Jaime Jaramillo. Yo le iba a decir que no me ‘envenenaran’ la Universidad, que no pusieran en riesgo a la juventud. Le iba a decir que los jóvenes se me estaban muriendo y que, por favor, en un gesto ciudadano, se quitaran de ahí. ¿Tiene evidencias de a quién pertenece la venta de drogas en la Universidad? Yo no sé si esta plaza es del uno o es del otro. A mí también me han dicho que el problema se agudiza porque las obras de transformación urbanística del sector han desplazado los expendios para la Universidad. Salen de las zonas de influencia del Metroplús, de Explora, Moravia, Lovaina, Campo Valdés y se desplazan para acá. ¿Usted cree que la medida de instalar cámaras es útil? La instalación de las cámaras es orden de la Presidencia de la República. El Gobernador también había ordenado hacerlo y financiarlas. También hubo aportes de Metroseguridad. La Universidad puso los estudios. Aunque el señor Viceministro de Educación dijo que en la Universidad Industrial de Santander el sistema de cámaras costó 1.570 millones y que hoy no hay una sola porque las persiguen, las dinamitan, les disparan. Yo tengo que seguir instrucciones de expertos, tengo que hacerlo para protegerlos a todos ustedes. ¿Han pensando en un plan frente a una situación hostil en los próximos días? Lo primero que trataríamos de hacer es manifestarnos como comunidad académica que ama y defiende la Universidad. Pero si eso no es posible, la policía entra. Eso está escrito en un documento enviado por el Gobernador. Y existe el riesgo de que la cierren hasta el año entrante si ocurren hechos violentos. Yo pongo la cara, la cabeza, el pecho, pero es necesario que se haga evidente la solidaridad que expresaron las 34 mil personas que respondieron la consulta. Esta es una Institución supremamente frágil e inestable. ¿Cuál es el panorama de la presencia del paramilitarismo y de la guerrilla en Universidad? Yo creo que estuvieron, y que manifestaciones de todas esas fuerzas al margen de la ley son el narcotráfico, las capuchas, la propaganda, las expresiones en banderas y en grafitis. Nosotros decimos que “aquí las paredes hablan” incitando a la violencia. Les he dicho a los muchachos: “Yo no voy a entrar el paramilitarismo, quienes lo traen son ustedes con sus acciones”. Yo estoy seguro de que ningún rector trajo el paramilitarismo aquí. ¿Qué puede esperar la Universidad de Antioquia de usted? No me pidan que me enfrente a un delincuente; yo no soy policía, ni investigador judicial, ni juez. Mi misión es académica y así a la asumo.


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“La universidad no es zona de despeje” tioquia a la Universidad y a todo lo que significa ese gran activo, sus 36 mil estudiantes, sus 4 mil docentes y todos los demás funcionarios. Y que no quede duda de que en materia financiera la Gobernación de Antioquia cumplirá con sus compromisos.

Fotografía: Jorge Caraballo

La Universidad de Antioquia le cuesta bastante al Estado colombiano: tiene un presupuesto de más de 700 mil millones de pesos para cerca de 36 mil estudiantes. Por lo tanto, esa inversión debe ser siempre muy cuidadosamente revisada por todas las autoridades. Estamos hablando de una institución que por supuesto nunca cerrará sus puertas, pero que debe revisar permanentemente sus programas y toda su estructura. Sin embargo, la preocupación de hoy no está en lo financiero, está en que sea una universidad abierta donde impere la Constitución, la Ley y los estatutos universitarios”, afirma el gobernador Luis Alfredo Ramos. ¿Cuándo hace énfasis en eso a que se refiere? La Universidad de Antioquia no puede ser un centro al que el expendio de estupefacientes le dé mal nombre. No puede ser un centro educativo donde haya ventas ilegales. No puede ser un centro donde desfilen los terroristas encapuchados y no pase nada. La Universidad de Antioquia no es una zona de despeje donde la gente puede hacer lo que le dé la gana. Debe ser una institución donde tanto profesores como estudiantes y servidores no corran riesgo alguno, como ha venido sucediendo en su interior cuando hay ventas de estupefacientes, cuando hay armas y cuando ha habido terroristas encapuchados que, con granadas, intimidan a toda la comunidad universitaria. Si bien quiero decir que el problema de la Universidad de Antioquia no es un problema económico, sí debo aclarar que debe haber una revisión de toda la parte administrativa, tiene que hacer revisión de todo lo que son los contratos. Cuando usted nos dice que hay que revisar la parte administrativa y los contratos, ¿sugiere que hay un mal manejo de los recursos? No. Simplemente es que le cuesta mucho al Estado y como son recursos públicos, su gasto debe ser cuidadosamente administrado y controlado.Yo creo que la ciudad de Medellín debiera contribuir al sostenimiento de la Universidad de Antioquia, la ciudad debiera hacer un esfuerzo ya que cerca del 85% de los estudiantes son de Medellín o de los municipios vecinos. Usted dice que el problema no es financiero, pero el Rector señala es un elemento fundamental del problema: que la Gobernación de Antioquia no ha cumplido con los pagos de este año. ¿Qué información tiene usted de esto? Yo no tengo información en este momento. Pero siempre el Departamento ha tratado de cumplirle a la Universidad, en todo instante y en todas las épocas. Se habla de un retraso del orden de los 11 mil o 12 mil millones de pesos… Todo lo maneja la Secretaría de Hacienda que ha tratado siempre de ser lo más cumplida con la Universidad de Antioquia, y no será por eso que tenga paralizadas sus actividades. Más bien, ¿por qué no miran ustedes los 4 mil contratos de prestación de servicios que hay en la Universidad? Para que no me hagan reclamos a mí. ¿Cuántas personas tienen contrato de servicios en la Universidad de Antioquia, distintas a los docentes? Para que si ese es el problema, vamos cortando por lo sano. ¿Ustedes creen que el problema de la Universidad es que no le han llegado algunos de los recursos del Departamento? La Universidad de Antioquia tiene carencia de apoyos oficiales…. No, ¡por Dios, por Dios, no hablen de eso! Si alguna entidad en Colombia ha tenido apoyos oficiales es la Universidad de Antioquia; es la que tiene los estudiantes más costosos de Antioquia: cada uno, en promedio, vale más de 20 millones de pesos por año. Cada estudiante cuesta aproximadamente nueve millones de pesos. No señor. El presupuesto de la Universidad de Antioquia es de 700 mil millones de pesos y son 36 mil estudiantes. Eso quiere decir es que es una cifra muy cercana a los veinte millones de pesos por estudiante. Ése es el presupuesto, pero no quiere decir lo reciba todo por parte del Estado… De los particulares recibe muy poco… Fruto de ese vacío tan grande, la Universidad se ha visto abocada a prestar servicios. Usted deber saber que el aumento del presupuesto no ha sido corregido desde hace 18 años. ¿Hasta qué punto la Universidad va a sobrevivir a punta de contratos con terceros? No pongo en duda nada de eso. No pongo en duda nada de lo que hace la Universidad con terceros ni su contratación. Lo que hay que revisar es qué le vale a la Universidad todo su funcionamiento. La Universidad de Antioquia es administrada mayoritariamente por sus propios estamentos, yo no tengo sino un solo voto y eso debe quedar muy claro. Y de la Universidad, su presupuesto, todos sus gastos, su inversión y contratos, se aprueban mayoritariamente por sus propios estamentos. No es el Departamento, y ni siquiera la Nación, la que tiene el control sobre el Consejo Superior Universitario. ¿Hay alguna suerte de desconfianza por parte de la Gobernación, del Gobernador, hacia la actual administración de la Universidad y su rector? Si así fuera, dejaría constancia expresa en el mismo Consejo Superior. El Rector fue elegido por unanimidad para el período que está llevando a cabo y tiene la confianza del Consejo Superior. No puede quedar en entredicho el total respaldo del Gobierno de An-

Todo este panorama puede leerse como que la Gobernación supedita la entrega del dinero a que la Universidad funcione en materia de seguridad. No tiene que ver nada con la seguridad. Lo único era que la Universidad de Antioquia tenía 40 personas en la seguridad interna y no servían para nada. Nunca han servido. No sé para qué los tienen ni siquiera. Son contratados y no sirven, porque allá todo lo de seguridad funcionaba mal: funcionaba la venta de estupefacientes, los grupos terroristas y encapuchados, la venta de mercancía ilegal. Con respecto a lo de la ilegalidad, uno les pregunta a las autoridades por el tema -cuál es el mapa del microtráfico, quiénes son los capos, cómo operan- y todas dicen no saber. Usted, como Presidente del Consejo Superior, ¿qué informaciones tiene de las autoridades? No se sabía porque eso parecía una zona de despeje donde no podían entrar. Ahora van a entrar todas las autoridades a la Universidad de Antioquia. Se han hecho las denuncias correspondientes, y de ahí a la Fiscalía, que es absolutamente reservada con eso. A uno no le entregan esa información. Usted sabe que la comunidad universitaria es muy sensible al asunto del ingreso de la Policía. ¿Asume la autoridad y la responsabilidad eso? Cuando haya delitos, la Policía va a entrar, como tiene que entrar donde haya delincuentes. Y esa es la directiva. Yo no asumo responsabilidades por la Policía, ella asume sus propias responsabilidades cuando es una operación. Pero a la Universidad de Antioquia, y a todas las universidades públicas, entrará la Policía. Como Jefe del Orden Público, a mí me corresponde, y no me da miedo tomar esa decisión como sí le ha dado a otros. ¿O sea que usted le pone un límite al concepto de autonomía universitaria? El concepto de autonomía universitaria llega hasta donde está el delito. Donde hay delito tienen que estar las autoridades para controlar y capturar a los delincuentes. ¿Qué pasó durante los veintitrés días de cierre para que decidieran abrir? Se consolidaron todas las políticas para que la gente tenga necesariamente el carné, y no ocurra como antes, que cualquiera entraba y nadie sabía dónde estaba ni a qué iba. Antes había una falta de control total; ahora va a haber cámaras de seguridad. Ahora la Policía está totalmente preparada para entrar cuando los terroristas se encapuchen. Ahora van a entrar por los encapuchados, que hacen sus shows allá mostrando su fortaleza. ¿El ESMAD va a permanecer siempre? Muy, muy cercano a intervenir. La Policía dispondrá dónde se hará, pero va a estar muy cerca para intervenir en cualquier momento. ¿Cuál es la opinión que tiene usted de quienes, de manera gremial, se oponen a esas medidas de fuerza? Es que no hay medidas de fuerza; todo lo contrario, medidas de control para combatir a los delincuentes. No hay ni una sola medida de fuerza contra estudiantes, profesores o servidores, todas las medidas serán contra la delincuencia, o sea que no son contra la Universidad. Hay temores en la comunidad universitaria de que la inteligencia que se va a hacer y se ha venido haciendo, el control policial, la vigilancia, pasen el límite de la delincuencia del microtráfico, de lo ilegal, y pase a perseguir o criminalizar el pensamiento y las posiciones políticas de izquierda o diferentes a las del Gobierno. Yo creo que los delincuentes y todos los extremistas tienen que estar muy prevenidos porque van a estar allá las autoridades. Creo que las personas decentes y honorables no tienen por qué tener ningún temor. Pero con seguridad que los delincuentes, los que viven de la venta de estupefacientes y de las ventas ilegales, y los terroristas y los extremistas, creo que tienen que estar preocupados. ¿A qué se refiere específicamente cuando habla de ‘extremistas’? Los extremistas de allá, los que ustedes conocen, los que ustedes ven encapuchados. Los que se disfrazan con uniformes de policía, los que se disfrazan y tienen ropas alternas para poderse cambiar y no los persigan, los que guardan la pólvora allá, los que guardan las granadas artesanales o bombas ‘papa’, los que guardan la metralla. Yo creo que esos no son meros estudiantes, esos son delincuentes. ¿Y la delincuencia paramilitar? A toda la delincuencia, absolutamente a toda hay que perseguirla. No sabía yo que había delincuencia paramilitar en la Universidad de Antioquia; pero muy importante que ustedes la denunciaran. Si se dieran actos violentos, ¿podría ordenarse otro cierre la Universidad? Yo creo que en cada caso el Consejo Superior lo decidirá. Pero yo espero que no haya delincuentes dentro de la Universidad, espero que haya un gran control sobre todo para evitar que sigan haciéndole daño. Yo creo que la gran garantía es que haya una nueva etapa en la Universidad sin ningún tipo de delincuencia: esa es la línea. ¿Cuál es el mensaje que tiene para decirle a los universitarios? Espero que esta sea una nueva etapa de estudio, de formación, de especialización y de investigación. Yo veo el futuro, por lo tanto, yo veo su futuro con mucho optimismo, porque hemos puesto los correctivos y porque tendrá que terminarse una época indigna, en la que la han llamado el principal expendio de estupefacientes de Medellín.

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


Fotografía: Daniela Gómez

20 Desde la U

Ni leyenda rosa ni leyenda negra Entre la fuerza de negro y la fuerza del debate se tambalea la Universidad de Antioquia. De un cierre sin esperanza pasamos a una reapertura con interrogantes.

Gonzalo Medina Pérez gonzalom32@gmail.com

aquel organismo, buscando formular preguntas que dieran lugar a las respuestas deseadas por la instancia de poder, con lo cual ésta se legitimó y se revistió de autoridad para tomar, incluso, las decisiones más arbitrarias contra una institución de o dijo un decano, miembro de una de las comisiones nombradas por el Consejo espíritu democrático y deliberante como es la Universidad de Antioquia. Académico para enfrentar las causas y consecuencias derivadas del cierre de En el caso de tan importante centro de estudios superiores, el tratamiento la Universidad de Antioquia el 16 de septiembre, un día después de que estade su situación ha estado, desde un comienzo, bajo el control del gobernador Ramos llaron manifestaciones contra la TIP- Tarjeta Integrada Personal - la cual se constituyó Botero, presidente a la vez del Consejo Superior, quien también ordenó el ingreso en motivo de protesta estudiantil por considerarla un mecanismo de control de los del Escuadrón Móvil Antidisturbios -ESMAD- al campus y le quitó al Rector la movimientos y actividades públicas y privadas de los alumnos y demás personal de la autoridad que éste tiene en su jurisdicción. No contento con ello, lo invitó a que reaInstitución- y que tuvieron como respuesta el ingreso al campus de la fuerza pública: briera la Universidad, so pena de ver de nuevo al ESMAD ingresando a la ciudad “¿Por qué el Gobernador nos está ganando el pulso en el manejo de la problemática, universitaria. Ésta permaneció cerrada desde el 17 de septiembre, con la fuerza teniendo a su favor cada día que pase cerrada la Institución?”. pública apostada en las distintas porterías, lista para actuar, sin importar que ya El interrogante no sólo nos pone de cara con nosotros mismos como univerno hubiera estudiantes en los alrededores. sitarios, sino que nos invita a desvelar las intenciones que subyacen del lado de la Por eso, sin desconocer la gravedad de lo que sucede en la Universidad, debo administración departamental, cuya actitud poco amistosa hacia la Universidad se ha afirmar que me inspira más desconfianza lo que puede sobrevenir para ella, entre expresado incluso en su renuencia para entregarle a tiempo las partidas presupuestales otras razones por la manera como se ha manejado el problema desde dichos niveles respectivas, tal como lo señaló el rector Alberto Uribe Correa en la reunión que preside poder -en especial externos a ella-. Lo digo partiendo de las múltiples y recudió con los docentes el 18 de septiembre en el Teatro Camilo Torres. De un presupuesto rrentes experiencias mundiales en las que se aprovecha una coyuntura conflictiva aproximado de 450 mil millones de pesos anuales, la Universidad de Antioquia recibe para imponerle a una ciudad, a un país e incluso al mundo entero, un rumbo de del gobierno departamental el 11% -46 mil millones de pesos-. Otro 11% debe aporinspiración autoritaria. La política antiterrorista trazada en 2001 por el gobierno tarlo la Universidad con sus propios recursos, mientras que el 78% restante lo entrega de George Bush, a raíz de los atentados del 11 de septiembre, son prueba fehaciente la nación. Transcurridos nueve meses de la actual vigencia, el Alma Máter sólo ha de ello. recibido de la Gobernación 10 mil millones de pesos. El extraño mundo de subuso La situación que enfrenta la Universidad de Antioquia es tan compleja, que Si bien la Universidad de Antioquia ha sido cerrada en varias ocasiones, ello con sólo pensar en su diagnóstico y tratamiento entran en escena y en contradicción no siempre ha significado el ingreso de la fuerza pública a sus predios. Cito coyunlos distintos agentes académicos, administrativos y políticos, cada uno queriendo imturas como la del 8 y 9 de junio de 1973, cuando fue asesinado por un agente del poner su visión y, al mismo tiempo, la cirugía que debe aplicársele al paciente. Y es DAS el estudiante Luis Fernando Barrientos e incendiado el Bloque Administrativo; precisamente eso lo que ocurre en el momento presente, luego de conocer múltiples o como la de 1980, cuando fue cerrada la Universidad por un periodo largo, pero sin pronunciamientos internos y externos sobre las dolencias que padece el Alma Máter, la entrada de la Policía; o la de 1981, cuando en las afueras de la Institución ocurrió los presuntos responsables de las mismas y también los llamados a salvarla y entregarla el nunca esclarecido atentado contra una monja, cuyo cuerpo supuestamente fue con vida a la sociedad. incendiado; o la de 1987, cuando se desencadenó una serie de asesinatos contra proY si para ello toca desplazar a los estafesores de la Universidad, incluyendo a los doctores mentos e instancias que por ley, conocimiento y Héctor Abad Gómez, Leonardo Betancur Taborda, Pedro Luis Valencia y Luis Fernando Vélez Vélez. A mandato ético deben asumir la tarea de resolver El cierre de la Universidad de Antioquia y el ingreso a sus pesar de la gravedad de tales ataques contra el eslos conflictos de su entidad -léase autonomía-, no predios de la fuerza pública, incluida la amenaza latente de píritu del Alma Máter, no ingresó un solo soldado tiene por qué haber reparos, ya que la causa -o el fin- lo justifica. Es, si se quiere, una reconfigurao policía a sus instalaciones. Frente al ataque aleve nuevas incursiones de ésta, no es otra cosa que el reflejo ción del estilo mesiánico y jerárquico que durany exterminador, proveniente de nefastas alianzas de la actitud del gobernante que quiere darle un tratamiento mafiosas y paraestatales, ella se desangraba sola, te ocho años se impuso en el poder ejecutivo del sin tener quién llegara en su auxilio. Frente a tales Estado colombiano. impositivo a una situación mucho más diversa y compleja que paradojas, pienso en la figura de Subuso, el persoEvaluando el papel de los dos organismos un simple problema de orden público. naje de una tira cómica de El Espectador, el cual máximos de la Universidad frente a la crisis -el se movía en un mundo tan sorprendentemente abConsejo Académico y el Consejo Superior-, me surdo, que con su mirada de asombro apenas podía atrevo a recoger el pensamiento de la Representante Profesoral ante el primero de los organismos: “Mientras el Académico piensa la expresar la incapacidad de la razón para explicarse aquello que ocurría. Universidad, el Superior decide sobre ella con mano dura”. Y diría, además, que no es Por eso es necesario volver sobre el contenido del interrogante del decano de marras, para seguir preguntándome: ¿Por qué no se cerró la Universidad cuando novedad afirmar que esta instancia, con algunas excepciones entre sus integrantes, se asesinaron al director del INER, profesor Hernán Henao Delgado, en su propia alineó con el gobernador Luis Alfredo Ramos en su manejo vertical y excluyente de la oficina del bloque de Ciencias Sociales y Humanas? ¿Por qué no se tomó similar meproblemática del Alma Máter. En su informe a la Junta Directiva de la Asociación de Profesores sobre la reudida cuando ocurrió el asesinato del líder estudiantil Gustavo Marulanda, lo mismo nión del Consejo Superior celebrada el 28 de septiembre, el representante Gabriel Aguque de otros alumnos en distintas circunstancias, siempre dentro de los predios delo Viana afirmó al respecto que el diseño de la consulta respondió a una directriz de universitarios?

L

No. 48 Octubre de 2010


21 El cierre de la Universidad de Antioquia y el ingreso de la fuerza pública, incluida la amenaza latente de nuevas incursiones de ésta última, no es otra cosa que el reflejo de la actitud del gobernante que quiere darle un tratamiento impositivo a una situación mucho más diversa y compleja que un simple problema de orden público, como usualmente se califica lo que sucede en el primer centro de estudios superiores de Antioquia y el segundo del país. Ese manejo simplista y amañado comienza, por ejemplo, homogenizando los problemas que se quieren resolver, en vez de darle a cada uno el carácter respectivo; en un mismo saco se están echando, como si fueran asuntos de policía, la inseguridad, la drogadicción, el microtráfico, la pérdida de autonomía, el cerco financiero que se cierne sobre la universidad pública y la obsolescencia de las normas que regulan su funcionamiento, entre muchos aspectos vitales de nuestra institución. El espíritu reduccionista para enfocar los males de nuestra institución se ha expresado en el contenido de la consulta hecha a la comunidad universitaria, en un pretendido avance de la solución de la crisis institucional, comenzando por la reapertura de la Universidad. Los interrogantes planteados remitían a respuestas obvias: “SÍ”, lo cual denotaba la falta de interés en que se manifestaran puntos de vista plurales sobre asuntos como el uso del espacio público para los fines misionales sin la presencia de la violencia, expendio, tráfico y consumo de estupefacientes y respetando los principios de libertad de expresión, de cátedra, de investigación, de enseñanza y de aprendizaje, temas de las cuatro preguntas formuladas. Con las encuestas y los plebiscitos -como el que realmente se puso a consideración de la comunidad universitaria-, sucede que cuando no están precedidos de un auténtico debate público se aplica el principio aquel de que “el que diseña, gana”. Sin un ejercicio previo de opinión pública, una encuesta deja de ser un instrumento de ésta y se convierte en un fin en sí mismo, o en expresión falseada de esa misma opinión pública. O sea que ganar bajo esas circunstancias significa pasar a imponer las condiciones de la nueva situación, definir unilateralmente las reglas de juego frente al contrario -o enemigo, según se le mire- y perfilar un ambiente político matizado de fragilidades, entendiendo por tal que si ocurre el más mínimo incidente “de orden público”, vendrán medidas severas contra la Universidad. Ello, sin excluir la presencia de la fuerza pública en los alrededores del campus, una verdadera provocación para que explote tan peligroso detonante. Éstas son apenas una parte manifiesta de la actitud autoritaria del Gobernador de Antioquia frente al Alma Máter. Quisiera pensar que este cierre de la Universidad y las medidas adoptadas para resolver sus problemas, den paso a una nueva y esperanzadora coyuntura que contribuya a ventilar sus heridas y sanearlas sin necesidad de practicarle mutilación alguna. Sin embargo, asumo con reservas el nuevo momento, porque siento que hemos vuelto bajo las mismas condiciones existentes el 15 de septiembre. Regresamos sin haber dialogado plenamente directivos y estamentos, en especial el estudiantil, algunos de cuyos integrantes, reunidos en asamblea, fueron despreciados por el gobernador Ramos Botero en la sesión del Consejo Superior del 28 de septiembre, considerando que no representaban el sentir de la mayoría.

Fotografía: Jorge Caraballo

Incluso temo que pueda desencadenarse un periodo más complicado para nuestra Universidad, porque la autonomía de nuestra institución seguirá en vilo, amenazada por factores de poder institucional e ilegal. Por tanto, la reivindicación que debemos levantar es la defensa de la universidad pública, autónoma, libre de la presencia de grupos violentos y de fuerzas policiales que puedan provocar medidas represivas en su contra; una universidad financiada por las distintas agencias del Estado, ajena a presiones o discriminaciones. Alcanzar semejantes conquistas nos exige convertir a la Universidad de Antioquia en tema permanente de opinión pública, más allá de ser hecho noticioso cuando se producen disturbios o enfrentamientos con la policía, como también cuando la publicitamos con una imagen esencialmente amable o positiva. Ni leyenda rosa, ni leyenda negra, esa es la consigna comunicacional y política para lograr que la autonomía y la discusión libre y colectiva se conviertan en la clave que le salga al paso a quienes tienen otras intenciones con el presente y futuro inmediato del Alma Máter. Será ésta la respuesta esperanzadora a la pregunta que, con pleno acierto, formuló el decano protagonista de esta reflexión.

Nada escondemos

Juan Diego Restrepo Toro jdiegorestrepo@gmail.com

“La universidad en esencia es libertad”. Y ese es el espíritu que alentó el ejercicio de andar desnudos por la ciudadela universitaria, para obtener la fotografía de la portada. Un relato en primera persona de uno de los protagonistas.

A

l fin y al cabo somos todos iguales. La poca tensión que hubo en la mañana desapareció cuando, después de salir desnudo del baño del 12, vi que el otro nudista, René Urquijo, profesor en Arte y egresado de la Universidad, se quitó la toalla y el fotógrafo comenzó a disparar. Caminamos, como mi madre me trajo al mundo, por los corredores hasta la portería de Barranquilla donde hicimos las fotos en la entrada, ante la mirada atónita de los vigilantes y la sorpresa de los transeúntes. De pronto ocurrió lo más diciente. Buscamos una foto cerca de la tanqueta, y los hombres del Esmad, pasmados, boquiabiertos, fueron retrocediendo ante nuestros cuerpos, recogiendo los escudos, intimidados abandonaron su posición de firmes. Uno de ellos amenazó quitar la cámara y romperla. Los sentí vulnerables. ¿Estábamos armados nosotros? El resto fue ver las impresiones de la gente, que comentaba, que se reía, que señalaba, a otros ni les interesó, escuché que dijeron “Ahí vienen los de artes, otra vez”, pero todos miraron, conocidos y no conocidos; unos tomaron fotos y grabaron videos que seguramente estuvieron en Facebook esa misma tarde. Hicimos fotos en plena Plaza Barrientos, entre los árboles verdes y naranjas, justo al mediodía. Nos sentamos entre la gente a ver un partido de micro en las escalas de tronquitos. Intentamos posar en medio del juego, pero ambos equipos se asustaron. El árbitro advirtió que tenía que “velar por la seguridad en la cancha y que el balón podría golpearnos a nosotros o al fotógrafo, que tomáramos las fotos pero ellos no jugarían”. Caminamos hasta el 16, ya llevábamos media ciudad universitaria, para fotografiarnos con el Cristo que cae, y luego a Ferrocarril donde hicimos unas tomas con la TIP. Mi compañero nudista dijo que se sentía como si acabara de nacer. Pensé que éramos unos niños sin pudor. Fantaseé con ser yo un Adán, y con que la Universidad fuera el Jardín del Edén, ¿mordiendo alguna fruta me expulsarían? No sentí vergüenza ni miedo. Con excepción de alguna playa nudista de vacaciones fue la primera vez que lo hice, tratando de desprenderme de todo, algún tabú, de las opiniones de los demás sobre textura, tamaño o forma. Sentimos un viento frío que anunciaba lluvia. Tiritamos hasta que nos entregaron las toallas. Cuando volví a la oficina encontré este correo de mi amigo Jaime Gómez: “Nos recordaron que la desnudez nos hace únicos y al mismo tiempo uno solo como humanidad. Que lo que le acontece al otro, nos acontece a todos. Gracias por recordarnos que la Universidad, en su esencia, es libertad”.

Fotografía: Daniela Gómez

Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


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Avanzan, corren, saltan entre los postes, los muros, las calles, las escaleras de la urbe. Les emociona la ciudad de concreto; tienen su propio mapa de Medellín. Son los traceur, los corredores de ese deporte que está en boga: el Parkour.

Eduar K. Salas Burbano eduarsalas@hotmail.com

A diario, las personas de a pie se enfrentan a esta selva de ladrillo engendrada por la modernidad. Cada vez son más los muros que se levantan entre la gente para convertirse en su hábitat, en su lugar de ocio, de aprendizaje, y hasta de guarida para quienes se ocultan entre las mismas construcciones, a la vez que les temen o las atacan. La ciudad se convierte en un sitio gris de diferentes tonalidades: barandas que limitan, que sirven de apoyo, que obstaculizan, que enmarcan sitios en los que la gente del común escasamente incide, por ser rutas obligadas para llegar al hogar, al trabajo, al estudio, a donde quiera que se tenga que ir. Sin embargo, existen quienes dan gritos de emoción, que se sonríen y se excitan al ver esas mismas barandas, muros, escaleras, puentes, y todo lo que en la actualidad conforma una urbe. Hay quienes, con el tiempo, han logrado ver su entorno con ojos distintos, enfocan sus cinco sentidos o formulan un sexto para pintarse mapas mentales que les permitan dejar de andar el mundo como cualquier otro sujeto puede hacerlo, para volar aunque sea por segundos, para burlarse por instantes de Newton, para escaparse por un momento de esta realidad tan aburrida, como lo manifiestan algunos de estos, que podríamos llamar, ciudadanos alternos. Para ellos, la calle es su escenario predilecto; el cemento y el acero, su sitio de recreo. Para un corredor o traceur, por su origen francés, para las mujeres traceuses, el mundo es su gimnasio y el Parkour (PK) es su religión, porque en éste se pone en evidencia la capacidad que tienen el hombre y la mujer de superar sus propias frustraciones, sus miedos, su mundana existencia.

No. 48 Octubre de 2010

El Parkour (o el arte del desplazamiento) es una disciplina o filosofía que nació en Francia (l’art du déplacement) a principios de los años 80. Consiste en moverse de un punto a otro de la manera más rápida, fluida, fuerte y armónica que sea posible, usando principalmente las habilidades del cuerpo. Aunque también se practica en ambientes rurales (en árboles, formaciones rocosas, ríos, etc.), este deporte toma la ciudad, con su ambiente urbano de vallas, muros, rejas, como su principal obstáculo a superar. En Colombia, el PK se practica desde hace diez años aproximadamente, y empezó en Bogotá, lo que convierte a esta ciudad en la más fuerte en este deporte. En el resto del país, en particular en Pasto, Neiva, Cali, y Medellín, ha evolucionado de una manera significativa, dando pie a la formación de grandes exponentes. En la capital antioqueña, el PK se practica desde hace seis años. Y cada vez se suman más seguidores; hoy se tienen 15 grupos consolidados y más de 200 traceurs. Sin embargo, de manera constante se conforman grupos entre los mismos practicantes y, del mismo modo, se disuelven, lo cual dificulta el cálculo de una cifra precisa del número de grupos de PK establecidos en Medellín y el Área Metropolitana. Esta creciente oleada de de jóvenes caminantes y exploradores se toma a diario las aceras, los muros, las escaleras, los parques y todo lo que se les pueda ocurrir para poner al límite sus capacidades físicas y mentales. Diariamente emprenden una carrera con la cual superan sus miedos y le huyen a todos los fenómenos violentos que contaminan y degeneran a buena parte de la juventud y de la sociedad en general. Son cientos de vidas que quieren poner el muro a sus pies.


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Facultad de Comunicaciones Universidad de Antioquia


Fotografía: Jorge Caraballo Cordovez

Familia de recicladores en uno de los dos centros de acopio de Recimed, una de las cooperativas que apoya el Área Metropolitana en todo el Valle de Aburrá. Las proyecciones indican que la cantidad de residuos sólidos que serán aprovechados gracias a esta actividad a diciembre del 2010 será, por mes, de más de 8.800 toneladas.


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