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La etimología de las palabras

una calle de distancia).

Vestido de smoking, pude estar en la primera fila. Tarareando un intenso hard rock.

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Terminada la actuación del grupo de mis amigos músicos, retorné al muy inmensamente exclusivo ágape.

Cual “La aventura de Sofía” –descrita en memorable novela de Paul Claudel–, el “cadenero” no me permitía entrar: “Como que usted huele a mariguana...”, dijo el intento de masculino edecán.

“Vengo de un ambiente donde escuché muy buen rock, no fumo, pero conviví con la banda”, le respondí.

Dio un ligero puñetazo a mis costillas.

Recurrió a mi auxilio el educado padre de la novia.

Después de su disculpa –y de la fiesta–, charlamos del jesuita escolástico André Billy, quien trascendió más como novelista que como religioso ejemplar.

Los vinos fueron mejores que la cena aquella noche. Por cierto.

(Aclaro que no robé el centro de mesa).

Una patrulla de la policía municipal fue el escenario callado para golpear a un ciudadano poblano.

En pleno Centro Histórico de esta ciudad.

Qué triste mi cobardía para tomar una fotografía.

Estaba de frente al set de tan violenta escena, pero...

(A ese grado, somos unos condenados).

Estamos condenados a vivir nuestra Puebla de hoy.

Guardados mejor en la mesa del rincón.

De un rincón que está mejor en una habitación.

Viviendo de una mirada que sabe a amor.

Protegidos de esos condenados.

Siendo nosotros, también, los condenados.

Si conociéramos el significado real de las palabras habríamos evitado guerras, conflictos personales y seríamos una sociedad unida, pero esto no aconteció. Verbigracia: Se decía que el sol giraba alrededor de la tierra y después de mil años nos convencimos que no era así, sino que la tierra giraba alrededor del sol.

Aconteció con la palabra “cristiano”, que generó un circo romano contra los cristianos. En el paso del tiempo se decía que una persona era “comunista” y ni se conocía en su realidad esa palabra.

Se creó la palabra “liberal” y se regó sangre por desconocer el contenido del vocablo; a la fecha dichas palabras han perdido la fuerza de su significado.

Ahora, está de moda la palabra NEO-LIBERALISMO: a ver hasta dónde nos lleva esta palabra que a mí entender solo tiene una dimensión de carácter económica.

Escribir o expresar nuestras ideas o exponer nuestros pensamientos tienen un freno que es, la GRAMÁTICA, misma que ignoramos en un gran porcentaje.

A pesar de ello y tal vez con cierta irresponsabilidad seguimos tratando de ser simples o modestos escritores, situación que tampoco alcanzamos.

Se dice que la gramática nació en la antigua ciudad de Alejandría de Egipto y que dieron origen al helenismo y este a través del griego se difundió, primero en forma verbal y después por escrito, así nace el lenguaje y especialmente el lenguaje escrito que es la piedra angular de la civilización. (Etimología Jurídica de Gerardo Dehesa Dávila).

El significado de las palabras en forma adecuada y cierta se expresa a través de la ETIMOLOGÍA. Con ello le damos vida a la gramática.

Popularmente la gramática es “el arte de hablar y escribir correctamente una lengua”, y es aquí donde nace nuestro proble- ma, pues sólo conocemos parte de la gramática.

La ETIMOLOGÍA es uno de los fundamentos más sólidos de la cultura; con ella conocemos las raíces de las que está compuesta una palabra.

La escritura es el fundamento de la civilización, nos señala Gerardo Dehesa Dávila.

En este caminar es el alfabeto griego la base del desarrollo de la lengua escrita junto con los principios latinos.

En general, la gramática española es muy amplia.

Verbigracia: Conocer la totalidad de sus verbos y su conjugación, sus prefijos y sufijos, y en especial las raíces de las palabras.

Un amigo maldoso me obsequió un libro titulado MORDERSE LA LENGUA de Darío Villanueva, que contiene temas interesantes, especialmente de gramática, seguramente para que me pusiera a estudiar dicho tema.

El autor nos dice en su inicio que todos los idiomas, amén de un número muy elevado de palabras, poseen un repertorio más o menos amplio, de frases hechas; de locuciones verbales paremias, dichos, adagios, refranes, facecias, proverbios o consejos en los que descansa, gracias al transcurso de los años o de los siglos, la sabiduría del pueblo creador y dueño de su lengua.

Debemos tener la sabiduría de “morderse la lengua” también a la hora de utilizar el idioma hablado o escrito.

El autor nos comenta que no solo los hispanohablantes pasamos por ese trance de mordernos la lengua; en inglés to bite one’s tongue especialmente cuando te das cuenta que es una declaración inconveniente. En francés se mordre la langue para los italianos Per morderti la lingua y en muchos países se presenta el mismo fenómeno.

En consecuencia, tenemos que aprender a usar las palabras dándole su verdadero significado.

El libro que se comenta es muy interesante, editado por Editorial Planeta, reimpreso en México.

Algunas palabras muy usuales que hemos escuchado y hasta utilizado.

1. LEKKLESIA. Asamblea.

2. SINECDOQUE. No confundir la parte con el todo.

3. ACTA EST FABULA. Así se informaba en el teatro antiguo el fin de la obra. Pronunció estas palabras Augusto en su lecho de muerte.

4. AGUILA NON CAPIT MUSCAS. Un hombre superior no debe ocuparse de cosas inferiores.

5. ALEA JACTA EST. Palabra que se atribuye a César pronunciadas al cruzar el Rubicón. Significa tomar decisiones arriesgadas.

6. ARS LONGA VITA BREVIS. El arte es largo, la vida es corta.

7. Palabras de Eclesiastés: Lo que fue, eso será. Lo que ya se hizo: eso es lo que se hará. No se hace nada nuevo bajo el sol.

En fin, en la villa del señor hay de todo: cuando la gente está de acuerdo conmigo, pienso que estoy equivocado.

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