El humilladero de la iglesia de Riaza y unos datos sobre la capilla de los Bernardo de Quirós

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El humilladero de la iglesia de Riaza y unos datos sobre la capilla de los Bernardo

Juan Corbalán de Celis y Durán

En el patio o placeta situada frente a la iglesia de Nuestra

ción dentro de una orla en relieve que dice lo siguiente:

Señora del Manto de Riaza, algo retirado de la puerta de entrada y

Este humi

ligeramente desplazado a su izqui-

lladero mandó

erda, se yergue un esbelto y

hacer el licenciado Pedro

proporcionado humilladero, levan-

Muñoz de Belas

tado sobre una plataforma compu-

co como de...

esta por tres gradas cuadran-

fee año

gulares escalonadas, sobre la que se

levanta

un

pedestal

que

Y ya fuera de dicha orla, aparece

soporta un varal en forma de

esculpido el año:

austera columna toscana sobre

1615

cuyo ábaco descansa una cruz la Por

cual, en su tiempo, llevó en su cara

anterior

un

Crucificado,

conservándose en la posterior la imagen de la Virgen, todo ello construido en piedra labrada en cantería. Sobre la cara anterior del fuste

se encuentra una inscrip-

circunstancias

que

no

vienen al caso, llegaron a mi poder una serie de papeles y escrituras pertenecientes a la familia de la Villa1, entre los que se en1

Mateo de la Villa, natural de Madriguera, llegaba a Riaza hacia 1853 como médico veterinario, desempeñando en 1859 el cargo de Subdelegado de Veterinaria del partido de


cuentra un cuaderno manuscrito

En este libro, además de las

forrado en piel de becerro, en el

rentas de dicha capellanía, está

que se recogen los bienes y

anotado el testamento del funda-

rentas que pertenecieron a cierta

dor, que nos aportará una serie

capellanía que había sido fundada

de

por Pedro Muñoz de Velasco.

interesantes, sobre la erección de

datos,

que

creemos

muy

dicho crucero y sobre la Capilla El licenciado Pedro Muñoz, comisario que fue de la Santa Inquisición

en la villa de Riaza,

fue

de

uno

los

hijos

matrimonio formado por Muñoz

y

María

del Diego

Sánchez

de

Velasco, vecinos de dicha villa, de los que sabemos estaban emparentados con los Sanz de Medina Merino y los Bernardo. En sus primeros años había servido de cura en las Iglesia de Sepúlveda y

de los Bernardo y Merino. Como veremos el libro se inicia en 1776 y

están

anotadas

en

él

las

sucesivas Visitas, o revisiones, que el obispo o su correspondiente visitador general

realizaba

periódicamente a la iglesia parroquial de Riaza2. La última visita anotada corresponde a la realizada por el obispo Juan Nepomuceno de Lera y Cano el 18 de junio de 18303.

Pardilla, pasando después a la de Riaza, donde ya permaneció hasta

En la Visita realizada en el año

su fallecimiento, en diciembre de

1776 por el obispo de Segovia

1612.

Juan José Martínez Escalzo, a la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Manto de la villa de

Riaza, siendo posteriormente veteri-nario de Cinco villas. En 1856 se había casado con la riazeña Victoria Sanz Gonzalo, de cuyo matrimonio tuvieron cinco hijos, dos varones y tres hembras. Falleció en Riaza en 1896. Valentín, el mayor de los varones, médico como su padre, casó en 1886 con Petra Carretero Aréstegui, natural de Riaza, hija del abogado y juez de paz Gregorio Carretero Brid de la Cuesta, que sería Diputado provincial. Fue sucesivamente, medico titular de los pueblos de Castillejo de Mesleón, Palazuelos, Tabanero y Pellejeros. Falleció en Segovia en febrero de 1931.

2

Según consta en el libro, la Visita correspondiente al año 1815 era realizada por mi deudo el obispo Isidoro Pérez de Celis. 3 En la anotación de esta Visita se dice que el obispo proveyó cierto auto, “continuando su santa personal visita de la Parroquial de esta villa de Riaza, así lo mandó y rubricó por no poderlo firmar, en dicha villa a diez y ocho de junio de mil ochocientos treinta por ante mi su infrascripto Secretario de Cámara”, lo que corrobora la noticia de que en aquellas fechas el obispo ya se encontraba enfermo.


Riaza,

encontraba que todas las

Capellanías y las memorias de

términos se encontraban, anotando sus linderos y cabidas.

misas de ellas, se encontraban anotadas en dos pequeños libros que ya se encontraban completamente escritos, sin que se pudiesen seguir anotando en él ninguna otra nueva fundación ni relación detallada de sus fincas

y títulos

de propiedad, y deseando que todo ello se tuviese presente para las siguientes visitas, con el fin de evitar los perjuicios que con el paso del tiempo pudiesen originarse ante la falta de estos datos, mandaba a todos los capellanes y administradores de dichas Capellanías, que pasados seis meses de la notificación de este mandato, que el cura les haría saber,

Humilladero frente a la iglesia de Nuestra Señora del Manto

cada uno de ellos habría de Como los títulos de perte-

comprar un libro empergaminado y de buen papel, que habría de

nencia

numerar, colocando en su prime-

encontraban dispersos, mandaba

ra página, copia de este mandato,

que cada capellán y demás per-

y anotando

la escritura de fun-

sonas a quienes correspondiese,

dación de la Capellanía corres-

los recogiesen de aquellos que los

pondiente y una memoria de

conservasen, y los depositasen en

todos los títulos de pertenencia,

el archivo de la iglesia, de donde

con la fecha y ante qué notarios

no habrían de salir, sino para lo

fueron otorgados, así como rela-

preciso, y en este caso solo se

ción de sus fincas y en qué

entregarían previo recibo expreso, que

de

las

queda-ría

dicho archivo.

Capellanías

depositado

se

en


Siguiendo con su Visita, el 30

Capellanía tenía doce fincas, en el

de diciembre de dicho año 1776,

lugar

revisaba la Capellanía que había

extensión total de algo más unas

fundado

Pedro

18 obradas, y trece censos por

Muñoz, cuya relación de fincas ya

valor todos ellos de 7.186 reales

estaban anotados en anteriores

de principal, que le rentaban anu-

Visitas, figurando dicha relación

almente 212 reales 21 mara-

en el libro becerro sacado en el

vedíes.

el

comisario

de

Pardilla,

con

una

apeo que se había realizado en el año 1756, según testimonio dado en aquel año por Alonso Sánchez Badillo, escribano del partido de la villa de Montejo. Sus misas se hallaban

reducidas

a

cuarenta

cada año, más tres aniversarios cantados, que según declaraba Juan de Hernán Martín Fernández, su poseedor4, estaba todo cumplido hasta el día de todos los Santos de este presente año. El obispo lo daba por bueno y mandaba

que

dicho

capellán

continuase con su puntual cumplimiento de misas, y que cuidase de que las fincas estuviesen bien administradas, y que sus censos

En 1779 el capellán Juan de Hernán Martín anotaba en el libro de su Capellanía, el testamento que había otorgado en Riaza su fundador, Muñoz

de

el

licenciado

Velasco,

Pedro

clérigo

y

presbítero que había sido en esa villa.

La escritura, que autentifi-

caba Francisco Gómez Medina y Rodríguez, escribano del cabildo de la villa de Riaza y notario público, venía a decir lo siguiente: El 10 de diciembre de 1612 se presentaba ante Fabián Gómez, alcalde

ordinario

de

la

villa,

Miguel Hernández González, vecino de la misma, y comunicaba que, por cuanto el licenciado

se pagasen al debido tiempo.

Pedro Muñoz de Velasco, clérigo, Según testimonio de dicho notario 4

Sánchez

Badillo,

esta

Fue el más longevo de todos los capellanes, estando en posesión de dicha Capellanía durante 64 años, desde el 3 de agosto de 1733 en que se le proveyó, hasta el 16 de julio de 1797 en que falleció.

presbítero, comisario del Santo Oficio de la Santa Inquisición, había fallecido el pasado sábado, día 8 de este mes de diciembre, día de Nuestra Señora de la Concepción, y había dejado su


testamento sellado,

escrito, que

cerrado

era

el

y

que

presentes en el otorgamiento del testamento.

A

la

vista

de

lo

presentaba, y como aquel lo había

declarado, el alcalde mandaba al

nombrado su albacea, pedía que

escribano Juan de Ontiveros, que

se

dicho

se encontraba presente, que lo

testamento para que se cumpliese

abriese, leyese y publicase, el

y ejecutase lo que en él había

cual seguidamente quitó los hilos

dejado dispuesto.

y el sello que lo cerraban y tras

abriese

y

publicase

desplegarlo dio lectura al testaCon el fin de autentificar la

mento.

escritura en la que figuraba el testamento, daba su testimonio el maestro

de

Muñoz mandaba que su cuerpo

Andrada, vicario y vecino de dicha

fuese sepultado en la iglesia de

villa, de cuarenta y siete años de

Nuestra Señora del Manto, en la

edad, y decía que fue uno de los

Capilla Nueva que había hecho su

testigos que se encontraba pre-

sobrino Iñigo de Vallejo y

sente cuando el difunto otorgó

herederos de Juan Bernardo. Se

dicho testamento,

que sabemos

había de hacer para su sepultura

fue el 17 de marzo de 1610, el

una lápida cincelada con una

cual se encontraba entonces en

figura de clérigo, con una leyenda

su sano juicio y entendimiento

alrededor

natural, y que era el mismo que

figurase su nombre. Quería que

ahora se le mostraba, y que así

esta lápida estuviese levantada

mismo sabía que había fallecido

del suelo como media vara, sobre

dicho día porque, como vicario, lo

dos piedras, y arrimada a la pared

había enterrado en la iglesia de

donde estaba el cajón de los orna-

esta villa. Declaraban también,

mentos de dicha Capilla.

afirmando

Pedro

lo

Gallego

En dicho testamento, Pedro

anterior,

Andrés

González, cura propio del lugar de Riofrío, Gaspar García Pajares, Luís del Río, y Bautista Sanz, todos ellos vecinos de la villa de Riaza, testigos que habían estado

de

ella

en

la

los

que


Después de dejar dispuesto el acompañamiento a su entierro, las misas, aniversarios, y otras disposiciones pías, mandaba que de tres casas y solares que tenía en el barrio de la calzada de esta villa, se hiciesen dos casas, para que

viviese

en

una

ellas

el

capellán de la Capellanía y en la otra un pariente suyo, el más cercano, aquel que dichos capellán y patronos quisiesen, las cuales quedaban incorporadas a

Capilla de los Bernardo Una

imagen

de

la capellanía y a cargo de ésta,

Nuestra

Señora que él tenía, quería que se colocase en la pared de la Capilla, y cincelado sobre dicha pared mandaba

que

se

pusiese

un

rotulo donde constase que dicho testados

se

encontraba

allí

enterrado, y que así mismo se indicase

en

dicho

rótulo

que

dejaba fundada en dicha Capilla una capellanía perpetua, haciéndose todo ello según el parecer del

alcalde

Miguel

Hernández

González, el cual debía contar con el parecer y aprobación de sus sobrinos. Dejaba el cuidado de su sepultura a sus sobrinas doña María Vallejo y doña Marina Muñoz.

dejándole también unos prados y huertos que tenía junto a las casas.

Dejaba

cuatro

ducados

para cada una de las iglesias en las que había servido de cura, la presente de Riaza, la de Nuestra Señora de la Peña de la villa de Sepúlveda y la iglesia de San Juan del lugar de Pardilla5, así como seis ducados a la capellanía del lugar de Riofrío, para su fábrica y ayuda de su renta. Legaba ciertos bienes a sus sobrinas; Marina, mujer de Gaspar García Pajares, y María, viuda de Pedro García la 5

En Pardilla, jurisdicción de la villa de Montejo, poseía un par de casas en la plaza, una de ellas comprada a los herederos de Sebastián Fernández, cura que había sido de dicho lugar, las cuales dejaba dispuesto que se vendiesen para aumentar la renta de la Capellanía.


Gala, hijas de su hermana María

Nombraba por capellán de la

Muñoz.

misma a su sobrino Gaspar Muñoz

A la iglesia de Riaza le legaba seis libros que tenía “que llaman la glosa de Hugo Cardenal”6 los cuales se había de poner en la iglesia, en el lugar que eligiesen sus testamentarios, cada uno con su cadena, para que pudiese estudiar en ellos el que quisiese, siempre que de ninguna manera saliesen de dicha iglesia. Los demás libros que tenía se los dejaba a su sobrino Gaspar de Vallejo, hijo de Amador Sanz de Medina y de Juana Muñoz Vallejo, vecinos que fueron de

Villa-

cadima.

suceder un hijo de Gaspar García y de su sobrina Marina Muñoz, y después, si no fuese posible, un hijo

dejaba

escrita

formalmente la fundación de la

de

su

sobrino

Amador

Sánchez de Medina y de doña María Bernardo su mujer, vecinos de Riaza, y después un hijo de Diego Sánchez Cadima y de doña Ana Muñoz de Medina, su mujer, vecinos del lugar de Villacadima, y seguía con otros llamamientos. A cargo de dicha capellanía dejaba fundados tres aniversarios, cuyas misas se celebraría los siguientes día: una en Junio, el día de San Pedro,

En otras de las cláusulas de su testamento

de Vallejo8, al que habría de

en

conmemoración

del

apóstol Santiago, otra en Julio, el día de dicho Santiago, en la que se rezaría por él y los suyos9, y la

mencionada capellanía, que instituía

en el Altar mayor, o en el

altar de la Capilla Nueva, allí donde fuese sepultado su cuerpo7. 6

Hugo de San Caro (+1263), cardenal de Santa Sabina. Quizá se trate de la Opera omnia in universum Vetus et Novum Testamentum, que fue difun-dida en numerosas ocasiones desde el siglo XV hasta el XVII. 7 Al margen de la copia de esta escritura que estamos relatando, que según vimos estaba hecha en 1776, figura la anotación: “fundación de la Capellanía sita en la capilla de los Merinos”, apellido que como vemos llevaba uno de los

Patronos que dejaba nombrado para la capilla. 8 Dejaba ordenado que todos los capellanes tuviesen la obligación de servir personalmente dicha capellanía, excepto su sobrino, “considerando las razones que le asistían para no poder hacerlo así”, con lo cual le relevaba de dicha residencia con tal de que diese a decir las misas y aniversarios que había que celebrar en ella a otro presbítero. También dejaba dispuesto que los capellanes, a ser posible, debían ser nacidos y bautizados en la villa de Riaza. 9 Nombraba por Patronos perpetuos a Miguel Hernández González y a sus hijos y descendientes, y a doña María Vallejo, viuda de Roque Gallego de Andrada, y a su hijo Roque, y a Amador Sánchez (o


tercera

en

agosto,

el

día

la

Crucifijo

y

a

la otra

Nuestra

Inmaculada, en conmemoración

Señora. Quería que se hiciese

esta vez de San Frutos. Quería y

según el modelo y traza del

era su voluntad que el primer día

humilladero que estaba junto a la

de

Resurrección,

ermita de San Juan de esa villa, y

estando reunido todo el pueblo,

que a ser posible fuese mejor y

se

cómo

más alto10. Se había de colocar a

había dejado él fundaba esta

la entrada de la puerta principal,

capellanía de cuatro misas cada

a mano derecha, según se iba de

semana perpetuamente, para que

la plaza al cementerio, junto a

todo el mundo supiese si se

donde estaba la Cruz. Pedía a sus

cumplía su mandato y que en

testamentarios

caso contrario, diesen cuenta de

humilladero se grabase un letrero

ello al ordinario. Para después de

en el cual se dijese que él lo

su muerte dejaba ordenado que

había mandado hacer. Todo lo

se le dijesen trescientas misas,

cual

repartidas entre la villa de Riaza,

después, levantado el crucero que

Sepúlveda y Ayllón.

todavía hoy en día podemos ver

Pascua dijese

de

públicamente

llevaron

que

a

en

dicho

término

poco

en la placeta que hay frente a la En otras de las cláusulas de su

iglesia de Riaza.

testamento mandaba y era su voluntad

que

se

hiciese

un

Como vimos, había dejado

humilladero de piedra, muy bien

ordenado ser enterrado en la

hecho y bien acabado, con su

capilla que hacía pocos años

cruz, y que en una parte de ésta

habían

estuviese representado el santo

hijas y

mandado

construir

las

herederas del tesorero

Juan Bernardo de Quiros y de Sanz) de Medina y Merino, vecinos de Riaza, y a Diego Sánchez Cadima y doña Ana Muñoz de Medina, su mujer, vecinos de Villacadima, y a Gaspar García de Pajares y Marina Muñoz, su mujer, vecinos de Riaza, a todos ellos, y a sus hijos y descen-dientes. En caso de que quedase agotada la descendencia nombraba por Patrono al Ayuntamiento de la villa de Riaza. En 1701 eran patronos los dichos Amador Sanz Merino y Roque Gallego, en 1758 lo era Clemente Sanz Merino.

doña María Sanz de Medina, vecinos que habían sido de la villa de Riaza; Felipa, casada con el teso10

Como se puede apreciar si observamos ambos humilladeros, estos son muy similares entre sí, diferenciándose tan solo por el pedestal que se le hizo al de Muñoz con el fin de hacerlo algo más alto.


rero Iñigo Vallejo; María, que en el

Merina, y de los demás Patronos y

momento de la fundación era

de sus descendientes y linaje, no

viuda de Luis Cuellar, todos ellos

para vanidad ni humana demos-

vecinos de Riaza; e Isabel, casada

tración,

con el tesorero Diego Hernández

honrar a los que de nosotros vini-

González, vecinos de la ciudad de

eren, y la afección y voluntad que

Segovia.

tenemos a las cosas del servicio

sino

para

incitar

en

de Nuestro Señor, y para que ellos En

1592

se

les

concedía

licencia para que pudiesen fundar una capilla, bajo invocación de Nuestra Señora, y una capellanía

las aumenten, y para que así mismo conste ser nosotros señores y fundadores de dicha Capilla11”.

de tres misas semanales perpetuas, una de ellas de réquiem, el

En ella serían depositados los

miércoles, por ser este el día en el

restos de Juan Bernardo, que se

que había fallecido Juan Ber-

encontraban

nardo. La construirían junto a la

iglesia parroquial de San Julián,

capilla mayor, a la parte del

en la ciudad de Salamanca, y los

evangelio, donde estaba el altar

de su mujer, que estaba sepulta-

de

da en la iglesia de Riaza.

San

Juan.

Para

edificarla

enterrados

en

la

abrirían el paño sobre el que se Al licenciado Pedro Muñoz,

encontraba dicho altar, y quitarían un estribo de la capilla mayor, tomando parte del cementerio que se encontraba tras ese muro. Tendría dos puertas, con sus rejas, una en dicho paño, recayente a la nave de la iglesia, y otra que se abriría a la Capilla mayor, para que se pudiese ver el Altar mayor. Pondrían en ella “altar y sepulturas e insignias y armas de

que entonces era el vicario de la villa, se le comisionaba para que llevase adelante los trámites que se necesitaban, tanto de dación de

fianzas

para

asegurar

ejecución de la obra, como las demás escrituras de la dotación de la capellanía. Entregaron para dicha dotación 60 obradas de tierra, en el término de Riaza, y

dicho Juan Bernardo de Quirós, y las de su mujer doña María Sanz

la

11

Archivo Histórico Nacional. Nobleza. Baena C.71, D.220-226


dos

censos

anualmente anuales,

que

rentaban

7.500

además

maravedís de

lo

que

rentaban las tierras de panizo.

parroquia,

en

el

archivo

de

que

solicitaría

copia en 1624 Amador Sanz de Medina y Merino, entonces Patrono de la Capilla.

Todo el expediente quedó depositado

del

la

Humilladero frente a la ermita de San Juan


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