Comunidades Educativas

Page 49

es el responder verbalmente al mencionar la invitación, esto sin duda ha ocurrido con frecuencia en mi experiencia. Y el segundo error, que va de la mano con el anterior, es la falta de un tiempo de silencio dedicado a la reflexión individual, el cual permita profundizar e interiorizar la importante invitación que se ofrece, logrando así una verdadera cercanía con Dios. El decir “Acordémonos que estamos en la santa presencia de Dios” tiene un gran trasfondo. El cual no debemos perder de vista, debido a que es este, el que nos da el verdadero valor y significado al concientizarnos de la constante presencia de Dios en nuestras vidas, y la importancia de que lo reconozcamos.

pretender concientizar a nuestros alumnos de la santa presencia de Dios, si no podemos reconocerlo y ponerlo a Él en el centro de nuestras propias vidas. Así como en cada uno de nuestros alumnos, sin excepciones. Desde el niño más serio, trabajador y amable; hasta el alumno más inquieto, desordenado y con mal carácter. Si bien, personalmente, no me parece que sea una tarea fácil, tampoco creo sea imposible de lograr si se es consciente de que podemos llegar a marcar vidas y tocar corazones cada día; en la mayoría de las ocasiones, sin siquiera saberlo. Desde esta postura, está en nosotros el decidir hacerlo de una manera positiva, o negativa.

Ingrid Delgado Cabral Alumna de tercer semestre de la Licenciatura en Educación Centro de Estudios Superiores La Salle Referencia: Joussin, J. y Salm, L. (2005). Una práctica de nuestra tradición: Cuadernos MEL. Roma, Italia.

Además, me parece muy importante el reconocer que la santa presencia de Dios es un encuentro personal entre la persona y Él. Esto me es muy significativo en el sentido de no esperar que sea igual para todos. Es decir, el hecho de comprender que a pesar de que Dios se encuentre contigo en todo momento, esto no necesariamente significa que logres darte cuenta de su presencia de la misma manera en que lo hizo o lo hace otra persona. La realidad es que al ser repetida a diario esta oración, conforme pasan los días, la verdad es que se vuelve parte de la rutina; se lleva a cabo por mera obligación, y el significado real se va dejando de lado poco a poco. Es decir, se dice verbalmente, más sin embargo no se consigue reflexionarla y menos interiorizarla. Las causas de que suceda esto, en mi experiencia como lasallista, se debe en gran medida a la monotonía con la que se dice. Me refiero a que en un determinado momento, solo se percibe como “palabras” y no como una valiosa invitación a recordar que Dios está aquí. En otras ocasiones, esto podría deberse a la incorrecta implementación de esta oración. Errores de los cuales, hasta hace poco, me eran indiferentes. El primero de ellos

47

reflexionemos


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.