Una mirada histórica a los Vallterra a través de "la casa del baró" de Torres Torres

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BRAÇAL

Núm. 54

2016

Una mirada histórica a los Vallterra a través de la casa del baró de

Torres Torres

Juan corbalán de celis y durán

Introducción

E

n Torres Torres, la tradición oral llamaba casa del baró a un viejo y ruinoso caserón que se encontraba a la entrada de la población, frente a la actual Plaza de la Iglesia, sin que se supiese, ya a finales del pasado siglo, el porqué de tal denominación, la cual tal vez sería por su puerta dovelada, que se abría sobre lo que parecían los restos de una antigua torre, que se decía era “del tiempo de los moros”. En los años ochenta, del pasado siglo, tras haberse pensado en su derribo para poder desviar por su solar la carretera general, que ya entonces había dejado de ser una fuente de vida para el pueblo y lo martirizaba diariamente, se encontraba casi

Fig. 1 Casa del barón de Torres Torres.

Fig. 2  Planta baja.


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arruinada y con una docena de herederos que hacía prácticamente inviable su conservación. En este tiempo se vendía la casa, y la compraba su actual propietario con la intención de rehabilitarla. Tras la toma de contacto con el inmueble para iniciar los primeros estudios para su rehabilitación, los sillares de sus muros, el portalón de entrada, los restos de cerámicas, capiteles, alfarjes de techos y carpinterías encontrados en su interior, nos indicaban que estábamos ante una casa construida al menos durante el siglo XV, con posteriores reformas que se alargaban hasta el siglo XIX, como posteriormente se documentaría. Estos restos nos hacían pensar que seguramente estábamos ante la habitual casa de la señoría o casa del barón —de ahí la tradición oral— de las que quedan numerosas muestras en estas baronías del Camp de Morvedre. De la simple praxis profesional, que nos llevaba a intentar conocer, al menos, el desarrollo constructivo del edificio, se pasaría a un interés por recabar mayor información que nos llevase a conocer la historia de la familia que la debió ocupar durante siglos: los barones de Torres Torres en general, y la familia Vallterra en particular.

Fig. 3  Casa del barón de Quartell.

Fig. 4 Casa del barón de Albalat.

Fig. 5 Casa del conde de Faura.

Fig. 6 Casa del barón de Benifairó.

En 1987 la edificación estaba formada por una torre de dos alturas, desmochada, que daba a la plaza, por la que se accedía al interior de un patio enlosado con grandes piedras de rodeno y cantos rodados; por un cuerpo de edificio adosado a ésta de


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tres alturas; y restos de otro edificio en el interior de dicho patio, con sus fachadas recayentes al huerto colindante. en esta última edificación se apreciaban claramente signos que indicaban que como mínimo tuvo dos alturas. La parte más antigua corresponde a la torre y a los restos del interior. El edificio adosado tiene las dos primeras plantas, la parte más antigua, construida con gruesos muros de mampostería, y la tercera, de época posterior, de muro de tapial encofrado con cañas, que se albanó en su día sobre las existentes. Elevación que veremos debe corresponderse con la andana para la cría de gusanos que citaba Beatriz Vallterra en su testamento de 1622. De estas tres plantas, la primera recayente al patio, que tenía un largo pesebre adosado a sus paredes, que nos indicaba su uso como caballerizas, estaba sin solar, y se había convertido en un semisótano al haber quedado por la parte correspondiente a la fachada bajo el nivel de la carretera actual. Los huecos cegados existentes en esta pared nos indicaban que en otro tiempo estuvieron abiertos a la calle. En la segunda planta, donde se desarrollaba la vida diaria, se encontraban un par de estancias, una gran sala con su fuego a tierra, y una habitación con su alcoba. Se encontraba en parte­ solada con losetas de barro del tipo 20 x 20 cm en un pésimo estado, alternadas de manera indiscriminatoria con algunas piezas de azulejos cerámicos de los siglos XV-XVIII, estando el resto solado con losetas hidráulicas de diferentes tipos, resultantes de piezas recuperadas de algún derribo. Desde esta planta se accedía a la andana, con solado de tierra, y a la terraza de la torre. La torre, por los restos de huecos tapiados encontrados en su interior, en las fachadas correspondientes al cuerpo de tres plantas adosado a su izquierda, y en la actual medianera con el edificio adosado a su parte derecha, parecía que estuvo en un principio exenta. Además por los huecos que se apreciaban en el muro que hacía de antepecho de su terraza, se apreciaba que contó como mínimo con una altura más. Su base está formada por dos gruesos muros laterales de un metro de espesor a base de grandes sillarejos, sobre los que se apoya una bóveda de cañón rebajada que presenta su

Fig. 7

El portal de entrada a mediados del siglo pasado.

Fig. 8  Patio interior.


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vuelta­ y encofrado­ visto a base de ladrillos cerámicos. El muro de fachada, algo más ligero, está abierto por un arco de medio punto formado con grandes dovelas de sillería, estando el extradós de dicho muro, hasta la primera planta, formado con sillería a base de piedra caliza azul de la zona. El muro posterior, abierto por un gran arco rebajado a base de grandes sillares de piedra de rodeno, ya es todo él de mampostería ordinaria. La primera planta de la torre presentaba al exterior un hueco con un balcón de época muy posterior, seguramente de la reforma que se le hizo en 1774. El edificio que había en el interior del patio, del que sólo quedan dos muros en esquina que servían de pared de cierre de dicho patio, tuvo dos alturas, la primera con unas pequeñas ventanas recercadas por sillares, y la segunda con dos grandes ventanales también recercados con sillería de piedra azul, en la que se aprecia el rebaje efectuado para la colocación de los marcos. Todos estos huecos, hoy tapiados en parte, estaban abiertos al huerto. Entre este edificio y la torre discurre un muro en medio del cual se abría el portalón de acceso al huerto colindante, que estaba rematado con una graciosa cornisa a manera de álabe formada por hiladas de ladrillos a tizón y ajedrezados­. Se encontraron restos de un solado, con un par de tipos de azulejos, en dos huecos abiertos en sus muros exteriores, que se encontraban cegados. El umbral de uno de dichos huecos estaba solado con losetas de cerámica azul de Manises, colocadas una junto a la otra, el dibujo de las cuales está formado por 16 cuadros divididos cada uno de ellos por sus diagonales y pintados, alternativamente, los triángulos resultantes de azul, datadas en el último tercio del siglo XV. Otro de los mencionados solados estaba formado por alfardones bizcochados y piezas centrales de losetillas de

Fig. 9  Azulejo gótico.

Fig. 10  Azulejo gótico.


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azulejo también de Manises, de barniz estannífero decoradas en azul cobalto representando el esquema de una flor, datados a finales del siglo XV1. La sala que había en la segunda planta, tenía una chimenea a tierra que se usaba también para cocinar, que fue añadida posteriormente, pues se encontraba adosada a un gran ventanal que se cegó en su día. El humo de esta chimenea, y el haberlo dejado al descubierto, preservó el artesonado de madera que tenía esta parte de la casa, no sucediendo igual con el resto del mismo que al irse deteriorando, ocultaron bajo un falso techo de cañizos, lo cual unido a la humedad que penetraba debido al abandono de sus fachadas y cubiertas, aceleró su proceso de podredumbre y facilitó el ataque de xilófagos, que lo hicieron prácticamente irrecuperable.

Los Vallterra y su casa de Torres Torres La baronía de Torres Torres, tras un primer intento fallido de donación en 1240, sería cedida por el rey Jaime I a Bertrán de Bellpuig en 1271, con la obligación que durante el resto de su vida, habría de tener su residencia en el reino de Valencia, y así mismo, tras su muerte, habría de hacerlo uno de sus hijos varones. La familia Bellpuig y sus descendientes habitaron esporádicamente2, durante siete generaciones (1271-1445) el fuerte y vetusto castillo ante el cual, hacía ya más de dos siglos, habían acampado las huestes del Cid a su paso hacia la ciudad de Valencia3. Punto de parada y descanso en el camino de Valencia hacia Aragón, bajo sus muros se resguardaría en 1348 Pedro IV huyendo de la epidemia de peste que azotaba la ciudad de Valencia y más tarde en 1365 lo haría, al menos en un par de ocasiones documentadas, a su paso hacia Segorbe, después de la participación de los musulmanes de la zona a favor del castellano Pedro el Cruel. En octubre de 1395 Pere de Prades, primogénito de Sancha Ximénes y de Joan de Prades, fallecía en Torres Torres, lugar donde se encontraba residiendo con su madre que en estas fechas, como indicábamos, ya debía estar separada de su marido. En 1445 el caballero Joan (II) de Vallterra, señor de Castellmontán, hijo de Joan (I) Sánchez de Vallterra y de Francesca de Blanes4, les compraba la baronía de

1 GONZÁLEZ MARTÍ, Manuel. Cerámica del levante español: siglos medievales. Tomo II Alicatados y azulejos. Edit. Labor, Barcelona, 1952. 2 De todos ellos, sabemos que Sanxa Eximenis d’Arenós, condesa de Prades, hija de Timborg de Bellpuig­, huyendo de su marido, del que se había separado, estuvo refugiada en Torres Torres durante diez u once años seguidos, hasta que temiendo que su marido fuese a llevársela, se refugió en Valencia. IZQUIERDO MOLINAS, Eva. “Un testimoni sobre la vida de Sanxa Ximenis d’Arenós i sobre l’origen del Llibre de les Dones” Capllettra 48, Revista Internacional de Filología, Valencia, 2010. Fallecía en junio de 1416, y el rector de la parroquia de San Juan del mercado, en pleito con las monjas de Santa Clara por el pago de derechos de funerales y sepultura decía, en agosto de dicho año, que fue parroquiana suya durante quince años, pues tenía su casa mayor cerca de dicho monasterio, lo que nos indica que salió de Torres Torres hacia 1401, y había estado habitando en dicho lugar aproximadamente desde 1390. ARV. Gobernación, 2216, mano 24, fol. 14 y mano 26, fol. 3. 3 BEUTER, Pere Antoni. Primera part de la Història de València. (1538). Generalitat Valenciana, 1995. Sobre el paso del Cid por Torres Torres ver BONILLA Y SAN MARTÍN, Adolfo. Gestas del Cid Campeador. Boletín de la Real Academia de la Historia, Madrid 1911. 4 Hijo de Joan Sánchez de Vallterra, nacido hacia 1371 en Segorbe, hijo a su vez, dato inédito hasta hora, de Iñigo de Vallterra, obispo de Segorbe-Albarracín, y de Espanya de Tovía, culta dama segorbina.


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Torres Torres. En aquel tiempo era procurador de los condes de Prades, los cuales, con el fin de descargarse de algunos de los numerosos censos que soportaban, y de procurarse dineros para proseguir los pleitos sucesorios que mantenían, andaban vendiendo sus posesiones en el reino de Valencia. Los Vallterra, influyente familia de Segorbe, al menos desde el primer tercio del siglo XIV, habían trasladado su Casa mayor a la ciudad de Valencia en 1405, comprando la casa que había sido de Ramón de Riusec situada in capite scilicet platea vulagariter numcupate dels predicadors5. Esta sería la Casa solar de los Vallterra hasta 1812 en que, por orden del mariscal Suchet, era derribada, junto a otras, para formar la Glorieta, frente a la entonces fábrica de tabacos.

Fig. 11  El Castillo visto desde el camino de Aragón.

En Torres Torres, a diferencia que en las demás baronías, donde las casas del señor territorial se construyen o amplían a lo largo de los siglos XV-XVI6, el señor no dispone de tal casa, pues cuenta con un espacioso castillo, donde va a residir, aunque de manera no permanente, junto a su amplia familia y servidores. En el castillo se reunirá­ el Consell general, estará situada la prisión, se encerrará el ganado en su amplia barbacana, y se guardarán los granos y frutos provenientes de las rentas

5 ARV. Real Audiencia, Procesos, legs 30 y 369. 6 Actualmente todavía se conservan, unas en mejor estado que otras, la de los Ferrer en Sot; Aguiló en Petrés; Blanes en Albalat; Proxita en Benavites…


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señoriales­. Los Vallterra lo estarán ocupando hasta mediados del siguiente siglo XVI, tiempo en el que seguramente los costes de reparación y mantenimiento del mismo se van haciendo­ insostenibles y deciden trasladarse a una casa en la que poder estar más cómodamente las temporadas que pasan en Torres Torres, o pernoctan en este lugar en su paso hacia la baronía de Castellmontán. De las pocas obras que tenemos documentadas del castillo están las que se realizan en 1514, año en que el joven Joan (V) de Vallterra, hijo de Joan (IV) de Vallterra y Cubella del Milá, el cual, con apenas catorce años de edad firmaba capitulaciones matrimoniales con Ángela de Centelles7, obteniendo con ello una importante dote con la cual, tras pagar la que se le debía a su madre Cubella del Milá, se hacía cargo de la baronía. Su suegro, que había sido nombrado su tutor por el propio monarca, decide construir unas estancias para mejorar las condiciones de habitabilidad del castillo, y exige que sus vasallos de Torres Torres, Algimia y Alfara contribuyan a las obras. Estos se niegan alegando que sólo están obligados a contribuir en las obras tocantes a las reparaciones de murallas y aquellas que fuesen necesarias para su conservación, y que éstas que se quieren realizar no son necesarias, pues sin dichas estancias se puede habitar el castillo, como lo han hecho los anteriores señores. Santángel les replica que “con dichas estancias el castillo será más cómodo de habitar, y en tiempos de necesidad se podrá acoger en él a más gente”. No sabemos si se llevarían a cabo estas obras de mejora, pero el caso es que a mediados de este siglo XVI, Joan de Vallterra, decide no alojarse en el castillo, y busca en el pueblo un solar, o una casa, donde trasladar su residencia. Elige para ello un lugar en la parte baja del mismo, en la placeta existente a la entrada al pueblo por el portal de Valencia, junto al huerto que los señores poseen desde tiempos de la donación de la baronía, cerca del puente por el que el viejo camino real atravesaba la acequia mayor. Ocupado este punto por otras casas, y no habiendo solar disponible, comprará la casa y huerto que tenía el notario Jaume Vilar lindante con el mencionado huerto del señor. Esta casa quizá se encontrase entonces medio arruinada, ya que su propietario por ciertas desavenencias que había tenido con don Joan, hacía ya años que se había visto obligado a marcharse de Torres Torres, trasladando su residencia a la ciudad­ de Segorbe8. A la familia Vilar la encontramos en Torres Torres al menos desde­ 1380, año en que es bayle de la baronía Lorenzo Vilar. En 1429 compraba una casa que lindaba por una de sus partes con Gil Adzuara. La casa que comprará en 1551 Joan de Vallterra, que había sido de Jaume Vilar, lindaba por una de sus partes con Berenguer Adzuara. El saber que la casa era de Vilar y esta otra coincidencia de

7 Las capitulaciones matrimoniales entre Joan y Ángela, hija del escribano de ración Jaume de Santángel y de Francisca de Centelles, hija natural del conde de Oliva, se habían firmado en Logroño en diciembre de 1510. Ella aportaba una dote de 150.000 sueldos. 8 En 1495, Jaume Vilar, notario que había sido del consell al menos desde 1487, entonces ciudadano de Segorbe, se quejaba ante la gobernación de Valencia y decía que hacía ya más de dos años que se había desavecindado del lugar de Torres Torres y era vecino de Segorbe, y tenía una casa en dicho lugar, y el señor del mismo, sin causa ni razón alguna había entrado en ella y le había cogido todo el trigo y el vino que guardaba en ella. El gobernador ordenaba a don Joan que le restituyese todos los bienes que le había cogido. ARV. Gobernación, 2399, mano 6, fol. 14.


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apellidos en los linderos, nos hace aventurar que la época de construcción de la casa podría datarse al menos en el primer tercio del siglo XV9.

Fig. 12  Alzado principal.

Don Joan (V) ocupará la casa y realizará en ella diversas obras con el fin de acondicionarla como correspondía al señor territorial, aunque la utilizará tan sólo temporalmente, residiendo normalmente en ella el bayle de la baronía, y también en ocasiones el arrendador de la misma. En la baronía perdurará en el tiempo el comentario que se hacía respecto a la nueva casa, de la que se decía que “el señor don

Fig. 13  Alzado al patio interior.

9 El 18 de mayo de 1429 Toda Beruela, vecina de Segorbe, reconoce a Llorens Vilar, presbítero, comorante en Torres Torres, que por mano de su hermano Joan Vilar, ha recibido 220 sueldos precio de una casa que le vende situada en Torres Torres, lindante con casa de Antón Monreal, casa de Gil de Adzuara y calle pública. Se vendió ante el notario de Torres Torres Antón de la Sarça. Archivo Catedral de Segorbe VI-7, Protocolo not. Blas de Xulve.


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Joan la había hecho levantar tan solamente para poder hospedar en ella a los duques de Segorbe­ cuando pasaban por la villa en su camino a Valencia, por lo incómodo que era subir al castillo donde los señores vivían, y que dichos duques no tuviesen el trabajo de tener que subir tan alto10”. Comentario, que sabemos no era cierto, pero trataba de resaltar la importancia de los señores de Torres Torres, que al igual que algunos grandes nobles de la época se permitían esos grandes dispendios tan sólo para halagar a su señor. A finales de julio de 1551 don Joan (V), ante la próxima celebración del enlace matrimonial que su segundogénito Vicente iba a contraer con doña Margarita de Ribelles, le hacía donación de esta casa y ciertas tierras que tenía en la villa de Torres Torres11. Decía que la casa era suya propia, es decir no estaba vinculada12, y se encontraba situada en el camino mayor, contigua a un huerto que pertenecía a la misma, y que parte de este huerto y la propia casa antiguamente habían sido de Jaume Vilar, añadiendo que la había Fig. 14  Artesonado del vestíbulo del Palacio de Alaquàs. hecho reedificar, y que ahora a dicha casa la llamaban la casa bayxa e hort del senyor. En mayo del siguiente año 1552, ante un nuevo enlace que esta vez va a contraer su primogénito Joan (VI) con doña Francisca de Aragón, hija del conde de Ribagorza, y con el fin de evitar un posible pleito entre los hermanos, firmaba ciertas capitulaciones con dicho Joan, en las que se especificaba que la anterior donación de la casa y huerto que él había obrado, surtiría efecto en el momento de su fallecimiento, y que por eso, para evitar cualquier tipo de pleito y diferencias que pudiesen surgir entre los hermanos, quería que dicho Joan, su heredero, aprobase dicha donación, añadiendo otra cláusula en la que se especificaba que quince días después de su muerte, su hijo Vicente tendría que vender

10 En 1621, Roque Font, que había sido arrendador de la baronía, decía que ese comentario lo había oído decir muchas veces cuando vivía en Torres Torres, antes de la expulsión de los moriscos, y en Valencia. ARV. Real Audiencia Procesos Madrid, letra S, exp. 518. 11 Archivo Diputación Provincial Valencia. (ADPV) Fondos duquesa de Almodóvar, e.5.1. Protocolo 66, notario Valeriola. 12 Dato éste muy importante, y que don Joan repite en varias ocasiones, con el fin de dejar claro que podía disponer de ella a su antojo, sin tener que heredarla su sucesor. Este hecho se recordará siglos después cuando se discute su posesión.


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la casa a su hermano por 24.000 sueldos. Venta que se llevaría a cabo unos años después, el 20 de marzo de 1555, apenas transcurridos unos meses del fallecimiento de don Joan13. Hasta estos años, los Vallterra, cuando salen de Valencia y pasan a residir temporalmente a sus baronías prefieren hacerlo, a pesar de hallarse más alejada, en la de Castellmontán, en la torre que tenían en Montanejos. De esta época parece ser el artesonado existente en la sala principal de la casa y una puerta gótica que al tiempo de su rehabilitación daba acceso a la caja de escalera que subía a la torre, obra muy posterior. El artesonado o alfarje, presenta un esquema compositivo muy austero y simple, formado por sólidas vigas, de una escuadría importante, y unos artesones cuadrados enmarcados por una moldura de cierta entidad. Es prácticamente idéntico al existente en el claustro del palacio de Alaquàs. La puerta, entablada, igualmente nos recuerda a una de las conservadas en dicho palacio, sobre todo en el remate superior del marco, acabado en un arco conopial, y en el arranque del mismo simulando unas delicadas columnillas que arrancan de una basa finamente trabajada. En las capitulaciones que se habían firmado en mayo de 1552, a raíz del matrimonio de dicho Joan (VI) con Francesca, en las que se le había hecho donación de la baronía de Torres Torres y lugares de Alfara y Algimia, don Joan había querido también dejar a salvo los bienes que al presente poseía Ángela Castellana, con la cual había tenido fuera del matrimonio, viviendo Fig. 15  Artesonado de la sala de la Casa de Torres Torres. su ahora difunta mujer Ángela Centelles, seis hijos. Al año siguiente, don Joan, que según él mismo decía se encontraba decrépito y con diversos males de los cuales temía morir, confesaba por escrito, que hacía muchos años que tenía conocimiento carnal con Ángela Castellana, a la cual estaba obligado por los muchos servicios que había recibido de ella, y por eso le había dado gran parte de su patrimonio, y pensaba darle todavía más de lo que le había dado, y como dicha Ángela estaba recelosa de que alguien le pudiese reclamar dichos bienes, quería hacer relación que con el dinero contante que él le había dado, así en oro, plata y moneda pequeña, y con los que ella había ganado invirtiéndolos, había comprado una alquería en la huerta de Valencia, cerca de Benetúser, y una casa situada

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ADPV. e.5.1. Protocolo 70, not. Valleriola.


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en Valencia­, en la calle del Mar, lindante con la casa de la cofradía de los albañiles, frente a la casa natalicia de San Vicente14. Don Joan (V) de Vallterra, fallecido en agosto de 1554, había dejado seis hijos de su primer matrimonio con Ángela Centelles y otros seis, como vimos, de su segundo matrimonio con Ángela Castellana. En su testamento había nombrado heredero de todos sus bienes propios a su hijo Vicente, sucediéndole en los bienes vinculados su primogénito Joan (VI), muy a disgusto suyo, según decían. Fallecería en la casa de la calle del Mar, donde vivía, dejando mandado en su testamento que lo enterrasen en la capilla que los Blanes tenían en la Seo de Valencia, donde había sido enterrada su primera mujer, quizá esperando ser llevada a Segorbe, pues según su testamento hecho en 1535, había dejado mandado que la enterrasen en la capilla que los Vallterra tenían en Segorbe bajo invocación de San Salvador. Ninguno de ellos reposaría en el lugar elegido, pues según vemos, el 30 de octubre de 1555, los venerables mosén Miquel Jerònim de Amer, presbítero, vicario temporal de la iglesia parroquial de Torres Torres, mosén Nadal Sanchis, presbítero, mosén Miquel Mançanera, clérigo beneficiado en dicha iglesia, y el reverendo mosén Luis Adsuara, presbítero, beneficiado también en la misma, confesaban recibir del noble don Vicent Vallterra los cuerpos y cadáveres de los nobles don Joan y doña Ángela, puestos en un ataúd de madera, los cuales prometían restituir cuando aquél o sus sucesores se lo pidiesen15, siendo ellos los primeros señores de Torres Torres de los que tenemos constancia que están enterrados en su iglesia.

Fig. 16  El Huerto de la Señoría. Al fondo, en el centro bajo los árboles, la Casa.

14 En 1554 don Joan declararía que la casa con su huerto, la había construido él sobre un solar que había comprado a los jurados de la ciudad, la cual había heredado su hijo Cristóbal. 15 ARV. Protocolos, 1386, not. Tomás Martí.


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En estas mismas fechas, en la escritura de establecimiento al beneficiado Luis Adsuara, rector de Algimia, de un pati de tasso nomenat lo banyet de Torres Torres, al especificar­ sus lindes, se indica que lo hacía con la acequia mayor y con el mencionado huerto viejo del señor, a totes parts tancat16. Durante estos años el castillo seguirá ocupándose, reservándose el señor la parte habitable del mismo, dejando el resto y las bodegas al arrendador de la baronía, dejándole también la casa baixa para su estancia, y para que en ella guardase los productos que entregan los vasallos, con la condición que cuando él “quisiera estar en su lugar, sea para los arrendadores la estancia de la parte del huerto”17. Este huerto, situado a espaldas de la casa, es la heredad más antigua de Torres Torres que todavía hoy en día, después de los siglos pasados, se conserva casi como tal18, de la cual, a finales del siglo XVIII, decían que provenía de la época de la Conquista. La denominación de huerto de la Conquista la encontramos por primera vez, como luego veremos, en la escritura de su compra en 1774 por el presbítero don José Borrás, apareciendo reseñado con esta denominación hasta principios del siguiente siglo. Se encuentra limitado por uno de sus laterales por las tapias traseras de las casas que discurren a lo largo del antiguo camino real, hoy calle Mayor, por el otro con el cauce de la acequia mayor de Sagunto, por el frente con el muro de cerramiento de la casa del señor y por las espaldas con el callejón que sale de dicha calle Mayor a uno de los lavaderos que había sobre dicha acequia. En 1780 su propietario, el doctor Borrás iniciaba un pleito sobre el pago del diezmo19. Alegaba que el huerto estaba exento de tal pago, pues según decía, el rey don Jaime había concedido franquicia del mencionado derecho a los huertos cercados de pared que entonces existían en las ciudades, villas y lugares del reino de Valencia, intentando demostrar por tanto que el huerto estaba cercado de pared desde el tiempo de los moros. El nuevo barón, que al igual que su padre solía residir a temporadas en la baronía de Castellmontán, en la torre de Montanejos, donde nacería su hija Ana20, pasará ahora, junto con sus hermanas y su mujer Francesca, a alternar sus estancias viviendo en la baronía de Torres Torres, ocupando la casa que ha comprado a su hermano Vicente. Por este tiempo reside también esporádicamente en la villa Benet Vallterra, otro de los hijos de Joan (IV) de Vallterra, el cual fallecía en su casa de Torres Torres en abril de 1551. Sería llevado a enterrar a Valencia, a la capilla de los Blanes, bajo advocación de San Antonio, de la cual era entonces patrono Miquel Joan de Blanes, del que había obtenido licencia para que fuesen enterrados en ella él y sus

16 Un estudio de este huerto asociado a la casa del señor, así como de los baños, en CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN, Juan. “La actual Plaza de la Iglesia de Torres Torres”, Braçal nº 16, Centre d’Estudis del Camp de Morvedre, Sagunt 1997. 17 ARV. Real Audiencia, Procesos de Madrid, letra S, exp. 226. 18 El huerto, que hoy en día todavía se encuentra cercado con su muro de mampostería, debió comprender también el que existe frente al mismo, del cual se separaría hacia 1568. 19 ARV. Escribanía 1785, exp. 85, fol. 32-37 y fol. 60-63v. 20 Nació el 25 de abril de 1556, día de San Marcos, estando presente su tía Francesca. Su tía Beatriz, decía que la conoció cuando la trajeron a Valencia, con un mes de edad, poco más o menos. También se encontraba presente Úrsula Gregori, mujer de Jaume Renart, labrador de Torres Torres, que había subido a Montanejos porque iba a ser su ama de cría. ARV. Real Audiencia, Procesos, part. 2, letra A, exp. 317.


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descendientes­21. En una de las casas que tenía Benet, en donde murió, lindante con la de Bertomeu Vilar y la de mosén Nadal Luis, presbítero, seguirá residiendo por algún tiempo su hijo Agustín, el cual unos años después irá vendiendo los bienes que su padre le dejó en Torres Torres, entre ellos, una casa lindante con la de Berenguer Sentpere y con la de don Joan; un celler lindante con el que tenía mosén Luis Adsuara, presbítero; y diversas hanegadas de tierra campa situadas en la partida de davall la sequia, y unos algarrobos en las partidas de les Foyes, y de Vallbona. Benet, de su matrimonio con Rafaela­ Mompalau y Mercader, tuvo otro hijo llamado Francesc Honorat, que casaría en el año 1572 con Jerónima Vives de Canyamás, hija del señor de Benifairó­. Así mismo, fuera del matrimonio, tuvo con Isabel Benavides, hermana del notario Jerónimo de Benavides, otros tres hijos, de los cuales Joan, el mayor, estuvo casado en primeras nupcias con Isabel Roca, sobrina de Vicente Roca de la Serna, obispo de Albarracín, quien al morir lo dejaría por administrador de sus bienes, encargándose en 1608 de contratar con el escultor genovés Juan Bautista Semería el bello sepulcro de “piedra de mármol de Génova, muy blanca, sin mácula”, en el que reposaría el obispo, en la iglesia del convento de San Juan de Ribera22. Una segunda hija llamada Joana, casó con Jerónimo Cardona, caballero, y la tercera, María se casaría, en segundas nupcias, en 1586, con su primo Vicente Vallterra V señor de Torres Torres. En 1553, un año después de haber fallecido Rafaela, encontramos a Isabel viviendo en Torres Torres, y años después, en 1558, la vemos residiendo con su hijo Joan, que entonces tiene nueve años, en Montanejos23. En octubre de este año 1558 testaba en su casa de Torres Torres Francesca de Aragón, dejando mandado que la enterrasen en la iglesia de dicho lugar, delante del altar mayor, disponiendo que se construyese una capilla a la derecha de dicho altar, bajo invocación de San Joaquín y Santa Ana, en la cual habría de hacerse una sepultura a donde debería ser trasladado su cuerpo, queriendo que en dicha sepultura solamente fuese puesto junto a su cuerpo el de su hijo Joan, que había muerto de muy niño24. De su matrimonio tan solo había dejado una hija, Ana, nacida en 1556, que casaría en 1580 con su primo Miquel de Vallterra, VI señor de Torres Torres.

21 Miquel Joan de Blanes, que sería virrey de Abruzzo en 1566, era hijo de Baltasar de Blanes y de Ángela­Roig. Su padre le había donado el patronazgo de la capilla en su testamento hecho en Valencia el 24 de abril de 1522. APPV Prot. 24496, not. Durá. 22 CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN, Juan. ”El obispo Vicente Roca de la Serna y su sepulcro en san Juan de la Ribera, obra del maestro marmolista Joan Bautista Semería” En prensa. 23 La presencia en Torres Torres de la familia Vallterra, en el sentido amplio en el que entonces se consideraba a la familia, es muy numerosa teniendo constatados solamente en el año 1557-1558 a los siguientes: Joan de Vallterra, su mujer Francesca de Aragón y su hija Ana; Vicent Vallterra su mujer Margarita Ribelles y sus hijos Miquel y Beatriz; Agostí Vallterra, su mujer Ana de Blanes, su suegra María Olcina y su cuñado Francesc Lluís de Blanes; Esperanza de Espes, viuda de Geronim Santángel y su hijo Diego Santángel, con su mujer Joana Centelles, hija del conde de Gayano; Beatriz Santángel viuda de don Pedro de Acuña, conde de Bondía; Beatriz de Olcina doncella; Guillem Raimundo de Blanes; Ana Mercader, viuda de Miquel Ferrandis de Heredia, comite de Andilla; Miquel Joan Zaydía; Geronim Zaydía; Geronim de Sent Feliu y Monsoriu; Miquel y Gaspar Centelles; Ángela Castellana y de Vallterra viuda de don Joan de Vallterra; Isabel de Benavides y Miquel Joan de Blanes. 24 A los pocos días fallecía Francesca, y mosén Luis Adzuara, presbítero, procurador de don Joan, mosén Miquel Jerónimo Amer, vicario de la iglesia parroquial de Torres Torres y mosén Nadal Luis,


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A penas cuatro años más tarde, en agosto de 1562, don Joan contraería segundas nupcias con Camila Despuig, hija de Onofre Despuig y de María Bellvis, ya difuntos, sobrina de don Pedro Despuig, señor de la baronía de Alcántara, Benexides y del Ràfol. Después de celebradas las capitulaciones matrimoniales, y según lo acordado en las mismas, don Joan, en garantía de la dote aportada, daba posesión del lugar de Torres Torres a Agustín Vallterra, procurador de don Pedro Despuig, tutor de Camila. De este segundo matrimonio tuvo cuatro hijas, dos que murieron en edad infantil, Ángela que fallecería soltera con 22 años, y Francesca, que se casaría en 1588 con Jaume Sorell y Boil, señor de Bétera, Estivella, Albalat y Masanasa. Camila fallecería repentinamente en 1567 sin haber dejado testamento. En 1569 don Joan mantenía un pleito con su medio hermano Jerónimo de Vallterra a causa del pago anual que aquel debía hacerle para su mantenimiento, según lo dispuesto por su difunto padre. Como el dinero había de sacarse del arrendamiento de las baronías de Torres Torres y Castellmontán, y don Joan se retrasaba en el pago, Jerónimo alegaba que las tenía arrendadas a Joan Vives de Canyamàs por menos precio del que se podría sacar por ellas. Replicaba don Joan que las baronías las tenía arrendadas por 75.000 sueldos, y que anteriormente las había tenido arrendadas por el mismo precio a Joan Porta, mercader, por tres años con posibilidad de otros tres, pero que pasados los tres primeros años no quiso volver a tomar el arriendo, porque le parecía muy caro. Como Jerónimo alegaba que don Joan cobraba numerosas rentas, éste hacía una relación de ellas y de los numerosos gastos que tenía. Decía que el castillo de Torres Torres no lo alquilaba ni acostumbraba alquilarlo porque estaba fuera de la villa, en una montañeta alta, y no se encontraba persona alguna que lo quisiera alquilar. La “casa del señor”, que estaba dentro del pueblo, la tenía arrendada a los arrendadores de la baronía, y del huerto que había junto a ella, no recibía renta alguna, pues lo tenía dado a un hortelano para que lo cuidase y conservase25. Entre los gastos, ese año figuraban 500 libras que se habían pagado por las obras que se habían hecho en el hostal y en el horno del vidrio de Torres Torres. En las capitulaciones que se firmaron para este arrendamiento se especificaba que la casa de Torres Torres se le dejaba al arrendador para que viviese en ella, dejándole también todo el castillo y la bodega, para que guardase en ella la uva recogida. Cuando el señor estuviese en el pueblo, los arrendadores sólo podrían usar de la casa la sala que estaba a la parte del huerto, y del castillo la bodega, reservándose para dicho señor las estancias habitables, dato que nos indica que el castillo aún estaba en condiciones de ser ocupado. En enero de este año 1569, don Joan había obtenido del Papa Pío V dispensa para contraer matrimonio con su prima Isabel Centelles, hija de Luis Santángel, caballero, y de Ana Centelles26, llevándose a cabo el enlace en junio de 1570. De este

beneficiado­ en la misma, albaceas de su último testamento, certificaban que su cadáver estaba enterrado, delante del altar mayor, a la parte izquierda. APPV Prot. 16418, not. Joan Jorda. 25 ARV. Real Audiencia, Procesos, parte 1, letra C, exp. 423. 26 Los enlaces entre las familias de Vallterra y Santángel se produjeron hasta en tres ocasiones. La primera vez en 1510, con el matrimonio entre Joan (V) de Vallterra y Ángela Centelles, hija de Jaume Santángel, hermano de Luis de Santángel, escribano de ración, y de Francisca Centelles. La segunda hacia 1520, con el matrimonio entre Luisa, hija de dicho Luis de Santángel y de Joana Taranau, con Angelo de Vilanova, hijo de Miquel de Vilanova y de Isabel Vallterra, y la tercera vez, ésta de 1570 entre Isabel, nieta de Ferrando, hijo de dicho escribano, y Joan (VI) Vallterra.


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matrimonio sobrevivirá su hija Ángela, que casará en 1595 con Miquel Díez Girón de Rebolledo, señor de Andilla. En estos años Isabel, como procuradora de su marido, se encargará de los asuntos de la casa, cobrando las rentas de la baronía, y pagando los numerosos cargos de la misma, y así mismo se preocupará de aumentar la población concediendo numerosas licencias para construcción de nuevas viviendas y para roturar nuevas tierras. Se están edificando casas en el camino que sube a la Iglesia, junto a la Abadía, y roturando nuevas tierras en la huerta, en las partidas de la fila de les eres y de la canyada.

Fig. 17  Estado de la casa en 1980.

Joan de Vallterra había testado en la casa de Torres Torres, en octubre de 1565, dejando mandado que lo enterrasen en su iglesia, en aquella sepultura donde estaban enterrados sus padres y su mujer Francisca de Aragón. Y de aquí pedía que lo trasladasen más tarde a la sepultura que los Blanes tenían en la Seo de Valencia, o a la de los Vallterra, en la Seo de Segorbe, lo cual dejaba a la voluntad de su hermano Vicente. El 25 de agosto de 1573 encontrándose nuevamente enfermo de gravedad, testaba en Valencia en su casa de la plaza de Predicadores. En esta ocasión, como estaba obligado a construir una capilla en la iglesia de Torres Torres, según disposición de su primera mujer Francisca, y todavía no lo había hecho pues, según se excusaba, la iglesia se encontraba en peligro de caerse, pedía que si no llegaba a construirla en vida, se hiciese dicha capilla nada más falleciese él, y que a ella fuesen trasladados los cuerpos de su primera mujer Francisca de Aragón, y su hijo Joan, y los de Camila Despuig, su segunda mujer, y sus hijas Ángela y Jerónima, que estaban todos ya enterrados en Torres Torres, excepto Jerónima que yacía en la capilla de la Seo. Mientras se hacía la capilla quería que lo depositasen en la sepultura donde estaban enterradas Francisca y Camila, a la derecha del altar mayor.


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Falleció apenas diez días después de haber testado, fecha que deducimos del siguiente hecho. El día 5 de septiembre, se había presentado en su casa un alguacil de la Audiencia, que traía una ejecutoria instada por doña Eufrasia Llansol, para realizar un inventario de bienes con los que poder cobrar ciertas cantidades que su difunta sobrina Camila Despuig le había dejado en su testamento, y hacía años que la reclamaba, y dicho alguacil decía que no había podido realizar el inventario porque cuando llegó a la casa “estaba todavía en ella el cuerpo de don Joan, con muchos capellanes y religiosos y acompañada de muchos señores y caballeros principales”27. Al día siguiente sería llevado su cuerpo en un ataúd al portal de la Mar, acompañado solamente, a petición suya, de todos los presbíteros de la parroquia de San Esteve, y desde allí acompañado de seis capellanes y seis religiosos del convento de San Francisco sería llevado a Torres Torres, en cuya iglesia se celebrarían las honras fúnebres, con la asistencia de los frailes y padres del convento de San Francisco de Valencia que pudieron acudir, y de la mayor parte de los conventuales de Santo Espíritu, Morvedre, Valldecristo y Segorbe, que habían sido convocados a dicho acto. Al no dejar ningún descendiente legítimo varón28, le sucederá su hermano Vicente Vallterra, V barón de Torres Torres29. Vicente, nacido en 1525, siete años después que su hermano Joan, se encuentra en estos momentos viudo de Margarita Ri­ belles de Borja, hija de Joan Ribelles, señor de la Alcudia y de Ángela de Borja, de cuyo matrimonio ha tenido siete hijos. Gaspar, el primogénito, que tiene entonces 19 años, es el V barón de Canet30, al haber sucedido a su tío abuelo Francesc Joan Berenguer de Blanes31; Miguel y Joan, que luego veremos; Vicente, que morirá joven; Ángela, casada en 1578 con Rodrigo Muñoz, señor de Ayódar; Beatriz, casada en 1582 con Jaume del Milá; e Isabel que casará en 1588 con Jerónimo Corella. A los pocos meses de haber tomado posesión de la baronía, se ejecutaban obras de mejoras en la casa, habiéndose arreglado la capilla de la misma, la cual se encontraba “en lugar cómodo y decente de por sí, apartada del comercio y contribución de las otras estancias y apartamentos de la casa” y, según decía don Vicente, se hallaba cerrada con una puerta de madera “casi nueva y con cerradura de hierro, con la decencia que le pertenece”32. La capilla creemos estaba localizada en el centro de la

27 ARV. Real Audiencia. Procesos, parte 1, letra E, exp. 31. 28 En su testamento deja un legado a Jaume, hijo suyo y de Isabel Centelles, pero nombraba heredero, en caso de que su mujer estuviese preñada, al hijo póstumo varón que le naciese. Dado que en su dispensa papal se declaraba que habían tenido relaciones carnales antes del matrimonio con Isabel, seguramente Jaume sería fruto de las mismas, y por ello no podía heredar el vínculo. Tuvo también un hijo natural fruto de sus amores de juventud llamado Tomás, nacido en 1537, al que dejaba una renta vitalicia de 50 libras anuales, y 12 jornales (72 hanegadas) de tierra viña en la partida de la Sarba, junto al barranco. Don Vicente­en su petición al Justicia Civil para que se le declarase como tal heredero de su hermano, decía que éste había fallecido sin hijos varones ni otro alguno legítimo y natural y de legítimo y natural matrimonio. ARV. Justicia Civil 120, mano 3, fol. 5. 29 Si consideramos a Beltrán de Bellpuig I señor de Torres Torres, tras su donación en 1271, Vicente Vallterra sería el XIII señor. Del Vinculo fundado por Joan de Vallterra, el antiguo en 1463, sería el V sucesor, orden que coincide con el del título de barón. 30 Gaspar será el V sucesor del Vínculo o Mayorazgo fundado por Francesc Berenguer en 1420. 31 Hijo de Francesc Lluís Vallterra y Castellví y de Ana Sanç y Cervató, su segunda mujer. 32 APPV. Protocolo 16436, notario Joan Jordá.


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casa, en el vano recayente al patio, correspondiéndose con un dormitorio existente en este punto, que tiene la particularidad de presentar un falso techo abovedado, distinto al plano usado en el resto de la casa. A esta habitación se accedía por un hueco, hoy cegado, abierto en el muro central, con dimensiones similares a la puerta de factura gótica que se ha conservado. Vicente, como sucesor de su hermano, se ha hecho cargo de la cuantiosa deuda que soporta la Casa, que ha de pagar al año cerca de 2.000 libras, entre censos, beneficios, pensiones alimenticias y dotes, por lo que tiene embargadas todas las rentas que recibe de la baronía33. En 1582, interesado en legalizar las relaciones que desde hacía más de diez años mantenía con su prima María Vallterra, hija como vimos de Benet Vallterra, con la que había tenido un hijo llamado Jerónimo, van a ser los hermanos de ésta los que se encargarán de tramitar e incluso pagar parte de los gastos que va a suponer obtener en Roma la dispensa papal. Joana, por entonces ya viuda de Jerónimo Cardona, como procuradora de Vicente va a firmar las letras de cambio que se dan a los hermanos Carabasquinos, residentes en la ciudad de Roma, y ambos hermanos prometen también pagar, con garantía de sus bienes, ciertas cantidades con el fin de agilizar los trámites34. En estos años los encontramos casi siempre residiendo en la baronía de Cas­­ Fig. 18  Puerta de acceso a la Sala. tell­montán­ hasta 1585, año en el que Vicente hacía donación de esta baronía de Castell­montán, la Vilanova, la Font de la Reyna, Montanejos y la Alquería a su segundo hijo Miquel Vallterra35, el cual ya tenía la jurisdicción de Aranyol desde septiembre de 1581, quedándose para él con la de Torres Torres, baronía a la que don Miguel debía atender en algunas de sus necesidades, como quedaba especificado en

33 A su hija mayor, casada con Rodrigo Muñoz, la había dotado con 7.000 libras. A Beatriz, su segunda hija, con 5.000, y a Isabel con 2.000. Teniendo que pagar cada año otras 3.000 libras de la dote de su sobrina Ana de Aragón. Entre los beneficios que se pagaban estaban cinco en la catedral de Valencia, dos en la iglesia de Torres Torres y doce en la Seo de Segorbe. 34 Los gastos para obtener la dispensa de parentesco en segundo grado, debieron ser cuantiosos, pues a los anteriores hay que añadir cerca de 3.000 libras que todavía se debían en 1585. Aunque la dispensa se obtenía en octubre de 1583, no pudieron ser desposados, quizá por impedimento de la curia de Valencia, hasta enero de 1586. 35 El primogénito Gaspar, había sido declarado demente.


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la escritura de donación, sobre todo en lo referente a las necesidades de madera para las obras del castillo y regalías, y carbón y alimentos para su casa. En la casa de Torres Torres testaba en marzo de 1585 su cuñada Joana Vallterra y de Cardona, mandando que la enterrasen en el monasterio del Carmen. Para seguridad de la dote que su sobrina doña Ana Vallterra y Aragón, había traído al matrimonio contraído en julio de 1580 con su hijo Miguel, don Vicente le había cedido sus derechos sobre el lugar de Algimia. Cuando el procurador de doña Ana se presentó en dicho lugar, mandó llamar al justicia y jurados y les dijo que juntasen consell general para poder comunicar a los vecinos el motivo de su visita, y estando así reunidos les explicó largamente que con motivo de las capitulaciones matrimoniales firmadas venía a tomar posesión de dicho lugar, y a recibir el debido juramento de vasallaje. Y luego salió fuera para que ellos pudiesen deliberar con toda libertad y determinasen lo que fuese y le respondieron que dijese a don Vicente que asegurase la dote con sus bienes, que ellos no querían prestar ni dar el juramento que se les pedía, y que acudirían a la Real Audiencia, y harían lo que ésta determinase. El síndico de Algimia comunicaba a la Audiencia que no podían prestar dicho juramento, porque ya lo tenían prestado a doña Camila Despuig en garantía de su dote. Queriendo mejorar su baronía, don Vicente firmaba en 1588 ciertas capitulaciones con los frailes trinitarios del convento del Remedio de Valencia para que pudiesen erigir un monasterio en el término de Torres Torres, en aquel lugar que eligiesen los frailes. El nuevo monasterio estaría bajo invocación de nuestra señora de la Concepción, y su altar mayor y la sepultura que se habría de hacer bajo el mismo, sería de don Vicente y de todos sus sucesores en la baronía. Les daría toda la madera necesaria y alojamiento en Torres Torres mientras durasen las obras, y una renta anual de 100 libras. Además les haría entrega de un campo grande y huerto de regadío, de unas 7 cahizadas, parte algarrobos y parte oliveras, que llamaban la heredad del señor, que estaba situada cerca del camino de Segorbe, en la partida donde estaba el horno de ladrillos36. El monasterio no llegó a edificarse, ignorando las circunstancias por las que no se llevó a cabo dicha obra. Testaba el 5 de febrero de 1591, dejando mandado que lo enterrasen en la capilla del Salvador de Segorbe, o en la sepultura que sus antepasados tenían en la iglesia de Torres Torres, o en aquel lugar que eligiese su confesor. Fallecía el 27 de septiembre de 1592, disponiendo su confesor que fuese enterrado en Torres Torres. Le sucederá su primogénito Miguel, que viudo de su prima doña Ana Vallterra de Aragón, acababa de contraer segundas nupcias en Almansa con Ana de Pina Merino, hija de don Alonso de Pina, vecino de dicha ciudad. Doña Ana había fallecido en 1584 siendo enterrada en la iglesia de Torres Torres, dejando tan solo una hija llamada Beatriz. En 1610, como Miguel no tenía descendencia de su segundo matrimonio, su hermano Joan, que había sucedido a Gaspar como señor de Canet, y sería el sucesor en las baronías, se había quejado ante la Audiencia que su hermano pretendía nombrar heredero a su nieto Jaume del Milá, hijo de Beatriz y de su primo Luis del

36 Este horno ha estado en uso hasta hace relativamente pocos años. Hoy lo podemos ver en el mismo lugar, y se corresponde con la antigua fábrica de azulejos El Pelicano.


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Milá Vallterra, que por entonces vivían con sus hijos en la baronía de Torres Torres37, donde su padre, tras la expulsión de los moriscos, le había establecido unas casas y numerosas tierras, “las mejores y más fértiles de todo el término”. Don Miguel se quejaba de que a causa de dicha expulsión había quedado muy pobre, sin tener con que alimentarse y se había tenido que ir a vivir a Torres Torres, donde había estado desde entonces pasando muchas necesidades, y como tenía embargadas las rentas, pedía a la Audiencia que el secuestrador de la baronía le diese 100 cahices de trigo para alimentos38. Pasados dos años, continuaba con sus peticiones alegando que la casa de Torres Torres tenía necesidad de ser reparada para poder ser habitada, y sobre todo la de Valencia, que como hacía tantos años que no se reparaba estaba en peligro de venirse abajo, y necesitaba dinero para ello. Se le entregaban 108 libras para las obras necesarias en las regalías y casa de Torres Torres, y 600 para la de Valencia. El 22 de septiembre de 1617, todavía presente el cuerpo de su difunto hermano Miguel, don Joan de Vallterra, a través de su procurador, mandaba a los oficiales y vecinos de Torres Torres, que se juntasen en Consell general, con la ausencia del justicia que se encontraba en Valencia asistiendo al entierro de don Miguel, el cual había fallecido el día anterior. Como su hermano había fallecido sin dejar hijos varones, él era el legítimo sucesor, y por tanto quería tomar posesión de la baronía. En la ceremonia de posesión, en la que se van recorriendo los distintos edificios que le pertenecían, se describe que salieron todos juntos de la casa del consell y subieron a la iglesia, que estaba cerca del castillo, y allí le prestaron homenaje, y subieron luego al castillo, “el cual estaba vacío”, pasando después por las distintas regalías, trasladándose más tarde la comitiva a una montañeta que estaba a la salida del pueblo camino de Segorbe, donde estaba colocada la horca de la baronía, de la cual colgaron una rama de olivo en señal de posesión. En este acto no tomaron posesión de la casa, porque según don Miguel estaba fuera del vínculo y la había dejado en herencia a su hija Beatriz Dorotea, de lo cual no estuvo conforme su tío, nuevo señor de Torres Torres. Tras un pleito en la Audiencia, en el cual don Joan reclamaba la casa junto con diversas partidas de tierra, que su hermano había establecido al tiempo de la expulsión a su hija y nietos, así como la casa de Valencia, que continuaba habitando Beatriz Dorotea, se demostró que la casa de Torres Torres estaba fuera del vínculo, y por tanto pertenecía a ésta, no así la de Valencia que estaba vinculada y debía pasar al nuevo señor, VII señor de Torres Torres y I conde de Villanueva, aunque ella la siguió ocupando hasta su fallecimiento, ocurrido el 9 de octubre de 162639. 37 El 16 de mayo de 1610 bautizaban en Algimia a su hija Francisca, siendo sus padrinos su hermano Valero y Ana de Pina, mujer de su abuelo Miquel. Archivo Parroquial de Algimia. Quinque libri. 38 En realidad don Miguel, como se quejaba el síndico de Torres Torres, había salido muy beneficiado con la expulsión, pues se había quedado con numerosos bienes procedentes del expolio de los moriscos, así como con gran cantidad de casas y tierras, cerca de 3.600 hanegadas, que repartió entre su hija y familiares. Decía el síndico “que con las tierras que ellos poseen se podría poblar un lugar de más de 40 casas”. En un proceso posterior, su yerno Luis del Milá declaraba que la expulsión le valió a don Miguel muchos miles de ducados. CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN, Juan. La repoblación en la baronía de Torres Torres. Cartas de Nueva Población de Alfara y Algimia 1609-1611. Ajuntament d’Algímia d’Alfara, 1997. 39 APPV. Protocolo 19821, not. Gregori Marco. En el dietario de Diego de Vich, dice que esta “señora virtuosísima” murió el 9 de octubre de 1621, errando en el año. Podría estar equivocada la nota al final del testamento, pero vemos que en noviembre de ese año 1621 hacía codicilo.


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Por el testamento de Beatriz Vallterra, viuda de Jaume del Milá, hermana de Miguel, hecho en junio de 1622, deducimos que la casa debía tener en ese momento dos alturas, pues en el mismo mandaba que mientras su sobrina Beatriz Dorotea no tuviese hecha la andana en su casa para poder hacer seda, pudiese hacerla en la casa que ella tenía en Algimia, “que había sido de Aydara”40. Beatriz Dorotea, nacida hacia 1583, se había casado en junio de 1604 con su primo Luis del Milá y Vallterra, de cuyo matrimonio tuvieron seis hijos. En los años posteriores a la expulsión estuvieron viviendo en Algimia, en la casa que le había establecido su padre, donde nació su hija Francesca en mayo de 1610, y nacería meses después su sobrino Maximiliano, hijo de Valero del Milá y de Francesca Granullach, que se encontraban también habitando en las casas que Miguel había establecido en Alfara a su hermana Beatriz, madre de dichos Luis y Valero del Milá. A la muerte de su padre pasaron a ocupar la casa grande de Torres Torres, heredando también el llamado huerto de Nuestra Señora, que se encontraba contiguo al huerto que había tras la casa41 y continuaron viviendo en la Casa del vínculo, en la Plaza de Predicadores, hasta el fallecimiento de Beatriz ocurrido el 9 de octubre de 1626, pasando esta casa a su tío Joan, que llevaba años pleiteando por ello, trasladándose los Milán a la parroquia de San Pedro, a la casa que tenían a espaldas de la Casa de la ciudad, al costado de la Bailía general42. Aunque don Juan recuperó la casa, continuó ocupando la que tenía en la calle del Mar, en la esquina de la calle de la Garrofa, lindante con casa de Francisco Çapena, señor de Rafelbunyol, y por las espaldas con la calle llamada de la Palmera, donde falleció el año 1632, sin haber dejado testamento. La casa de Torres Torres seguirá perteneciendo a los descendientes de Beatriz Dorotea, que con el tiempo dejarán de habitarla y la tendrán arrendada junto con el huerto y las numerosas tierras que poseían en la baronía, hasta que en septiembre de 1668, don Francisco Vallterra y Palavicino, señor de Canet, hijo segundo de Vicente Vallterra y Vallterra, que había sucedido en la baronía de Torres Torres a su hermano Joan Matias al morir éste sin descendencia, consigue que Luis del Milá y Sanz, nieto de Beatriz Dorotea, se la trueque por cierto censal. En el expediente instruido ante el Justicia Civil de Valencia para poder realizar este cambio, al estar el censal comprendido dentro del vínculo que en 1567 había fundado­ Francisco Luis de Blanes, y que tras diversas vicisitudes había pasado a Francisco, se dice que en ese año de 1668 la casa y huertos que poseía don Luis en la villa de Torres Torres, lindaba con el Portal y con la acequia de casa de Francisco Esteve, y dichos huertos, de 3 cahizadas, estaban cercados con una pared de piedra,

40 APPV. Protocolo 27411, not. Pere Joan Calderrer, los Aydara eran una de las familias de moriscos más importantes de Algimia, donde ocuparán en diferentes años los cargos de alamino y jurado. Desde Algimia, parte de ellos pasaron a establecerse en la Vilanova o morería de Valencia en 1556, regresando unos a Algimia y otros a Quartell hacia 1586. En 1591 tenían pleito con el justicia de Algimia porque les habían multado por no aceptar las cargas correspondientes a vecino, y alegaban que ellos eran terratenientes y no vecinos. 41 El huerto de Nuestra Señora, se corresponde con el huerto trasero de las actuales casas de Lorente y Amadeo. El contiguo es el actual huerto de los Bolinches. 42 En esta Casa Solar estaba alquilada (130 libras anuales) la real Aduana en 1743, lindante entonces con casa Archivo del Real Patrimonio, casa de Margarita Clara, por delante casa capitular del Ayuntamiento y por espaldas casa de la cofradía de San Jaime. ARV. Protocolo 7012, not. Agustín de Oloriz.


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lindante­ con el callejón del horno del vidrio y con la acequia mayor. La propiedad estaba­ tasada en cerca de 2.000 libras, teniendo dentro de la casa todos los aparejos necesarios para hacer vino: premses, trull, y celler, y una gran bodega, pudiéndose arrendar por más de 100 libras al año. Durante los siguientes años, don Francisco alternará su residencia entre Valencia y Madrid, al haber sido nombrado en octubre de 1671 gentil hombre de Cámara de don Juan de Austria. Fallecería en la corte en noviembre de 1678, dejando por heredero a su hijo José Vallterra y Cabanilles, tenido de su segunda mujer doña Rosania Cabanilles, hija de los condes del Casal, señores de Alginet y Benisanó. En 1684 ante el abandono en que se encuentran todas las casas de las regalías de la baronía, tanto las de Torres Torres, como las de Algimia y Alfara, lo cual estaba motivando que fuese bajando el precio de los arrendamientos, don Luis, que había sido nombrado tutor y curador de su sobrino José, solicita licencia a la Gobernación para contratar las obras que han de hacerse en to- Fig. 19  Las tapias del huerto junto a la Acequia Real. dos los establecimientos donde funcionaban las distintas regalías: mesón, horno del vidrio, carnicería, horno de pan, molino y casa de la señoría, todas ellas en Torres Torres, y así mismo en las regalías o tiendas que había en Algimia y Alfara. Se contratarán todas las obras con el maestro Félix Pérez, que en ese año ha comenzado la construcción de la nueva iglesia, frente a la casa de la señoría43. En las capitulaciones que se firmaron el 7 de julio de dicho año 1684 para llevar a cabo dichas obras, se especificaba que en la casa que estaba frente al portal, había que rehacer la mitad del tejado que estaba al lado del pasadizo, que echaba el agua al huerto, y cambiar las ventanas. Así mismo había que hacer algunos remiendos en las paredes del cuarto que daba al huerto, encima de la cuadra, y algunos pilares para su seguridad, y recorrer todos los tejados de la casa arreglando aquellas partes que estaban en ruina, así como el terrado de la torre, dentro de la cual había que hacer dos ventanas y una puerta de madera. En 1688 arrendaba la casa y su huerto, por tiempo­

43 CORBALÁN DE CELIS Y DURÁN, Juan. “La iglesia nueva de Nuestra Señora de los Ángeles de Torres Torres de 1684 y su ampliación en 1799”. Braçal nº 41, Centre d’Estudis del Camp de Morvedre. Sagunt 2010.


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de cuatro años y precio de 50 libras, el vecino Pascual Silvestre. El lagar o trull que tenía la casa se vendía en 1690 a José Soler, que tenía su casa lindante con dicho lagar.­ En 1727 se encargaba a Felipe López, maestro de obras, vecino de Algar, que reparase la carnicería y el horno de Alfara, y que compusiese los pesebres que el mesón tenía en la calle mayor de Torres Torres, así como otras reparaciones en el molino harinero y en la casa del señor conde44. El día 9 de diciembre de 1731 fallecía en Valencia don José Vallterra, V conde de la Villanueva, XI barón de Torres Torres y X de Canet, sin haber tenido descendencia de su matrimonio con Victoria Juliá de Urries, señora de Pujol, Godella y Rocafort, dando comienzo a una desgraciada y accidentada sucesión que en el corto tiempo de tres años, hizo que la baronía cambiase dos veces de dueño, entablándose poco después un largo pleito que duraría casi cuarenta años. Su medio hermana Ana, hija de Margarita Vallterra, primera mujer de su padre, tomaría enseguida posesión de la baronía45 y así su procurador se desplazaba a la villa para llevar a cabo el acto protocolario de la toma de posesión de sus tierras, regalías y demás bienes, entre los que se en­contraba una casa con su lagar y bodega, situada en la Plaza Mayor, lindante con el Portal, con la Acequia Mayor y con casa de Vicente Ros,46 y un huerto situado a espaldas de la casa que tenía plantado algunos Fig. 20  La nueva iglesia vista desde la torre de la casa. árboles­ y moreras, rodeado todo él de pared, que lindaba con dicha casa, y con casas de Francisco y Juan Mestre, y con los corrales de las demás casas de la calle Mayor hasta el callizo del huerto de Blas López, y con la Acequia Mayor47. En esos momentos el arrendador de la casa y huerto era Andrés Ferriz, escribano de la villa.

44 ARV. Protocolos 8362, not. Jaime Andrés Ferriz. 45 ARV. Escribanía, año 1740, exp. 44. 46 La casa de Vicente Ros, molinero, lindante por la izquierda, se corresponde con la actual casa de Aurelio Marqués. 47 Se trata del callejón que baja al lavadero, donde está el actual centro de transformación de Hi­ droeléctrica. El huerto de Blas López, antiguo de Nuestra Señora, se corresponde con el actual de la casa de Lorente.


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Ana fallecía unos meses después, el 13 de febrero de 1732, pasando la sucesión a su sobrino don Manuel Mateo Tordesillas, marqués de San Felices, hijo de Rodrigo Tordesillas y Cepeda y de Teresa, hermana entera de José, el procurador del cual tomaba posesión de la baronía el 23 de febrero de 1733. En esta toma se añade el dato de que la casa lindaba por delante con la Plaza de la Iglesia y por detrás con el camino de Algimia. Un mes antes, en enero, se arrendaba la casa y huerto a Francisco Mestre, mayor, vecino de Torres Torres y a José Cotolí, vecino de Algimia, por 50 libras anuales, los cuales renunciaban al mismo unos meses después alegando la poca rentabilidad ante la carestía de agua, y las muchas cargas concejiles que soportaban. El administrador del conde decide rebajar el precio, y en julio lo arrendaba nuevamente a Francisco Mestre, menor y a Vicente García, ambos vecinos de Torres Torres, por 35 libras anuales. A pesar del casi medio siglo transcurrido del arriendo de 1688, el precio del mismo había disminuido, hecho que parece indicarnos el progresivo deterioro que había ido sufriendo la baronía y por ende la propiedad. Desgraciadamente el marqués apenas pasado un año de la toma de posesión, fallecía soltero el 1 de septiembre de 1734, entablándose pleito por la sucesión de la baronía. En octubre de 1742 tomaba posesión de la casa el procurador de don José Vallterra­ Muñoz, hijo de Jerónimo Vallterra y de Josefa Muñoz de Castilblanque, señora de Navarramiro, descendiente de Vicente Vallterra, V señor de Torres Torres. Discutida su sucesión, tras alegar y demostrar los pretendientes que dicho Jerónimo había nacido antes del matrimonio, se le revocaba la misma, pasando la baronía a Vicente Monsoríu y Castellví, ya fallecido cuando se sentenció a su favor, entrando a poseerla su hermano José, que falleció sin sucesión, pasando la misma, en mayo de 1760 a su otro hermano Cristóbal Monsoríu y Castellví, quien también murió sin sucesión, y tras nuevo pleito entró a poseerla, en mayo de 1767, su sobrino Vicente Castellví y Monsoríu, hijo de su hermana Mariana y de don Nicolás Felipe de Castellví y Villagrasa, conde del Castellá. A la muerte de Vicente, se daba posesión del vínculo Vallterra, en diciembre de 1774, a su hijo don Antonio Benito de Castellví y Durán, VII conde del Castellá, señor de la baronía de Bicorp, Quesa, y Bembris; señor de Carlet y Benimodo y señor de la villa de Marza en el partido de Mont Blanch, principado de Cataluña. Cuando se hace cargo de la baronía los bienes del vínculo se encontraban abandonados, sin que nadie se hubiese preocupado de preservar y disfrutar los derechos y prerrogativas que le pertenecían. En su época se redimieron algunos censos que pesaban sobre el vínculo, se liquidaron cuentas pendientes y se convino con los acreedores el pago de otras. Arregló y mejoró las casas de las regalías, consiguiendo doblar el precio del Arrendamiento de los Derechos Señoriales. En 14 de mayo de 1787, no disponiendo ya de una buena casa en el pueblo donde guardar los frutos que se recolectaban y que sirviese de residencia al Arrendador, compraba a José Gascó, comerciante, una gran casa que éste tenía en la calle de la iglesia, cerca de la que había sido casa de la señoría. Esta casa se usaba, desde 1818 como alojamiento del aparejador de las obras de la carretera de Zaragoza y como almacén de las herramientas y aperos para dicha carretera48. Luego estuvo arrendada a diversas personas, estando en 1835 establecido

48

La casa la ocupó don Mariano Llisterri, “Aparejador de la carretera de Zaragoza”.


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en ella el puesto de Carabineros de la Real Hacienda. Más tarde, en 1848, ocupó su lugar el puesto de la Guardia Civil, donde todavía seguía en 1885. En diciembre de 1936, el entonces propietario de ella don Matías Lorente Pascual la cedía al Consistorio para que en sus altos se instalase el local del Ayuntamiento. Trasladado éste a su nueva ubicación, muchos años después se vendía la casa y la compraba su actual propietario. La casa y huerto, que como vimos quedó dentro del vínculo que había fundado Francisco Luis Castellá Doris de Blanes, recayó en 1756 en don Juan Manuel de Verastegui y Roca, sucesor de doña Eufrasia Vallterra y don Francisco de Almodóvar, su primer marido49. En 1773 era poseedora del vínculo, y por tanto de la casa, doña Eufrasia de Verastegui, mujer de don Pascual Caro y Fontes, hijo del I marqués de la Romana, vecinos en esas fechas de Torrente, la cual a finales de enero de dicho año solicitaba licencia para poder venderla y su importe subrogarlo en unas tierras de buena calidad situadas en dicha población. Alegaban que la heredad estaba casi arruinada y necesitada de urgente reparación, y siendo los costos necesarios para ello superior al valor de dicha propiedad, es decir se encontraba en el estado que hoy llamaríamos

Fig. 21  El antiguo Ayuntamiento.

49 Eufrasia Vallterra, mujer en segundas nupcias de Juan de Vallterra, VII señor de Torres Torres, era hija de Agustín Vallterra y de Ana de Blanes, nieta de Benet Vallterra del Milá, segundo hijo varón de Joan de Vallterra II barón de Torres Torres. Había contraído su primer matrimonio en mayo de 1590 con Fran­ cisco de Almodóvar, natural de Orihuela, viudo de Beatriz Mosquefa. Apenas pasado un año Francisco enfermó y quedó demente, muriendo poco después, dejando un hijo póstumo llamado Francisco que nació seis días después, y que sería reconocido como noble el 18 de abril de 1604. Eufrasia fallecería en Torres Torres en octubre de 1637, siendo llevado su cuerpo a enterrar a Valencia, al convento de Predicadores, donde estaba enterrado su marido Joan de Vallterra.


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ruina técnica, solicitaban permiso, como bien vinculado, para poder venderla dado lo improductivo que les resultaba50. Se le concedía dicho permiso, y la vendían el 24 de enero de 1774 por 1.588 libras a Antonio Gelabert, comerciante, que la compraba en nombre de doña Josefa Borrás, doncella, vecina de Valencia, “la cual no había querido que figurase su nombre en la escritura de venta”. La venta comprendía “una casa de morada con su torre, cisterna, corral, caballeriza, bodega, y un huerto contiguo cerrado de pared, llamado el huerto de la Conquista, comprensivo de tres cahizadas de tierra, con cualquier derecho que tenga para su riego, sito una y otro en la Plaza Mayor de la baronía de Torres Torres o Plaza del Olmo, lindante dicha casa por delante con la iglesia, con casa de Luis Forcada, con la de José Vila, mayor, y con el molino de hacer aceite propio del ilustre señor conde de Olocau, dicha plaza en medio; por un lado con casa de José Ros y Montañana; y por otro lado y por las espaldas con el citado huerto”. En 1780 su padre y administrador, el doctor don José Borrás, presbítero, capellán mayor del real Consulado y Junta de Comercio de Valencia, había iniciado un pleito con Salvadora Turrado, viuda de Miquel Herrero, arrendadora de los Derechos

Fig. 22  Fachada a la Plaza de la Iglesia.

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ARV. Protocolo 8332, not. Luis Cantó.


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Decimales de la baronía, la cual le reclamaba el pago de los mismos, que hacía años que se debían. El capellán pretendía seguir disfrutando de la exención de frutos que inmemorialmente, según decía, habían disfrutado los poseedores del huerto. Alegaba que existían muchísimas tierras que estaban exentas de dicha contribución y que el rey don Jaime había dado la franquicia a los huertos que entonces existían en las ciudades, villas y lugares del reino. Exponía que el huerto que poseía en la villa de Torres Torres a más de estar cercado de pared era tan antiguo como la misma pared y que por esta circunstancia se denominaba y conservaba el nombre de Huerto de la Conquista, y por lo tanto sus frutos estaban exentos del derecho de diezmo, y el Cabildo jamás se los había cobrado. Se le replicó que dicho privilegio se había dado solamente a los huertos de la ciudad de Valencia, y que por tanto tenía que pagar el diezmo. La nueva propietaria doña Josefa Borrás, que había contraído matrimonio con don Joaquín Mora, ciudadano, teniente de milicias urbanas, terrateniente de la zona, trasladaba su residencia a Torres Torres, donde sabemos que está ocupando la casa que había comprado, al menos desde 1788. Años después, en 1800, vemos a Joaquín ocupando el cargo de Alcalde. Suponemos que parte del aspecto que presentaba la casa antes de su reforma actual obedece a las obras que debieron acometer en esas fechas­ para hacerla habitable. Se modificó la ventana que había en la torre abriendo­un balcón a la calle, se compuso la fachada modificando sus huecos, abriendo en la andana tres óvulos característicos de la arquitectura barroca de esa época51, co­locan­do­ también en parte de la casa un pavimento de baldosas cerámicas de 20 x 20 cm, alternadas, en este caso alea­ toria­mente, con los típicos azulejos de la mangrana­. Hacia 1805 vendieron la propiedad a don José Joaquín Belarca, comerciante, que en esa fecha está residiendo en Torres Torres, donde hacía testamento el 29 de octubre de 1806, en el cual decía que su mujer doña María Ignacia Navarro residía junto a su único hijo José Manuel, menor de edad, en la ciudad de Guadalajara, México, donde había quedado al cuidado de la hacienda que allí tenían. La fecha aproximada de la compra de la casa nos la daba en dicho testamento, en el cual aludía que había tenido un pleito con don Joaquín Mora, vecino de dicha villa, y al no disponer de liquidez, su agente don Simón Bondiguez, comerciante, vecino de Cádiz, le Fig. 23  El patio interior en 1997.

51 De estos huecos solo se conservaba uno de ellos, los otros dos se modificaron posteriormente, pero por el interior de la fachada se apreciaba el trazado del óvulo.


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había suministrado diferentes cantidades­ de dinero, que quería que le fuesen pagadas52. El 16 de julio de 1808, hacía codicilo ante el notario de Torres Torres Francisco Cervera Corbí53. Durante los dos primeros meses de 1814 le vemos, avecindado en Valencia, dar poderes para vender diferentes partidas de tierra, casas y corrales, que tenía en Torres Torres. El 16 de marzo hacía otro codicilo estando en su casa de Valencia, en la parroquia de los Santos Juanes, en la calle Carniceros, donde debió fallecer a los pocos días, pues el 22 su albacea daba poderes a don Mariano Llisterri, arquitecto, para que hiciese inventario y justipreciase todos los bienes que el difunto tenía en la villa de Torres Torres, especificando “que le constaba que en la casa no había mueble alguno por haberse destruido la misma con motivo de la guerra y el continuo tránsito de tropas”. A finales de noviembre de ese mismo año 1814, su hijo José Manuel, que seguía en México junto a su madre, falto de liquidez para viajar a España con el fin de arreglar los asuntos de su padre, decide vender las propiedades que tenían en Torres Torres a don Modesto Herrera, comerciante, el cual le adelantaba dinero a cuenta del precio de la venta54, acordando que el resto se lo pagaría en España, una vez se tasasen las propiedades. Llegados a Valencia, ambos fueron a Torres Torres a reconocer las casas y tierras que se vendían, y resultó que a Modesto no le gustaron las fincas y quiso deshacer el trato. Como se negaron a ello, se entabló un pleito que duró casi quince largos años hasta que, embargadas y sacadas las propiedades a subasta, la casa se remataba el 15 de febrero de 1828, a favor de José Mestre, labrador, vecino de Torres Torres, encontrándose la casa, según decían los peritos, “en un estado de destrucción muy considerable”.55 José Mestre Bolinches, hacendado labrador, que al tiempo de la compra acababa de contraer segundas nupcias con Vicenta Martí, viuda a su vez de José Orón, acondicionó en parte la casa para poder habitarla, gastándose en ello 150 libras. Testaba en febrero de 1833 y “queriendo evitar las consecuencias que desagradablemente podrán suscitarse entre su actual consorte Vicenta Martí y sus herederos” declaraba que la casa en la que al presente estaba viviendo la había comprado constante el matrimonio, y por consiguiente la mitad era de su consorte. En 1836, fallecido José, la casa se dividía en dos partes, correspondiendo a Vicenta la parte de la derecha, con la torre, y a Ramona y Rosa, hijas de José y de su primera mujer Rosa Bolinches Jordá, la otra mitad56. En 1845 Vicenta Martí vendía su parte a Agustín Lacueva Escoín por 5.850 reales. Al disponer en sus bajos con amplios pesebres, a finales del siglo XIX se usaba

52 ARV. Protocolo 6727, not. Luis Matoses. 53 Hacía un segundo codicilio en Valencia, el 16 de marzo de 1814. ARV. Protocolo 5718, not. Timoteo Ferriz. 54 Le pagó a su madre 1.000 pesos al contado, dejando otros 2.000 en depósito, en seguridad del contrato. ARV. Protocolo 6296, not. Antonio Jacques Furió. 55 En 1814 al inicio de los pleitos se había valorado la casa en 4.020 libras. Catorce años después, en el remate final, se valoraba en 700 libras “550 libras lo perteneciente a albañilería, y 150L lo que mira a carpintería”. ARV. Protocolo 8963, not. Antonio Jacques y Sánchez. 56 ARV. Protocolo 3811, not. Matías Lorente Pérez.


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Fig. 24  La casa en la actualidad.

como casa de postas, guardando en ellos las caballerías. La posada para el descanso de los viajeros estaba situada, al menos desde 1861, en la casa de enfrente, año en que su propietario José Villar la arrendaba a Lorenzo Izquierdo, posadero, vecino de Soneja. Esta familia Lacueva tuvo la propiedad de la casa hasta su venta en 1987 a los actuales propietarios. De la otra parte de la casa que pertenecía a las dos hermanas, en 1855 Ramona, que se había casado con Vicente Tortonda Salt, vecino de Estivella, vendía su mitad a su hermana Rosa y a su marido Domingo Pau Galbe, natural de Petrés, por el precio de 2.400 reales57. Sus herederos venderían la casa a los actuales dueños en 2011.

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ARV. Protocolo 3832, not. Matías Lorente Muñoz.


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