"Ladrillo en (más de) cuarenta países", por Jesús Granada

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Ladrillo en (más de) cuarenta países

Mi nombre es Jesús Granada y soy fotógrafo de arquitectura. Antes me formé como arquitecto en la Universidad de Sevilla y digamos que las herramientas de mi oficio se limitan al mundo de la representación, al mundo de lo aparente.

Por tener formación de arquitecto sé que la experiencia espacial trasciende a su representación, es decir, que la percepción de un espacio depende de la subjetividad, no solo de nuestra visión, sino de la percepción de la temperatura, de la humedad, de cualidades acústicas, dinámicas y algunas más intangibles que la convierten en una experiencia completa cuando todos estos factores son percibidos por nuestro cuerpo al mismo tiempo.

Como fotógrafo, en ocasiones siento impotencia por no poder plasmar de forma más amplia el confort que percibo al estar en determinados espacios. Me limito a establecer relaciones entre las fotografías para que juntas construyan una narración breve de una idea muy compleja que llamamos ‘proyecto de arquitectura’, sabiendo que nunca una fotografía conseguirá representar de forma completa ese confort, esa experiencia espacial.

El confort es un concepto difícil de definir, aunque podemos acordar que está formado por una serie de parámetros más o menos subjetivos actuando sobre nuestros sentidos. Puede ser confortable la luz en un espacio de trabajo, la temperatura en una sala de espera, la proporción de una huella y tabica una escalera o cualquier corriente de aire en un espacio doméstico. Estas serían cualidades parciales del confort y si hacemos más extenso el concepto, debemos admitir que este cambia con el tiempo, con la ubicación y con el contexto cultural.

Pero ya dije que mi mundo era el mundo de las apariencias y en este mundo hay materiales y espacios construidos con ellos que se prestan a ser representados con atributos más allá de los simplemente visibles. En este sentido, creo que el más especial de todos estos materiales es el ladrillo cerámico. Me centraré en varios ejemplos1 que ilustren de forma precisa las ideas que trato de trasladar acerca de la representación de espacios en los que la cerámica, y en especial el ladrillo, tienen protagonismo absoluto.

Los espacios que he fotografiado construidos con ladrillo los encuentro más confortables en su representación que otros con materiales más universalmente usados como el hormigón o el vidrio. Estos últimos suelen permanecer ajenos a la latitud

1 Reportajes completos encargados y publicados en la revista El Croquis. Revista El Croquis nº 201 Caruso st John. “La cualidad física del espacio”. Revista El Croquis nº 203 Harquitectes. “Aprender a vivir de otra manera”. Revista El Croquis nº 212 Palinda Kannangara. “Las cualidades viscerales de la arquitectura”.

en la que se usan, pero especialmente el ladrillo tiene una condición vernácula que adapta las técnicas y las formas a cada uno de los lugares donde aparece, lo que los hace muy versátiles en sus aplicaciones.

Además, el ladrillo lo he encontrado en casi la totalidad de los países en los que he podido trabajar y en contextos y tiopologías muy diversas. En más de cuarenta países que van desde el trópico de capricornio (Chile y Zambia), pases más cercanos al ecuador (Brasil y Sri Lanka) y por supuesto los que están por encima del trópico de Cáncer, área del planeta en la que mayoritariamente trabajo, hasta países del norte de Europa próximos al Círculo Polar Ártico (Dinamarca y Suecia).

En todos ellos la arquitectura tiene que responder a un elemento dominante que la condiciona: bien la humedad, el excesivo calor o la lluvia. Hay algunos donde la capacidad y desarrollo de la construcción hace posible respuestas tecnológicamente más recientes, pero la constante es la aparición del ladrillo con más o menos protagonismo proponiendo respuestas al entorno para generar confort. Y sucede tanto en arquitectura doméstica como en edificios públicos, cumpliendo funciones concretas sin alardes estructurales ni excesivas rémoras estéticas o iconográficas.

Recapitulando, ya he expuesto tres cualidades del ladrillo que lo diferencia de otros materiales:

1. Es más fácil representar el confort con espacios construidos con ladrillo.

2. El ladrillo adapta su forma de ser usado en función de la latitud y contexto.

3. Culturalmente el ladrillo siempre tiene una condición vernácula particular en cada lugar del mundo.

Para ilustrar todas estas ideas inconexas, más fruto de una experiencia acumulada que de un estudio académico, quiero mostrar en primer lugar un proyecto doméstico del arquitecto esrilanqués Palinda Kannangara

Con un presupuesto aproximado de 55.000€ (10 millones de rupias) y con una humedad y altas temperaturas habituales en el Oeste de la Isla, propone con una sencilla estructura de hormigón y paramentos de ladrillo, un espacio que cumpla con las demandas de una familia con cuatro miembros que además contenga un espacio de trabajo para los progenitores (dos pintores). El mecanismo principal que generaba confort era la ventilación pasiva junto a un uso muy inteligente de la vegetación y los vacíos ocasionados dentro de la vivienda.

Retiro para artistas en Pittugala, Sri Lanka. Palinda Kannangara, architect

Dos ejemplos del norte de Europa en contextos más significados proceden del estudio británico Caruso St John. El primero en Bremen, ciudad el norte de Alemania, respondiendo a la necesidad iconográfica de un banco en un entorno patrimonial junto al ayuntamiento medieval y la catedral. Siguiendo la gran tradición de esta parte del viejo continente, proponen fachadas con ladrillos oscuros de clinker moldeando pináculos y contrafuertes con un marcado carácter gótico y monolítico. La puerta simbólicamente hace aún más solemne la entrada a la institución, resuelta con una sucesión de arcos y un cambio de color en el ladrillo en el interior. La curvatura de los tramos de fachada hacen menos rígida la composición.

El segundo ejemplo del mismo estudio se desarrolla dentro de una galería que reforman en Londres partiendo de unas naves industriales. La presencia exterior del proyecto les viene dada sin embargo dentro la galería, que se compone de dos niveles, y es en las escaleras de caracol que conectan estas dos plantas donde el ladrillo convierte la patente rudeza del entorno industrial en un lugar diferente. La forma curva de los paramentos de bloques cerámicos blancos que rodean las escaleras rematadas con lucernarios convierten a estas en perfectos lugares de reposo durante la visita. Además, el contraste entre un marcado carácter industrial urbano y el doméstico de estos espacios los hace ser transiciones muy confortables.

Bremer Landesbank en Bremen, Alemania. Caruso St John architects

Newport Street Gallery en Londres, Reino Unido. Caruso St John architects

Un último ejemplo de cómo el uso de la cerámica resuelve problemas más contemporáneos a la par que genera espacios tradicionalmente clásicos es del estudio catalán Harquitectes. Según han manifestado acerca de uso del ladrillo, no les preocupa tanto el material como su comportamiento1. Esta es la parte contemporánea de su planteamiento: sintonizar con demandas sociales a través de preocupaciones energéticas, de contención de costes y mantenimiento que el ladrillo les permite cumplir. En Gatallops, un pequeño pueblo del Priorat, un cliente bodeguero les encargó proyectar en una parcela urbana una bodega. Ellos proponen un edificio capaz de contribuir a una elaboración de vinos basada en procesos biodinámicos a través de principios pasivos o lo menos artificiales posibles. El gran espacio es una triple altura compuesta por terrazas. El espacio principal está rodeado por muros muy gruesos construidos con un sistema de muros de carga multicapa y cámaras de circulación de aire para refrigerar el edificio. Otra de las aportaciones brillantes de este proyecto es la cubierta que se convierte con un sistema cerrado de recirculación de agua en un intercambiado de temperatura a gran escala entre el interior de la nave y el exterior.

Bodegas Clos Pachem en Gratallops, Tarragona, España. Harquitectes

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Entrevista de Cristina Díaz Moreno y Efrén García Grinda. “Dos días de conversaciones con Harquitectes”, publicada en la revista El Croquis 203. “Aprender a Vivir de otra Manera”. Harquitectes 2010-2020, Madrid 2020.

Como conclusión, todos estos proyectos tienen en común el uso de un elemento tradicional de la construcción pero usado de formas muy diversas respondiendo a condicionantes económicos, estéticos, tecnológicos, constructivos, patrimoniales y sociales. Soy consciente de que mis fotografías se han de limitar a ilustrar estas ideas complejas que las soluciones constructivas cerámicas generan, pero sin duda es uno de los materiales que mejor incorpora el confort espacial en una imagen. También las particularidades vernáculas de cada uno de los lugares donde se construye, al ser aún dependiente de cierta tradición artesanal para ser ejecutado. El cambio de paradigma al que se enfrenta la humanidad en relación a la huella de carbono creciente que nos hipoteca el futuro necesita de este tipo de aportaciones y soluciones. La sagacidad del arquitecto y el correcto uso de la tradición y el conocimiento de la arquitectura hará el resto. Mientras tanto, me limitaré a levantar acta de todos estos maravillosos espacios tan confortables que la cerámica y los buenos proyectos de arquitectura nos brindan.

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